IMPORTANCIA DE LA DEPENDENCIA DE LA EDAD CON RELACIÓN A LA FECUNDIDAD DE LA MUJER.
Con la información dada en este artículo pretendemos ofrecer una visión actual de la demografía de nuestra villa Lahiguera, puesta a disposición pública por el Instituto Nacional de Estadística a través de sus diferentes publicaciones estadísticas realizadas por esta institución estatal, sobre todo usando como fuente el Padrón Municipal que se actualiza anualmente.
En el curso de su lectura podemos hacer diferentes comparativas de la situación de nuestra villa a través de los siguientes apartados:
Mapa de la edad de las diferentes edificaciones que la componen, en el que descubriremos el núcleo de casas que constituían el casco histórico en el año 1900 y las sucesivas ampliaciones del casco histórico de la villa desde 1900 hasta nuestros días.
También podemos ver la evolución que ha tenido su población desde el año 1900 hasta el año 2020, indicando con un gráfico su evolución demográfica, el incremento o disminución de la población en este periodo de entre 1900 al 2020, su tabla de población año a año, los datos de la población estacional máxima cuando los foráneos se suman a nuestra población por vacaciones, el número de habitantes según el lugar de nacimiento, la gráfica de habitantes según lugar de nacimiento tanto del municipio como de la provincia, de la Comunidad autónoma, del resto de España y del extranjero, así como la evolución anual por lugar de nacimiento, los habitantes de Lahiguera nacidos en el extranjero y su evolución, y el top municipal de habitantes extranjeros en nuestra villa, la pirámide de población total, y la pirámide por grupos cada cinco años o quinquenales, su pirámide año por año, el crecimiento natural o vegetativo que se dio en nuestra villa en este periodo de años, los datos de nacimientos y defunciones, el número de matrimonios celebrados en este periodo, el número de higuereños residentes en el extranjero, etc.
Desde el punto de vista económico analizaremos con datos las estadísticas del IRPF en nuestra villa, la renta media de los habitantes, el ranking municipal del IRPF, la liquidación del IRPF según el presupuesto municipal, las transacciones inmobiliarias habidas en el cuarto trimestre del año 2019, el número de afiliados a la seguridad social hasta abril de 2020, el paro registrado a abril de 2020, las matriculaciones de vehículos en abril de 2020, etc.
Mapa
por décadas de la edad de las construcciones del municipio de Lahiguera desde
la década 1900-1909 a la década 2010-2019. |
Mapa del casco urbano de Lahiguera por edad de las edificaciones.
En el anterior mapa urbano de Lahiguera cada color representa una década, comenzando por la década entre 1900- 1909, coloreada en negro, que representa todos los edificios anteriores a 1900, que es el casco histórico, en el mapa puede apreciarse como ha sido el desarrollo urbanístico de Lahiguera a lo largo del tiempo.
En la tabla posterior podemos ver la cantidad de superficie construida (en m2) por década, así como la posición que ocupa el municipio en un Top nacional y provincial para cada década.
Superficie Construida del municipio de Lahiguera
Década % Total Top Provincial Top Nacional*
<1900 0.48% <- 40º -> <- 3749º ->
1900-1909 1.66% <- 74º -> <- 5243º ->
1910-1919 3.68% <- 24º -> <- 892º ->
1920-1929 21.62% <- 12º -> <- 318º ->
1930-1939 12.81% <- 31º -> <- 666º ->
1940-1949 4.22% <- 74º -> <- 2734º ->
1950-1959 2.21% <- 87º -> <- 3864º ->
1960-1969 5.87% <- 72º -> <- 2750º ->
1970-1979 6.94% <- 77º -> <- 3219º ->
1980-1989 12.42% <- 71º -> <- 2679º ->
1990-1999 12.16% <- 70º -> <- 2433º ->
2000-2009 13.36% <- 72º -> <- 2752º ->
2010-2019 2.57% <- 75º -> <- 2728º ->
En el año 1900 había construido el 0,48% de la superficie construida actual, que es la parte coloreada en negro y equivale al casco antiguo de nuestra villa en los alrededores del templo calatravo, la Tercia y la calle Ancha, también aparece en la antigua calle Real (hoy Ramón y Cajal) el edificio del Ayuntamiento antiguo y el edificio del Pósito.
En la década de entre 1900 y 1909 se pasó de una superficie construida del 0,48% al 1,66%, con lo cual se triplicaron las construcciones urbanas de nuestra villa.
La década de 1920-1929 fue la década de mayor construcción en nuestro casco urbano con un 21.62%, llegando casi a multiplicarse por siete las construcciones en nuestra villa respecto a la década anterior de 1910-1919 en el que se construyó el 3,68% del casco urbano.
En la década de 1930-1939 las
construcciones se redujeron prácticamente a la mitad de la década
anterior con sólo un 12.81%. En la década de 1940-1949 las
construcciones bajaron hasta un 4.22%, tres veces menos que en la década
anterior. En la década de 1950-1959 se volvio a reducir la construcción
a la mitad de la que se realizó en la década de 1940-1949 situándose
en un porcentaje de construcción del 2.21%. La década de 1960-1969 se
incrementó la construcción con un 5.87%, hasta duplicar crecidamente la
de la década anterior de 2.21%. La década de 1970-1979 supuso un nuevo
incremento pasando al 6.94%. En la década de 1980-1989 se duplicó el
porcentaje de construcciones en nuestra villa con relación a la década
anterior pasando al 12.42%. En la década de 1990-1999 prácticamente se
mantuvo el porcentaje de construcciones en nuestra villa, realizandose
el 12.16% de construcciones. En la década de 2000-2009 se incrementó el
porcentaje de construcciones en algo más de 1 punto pasando a 13.36%,
cuando en la década anterior estuvo en un 12.16%. En la década de
2010-2019 el porcentaje de construcción se redujo hasta llegar al 2.57%.
Estos datos aportan un porcentaje del 100% de las construcciones
realizadas en el casco urbano de Lahiguera entre el año 1900 y 2019, que han quedado marcadas con colores, desde el negro hasta el azul, en el mapa de la primera imagen de este artículo.
La disciplina que estudia las características de la población es la demografía. Una definición de demografía dice: “Es la ciencia que tiene por objeto el estudio de las poblaciones humanas; tratando, desde un punto de vista principalmente cuantitativo, su dimensión, su estructura, su evolución y sus características generales”. La demografía no es, en esencia, otra cosa que el estudio estadístico de las poblaciones humanas.
China, con una población de 1.395.380.000 personas, y un porcentaje bajísimo de inmigración, es el país más poblado del mundo con 146 habitantes por Km2. La humanidad amenazada por la explosión demográfica del tercer mundo, los jóvenes africanos que pierden la vida en las pateras por aspirar a vivir una vida con mayor calidad en el viejo continente europeo. Los países industriales minados por la “disminución de la natalidad” y que corren, en cambio, el riesgo de implosionar o estallar y romperse desde dentro. Las jubilaciones deterioradas a causa del envejecimiento de la pirámide de edades. Con estas referencias es indudable que los temas de población atormentan a todos nuestros contemporáneos. El hecho no es nuevo, ya que desde los tiempos más remotos ha habido interés por contar a los seres humanos.
En una sociedad monógama como la nuestra, la diferencia de edad entre los integrantes de una misma pareja es muy escasa, aunque como los hombres tienen en promedio más edad que sus mujeres, procrean a sus hijos un poco más tarde; pero pasados los 55 años su fecundidad es, pese a sus posibilidades biológicas teóricas, del todo despreciable, debido a la limitación de la fecundidad en sus mujeres.
En cambio, en los países de África en los que todavía se practica la poligamia, a pesar de la gran diferencia de edad entre los esposos permiten que hombres de edad muy avanzada tengan hijos con mujeres que son mucho más jóvenes. Mientras la fecundidad de las mujeres se detiene a los 50 años como ocurre en los países europeos, la de los hombres sigue siendo no despreciable a los 80 años. Y como un hombre de 40 a 44 años tiene generalmente varias mujeres, la tasa de fecundidad a esta edad sobrepasa netamente la tasa femenina máxima (que se observa entre los 20 y 24 años). Tal como en el caso de las mujeres, se pueden acumular las tasas masculinas para obtener el número medio de hijos por hombre. El caso de los países con práctica de la poligamia reviste especial interés, porque mientras que para las mujeres ese número alcanzará 6.7 de número medio de hijos, aumenta a 11.7 para los hombres. Sin embargo, para procrear un hijo se necesita cada vez un hombre y una mujer y no hay más mujeres que hombres entre los países citados. Es gracias a la forma muy ensanchada de las pirámides de edades africanas, y a la gran diferencia de edad entre los esposos que la poligamia puede producir esta sobrefecundidad de los hombres. Los esposos, situados más arriba en la pirámide, son menos numerosos que las esposas y pueden, por ende, tener y procrear varios hijos.
