EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA EN LA CAMPIÑA BAJA Y VALLE DE ANDÚJAR.
La emigración fue el elemento
definidor y diferenciador de la evolución demográfica de la mayoría de los
núcleos de población de la Campiña Baja y el Valle de Andújar, una vez
concluida la guerra civil, al mismo tiempo que esta fratricida guerra había
minado el comportamiento de los
movimientos naturales de la población en estos municipios.
La importancia de estos
movimientos migratorios, que veremos a continuación, nos ayudaran a comprender
la dinámica seguida por estos movimientos naturales de la población, y sobre
todo nos mostraran las consecuencias dentro de la zona que analizamos.
Gráfico de la evolución de la población en Lahiguera entre el año 1900 y el año 2010. Fuente: Instituto Nacional de Estadística. |
(Nota: Datos obtenidos a partir del Cuadro: “Evolución de la Población”.)
Diez Nicolás, 1971, página 80
(4), entiende el proceso de transición demográfica como un fenómeno de
modernización, en el sentido de pasar desde una situación de altas tasas de
natalidad y mortalidad de la población a otra caracterizada por una reducción de
ambas tasas en todos los casos. En nuestro
caso esta evolución perduró hasta el año 1971, como ahora veremos a
continuación.
Es este un proceso en el que se
evidencian diferencias causales y temporales respecto al de otras áreas más
desarrolladas de nuestro país, como es el caso de Cataluña que fue pionera,
pero a la que siguieron en otras zonas de la nación. Así, aunque con cierto
retraso respecto a Europa, en España se había iniciado ya una transición
demográfica al ciclo moderno a finales del siglo XIX, desencadenándose
plenamente esta transición en el primer tercio del siglo XX, sobre todo en los
que respecta a las defunciones (5) (Baila Pallares, 1985, página 212-213).
Demografía de Córdoba ciudad entre los años 1842 y 2015. |
Andalucía durante gran parte
del siglo XX se caracterizó por el mantenimiento de altas tasas tanto de
mortalidad como de natalidad, casi siempre en un descenso continuo aunque por
pocas diferencias, todo ello a pesar de que las tasas de natalidad se
mantuvieron por encima de las de mortalidad, lo que generó que durante las
siete primeras decenas del 1900, o sea hasta 1970, el crecimiento natural de la
población presentaba todavía valores altos en relación con la media nacional,
que era notoriamente inferior.
Pero el ciclo de transición
demográfica, y el paso al moderno estilo de vida, se cierra entre 1971 y 1980,
cuando los nacimientos y defunciones son escasos y por ello se condiciona un
crecimiento vegetativo moderado, comparable con el de zonas más desarrolladas
como Madrid (6) (López Gómez, 1985, página 187). Este rápido descenso estuvo
motivado fundamentalmente por el fenómeno migratorio, que tuvo mayor fuerza
durante la década anterior de entre 1961 y 1971. No debemos olvidar, a este
respecto del descenso en el crecimiento vegetativo, a los otros factores
presentes en la realidad de la población de entre 1971 y 1981, también debidas
a causas de tipo biológicas, culturales y socioeconómicas, que entraron con la
modernización progresiva de las mentes y la llegada de los nuevos métodos anticonceptivos,
que disminuyeron esas tasas de natalidad en nuestras poblaciones, pudiéndose
llegar a programar el número de hijos deseado por los procreadores de forma
definitiva, salvo algún despiste. Desde estos años el número de hijos no
deseados disminuyó ostensiblemente, con lo que consecuentemente con el control
establecido disminuyeron las tasas de natalidad.
A lo largo de los treinta años
trascurridos entre 1900 y 1930, se establecieron en nuestra zona unas tasas
considerables de crecimiento natural de la población, con unos valores
estadísticos de entre un 13,52 % y un 9,9% de índice de crecimiento para toda
la zona de los trece pueblos, sobresaliendo entre ellos a nivel de los mismos
el índice marcado por Escañuela durante este primer periodo de 1901 y 1910, que
alcanzó un ranquin del 21,96% debido a unas tasas de natalidad que
prácticamente duplicaron a las tasas de
mortalidad en esta localidad.
