PROLOGO

Se pretende que sea éste un espacio dedicado a entretener y deleitar (... a través de la fotografía fundamentalmente) ... a dar a conocer (...o traer al recuerdo) ciertos monumentos o espacios situados en el término o cercanías de Lahiguera. ...a llamar la atención por el estado de abandono y deterioro de muchos de ellos, ...y si llegara el caso, a remover la conciencia de todos los que somos "herederos" de tales monumentos y espacios, y que con nuestra aportación ayudásemos a la conservación de los mismos.

jueves, 4 de enero de 2018

LA EMIGRACIÓN DE LAHIGUERA ENTRE 1901 Y 1980. AUMENTO Y DISMINUCIÓN DE LA POBLACIÓN EN LA CAMPIÑA BAJA Y VALLE DE ANDÚJAR EN ESTE PERIODO.


EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA EN LA CAMPIÑA BAJA Y VALLE DE ANDÚJAR.


La emigración fue el elemento definidor y diferenciador de la evolución demográfica de la mayoría de los núcleos de población de la Campiña Baja y el Valle de Andújar, una vez concluida la guerra civil, al mismo tiempo que esta fratricida guerra había minado el comportamiento  de los movimientos naturales de la población en estos municipios.

La importancia de estos movimientos migratorios, que veremos a continuación, nos ayudaran a comprender la dinámica seguida por estos movimientos naturales de la población, y sobre todo nos mostraran las consecuencias dentro de la zona que analizamos.

Gráfico de la evolución de la población en Lahiguera entre el año 1900 y el año 2010. Fuente: Instituto Nacional de Estadística.
Gráfico I. CH-2. AUMENTO - DISMINUCIÓN DE LA POBLACIÓN ENTRE 1901 Y 1980:
Gráfico del aumento o disminución de la población de los trece municipios de la zona entre los años 1901 y 1980. Podemos observar: Un crecimiento mayor del 1% en Espeluy. Un crecimiento de población de entre un 0 y 1% en poblaciones como Andújar, Lahiguera, Marmolejo, Villanueva de la Reina, Cazalilla, Mengíbar y Fuerte del Rey. Y un decrecimiento o disminución de la población de entre 0 y 1% en Arjona, Arjonilla, Porcuna, Lopera y Escañuela.
(Nota: Datos obtenidos a partir del Cuadro: “Evolución de la Población”.)


Diez Nicolás, 1971, página 80 (4), entiende el proceso de transición demográfica como un fenómeno de modernización, en el sentido de pasar desde una situación de altas tasas de natalidad y mortalidad de la población a otra caracterizada por una reducción de ambas tasas en  todos los casos. En nuestro caso esta evolución perduró hasta el año 1971, como ahora veremos a continuación.

Es este un proceso en el que se evidencian diferencias causales y temporales respecto al de otras áreas más desarrolladas de nuestro país, como es el caso de Cataluña que fue pionera, pero a la que siguieron en otras zonas de la nación. Así, aunque con cierto retraso respecto a Europa, en España se había iniciado ya una transición demográfica al ciclo moderno a finales del siglo XIX, desencadenándose plenamente esta transición en el primer tercio del siglo XX, sobre todo en los que respecta a las defunciones (5) (Baila Pallares, 1985, página 212-213).
Demografía de Córdoba ciudad entre los años 1842 y 2015.


Andalucía durante gran parte del siglo XX se caracterizó por el mantenimiento de altas tasas tanto de mortalidad como de natalidad, casi siempre en un descenso continuo aunque por pocas diferencias, todo ello a pesar de que las tasas de natalidad se mantuvieron por encima de las de mortalidad, lo que generó que durante las siete primeras decenas del 1900, o sea hasta 1970, el crecimiento natural de la población presentaba todavía valores altos en relación con la media nacional, que era notoriamente inferior.