Digamos, sin embargo, que en estos casos de la poligamia, se trata de la fecundidad “pura”, la que prevalecería, en ausencia de mortalidad, durante la vida fecunda (de 15 a 50 años para una mujer, pero de 20 a 85 años para un hombre). En una población estacionaria, como la estructura por edad está determinada por las tasas de sobrevivencia de la tabla de mortalidad, la totalidad de la diferencia entre ambas fecundidades femenina y masculina se reabsorbería al calcular la tasa neta de reproducción, y se vería el mismo equilibrio intergeneracional para hombres y mujeres, conciliándose así, en el plano de la dinámica de la población, las dos facetas de la fecundidad reducida a un solo sexo. Si, por el contrario, la población no es estacionaria sino creciente, se puede llegar a la paradoja de una reproducción neta masculina superior a la femenina. Se ha visto que para conciliar las diferentes modalidades de medir la reproducción neta femenina había que hallarse en el estado estable; para conciliar las reproducciones netas masculina y femenina hay que encontrarse en el estado estacionario.
Podemos decir que la demografía se encarga de la cuantificación de aspectos poblacionales, tales como: volumen, estructura y distribución geográfica; así como los cambios que estos aspectos tienen en el tiempo (evolución). Estos cambios son debidos a tres fenómenos básicos: fecundidad, mortalidad y migraciones.
La reproducción humana, que es sexuada, no depende solamente de la capacidad de reproducción de los individuos que componen la población sino, también, del equilibrio entre los sexos y de la formación de parejas fecundas. A fin de cuentas, el hombre es un animal social. No está solo. La mayor parte de las especies, desde abejas hasta grandes mamíferos, obedecen a reglas de la vida social que, más allá de los procesos fisiológicos, rigen, entre otros, la procreación y la sobrevivencia. Pero en los animales estas reglas son casi inmutables y dejan poco espacio para la innovación individual. En cambio, en el hombre han evolucionado con la historia y pueden diferir enormemente de una población a otra. Mejor dicho, el hombre se ha dado los medios para controlar su propio destino demográfico. La demografía debe estar también en situación de dar cuenta de ello.
La fecundidad es más difícil de delimitar. Se funda en tres elementos: la aptitud de procrear de las mujeres, la de los hombres y el encuentro de ambas aptitudes a través de la formación de parejas, y estos tres elementos dependen de la edad. Por tanto, hay por lo menos tres maneras posibles de medir la fecundidad de una población: desde el punto de vista de las mujeres, del de los hombres o del de las parejas. El enfoque que recurre a la pareja es el más complejo. Supone como requisito previo el estudio de la formación de parejas en función de la edad de los miembros, para luego evaluar su fecundidad en función de la duración de la unión. Sin embargo, la entrada en unión de hombres y mujeres está en estrecha relación con su capacidad biológica de reproducción y es ésta realmente, y por ende la edad de los integrantes, la que rige en primer lugar la fecundidad de una población. De ahí la idea de abordar de partida la fecundidad como un fenómeno individual.
Se acostumbra medir la fecundidad de las mujeres al menos por dos razones, una teórica, la otra práctica. Biológicamente, es la mujer y no el hombre quien fija los límites de la fecundidad de una población, porque generalmente sólo lleva a la maduración un óvulo por ciclo; en caso de fecundación debe contar con un embarazo de nueve meses y, una vez nacido su hijo, transcurrirá cierto tiempo (que el amamantamiento puede prolongar) antes de que se reanude la ovulación. En cambio, el hombre emite espermatozoides por millones y no está sometido a ninguna de las limitaciones del embarazo. Así, en una población la fecundidad de las mujeres podría muy bien alcanzar su máximo biológico con una proporción muy reducida de hombres. Es difícil imaginar el número de mujeres que se necesitaría para llevar a su máximo biológico la fecundidad de un solo hombre. Este argumento se hace bastante teórico en la medida en que la especie humana es esencialmente monógama. En términos más concretos, la maternidad es más visible, más fácil de verificar que la paternidad, y su observación es más expedita. Es menos frecuente que en el registro civil se declare a alguien de madre desconocida que de padre desconocido. Durante una encuesta es más fácil enumerar la descendencia de una mujer que la de un hombre que, en algunos casos extremos, puede incluso haber procreado hijos sin saberlo.
La fecundidad, que es muy reducida antes de los 18 años, aumenta rápidamente con la edad hasta alcanzar un máximo cercano al 150 por mil entre los 25 y los 27 años y vuelve a descender con mayor lentitud, para volverse prácticamente despreciable después de los 40 años. Esta curva, a semejanza de la curva de mortalidad con el envejecimiento, mantiene una estrecha relación con un proceso biológico que es la fertilidad. Esta comienza en la pubertad y termina normalmente en la menopausia, pero puede también prolongarse, o interrumpirse antes, por diversas razones, lo que hace que incluso entre los 15 y los 50 años la proporción de mujeres fértiles no sea nunca igual a 100% y varíe con la edad, alcanzando su máximo cerca de los 25 años. Pero, tal como la mortalidad, dentro de los límites fijados por este dato biológico, la fecundidad se expresa a través de las normas sociales y las actitudes individuales, que no sólo organizan las relaciones sexuales (especialmente a través de la formación de parejas), sino que modulan el resultado. Más notoriamente que en el caso de la mortalidad, esta curva de fecundidad permite imaginarse cómo el número total de nacimientos observados en una población (y, por tanto, la tasa bruta de natalidad) puede depender de su estructura por sexo y edad. Por ejemplo, una población de inmigrantes puede tener una fecundidad elevada, pero una natalidad escasa si los inmigrantes, en su mayoría, son hombres. Asimismo, el ingreso de algunos contingentes reducidos de población a la edad de procrear, como es el caso, por ejemplo, de aquellos nacidos durante la guerra, provoca una caída de la tasa de natalidad tanto más clara cuanto que la curva de fecundidad se concentra en algunas edades.
Evolución de la población en Lahiguera desde 1900 hasta 2020.
Según los datos publicados por el INE a 1 de Enero de 2020 el número de habitantes en Lahiguera es de 1.686, 24 habitantes menos que el en el año 2019. En el grafico siguiente se puede ver cuántos habitantes tiene Lahiguera a lo largo de los años.
Actualmente la densidad de población en Lahiguera es de 37,68 habitantes por Km2.
Evolución del número de habitantes del Municipio de Lahiguera entre el año 1900 y el año 2020. |
Evolución de la población desde 1900 hasta 2020
Año Hombres Mujeres Total
2020 827 859 1.686
2019 840 870 1.710
2018 852 890 1.742
2017 862 897 1.759
2016 872 899 1.771
2015 877 906 1.783
2014 885 919 1.804
2013 903 930 1.833
2012 913 943 1.856
2011 932 946 1.878
2010 932 946 1.878
2009 940 946 1.886
2008 939 953 1.892
2007 940 944 1.884
2006 937 940 1.877
2005 940 950 1.890
2004 937 950 1.887
2003 942 942 1.884
2002 916 933 1.849
2001 942 951 1.893
2000 945 968 1.913
1999 955 983 1.938
1998 937 984 1.921
1996 934 987 1.921
1995 957 1.007 1.964
1994 962 1.000 1.962
1993 961 999 1.960
1992 948 981 1.929
1991 949 979 1.928
1990 965 1.006 1.971
1989 964 998 1.962
1988 971 998 1.969
1987 973 1.000 1.973
1986 969 987 1.956
1981 0 0 1.779
1970 0 0 2.096
1960 0 0 2.694
1950 0 0 3.050
1940 0 0 3.628
1930 0 0 3.122
1920 0 0 2.386
1910 0 0 1.805
1900 0 0 1.444
Tabla con la evolución del número de hombres, mujeres y total a lo largo de los años.
Población en Lahiguera entre 1900 y 1980:
Periodo de años 1901-1910:
Población inicial de este periodo: 1.653
Población final de este periodo: 1961.
Crecimiento medio anual: 30,8.
Porcentaje de esta década: 1,70.
Periodo de años 1911-1920:
Población final de este periodo: 2.615.
Crecimiento medio anual: 65,4.
Porcentaje de esta década: 2,85.