En la década de entre 1931 y
1940 decae por el efecto de los desajustes de la guerra civil (1936-1939) en la
vida y muerte de las personas, para poder llegar a recuperarse en las tres
siguientes décadas de entre las décadas de 1941-1950, 1951-1960, y 1061-1970. Debemos
reseñar el hecho de que se mantuviera la mentalidad natalista entre las jóvenes
generaciones desde la finalización de la guerra, y al mismo tiempo se redujese
la mortalidad infantil, que antes era tan numerosa, a partir de la introducción
masiva de la penicilina y estreptomicina contra las infecciones, circunstancias
que junto al desarrollo económico, fueron también causas que junto a la
mentalidad natalista, nos explican este aumento natural de la población en
nuestros pueblos. En estos años se produjeron incrementos notables de
población, como fue el caso de Mengíbar que entre 1951 y 1960 llegó a alcanzar
in índice de crecimiento del 20,02 o/00. Todo esto se produce en los municipios
a pesar de que desde 1941 se detectó una cierta emigración en nuestra zona, que
no dejo sentir en exceso los efectos sobre el total de la población; porque en
gran medida estas pérdidas de vecindad de los emigrados se veían compensados
por un crecimiento natural alto.
Datos de nacimientos y defunciones del primer semestre de los años 2015 y 2016 por Comunidades Autónomas. El descenso de nacimientos hace que España pierda 72 habitantes por día. |
Fue a partir de 1971 cuando las
tasas de natalidad y mortalidad decaen ostensiblemente, sobre todo las de
natalidad, con lo que se redujo considerablemente el crecimiento vegetativo en
la zona, como ocurrió en muchas otras partes del país, por no decir en su
totalidad. Entre los años de 1971 y 1980, se tocó el techo mínimo en el
crecimiento natural. Las causas de este descenso fueron debidas a dos
circunstancias que coincidieron en estos años, fueron el cambio de mentalidad
en cuanto a un mayor control de la natalidad, y la gran incidencia que tuvo la
emigración iniciada ya algunos años atrás. Así nos encontramos en dos causas
coincidentes con malos resultados para nuestro crecimiento vegetativo: unas
eran endógenas por el control de la natalidad con métodos anticonceptivos, y
otra era exógena con motivo de la llamada de la emigración hacia otros lugares
de nuestra geografía donde se generase un mejor sistema de vida para ellos y
sus descendientes. Una prueba palpable de esto último la tenemos como referencia
en el pueblo de Fuerte del Rey, que en virtud de las cuantiosas pérdidas por
emigración en las dos décadas de entre 1961 y 1970, y entre la década de entre
1971 y 1980, presentó un crecimiento natural negativo en este periodo; o como
Espeluy y Porcuna con un índice de crecimiento inferior al 1% también en la
década de 1971-1980.
Cuadro I. CH-2, Página 123 de
Machado Santiago.
CUADRO I.CH-2 MOVIMIENTO NATURAL DE LA POBLACIÓN: NATALIDAD, MORTALIDAD, NUPCIALIDAD (0/00)
CUADRO I.CH-2 MOVIMIENTO NATURAL DE LA POBLACIÓN: NATALIDAD, MORTALIDAD, NUPCIALIDAD (0/00)
La evolución de la nupcialidad,
en aquellos tiempos tan ligada a la natalidad, atestigua por otra parte el
mismo razonamiento que acabamos de expresar, puesto que por efecto de la emigración
descienden, concretamente a partir del año 1961 en relación con el periodo de
la década anterior de 1951 al año 1960.
Cuadro I. CH-3 de la página
125.
Nota: El Crecimiento Real (CR)
se obtiene de las cifras de la Población Final-Población Inicial y dividida esa
diferencia por la PM o Población Media, multiplicado por mil y dividido por el
número de años del periodo estudiado. El Crecimiento Vegetativo (CV) se obtiene
de la diferencia entre Nacimientos- Defunciones dividido por la Población Media
(PM) y multiplicado por 1.000 y dividido finalmente por el número de años. El
Saldo Migratorio (SM) en 0/00 se obtiene del Crecimiento Real (CR) en 0/00,
menos Crecimiento Vegetativo (CV) en 0/00.
DINÁMICA DEMOGRÁFICA: MOVIMIENTOS MIGRATORIOS (Datos expresados en tanto por ciento 0/00.
