PROLOGO

Se pretende que sea éste un espacio dedicado a entretener y deleitar (... a través de la fotografía fundamentalmente) ... a dar a conocer (...o traer al recuerdo) ciertos monumentos o espacios situados en el término o cercanías de Lahiguera. ...a llamar la atención por el estado de abandono y deterioro de muchos de ellos, ...y si llegara el caso, a remover la conciencia de todos los que somos "herederos" de tales monumentos y espacios, y que con nuestra aportación ayudásemos a la conservación de los mismos.

martes, 5 de julio de 2022

EL ÁRBOL DE LA HIGUERA QUE DA NOMBRE A NUESTRA VILLA.

EL ÁRBOL DE LA HIGUERA EN LA VIDA DE MIGUEL HERNÁNDEZ

Para comenzar a hablar de la higuera como planta, lo haremos con el poeta universal Miguel Hernández, volviendo a leer su “Oda a la higuera”, con la que hemos considerado comenzar este artículo y recordar así a uno de los poetas que más versos le ha dedicado a este árbol tan propio también de su tierra. Hablamos del famoso Miguel Hernández.

ODA A LA HIGUERA

Abiertos, dulces sexos femeninos,

o negros, o verdales:

mínimas botas de morados vinos,

cerrados: genitales

lo mismo que horas fúnebres e iguales

Rumores de almidón y de camisa:

¡frenesí! de rumores en hoja verderol, falda precisa,

justa de alrededores

para cubrir adánicos rubores.

Tinta imborrable, savia y sangre amarga;

malicia antecedente,

que la carne morena torna torna y larga

con su blancor caliente,

bajo la protección de la serpiente.

¡Oh meca! de lujurias y avisperos,

quid de las hinchazones.

¡Oh desembocadura! de los eros;

higuera de pasiones,

crótalos pares y pecados nones.

Al higo, por él mismo vulnerado

con renglón de blancura,

y orines de jarabe sobre el lado

de su mirada oscura,

voy, pero sin pasar de mi cintura.

Blande y blandea el sol, ennegrecido,

el tumor inflamable.

El pájaro que siente aquí su nido,

su seno laborable,

se ahogará de deseo antes que hable.

Bajo la umbría bíblica me altero,

más tentado que el santo.

Soy tronco de mí mismo, mas no quiero,

ejemplar de amaranto,

lleno de humor, pero de amor no tanto.

Aquí, sur fragoso tiene el viento

la corriente encendida;

la cigarra su justo monumento,

la avispa su manida.

¡Aquí vuelve a empezar!, eva, la vida.

Miguel Hernández

En su ODA A LA HIGUERA es donde la fusión entre el poeta y el árbol alcanza su mayor intensidad. La higuera es un ejemplo de lo que se podría denominar como “vegetalización de lo humano”. Constituye un símbolo de masculinidad y virilidad. Su savia lechosa se asemeja al semen masculino, la forma de los higos a los testículos. Posiblemente Miguel Hernández desconocía que la planta estuvo consagrada a Dionisio y que se le atribuía un carácter erótico. Un erotismo que se evidencia en los versos del poeta:

“< ¡frenesí! de rumores en hoja verderol, falda precisa,> …”

Continuamos con un bello homenaje al higo y su inseparable avispilla polinizadora y nos alargamos con La higuera eterna y otras:

HIGO – desconocido

Por su desconocimiento

de nadie, nadie lo toma;

nadie lo desea exento

de su viso y de su aroma.

Con la madurez, asoma

el faldón por la sotana.

Y sólo la avispa hircana,

menoscabando etiopía,

demuestra la anatomía

de su luto arrope y grana. 

Como la higuera joven

Como la higuera joven

de los barrancos eras.

Y cuando yo pasaba

sonabas en la sierra.

Como la higuera joven,

resplandeciente y ciega.

Como la higuera eres.

Como la higuera vieja.

Y paso, y me saludan

silencio y hojas secas.

Como la higuera eres

que el rayo envejeciera.

Elegía a Ramón Sijé

Dijo el poeta: En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, a quien tanto quería.

La prematura muerte de Sijé por una fulminante infección intestinal, el día de Navidad de 1935 inspiró a Miguel Hernández esta bella Elegía donde expresa el gran dolor e impotencia humana ante la partida del amigo. Ramón Sijé tenía tan sólo 22 años y un gran porvenir literario. Pocas veces se logra expresar la amargura y desesperación con tal fidelidad como en estos tercetos tan conmovedores que son fiel testimonio de amistad, rebeldía ante lo irremediable y esperanza de una reunión eterna desafiando leyes inmutables. Es un poema que los hermanará para siempre.

Jarcha - Elegía (Miguel Hernández)

 

ELEGÍA - JM SERRAT -FESTIVAL TROVA 1982

https://www.youtube.com/watch?v=WkbKvHHQmkw 

Elegía a Ramón Sijé

Yo quiero ser llorando el hortelano

de la tierra que ocupas y estercolas,

compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas

y órganos mi dolor sin instrumento,

a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.

Tanto dolor se agrupa en mi costado

que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,

un hachazo invisible y homicida,

un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,

lloro mi desventura y sus conjuntos

y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,

y sin calor de nadie y sin consuelo

voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,

temprano madrugó la madrugada,

temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,

no perdono a la vida desatenta,

no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta

de piedras, rayos y hachas estridentes

sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,

quiero apartar la tierra parte a parte

a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte

y besarte la noble calavera

y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:

por los altos andamios de las flores

pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.

Volverás al arrullo de las rejas

de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,

y tu sangre se irá a cada lado

disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,

llama a un campo de almendras espumosas

mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas

del almendro de nata te requiero,

que tenemos que hablar de muchas cosas,

compañero del alma, compañero.

La higuera y sus frutos juegan un protagonismo especial en la figura, la vida y la obra de Miguel Hernández.

Foto del poeta Miguel Hernández.