Periodo de años 1921-1930:
Población final de este periodo: 3.152.
Crecimiento medio anual: 53,7.
Porcentaje de esta década: 1,86.
Periodo de años 1931-1940:
Población final de este periodo: 3.693.
Crecimiento medio anual: 54,1.
Porcentaje de esta década: 1,58.
Periodo de años 1941-1950:
Población final de este periodo: 4.009.
Crecimiento medio anual: 31,6.
Porcentaje de esta década: 0,82.
Periodo de años 1951-1960:
Población final de este periodo: 2.704.
Crecimiento medio anual: -130,5.
Porcentaje de esta década: - o, 03.
Periodo de años 1961-1970:
Población final de este periodo: 2.116.
Crecimiento medio anual: -58,8.
Porcentaje de esta década: -2,43.
Periodo de años 1971-1980:
Población final de este periodo: 1.897.
Crecimiento medio anual: -21,9.
Por qué no tenemos niños: una respuesta incómoda que nadie quiere admitir
https://www.youtube.com/watch?v=_hxXLqKYgpo
¿Por qué no tenemos niños? (2ª parte): cuatro preguntas que no queremos hacernos
https://www.youtube.com/watch?v=m3arRAdtSH0
Población Máxima Estacional.
La población estacional máxima es una estimación de la población máxima que soporta Lahiguera. En el cálculo se incluyen las personas que tienen algún tipo de vinculación o relación con el municipio, ya sea porque residen, trabajan, estudian o pasan algún período de tiempo en él. Los datos son publicados anualmente por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, en colaboración con las Diputaciones Provinciales, Cabildos y Consejos Insulares.
Población Estacional Máxima
Año Personas
2016 2.400
2015 2.400
2014 2.400
2013 2.400
2012 2.400
2011 2.400
2010 2.400
2009 2.400
2008 2.400
2005 2.400
2000 2.400
Habitantes según lugar de nacimiento.
Según los datos publicados por el INE procedentes del padrón municipal de 2020 el 79.66% (1.343) de los habitantes empadronados en el Municipio de Lahiguera han nacido en dicho municipio, el 18.80% han emigrado a Lahiguera desde diferentes lugares de España, el 12.57% (212) desde otros municipios de la provincia de Jaén, el 1.30% (22) desde otras provincias de la comunidad de Andalucía, el 4.92% (83) desde otras comunidades autónomas y el 1.54% (26) han emigrado a Lahiguera desde otros países.
Población según lugar de nacimiento en el Municipio de Lahiguera año 2020. Proporción en tanto por ciento según el origen de sus habitantes. |
En el siguiente gráfico podemos ver la evolución de la estructura de la población en el municipio de Lahiguera si lo comparamos con 2019 vemos que:
Disminuyen (-20) los habitantes nacidos en Lahiguera, pasando del 79.71% al 79.66%.
Disminuyen (-1) los habitantes nacidos en la provincia de Jaén, pasando del 12.46% al 12.57%.
Disminuyen (-1) los habitantes nacidos en la comunidad de Andalucía, pasando del 1.35% al 1.30%.
Disminuyen (-1) los habitantes nacidos en el resto de España, pasando del 4.91% al 4.92%.
Disminuyen (-1) los habitantes nacidos en otros países, pasando del 1.58% al 1.54%.
y si lo comparamos con 1996 hasta 2020
Disminuyen (-301) los habitantes nacidos en Lahiguera, pasando del 85.67% al 79.66%.
Aumentan (20) los habitantes nacidos en la provincia de Jaén, pasando del 10.01% al 12.57%.
Aumentan (4) los habitantes nacidos en la comunidad de Andalucía, pasando del 0.94% al 1.30%.
Aumentan (22) los habitantes nacidos en el resto de España, pasando del 3.18% al 4.92%.
Aumentan (22) los habitantes nacidos en otros países, pasando del 0.21% al 1.54%.
Evolución de la Población en el municipio de Lahiguera en diciembre de 2020 según lugar de nacimiento. |
14 habitantes, 9 hombres y 5 mujeres nacidos en África.
8 habitantes, 3 hombres y 5 mujeres nacidos en América.
Por qué España pierde población con cada vez más muertes que nacimientos.
https://www.youtube.com/watch?v=AHWzl3rVF-8
Habitantes de Lahiguera según País de Nacimiento de los vecinos extranjeros
País Año 2020 Diferencia con el año 2019
Bulgaria 1 0
Alemania 2 -1
Rumanía 1 -1
Marruecos 7 0
Argentina 1 0
Bolivia 2 0
Colombia 2 0
Chile 2 0
Uruguay 1 0
De otros paises 7 3
Envejecimiento: España y Occidente contra las cuerdas- VisualPolitik
https://www.youtube.com/watch?v=-ZsrECmtso0
Evolución por países de los habitantes nacidos en otros países y empadronados en el Municipio de Lahiguera desde 1996 hasta el 2020. |
Teniendo en cuenta la proporción de habitantes nacidos en otro país sobre la población total del municipio, hemos realizado un ranking, en el que la 1ª posición está ocupada por el municipio con una proporción mayor de habitantes nacidos en otro país, aquí puede verse en qué lugar está el municipio de Lahiguera en relación con otros municipios de parecidas características en otras comunidades, y con sus municipios cercanos en el entorno geográfico provincial.
Provincia Municipio Posición Tanto por %
Vizcaya Gorliz 3.603 7,52
Jaén Villanueva de la Reina 5.901 3,52
Jaén Escañuela 6.065 3,28
Jaén Andújar 6.548 2,63
Jaén Arjonilla 6.842 2,13
Jaén Cazalilla 7.101 1,74
Cáceres Cañaveral 7.201 1,54
Jaén Lahiguera 7.202 1,54
Badajoz Usagre 7.203 1,54
Jaén Arjona 7.371 1,25
La media de edad de los habitantes de Lahiguera es de 47,08 años, 1,95 años más que hace un lustro que era de 45,13 años.
Una forma habitual de presentar las distribuciones de la población según sexo y edad es por medio de la pirámide de población. Ésta es un gráfico estadístico construido con dos histogramas adosados por sus bases (por sus abscisas). Cada uno de ellos representa a un sexo: a la izquierda los varones y a la derecha las mujeres. Sobre la abscisa se traza la escala de la edad clasificada en grupos de cinco años: 0-4, 5-9, 10-14 …hasta una última clase abierta de 85 y + (esta última puede variar). Las barras que corresponden a cada grupo de edad o etáreo, entonces, se extienden horizontalmente a ambos lados.
Sobre las ordenadas se inscribe la escala de las frecuencias (habitualmente en porcentaje); de modo que la altura de cada barra estará determinada por el porcentaje que el grupo de edad al que pertenece representa del total de la población. Construida, la pirámide queda como una “escalera” de cada lado; donde las barras son de largo decreciente de abajo hacia arriba (aunque no es así en todas las poblaciones). Si trazamos el perfil de los histogramas (es decir, hacemos polígonos de frecuencias) quedará definida la forma de este gráfico que permite describir características de distribución de las dos variables representadas.
Puede decirse que, en general, se observa una correspondencia entre el nivel de desarrollo de un país y el tipo de pirámide de población que le corresponde: a mayor desarrollo se observa un mayor envejecimiento poblacional.
La pirámide de población es como una “fotografía”, una instantánea de la composición de una población. En ella pueden observarse ciertas deformaciones que corresponden a fenómenos ocurridos en algún momento de la historia. Un saliente de los bordes, por ejemplo, indicará un incremento de algún grupo de edad ocurrido en algún momento; aunque no puede determinarse cuándo ocurrió y cuál fue ese fenómeno (inmigración, incremento de la fecundidad). Una muesca será la marca de una emigración o una mortalidad elevada en algún momento. No es posible identificar el fenómeno ni el momento en que ocurrió; sólo la huella en el dibujo. Es que, en definitiva, este gráfico no es más que una descripción estadística y, como tal, no “explica” lo fenómenos; sólo refiere sus aspectos cuantitativos. Para la explicación es necesario disponer de otra información (historia, economía, etc.).
Pirámide de población de España 1857-2020 Evolución
https://www.youtube.com/watch?v=EJwRAdjrthc
Población de Lahiguera por sexo y edad 2020 (grupos quinquenales)
Edad Hombres Mujeres Total
0-5 25 25 50
5-10 26 36 62
10-15 40 46 86
15-20 34 47 81
20-25 50 36 86
25-30 48 42 90
30-35 42 47 89
35-40 44 50 94
40-45 60 56 116
45-50 67 65 132
50-55 80 65 145
55-60 63 50 113
60-65 62 52 114
65-70 38 41 79
70-75 38 36 74
75-80 33 49 82
80-85 35 34 69
85- 42 82 124
Total 827 859 1.686
La población menor de 18 años en Lahiguera es de 246 (107 H, 139 M), el 14,6%.