Andújar:
Década de 1901 a 1910:
Crecimiento Real: 0,46.
Crecimiento Vegetativo: 6,48. Saldo Migratorio: -0,62.
Década de 1911-1920:
Crecimiento Real: 8,25.
Crecimiento Vegetativo: 3,41. Saldo Migratorio: 4,84
Década de 1921-1930:
Crecimiento Real: 15,83.
Crecimiento Vegetativo: 11,08. Saldo Migratorio: 4,74.
Década de 1931-1940:
Crecimiento Real: 16,40.
Crecimiento Vegetativo: 5,40. Saldo Migratorio: 11,00.
Década de 1941-1950:
Crecimiento Real: 8,72.
Crecimiento Vegetativo: 12,59. Saldo Migratorio: -3,87.
Década de 1951-1960:
Crecimiento Real: 18,12.
Crecimiento Vegetativo: 17,91. Saldo Migratorio: 0,20.
Década de 1961-1970:
Crecimiento Real: -1,04.
Crecimiento Vegetativo: 16,90. Saldo Migratorio: -17,94.
Década de 1971-1980:
Crecimiento Real: 10,18.
Crecimiento Vegetativo: 3,93. Saldo Migratorio: 6,24.
Arjona.
Década de 1901 a 1910:
Crecimiento Real: 3,75.
Crecimiento Vegetativo: 8,25. Saldo Migratorio: 4,49.
Década de 1911-1920:
Crecimiento Real: 14,24.
Crecimiento Vegetativo: 15,02. Saldo Migratorio: -0,77.
Década de 1921-1930:
Crecimiento Real: 17,49.
Crecimiento Vegetativo: 18,16. Saldo Migratorio: -067.
Década de 1931-1940:
Crecimiento Real: 8,21.
Crecimiento Vegetativo: 8,77. Saldo Migratorio: -0,56.
Década de 1941-1950:
Crecimiento Real: -8,34.
Crecimiento Vegetativo: 12,23. Saldo Migratorio:-20,67.
Década de 1951-1960:
Crecimiento Real: -20,05.
Crecimiento Vegetativo: 16,50. Saldo Migratorio: -36,55.
Década de 1961-1970:
Crecimiento Real: 0,40.
Crecimiento Vegetativo: 11,22. Saldo Migratorio: -10,82.
Década de 1971-1980:
Crecimiento Real: -26,27.
Crecimiento Vegetativo: 5,74. Saldo Migratorio:-31,01
Arjonilla:
Década de 1901 a 1910:
Crecimiento Real: 1,75.
Crecimiento Vegetativo: 11,04. Saldo Migratorio: -0,29.
Década de 1911-1920:
Crecimiento Real: 14,76.
Crecimiento Vegetativo: 14,16. Saldo Migratorio: 0,59.
Década de 1921-1930:
Crecimiento Real: 16,08.
Crecimiento Vegetativo: 17,08. Saldo Migratorio: -1,00.
Década de 1931-1940:
Crecimiento Real: -0,12.
Crecimiento Vegetativo: 8,94. Saldo Migratorio:-9,06.
Década de 1941-1950:
Crecimiento Real: 5,53.
Crecimiento Vegetativo: 9,24. Saldo Migratorio: -14,77.
Década de 1951-1960:
Crecimiento Real: - 12,18.
Crecimiento Vegetativo: 14,89. Saldo Migratorio: -27,07.
Década de 1961-1970:
Crecimiento Real: 18,29. Crecimiento
Vegetativo: 10,94. Saldo Migratorio: -29,23.
Década de 1971-1980:
Crecimiento Real: -13,15.
Crecimiento Vegetativo: 4,16. Saldo Migratorio: -17,31.
Cazalilla:
Década de 1901 a 1910:
Crecimiento Real: 11,39.
Crecimiento Vegetativo: 11,69. Saldo Migratorio: -0,29.
Década de 1911-1920:
Crecimiento Real: 4,64.
Crecimiento Vegetativo: 7,09. Saldo Migratorio: -2,45.
Década de 1921-1930:
Crecimiento Real: 18,94.
Crecimiento Vegetativo: 16,91. Saldo Migratorio: 2,02.
