EL PRIMER ASUNTO A RESOLVER POR EL GOBIERNO DE CASTELAR FUE FIRMAR LAS PENAS DE MUERTE QUE NICOLÁS SALMERÓN HABÍA DEJADO PENDIENTES.
Después de la dimisión
de Salmerón el 6 de septiembre por la renuncia a firmar las penas de muerte a los revolucionarios cantonalistas, comienza el Gobierno de Castelar el 7
septiembre 1873, que duró hasta el 3 de enero de 1874.
El nuevo gobierno estuvo
formado por el siguiente gabinete ministerial:
Presidente del Poder
Ejecutivo, Emilio Castelar Ripoll. Republicano unitario.
Estado, José Carvajal
Hué. Republicano unitario.
Gracia y Justicia, Luis
del Río Ramos. Republicano unitario.
Hacienda, Manuel
Pedregal Cañedo. Republicano unitario.
Guerra, Jacobo Oreyro
Villavicencio, interino. Militar, republicano unitario / 9 septiembre 1873:
José Sánchez Bregua.
Marina, Jacobo Oreyro
Villavicencio / 15 de octubre: José Sánchez Bregua, interino. / 6 noviembre:
Jacobo Oreyro Villavicencio.
Gobernación, Eleuterio
Maissonave Cutáyar, republicano unitario / 25 septiembre: José Carvajal Hué,
interino. / 30 septiembre: Eleuterio Maisonnave Cutáyar.
Fomento, Joaquín Gil
Bergés. Republicano unitario.
Ultramar, Santiago Soler
Pla. Republicano unitario.
D. José Carvajal Hué, Ministro de Estado. |
D. Luís del Rio Ramos, Ministro de Gracia y Justicia. |
D. Manuel Pedregal Cañedo, Ministro de Hacienda. |
D. Jacobo Oreyro Villavicencio, Ministro de la Guerra y de Marina. |
D. Eleuterio Maisonnave Cutáyar, Ministro de la Gobernación |
D. Joaquín Gil Berges, Ministro de Fomento. |
D. Santiago Soler Pla, Ministro de Ultramar. |
Emilio
Castelar fue Presidente el 7 de septiembre de 1873 por 133 votos a 67. Tenía
algunos votos más que los que había tenido Nicolás Salmerón, pero sufría el
haber perdido a los diputados de Pi i Margall. Es decir, sin el apoyo del
centro republicano, dependía de los monárquicos en las Cortes.
Los
republicanos intransigentes pidieron medidas duras contra las muertes de
cantonalistas que se habían producido, y Castelar las calificó de venganzas y
se negó a ello. Había roto con los republicanos intransigentes.
Respecto
a los carlistas, dijo que sólo eran unos demagogos sin ideario ni principios.
El
programa de Castelar era defender la libertad, la democracia, la República y la
federación. Es decir, no abandonaba el republicanismo federal, pero odiaba la
intransigencia y la violencia generada por los republicanos intransigentes. Los
federales dijeron que, para establecer el orden estaba liquidando el
federalismo.
En
este punto de la discusión, teniendo en cuenta que el federalismo se había
radicalizado y no entendía de otra cosa sino de imponerse por la violencia, y
por otro lado, los carlistas se habían venido arriba y estaban en pleno ataque
al Gobierno, la política española lo tenía muy difícil, gobernara quien
gobernara.
El
primer asunto pendiente del Gobierno Castelar era firmar las penas de muerte que Nicolás
Salmerón había dejado pendientes, y que afectaban a republicanos
intransigentes. Lo hizo, aun sabiendo que ello le enemistaba con la mayoría de
los republicanos. Pero, por otro lado, ello le daba el apoyo del ejército, el
cual había perdido muchas vidas luchando contra los cantonalistas y no estaba
dispuesto a aceptar un indulto.
D. Nicolás Salmerón Alonso, anterior Presidente de la Primera República, que abandonó el Gobierno por no firmar las penas de muerte de los sublevados en las revoluciones cantonales. |
Respecto
a los monárquicos, Castelar tenía ya perdida la partida, pues éstos habían
decidido la rebelión: Nicolás María Rivero (Partido Radical) y Cristino Martos
Balbi (Partido Radical) se reunieron con Francisco Serrano Domínguez (Partido
Constitucional), Práxedes Mateo Sagasta (Partido Constitucional), Juan Antonio
Rascón Navarro, Juan Bautista Topete y Augusto Ulloa Castañón, en Biarritz
(sur de Francia). Decidieron apoyar a Castelar en su lucha contra los
cantonalistas, mientras ellos preparaban su vuelta al poder. Acordaron dar un
golpe de Estado, disolver la Asamblea Nacional para volver a las Cortes
tradicionales, nombrar a Serrano nuevo Presidente de la República y a Cristino
Martos nuevo Presidente del Gobierno, cuando fuera oportuno.
Fotografía del General Serrano en su etapa de madurez. |
D. Cristino Martos Balbí. |
D. Manuel Pavía Rodríguez de Alburquerque. |
Pero la idea de los golpistas reunidos en Biarritz no estaba del todo madura: Francisco Serrano y Cristino Martos decidieron que el único camino era el golpe de Estado en el que se colocaría a Serrano como Presidente de la República y a Martos como Presidente del Gobierno. Pero entonces, el general Manuel Pavía Rodríguez de Alburquerque dijo que no aceptaría a Serrano como Presidente y que quería en ese puesto a Castelar. Era una oportunidad para que Castelar recondujese la situación.
Castelar
intentó atraerse a los monárquicos a través de Antonio de los Ríos Rosas.
Castelar estaba dispuesto a abrir el abanico de partidos gubernamentales
pactando con los constitucionales y radicales que quisieran prometer fidelidad
a la República, cosa que a Salmerón le parecía traición a la República
argumentando que se entregaba el Gobierno a gentes no republicanas. Castelar y
Ríos Rosas idearon entregar los escaños vacantes en las Cortes por retraimiento
de los republicanos, a gente del Partido Constitucional y del Partido Radical,
que se declarasen republicanos conservadores, e incluso algún escaño a los
alfonsinos de Cánovas, si éstos accedían a un Gobierno de coalición. Pero la
Comisión Permanente de las Cortes se negó a esa componenda.
D. Emilio Castelar en La Ilustración de Madrid, año 1870, por Alfredo Perea. |
D. Antonio de los Rios Rosas. |
Respecto
a los republicanos, éstos se habían debilitado a fines de 1873 porque se habían
escindido, los unitarios de Castelar por la derecha, los federales republicanos
de Pi por el centro, los socialistas (anarquistas y marxistas) por la izquierda,
y los violentos o intransigentes más a la izquierda. Las posturas entre ellos
eran irreconciliables. Tal vez haya que tener en cuenta los sucesos de la
Comuna de París de marzo, abril y mayo de 1871, y su consiguiente represión,
para entender el estado de ánimo de cada grupo de diputados, tanto
constitucionales y radicales, como republicanos benévolos y republicanos
intransigentes.
La
tarea de Castelar era complicada pues necesitaba contener a los republicanos
intransigentes cantonalistas, implicar en el Gobierno a los del Partido Radical
y a los del Partido Constitucional que aceptasen la idea de República, y
mantener un Gabinete cohesionado y fuerte que pudiera hacer frente a la Guerra
de Cuba, Guerra Carlista, y sublevaciones cantonales.
Como
brillante orador, Castelar no dudó en publicar que iba a acabar con los males
que sufría España: el cantonalismo y el carlismo, los dos sectores subyugados
por demagogos españoles. Para ello Castelar exigió:
El
13 de septiembre, poderes extraordinarios, es decir, poderes dictatoriales como
la suspensión de garantías constitucionales (como la libertad de prensa que se
limitó el 21 de septiembre), a fin de controlar los previsibles motines.
El
18 de septiembre, disolución de los Voluntarios de la República restableciendo
la Milicia Nacional de 1822.
Disolución
de las Cortes por tres meses, desde 18 de septiembre 1873 hasta 2 de enero de
1874.
El
22 de septiembre, restablecimiento del arma de Artillería, lo cual pondría
mucha paz en el ejército.
Además,
Castelar permanecía en el proyecto de aprobar una Constitución republicana que
sería la federación de los antiguos reinos hispánicos, con soberanía central
única, que es casi el mismo modelo que se impondría en 1931. Pero este proyecto
perdió toda posibilidad de desarrollo: las ejecuciones firmadas por Castelar
fueron causa de que Salmerón y Pi amenazaran a Castelar con echarle del
Gobierno en la próxima apertura de Cortes que se preveía para enero de 1874.
Los monárquicos, por su parte, no eran precisamente los que aprobaran la
Constitución republicana. Castelar se tuvo que olvidar de su Proyecto
Constitucional.
D. Emilio Castelar y Ripoll, cuarto presidente de la Primera República en 1873. |
Castelar
no tenía el apoyo de los republicanos intransigentes con los que estaba en
guerra abierta, ni de los republicanos pimargalianos puesto que Pi se sentía
traicionado por Castelar.
Juan
Bautista Topete, uno de los monárquicos reunidos en Biarritz, le aseguró a
Castelar el apoyo de todos los monárquicos a esta política que Castelar
anunciaba. El precio era que Nicolás Salmerón fuera nombrado entonces
Presidente de la Asamblea Nacional. Salmerón fue quien consiguió que esta
Asamblea, en 20 de septiembre de 1873, se suspendiese a sí misma hasta 2 de
enero de 1874. Lo hizo por 124 votos a 62. En los votos en contra, se habían
quedado solos los seguidores de Pi, pues los intransigentes estaban fuera de
las Cortes por decisión propia.