La
población entre 18 y 65 años en Lahiguera es de 1.031 (542 H, 489 M), el 61,2%.
La población mayor de 65 años en Lahiguera es de 409 (178 H, 231 M), el 24,3%.
La pirámide estacionaria corresponde al tipo de población envejecida, con baja mortalidad y fecundidad, proporción elevada de población de mayores de 65 años y poco peso de la población infantil; los bordes tienden a ser convexos y la base estrecha (en una situación de mayor envejecimiento, los primeros escalones son más angostos que los subsiguientes).
De los componentes demográficos el más antiguamente estudiado ha sido el de la mortalidad. Ya en el siglo XVII comenzaron en Inglaterra a llevarse registros de este fenómeno.
Quizás, por ser un hecho de honda preocupación para el hombre, porque le ocurre a todos (y una sola vez en la vida), porque es más fácil de detectar y de registrar, antecedió, en mucho, a los estudios de fecundidad.
La mortalidad ha sido utilizada como indicador del nivel de salud de una población dada la falta de integridad en el conocimiento de la morbilidad y el escaso desarrollo de indicadores directos (o positivos) de salud. Asimismo es el fenómeno que inicia la transición demográfica y los cambios poblacionales consecuentes; ya que la fecundidad suele cambiar su tendencia bastante más tarde.
La mortalidad es diferencial por edad: alta en el primer año, disminuye en la infancia, la adolescencia y en la juventud a valores muy bajos; para, luego, comenzar a subir de manera permanente hasta los últimos años de la vida. Entre los 5 y 15 años se observan las tasas más bajas de mortalidad. El nivel de este fenómeno variará de población en población y asociado, en general, a su nivel de desarrollo; pero el comportamiento descrito para las distintas etapas es siempre similar. Cuando la mortalidad desciende (partiendo de niveles altos del fenómeno) favorece primero a los jóvenes y niños; puesto que lo que primero se reducen son las muertes por causas más factibles de controlar (infecto-contagiosas, carenciales, medio-ambientales) y éstas son más frecuentes en las edades jóvenes. Más tarde, nuevos descensos de la mortalidad se harán por control del daño debido a las más difícilmente reductibles (enfermedades crónicas y degenerativas). Este patrón de comportamiento influye en la estructura de edad de la población. En un primer momento se produce un “rejuvenecimiento” por el ahorro de vidas en edades jóvenes. Esto se reflejará en la pirámide en un ensanchamiento de la base y de los primeros escalones de la zona media. Nuevas disminuciones de la mortalidad favorecerán más a las edades mayores y, al aumentar la longevidad, la parte superior de la pirámide se ensanchará; es decir, tiene aquí un efecto de “envejecimiento” de la población.
La diferencia por sexo es, como ha sido dicho, a favor de la población femenina. Esta sobremortalidad masculina se observa a todo lo largo de la vida y se acentúa con el correr de la edad. Cuando la mortalidad desciende en una población, también, lo hace a favor de las mujeres; por lo que esta diferencia, en general, aumenta. Podrá observarse en la pirámide de población que su “punta” se hará, proporcionalmente, más ancha del lado derecho, que corresponde a las mujeres.
Las poblaciones humanas están compuestas “aproximadamente” por el mismo número de varones y mujeres; pero, no es una igualdad absoluta. Sobre todo, la diferencia está vinculada con la edad. Nacen más individuos del sexo masculino en una relación que, de manera bastante constante es de 105/106 niños por cada 100 niñas. A este indicador se le denomina razón (o índice) de masculinidad al nacer, para especificar a la edad en que se lo mide. Esta razón es aplicable al conjunto de la población o a edades específicas. Dado que la mortalidad es mayor para los varones que para las mujeres “a todo lo largo de la vida”, la razón de masculinidad va disminuyendo con la edad. Esta sobremasculinidad existe desde el momento mismo de la concepción; y la mortalidad, también, es mayor para el sexo masculino en esta etapa. Por este motivo la razón de masculinidad desciende continuamente con la edad. En poblaciones cuyos individuos viven más años (mayor esperanza de vida) este índice (para toda la población) es menor, aún.
Poblaciones con alto crecimiento poblacional tienen estructuras con predominio de las edades más jóvenes. Por extensión, se las llama a éstas poblaciones jóvenes. Lo contrario ocurre cuando la población de adultos y viejos ocupa una proporción de importancia: son las poblaciones envejecidas.
Crecimiento Natural o Crecimiento Vegetativo.
Crecimiento natural de la población del municipio de Lahiguera del año 2019. |
El crecimiento natural de la población en el municipio de Lahiguera, según los últimos datos publicados por el INE para el año 2019 ha sido Negativo, con 16 defunciones más que nacimientos.
De los hechos que se anotan en los registros interesan aquí, básicamente, los nacimientos y las defunciones. También, este registro se encarga de las anotaciones de casamientos, adopciones, legitimaciones, etc.
Los cambios poblacionales en el tiempo pueden deberse, exclusivamente, a uno de estos tres factores: fecundidad, mortalidad y migraciones. A éstos se los denomina “componentes demográficos”. Ellos son los que actúan como variables inmediatas que determinan los cambios demográficos; aunque, son la resultante de fenómenos más estructurales (sociales, económicos, histórico, culturales, etc.). Estos componentes afectan a todos los aspectos que estudia la demografía: volumen, estructura y distribución geográfica.
Por fecundidad se entiende el peso o impacto de la reproducción humana sobre la población. La mortalidad hace referencia a tal influencia dada por el hecho biológico de la muerte. Las migraciones son los desplazamientos territoriales de las personas que, igualmente, determinan cambios demográficos.
De acuerdo a lo dicho, la población variará en función de los nacimientos, las defunciones, las inmigraciones y las emigraciones que ocurran en un período. El crecimiento poblacional estará dado por la frecuencia de estos fenómenos. El Crecimiento poblacional es la diferencia del volumen poblacional entre dos momentos determinados. Puede ser positivo (aumento de la población) o negativo (disminución de la población). Esto determina el “crecimiento poblacional total” que se expresa con valores absolutos. Si a éste se lo relaciona con la población inicial, se tendrá el crecimiento poblacional proporcional para el período. Si, en cambio, se relaciona ese valor absoluto con la población estimada a mitad del período y se divide por los años del mismo (podrían ser otras unidades de tiempo que no sean años; aunque éstos son los más utilizados) se tendrá la tasa anual media de crecimiento poblacional (expresada por 100 o por 1000).
La denominada “Transición Demográfica” es una interesante teoría, que explica los cambios en la fecundidad, la mortalidad y el crecimiento poblacional, fue desarrollada a principios del siglo XVIII a partir de lo ocurrido durante los siglos XVIII y XIX en los países, hoy, desarrollados. Si bien es una descripción de hechos observados, el interés de esta “llamada” teoría reside en que el comportamiento de esos cambios de los componentes demográficos se dan con las mismas características en otros momentos y en otras poblaciones, siempre que se pase de un régimen de alta fecundidad y alta mortalidad a otro de niveles más bajos en ambas variables. La transición demográfica (según su descripción original) se inició en los países europeos (en Francia, inicialmente) en la segunda mitad del siglo XVIII.
Europa envejece : La tasa de fecundidad no alcanza para reponer la población.
https://www.youtube.com/watch?v=MYw2nbmMP00
Llegados a este punto desearía hacer unas reflexiones sobre el alarmante crecimiento de la población mundial, en la que parece que los poderosos quieren mediar ahora en tiempo de la dura pandemia que sufrimos, en la que los mayores se están llevando la peor parte.
Según estimaciones de las Naciones Unidas, en 1987 la población mundial llegaba a 5 mil millones de habitantes. En 1950 sólo alcanzaba a 2.500 millones. Es decir, que necesitó 500.000 años (desde la aparición del homo sapiens, el hombre de Neanderthal) o sólo 40.000 (según la versión actual, el hombre de Cromañón) para llegar a 2.500 millones, y le bastaron menos de 40, 37 años, exactamente) para duplicar esa cantidad. Se diría que esto se asemeja a la conocida historia del nenúfar que se desdobla cada día: admitamos que tarda 99 días en cubrir la mitad del estanque en que se desarrolla, ¿cuánto tiempo necesitaría para cubrir la otra mitad?... ¡un solo día! La historia de la población mundial no se sintetiza en esta analogía. El nenúfar del ejemplo se multiplica a un ritmo constante (su “población” se duplica cada día); en cambio, la historia demográfica de la humanidad resulta de una aceleración extraordinaria de su ritmo de crecimiento.