Los amigos poetas admiraban en Miguel Hernández su amor a la naturaleza, su frescura, su espontaneidad, la pasión por su tierra natal de naranjos, palmeras e higueras. La higuera no era para el poeta tan sólo un lugar de sombra, descanso e inspiración. Los higos eran los frutos preferidos por Miguel Hernández y en las higueras, como las que tenía en su huerto, veía la expresión de la naturaleza, de la fuerza vital que no es dominada por el hombre.

La higuera era constatación de los ciclos de la naturaleza a la vez que meca de lujurias, aposento de encuentros amorosos o, como él mismo decía, higuera de pasiones. Su mundo poético, como les sucede a los verdaderos poetas, era un mundo transfigurado. En unos 20 de sus grandes poemas la protagonista es la higuera, su compañera la higuera: A FUEGO DE ARENAL, ADOLESCENTE, AGOSTO DIARIO, AL POLO NORTE, ALEGRÍA, ÁRBOL DESNUDO, COMO LA HIGUERA JOVEN, DIARIO DE JUNIO INTERRUMPIDO, EL ADOLESCENTE, EL ALMA DE LA HUERTA, ELEGÍA, ESTÍO ROBUSTO, HUERTO MIO, INSOMNIO, JURAMENTO ALEGRIA, NO SALIERON JAMÁS, ODA A LA HIGUERA, PRIMAVERA CELOSA, TAPIA DEL HUERTO MÍO, etc.

La vida es cambio. La higuera lo sabe, por eso siente y se transforma con las estaciones del año: “……” (COMO LA HIGUERA JOVEN).

COMO LA HIGUERA JOVEN

Como la higuera joven

de los barrancos eras.

Y cuando yo pasaba

sonabas en la sierra.

Como la higuera joven,

resplandeciente y ciega.

Como la higuera eres.

Como la higuera vieja.

Y paso, y me saludan

silencio y hojas secas.

Como la higuera eres

que el rayo envejeciera.

Al pensar en una higuera, resulta complicado no evocar su aroma entre el hueco de sus ramas bajas, en el refugio de los tremendos rayos de sol, al que acudíamos presurosos los agotados futbolistas, tanto en las mañanas como en las tardes de cada verano, y así se repetía a lo largo de los muchos veranos de la infancia en nuestra villa.

La frondosidad de la higuera daba sombra a los que acudíamos a su refugio estival.
Este árbol frutal de hoja caduca, propio de zonas áridas, requiere poca agua y proporciona unos frutos muy apreciados. Al tratarse de un árbol de producción baja, de forma tradicional se ha utilizado en zonas marginales de cultivo y, sobre todo, en el huerto de muchas casas. Como en el caso de la vivienda de Orihuela en la que se crió Miguel Hernández, donde se encuentra un ejemplar centenario de higuera que puede que, incluso, hubiera plantado el propio poeta, y que con el tiempo al pie de la cual y bajo sus sombras el universal poeta de Orihuela pasaba largas horas de inspiración poética. Una poesía que destacó por la hondura y autenticidad de sus versos, reflejo de su compromiso social y político.

Bueno…, tras esta larga introducción vamos a dedicarnos a hablar del árbol de la higuera que da nombre a nuestra villa.

La higuera pertenece a la familia de plantas moráceas que se caracteriza por contener látex y producir diminutas flores unisexuales. Estas flores se agrupan en espigas, ramilletes o como en el caso de la higuera, están envueltas y rodeadas por el perianto. El perianto envuelve las flores formando un receptáculo que cuando madura se hace carnoso dando lugar a una infrutescencia, cuya forma más conocida es el higo.

La mayoría de las especies de esta familia son de origen tropical y han tenido gran importancia en los comienzos de la industria del caucho. Actualmente se talan para madera o se cultivan como especies ornamentales. Nuestra protagonista, la higuera,  es una de las pocas especies que crecen en zonas templadas y  sus congéneres más famosos son el árbol del pan (Artocarpus incisa) y la famosa morera de los gusanos de seda (Morus alba L.).El género ficus es el nombre latino de la higuera que deriva del griego Sycon (συκον). Y sicono es el nombre que se eligió  en botánica para denominar a la infrutescencia carnosa que forma el higo (o Phag como se dice en lenguaje hebreo).

El nombre de la especie: carica hace mención a una región de Asia Menor, cuna del comercio de higos para los griegos. Posiblemente se trate de la región de Caria (Kapia en griego antiguo) cerca del mar Egeo, como menciona en sus escritos el mismo Plinio el Viejo.

Suena extraño, pero es así. Los faraones llenaron parte de sus tumbas con higos secos.  Pensaban que así se podrían alimentar en la siguiente vida. De hecho, una de sus diosas, Hathor, parecía estar emergiendo de una higuera gigante, desde donde le daría la bienvenida al cielo.

En las pirámides de Gizeh, aparecen los higos en los jeroglíficos. Estamos hablando que ya se consumían ¡hace 5.000 años.!

Los egipcios los tomaban frescos y también secos además de emplearlos como medicinales en algunos problemas de salud.

Cuentan que Cleopatra murió por la picadura de una víbora que venía en un cesto de higos. Hay ciertas discrepancias en torno a este hecho. Algunos historiadores no lo dan por cierto, pero a lo que vamos es que se hablaba de los higos en los textos de la época, eran un alimento habitual.

Recolección de los frutos de la higuera en el antiguo Egipto.

Investigadores de Israel, han demostrado que el Homo sapiens ya se había iniciado en el cultivo de las Higueras hace más de 13.000 años. Esto ha sido posible, gracias a la datación de un fósil de higo encontrado entre las ruinas de una casa situada en las cercanías de río Jordán.

El higo del hallazgo, no tiene semillas y eso es algo muy poco usual en la naturaleza. Una mutación espontánea que permite que la higuera forme higos sin necesidad de polinización y que ha sido aprovechada por los humanos.

La probabilidad de que ese higo hubiese sido silvestre es casi nula, por lo que con total seguridad, alguien encontró esa higuera con eses curiosos frutos y decidió hacer esquejes obtener nuevas higueras.