Castelar
se congració con el ejército: además de firmar las penas de muerte que los
militares reclamaban, indultó a los oficiales de artillería del golpe de San
Gil de noviembre de 1872 (Amadeo), restableció el Arma de Artillería disuelto
por Ruiz Zorrilla el día de la marcha de Amadeo, y amplió la dotación de la
Guardia Civil hasta los 30.000 hombres. También movilizó las quintas de
reserva, lo cual daba recursos a los militares para acabar con todas las
guerras. Además de acabar con los cantones y los carlistas, Castelar persiguió
a los internacionalistas organizadores de revueltas urbanas.
La
consecuencia no buscada fue que, con la actuación militar propia de la
situación de guerra, el mando efectivo sobre la política general del Estado
pasó a manos de los generales, los cuales tomaron conciencia de ello. Sólo
había que esperar la ocasión para hacerlo patente. Era el precio para evitar la
sublevación militar.
La Batalla de Montejurra, entre el 7 y 9 de noviembre de 1873. |
Se
restablecieron las relaciones con El Vaticano. Ello no era fácil puesto que el
Vaticano apoyaba a los carlistas, que en 7-9 de noviembre de 1873 ganaban la
Batalla de Montejurra, un mito dentro del carlismo, y llegaban a su máximo
potencial en la Tercera Guerra Carlista disponiendo de 24.000 hombres en armas
y dominando todo el País Vasco y Navarra. En diciembre de 1873 los carlistas
pusieron sitio a Bilbao encargando al marqués de Valde Espina del mando de las
tropas. Era una visión efímera del triunfo del carlismo, pues simplemente se
beneficiaba de las debilidades del Gobierno del momento, y terminaría en cuanto
el Gobierno se reestructurase a sí mismo.
Continuó
la lucha anticantonalista. El 19 de septiembre cayó el cantón de Málaga y sólo
quedaba en rebeldía Cartagena. Castelar reclutó 80.000 hombres, con el apoyo
del Ministro de Hacienda, Manuel Pedregal, que le liberó 100 millones de
pesetas y puso en pie la llamada “quinta de Castelar”. Cartagena, el último
Cantón federal, estaba condenada a la derrota. Sólo faltaba el paso del tiempo.
Pasaban hambre, no tenían apoyo internacional, y sus reemplazos militares no
existían.
D. Manuel Pedregal Cañedo, Ministro de Hacienda. |
Cartagena
intentó resistir, parapetada en sus barcos de guerra que la abastecían de
alimentos, pero un barco se les hundió por impericia, otro se incendió, y los
dos últimos fueron capturados por los alemanes, y como resultado de ello los
cartageneros ya no pudieron asaltar ciudades del Mediterráneo y empezaron a
pasar hambre. Sus jefes eran Antonio Gálvez y el general Juan Contreras San
Román. Aguantaron hasta el 12 de enero de 1874, más allá de la duración de la
República. Fueron combatidos finalmente por el general José López Domínguez que
les rindió con la colaboración, militarmente definitiva, del Contraalmirante de
Marina Miguel Lobo Malagamba.
General D. José López Domínguez. |
Castelar
realizó algunas de las viejas reivindicaciones progresistas: abolió la
esclavitud en Puerto Rico, abolió los títulos nobiliarios y las Órdenes
Militares, acabando con siglos de privilegios.
También
quería Castelar llegar a un acuerdo con los banqueros a fin de financiar al
Gobierno y entrar en una política de realidades, de hechos, abandonando ideas y
utopías recientes. Ello le enfrentaba a los republicanos y no le daba el apoyo
de los monárquicos.
El
20 de septiembre, Castelar cerró la Asamblea Nacional y fijó plazo de
reapertura para 2 de enero de 1874. Castelar había decidido gobernar por
decreto. Suspendió las garantías constitucionales, puso censura de prensa,
recuperó el Cuerpo de Artillería, potenció la disciplina militar, restringió la
ibertad de desplazamiento por España y exigía salvoconducto a todo vecino que
quiera salir de su término municipal de residencia. También suprimió las
licencias de armas. Un Gobierno de derechas no hubiera tomado medidas
diferentes.
La
libertad de prensa, decretada por Prim en 1869, empezó a ser restringida
durante un Gobierno republicano: en 20 de septiembre de 1873, los republicanos
de Emilio Castelar, que tanto habían protestado contra la censura y la falta de
libertad en la oposición, comenzaron a poner restricciones a la libertad de
prensa.
La
reacción de la burguesía española fue muy positiva, e inmediatamente regresaron
de Francia los autoexiliados de abril de 1873. Creían en que los negocios
volverían a funcionar.
Castelar
hablaba de restablecimiento del orden y, teniendo en cuenta que los Cantones ya
habían sido reprimidos por Salmerón, había que interpretar esas palabras como
robustecimiento del Estado.
Castelar
representaba la integración del ejército en el nuevo Estado republicano con
todas sus consecuencias, y la ruptura de la utopía de una sociedad sin
guardias, soldados, ni autoridades.
En
cuanto a las masas, tras la represión que los republicanos de Castelar hicieron
sobre los movimientos populistas, se volvieron escépticas. Ya no apoyarían en
lo sucesivo a los republicanos federales, ni a los socialistas. Las masas,
aunque se habían sumado al cantonalismo, no eran exactamente del mismo criterio
que los dirigentes cantonales. Las masas querían derechos sociales y salario
más alto. Incluso el proletariado no era exactamente republicano ni socialista,
sino que reivindicaba salarios más altos. Lo que sí podemos afirmar es que el
proletariado era antimonárquico. Y dentro del proletariado había muchas
tendencias, pues nada tenía que ver la idea de Fermín Salvochea en Cádiz, con
la del anarquista Antonio Gálvez “Antoñete” en Cartagena, ni ambas con la revuelta
por el socialismo AIT de Alcoy. Pero la experiencia republicana federal había
sido desastrosa, y estaban dispuestos a volver al orden anterior, como mal
menor.
Los
movimientos populistas comprendieron que todos los políticos estaban por
impedir sus reivindicaciones violentas.
Pero
muchos políticos de distinto signo siguieron teniendo en adelante la tentación
de soliviantar a las masas para lograr un ambiente propicio para echar abajo un
Gobierno. Esto será ya una constante en el XIX y el XX. En el XIX lo aprovecharán
los movimientos anarquistas, y en el XX, los comunistas, los fascistas y los
militaristas.
El
9 de octubre de 1873, Castelar se entrevistó con el Conde de La Rochefoucault,
Encargado de Negocios de Francia en España. Castelar se atrevió a criticar la
política francesa: le manifestó su opinión de que Francia caminaba hacia una
República conservadora, e incluso a una monarquía, lo cual sería, a su juicio,
un error, pues se impondrían los clericales, y ello era contrario a la voluntad
de los franceses. También le manifestó al francés, que la Asamblea Francesa le
parecía conservadora, mientras los franceses daba la impresión de que eran
republicanos. Rochefoucault contestó que las manifestaciones de Castelar le
parecían una imprudencia, sobre todo viniendo de un país famoso por sus
escándalos, crímenes y despotismo, de un Gobierno que se mostraba impotente,
inconsecuente, e incluso con mala fe. Y el Encargado de Negocios francés puso
en duda que, si se reabrían las Cortes, perdurase mucho tiempo la República en
España. Había sido una entrevista dura, en la que ambos se habán dicho las
verdades del barquero de la forma más impertinente, Castelar en tono altivo y
Rochefoucault chauvinista. No era un buen comienzo para la diplomacia española
internacional.
D. Salustiano Olózaga, embajador de España en París. |
Castelar
envió al Gobierno francés, por medio del embajador en París, Salustiano de
Olózaga, una declaración de que el Gobierno de España pretendía consolidar los
derechos individuales y consolidar la democracia, a fin de que con ello llegase
“la estabilidad en la libertad”. Pero París contestó que Francia estaba
decidiendo su futuro en la redacción de una Constitución y no parecía ése el
momento para reconocer al Gobierno de España, lo cual debiera ser hecho por un
Gobierno constitucional futuro. Castelar les deseó suerte en ello.
D. Patricio de la Escosura, embajador de España en Berlín. |
Patricio
de la Escosura, embajador en Berlín, informó de que Austria, Rusia y Prusia no
reconocerían a la República Española, primero por antipatía, y segundo porque
no lo habían hecho Gran Bretaña y Francia.
Federico
Rubio, desde Londres, dijo que Gran Bretaña no veía consolidada la situación
española, tan cambiante durante los últimos cinco años, y cuyo futuro era un
misterio para todos, pues los carlistas estaban en pie de guerra, los
monárquicos estaban organizados para el golpe de Estado, los republicanos
estaban divididos en múltiples facciones… Cuando se consolidara la situación
política española decidiría Gran Bretaña. Y mientras tanto, seguirían vendiendo
armas tanto a los carlistas como a los cantonalistas (se las vendían en Cádiz a
Fermín Salvochea), pues ellos no iban a decidir el futuro de España.