Si la última duplicación se produjo en 37 años, se habrían necesitado 500.000 años para obtener las 30 precedentes, es decir, alrededor de 15 mil años por duplicación. E incluso circunscribiéndonos a los 40 mil años del Cromañón, aun así se precisarían 13 siglos por duplicación (más incluso, pues el punto de partida no sería por cierto 2, sino mucho más en razón del mestizaje con el Neanderthal). Formidable aceleración de la historia; antes se tenía el tiempo de ver nacer y extinguirse toda una civilización antes de que la población se duplicara, y hoy apenas se tiene el tiempo de ver crecer un niño.
Durante milenios las poblaciones humanas experimentaron, como las demás especies vivientes, un régimen demográfico cruel en que sólo una gran fecundidad permitía compensar una gran mortalidad. Un régimen demográfico en que el excedente de los nacimientos sobre las muertes era muy modesto y en que este magro crecimiento natural se veía amenazado periódicamente por graves crisis: la peste, el hambre, la guerra. De hecho, todo ocurría como si mediante el juego de este equilibrio “natural” entre fecundidad y mortalidad, el crecimiento demográfico siempre débil se normalizara por las condiciones de subsistencia. Cuando la conquista de nuevos espacios o el descubrimiento de nuevas técnicas permitían incrementar la cantidad de alimentos disponibles, la población podía aumentar hasta alcanzar el nuevo tope de densidad permisible. Pero si éste se sobrepasaba, la crisis era inevitable, bajo una forma u otra. Así, durante milenios los hombres crecieron en número, lenta e irregularmente, poblando poco a poco todas las superficies habitables de nuestro planeta y mejorando progresivamente el control de los recursos que proveían su subsistencia.
Durante esta larga evolución, el descubrimiento de la agricultura y la ganadería en el neolítico tuvo una importancia considerable. Elevó notablemente el tope de poblamiento posible y permitió una fase excepcional de crecimientos demográficos. ¡Del IV al III milenio, es decir en sólo mil años, la población mundial se habría decuplicado, pasando tal vez de 15 a 150 millones! Un fenómeno sin precedentes y que no se repetirá durante los cuatro milenios siguientes. Una época decisiva también, puesto que la agricultura, que llamaba a la sedentarización, conducía además a la socialización del hombre. Entre la creación de las ciudades y el empleo de la escritura, hace su entrada la historia y nacen grandes civilizaciones: sumeria, egipcia, china, india. Aunque esta revolución neolítica modificó las condiciones de existencia del hombre, no alteró sin embargo los mecanismos que normalizaban desde sus orígenes el crecimiento demográfico: una gran fecundidad que equilibraba casi en promedio una gran mortalidad y que dejaba muy poco espacio para el crecimiento. Cuando aumentaba la cantidad de alimentos (mediante la conquista de nuevos territorios de caza, y más tarde por el cultivo de nuevas tierras), la mortalidad era algo menos severa y la población crecía. La esperanza de vida podía elevarse a 25 o 30 años, gracias sobre todo a una disminución relativa de la mortalidad infantil, y la fecundidad alcanzar o sobrepasar ligeramente los 6 hijos por mujer, en virtud de mejores condiciones de vida. En cambio, cuando la cantidad de alimentos se estancaba, la mortalidad volvía por sus fueros y la población llegaba a un tope. Fue según este esquema ancestral que el descubrimiento de la agricultura ofreció a la humanidad un milenio de crecimiento excepcional. Pero ocurre también que, conforme a este mismo esquema, una vez cultivado lo esencial de las tierras, los cuatro milenios que siguieron se destacaron nuevamente por un crecimiento extremadamente lento, interrumpido por graves crisis de mortalidad, hasta mediados del siglo XVIII.
El gran cambio se produce en Europa en el siglo XVIII. La revolución industrial, y la transformación social y cultural que la acompañó, modificaron de manera radical las condiciones del crecimiento demográfico. Los progresos de la medicina y la higiene, pero también el desarrollo económico y el mejoramiento de la alimentación indujeron una baja profunda y duradera de la mortalidad, mientras que la evolución de la familia y de las costumbres provocaron igual efecto en la fecundidad.
Este movimiento, que comenzó en Europa noroccidental, se difundió rápidamente a todos los países europeos, que en uno o dos siglos pasan así del antiguo régimen, de modo que en que la fecundidad y mortalidad muy elevadas casi se equilibraban, al menos en promedio, a un nuevo régimen en que la mortalidad y la fecundidad se equilibran nuevamente pero a un nivel mucho más bajo. A comienzos del siglo XVIII la esperanza de vida al nacer era inferior a 30 años y el número promedio de hijos por mujer se aproximaba a 6, tal como en los tiempos prehistóricos.
Hoy la esperanza de vida se aproxima a los 80 años y el número de hijos por mujer es apenas igual a 2. Veamos hasta qué punto han cambiado las reglas del juego.
Supongamos que se mantiene más o menos esta situación: una esperanza de vida tope a los 80 años y una fecundidad duradera de 2.1 hijos por mujer. La nueva realidad europea tendería así a un estado estacionario (siendo la cifra de 2.1 hijos por mujer el umbral de fecundidad que asegura, con este nivel de mortalidad, el reemplazo estricto de las generaciones). Tras la estabilización las tasas brutas de mortalidad y natalidad se equilibrarían en alrededor de 12.5 por mil (1/80=0.0125) y la tasa de crecimiento natural seria nula. Habría cambiado el régimen, pero no el ritmo de crecimiento. Este era casi nulo antes de la transición, y sigue siéndolo después. Pero lo importante es lo que se produce durante la transición.
En efecto, lo que convulsionó la historia de la humanidad es que durante este período de transición, que se extiende desde fines del siglo XVIII hasta mediados del siglo XX, la baja de la mortalidad precedió a la baja de la fecundidad. La lucha por la supervivencia es una preocupación ancestral (siempre ha habido brujos o médicos encargados de proteger a los miembros de la comunidad contra la enfermedad y la muerte). Lo que resulta nuevo es que en el siglo XVIII esa lucha comienza a ser efectiva. Los progresos de la organización política y administrativa de los Estados europeos otorgan una eficacia creciente a las medidas de contención de las grandes epidemias, mientras que todo el mejoramiento de los rendimientos agrícolas y el desarrollo del transporte y del comercio atenúan la amplitud de las hambrunas. Más tarde, desde los trabajos de Pasteur hasta el descubrimiento de los antibióticos, la medicina se dota, por último, del arma definitiva contra las enfermedades infecciosas. Ahora bien, la invención de tecnologías eficaces en esta esfera produce efectos inmediatos, pues la lucha contra la muerte responde a una necesidad vivamente sentida.
Los riesgos de muerte precoz corridos durante milenios por todas las comunidades humanas han arraigado en todas partes un culto de la fecundidad extremadamente poderoso. En tomo a él se construyen, sobre todo a través de las normas matrimoniales, todas las sociedades tradicionales.
Las religiones se lo han apropiado e incluso lo han reforzado otorgándole un carácter sagrado. La idea misma de limitar los nacimientos sólo pudo germinar en el contexto de un profundo trastorno de las estructuras sociales. Fue este trastorno el que indujo la revolución industrial, y la baja de la mortalidad colaboró a ello modificando radicalmente las condiciones de constitución de las familias. Pero la reacción a estos cambios no es instantánea, ya que pasa por la transformación de las mentalidades. Mucho más que fruto del progreso tecnológico o el descubrimiento de un “arma definitiva” (que sólo vendrá mucho más tarde con la píldora y el DIU), la anticoncepción obedece a esta mutación cultural fundamental que sólo pudo producirse después de un tiempo de latencia. De ahí el desfase cronológico entre la baja de la mortalidad y de la fecundidad, variable de un país a otro pero, con excepciones (entre ellas Francia), bastante importante como para provocar crecimientos de población sin precedentes.