Los griegos consideraban a los higos como una representación de la fuerza y la gloria de los deportistas.

En los juegos olímpicos, para los ganadores, era una honra recibir una corona realizada con hojas de higuera. Además, como recompensa, también eran agasajados con una buena ración de sabrosos higos.

Existía la creencia de que los higos proporcionaban una excepcional energía. No andaban desencaminados ya que es una de las frutas con más calorías.

De Zeus y Semele nació Dionisio uno de los dioses más importantes en la civilización griega y muy unido en sus ritos a la higuera y los higos. En las fiestas Dionisíacas los hombres se paseaban con un pene tallado en madera de higuera y las mujeres llevaban como adornos libidinosos, higos cortados a lo largo.

Dionisio que es llamado Baco por los romanos, es el dios que regaló el vino a la humanidad y nos dejó para nuestra imaginación sus sesiones dionisíacas, o lo que más adelante llamaron los romanos, ¡bacanales!

Estatua del dios Dionisio, dios del vino, llamado Baco por los romanos.
Pintura mural de una cesta de higos recuperada de las ruinas de Pompeya.

Las higueras (Ficus carica L.) fueron de los primeros árboles que se cultivaron en el mundo. Posiblemente originadas en Asia occidental se extendieron al Mediterráneo y en 1520 los españoles las llevaron a América. Francisco Pizarro es uno de los primeros en introducir las higueras en América. Trató de promocionar su cultivo hasta el punto de animar a que en todas las casas plantasen una higuera.

La iglesia católica también contribuyó a su difusión, siempre había higueras en todos sus conventos.

En Perú se le atribuyó ciertos poderes, a la que llamaban el “árbol de Dios”, decían que hacía huir a los espíritus malignos y atraía la buena suerte.

En el mundo se calcula que existen unas 419.000 hectáreas de terreno cultivado con higueras con una producción anual de frutos que supera el millón de toneladas. Actualmente el principal país productor de higos del mundo es Turquía (»22%), seguido por Egipto (»18%), con un fuerte crecimiento. Otros países son Grecia, España e Italia.

Hay controversia respecto a su origen. Haciendo caso al origen etimológico probablemente se dispersó a través de Asia Menor, desde donde se originaron las primeras variedades cultivadas. Actualmente se encuentra asilvestrada en toda la cuenca mediterránea, desde el Sur de Europa, Norte de África, Asia Menor hasta Noroeste de la India, naturalizadas a partir de los antiguos cultivos abandonados.

En la Península Ibérica se encuentra ampliamente repartida en todas las provincias e incluso aparecen algunas de las higueras más antiguas de la cuenca mediterránea, ya famosas por sus sabrosos higos desde la época del Imperio Romano. Son las higueras de Baleares (islote de Espalmador), Granada, Málaga y Fraga (Huesca).

La higuera, compañera nuestra desde los albores de la humanidad, es cómo no, uno de los árboles más mencionados en nuestra historia. Aparece en la Biblia, junto con el ciprés, el granado y el cedro, como uno de los árboles más citados. Su primera cita aparece en el Génesis, donde Adán y Eva se cubrieron con hojas de higuera tras comer del árbol prohibido, y no de una parra o manzano como se ilustra en algunas representaciones pictóricas. (Narración del Antiguo Testamento (Génesis 3, 1-7)

Adán y Eva en el paraiso.
Escena completa del panel del  pecado original de la Capilla Sixtina pintado por Miguel Ángel.
Adán tapado con una hoja de higuera como indica el Génesis. Pintura de Tiziano.

En la mitología griega se consideraba un árbol consagrado a la Diosa Ceres, diosa de la agricultura, y a Dionisio, dios de la fecundidad. Debemos tener en cuenta que la higuera es uno de los primeros árboles domesticados, y por lo tanto se consideró el higo un regalo de la madre naturaleza. Existen pinturas egipcias que muestran el cultivo y cosecha de higos, datadas en el año 4.000 antes de Cristo. En cuanto a Dionisio, el higo, siempre se ha considerado símbolo femenino, y durante cierto tiempo en Grecia, los misterios de su cultivo se transmitían exclusivamente entre las mujeres (al igual que con las habas). Y cómo no, también era la fruta predilecta de Cleopatra, una de las mujeres más famosas de la historia; la leyenda dice que el áspid que la mató fue ocultado dentro de unas canastillas de higos.

Su facilidad para crecer entre las grietas de los muros le ha convertido fácilmente en un símbolo de presagios y profecías. En el foro de Roma crecía una higuera que se consideraba sagrada, y cuya muerte se consideraba un mal presagio para los ciudadanos de la antigua Roma. Era tal la importancia de esta especie que el orador romano Catón llevó un higo fresco al Senado de Roma cogido tres días antes en Cartago, para demostrar la cercanía de la amenaza del enemigo cartaginés ante Roma.

Su fama de árbol sagrado y respetado, le llevó a que durante mucho tiempo existiera la tradición de plantarlo en patios y casas, para dar protección y alimento a sus moradores. Fue tal su aura mágica que se escribía en sus hojas para vaticinar presagios. Incluso se le atribuía la propiedad de quitar las arrugas a los viejos que comían higos.

Pero la entrada y apogeo de la religión cristina y la descripción del ahorcamiento de Judas en una higuera en el Nuevo Testamento, acabó convirtiéndola  en un árbol maldito. Se llegó a pensar que pasar o dormirse debajo de su sombra atraía la mala suerte e incluso la muerte.

La higuera, en correlación con su gran recorrido histórico a través del Mediterráneo, ha sido uno de los árboles más aprovechados en la cultura mediterránea. Con multitud de aplicaciones en farmacopea, alimentación, jardinería, cosmética…, utilizando cualquier parte de la planta para su aprovechamiento.