El
31 de octubre de 1873 España apresó al Virginius, un barco con bandera
estadounidense que portaba armas y rebeldes cubanos, y que se dirigía a Cuba.
Fueron sometidos a consejo de guerra por las autoridades españolas. Fueron
ejecutados 36 tripulantes y 16 pasajeros, incluyendo los patrones
norteamericanos del barco que les llevaba. Estados Unidos protestó airadamente,
lo que significaba que no había sido un acto de piratería de particulares, sino
una acción de Estado. De hecho, el Virginius era uno de los muchos barcos que
Estados Unidos enviaba a Cuba a negociar con armas y a llevar mercenarios. Los
financiaba la Junta Cubana de Nueva York. La contratación de mercenarios no era
difícil, pues los sudistas vencidos recientemente, y desposeídos de sus
propiedades, se contrataban frecuentemente para hacer algún dinero.
D. José Polo de Bernabé, embajador de España en Washington. |
Polo
de Bernabé, embajador de España en Washington, denunció que los cubanos
preparaban una expedición para llevar un millar de sudistas a Cuba, y que
habían comprado un vapor, que normalmente iba de Nueva York a Bermudas, y
llevaba hasta estas islas hombres, provisiones y armas.
Algunos
mercenarios norteamericanos fueron capturados por los españoles. Entonces,
Estados Unidos exigió que fueran tratados como delincuentes comunes. España
alegaba que no eran delincuentes comunes, pues se dedicaban a atacar barcos y
poblaciones bajo soberanía del Rey de España, lo cual era piratería.
El
problema legal se planteó de la siguiente forma: Estados Unidos decía que se
debía respetar el Tratado entre Estados Unidos y España, mientras no se
declarase “estado de guerra”. Si España declaraba la guerra a Cuba, efectivamente,
los norteamericanos capturados eran piratas y debían ser juzgados por
tribunales militares. Pero la guerra no se había declarado y debían ser
juzgados por tribunales ordinarios. De hecho, la guerra había empezado en 1869,
pero no había habido declaración oficial de guerra. España no quería declarar
la guerra, porque era reconocer estatuto de combatiente al enemigo cubano, y
prefería hablar de insurrección en Cuba.
Castelar,
acabó reconociendo que Estados Unidos tenía razón desde el punto de vista
jurídico, que no moral, y le aseguró al general Sickles que los prisioneros
serían tratados como delincuentes comunes.
General norteamericano Daniel Edgar Sickles. |
En
el caso del Virginius, todos sabían que era un barco que hacía servicios de
transporte de armas y soldados para los rebeldes cubanos, e incluso los
periódicos lo habían publicado recientemente, y en los informes de los
diplomáticos aparecía esta realidad como conocida. Por eso, España decidió
capturarle. Pero si entramos en el campo de los leguleyos, la realidad era
distinta.
El
31 de octubre de 1873, el Virginius fue apresado por el Tornado en un punto
entre Cabo Cruz y Santiago de Cuba, cuando iba rumbo a Cuba. Al ver al barco
español, el Virginius se adentró en el mar para salir de aguas cubanas y entrar
en aguas internacionales. Al tiempo que escapaba, arrojó las armas y municiones
por la borda, aunque no les dio tiempo a arrojarlas todas antes de ser
capturados. A bordo, se encontraron varios jefes de los insurrectos cubanos, y
163 hombres, que fueron conducidos a Santiago de Cuba, fueron sometidos a
consejo de guerra y condenados a muerte. Entre el 7 y el 8 de noviembre, fueron
ejecutados el capitán del Virginius, 36 tripulantes y 16 pasajeros.
Estados
Unidos envió a España un ultimátum que acusaba a España de haber capturado un
barco estadounidense sin motivo ninguno, porque el citado barco llevaba bandera
de Estados Unidos, y había sido capturado en aguas internacionales. Estados
Unidos decía que unos súbditos americanos habían sido fusilados tras un proceso
de dudosa legalidad. La prensa estadounidense estaba unánimemente en contra de
España y pedía vengar a sus compatriotas. El Gobierno de Estados Unidos reunió
sus efectivos navales en Cayo Hueso (Florida), a ocho horas de distancia de La
Habana.
Castelar
no podía permitirse una guerra con Estados Unidos porque tenía una guerra
carlista en el País Vasco y el Maestrazgo, y acababa de salir de una guerra
cantonal extenuante. Los empresarios cubanos españoles, la prensa española,
incluidas la monárquica y la republicana, y el ejército español, pedían
declarar la guerra a los Estados Unidos. Pero España tenía una deuda enorme que
no podía incrementar mediante una nueva guerra, y no tenía barcos de guerra suficientes
ni adecuados, ni tenía tropas preparadas, y su posición legal, estaba perdida
en cualquier tribunal internacional. Tenía la razón moral, pero no la jurídica.
Secretario de Estado norteamericano Hamilton Fish en sus últimos años. |
El
29 de noviembre de 1873, el Almirante español Polo, firmó ante el Secretario de
Estado Fish un protocolo por el que España devolvería el Virginius a Estados
Unidos, liberaría a los supervivientes y haría un acto de desagravio a la
bandera americana, el 25 de diciembre, si se demostraba que el Virginius
portaba bandera americana en el momento de la captura. El Fiscal General de
Estados Unidos dijo el 17 de diciembre, que efectivamente, el Virginius llevaba
bandera estadounidense y que fue capturado en aguas internacionales. Esta
declaración no tiene apenas credibilidad alguna, pues había interés de parte
afectada.
Estados
Unidos retiro la exigencia de hacer un homenaje a la bandera estadounidense a
cambio de que el Gobierno español hiciera una declaración pública de que no
había tenido intención de ofender a los Estados Unidos.
La
enemistad con Estados Unidos estaba ya planteada. Estados Unidos buscaba una
excusa para intervenir en la guerra ya iniciada en Cuba, y quedarse con Cuba y
Puerto Rico. Castelar logró iniciar conversaciones diplomáticas y evitó la
guerra. Las conversaciones duraron hasta febrero de 1875, sin acuerdo ninguno.
Europa
actuó con indiferencia ante la posibilidad de que Estados Unidos declarase la
guerra a España e invadiese los países del Caribe, salvo Gran Bretaña, que veía
peligrar sus intereses comerciales en la zona y se ofreció como mediador entre
las partes. Si España se mantenía en Cuba, Gran Bretaña mantendría sus negocios
ilegales, pues España no tenía fuerza para impedirlo. Si Estados Unidos entraba
en posesión de Cuba, Gran Bretaña seria expulsada.
Cuando
Gran Bretaña percibió que España iba a pagar indemnizaciones por los muertos
del Virginius, alegó que algunos pasajeros muertos eran británicos y que Gran
Bretaña también tenía derecho a indemnizaciones. Las indemnizaciones que
ofreció Castelar a los británicos fueron de 7.100 libras esterlinas a la
familia de cada muerto. Con Estados Unidos se tardó algún tiempo en acordar la
indemnización y, años después, se pagaron 400.000 pesetas por cada muerto.
Igualmente,
cuando los republicanos fueron eliminados en España en enero de 1874, nadie en
Europa protestó. Los temas españoles no interesaban. España conservaba la
ilusión de ser uno de los grandes, pero nadie se lo reconocía fuera de sus
fronteras. España tardaría todavía 25 años en ser consciente de su decadencia.
General D. Francisco de Ceballos Vargas, marqués de Torrelavega, que hizo un segundo sitio a Cartagena. |
El
general Francisco Ceballos Vargas, que sería I Marqués de Torrelavega en 1876,
hizo un segundo sitio de Cartagena el 10 de diciembre de 1873.
El
general José López Domínguez hizo el tercer sitio de Cartagena y la plaza
capituló el 12 de enero de 1874.
El
cerco a Cartagena fue duro y los cercados lo pasaban mal, de modo que tuvieron
que renunciar al ataque y conformarse con salir indemnes de la situación.
Pasaron a estrategias a la defensiva.
El
2 de septiembre de 1873 dimitió el Gobierno Provisional de Cartagena
(Contreras, Ferrer y Gálvez) y cedió el poder a la Junta Soberana de Salvación
de Cartagena. Se preveía un drama próximo y buscaban una salida digna. Hicieron
llamamientos a todos los republicanos españoles en los que decían que todos los
republicanos eran hermanos.
Como
era de esperar, el apoyo de los otros republicanos federales fue muy escaso, y
surgió el desánimo en Cartagena. Algunos soldados se pasaron al enemigo. Y
entre los que permanecieron defendiendo el Cantón, surgió la división: la Junta
Civil de Cartagena, presidida por Pedro Gutiérrez de la Puente y Roque Barcia
Martí, era partidaria de capitular; la Junta de Guerra, dominada por Antonio
Gálvez, Juan Contreras y Félix Ferrer querían mantener la defensa hasta sus
últimas consecuencias.
En
noviembre de 1873 hubo una conspiración a favor de la rendición. El 30 de
diciembre, ardió la fragata Tetuán y fue un incendio intencionado. El 6 de
enero de 1874 voló el Parque de Artillería, provocado por alguien, y hubo 400
muertos, y la moral de los cartageneros se vino del todo abajo en los entierros
masivos y después de ellos. Ni Contreras, ni Gálvez fueron ya capaces de
levantar los ánimos. Se impuso el punto de vista de la capitulación. El 10 de
enero de 1874 se rindió el Castillo de La Atalaya. El 12 de enero se rindió
Cartagena. Con ello, el experimento cantonal había concluido. El general López
Domínguez entró en Cartagena el 13 de enero, mientras los 500 rebeldes más
recalcitrantes subían a la embarcación Numancia y se exiliaban a Orán. Entre ellos, iban
Contreras y Gálvez. El indulto a los sublevados en Cartagena causó enorme
alegría popular por toda España.