En el siglo XIX (o a comienzos del siglo XX) las poblaciones europeas crecieron a ritmos del orden de 1% o 1.5%: cinco a siete veces más rápido. El conjunto Europa-URSS (fronteras actuales) pasa de menos de 150 millones de habitantes en 1750, a cerca de 600 millones en 1950, es decir se cuadruplica en 200 años. Cabe agregar que en ese mismo lapso de tiempo Europa, que con su poderío económico y militar toma posesión del planeta, contribuye también en gran medida, por su dinamismo demográfico y la exportación de sus excedentes de población, al poblamiento del Nuevo Mundo (tras haber diezmado las poblaciones autóctonas). América pasa de menos de 20 millones de habitantes en 1750 a 350 millones en 1950.
Con la industrialización, expansión, imperialismo económico, y la colonización Europa lleva la voz cantante durante dos siglos. Pero con ello desencadena también en el resto del mundo un proceso que conduce por tercera vez a ritmos de crecimiento sin precedentes. Pasada la etapa devastadora de la colonización, particularmente severa para la América precolombina, pero también de triste memoria para el África negra, ensangrentada por la esclavitud, la dominación europea se acompañó en la esfera de la salud de progresos tan rápidos como lo permitía la exportación de técnicas de probada eficacia. Desde el período entre ambas guerras mundiales, algunos países de América Latina y Asia experimentaron un retroceso importante de su mortalidad. En la posguerra, estos progresos se aceleraron con la actualización de medios simples de lucha contra las enfermedades infecciosas y parasitarias y el desarrollo de programas concertados, sobre todo con el concurso de la OMS. Sri Lanka, México y otros capitalizaron, en uno o dos decenios, tantos años de esperanza de vida como Suecia en un siglo.
Ahora bien, frente a esta rápida caída de la mortalidad, que con mucha rapidez se difunde en mayor o menor medida al conjunto de países del Tercer Mundo, no se perfiló ninguna baja de la fecundidad antes de fines de los años sesenta. En efecto, una cosa era importar desde Europa técnicas médicas que permitían reducir las tasas de mortalidad, y otra era copiar los esquemas culturales europeos que habían llevado a las familias a limitar el número de sus hijos. Incluso parece que en esta etapa la influencia de Europa acarreó una cierta alza de la fecundidad, sea porque aportó mejores condiciones sanitarias, sea porque redujo la difusión de ciertas prácticas (amamantamiento, tabúes sexuales, etc.) que hasta entonces la frenaban.
Mientras los países del Tercer Mundo ven que su esperanza de vida pasa súbitamente de 30 a 50 o 60 años (y a veces más), la fecundidad, con 7 u 8 hijos por mujer, se mantiene elevada, incluso más que en la antigua Europa. Resultado: la tasa de crecimiento a menudo alcanza o incluso sobrepasa el 3%. Dos o tres veces más que en Europa durante la transición. Esta es la explosión del Tercer Mundo. De tal manera, en los años sesenta la población mundial en su conjunto crecía al ritmo del 2% anual. A este ritmo se duplicó en 35 años. De hecho, entre, 1950 y 1987 la población mundial pasó de 2.500 millones a 5 mil millones de habitantes.
Sin embargo, desde entonces la fecundidad comenzó a descender en la mayoría de los países del Tercer Mundo. La transición habida en Europa se halla ahora en marcha en los países en desarrollo. Algunos han avanzado bastante por esta senda. China sobre todo, que con 65 años de esperanza de vida al nacer y 2.4 hijos por mujer se aproxima bastante a los estándares europeos. Otros se hallan a medio camino: India, Indonesia, la mayor parte de los países de América Latina. Sólo en África al sur de Sáhara la fecundidad no baja aún de manera decisiva, aunque se manifiestan los primeros indicios dispersos.
Tabla con la evolución del número de nacimientos, defunciones y crecimiento vegetativo en Lahiguera.
Evolución Nacimientos y Defunciones desde 1996 hasta 2019.
Año Nacimientos Fallecidos Diferencia
2019 3 19 -16
2018 13 30 -17
2017 15 17 -2
2016 11 29 -18
2015 7 21 -14
2014 12 23 -11
2013 12 20 -8
2012 11 28 -17
2011 17 26 -9
2010 9 15 -6
2009 13 19 -6
2008 22 22 0
2007 17 20 -3
2006 19 23 -4
2005 14 15 -1
2004 14 20 -6
2003 15 20 -5
2002 21 15 6
2001 11 19 -8
2000 19 25 -6
1999 18 25 -7
1998 24 21 3
1997 18 17 1
1996 16 16 0
Los desafíos demográficos de una Europa que envejece.
https://www.youtube.com/watch?v=AGg_poijVCQ
Evolución del número de Matrimonios en Lahiguera.
En el siguiente gráfico y tabla podemos ver la evolución en el número de matrimonios que se han otorgado en el Municipio de Lahiguera hasta el año 2019.
Evolución
del número de Matrimonios desde 1996 hasta 2019 en el municipio de Lahiguera. |
Evolución del número de Matrimonios en Lahiguera desde 1996 hasta 2019.
Año Matrimonios
2019 4
2018 5
2017 6
2016 4
2015 1
2014 5
2013 5
2012 9
2011 5
2010 10
2009 7
2008 5
2007 7
2006 5
2005 11
2004 11
2003 11
2002 7
2001 4
2000 9
1999 8
1998 5
1997 8
1996 8
El origen de los datos estadísticos sobre los que se funda el análisis demográfico son el censo y el registro civil. El primero permite tener a intervalos más o menos regulares una fotografía del estado de la población, especialmente su distribución por sexo y edad, pero también su distribución en función de una serie de otras características demográficas (número de hijos, migraciones), jurídicas (estado matrimonial, nacionalidad), económicas (situación profesional), sociales (hábitat, modo de vida), culturales (instrucción). El segundo, el registro civil, nos informa sobre el movimiento. No sólo registra oficialmente los acontecimientos claves de la vida de los individuos (nacimientos, defunciones, matrimonios, divorcios), sino que permite además recoger en cada ocasión un cierto número de informaciones sobre los individuos respectivos, similares a las proporcionadas por el censo. Por ende, la demografía se nutre del registro civil y del censo. Pero, ninguno de ellos fue inventado por los demógrafos.
Al principio, el censo era una mera operación administrativa que permitía al soberano saber el número de sus súbditos, y, por ende, el monto de los impuestos que podía recaudar o estimar las tropas que podía reclutar. El método era muy aproximativo. Cobró mayor precisión a medida que se liberaba de limitaciones políticas. Cuando la demografía toma cuerpo, en los albores del siglo XIX.
Pero si bien el censo da con una precisión satisfactoria los denominadores de las tasas de fecundidad y mortalidad, el registro civil, al menos en los países desarrollados, inscribe con una precisión aun mayor los acontecimientos que van a figurar en los numeradores. En efecto, en estos países es difícil vivir sin tener que exhibir, en múltiples trámites administrativos, un certificado de nacimiento, y no se puede inhumar ni incinerar ningún cadáver sin certificado de defunción. Ello incita, con mayor eficacia que cualquier sanción penal (que por lo demás existe), a declarar cada nacimiento y cada muerte. Es una verdadera ganga para la elaboración de estadísticas anuales de nacimientos y defunciones y, por consiguiente, para la medición regular de la fecundidad y la mortalidad. La precisión de este registro es especialmente útil ya que la mayoría de las tasas son de dimensión muy escasa, porque los numeradores suelen componerse de números pequeños, mucho más sensibles a los errores aleatorios. Pero la existencia, desde hace largo tiempo, de un sistema de registro civil exhaustivo, garantiza también a cada individuo un buen conocimiento de su edad y mejora, por lo mismo, la calidad de las declaraciones de edad, sea en el censo o en el propio registro civil.
En ciertos censos se pide a las personas entrevistadas que den el domicilio que tenían en la fecha del censo precedente. Esto permite conocer directamente el flujo de la inmigración intercensal y, por diferencia con el resultado precedente, el flujo de emigración. Permite también conocer el lugar de procedencia y, tratándose de migraciones internas, se pueden entonces sumar todos los flujos de llegada provenientes del mismo lugar de partida, obteniendo una medición directa del flujo de emigración de este lugar de partida. Pero, estas mediciones siguen siendo muy imprecisas, pues se basan en la buena fe y la memoria de las personas censadas.