La higuera, a pesar de que ha sido muy cultivada en los hogares, es una planta misántropa que suele prosperar aislada. De hecho, se encuentra en forma arbustiva en lugares tan inverosímiles como paredones rocosos de barrancos, resquicios de puentes, iglesias…, casas y cortijos abandonados, preferiblemente orientados al norte. No tolera bien la compañía de otras especies, salvo la de sus congéneres y se localiza en altitudes que van desde los 0 metros de altitud, a los 1700 metros de altura del nivel del mar.

Higuera junto a una acequia en Vélez de Benaudalla (Granada).

Por su porte irregular y su altura, sobre 6 u 8 metros, es considerado árbol-arbusto, aunque su copa es muy amplia en relación a su altura y sus ramas largas prácticamente horizontales, que muchas veces son incapaces de soportar su propio peso. Son muy características las visibles y gruesas cicatrices estipulares que circundan toda la rama (mientras en la morera la cicatriz se forma en una sola cara de la rama).  Es una planta que rebrota muy fácilmente de cepa y raíz, por lo que se suele recuperar fácilmente de heridas en la corteza, podas o desgajo de rama. Es muy fácil reproducirla por estaca, acodo e incluso injertarla en otro árbol de la misma especie.

El árbol de la higuera de la especie caducifolia por lo que en invierno la vemos con su perfil de ramaje mostrando sus ramas desnudas de hojas. Sus grandes hojas son de color verde oscuro por el envés y algo más pálido por el haz. Son ásperas al tacto, con un gran pecíolo, y están distribuidas alternamente en las ramillas y con el limbo palmeado, aunque en ocasiones no es muy pronunciado. Algunos agricultores son capaces de diferenciar las variedades de higuera según la escotadura del lóbulo y el tamaño de la hoja.

Higuera centenaria llamada "Na Blanca" en la isla de Formentera.

Aparentemente no tiene flores, pero en realidad, produce diminutas flores unisexuales femeninas o masculinas y en gran cantidad, que están encerradas en el interior de un receptáculo carnoso, que se convierte en el fruto.  A esta reunión de flores colectivas encerradas en el receptáculo, característico de todos los Ficus, se le conoce como sicono y cuando madura, se vuelve carnoso formando lo que llamamos higo. Este sicono o higo, cuando está inmaduro y se abre con una navaja, presenta una cavidad amplia, que con el tiempo se colmata de flores, tornándose entonces de color rojizo.  Tiene forma de pera y en la parte superior aparece un pezón o cabillo con un pequeño poro apical u opérculo, conocido como ojo de higo.

Detalle de las flores femeninas con la semilla y verdadero fruto Sicono lleno de flores casi maduro.

Se produce una primera floración en primavera y una segunda en el verano. Las flores del interior del higo, al estar polinizadas, producen diminutos granitos que son las semillas y los verdaderos frutos de la higuera.

La pequeña avispa que penetra por el orificio del ojo del higo para cumplir la sagrada aunque erótica misión de polinizar.

La avispilla o himenóptero Blastophaga psenes, o Blastophaga   grossorum, es fundamental para polinizar el higo. La especie de himenóptero “Blastophaga psenes”, al igual que su planta hospedadora, la higuera, es la única especie de su linaje que vive en regiones templadas. Tengamos en cuenta que es una simbiosis entre insecto y planta que lleva coevolucionando unos 60 millones de años.

La “Blastophaga psenes” entra por el ojo del higo, toca las flores masculinas y arrastra el polen hacia las flores femeninas del interior.  La entrada por el ojo de higo es costosa energéticamente, por lo que la avispilla pierde las alas, las antenas y muere dentro del higo. Pero antes de morir, hace un último esfuerzo para utilizar su ovopositor y depositar sus huevos en los estilos de las flores femeninas, que se caracterizan por ser muy cortos.

La higuera y las avispas. avi.

https://www.youtube.com/watch?v=EWTmWM01-AE

Posteriormente, las larvas que nacen se alimentan del ovario de la flor y cuando se convierten en adultas se aparean entre sí con los machos ápteros, que también mueren.  Así que imaginemos por un momento la de proteína animal que se queda dentro de estos sabrosos higos…  Las nuevas hembras ya apareadas salen del higo fecundadas y embadurnadas de polen listas para repetir el proceso. Los frutos fecundados maduran, el sicono cambiará de color, grosor, olor y sabor, y estará listo para servir de alimento a otra fauna del entorno, que a su vez dispersarán las semillas con sus excrementos. Estas higueras, de estilo corto, donde la avispilla deposita sus huevos, son consideradas las higueras primitivas, origen de todas las higueras cultivadas. Las higueras de este grupo son utilizadas fundamentalmente como polinizadoras de las higueras domésticas, pues, en general, sus frutos no son comestibles, excepto la de los cultivares Croisic y Cordelia.

Avispillas dentro del sicono de higo antes de la total maduración.

Hablamos de los higos, pero expliquemos antes cual es el origen de las brevas o ¿Qué es una breva?

Algunos cabrahigos producen en años favorables, como haciendo honor a sus primas tropicales, una segunda o tercera generación de inflorescencias, que quedan en el árbol durante el invierno y maduran en primavera. Dentro de éstos, es donde la avispilla polinizadora pasa el frío invierno. Estos higos tardíos, son las conocidas brevas, que estacionalmente aparecen antes que los higos pero que en realidad empezaron a crecer a finales del verano del año anterior. De ahí que la venta de estas infrutescencias se haga al grito de. ¡Al higo, al higo, que la breva ya se ha ido! Normalmente se cosechan por San Juan o San Pedro durante el mes de Junio, cómo bien recuerda el refrán:

“Verdes o maduras, por San Juan, brevas seguras.”

“Entre el higo y la breva, la segunda es la primera.”

“De higos a brevas, largas las llevas.”

Podemos diferenciarlas no sólo por la época en que se producen, sino también por la parte del árbol en la que crecen. Mientras que los higos se desarrollan en las axilas de las hojas sobre el brote o rama del año, las brevas se desarrollan sobre las ramas del año anterior, es decir, sobre la rama de madera gris, donde pasan el invierno como pequeños botones, situándose de 2 a 7 brevas por rama.