Pero el ciclo de transición demográfica, y el paso al moderno estilo de vida, se cierra entre 1971 y 1980, cuando los nacimientos y defunciones son escasos y por ello se condiciona un crecimiento vegetativo moderado, comparable con el de zonas más desarrolladas como Madrid (6) (López Gómez, 1985, página 187). Este rápido descenso estuvo motivado fundamentalmente por el fenómeno migratorio, que tuvo mayor fuerza durante la década anterior de entre 1961 y 1971. No debemos olvidar, a este respecto del descenso en el crecimiento vegetativo, a los otros factores presentes en la realidad de la población de entre 1971 y 1981, también debidas a causas de tipo biológicas, culturales y socioeconómicas, que entraron con la modernización progresiva de las mentes y la llegada de los nuevos métodos anticonceptivos, que disminuyeron esas tasas de natalidad en nuestras poblaciones, pudiéndose llegar a programar el número de hijos deseado por los procreadores de forma definitiva, salvo algún despiste. Desde estos años el número de hijos no deseados disminuyó ostensiblemente, con lo que consecuentemente con el control establecido disminuyeron las tasas de natalidad.
Gráfico de barras con representación del número de hijos por mujer en España desde el año 1920 al año 2009. Podemos comprobar como desde algo más de media de 4 hijos por mujer en 1920 va decreciendo el número de hijos llegando en 1981 a la tasa de reemplazo de la población para que se mantuviera. Desde 1986 hasta 2009 decrece con bajada más significativa en 1996 y leve recuperación en años sucesivos.


A lo largo de los treinta años trascurridos entre 1900 y 1930, se establecieron en nuestra zona unas tasas considerables de crecimiento natural de la población, con unos valores estadísticos de entre un 13,52 % y un 9,9% de índice de crecimiento para toda la zona de los trece pueblos, sobresaliendo entre ellos a nivel de los mismos el índice marcado por Escañuela durante este primer periodo de 1901 y 1910, que alcanzó un ranquin del 21,96% debido a unas tasas de natalidad que prácticamente duplicaron  a las tasas de mortalidad en esta localidad.
En la década de entre 1931 y 1940 decae por el efecto de los desajustes de la guerra civil (1936-1939) en la vida y muerte de las personas, para poder llegar a recuperarse en las tres siguientes décadas de entre las décadas de 1941-1950, 1951-1960, y 1061-1970. Debemos reseñar el hecho de que se mantuviera la mentalidad natalista entre las jóvenes generaciones desde la finalización de la guerra, y al mismo tiempo se redujese la mortalidad infantil, que antes era tan numerosa, a partir de la introducción masiva de la penicilina y estreptomicina contra las infecciones, circunstancias que junto al desarrollo económico, fueron también causas que junto a la mentalidad natalista, nos explican este aumento natural de la población en nuestros pueblos. En estos años se produjeron incrementos notables de población, como fue el caso de Mengíbar que entre 1951 y 1960 llegó a alcanzar in índice de crecimiento del 20,02 o/00. Todo esto se produce en los municipios a pesar de que desde 1941 se detectó una cierta emigración en nuestra zona, que no dejo sentir en exceso los efectos sobre el total de la población; porque en gran medida estas pérdidas de vecindad de los emigrados se veían compensados por un crecimiento natural alto.
Datos de nacimientos y defunciones del primer semestre de los años 2015 y 2016 por Comunidades Autónomas. El descenso de nacimientos hace que España pierda 72 habitantes por día.
Fue a partir de 1971 cuando las tasas de natalidad y mortalidad decaen ostensiblemente, sobre todo las de natalidad, con lo que se redujo considerablemente el crecimiento vegetativo en la zona, como ocurrió en muchas otras partes del país, por no decir en su totalidad. Entre los años de 1971 y 1980, se tocó el techo mínimo en el crecimiento natural. Las causas de este descenso fueron debidas a dos circunstancias que coincidieron en estos años, fueron el cambio de mentalidad en cuanto a un mayor control de la natalidad, y la gran incidencia que tuvo la emigración iniciada ya algunos años atrás. Así nos encontramos en dos causas coincidentes con malos resultados para nuestro crecimiento vegetativo: unas eran endógenas por el control de la natalidad con métodos anticonceptivos, y otra era exógena con motivo de la llamada de la emigración hacia otros lugares de nuestra geografía donde se generase un mejor sistema de vida para ellos y sus descendientes. Una prueba palpable de esto último la tenemos como referencia en el pueblo de Fuerte del Rey, que en virtud de las cuantiosas pérdidas por emigración en las dos décadas de entre 1961 y 1970, y entre la década de entre 1971 y 1980, presentó un crecimiento natural negativo en este periodo; o como Espeluy y Porcuna con un índice de crecimiento inferior al 1% también en la década de 1971-1980.