El
Partido Republicano Democrático Unitario publicó un manifiesto el 28 octubre de
1873, redactado por Echegaray, por el que los republicanos unitarios de Eugenio
García Ruiz se unían a los progresistas democráticos radicales de Cristino
Martos y formaban una nueva agrupación política, de la que todavía no se decía
el nombre. El nuevo partido sería conservador en lo político y en lo social, y
partidario de una República unitaria. El Manifiesto lo firmaron 226 personas.
El
Partido Republicano Democrático Unitario tuvo una existencia efímera y no
aportó nada nuevo a la dinámica política. Es una anécdota política. El más
destacado de sus miembros fue Eugenio García Ruiz, el cual contaba con media
docena de amigos en la Asamblea Nacional. Tras el golpe de Estado de Pavía de
enero de 1874, García Ruiz fue Ministro de Gobernación, pero se le hizo
Ministro para solucionar el conflicto entre Práxedes Mateo Sagasta y Cristino
Martos, pues ambos querían ese puesto, y no se le dio a ninguno de los dos. El
partido desapareció en marzo de 1874.
En
1875, el partido volvió a intentar renacer bajo el nombre de Partido
Republicano Unitario, a partir de los grupos de Ruiz Zorrilla, Cristino Martos
y Nicolás Salmerón. Tenían en común que no querían una república unitaria como
la de Castelar, ni una república revolucionaria como la de Pi. Su modelo era
una república reformista, que descentralizara el poder, pero que no lo hiciera
de forma anárquica, que se preocupara por las cuestiohes sociales, pero
preservando siempre la paz y el orden público. Incluso no estaban de acuerdo
con Ruiz Zorrilla cuando éste propuso imponerse mediante un pronunciamiento.
D. Manuel Ruíz Zorrilla, expulsado de España en 1975 por ser considerado peligroso republicano. |
En
febrero de 1875, Ruiz Zorrilla fue expulsado de España porque el Gobierno le
consideraba el republicano más peligroso de ese momento, y Ruiz Zorrilla
residió en el extranjero hasta 1895. Estuvo 9 años en París en 1875-1884, 2
años en Londres en 1884-1886, un tiempo en Ginebra, y 9 años en París en
1886-1895. El Partido Republicano Unitario no tuvo apenas incidencia en la
historia de España.
En
diciembre de 1873, Castelar ofreció a Serrano el mando del ejército del norte,
lo que confería a Serrano el puesto más importante del ejército en ese momento.
Serrano lo rechazó porque no quería empezar todavía la restauración, quizás
porque no se había decidido por el candidato a Rey, o tal vez aventurase ser él
Presidente de una República conservadora. Desconfiaba de todos y sopesaba la
posibilidad de declararse a sí mismo dictador, al estilo francés, hasta que
Alfonso tuviese una edad madura, de unos 25 años, para lo cual faltaban todavía
ocho años. La idea de Serrano no pudo llevarse a cabo por causa de que Manuel
Pavía, tomó las Cortes en enero de 1874, y de que Martínez Campos dio un golpe
de Estado en diciembre de 1875.
Fin de la Primera República con la entrada del General Pavía en el Congreso de los Diputados el 3 de enero de 1874. |
Casi
todos los políticos eran conscientes de que Castelar sería recusado y perdería
las votaciones del 2 de enero siguiente, y todos se preparaban para la nueva
situación, para el día en que se iban a reunir las Cortes cerradas desde 18 de
septiembre. Todos esperaban la apertura de las Cortes para derribar a Castelar.
Incluso el Cantón de Cartagena resistía con el objetivo de tener una
oportunidad tras la caída de Castelar, y aguantó hasta 12 de enero de 1874,
cuando vio que la situación era adversa e irreversible.
En
diciembre de 1873 se conocía sobradamente que los monárquicos iban a dar un
golpe de Estado. No se sabía si se iba a iniciar una República autoritaria y conservadora
o una monarquía. También lo iban a intentar los republicanos federales
intransigentes.
En
cuanto a las relaciones exteriores, Europa caminaba hacia la estabilización
política de las derechas, y no a las revoluciones de las izquierdas, y no apoyaba
ya a la República Española.
Respecto
a los madrileños, un sector de población muy influyente en la política
española, estaban cansados de tantas violencias que no llevaban a nada positivo
para las clases medias. Empezaban a valorar la paz mucho más que a la
república.
Y
sobre el conjunto de los españoles, el ambiente era de que la República estaba
acabada: los emigrados políticos alfonsinos, tanto los carlistas radicales como
los carlistas conservadores, estaban regresando porque percibían el final de un
tiempo político y querían estar en el inicio del nuevo periodo que se veía
próximo. Unos opinaban que sobrevendría la república unitaria, y otros decían
que llegaría la restauración monárquica. Todos estaban de acuerdo que sucedería
aquello que el ejército apoyase. Y hasta era posible que Serrano iniciase una
República Presidencialista al estilo de la de McMahon en Francia, o algo
parecido a lo que hizo el general Monk en Gran Bretaña cuando recuperó a los
Estuardo. Los distintos rumores corrían por los mentideros españoles desde el
mes de octubre de 1873. El más difundido decía que Serrano se aliaría a
Cristino Martos y ambos darían el golpe de Estado el 2 de enero de 1874, el día
de la apertura de las Cortes.
La
reacción de los republicanos ante estos rumores fue hacer una alianza entre
Figueras, Salmerón y Pi, en contra del Presidente del Poder Ejecutivo, Emilio
Castelar.
A
finales de diciembre de 1873, el próximo Golpe de Estado estaba cantado. Los
republicanos intransigentes tratarían de llevarse la Presidencia del Gobierno
y, en ese caso, los moderados y monárquicos darían el golpe de Estado. La calle
lo sabía. El día 2 de enero de 1874 iba a ser crucial.
Castelar,
en situaciones anteriores, había manifestado que tomar poderes excepcionales
era dar ventaja a los federales intransigentes, y que lo más efectivo era
actuar desde la legalidad constitucional y respetando siempre el poder
legislativo. Pero los militares no pensaban lo mismo. Los militares decían que
todo tenía un límite, y que no se podía claudicar frente a los cantonalistas
que querían desmembrar España. En diciembre de 1873, los militares sugirieron
un “Gobierno de concentración” del que sólo quedasen excluidos los carlistas y
los federalistas. Y anunciaron que si Castelar era derrotado, irían al golpe de
Estado.
A
finales de diciembre de 1873, Castelar se puso muy nervioso cuando se enteró
que sus compañeros republicanos le iban a poner la moción de censura el día 2
de enero siguiente. El nerviosismo no se debía tanto a la moción de censura en
sí misma, sino a las informaciones que le llegaban de que si ello ocurría, el
ejército intervendría y pondría un Gobierno militar.
El general López Domínguez, sobrino de Serrano, el general Manuel Pavía, y otros generales, estaban diciendo que no se podía tolerar la vuelta a la situación de más revueltas cantonales, a que el Gobierno no hiciera la guerra a los carlistas, y que se estuviera haciendo el ridículo en Cuba mientras tanto, entre otras cosas, porque estaban muriendo muchos militares a lo tonto. Castelar habló con los generales y estaba al tanto del descontento militar. Se dice que Serrano y Castelar se estaban viendo dos veces por semana y que Serrano se había comprometido con Castelar a conservar la República, pero que sería una República Militar durante seis o siete años, tiempo para acabar con los republicanos federales.
General D. José López Domínguez, sobrino del General Serrano. |
El general López Domínguez, sobrino de Serrano, el general Manuel Pavía, y otros generales, estaban diciendo que no se podía tolerar la vuelta a la situación de más revueltas cantonales, a que el Gobierno no hiciera la guerra a los carlistas, y que se estuviera haciendo el ridículo en Cuba mientras tanto, entre otras cosas, porque estaban muriendo muchos militares a lo tonto. Castelar habló con los generales y estaba al tanto del descontento militar. Se dice que Serrano y Castelar se estaban viendo dos veces por semana y que Serrano se había comprometido con Castelar a conservar la República, pero que sería una República Militar durante seis o siete años, tiempo para acabar con los republicanos federales.
Además,
Castelar tenía previsto que, al producirse una situación como la que se le
venía encima, propondría a Antonio de los Ríos Rosas como Presidente de la
nueva república, y con ello tendría una salida política, pero Ríos Rosas había
muerto en noviembre de 1873, y el plan se había roto. Castelar no encontraba un
nuevo hombre en el que confiar.
El
22 de diciembre de 1873 hubo restricciones a la prensa, cerrando la prensa
extremista intransigente. Con ello, la República, que tanto había protestado a
favor de la libertad de prensa, era la que cortaba esa libertad por la que
tanto había suspirado.
