Se pretende que sea éste un espacio dedicado a entretener y deleitar (... a través de la fotografía fundamentalmente) ... a dar a conocer (...o traer al recuerdo) ciertos monumentos o espacios situados en el término o cercanías de Lahiguera. ...a llamar la atención por el estado de abandono y deterioro de muchos de ellos, ...y si llegara el caso, a remover la conciencia de todos los que somos "herederos" de tales monumentos y espacios, y que con nuestra aportación ayudásemos a la conservación de los mismos.
martes, 1 de diciembre de 2015
JUAN MARTÍNEZ CERRILLO, EL IMAGINERO QUE SUPO CREAR ESPIRITUALIDAD Y DEVOCIÓN EN SUS OBRAS. UN GRAN ARTISTA PARA NUESTRO PUEBLO. UNA VIDA Y OBRA CONSAGRADA AL ARTE.
EL IMAGINERO CORDOBÉS MÁS IMPORTANTE DEL SIGLO XX ES EL AUTOR DE NUESTRAS IMÁGENES DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA CAPILLA, DE NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO Y DE SAN JUAN.
Hoy ofrezco en este artículo a
todos los cofrades de Lahiguera y pueblo en general, la autoría documentada del
imaginero de nuestro Santísimo Cristo de la Capilla, de Nuestro Padre Jesús Nazareno y de la
imagen de San Juan. Ha sido mucho tiempo de búsqueda y muchas preguntas hechas
a las personas del pueblo que podían saber algo, un largo recorrido de
preguntas que no tuvieron respuesta…
Santísimo Cristo de la Capilla de Higuera de
Arjona (Jaén) obra de Juan Martínez Cerrillo. Fotos de Miriam Pérez.
Foto de Juana Galán Barragán.
Crucificado de Higuera de Arjona obra de Juan Martínez Cerrillo. Foto de Benjamín Pérez Cortijos.
Incluyo a continuación imágenes de otros Crucificados del maestro Juan Martínez Cerrillo:
Stmo. Cristo de
la Buena Muerte
de Puente Genil (1981) obra de Juan Martínez Cerrillo.
Crucificado en color madera de Cardeña, (Córdoba) de Martínez
Cerrillo.
Página del Libro Martínez Cerrillo, 2001, en que aparece
la catalogación de imágenes de Higuera de Arjona realizadas por el autor. En
este caso está referida al Crucificado Ntro. Santísimo Cristo de la Capilla.
A continuación muestro imágenes de Ntro. Padre Jesús Nazareno de Higuera de Arjona, y otras imágenes salidas de las manos del imaginero cordobés Juan Martínez Cerrillo.
Ntro. Padre Jesús Nazareno de Higuera de Arjona de Martínez Cerrillo. Foto de José Pascual.
Imagen de Ntro. Padre Jesús Nazareno de Juan Martínez
Cerrillo (¿1942?) donada por Dª Josefa
Martínez Cardeñas. Foto de M. Montoro.
Detalle del rostro de Ntro. Padre Jesús Nazareno de
Lahiguera de Martínez Cerrillo. Foto de Tere Barragán.
Ntro. Padre Jesús Nazareno de Montemayor (Córdoba).
Ntro. Padre Jesús de la Humildad y Paciencia, titular de la Hermandad de la Paz y Esperanza de Córdoba.
Tiene su sede canónica en la Iglesia Conventual
de Santo Ángel, conocida popularmente como "Capuchinos". Autor Martínez Cerrillo, 1943.
Foto de Gabriel Ruiz.
Nazareno de Tomelloso, Ciudad Real.
Página del Libro Martínez Cerrillo, 2001, donde se da
referencia de la imagenes de los Nazarenos realizados. Entre ellos destaca el Nazareno de Tomelloso en Ciudad Real, el de Niebla y el de La Estación Linares-Baeza, el de Málaga capital y el que hizo para San Cristobal en Venezuela. No cita expresamente a Ntro. Padre Jesús Nazareno de Higuera de Arjona.