Cuadro I. CH-2, Página 123 de Machado Santiago.
CUADRO I.CH-2 MOVIMIENTO NATURAL DE LA POBLACIÓN: NATALIDAD, MORTALIDAD, NUPCIALIDAD (0/00)


La evolución de la nupcialidad, en aquellos tiempos tan ligada a la natalidad, atestigua por otra parte el mismo razonamiento que acabamos de expresar, puesto que por efecto de la emigración descienden, concretamente a partir del año 1961 en relación con el periodo de la década anterior de 1951 al año 1960.

Cuadro I. CH-3 de la página 125.

Nota: El Crecimiento Real (CR) se obtiene de las cifras de la Población Final-Población Inicial y dividida esa diferencia por la PM o Población Media, multiplicado por mil y dividido por el número de años del periodo estudiado. El Crecimiento Vegetativo (CV) se obtiene de la diferencia entre Nacimientos- Defunciones dividido por la Población Media (PM) y multiplicado por 1.000 y dividido finalmente por el número de años. El Saldo Migratorio (SM) en 0/00 se obtiene del Crecimiento Real (CR) en 0/00, menos Crecimiento Vegetativo (CV) en 0/00.

DINÁMICA DEMOGRÁFICA: MOVIMIENTOS MIGRATORIOS (Datos expresados en tanto por ciento 0/00.