El mito de que las brevas son moradas y los higos verdes es falso. Tanto los higos como las brevas pueden presentar diferentes formas, tamaños y colores: amarillo, verde, negro, morado, marrón, rojizo, según las diferentes variedades.

Por lo general, las brevas tienen un valor comercial mucho mayor, tanto por la fecha de maduración, como por su mayor tamaño (muy superior al de los higos), su aspecto más atractivo o su mayor aroma y jugosidad. Eso sí, son menos dulces que los higos.

Detalle de una breva en la lámina botánica de la higuera (Ficus carica)

Dentro de los dichos populares la breva tiene citas que nos ayudan a conocer mejor las brevas y sus características:

“Más blando que una breva.”

 Se le dice a una persona, que, como la breva, ha pasado de ser duro o tenaz, a ser blando o dar la razón delante de los que le han persuadido.

“No caerá esa breva.”

El agricultor debe cosechar todas las brevas que dejarán lugar a una siguiente cosecha de higos. Por eso se utiliza esta expresión para manifestar la falta de esperanza de alcanzar algo.

Sus frutos, las brevas y los higos, hacen las delicias del paladar de todos los pueblos mediterráneos.

Ejemplo de variedades de higos.

El higo ha sido cultivado por su sabor dulce, su concentración en azúcares, vitaminas A, B y C y su poder energético.

 El valor nutricional de los higos es importante:

Composición por 100 gramos.

Valor energético………  70 kcal

Proteínas…………. 750 mg

Grasas…………….. 300 mg

Carbohidratos…….14 g

Fibra……………………2,5 g

Potasio…………… 234 mg

Calcio……………….38 mg

Magnesio………….20 mg

Sodio………………….1 mg

Hierro……………….0,37 mg

Vitamina C………...2,3 mg

Provitamina A…..25 µg

Vitamina B1……..60 µg

Vitamina B2……..50 µg

Vitamina B3……420 µg

Desde antiguo, se atribuyen muchas propiedades a los higos: Los higos frescos contienen cradina y son muy digestivos, mientras los secos son ideales para tonificar la salud, sirven como laxante, diurético y expectorante. Por su elevado contenido en potasio y bajo en sodio, resultan muy recomendables para aquellas personas que sufren hipertensión arterial o afecciones de vasos sanguíneos y corazón. Se ha constatado recientemente que los higos y las brevas verdes presentan actividad antioxidante. Hasta la llegada del azúcar, los higos se utilizaban para conservar la fruta cocida e incluso como sustituto del pan de cereal.

Cualidades de los higos.  
Los higos se consumen como fruta fresca de temporada pero también, desde muy antiguo, se procede a su secado obteniendo los higos “secos” o “pasos”, logrando una fruta en conserva muy rica y apreciada. En ambos casos constituyen un alimento importante para las personas y muy valorado. Actualmente existen otras tipos de conserva: en almíbar, en alcohol, con miel, con azúcar y limón…, amén de mermeladas diversas. Además de ricos postres (solos o como ingredientes de pasteles, tartas y dulces variados), los higos constituyen un posible componente de exóticas ensaladas (con jamón serrano, por ejemplo) y una rica guarnición de platos de carnes fuertes: asados, aves, caza, …, ya sean enteros, partidos o integrando salsas. Existen diferentes licores de higos, secos o más dulces, que pueden acompañar, por ejemplo, a una tabla de quesos.

El higo consumido fresco, debe recolectarse siempre pasado y arrugado, como bien dice el refrán castellano: “El higo para ser bueno ha de tener el cuello de ahorcado, ropa de pobre y ojo de viuda.” Es decir, el cuello largo y estirado, la piel arrugada y algo rota, y derramando una lágrima de néctar por el opérculo o poro del higo. Otro buen indicador es cosecharlos cuando empiezan a caerse del árbol, momento en el que se varean las ramas.

Higos no maduros.

Higos pasos.

Los higos pasos, son los higos para comer en seco, son muy nutritivos, y se comían abiertos y con una almendra dentro, también con nueces, y bellotas. Para su preparación se deben seleccionar los higos un poco antes de la maduración. Posteriormente se secan sobre cañizos, esteras o cajas, sucesivas, que se cubren con un lienzo limpio para prensarlos mientras se pisan descalzos y se apelmazan. Así se conservan varios meses, desde su recolección en septiembre, “Por San Miguel los higos son miel”, hasta finales de enero o febrero. Y se evita que nazcan las larvas de una avispilla que las poliniza.

Dentro de la cultura gastronómica el higo presenta multitud de recetas tradicionales procedentes de culturas como la romana, judía, árabe, cristiana… Recetas como las brevas fritas, confituras y licores (debido a su gran cantidad de azúcares), vinagre de higo, higos rellenos, higos con patatas…  hasta famosos postres como los ya mencionados higos pasos o el pan de higo (postre de higo y almendra).

Higos con jamón y queso fresco.
Una de las recetas más ancestrales era el ficatum romano que llevaba higos e hígado de pato, de ahí posiblemente la derivación de fígado y posteriormente el ya castellanizado hígado.

El propio higo ha sido utilizado para muchos remedios caseros. Así, los egipcios los usaban como eficaces laxantes. Y no iban mal encaminados, porque si hacemos caso al refrán “Higo chinchón (duro y prieto) para mi señor; higo maduro para mi culo” podemos concluir que también se usaba contra las hinchazones anales.

En algunas regiones se les considera buenos como remedio para enfermedades pectorales y relacionadas con toses. El medicamento consistía en cocer la leche con los higos secos y posteriormente comerlos acompañados de la leche bien caliente con un poco de miel.