Década de 1931-1940:
Crecimiento Real: 17,13.
Crecimiento Vegetativo: 13,07. Saldo Migratorio: 4,06.
Década de 1941-1950:
Crecimiento Real: -1,71.
Crecimiento Vegetativo: 13,37. Saldo Migratorio: -15,08.
Década de 1951-1960:
Crecimiento Real: -5,02.
Crecimiento Vegetativo: 18,59. Saldo Migratorio: -23,61.
Década de 1961-1970:
Crecimiento Real: 24,32.
Crecimiento Vegetativo: 16,43. Saldo Migratorio: -40,75.
Década de 1971-1980:
Crecimiento Real: 4,75.
Crecimiento Vegetativo: 2,11. Saldo Migratorio: 2,63.
Escañuela:
Década de 1901 a 1910:
Crecimiento Real: 25,75.
Crecimiento Vegetativo: 21,96. Saldo Migratorio: 3,78.
Década de 1911-1920:
Crecimiento Real: 12,76.
Crecimiento Vegetativo: 19,24. Saldo Migratorio: - 6,48
Década de 1921-1930:
Crecimiento Real: 19,35.
Crecimiento Vegetativo: 18,07. Saldo Migratorio: 1,27.
Década de 1931-1940:
Crecimiento Real: 5,09.
Crecimiento Vegetativo: 29,56. Saldo Migratorio: -24,47.
Década de 1941-1950:
Crecimiento Real: -20,29.
Crecimiento Vegetativo: 11,72. Saldo Migratorio: -32,01.
Década de 1951-1960:
Crecimiento Real: -11,86.
Crecimiento Vegetativo: 15,64. Saldo Migratorio: -27,50.
Década de 1961-1970:
Crecimiento Real: -16,82.
Crecimiento Vegetativo: 20,36. Saldo Migratorio: -37,18.
Década de 1971-1980:
Crecimiento Real: -18,94.
Crecimiento Vegetativo: 11,22. Saldo Migratorio: -30,16.
Fuerte
del Rey:
Década de 1901 a 1910:
Crecimiento Real: 28,74.
Crecimiento Vegetativo: 25,14. Saldo Migratorio: 3,60.
Década de 1911-1920:
Crecimiento Real: 13,26.
Crecimiento Vegetativo: 15,26. Saldo Migratorio: -2,00
Década de 1921-1930:
Crecimiento Real: 25,36.
Crecimiento Vegetativo: 22,08. Saldo Migratorio: 3,28.
Década de 1931-1940:
Crecimiento Real: 21,43.
Crecimiento Vegetativo: 19,16. Saldo Migratorio: 2,27.
Década de 1941-1950:
Crecimiento Real: 2,92.
Crecimiento Vegetativo: 15,39. Saldo Migratorio:-12,46.
Década de 1951-1960:
Crecimiento Real: -2,23.
Crecimiento Vegetativo: 15,95. Saldo Migratorio: -18,18.
Década de 1961-1970:
Crecimiento Real: -59,11.
Crecimiento Vegetativo: 13,11. Saldo Migratorio: -72,22.
Década de 1971-1980:
Crecimiento Real: -28,02.
Crecimiento Vegetativo: -1,06. Saldo Migratorio: -29,08.
Lahiguera:
Década de 1901 a 1910:
Crecimiento Real: 17,04.
Crecimiento Vegetativo: 16,15. Saldo Migratorio: 0,88.
Década de 1911-1920:
Crecimiento Real: 28,58.
Crecimiento Vegetativo: 15,77. Saldo Migratorio: 12,80.
Década de 1921-1930:
Crecimiento Real: 18,62.
Crecimiento Vegetativo: 19,42. Saldo Migratorio: -0,79.
Década de 1931-1940:
Crecimiento Real: 15,80.
Crecimiento Vegetativo: 24,80. Saldo Migratorio: -8,99.
Década de 1941-1950:
Crecimiento Real: 8,20.
Crecimiento Vegetativo: 10,36. Saldo Migratorio:-2,15.
Década de 1951-1960:
Crecimiento Real: -38,87.
Crecimiento Vegetativo: 11,97. Saldo Migratorio: -50,84.
Década de 1961-1970:
Crecimiento Real: -24,39.