Andújar:   
Década de 1901 a 1910:
Crecimiento Real: 0,46. Crecimiento Vegetativo: 6,48. Saldo Migratorio: -0,62.
Década de 1911-1920:
Crecimiento Real: 8,25. Crecimiento Vegetativo: 3,41. Saldo Migratorio: 4,84
Década de 1921-1930:
Crecimiento Real: 15,83. Crecimiento Vegetativo: 11,08. Saldo Migratorio: 4,74.
Década de 1931-1940:
Crecimiento Real: 16,40. Crecimiento Vegetativo: 5,40. Saldo Migratorio: 11,00.
Década de 1941-1950:
Crecimiento Real: 8,72. Crecimiento Vegetativo: 12,59. Saldo Migratorio: -3,87.
Década de 1951-1960:
Crecimiento Real: 18,12. Crecimiento Vegetativo: 17,91. Saldo Migratorio: 0,20.
Década de 1961-1970:
Crecimiento Real: -1,04. Crecimiento Vegetativo: 16,90. Saldo Migratorio: -17,94.
Década de 1971-1980:
Crecimiento Real: 10,18. Crecimiento Vegetativo: 3,93. Saldo Migratorio: 6,24.
Arjona.
Década de 1901 a 1910:
Crecimiento Real: 3,75. Crecimiento Vegetativo: 8,25. Saldo Migratorio: 4,49.
Década de 1911-1920:
Crecimiento Real: 14,24. Crecimiento Vegetativo: 15,02. Saldo Migratorio: -0,77.
Década de 1921-1930:
Crecimiento Real: 17,49. Crecimiento Vegetativo: 18,16. Saldo Migratorio: -067.
Década de 1931-1940:
Crecimiento Real: 8,21. Crecimiento Vegetativo: 8,77. Saldo Migratorio: -0,56.
Década de 1941-1950:
Crecimiento Real: -8,34. Crecimiento Vegetativo: 12,23. Saldo Migratorio:-20,67.
Década de 1951-1960:
Crecimiento Real: -20,05. Crecimiento Vegetativo: 16,50. Saldo Migratorio: -36,55.
Década de 1961-1970:
Crecimiento Real: 0,40. Crecimiento Vegetativo: 11,22. Saldo Migratorio: -10,82.
Década de 1971-1980:
Crecimiento Real: -26,27. Crecimiento Vegetativo: 5,74. Saldo Migratorio:-31,01
Arjonilla:
Década de 1901 a 1910:
Crecimiento Real: 1,75. Crecimiento Vegetativo: 11,04. Saldo Migratorio: -0,29.
Década de 1911-1920:
Crecimiento Real: 14,76. Crecimiento Vegetativo: 14,16. Saldo Migratorio: 0,59.
Década de 1921-1930:
Crecimiento Real: 16,08. Crecimiento Vegetativo: 17,08. Saldo Migratorio: -1,00.
Década de 1931-1940:
Crecimiento Real: -0,12. Crecimiento Vegetativo: 8,94. Saldo Migratorio:-9,06.
Década de 1941-1950:
Crecimiento Real: 5,53. Crecimiento Vegetativo: 9,24. Saldo Migratorio: -14,77.
Década de 1951-1960:
Crecimiento Real: - 12,18. Crecimiento Vegetativo: 14,89. Saldo Migratorio: -27,07.
Década de 1961-1970:
Crecimiento Real: 18,29. Crecimiento Vegetativo: 10,94. Saldo Migratorio: -29,23.
Década de 1971-1980:
Crecimiento Real: -13,15. Crecimiento Vegetativo: 4,16. Saldo Migratorio: -17,31.
Cazalilla:
Década de 1901 a 1910:
Crecimiento Real: 11,39. Crecimiento Vegetativo: 11,69. Saldo Migratorio: -0,29.
Década de 1911-1920:
Crecimiento Real: 4,64. Crecimiento Vegetativo: 7,09. Saldo Migratorio: -2,45.
Década de 1921-1930:
Crecimiento Real: 18,94. Crecimiento Vegetativo: 16,91. Saldo Migratorio: 2,02.
Década de 1931-1940:
Crecimiento Real: 17,13. Crecimiento Vegetativo: 13,07. Saldo Migratorio: 4,06.
Década de 1941-1950:
Crecimiento Real: -1,71. Crecimiento Vegetativo: 13,37. Saldo Migratorio: -15,08.
Década de 1951-1960:
Crecimiento Real: -5,02. Crecimiento Vegetativo: 18,59. Saldo Migratorio: -23,61.
Década de 1961-1970:
Crecimiento Real: 24,32. Crecimiento Vegetativo: 16,43. Saldo Migratorio: -40,75.
Década de 1971-1980:
Crecimiento Real: 4,75. Crecimiento Vegetativo: 2,11. Saldo Migratorio: 2,63.
Escañuela:
Década de 1901 a 1910:
Crecimiento Real: 25,75. Crecimiento Vegetativo: 21,96. Saldo Migratorio: 3,78.
Década de 1911-1920:
Crecimiento Real: 12,76. Crecimiento Vegetativo: 19,24. Saldo Migratorio: - 6,48
Década de 1921-1930:
Crecimiento Real: 19,35. Crecimiento Vegetativo: 18,07. Saldo Migratorio: 1,27.
Década de 1931-1940:
Crecimiento Real: 5,09. Crecimiento Vegetativo: 29,56. Saldo Migratorio: -24,47.
Década de 1941-1950:
Crecimiento Real: -20,29. Crecimiento Vegetativo: 11,72. Saldo Migratorio: -32,01.
Década de 1951-1960:
Crecimiento Real: -11,86. Crecimiento Vegetativo: 15,64. Saldo Migratorio: -27,50.
Década de 1961-1970:
Crecimiento Real: -16,82. Crecimiento Vegetativo: 20,36. Saldo Migratorio: -37,18.
Década de 1971-1980:
Crecimiento Real: -18,94. Crecimiento Vegetativo: 11,22. Saldo Migratorio: -30,16.
Fuerte del Rey:
Década de 1901 a 1910:
Crecimiento Real: 28,74. Crecimiento Vegetativo: 25,14. Saldo Migratorio: 3,60.
Década de 1911-1920:
Crecimiento Real: 13,26. Crecimiento Vegetativo: 15,26. Saldo Migratorio: -2,00
Década de 1921-1930:
Crecimiento Real: 25,36. Crecimiento Vegetativo: 22,08. Saldo Migratorio: 3,28.
Década de 1931-1940:
Crecimiento Real: 21,43. Crecimiento Vegetativo: 19,16. Saldo Migratorio: 2,27.
Década de 1941-1950:
Crecimiento Real: 2,92. Crecimiento Vegetativo: 15,39. Saldo Migratorio:-12,46.
Década de 1951-1960:
Crecimiento Real: -2,23. Crecimiento Vegetativo: 15,95. Saldo Migratorio: -18,18.
Década de 1961-1970:
Crecimiento Real: -59,11. Crecimiento Vegetativo: 13,11. Saldo Migratorio: -72,22.
Década de 1971-1980:
Crecimiento Real: -28,02. Crecimiento Vegetativo: -1,06. Saldo Migratorio: -29,08.
Lahiguera:
Década de 1901 a 1910:
Crecimiento Real: 17,04. Crecimiento Vegetativo: 16,15. Saldo Migratorio: 0,88.
Década de 1911-1920:
Crecimiento Real: 28,58. Crecimiento Vegetativo: 15,77. Saldo Migratorio: 12,80.
Década de 1921-1930:
Crecimiento Real: 18,62. Crecimiento Vegetativo: 19,42. Saldo Migratorio: -0,79.
Década de 1931-1940:
Crecimiento Real: 15,80. Crecimiento Vegetativo: 24,80. Saldo Migratorio: -8,99.
Década de 1941-1950:
Crecimiento Real: 8,20. Crecimiento Vegetativo: 10,36. Saldo Migratorio:-2,15.
Década de 1951-1960:
Crecimiento Real: -38,87. Crecimiento Vegetativo: 11,97. Saldo Migratorio: -50,84.
Década de 1961-1970:
Crecimiento Real: -24,39. Crecimiento Vegetativo: 11,12. Saldo Migratorio: -35,51.
Década de 1971-1980:
Crecimiento Real: -10,91. Crecimiento Vegetativo: 6,17. Saldo Migratorio: -17,08.
Lopera:
Década de 1901 a 1910:
Crecimiento Real: 7,87. Crecimiento Vegetativo: 13,24. Saldo Migratorio: -5,36.
Década de 1911-1920:
Crecimiento Real: 22,04. Crecimiento Vegetativo: 11,60. Saldo Migratorio: 10,44
Década de 1921-1930:
Crecimiento Real: 12,94. Crecimiento Vegetativo: 13,83. Saldo Migratorio: -0,89.
Década de 1931-1940:
Crecimiento Real: -9,24. Crecimiento Vegetativo: 6,07. Saldo Migratorio: -15,31.
Década de 1941-1950:
Crecimiento Real: -6,86. Crecimiento Vegetativo: 14,21. Saldo Migratorio: -21,07.
Década de 1951-1960:
Crecimiento Real: -1,80. Crecimiento Vegetativo: 14,41. Saldo Migratorio: -16,21.
Década de 1961-1970:
Crecimiento Real: -1,99. Crecimiento Vegetativo: 9,58. Saldo Migratorio: -11,57.
Década de 1971-1980:
Crecimiento Real: -22,06. Crecimiento Vegetativo: 4,49. Saldo Migratorio: -26,55.
Marmolejo:
Década de 1901 a 1910:
Crecimiento Real: 9,02. Crecimiento Vegetativo: 9,77. Saldo Migratorio: -0,75.
Década de 1911-1920:
Crecimiento Real: 14,59. Crecimiento Vegetativo: 9,62. Saldo Migratorio: 4,96.
Década de 1921-1930:
Crecimiento Real: 21,49. Crecimiento Vegetativo: 15,68. Saldo Migratorio: 5,80.
Década de 1931-1940:
Crecimiento Real: 5,30. Crecimiento Vegetativo: 13,00. Saldo Migratorio: -7,69
Década de 1941-1950:
Crecimiento Real: 7,67. Crecimiento Vegetativo: 9,80. Saldo Migratorio:-2,12.
Década de 1951-1960:
Crecimiento Real: 4,38. Crecimiento Vegetativo: 14,76. Saldo Migratorio: -10,38.
Década de 1961-1970:
Crecimiento Real: -3,43. Crecimiento Vegetativo: 15,30. Saldo Migratorio: -18,73.
Década de 1971-1980:
Crecimiento Real: -14,01. Crecimiento Vegetativo: 7,49. Saldo Migratorio: -21,50.
Mengíbar:
Década de 1901 a 1910:
Crecimiento Real: 17,43. Crecimiento Vegetativo: 10,87. Saldo Migratorio: 6,56.
Década de 1911-1920:
Crecimiento Real: 8,93. Crecimiento Vegetativo: 7,99. Saldo Migratorio: 0,94.
Década de 1921-1930:
Crecimiento Real: 16,58. Crecimiento Vegetativo: 7,05. Saldo Migratorio: 9,63.
Década de 1931-1940:
Crecimiento Real: 15,17. Crecimiento Vegetativo: 7,23. Saldo Migratorio: 7,94.
Década de 1941-1950:
Crecimiento Real: 1,04. Crecimiento Vegetativo: 20,51. Saldo Migratorio: -19,46.
Década de 1951-1960:
Crecimiento Real: 8,47. Crecimiento Vegetativo: 20,02. Saldo Migratorio:-11,55.
Década de 1961-1970:
Crecimiento Real: 7,08. Crecimiento Vegetativo: 18,57. Saldo Migratorio: -11,48.
Década de 1971-1980:
Crecimiento Real: 8,44. Crecimiento Vegetativo: 13,12. Saldo Migratorio: -4,67
Porcuna:
Década de 1901 a 1910:
Crecimiento Real: 7,76. Crecimiento Vegetativo: 10,69. Saldo Migratorio: -2,92.
Década de 1911-1920:
Crecimiento Real: 18,36. Crecimiento Vegetativo: 12,49. Saldo Migratorio: 5,87
Década de 1921-1930:
Crecimiento Real: 8,94. Crecimiento Vegetativo: 13,33. Saldo Migratorio: -4,39.
Década de 1931-1940:
Crecimiento Real: 2,11. Crecimiento Vegetativo: 8,70. Saldo Migratorio: -10,82.
Década de 1941-1950:
Crecimiento Real: -7,90. Crecimiento Vegetativo: 11,70. Saldo Migratorio: -19,60.
Década de 1951-1960:
Crecimiento Real: -16,05. Crecimiento Vegetativo: 13,67. Saldo Migratorio: -29,72.
Década de 1961-1970:
Crecimiento Real: -22,12. Crecimiento Vegetativo: 10,33. Saldo Migratorio: -32,45.
Década de 1971-1980:
Crecimiento Real: -14,44. Crecimiento Vegetativo: 0,95. Saldo Migratorio: -15,39.
Villanueva de la Reina:
Década de 1901 a 1910:
Crecimiento Real: 18,85. Crecimiento Vegetativo: 13,59. Saldo Migratorio: 5,26.
Década de 1911-1920:
Crecimiento Real: -4,63. Crecimiento Vegetativo: 13,08. Saldo Migratorio: -17,71.
Década de 1921-1930:
Crecimiento Real: 24,04. Crecimiento Vegetativo: 19,33. Saldo Migratorio: 4,71.
Década de 1931-1940:
Crecimiento Real: 16,48. Crecimiento Vegetativo: 9,73. Saldo Migratorio: 6,75.
Década de 1941-1950:
Crecimiento Real: 4,04. Crecimiento Vegetativo: 12,57. Saldo Migratorio: -8,52.
Década de 1951-1960:
Crecimiento Real: 14,66. Crecimiento Vegetativo: 17,29. Saldo Migratorio: -2,63.
Década de 1961-1970:
Crecimiento Real: 20,03. Crecimiento Vegetativo: 14,59. Saldo Migratorio: -34,62.
Década de 1971-1980:
Crecimiento Real: -31,62. Crecimiento Vegetativo: 4,49. Saldo Migratorio: -36,11.
Total de la Zona:
Década de 1901 a 1910:
Crecimiento Real: 7,95. Crecimiento Vegetativo: 1051. Saldo Migratorio: -2,56.
Década de 1911-1920:
Crecimiento Real: 12,49. Crecimiento Vegetativo: 9,96. Saldo Migratorio: 2,53.
Década de 1921-1930:
Crecimiento Real: 16,13. Crecimiento Vegetativo: 13,52. Saldo Migratorio: 2,61.
Década de 1931-1940:
Crecimiento Real: 9,19. Crecimiento Vegetativo: 3,33. Saldo Migratorio: 5,86
Década de 1941-1950:
Crecimiento Real: -0,79. Crecimiento Vegetativo: 12,22. Saldo Migratorio:-13,01.
Década de 1951-1960:
Crecimiento Real: -0,10. Crecimiento Vegetativo: 15,82. Saldo Migratorio: -15,92.
Década de 1961-1970:
Crecimiento Real: -8,40. Crecimiento Vegetativo: 14,80. Saldo Migratorio:-23,20.
Década de 1971-1980:
Crecimiento Real: -5,68. Crecimiento Vegetativo: 4,82. Saldo Migratorio: -10,50.
(Datos tomados del cuadro I. CH-3, página 125 de Machado Santiago, R.: (1987) a partir de los Cuadros I.CH-1 y I.CH-2)
Gráfico de Natalidad, Mortalidad y Crecimiento natural de la población española entre los años 1856 y 2007, de su obsrvación y análisis se pueden obtener conclusiones importantes.