El
24 de diciembre de 1873, Castelar citó al Capitán General de Castilla la Nueva
(Madrid), Manuel Pavía Rodríguez de Alburquerque, para rogarle que no dieran el
golpe de Estado del que se hablaba. Manuel Pavía era un general muy prestigioso
en ese momento: Pavía había estado en el golpe de 1866 apoyando a Prim, se
había exiliado, había regresado en 1868 y se había puesto a las órdenes de Ruiz
Zorrilla y Cristino Martos, del Partido Radical, el mismo de Prim, los cuales
eran en ese momento republicanos, pero conservadores. En julio de 1873, Pavía
había sido nombrado Capitán General de Andalucía y Extremadura y había
combatido a los cantones de Córdoba, Sevilla, Jerez y Cádiz. Se había dejado
algunos muertos por el camino luchando contra los republicanos intransigentes,
y no admitía componendas con ellos. Desde septiembre de 1873, Manuel Pavía era
Capitán General de Castilla la Nueva (Madrid).
General Manuel Pavía y Rodríguez de Alburquerque. |
En
las conversaciones de 24 de diciembre, Castelar y Pavía constataron que ninguno
de los dos quería la vuelta del cantonalismo. Pavía propuso prolongar el cierre
de las Cortes y que Castelar siguiera gobernando hasta dominar a los
cantonalistas. Castelar se negó, porque declararse dictador de hecho, o
gobernar en situación excepcional, era contrario a sus principios. Entonces
Pavía le dijo que si Castelar era despuesto el 2 de enero, daría el golpe de
Estado e impondría un Gobierno de Concentración Nacional, o Gobierno de
conciliación como se llamaba entonces, con representación de todos los
partidos, excepto los federales y los carlistas. Informó a continuación de ello
a los Capitanes Generales del Norte, Centro y Cataluña, a los líderes del
Partido Constitucional y del Partido Radical. Les dijo que daría el golpe y que
debían preparar un Gobierno de Concentración Nacional. El golpe no era pues un
secreto.
Los
socios de Pavía, liberales radicales de Ruiz Zorrilla y los constitucionales de
Sagasta, prepararon las medidas que serían complementarias al golpe, y Pavía se
entrevistó con los embajadores de Francia y Gran Bretaña para asegurar su
aceptación de un nuevo régimen político en España.
Un
problema que se planteaba era que el Congreso estaba custodiado por la Guardia
Civil y, si era atacado por el ejército, podía haber un tiroteo entre ejército
y Guardia Civil, y fracasar todo. Se decidió que Pavía se pusiese en contacto
con el coronel Iglesias, jefe de la Guardia Civil, para evitar el conflicto
entre ambos cuerpos armados, pues los dos estaban en oposición al desorden
republicano intransigente.
Coronel D. Raimundo Iglesias Herrero , jefe de la Guardia Civil en 1873. |
El
31 de diciembre se reunieron los líderes republicanos Figueras, Pi y Salmerón
para preparar la moción de censura a Castelar, para votar todos en contra de
Castelar. Buscaron candidatos alternativos como el Teniente General Mariano
Socías del Fangar y Lladó, y Eduardo Chao, que se negaron a prestarse al juego,
y por fin encontraron al republicano Eduardo Palanca Asensi en la madrugada
del 3 de enero de 1874, cuando éste huía de Madrid y estaba en la estación de
ferrocarril, tras haber oído que le buscaban para nombrarlo Presidente.
D. Eduardo Palanca Asensi, candidato de los republicanos federales para sustituir a D. Emilio Castelar, cuya elección fue impedida por el golpe del General Pavía. |
Todos
los grupos políticos estaban pues preparados para el 2 de enero de 1873. No fue
una sorpresa para nadie que hubiera cambios. Lo probable era que los
republicanos tomaran el poder en las Cortes. Efectivamente, La Asamblea
Nacional (Cortes) se abrió el 2 de enero de 1874, porque Castelar no quería
retrasar su apertura, pues decía que era necesaria la unión de todos los
hombres de buena voluntad para salvar a la naciente República.
Habló
Castelar sobre su gestión durante los últimos meses, y dijo que observaba
aspectos positivos como que la fuerza pública hubiera recobrado su disciplina
interna, y que los motines cantonales hubieran cesado por completo hasta el
punto de que en adelante ya no serían necesarias las intervenciones militares.
Los
republicanos intransigentes, Figueras, Pi y Salmerón, presentaron la “cuestión
de confianza” al Gobierno, tal como habían acordado días antes. Salmerón
resultaba en este momento aliado de su enemigo Pi i Margall. Criticaban a
Castelar por haber luchado contra los Cantones, y no con la misma energía
contra los monárquicos carlistas. El discurso era poco racional, y más bien
justificativo.
D. Rafael María de Labra González Cadrana. |
Empezaron
los discursos: Rafael María de Labra González Cadrana invitó a Castelar a
marcharse. A las 11 de la noche del 2 de enero, Salmerón estaba dando la
respuesta a Castelar en tono desairado.
En
la madrugada del 3 de enero, se reunieron en Gabinete de Presidencia los
líderes republicanos duros: Nicolás Salmerón, Francésc Pi, Estanislao Figueras,
José Guisasola y Francisco Rispa Perpignà. El médico José Guisasola era propietario
del periódico "La Igualdad", que había servido a Figueras, José María Orense, y
José Paúl y Angulo, y se oponía a las tesis de Castelar del periódico "El
Orden". Rispa había dirigido el periódico "El Combate" en 1872, pero ante todo era
el maestro masónico de la logia Giordano Bruno. Se ratificaron en el acuerdo de
31 de diciembre de votar en contra de Castelar y proponer juntos como nuevo
Presidente a Eduardo Palanca Asensi. Y decidieron dar un golpe de Estado si
Castelar ganaba la votación: Los Voluntarios de la República tomarían las
calles de Madrid y darían el golpe republicano cantonalista.
Como hemos dicho, Eduardo
Palanca fue localizado en la Estación del Ferrocarril del Mediodía de Madrid,
cuando se disponía a marcharse, pues había oído que le buscaban para Presidente, y fue forzado a acudir al Congreso.
La
cuestión de confianza, presentada por Martín de Olías, se votó a las 05:00
horas de la mañana del 3 de enero. Castelar la perdió por 120 a 100 (otros
autores dan 110 a 101). Castelar quedaba depuesto como Presidente por haber
actuado contra los republicanos sin permiso de las Cortes. El hecho que más
pesaba en esa decisión era que el 21 de abril de 1873, Castelar había renegado
públicamente del federalismo y sus revoluciones cantonales en un artículo en "La
Discusión". Después, los cantonalistas fueron derrotados, encarcelados y
deportados. León y Castillo envió a Víctor Balaguer a comunicar a Pavía la
deposición de Castelar.
D. Fernando León Castillo. |
D. Víctor Balaguer. |
Mientras
todos estos acontecimientos de la política nacional se iban desarrollando, en
nuestra villa, la nueva situación con el nombramiento del presidente D. Emilio Castelar
como Jefe del Ejecutivo , (tras la renuncia de D. Nicolás Salmerón por negarse
a firmar las penas de muerte para los sublevados cantonales), se traducía en
nuevos gobiernos municipales, en adoptar nuevas formas de ejercer la política
municipal con unas actas interminables con escasos efectos en el cambio de vida
de los vecinos, y restablecer la dinámica municipal al ritmo de los nuevos
tiempos políticos.
Las
actas de este periodo comprenden desde el acta vigésimo segunda a la trigésimo
segunda. Este periodo histórico fue muy prolífico en reuniones, aunque también
se dieron casos de no celebrarse las reuniones a causa de no tener asuntos que
tratar. Las actas de este momento son las siguientes:
ACTA
DE LA VIGÉSIMO SEGUNDA SESIÓN ORDINARIA DEL
AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA DE ARJONA DE FECHA 21 DE SEPTIEMBRE DE 1873.
“Sesión
ordinaria del día 21 de Setiembre de 1873…
En
la Villa de la Higuera cerca de Arjona del día veinte y uno de Setiembre de mil
ocho cientos setenta y tres siendo la ora de las nueve de la noche se reunieron
los ciudadanos que componen el Ayuntamiento en la Sala donde se celebran sus
sesiones bajo la Presidencia del Ciudadano Ildefonso Fuentes y Pérez con objeto de celebrar la sesión
ordinaria previa la oportuna convocatoria después de leída el acta anterior quedó
aprobada.
Acto continuo por el presidente se hizo
Presente a la corporación haberse presentado un comisionado con unos
descubiertos pertenecientes a la
diputación Provincial por el contijente des de el año de mil ochocientos
setenta hasta lafecha, en su consecuencia y enterada la corporación usó la
palabra el teniente Alcalde Pedro Mercado y dijo: que en antención a lo
dispuesto por la Excelentísima Diputación Provincial por el Señor Gobernador
Civil de la Provincia hera de todo punto indispensable enpezar fondos para
poder cubrir el descubierto presentado por el comisionado Salvador Cruz y en su
caso había necesida de convocar alos ydibidos del Ayuntamiento anterior por medio de oficio para que sepresenten
hacer entrega de las cantidades que se adeudan por los años que an actuado
puesto que por el depositario de los fondos del Municipio Dn. Bartolomé Catalán
se había declarado bajo su firma en otra sección no obraban en supoder
documentos concernientes a dicho depositario ni menos esistencias en metálico
sólo unos descubiertos de cinco de el total de 130 pesetas pocomás omenos en
este estado y no habiendo sido entregados los presupuestos des de el año de
1869 hasta la fecha y por esta causa vienen entorpeciendo la Administración de
Justicia; de la misma manera declaren donde se encuentran los des cubiertos de
para poder hacer efectivo por medio de una cobranza puesto que endepositaría no
habrán fondos de ninguna clase y no teniendo la corporación otro asunto de que
tratar se lebantó la sesión que firman los concurrentes a el acto de que llo el
Secretario interino Certifico =”
Aparecen
las firmas de los siguientes señores:
Ildefonso
Fuentes. José Calero Pérez. Pedro Mercado. Francisco Fuentes. Bernardino Pérez. Felipe Pancorbo. Juan José Mercado.