Para la migración no existe un modelo explicativo global, como el de la transición para la mortalidad y la fecundidad. Sin embargo, puede decirse que el grueso de las migraciones modernas tiene una relación bastante estrecha con la transición demográfica, trátese de la urbanización con el paso del campo a la ciudad, o de las migraciones internacionales. Responden, pues, a desequilibrios de orden demoeconómicos. Pero los movimientos migratorios son bastante anteriores a la transición, y su motivación, casi siempre económica, puede obedecer también a motivos totalmente distintos. Para comenzar, recordemos que antes del paso a la agricultura y a la ganadería, los grupos humanos que vivían de la recolección o de la caza no dejaron de desplazarse en busca de su alimento. Así, con el tiempo los hombres se esparcieron poco a poco por la superficie del planeta. Después se dividieron en dos categorías: una sedentaria, los agricultores, y otra mucho más móvil, los pastores, constantemente en búsqueda de nuevos espacios para erigir sus rebaños. La historia de Caín y Abel no hace sino sintetizar su rivalidad. La dulzura angelical de este último encubre una realidad en que el pastor, por el hecho mismo de sus necesidades, se transformó muy a menudo en guerrero que partía a la conquista de tierras cultivadas por el agricultor. Las grandes invasiones no se reducen a esta mera lógica, pero dependen bastante de ella. Sin embargo, la agricultura y la sedentarización triunfaron, y con ellas la densificación de la población, dejando que el nomadismo sobreviviera sólo en aquellas regiones impropias para el cultivo. Los hombres se tornaron menos móviles sobre la superficie del planeta. Pero la mayoría de las civilizaciones han sido “fecundadas” por una u otra forma de migración, la que con la transición demográfica va a adquirir un carácter generalizado: la urbanización. Como la agricultura producía excedentes, surgieron nuevas actividades, sin relación directa con la tierra, que pudieron germinar y desarrollarse en lugares privilegiados donde era ventajoso reagruparse para producir y comerciar. Por ello, desde los tiempos más remotos la ciudad ha absorbido una parte no despreciable del excedente demográfico del campo. Sin embargo, hasta los tiempos modernos la población urbana siguió siendo muy minoritaria, y la actividad económica siguió dependiendo de una agricultura de magros rendimientos. En Europa, las poblaciones medievales, apegadas a su tierra, apenas conocían los desplazamientos masivos, aunque ciertas categorías muy particulares (como los clérigos) eran extremadamente móviles. El progreso de la agricultura y del comercio abre a Europa la vía de la expansión colonial y la urbanización, en tanto que la revolución industrial y la transición demográfica le otorga los medios económicos y demográficos. Por esta razón, los dos principales flujos migratorios de los tiempos modernos pueden vincularse con la transición: el éxodo rural y los desplazamientos intercontinentales.
En ambos casos, se reúnen dos condiciones para provocar desplazamientos masivos. En el lugar de partida (el campo o, globalmente, Europa, a escala mundial), la evolución demográfica provoca un excedente natural importante; en el punto de llegada (las ciudades o las colonias), se desarrollan nuevas actividades que generan esperanzas de lucro. Los campesinos se desplazan a las ciudades, los europeos parten a la conquista del mundo y pueblan América...
Con la explosión demográfica, el Tercer Mundo se ve sometido a su vez a una presión demográfica interna más intensa que la que jamás conociera Europa, mientras los países industriales, que han pasado a ser zona de baja presión, monopolizan lo esencial de la actividad económica del planeta. Pero los países pobres no tienen ni la capacidad económica ni el poder político y militar que les permita imponer al resto del mundo una emigración tan masiva como la de los europeos. Las naciones industriales velan por la preservación de sus privilegios y las cuotas migratorias sur-norte las maneja este último según sus necesidades. Esto no excluye una cierta dosis de inmigración clandestina pero, guardando las proporciones, esta sigue siendo marginal, habida cuenta del crecimiento demográfico de las zonas de partida. El potencial migratorio es contenido por la fuerza de resistencia que le opone su válvula de escape natural. Sin embargo, la urbanización prosigue. Está en su apogeo en los países industriales, donde la proporción de la población que vive en ciudades sobrepasa en todas partes el 80%, y cobra ímpetu aceleradamente en el Tercer Mundo. Pero no todas las migraciones resultan de la transición demográfica, ni mucho menos. Incluso las que dependen de ella sólo se expresan con sutiles combinaciones de factores demoeconómicos, muy sensibles a la coyuntura económica que, en caso extremo, puede bastar para crear el acontecimiento, independientemente de los equilibrios demográficos. Por cierto, la emigración a los países petroleros del Golfo Pérsico ha afectado esencialmente a las poblaciones vecinas con fuertes excedentes demográficos, pero cabe pensar que el atractivo era tan fuerte como para que esto hubiera ocurrido de todas maneras. A la inversa, el hambre ha impulsado siempre al éxodo, incluso sin que se avistara la tierra prometida. Fuera de los factores económicos, hay muchos otros motivos que impulsan al hombre a migrar. No obstante, estos pueden aglutinarse esencialmente bajo dos aspectos: el primero, que es el más importante, se refiere a factores políticos y militares; el segundo, a factores socioculturales. Lamentablemente, la historia abunda en conflictos políticos, militares, religiosos, étnicos que han obligado a individuos, a grupos, incluso a veces a poblaciones enteras, a huir para tratar de eludir la persecución, la prisión o la muerte. Incluso en la segunda mitad del siglo XX, pese a la Declaración Universal de Derechos Humanos, abundaron los ejemplos, desde la partición del imperio indio o el nuevo trazado de fronteras de Europa de posguerra hasta los refugiados etíopes, pasando por el drama palestino La causa de la partida es evidente. El punto de llegada lo es menos. Depende de la actitud, rara vez entusiasta, de los posibles países huéspedes. A menudo, la aventura no tiene otra salida que el confinamiento en un “campo de refugiados” donde pronto comienzan a nacer refugiados que no vienen de parte alguna, como los palestinos nacido “en el exilio”, muy pocos de los cuales conocen Palestina. Aunque a veces resulta difícil establecer la frontera entre migración económica y exilio político: ¿dónde clasificar, por ejemplo, las salidas masivas de la RDA hacia la RFA en vísperas de la reunificación, o la huida de los albaneses a Italia en 1991? La migración puede obedecer, por último, a objetivos personales de orden sociocultural. Dos ejemplos completamente distintos revelan su diversidad: la migración de mujeres en India por razones de matrimonio y la de los jubilados en los países europeos del norte de Europa. Las primeras buscan, tal vez demasiado lejos, un marido menos exigente en cuanto a la dote, los otros buscan un lugar algo menos alejado, que sea apacible y agradable para pasar su vejez.
No olvidemos la multitud de africanos que en la actualidad pierden o ponen en peligro su vida al cruzar el Estrecho de Gibraltar, o su llegada a Canarias, o Lampedusa en Italia, o a lo largo del Mediterráneo desde la misma Grecia con los refugiados sirios y asiáticos, es el problema sangrante de nuestros días.Evolución del número de emigrantes en el municipio de Lahiguera. |
Residentes en el extranjero.
Según los datos publicados por el INE en el CERA, Censo Electoral de españoles residentes en el extranjero a 1 de Octubre de 2020 los españoles que residen habitualmente en el extranjero o han trasladado al extranjero su residencia habitual mayores de 18 años eran 18 personas con municipio de origen en Lahiguera.
Estadística del IRPF
Evolución de la Renta Media Bruta en el municipio de Lahiguera, comparada con evolución de la Renta Media Bruta de Jaén, con la de Andalucía y con la de España. |
Según los datos hechos públicos por el Ministerio de Hacienda la renta bruta media por declarante, en el municipio de Lahiguera en 2018 fue de 14.537€, 230€ más que en el año 2017 . Una vez descontada la liquidación por IRPF y lo aportado a la Seguridad Social la renta disponible media por declarante se situó en 13.199€, 279€ más que en el año 2017.
Evolución de la Renta Media en Lahiguera.
Año Renta Bruta Variación Renta Disponible Variación
2018 14.537€ 230€ (1,58%) 13.199€ 279€ (2,11%)
2017 14.307€ 567€ (3,96%) 12.920€ 347€ (2,69%)
2016 13.740€ 589€ (4,29%) 12.573€ 493€ (3,92%)
2015 13.151€ 582€ (4,43%) 12.080€ 598€ (4,95%)
2014 12.569€ -286€ (-2,28%) 11.482€ -210€ (-1,83%)
2013 12.855€ 0€ (0,00%) 11.692€ 0€ (0,00%)
En 2018 Lahiguera se sitúa como el municipio nº71 con una mayor renta bruta media de la provincia de Jaén, y en la posición nº656 en la comunidad de Andalucía, el 6307 a nivel Nacional (sin PV y Navarra), abajo se muestra una tabla con las posiciones en las que se encuentran los municipios cercanos y con población parecida.
Renta de Municipios Cercanos por entorno geográfico y similar nivel económico.