En la cultura tradicional el consumo de los productos de las higueras, esencialmente brevas e higos, se ha asociado siempre a efectos saludables. Los higos son frutos nutritivos más ricos en fibra, potasio, hierro, zinc, magnesio y calcio (5 higos poseen el mismo calcio que un vaso de leche) que otros tan populares como plátanos, uvas, fresas o manzanas. No contienen grasas, colesterol, ni sodio, y son una fuente excelente de vitaminas y antioxidantes: vitamina C, tocoferoles, carotenoides y polifenoles, aduciéndose en diversas publicaciones que favorecen la detoxificación de productos celulares indeseables, contrarrestan a sustancias carcinogénicas y retrasan ciertos cambios neuroquímicos relacionados con el envejecimiento, aparte de disminuir las patologías cardio- y cerebro-vasculares y los procesos de malignización. Los higos negros poseen concentraciones mayores de polifenoles, antocianinas y flavonoides que los blancos y exhiben un mayor poder antioxidante.

Podíamos preguntarnos, ¿Cuáles son las bases científicas de tales afirmaciones? Pues, recientemente se han publicado diversas investigaciones al respecto derivadas de que en los últimos años se ha puesto un gran énfasis en la relación existente entre estrés oxidativo, alta concentración en sustancias oxigenadas reactivas y las patologías más importantes que afligen la humanidad. De ahí que se consideren como muy favorables aquellos alimentos que poseen componentes capaces de reducir o controlar ese estrés oxidativo por la acción antioxidante de alguno o algunos de sus componentes. Citamos por ello a una de las más recientes investigaciones, aparecida en la revista HORTSCIENCE, realizada por científicos californianos, analizando diversas clases de higos, estados de madurez, capacidad antioxidante y apreciación de los consumidores. Resultados: los más maduros poseen menos acidez, mejor aceptación y la misma o mayor capacidad antioxidante que los más verdes. Constituyen unos componentes imprescindibles en una dieta saludable.

Higos casi maduros que muestran el llamado ojo del higo. por donde entre la avispilla polinizadora, y que cuando estan maduros derraman unas gotas de nectar, el mejor indicativo de su madurez.
Los higos son de utilización común en la medicina popular china que los consume para tratar afecciones inflamatorias, cánceres, diversas afecciones de garganta y sobre todo desórdenes digestivos, más concretamente para luchar contra el estreñimiento. ¿Existe algún fundamento para ello? Desde luego que sí, pues los principios activos localizados en los higos e higueras con posibilidades de tener algún efecto favorable sobre la salud, se cuentan por centenares.

Muy recientemente científicos portugueses, en la revista J. AGRIC. FOOD CHEM. han analizado el importante potencial antioxidante del látex de las higueras. Otros, de la misma nacionalidad, han realizado un estudio exhaustivo sobre los componentes de los diferentes tejidos y partes de la planta, incluyendo las hojas, mientras que científicos chinos (en la revista PLANT FOODS HUM. NUTR.) han demostrado, usando extractos acuosos fríos y calientes de higos, su alto potencial antioxidante e inmunológico que permitirían clasificar a los higos como alimentos funcionales. En cuanto a su alto contenido en antocianinas hace que ejerzan un papel protector respecto a las lipoproteínas.

Los hoy tan en moda flavonoides también se encuentran en altas proporciones en los higos. La rutina, con  hasta 28,7 mg por 100g de peso fresco, así como la (+) catequina (4,03 mg), ácido clorogénico (1,71), epicatequina (0,97), ácido gálico (0,38) o ácido siríngico (0,10), según un estudio realizado en Eslovenia.

En China, en el Chonbuk National University Hospital, tras datos previos muy sugestivos, se está realizando un importante ensayo clínico controlado sobre los efectos favorables de los higos en los casos del estreñimiento femenino de grado medio. Y, en el FASEB J. (el órgano oficial de la Federación de Sociedades Americanas de Biología Experimental) se publicaba la comunicación presentada por unos científicos coreanos demostrando que en el estreñimiento funcional el consumo de higos obtiene unos resultados al menos tan favorables como los realizados a base de altas dosis de fibras. Además, las especies comestibles de higos son muy digestivas porque, aparte de su alto contenido en fibra, contienen una sustancia llamada cradina que es una enzima digestiva.

El látex o “leche de higuera”, se extrae de la higuera cortando levemente cualquier parte de la planta. Contiene enzimas proteolíticas, por lo que se ha empleado como remedio casero para eliminar las verrugas.  Siempre con un excesivo cuidado, ya que el látex en contacto con la piel puede causar dermatitis, siendo especialmente cuidadosos el eliminar el látex en las zonas del cuerpo que pueden quedar expuestas al sol.

La “leche de higuera” también se ha utilizado para cuajar la leche y fabricar queso. El proceso consistía en empapar un poco de lana con látex o utilizar una rama de higuera recién cortada. Aunque probablemente se dejara de utilizar con la aparición de los cuajos actuales de buen rendimiento.

Forma de cuajar la leche antiguamente con la leche de higuera o látex.

Como curiosidad, con el látex de la higuera se puede escribir texto que solo puede verse exponiendo el papel al fuego.

Las hojas de la higuera se han utilizado en el norte de África para limpiar y refrescar los párpados y hace cinco siglos en España, se utilizaban para limpiar las encías. Las hojas de una variedad de higos negros, tras una decocción, ha servido como tintura para oscurecer los cabellos.

La madera de la higuera es de muy mala calidad, se pudre rápidamente con los cambios de humedad, y solo se ha utilizado tradicionalmente para hacer guirnaldas u ornamentar asientos. Al ser una madera con abundante médula se cortaban vástagos para las barandillas de los carros, para que las puntas de las espadas y lanzas del enemigo quedaran fácilmente retenidas dentro de la esponjosa madera, convirtiéndose de este modo en un almacén suplementario de armas para el combatiente que iba en el carro.

Otro remedio curioso es el uso de la lejía obtenida con las cenizas de las ramas, utilizada para combatir la disentería y los espasmos… Y muy importante, tampoco es buen combustible y se desaconseja utilizar como leña para cocinar.