Se puede decir que en toda esta zona de las trece poblaciones la transición demográfica, que entendemos como el paso previo de una época tradicional a otra plenamente moderna, duró hasta el año 1970 en que se produjo una brusca reducción del crecimiento vegetativo. Esta restricción se debió a un cambio de mentalidad, pero sobre todo a los efectos de la emigración sobre la natalidad, aunque no de manera exclusiva, porque también intervino la mortalidad por el natural envejecimiento de la población en los municipios. Este envejecimiento se produce como consecuencia de la permanencia de los matrimonios maduros en las poblaciones, menos dados a la procreación por su ciclo vital natural, y la emigración de los adultos jóvenes de las poblaciones, en una fase de su vida en la que las necesidades fisiológicas sobre las relaciones amoroso-sexuales, con fines de procreación o no, son mucho más solicitadas y frecuentes, y por lo tanto más naturales en su ciclo vital en estos otros casos de los más mayores. El envejecimiento de la población hace que los pueblos queden con población mayor en edad, lo que hace que entre los años 1971 y 1980 las tasas de mortalidad aumentasen respecto al periodo de 1961 a 1970, lo que en algunos municipios provocó que el crecimiento vegetativo de la población fuera cero o negativo según los valores que marcaba la mortalidad, que ante un cierto valor de nacimientos se mantenía con un leve crecimiento; mientras que un leve crecimiento de la mortalidad establecía un crecimiento negativo de crecimiento vegetativo, cuando el índice de fallecidos superaba al de nacidos.