Antonio
Mercado. Secretario Interino.
En la página de la derecha numerada como página 12 del cuadernillo de actas número 27 aparece el acta vigésimo segunda del año 1873. |
ACTA
DE LA VIGÉSIMO TERCERA SESIÓN ORDINARIA
DEL AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA DE ARJONA DE FECHA 24 DE SEPTIEMBRE DE
1873.
“Toma
de posesión del Ayuntamiento …
En
la Villa de la Higuera cerca de Arjona á veinte y cuatro de Setiembre de mil
ochocientos setenta y tres: Constituidos en el sala Capitular el Ciudadano
Presidente del Ayuntamiento con los Concejales salientes que al margen se
espresan y que invitados quisieran axistir á esta sesión inaugural y á efecto
de cumplir con lo prevenido en el decreto del veinte y uno de Junio del
presente año y dar posesión al nuevo Ayuntamiento electo para lo cual habían
sido personal y oportunamente convocados todos los elegidos, hizo que
efectivamente pasasen los individuos electos, que habiendo dejado sobe la mesa
los concejales salientes las insignias
que les acreditaba como tales y el Alcalde el bastón representativo de
su autoridad declaró instalado y posesionado el nuevo Ayuntamiento retirándose
acto seguido con los concejales salientes. Ocupada la Presidencia interina por
el Ciudadano Pedro Mercado Cano que resultó tener mayor número de votos,
dispuso dicho Sr. que yo el Serio. diese lectura de los artículos 47 al 52 de
la Ley Municipal de 20 de Agosto de 1870 declaró abierta la elección de Alcalde
popular. En seguido fueron los concejales uno por uno acercándose á la urna y
depositando su sufragio y terminada esta operación el Presidente interino leyó
las papeletas en alta voz y las dejó sobre la mesa para que las examinasen los
votantes habiendo dado el resultado siguiente:
Ciudadano Pedro Mercado Cano votos 8 votos
ocho. Y como reúnen la mayoría absoluta del sufragio quedó elegido y proclamado
para el cargo de Alcalde popular recibiendo la insignia correspondiente. Inmediatamente
y por propio orden y debida separación que queda relacionado se procedió á la
elección de Teniente de Alcalde resultando elegido con mayoría absoluta de
votos el Ciudadano Felipe Pancorbo Medina para primero; Ciudadano Francisco
Fuentes para segundo:
Se eligió del mismo modo y quedó nombrado
de procurador síndico el Ciudadano Juan Pérez Serrano. Dada la posesión en el
acto á los Ciudadanos tenientes y Síndico, así como á los demás concejales
declaró definitivamente constituido el Ayuntamiento en este día y en
disposición de funcionar con arreglo á la ley Municipal.
Al
efecto se discutió en seguida los días y horas de celebrar sesión ordinaria el
Ayuntamiento por unanimidad acordó designar los Domingos al anochecer con lo
que se dio por terminada esta sesión inaugural que firmó el Presidente con los
Concejales de que yo el Serio. intº Certifico =”
Aparecen
las firmas de los siguientes señores:
Pedro
Mercado. Felipe Pancorbo. Francisco Fuentes. José Calero Fuentes. Dice:
La de X Antonio Mármol. Juan
José Mercado. Dice:
La de X Francisco Gª Noguera. Juan
Pérez Serrano. Dice:
La de X Antonio Gª Garrido.
Antonio
Mercado. Secretario.
Ambas páginas son la continuación del acta vigésimo tercera acta de fecha 24 de septiembre de 1873, acta que termina en la pagina de la derecha con las firmas de asistentes. |
ACTA
DE LA VIGÉSIMO CUARTA SESIÓN ORDINARIA
DEL AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA DE ARJONA DE FECHA 26 DE SEPTIEMBRE DE
1873.
”En la
Villa de la Higuera cerca de Arjona veinte y seis de setiembre de mil
ochocientos setenta y tres reunidos previa citación los Ciudadanos que componen
el Ayuntamiento cullos nombres al margen se espresan bajo la presidencia de
Ciudadano Alcalde Pedro Mercado Cano por cuyo Ciudadano se declaró habierta la
sesión y se hizo presente a la corporación los siguientes considerandos. Primero considerando que por medio de un
acuerdo del Ayuntamiento seles pasó
oficio a los ydividuos que componían el Ayuntamiento en el año de mil ocho
cientos sesenta y nueve hasta la fecha del mil ocho cientos setenta y tres para
que se presentaran a decir donde se encontraba el dinero que la Excelentísima
Diputación Provincial Reclama desde el año de mil ocho cientos setenta y uno
para lo cual se Aprenciaba Al Ayuntamiento. Segundo,
que habiendo presentado dichos individuos y Pretestando barias veces que
notienen antecedentes de que haya descubiertos ningunos y menos ecsistan en
depositaria ni unos cuantos maravedises
puesto que si obra algún descubierto para poder cubrir ese defice que se
reclama por lo antes dicha (Nota: No pasa el texto al folio 15 sino al folio
19) Diputación. Tercero que en el corriente
año el Ayuntamiento no había podido forma sus presupuestos puesto que desde el
año de mil ocho cientos sesenta y nueve no se habían presupuestado los
presupuestos de los Ayuntamientos Anteriores y al mismo tiempo barios
documentos por lo cual setenía puesto econocimiento de las Autoridades
superiores y se había hecho varias reclamaciones vervalmente hante el Señor
Gobernador Civil de la provincia haciendo presente la situación Angustiosa por
que atraviesa este Municipio
Puesto que
esido reelegido por medio del Sufragio para representar la corporación. Cuarto. En el mismo estado que la Escelentísima
Diputación se encuentran los Maestros de
instrucción Primaria reclamando sus haberes puesto que hace tres años no an
percibido un cuarto hasta llegar el estremo de abandonar las clases. Oído que
fue esta explicación para la corporación se acordó por unanimidad sacer copia
de este Acuerdo y remitirla Al Sor. Gobernador Civil de la provincia nombrando
Al efecto una comisión del seno del Ayuntamiento para que esta represente en la
Capital y haga presente hante la Excelentísima Diputación provisional lo que ba
mencionando. Por lo que se acordó nombrar Al Alcalde Pedro Mercado y el teniente Felipe Pancorbo y al mismo tiempo les acompañe el Secretario
interino Antonio Mercado con lo cual se levantó la sesión que como secretario
Certifico =
Aparecen
las firmas de los siguientes señores:
Pedro
Mercado. Francisco Fuentes. Felipe Pancorbo. José Calero Fuentes. Dice: La de X Francisco García Noguera. Dice.
La de X Antonio Mármol. Dice: La
de X Antonio García. Juan José
Mercado.
Antonio
Mercado. Secretario intº.
Nota:
Esta acta que suponía estaba inconclusa, por la mala numeración que hacía pasar desde el folio 14 al folio 15
y no al folio 19 donde coincide el texto y los cuatro puntos que desarrolla
esta acta del día 26 de Septiembre de 1873. He subrayado los puntos 1º, 2º, 3º,
y 4º, para que se compruebe la continuidad.
En la página de la izquierda comienza la vigésimo cuarta acta de fecha 26 de septiembre de 1873, acta que continúa en la pagina de la derecha. |
ACTA
DE LA VIGÉSIMO QUINTA SESIÓN ORDINARIA
DEL AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA DE ARJONA DE FECHA 28 DE SEPTIEMBRE DE
1873.
“Sesión
ordinaria del día 28 de Setiembre 1873…
En
la Villa de la Higuera Cerca de Arjona á veinte y ocho de Setiembre de mil
ochocientos setenta y tres se reunieron previa citación los ciudadanos que
componen el Ayuntamiento en la sala donde celebra sus sesiones bajo la
Presidencia del ciudadano Pedro Mercado leyda el acta de la anterior quedo
aprobada.
Acto seguido por el presidente seizo
presente a la corporación el objeto de la reunión era para nombrar las
comisiones en que an de decidirse este Ayuntamiento, y los ciudadanos que han
de componer cada una, y después de discutir este punto se acordó lo que sigue.
1ª
Comisión de presupuestos, arbitrios y cuentas.
Juan Pérez Serrano.
Juan José Mercado Milla.
José Calero Fuentes.
2ª Comisión de obras
caminos y servidumbre.
Felipe Pancorbo Medina.
Antonio Mármol
Fontiveros.
3ª Comisión de policía
urbana y rural y Sanitaria.
Francisco Fuentes
Mercado.
Antonio García Garrido.
4ª Comisión de
establecimientos públicos de instrucción primaria beneficencia y Pósito.
Pedro Mercado Cano.
Francisco García
Noguera.
Seguidamente
el ciudadano Alcalde indicó la
combenecia de nombrar inmediatos empleados de su dependencia y resultaron
elejidos los siguientes.