A pesar de que ya los egipcios los plantaron para decorar sus propios jardines, ha sido un árbol olvidado durante muchos siglos en la jardinería. Hoy en día vuelve a ser un aliado en los diseños de jardines, tanto por su escaso mantenimiento, como por su fresca sombra o por su fantasmagórico porte durante el invierno.

Cuando hablamos de la higuera, hay que diferenciar entre la higuera silvestre y la cultivada. La primera se le conoce como higuera loca o cabrahigo, y deriva del nombre que la daban los romanos: capraficus. La higuera silvestre sobrevive en todo tipo de exposiciones y climas, pero gusta de un clima suave, seco y caluroso, con un suelo levemente húmedo, pero bien drenado, por eso es común encontrarla cerca de los canales de riego. Como bien resume el refrán: “La higuera, el pie en el agua, y el sol en la cabeza”.

Las higueras domésticas o cultivadas descienden de las higueras silvestres, por lo que requieren de las mismas condiciones para la subsistencia: suelo drenado y exposición solar.  Si la cultivamos en nuestra huerta debemos tener en cuenta que es una planta cuyas raíces se desarrollan cerca de la superficie, lo que implica varias cosas. Primero que podemos dañarla seriamente con un cavado profundo, y segundo, un leve arado en las raíces, en cambio, la hace rebrotar con fuerza y mejorar su cultivo. En cuanto al riego, para una excelente producción de higos y un hermoso porte se debe evitar el exceso de agua, que daría higos muy aguados y poco sabrosos.


La principal característica de todas las higueras domesticadas es que solo presentan flores femeninas en su sicono, y además con una pequeña anomalía en el estilo. La selección genética tradicional ha dado como resultado variedades cuyas flores tienen un estilo más largo de lo normal. Esto último implica que las hembras de la avispilla Blastophaga psenes no pueden depositar los huevos de forma efectiva en el estilo de estas flores, y por lo tanto se interrumpe el ciclo de la avispilla, pero evitamos la puesta de huevos dentro del sicono.

Partiendo de este punto se cree que en el siglo I después de Cristo existían ya 29 de estas variedades domésticas, que son el origen de las variedades actuales. Hoy en día se aceptan oficialmente 40 tipos de higueras cultivadas, aunque algunos autores (Condit Ira J.:  Hilgardia. Volumen 23, número 11, páginas 323 a 538. February 1955.) estiman en 800 las posibles variedades de higueras cultivadas, casi todas dentro de la franja que abarca desde el Mediterráneo occidental cuenta hasta Oriente Medio.

Pero todas se pueden englobar dentro de tres tipos:

Higueras que requieren polinización: son variedades que sin la presencia de la avispilla dejan caer los frutos prematuramente antes de la maduración. Para evitarlo se cuelgan unas infrutescencias de cabrahigo (dentro esta la pequeña avispilla), a esta técnica se la conoce en España como cabrahigar, y al proceso como cabrahigadura o caprificación. Según Teofrastos, los griegos ya sabían que siempre era necesaria la existencia de cabrahigos o higueras silvestres en las cercanías de las higueras cultivadas. Algunos autores llaman al cabrahigo o “higuera macho”, como si fuera la única fuente de flores macho, y por lo tanto de polen. Pero algunos autores apuntan que es una denominación que invita a la confusión, ya que según otros autores algunas higueras silvestres o cabrahigos son monoícas, con flores macho y hembra dentro del mismo sicono.

 Cómo bien dice el refrán:

 “Ni hombre sin ombligo ni higuera sin cabrahigo”

 La proximidad de higueras silvestres o las flores macho poliniza a la higuera cultivada sin que tenga que ser parasitada por la avispa, por lo que producen semillas fértiles.  Son higueras poco frecuentes en España y existen dos familias importantes:

– Higueras San Pedro (21 variedades): producen higos, pero brevas en forma partenocárpica, es decir, sin necesidad de polinización. Generalmente la producción de brevas es abundante, es España se cultivan alguna de estas variedades, pero no son muy comunes.

– Higueras Smirna (116 variedades), se puede decir que se encuentra en transición entre las higueras que producen brevas y las que no. Generalmente no producen brevas, aunque existe alguna variedad de brevas, pero sin semillas, insípidas y muy blandas. Su nombre ha referencia a la región de Esmirna (Turquía) y son cultivadas en el Norte de África y Oriente Medio.

Higueras Persistentes o Partenocárpicas. Al igual que ha ocurrido con las naranjas, granadas, uvas… sin pepita, existen variedades que no requieren polinización para dar un higo carnoso. Forman higos que llegan a alcanzar su madurez sin haber sido fecundados los óvulos de la flor, por lo que no producen verdaderas semillas.  Dentro de este tipo de higueras pueden darse variedades:

-Partenocárpicas solo para brevas

-Partenocárpicas para higos y brevas

Como podemos ver, sin polinización el higo también puede madurar, aunque muchos autores consideran que la cualidad gustativa de grupo de variedades es mucho menor. En el mundo existen cerca de 476 variedades de este tipo. Y es la forma de higuera más común en nuestro país.  Algunos autores incluyen variedades comestibles de cabrahigo (88 variedades). Posiblemente variedades más antiguas, muy poco comunes en España y con siconos flores femeninas y masculinas (monoícas) y estilos cortos, por lo que las puestas o huevos de la avispilla quedarían dentro, y suelen tratarse los higos con agua caliente o aplastándolos para eliminarlos y comer en seco.

Poyales del Hoyo (Los higos).

https://www.youtube.com/watch?v=-g2mvNV35d4

Variedades españolas

Dentro de las variedades españolas cultivadas pueden darse multitud de combinaciones, según la producción de la higuera: bíferas (que producen brevas o higos) o uníferas (solo higos), según su reproducción sin polinización o con polinización, pero a esto hay que añadirle la diversidad de formas y colores del fruto, con lo que obtendríamos los cientos de variedades que existen de cada tipo de higuera.