Así la Campiña Baja y el valle del Andújar, continuó con una evolución similar a la del contexto geográfico en que se encuentra situada, pero contraria a la evolución que sigue a nivel nacional, y esencialmente, a la trayectoria que mantuvieron las provincias más desarrolladas de nuestro país. Para este periodo de entre 1969 y 1970 los índices de natalidad de Salustiano del Campo (1971, página 83) (7) y las comparaciones a nivel regional de Diez Nicolás 1971, página 90) (8) y de Mª C. Ocaña  (1970, páginas 63 a 89) (9) así nos lo  confirman. 
Gráfico de Nacimientos en España desde el año 1858 al año 2008.

Para el periodo de entre de 1970 a 1981 el trabajo del profesor Villegas Molina (1985, páginas 68 a 100) (10), además del trabajo de la Junta de Andalucía a través de la Consejería de Política Territorial. Dirección General de Ordenación del Territorio (Sevilla septiembre de 1984, 160 páginas) son también un buen exponente de estas afirmaciones, que confirman nuestros diagnósticos.

Queda pues claro, que los niveles de bienestar económico y social, entre unos niveles  y otros, acarreaban desigualdades de todo tipo entre la población, además de una subordinación de los recursos y de sus habitantes, a los intereses de los grandes centros de consumo. Con lo que comprobamos que el arraigo y movilidad de la población, en sus diferentes dimensiones y ritmos, responden a múltiples y complejas motivaciones de carácter económico, social e incluso psicológico. La población con una base económica, tradicionalmente fundamentada en el campo, se ha encontrado siempre muy enraizada a la tierra que habitaba, de tal modo que su aumento ha estado muy estrechamente ligado a las posibilidades de los recursos que el mismo campo ha facilitado a través de los años. El mundo rural, con una economía de subsistencia, se autoabastecía del campo al mismo tiempo que mantenía el equilibrio de la población.

Sin embargo, las circunstancias de vida de los habitantes de unas poblaciones cambian a veces con factores, que podíamos considerar ajenos a la presencia o no de dichos factores; así en el siglo XIX y sobre todo en el pasado siglo XX, con la revolución de los transportes, el desarrollo de la industria y del sector servicios llegaron a marcar un comportamiento distinto, debido a que se plasmaron espacios individuales de niveles de renta, y de bienes y servicios, bastante desiguales en relación entre lo urbano y lo rural de muchas poblaciones, con lo que la propia conciencia del sentimiento de abandono e impotencia, adquirida por los habitantes de tantos municipios ligados estrictamente del campo, provocó el fenómeno de la despoblación, un factor psicológico que los invitaba también a emigrar.
En este Gráfico que muestra la crisis demográfica que sufre España podemos comprobar el ritmo de crecimiento de los pensionistas jubilados y el número decreciente de niños en las escuelas de educación infantil.