Secretario del Ayuntamiento Dn. Antonio
Mercado y Milla que en la actualidad se halla ejerciendo dicho cargo
interinamente, cuyo individuo a solicitado en forma referido cargo.
Depositario
Municipal a Dn, Francisco García Martínez que anterior mente venía desempeñando
dicho destino casi como confirmarle el nombramiento de recaudador de Arbitrios.
Guarda de
Campo a Manuel Mercado Cano y Bicente Pancorbo García.
Alguacil á Pedro Alva García.
Peatón
conductor a Francisco Pérez García.
Acto seguido el ciudadano Alcalde hizo
presente á la corporación que hera de tota combenecia nombrar un ajente en la
Capital para los negocios peculiares de la corporación: Y el Ayuntamiento
acordó nombrar a Dn. Pedro de Miguel García Vecino de Jaén comunicándole esta
resolución los efectos consiguientes.
En cuyo estado sedio por terminada la
sesión firmando los concurrentes a falta de que llo el Secretario interino
Certifico =
Aparecen
las firmas de los siguientes señores:
Pedro
Mercado. Felipe Pancorbo. Juan José
Mercado. Juan Pérez Serrano. Dice: La de X Antonio Mármol. Dice:
La de X Francisco García. Dice:
La de X Antonio García. José Calero
Fuentes.
ACTA
DE LA SESIÓN EXTRAORDINARIA DEL
AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA DE ARJONA DE FECHA 29 DE SEPTIEMBRE DE 1873. Es la
vigésimosexta reunión de este año.
“En
la Villa de la Higuera cerca de Arjona a veinte y nueve de Setiembre de mil
ochocientos setenta y tres se reunieron en sus casas consistoriales los
individuos del Ayuntamiento que suscriben en sesión estraordinaria, previa la
cédula de convocatoria bajo la Presidencia del Ciudadano Alcalde Felipe
Pancorbo por ausencia del ciudadano Pedro Mercado.
Seguidamente referido Sr. presidente
manifestó que la sesión tenía por objeto presentar ala corporación el proyecto
del presupuesto Municipal que a derregir en el corriente año económico, el que
una bez formulado por la comisión de presupuestos respectiva, esperaba que el
Ayuntamiento le prestara su aprobación previo el esamen correspondiente.
Esaminado dicho documento con estricta imparcialidad y detenimiento , la
corporación acordó prestarle su aprobación ordenando que indicado prollecto se
esponga al público por término de quince días en la Secretaría del Ayuntamiento
para hoír reclamaciones y que una bez terminado dicho plazo se comboque la
Junta Municipal para fijar definitivamente las cantidades de referido
presupuesto todo encumplimiento de lo prevenido en el Reglamento especial del
Ramo con lo que se terminó la sesión firmando los concurrentes a hello de que
llo el Secretario certifico =”
Aparecen
las firmas de los siguientes señores:
Pedro
Mercado. Felipe Pancorbo. Juan José
Mercado. Juan Pérez Serrano. Dice: La de X Antonio Mármol. Dice: La
de X Francisco García. Dice: La de X Antonio García. José Calero Fuentes.
ACTA
DE LA SESIÓN EXTRAORDINARIA DEL
AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA DE ARJONA DE FECHA 1 DE OCTUBRE DE 1873. Es la
vigésimo séptima reunión de este año de 1873.
“En
la Villa de la Higuera cerca de Arjona á primero de Octubre de mil ochocientos
Setenta y tres, se reunieron los individuos del Ayuntamiento que suscriben en
sus casas consistoriales en sesión extraordinaria, bajo la presidencia del
ciudadano Alcalde Pedro Mercado.
Seguidamente manifestó dicho Sr. Alcalde
que el objeto de la sesión era indicar la necesidad que había de nombrar la
junta pericial de inmuebles, en vista de no haber sido nombrada en su época
respectiva; y discutido el particular resultaron elegidos por la corporación los
individuos siguientes acordando se remitan ternas para el nombramiento de la
otra mitad a la Administración económica de la provincia según está prevenido =
Peritos
en propiedad nombrados por el Ayuntamiento
Domingo Fuentes
Verdonces.
Manuel Pérez Mercado.
Manuel Morales Vilches.
Suplentes
Juan Pérez García.
Manuel Rojas. Vecino de
Andújar.
José Ramos Mercado.
Juan Cano Uceda.
Mitad que
le corresponde nombrar á la Administración económica.
En propiedad
1ªTerna
Domingo Fuentes Pérez.
Diego Prieto Cobo.
Vecino de Arjona.
Manuel Jiménez Vicaría.
2ªTerna
Bartolomé Pancorbo
Molina.
Pedro Fuentes Garrido.
Manuel Cubillas García.
3ª
Terna
Cristino Ruano. Vecino
de Arjona.
Manuel Molina.
Eufrasio Barragán.
4ª
Terna
Luis del Pozo Ruiz.
Juan Cano Uceda.
José Ramos Mercado.
5ªTerna
Juan de la Cruz Mercado.
Manuel Gavilán García.
Bernardino Moreno Andújar.
Peritos Suplentes
1ª
Terna
Juan Manuel Fontiveros.
Francisco Mármol
Serrano.
Francisco Jiménez
Carmona.
2ª
Terna
Antonio Pérez García.
José Ballesteros.
Antonio Martínez
Navarro.
3ª
Terna
Manuel Pérez Molina.
José Fernández Calero.
Ildefonso Fernández.
4ª
Terna
Andrés García Noguera.
Felipe Calero Martínez.
Antonio Gavilán.
5ª
Terna
Francisco Agudo
Cubillas.
Nicanor Torregimeno.
Juan Lomas.
Del mismo …
Nota: Por
las fechas de las actas siguientes se da continuidad al texto que sigue, pero se tiene la percepción
de que este texto no coincide por el asunto tratado con el siguiente, que vamos
a continuar ante la pérdida de la supuesta parte del texto que correspondía.
En esta
situación los folios no están cosidos formando el libro de acta habitual, por lo que suponemos la pérdida de algún
folio, que ahora no aparecen numerados. Como ya se ha referido en otro momento
incluso la persona que trato de numerar los folios sueltos se equivocó y colocó
el folio 15 después del 14, dejando el acta inconclusa, problema que se ha
solucionado al llegar al folio 19 y comprobar que en este folio se encontraba
la continuación del folio 14.
El texto
que sigue es comienzo del numerado Nº 0774249, que tiene escrito a lápiz 1873,
correspondiente al año en que estamos reproduciendo las actas.
A
principio de este folio antes referido viene el texto:
…durante
el año y que percibiera integro la cantidad consignada en el presupuesto, con
cuya medida creen pueda tener alguna ventaja en su favor y si sucediera caso
contrario sientre en estremo la corporación no poder por ahora atender la inviculación
de dichos concejales por las causas espresadas.
Y no
teniendo el Ayuntamiento otros negocios de que ocuparse se levantó la sesión
firmando los concurrentes al acto de que yo el Srio. certifico =”
Aparecen
las firmas de los siguientes señores:
Pedro
Mercado. Juan Pérez Serrano. Felipe Pancorbo. José Calero Fuentes. Juan José Mercado. Dice. La de X Francisco García. Dice: La de X Antonio García. Dice: La de X Antonio Mármol.
ACTA
DE LA VIGESIMO SÉPTIMA SESIÓN ORDINARIA DEL
AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA DE ARJONA DE FECHA 16 DE NOVIEMBRE DE 1873.
Es la vigésimo novena sesión del ayuntamiento, dado que antes se
celebraron dos sesiones extraordinarias.
Puede
corroborar el extravió de algunas páginas el hecho de en un periodo tan activo
de reuniones del Ayuntamiento se celebre la siguiente sesión ordinaria a los 46
días, la última reunión celebrada era extraordinaria y tuvo lugar en la fecha
de 1º de Octubre. Estaba acordado que se reunirían los domingos de cada semana.
Tal como se comprueba en las diligencias que se hacen las semanas que no tienen
asuntos de que tratar.
Comentario
al margen merece el hecho de que a partir de la proclamación de la Republica
con el fortalecimiento de los ideales de igualdad y fraternidad, se hubiese
retomado en los inicios de las actas el que parecía ya antiguo nombre de la Higuera cerca de Arjona, cuando era habitual
que a partir del escrito del Gobernador Provincial, que reseñamos en su
momento, en el que figuró por primera vez el nombre de nuestro pueblo como Higuera de Arjona e incluso en otras actas
como la Higuera. Parece como que el
progresismo social no hubiese tenido repercusión en la denominación del pueblo,
y lejos de confirmar el nombre sin la palabra cerca, se hubiese vuelto a
lo tradicional, claro que quizá la razón era que, todo lo que olía a la
anterior administración municipal debería ser relegado, aunque no ha sido un
tema importante, este punto no ha sido considerado hasta 1986 como un escaso
motivo de preocupación entre los vecinos, y en 1986 ya llegamos tarde al nombre
de La Higuera, porque en un país tan bañado por el Mediterráneo y su clima la
higuera ha sido muy abundante y fue denominación de muchos pueblos. D. Antonio Rivas
Morales buen conocedor de la Historia de Arjona me comentó un día que “no
deberíamos haberle cambiado el nombre al pueblo, que llevaba muchos siglos
estando muy unida a Arjona”. Pensando en la Marca de Arjona tras el periodo del
que fuimos parte del Ducado de Arjona y la posterior Marca de Arjona, le
comente que en un mapa de ese tiempo se denominaba aún La Higuera cerca de
Arjona o de Andújar y que sin embargo en años anteriores era denominada La
Higuera. Sería de desear por mi parte que los estudios que llevó a cabo Ignacio
Ahumada Lara, fuesen reflejados en estas páginas del blog, en aquella
exposición de motivos para el cambio de nombre y la conferencia que dio en el
Antiguo Salón de Plenos del Ayuntamiento, tuvo por parte de los convecinos la
alta consideración que siempre ha disfrutado por sus trabajos y que concluyeron
en la publicación de “La breve historia de Higuera de Arjona”.