Crecimiento Vegetativo: 11,12. Saldo Migratorio: -35,51.
Década de 1971-1980:
Crecimiento Real: -10,91.
Crecimiento Vegetativo: 6,17. Saldo Migratorio: -17,08.
Lopera:
Década de 1901 a 1910:
Crecimiento Real: 7,87.
Crecimiento Vegetativo: 13,24. Saldo Migratorio: -5,36.
Década de 1911-1920:
Crecimiento Real: 22,04.
Crecimiento Vegetativo: 11,60. Saldo Migratorio: 10,44
Década de 1921-1930:
Crecimiento Real: 12,94.
Crecimiento Vegetativo: 13,83. Saldo Migratorio: -0,89.
Década de 1931-1940:
Crecimiento Real: -9,24.
Crecimiento Vegetativo: 6,07. Saldo Migratorio: -15,31.
Década de 1941-1950:
Crecimiento Real: -6,86.
Crecimiento Vegetativo: 14,21. Saldo Migratorio: -21,07.
Década de 1951-1960:
Crecimiento Real: -1,80.
Crecimiento Vegetativo: 14,41. Saldo Migratorio: -16,21.
Década de 1961-1970:
Crecimiento Real: -1,99.
Crecimiento Vegetativo: 9,58. Saldo Migratorio: -11,57.
Década de 1971-1980:
Crecimiento Real: -22,06.
Crecimiento Vegetativo: 4,49. Saldo Migratorio: -26,55.
Marmolejo:
Década de 1901 a 1910:
Crecimiento Real: 9,02.
Crecimiento Vegetativo: 9,77. Saldo Migratorio: -0,75.
Década de 1911-1920:
Crecimiento Real: 14,59.
Crecimiento Vegetativo: 9,62. Saldo Migratorio: 4,96.
Década de 1921-1930:
Crecimiento Real: 21,49.
Crecimiento Vegetativo: 15,68. Saldo Migratorio: 5,80.
Década de 1931-1940:
Crecimiento Real: 5,30.
Crecimiento Vegetativo: 13,00. Saldo Migratorio: -7,69
Década de 1941-1950:
Crecimiento Real: 7,67.
Crecimiento Vegetativo: 9,80. Saldo Migratorio:-2,12.
Década de 1951-1960:
Crecimiento Real: 4,38.
Crecimiento Vegetativo: 14,76. Saldo Migratorio: -10,38.
Década de 1961-1970:
Crecimiento Real: -3,43.
Crecimiento Vegetativo: 15,30. Saldo Migratorio: -18,73.
Década de 1971-1980:
Crecimiento Real: -14,01.
Crecimiento Vegetativo: 7,49. Saldo Migratorio: -21,50.
Mengíbar:
Década de 1901 a 1910:
Crecimiento Real: 17,43.
Crecimiento Vegetativo: 10,87. Saldo Migratorio: 6,56.
Década de 1911-1920:
Crecimiento Real: 8,93.
Crecimiento Vegetativo: 7,99. Saldo Migratorio: 0,94.
Década de 1921-1930:
Crecimiento Real: 16,58.
Crecimiento Vegetativo: 7,05. Saldo Migratorio: 9,63.
Década de 1931-1940:
Crecimiento Real: 15,17.
Crecimiento Vegetativo: 7,23. Saldo Migratorio: 7,94.
Década de 1941-1950:
Crecimiento Real: 1,04.
Crecimiento Vegetativo: 20,51. Saldo Migratorio: -19,46.
Década de 1951-1960:
Crecimiento Real: 8,47.
Crecimiento Vegetativo: 20,02. Saldo Migratorio:-11,55.
Década de 1961-1970:
Crecimiento Real: 7,08.
Crecimiento Vegetativo: 18,57. Saldo Migratorio: -11,48.
Década de 1971-1980:
Crecimiento Real: 8,44.
Crecimiento Vegetativo: 13,12. Saldo Migratorio: -4,67
Porcuna:
Década de 1901 a 1910:
Crecimiento Real: 7,76.
Crecimiento Vegetativo: 10,69. Saldo Migratorio: -2,92.
Década de 1911-1920:
Crecimiento Real: 18,36.