Como se sabe, en estas  últimas décadas, la despoblación rural en nuestro país, y en concreto en el área de los trece municipios estudiados, no se produjo por un hecho estrictamente “biológico” (Hugh D. Cluot, 1976, página 22) (11), en el sentido de exceder el número de defunciones al número de nacimientos en una localidad  o área rural y en un periodo dado; al mismo tiempo que la inmigración fue insuficiente para que se pudiese compensar las pérdidas, con la llegada de otras gentes. La despoblación de los territorios, e incluso la desertización de nuestros campos estuvo motivada por la emigración de las fuerzas jóvenes del trabajo, tal como lo han expuesto numerosos autores, que en sus obras dieron una visión completa de las causas y la problemática del éxodo rural español hacia los núcleos de población industrializados del país.
Último beso al hijo antes del pitido de la salida del tren.


En general, cuando hablamos de migraciones se sobreentienden estos fenómenos como los motivadores específicos de la despoblación del campo, pero no debemos olvidar los importantes movimientos migratorios, que se produjeron de unas zonas urbanas hacia otras igualmente urbanas, por lo que nosotros consecuentemente lo abordamos desde el punto de vista de los movimientos emigratorios rurales, que constituyeron el grueso del total migratorio en estas décadas. A pesar de que no exista una estadística diferencial que distinguiese entre los movimientos migratorios urbanos y los rurales o de ambos a la vez, nosotros trataremos de realizar el análisis de los movimientos migratorios rurales.

La emigración fue muy importante en la Campiña Baja y en el valle de Andújar sobre todo a partir del año 1960, y casi todos los autores atribuyen las causas de estos importantes movimientos de desplazamiento de la población, a un desequilibrio entre la población que habitaba nuestros municipios y los recursos económicos que los mismos tenían para el mantenimiento de su población, con lo que fue un factor esencialmente económico el que desencadenó la emigración como tal.
Grupo de emigrantes en la estación del tren en los años 1960.
Pinchemel, (1957, página 56) (12) señalaba dos tipos de éxodo rural: el profesional y el no profesional. El éxodo rural profesional afectó a los miembros de un grupo rural concreto compuesto por jornaleros y, propietarios o profesionales no agrícolas, que sufrieron una relativa crisis como consecuencia de una relativa depresión económica del campo con respecto a las áreas subyacentes de la economía; si bien no fue necesario que existiese una crisis real sino que prosperasen sensiblemente otras áreas de desarrollo como el industrial en otras zonas del país. El desplazamiento del éxodo no profesional lo ocasionó la dificultad de encontrar trabajo en una zona superpoblada, como consecuencia de la presión de la población sobre las posibilidades de vida de esa área.
Llegada a la estación de destino cargado hasta los topes.

Entendemos que en nuestro caso de estudio de estos trece municipios, ambos tipos actuaron simultáneamente por influencia de una serie de causas generales, pero que también fueron inherentes a la problemática socioeconómica de la zona investigada como la baja productividad del trabajo del campo por la abundancia excesiva del minifundio agrícola; el predomino, casi hasta llegar al monopolio del monocultivo olivarero y escasamente cerealista; la falta de diversificación de la producción agraria y de la propia industrialización agropecuaria, así como de especialización; la división y racionalidad del trabajo; la mecanización y tecnificación introducidas quizá de una manera brusca en esos años, que inevitablemente creo desempleo; un mayor incremento del crecimiento de la población que en el crecimiento de los propios puestos de trabajo, para poder cubrir y atender tal incremento; unos salarios bajos de la misma manera que eran bajos los niveles de renta de los propietarios, y la escasa capacidad de ahorro, al mismo tiempo que se incrementaron las explotaciones con las adquisiciones que se hicieron a los pequeños propietarios emigrados; y la poca inversión realizada en las explotaciones agrícolas, que sin duda hubieran aumentado los puestos de trabajo en las localidades.

Toda una problemática que se agravaría mucho más con el crecimiento de la población, con lo que la única salida a esta presión demográfica fue la emigración masiva y simultánea ante el ofrecimiento de unas mejores condiciones socioeconómicas y laborales en las zonas de desarrollo industrial del país, donde si había demanda de mano de obra, condiciones más aceptables, en la prometedora ciudad de adopción elegida en otras regiones de España, con unas condiciones de la que familiares y conocidos daban información conveniente al respecto de viva voz o por la correspondencia que mantenían con sus familiares.

Granada 4 de enero de 2018

Pedro Galán Galán.


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