Intentar clasificar taxonómicamente y genéticamente estas variedades se complica con la multitud de sinónimos y nombres vernáculos regionales. Estamos hablando de un registro minucioso y delicado, ya que a la misma variedad se le denomina de forma diferente según tipo de cosecha, idioma, color o forma de los frutos, procedencia, referencias históricas o religiosas, nombre del cultivador… Veamos de forma orientativa algunas de las variedades conocidas en nuestro país (Variedades de Higuera, del Ministerio de Medio Ambiente, Medio rural y Marino.  2011)

 Higueras bíferas

Las variedades de higueras bíferas cultivadas en el sureste de España por orden de importancia son Colar, Goina y Ñoral.

Colar (Negra o Florancha), es la variedad más estimada por la calidad de sus brevas, y la única que en la actualidad se planta. Las brevas colares son de mayor tamaño que las otras dos, de color más negro, de forma más redonda, con más facilidad de rayado o agrietamiento de los frutos, característica comercial muy apreciada por el consumidor dada la vistosidad del fruto.

La variedad Goina, da brevas también negras, pero con el “cuello” algo más colorado, de sabor muy parecido a las colares. Se marchitan fácilmente al comienzo de su desarrollo y aún después cuando van a empezar a madurar. Se conservan las higueras existentes, pero no se planta ya, por lo cual cada año hay menos brevas de esta variedad.

La variedad Ñoral, produce brevas algo verdosas, tirando a blanco por fuera, de menos calidad que las anteriores por no tener su mismo sabor. Prácticamente no se plantan ya, conservándose solamente las higueras existentes.

 Higueras uníferas

Las variedades de las higueras del tipo uníferas, que dan sólo higos, normalmente desde agosto hasta finales de octubre existen numerosas variedades cultivadas. En el Sureste de España tenemos verdal, blanca y pellejo de toro.

La variedad Verdal cría higos de color verde de forma pendular. Es de maduración tardía con fructificación que llega hasta noviembre, momento en que generalmente les empieza a faltar a los higos el calor suficiente para madurar. Esta higuera tiene algunas brevas en junio que no llegan a cuajar.

La variedad Blanca da higos de color blanco, de buen tamaño, que son muy apropiados para conservar en seco.

La variedad Pellejo de toro o Pellejo duro, presenta infrutescencias de piel dura y color negro.

Son muchos los refranes sobre los frutos de la higuera; al respecto de la época de recolección:

·      Por San Juan, verdes o maduras, brevas seguras.

·      Por San Bartolomé, salen los higos a ver

·      Por San Miguel los higos son miel

Otros son:

·      Higuera breval, una o dos en cada corral.           

·      Digo y redigo que la breva no es higo.

·      A quien le gusten las brevas, no hable mal de la higuera

·      Entre el higo y la breva, la segunda, es la primera

·      Le dice el higo a la breva, déjame libre la higuera

·      De higos a brevas, larga las lleva          

·      Con caracoles, higos y brevas, agua no bebas.

·      Sobre brevas, vino bebas

·      Ni higos sin vino, ni pucheros sin tocino

·      En tiempo de higos ¡cuántos amigos!

·      Por comer va el pájaro a la higuera, que no por amor que le tenga

·      Tordos a las higueras, que ya maduran las brevas.

·      Caerle a uno la breva en la boca, no es suerte poca.

·      Casa sin hijos, higuera sin higos.

.     En tiempo de higos, hay amigos.

Granada 5 de julio de 2022.

Pedro Galán Galán.

Bibliografía:

Rodríguez Villén, Antonio.: “Senderos entre los árboles”. Ediciones Alymar. 2002

Pierre y Délia Vignes.:“Herbario de plantas silvestres”. Ed. Larousse. Año 2009.

Lopez, Ginés.: “Guía de los árboles y arbustos de la Península Ibérica y Baleares”. Ed. Mundi-Prensa. Año 2007.

Aas, Gregor. Riedmiller, Andreas.: “Gran Guía de la Naturaleza. Árboles”. Ed. Everest, S.A. Ed. 2001

Rivera Núñez, Diego y Obón de Castro, Concepción.: “La guía de INCAFO de las plantas útiles y venenosas de la Península Ibérica y Baleares (excluidas medicinales”. 1991, INCAFO.

Real Jardín Botánico y CSIC.: “Claves de Flora Ibérica. Vol. I”. Madrid 2001. CSIC.

3 comentarios:

jesus.nuevodoncel dijo...

Releo con gusto tu entrada en estos días en que comemos los primeros higos de la temporada. En Toledo, asi Extremadura, decimos:"22 de julio, la Magdalena, da una vuelta a tu higuera". Este año ha sido un poco más tarde, pero ya comemos alguno.
El proceso de fecundación del fruto he tenido que aprenderlo con la práctica y el hecho de que al empasicar los higos siempre aparecía un gusano dentro... Solución, escaldarlos antes de secarlos y guardarlos, si los quería más allá de Navidad, pero ni los amigos extremeños me lo aclaraban; acaso haya alguna variedad de higuera que no lo necesite, pero lo ignoro.
Los muy aficionados al vino dicen que el mundo está mal hecho; que no puede ser que la higuera produzca dos cosechas y la vid solo una... pero esa es otra historia...

PEDRO GALÁN GALÁN dijo...

Sí hay higos con gusano. El ciclo natural se reactiva en algunos lugares, y supongo que con algunos cultivos. Los higos con gusano son igual de ricos. Sólo los abres por la mitad con los dedos antes de comerlos y le quitas el bichito negro y para dentro. Si ya están muy podridos se desechan.
Es muy ilustrativo este enlace de Youtube.
https://www.youtube.com/watch?v=Zb60rh2c_Kw
Saludos, amigos.

PEDRO GALÁN GALÁN dijo...

¿Cómo eliminar el gusano de la higuera?
Para ello, es importante evitar el riego excesivo, así como la saturación de agua estancada. De igual manera, se debe evitar acumular en el tronco de la higuera el abono, estiércol y otros elementos. Se puede emplear Trichoderma para activar el crecimiento radicular.
Un saludo.