“En
la Villa de la Higuera cerca de Arjona á diez y seis de Noviembre de mil
ochocientos Setenta y tres se reunió el Ayuntamiento en su Sala de cabildo en
sesión ordinaria, bajo la presidencia del Ciudadano Alcalde Pedro Mercado y
leída el acta anterior fue aprobada.
Acto continuo se propuso por el Sr.
Alcalde que en atención á estar terminado ya el pliego de reparos puesto por la
junta Municipal álas cuentas Municipales presentadas por el Alcalde D. Felipe
Martínez Medina relativas á los años 1868 á 69, 69 á 70, 70 á 71, 71 á 72 y
hasta 22 de Abril de 1873 se debía espedir certificado de los mismas para su
entrega á indicado Martínez, dándole el termino de diez días para que la
contatación de los mismos. El Ayuntamiento así lo acordó ordenando se prevenga
al D. Felipe Martínez que si no devuelve contatados dichos reparos en el
término de los diez días espresados se pondrá el hecho en conocimiento del Sr.
Gobernador Civil de la provincia para la resolución que corresponda.
Y
no teniendo la corporación otro asunto de que tratar se dio por terminado el
Acto de que Certifico firmando los concurrentes a eñ que como secretario
Certifico =
Aparecen
las firmas de los siguientes señores:
Pedro
Mercado. Dice: La de X Antonio García. Juan Pérez Serrano. Felipe Pancorbo. José Calero Fuentes. Juan José Mercado. Dice: La de X Francisco García. Dice: La de X Antonio Mármol.
Antonio
Mercado. Srio.
“En
la Villa de la Higuera cerca de Arjona a veinte y tres de Noviembre de mil
ochocientos setenta y tres se reunieron los ciudadanos que componen el
Ayuntamiento en la sala donde celebra sus reuniones y no teniendo la
corporación Asunto de que tratar selebantó la sesión de que certifico 0
ACTA
DE LA VIGÉSIMO OCTAVA SESIÓN ORDINARIA
DEL AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA DE ARJONA DE FECHA 30 DE NOVIEMBRE DE
1873. Esta es la sesión trigésima del año 1873 de nuestro ayuntamiento, antes se celebraron dos sesiones extraordinarias.
“En
la Villa de la Higuera cerca de Arjona a treinta de Noviembre de mil ocho
cientos setenta y tres se reunieron los individuos que componen el Ayuntamiento
en sesión ordinaria y bajo la presidencia del Ciudadano Alcalde Pedro Mercado y
Leída que fue el acta anterior quedó aprobada.
Por
dicho Sor Alcalde se dio cuenta de barias circulares inserta en los Boletines
oficiales de la Provincia relativa una a organización de la Milicia Local otra
ala vonificación que ha de hacerse a cada contribuyente por territorial en
tercer trimestre del presente año económico y la restante sobre el ymediato
pago bajo la multa que prescribe el
Artículo 175 de la Ley Municipal vigente que á de hacerse al Maestro y Maestra
de 1ª Enseñanza de todas las cantidades que por distintos conceptos se le
adeudan hasta la fecha. Ecsaminado dicho particulares por la corporación acordó
el inmediato alistamiento de todos los individuos que según la Ley devan
comprenderse como milicianos; remitiéndose una lista original, tal como
previene, al Sr- Gobernador Civil de esta Provincia que la lista de la
vonificación que a de hacerse a cada contribuyente en el tercer trimestre del
corriente año, se forme y remita a la Administración Económica antes del día 20
del del (repetido) mes actual: Que respecto al pago de los Maestros de primera
enseñanza, no existiendo fondos en depositaría, de bía procederse
inmediatamente ala cobranza de todos los atrasos que por diferentes conceptos
existan empleando como hasta aquí sa venido verifican”…
Nota.
Aquí queda interrumpida el acta, al pasar a otra página de folio que por su
tipo de caligrafía no coincide en ningún caso con el modelo de letra de esta
acta.
ACTA
DE LA TRIGÉSIMA SESIÓN ORDINARIA
DEL AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA DE ARJONA DE FECHA 14 DE DICIEMBRE DE
1873.
“En
la Villa de la Higuera cerca de Arjona á catorce de Diciembre de mil ocho
cientos setenta y tres se reunieron los señores que componen el Ayuntamiento en
sesión ordinaria en la sala donde celebran sus sesiones y no teniendo asunto de
que tratar se levantó la sesión de que llo el Serio Certifico =
Antonio Mercado.
ACTA
DE LA TRIGÉSIMO PRIMERA SESIÓN ORDINARIA
DEL AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA DE ARJONA DE FECHA 21 DE DICIEMBRE DE
1873.
“En
la Villa de la Higuera cerca de Arjona a veinte y uno de Diciembre de mil
ochocientos setenta y tres se reunieron los señores que componen el
Ayuntamiento en la sala donde se celebran sus sesiones en sesión ordinaria bajo
la Presidencia del Alcalde Pedro Mercado Cano y leyda que fue el acta anterior
quedo aprobada.
Acto
seguido por el presidente se hizo presente que llo el Serio. diese lectura de
los boletines oficiales de la probincia y de cuantas órdenes y circulares
habiéndose verificado por los demás concejales se ordenó se cumplimentaran lo
dispuesto por la superioridad y no teniendo asunto de que tratar se levantó la
reunión firmando cada uno como acostumbra de que llo el Secretario Certifico =
Aparecen
las firmas de los siguientes señores:
Pedro
Mercado. Dice: La de X Antonio García. Juan José Mercado. Dice: La de X Antonio Mármol. Francisco Fuentes. Dice: La de X Francisco García. Felipe Pancorbo.
Antonio
Mercado.
ACTA
DE LA TRIGÉSIMO SEGUNDA SESIÓN ORDINARIA DEL
AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA DE ARJONA DE FECHA 28 DE DICIEMBRE DE 1873.
“En
la Villa de la Higuera cerca de Arjona a veinte y ocho de Diciembre de mil
ochocientos setenta y tres se reunieron los señores que componen el
Ayuntamiento en la sala donde celebran sus reuniones en sesión ordinaria bajo la
presidencia del Sor Alcalde Pedro Mercado Cano y leída que fue en Acta anterior
quedó aprobada.
Por el presidente se hizo presente ala
corporación que no habiéndose podido verificar la elección de Gefes de la
milicia por no haberse presentado suficiente número de milicianos y que hera de
todo punto necesario convocar de nuevo á los individuos comprendidos en el alistamiento
para cumplimentar el Reglamento de lo que se acordó por unanimidad que el día
primero del año venidero procsimo se efectuaría dicha elección , y no teniendo
la corporación asunto de que tratar se levantó la sesión firmando cada uno como
acostumbra de que llo el Serio. Certifico =”
Aparecen
las firmas de los siguientes señores:
Pedro
Mercado. Dice: La de X Antonio Mármol. Juan José Mercado. Dice: La de X Antonio García. Dice. La de X Francisco García. Francisco Fuentes. Felipe Pancorbo.
Antonio
Mercado. Serio.
Esta
es la última reunión del año 1873.
En todos los casos la transcripción es literal, si bien se ha procedido a interpretar en algunos casos los textos confusos o ilegibles, a no utilizar las mismas abreviaturas de palabras en orden a dar claridad al texto redactado y la imposibilidad de transcribir fielmente en la abreviatura la colocación de algunas grafías manuscritas, a acentuar las palabras que en muchos casos no figuraban acentuadas. Si se ha respetado siempre la ortografía original, las uniones indebidas de palabras y la redacción del texto en general.
Nota
a tener en cuenta en la trascripción de todas las actas.
En todos los casos la transcripción es literal, si bien se ha procedido a interpretar en algunos casos los textos confusos o ilegibles, a no utilizar las mismas abreviaturas de palabras en orden a dar claridad al texto redactado y la imposibilidad de transcribir fielmente en la abreviatura la colocación de algunas grafías manuscritas, a acentuar las palabras que en muchos casos no figuraban acentuadas. Si se ha respetado siempre la ortografía original, las uniones indebidas de palabras y la redacción del texto en general.
Granada 12 de abril de 2020.
Pedro
Galán Galán.
Bibliografía:
Archivo Municipal de Lahiguera: Cuadernillo de actas número 27 de 1873.
Encinas Gómez, Emilio:
http://www.historiadeespananivelmedio.es/19-17-29-gobierno-emilio-castelar/
Archivo Municipal de Lahiguera: Cuadernillo de actas número 27 de 1873.
Encinas Gómez, Emilio:
http://www.historiadeespananivelmedio.es/19-17-29-gobierno-emilio-castelar/
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