Crecimiento Vegetativo: 12,49. Saldo Migratorio: 5,87
Década de 1921-1930:
Crecimiento Real: 8,94.
Crecimiento Vegetativo: 13,33. Saldo Migratorio: -4,39.
Década de 1931-1940:
Crecimiento Real: 2,11.
Crecimiento Vegetativo: 8,70. Saldo Migratorio: -10,82.
Década de 1941-1950:
Crecimiento Real: -7,90.
Crecimiento Vegetativo: 11,70. Saldo Migratorio: -19,60.
Década de 1951-1960:
Crecimiento Real: -16,05.
Crecimiento Vegetativo: 13,67. Saldo Migratorio: -29,72.
Década de 1961-1970:
Crecimiento Real: -22,12.
Crecimiento Vegetativo: 10,33. Saldo Migratorio: -32,45.
Década de 1971-1980:
Crecimiento Real: -14,44.
Crecimiento Vegetativo: 0,95. Saldo Migratorio: -15,39.
Villanueva
de la Reina:
Década de 1901 a 1910:
Crecimiento Real: 18,85.
Crecimiento Vegetativo: 13,59. Saldo Migratorio: 5,26.
Década de 1911-1920:
Crecimiento Real: -4,63.
Crecimiento Vegetativo: 13,08. Saldo Migratorio: -17,71.
Década de 1921-1930:
Crecimiento Real: 24,04.
Crecimiento Vegetativo: 19,33. Saldo Migratorio: 4,71.
Década de 1931-1940:
Crecimiento Real: 16,48.
Crecimiento Vegetativo: 9,73. Saldo Migratorio: 6,75.
Década de 1941-1950:
Crecimiento Real: 4,04.
Crecimiento Vegetativo: 12,57. Saldo Migratorio: -8,52.
Década de 1951-1960:
Crecimiento Real: 14,66.
Crecimiento Vegetativo: 17,29. Saldo Migratorio: -2,63.
Década de 1961-1970:
Crecimiento Real: 20,03.
Crecimiento Vegetativo: 14,59. Saldo Migratorio: -34,62.
Década
de 1971-1980:
Crecimiento Real: -31,62.
Crecimiento Vegetativo: 4,49. Saldo Migratorio: -36,11.
Total
de la Zona:
Década de 1901 a 1910:
Crecimiento Real: 7,95.
Crecimiento Vegetativo: 1051. Saldo Migratorio: -2,56.
Década de 1911-1920:
Crecimiento Real: 12,49.
Crecimiento Vegetativo: 9,96. Saldo Migratorio: 2,53.
Década de 1921-1930:
Crecimiento Real: 16,13.
Crecimiento Vegetativo: 13,52. Saldo Migratorio: 2,61.
Década de 1931-1940:
Crecimiento Real: 9,19.
Crecimiento Vegetativo: 3,33. Saldo Migratorio: 5,86
Década de 1941-1950:
Crecimiento Real: -0,79.
Crecimiento Vegetativo: 12,22. Saldo Migratorio:-13,01.
Década de 1951-1960:
Crecimiento Real: -0,10.
Crecimiento Vegetativo: 15,82. Saldo Migratorio: -15,92.
Década de 1961-1970:
Crecimiento Real: -8,40.
Crecimiento Vegetativo: 14,80. Saldo Migratorio:-23,20.
Década de 1971-1980:
Crecimiento Real: -5,68.
Crecimiento Vegetativo: 4,82. Saldo Migratorio: -10,50.
(Datos tomados del cuadro I.
CH-3, página 125 de Machado Santiago, R.: (1987) a partir de los Cuadros I.CH-1
y I.CH-2)
Gráfico de Natalidad, Mortalidad y Crecimiento natural de la población española entre los años 1856 y 2007, de su obsrvación y análisis se pueden obtener conclusiones importantes. |
Se puede decir que en toda esta
zona de las trece poblaciones la transición demográfica, que entendemos como el
paso previo de una época tradicional a otra plenamente moderna, duró hasta el
año 1970 en que se produjo una brusca reducción del crecimiento vegetativo.