Municipio Renta Bruta Pos. Provincial Pos. Comunidad Pos. Nacional
Andújar (Jaén) 19.881€ 8 144 2839
O Valadouro (Lugo) 18.939€ 17 133 3400
Coves de Vinromà (Castellón) 18.896€ 69 344 3431
Càrcer (Valencia) 18.500€ 206 369 3682
La Victoria (Córdoba) 18.200€ 19 234 3863
Villanueva de la Reina (Jaén) 16.859€ 23 378 4788
Arjona (Jaén) 16.600€ 27 404 4968
Arjonilla (Jaén) 15.800€ 42 496 5559
Cazalilla (Jaén) 15.109€ 52 582 5992
Lahiguera (Jaén) 14.537€ 71 656 6307
Los habitantes de Lahiguera liquidaron 862.580€ en concepto de IRPF en el año 2018 y recibieron por parte de las diferentes administraciones de forma directa en el presupuesto municipal (capitulo 4 Y 7) 1.004.029€ un 116,40% de lo aportado, en la siguiente tabla podemos ver las cifras de los municipios cercanos o de población similar.
Liquidación IPRF vs Presupuesto Ayuntamiento
Municipio Liquidación Capitulo 4 y 7 Presupuesto %
Andújar (Jaén) 31.455.751€ 16.031.739€ 50,97 %
O Valadouro (Lugo) 1.693.663€ 1.433.538€ 84,64 %
Coves de Vinromà (Castellón) 1.808.772€ 853.787€ 47,20 %
Càrcer (Valencia) 1.610.644€ 669.439€ 41,56 %
La Victoria (Córdoba) 1.476.990€ 1.590.248€ 107,67 %
Villanueva de la Reina (Jaén) 2.053.589€ 1.715.044€ 83,51 %
Arjona (Jaén) 3.310.041€ 2.410.298€ 72,82 %
Arjonilla (Jaén) 2.208.498€ 2.301.191€ 104,20 %
Cazalilla (Jaén) 306.022€ 518.486€ 169,43 %
Lahiguera (Jaén) 862.580€ 1.004.029€ 116,40 %
Transacciones Inmobiliarias en el tercer trimestre del año 2020.
Según los datos del tercer trimestre del 2020 publicados por el Ministerio de Vivienda, el número de transacciones inmobiliarias en el municipio de Lahiguera asciende a un total de 0, el -100.00% menos que en el tercer trimestre de 2019, de las cuales 0 son transacciones de viviendas nuevas y 0 de segunda mano.
Número total de Transacciones de vivienda hasta el tercer Trimestre de 2020. |
El número total de Transacciones de vivienda hasta el tercer Trimestre de 2020 ha sido de 5 un 0.00% igual que en el mismo periodo de 2019.
A continuación se muestra la evolución de los últimos años de forma gráfica:
Evolución del número de compraventas de viviendas elevadas a escritura pública ante notario en el municipio de Lahiguera en el tercer trimestre del año 2020.
Afiliados a la Seguridad Social a fecha 31 de Diciembre de 2020.
Diciembre 2020 Total de Afiliados Variación
Mensual Anual
Absoluta Relativa Absoluta Relativa
Total afiliados 649 +39 6.39 % -57 -8.07 %
REGIMEN:
GENERAL 97 -7 -6.73 % -2 -2.02 %
AUTONOMOS 75 -2 -2.60 % -1 -1.32 %
AGRARIO 476 +48 11.21 % -55 -10.36 %
HOGAR <5 - 0 % - 0 %
MAR 0 0 0 % 0 0 %
CARBON 0 0 0 % 0 0 %
Evolución de los Afiliados a la Seguridad Social en el Municipio de Lahiguera a fecha 31 de Diciembre del 2020. |
Evolución de la población en edad de trabajar en el municipio de Lahiguera a fecha 31 de diciembre del año 2020. |
Este gráfico no es una imagen fiel de la población en edad de trabajar del municipio, debido a que la Seguridad Social, publica los Afiliados por municipio teniendo en cuenta el centro de trabajo y no la residencia del trabajador, por tanto en los municipios como capitales administrativas o municipios dormitorio los datos se alejaran de la realidad por el movimiento de trabajadores entre municipios.
Paro registrado en Lahiguera a 31 de Diciembre de 2020.
Según los datos publicados por el SEPE en el mes de Diciembre el número de parados ha bajado en 17 personas. De las 17 personas que salieron de la lista del paro en Lahiguera descendió en 14 hombres y 3 mujeres.
El número total de parados es de 47, de los cuales 17 son hombres y 30 mujeres.
Las personas mayores de 45 años con 25 parados son el grupo de edad más afectado por el paro, seguido de los que se encuentran entre 25 y 44 años con 15 parados, el grupo menos numeroso son los menores de 25 años con 7 parados.
Por sectores vemos que en el sector servicios es donde mayor número de parados existe en el municipio con 21 personas, seguido de la agricultura con 17 parados, las personas sin empleo anterior con 7 parados, la construcción con 1 parados y por último la industria con 1 parados.
Diciembre 2020 Total Parados Variación
Mensual Anual
Absoluta Relativa Absoluta Relativa
Total de Parados 47 -17 -26.56 % +9 23.68 %
HOMBRES 17 -14 -45.16 % 0 0 %
MUJERES 30 -3 -9.09 % +9 42.86 %
MENORES DE 25 AÑOS: 7 -4 -36.36 % +5 250.00 %
HOMBRES 2 -2 -50.00 % +1 100.00 %
MUJERES 5 -2 -28.57 % +4 400.00 %
ENTRE 25 Y 44 AÑOS 15 -7 -31.82 % -3 16.67 %
HOMBRES 1 -6 -85.71 % -3 75.00 %
MUJERES 14 -1 -6.67 % 0 0 %
MAYORES DE 45 AÑOS 25 -6 -19.35 % +7 38.89 %
HOMBRES 14 -6 -30.00 % +2 16.67 %
MUJERES 11 0 0 % +5 83.33 %
SECTOR:
AGRICULTURA 17 -6 -26.09 % +6 54.55 %
INDUSTRIA 1 0 0 % 0 0 %
CONSTRUCCIÓN 1 -2 -66.67 % -2 66.67%
SERVICIOS 21 -9 -30.00 % +2 10.53 %
SIN EMPLEO ANTERIOR 7 0 0 % +3 75.00 %
Evolución del paro registrado en Lahiguera entre los años 2013 y 2020. |
Gráfico por meses de las Matriculaciones de vehículos en el municipio de Lahiguera desde 2016 hasta el 31 de Diciembre del año 2020. |
Matriculaciones
Diciembre 2020 Diciembre 2019 12MesesInteranual 12Meses Anteriores
Mat Dif % Mat Dif %
TOTAL 2 2 0 0.00 % 10 19 -9 -47.37 %
TURISMOS 2 2 0 0.00 % 8 15 -7 -46.67 %
CAMIONES 0 0 0 0.00 % 0 0 0 0.00 %
AUTOBUSES 0 0 0 0.00 % 0 0 0 0.00 %
CAMIONETAS 0 0 0 0.00 % 0 0 0 0.00 %
TRACTORES 0 0 0 0.00 % 1 2 -1 -50.00 %
MOTOCICLETAS 0 0 0 0.00 % 0 2 -2 -100.00 %
CICLOMOTORES 0 0 0 0.00 % 0 0 0 0.00 %
OTROS 0 0 0 0.00 % 1 0 +1 100.00%
Granada 26 de enero de 2021.
Pedro Galán Galán.
Tomado de: Foro-ciudad.com
https://www.foro-ciudad.com/jaen/lahiguera/habitantes.html
https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/8862/S9400508_es.pdf?sequence=1&isAllowed=y
https://med.unne.edu.ar/sitio/multimedia/imagenes/ckfinder/files/files/aps/INTRODUCCI%C3%93N%20A%20LA%20DEMOGRAF%C3%8DA%20APS.pdf
Fuentes:
Instituto Nacional de Estadística.
1900-1981: Poblaciones de hecho desde 1900 hasta 1991. Cifras oficiales sacadas de los Censos respectivos.
1986-1995: Poblaciones de derecho desde 1986 hasta 1995. Cifras de las rectificaciones y renovaciones Padrónales.
1996-2020: Cifras Oficiales de Población de los Municipios Españoles: Revisión del Padrón Municipal.
Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas.
Agencia Tributaria.
Servicio Público de Empleo Estatal.
Seguridad Social.
Ministerio de Fomento.
DGT.
Catastro.