Esta restricción se debió a un cambio de mentalidad, pero sobre todo a los
efectos de la emigración sobre la natalidad, aunque no de manera exclusiva,
porque también intervino la mortalidad por el natural envejecimiento de la población
en los municipios. Este envejecimiento se produce como consecuencia de la
permanencia de los matrimonios maduros en las poblaciones, menos dados a la
procreación por su ciclo vital natural, y la emigración de los adultos jóvenes de
las poblaciones, en una fase de su vida en la que las necesidades fisiológicas
sobre las relaciones amoroso-sexuales, con fines de procreación o no, son mucho
más solicitadas y frecuentes, y por lo tanto más naturales en su ciclo vital en
estos otros casos de los más mayores. El envejecimiento de la población hace
que los pueblos queden con población mayor en edad, lo que hace que entre los
años 1971 y 1980 las tasas de mortalidad aumentasen respecto al periodo de 1961
a 1970, lo que en algunos municipios provocó que el crecimiento vegetativo de
la población fuera cero o negativo según los valores que marcaba la mortalidad,
que ante un cierto valor de nacimientos se mantenía con un leve crecimiento;
mientras que un leve crecimiento de la mortalidad establecía un crecimiento
negativo de crecimiento vegetativo, cuando el índice de fallecidos superaba al
de nacidos.
Así la Campiña Baja y el valle
del Andújar, continuó con una evolución similar a la del contexto geográfico en
que se encuentra situada, pero contraria a la evolución que sigue a nivel
nacional, y esencialmente, a la trayectoria que mantuvieron las provincias más
desarrolladas de nuestro país. Para este periodo de entre 1969 y 1970 los
índices de natalidad de Salustiano del Campo (1971, página 83) (7) y las
comparaciones a nivel regional de Diez Nicolás 1971, página 90) (8) y de Mª C.
Ocaña (1970, páginas 63 a 89) (9) así
nos lo confirman.
Gráfico de Nacimientos en España desde el año 1858 al año 2008. |
Para el periodo de entre de
1970 a 1981 el trabajo del profesor Villegas Molina (1985, páginas 68 a 100)
(10), además del trabajo de la Junta de Andalucía a través de la Consejería de
Política Territorial. Dirección General de Ordenación del Territorio (Sevilla
septiembre de 1984, 160 páginas) son también un buen exponente de estas
afirmaciones, que confirman nuestros diagnósticos.
Queda pues claro, que los
niveles de bienestar económico y social, entre unos niveles y otros, acarreaban desigualdades de todo
tipo entre la población, además de una subordinación de los recursos y de sus
habitantes, a los intereses de los grandes centros de consumo. Con lo que
comprobamos que el arraigo y movilidad de la población, en sus diferentes
dimensiones y ritmos, responden a múltiples y complejas motivaciones de
carácter económico, social e incluso psicológico. La población con una base
económica, tradicionalmente fundamentada en el campo, se ha encontrado siempre
muy enraizada a la tierra que habitaba, de tal modo que su aumento ha estado
muy estrechamente ligado a las posibilidades de los recursos que el mismo campo
ha facilitado a través de los años. El mundo rural, con una economía de
subsistencia, se autoabastecía del campo al mismo tiempo que mantenía el
equilibrio de la población.
Sin embargo, las circunstancias
de vida de los habitantes de unas poblaciones cambian a veces con factores, que
podíamos considerar ajenos a la presencia o no de dichos factores; así en el
siglo XIX y sobre todo en el pasado siglo XX, con la revolución de los
transportes, el desarrollo de la industria y del sector servicios llegaron a marcar
un comportamiento distinto, debido a que se plasmaron espacios individuales de
niveles de renta, y de bienes y servicios, bastante desiguales en relación
entre lo urbano y lo rural de muchas poblaciones, con lo que la propia conciencia
del sentimiento de abandono e impotencia, adquirida por los habitantes de tantos
municipios ligados estrictamente del campo, provocó el fenómeno de la
despoblación, un factor psicológico que los invitaba también a emigrar.
Como se sabe, en estas últimas décadas, la despoblación rural en
nuestro país, y en concreto en el área de los trece municipios estudiados, no
se produjo por un hecho estrictamente “biológico” (Hugh D. Cluot, 1976, página
22) (11), en el sentido de exceder el número de defunciones al número de
nacimientos en una localidad o área
rural y en un periodo dado; al mismo tiempo que la inmigración fue insuficiente
para que se pudiese compensar las pérdidas, con la llegada de otras gentes. La
despoblación de los territorios, e incluso la desertización de nuestros campos
estuvo motivada por la emigración de las fuerzas jóvenes del trabajo, tal como
lo han expuesto numerosos autores, que en sus obras dieron una visión completa
de las causas y la problemática del éxodo
rural español hacia los núcleos de población industrializados del país.
Último beso al hijo antes del pitido de la salida del tren. |
En general, cuando hablamos de
migraciones se sobreentienden estos fenómenos como los motivadores específicos
de la despoblación del campo, pero no debemos olvidar los importantes
movimientos migratorios, que se produjeron de unas zonas urbanas hacia otras
igualmente urbanas, por lo que nosotros consecuentemente lo abordamos desde el
punto de vista de los movimientos emigratorios rurales, que constituyeron el
grueso del total migratorio en estas décadas. A pesar de que no exista una estadística
diferencial que distinguiese entre los movimientos migratorios urbanos y los
rurales o de ambos a la vez, nosotros trataremos de realizar el análisis de los
movimientos migratorios rurales.
La emigración fue muy
importante en la Campiña Baja y en el valle de Andújar sobre todo a partir del
año 1960, y casi todos los autores atribuyen las causas de estos importantes
movimientos de desplazamiento de la población, a un desequilibrio entre la
población que habitaba nuestros municipios y los recursos económicos que los
mismos tenían para el mantenimiento de su población, con lo que fue un factor
esencialmente económico el que desencadenó la emigración como tal.
Grupo de emigrantes en la estación del tren en los años 1960. |
Pinchemel, (1957, página 56)
(12) señalaba dos tipos de éxodo rural: el profesional y el no profesional. El
éxodo rural profesional afectó a los miembros de un grupo rural concreto
compuesto por jornaleros y, propietarios o profesionales no agrícolas, que
sufrieron una relativa crisis como consecuencia de una relativa depresión
económica del campo con respecto a las áreas subyacentes de la economía; si
bien no fue necesario que existiese una crisis real sino que prosperasen
sensiblemente otras áreas de desarrollo como el industrial en otras zonas del
país. El desplazamiento del éxodo no profesional lo ocasionó la dificultad de
encontrar trabajo en una zona superpoblada, como consecuencia de la presión de
la población sobre las posibilidades de vida de esa área.
Llegada a la estación de destino cargado hasta los topes. |
Entendemos que en nuestro caso
de estudio de estos trece municipios, ambos tipos actuaron simultáneamente por
influencia de una serie de causas generales, pero que también fueron inherentes
a la problemática socioeconómica de la zona investigada como la baja
productividad del trabajo del campo por la abundancia excesiva del minifundio
agrícola; el predomino, casi hasta llegar al monopolio del monocultivo
olivarero y escasamente cerealista; la falta de diversificación de la
producción agraria y de la propia industrialización agropecuaria, así como de
especialización; la división y racionalidad del trabajo; la mecanización y
tecnificación introducidas quizá de una manera brusca en esos años, que
inevitablemente creo desempleo; un mayor incremento del crecimiento de la
población que en el crecimiento de los propios puestos de trabajo, para poder
cubrir y atender tal incremento; unos salarios bajos de la misma manera que eran
bajos los niveles de renta de los propietarios, y la escasa capacidad de ahorro,
al mismo tiempo que se incrementaron las explotaciones con las adquisiciones
que se hicieron a los pequeños propietarios emigrados; y la poca inversión
realizada en las explotaciones agrícolas, que sin duda hubieran aumentado los
puestos de trabajo en las localidades.
Toda una problemática que se
agravaría mucho más con el crecimiento de la población, con lo que la única
salida a esta presión demográfica fue la emigración masiva y simultánea ante el
ofrecimiento de unas mejores condiciones socioeconómicas y laborales en las
zonas de desarrollo industrial del país, donde si había demanda de mano de obra,
condiciones más aceptables, en la prometedora ciudad de adopción elegida en
otras regiones de España, con unas condiciones de la que familiares y conocidos
daban información conveniente al respecto de viva voz o por la correspondencia
que mantenían con sus familiares.
Granada 4 de enero de
2018
Pedro Galán Galán.
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