Algunas fotos de la imagen de San Juan Evangelista de Higuera de Arjona, obra del imaginero cordobés Juan Martínez Cerrillo.
Imagen de San Juan de D. Juan Martínez Cerrillo, donada por D. Juan
Pérez Cabezas.
Imagen de San Juan Evangelista de Lahiguera. Obra de Martínez Cerrillo de finales de la década de 1950.
Colección de fotos de la Hermandad de San Juan de Lahiguera. En ellas se aprecian los rasgos que definen las imágenes de Juan Martínez Cerrillo: Suavidad de líneas, mesura en las formas y la serenidad espiritual que emana de sus rostros. Imagen de 1957 o 1958.
Imagen de San Juan de D. Juan Martínez Cerrillo,
donada allá por finales de la década del 1950 a la Cofradía de San Juan de Lahiguera por D. Juan
Pérez Cabezas.
San Juan Evangelista de Martínez Cerrillo de Lahiguera. A pesar de no ser una imagen de vestir, desde hace algunos años la Hermandad ha completado la imagen con una especie de manto-capa y una especie de camisa y túnica. Foto de J.J. Mercado.
Imagen de San Juan de Santa Cruz (Córdoba), obra de Juan Martínez Cerrillo. Restaurada por Salvador Guzmán.
Página del Libro Martínez Cerrillo, 2001, donde se da
referencia de la imagen de San Juan Evangelista de Higuera de Arjona en Jaén como
catalogada dentro de la producción artística de Juan Martínez Cerrillo.
Como es fácil comprobar el número
de lectores diarios en los artículos del blogs Lahiguera, ha ido creciendo día
a día, y mirad por donde lo llegó a leer la persona más adecuada para responder
a mis preguntas: Doña María Isabel Martínez-Cerrillo Agudo, hija del mejor
imaginero cordobés del siglo pasado, Don Juan Martínez Cerrillo. Ella se puso
en contacto con el blog y nos ofreció información documentada sobre las tres
imágenes de nuestra devoción, que hasta ahora por desconocimiento habíamos
considerado como de autor desconocido. Doña María Isabel nos proporcionó
fuentes de información para acreditar que según anotaciones de su padre y de un
amigo suyo llamado D. Juan Toledano, se pudieron catalogar muchas obras salidas
de sus manos a lo largo de toda una vida de trabajo.
Es fácil pensar que tras su
retiro en marzo de 1983, Martínez Cerrillo encerrado en su estudio compartiera
con su amigo Toledano muchas conversaciones, y entre ellas una recapitulación
de la obra de tan meritorio artista, con una edad de sus setenta y cuatro años,
harían un recorrido en el recuerdo de sus numerosas obras escultóricas, cuando
ya se acostumbra a hacer balance de lo realizado a lo largo de toda una vida, con un largo saber adquirido y
atesorado en el discurrir de una vida dedicada por completo al arte.
En la página 154 del libro que refiero aparecen las
obras de imaginería en varias localidades de España. En la segunda columna
arriba aparece la relación de las cuatro imágenes que Juan Martínez Cerrillo
realizo para Higuera de Arjona.
En unos papeles que encontraron
en su taller había anotado su amigo que Juan Martínez Cerrillo era el autor de
toda una relación de imágenes, entre las que figuran las imágenes de Nuestro
Santísimo Cristo de la Capilla,
Nuestro Padre Jesús Nazareno, y San Juan.
Página del Libro: Martínez Cerrillo, 2001, en la que
se refiere la autoría de una dolorosa para Higuera de Arjona, que si no es
confusión en la transcripción de datos, no consta que fuese para Higuera de
Arjona, a no ser que D. Rafael Muñoz Redondo “Padre Antonio” la traspasara a
otra parroquia o localidad.
También quedó anotado que había
sido autor de una Dolorosa para Higuera de Arjona, cuestión que desconocemos o
dudamos debido a que está demostrada la autoría de Nuestra María Santísima de la Soledad como obra de D.
Domingo Sánchez Mesa, y también la autoría de Nuestra Santísima Virgen de los
Dolores como obra de D. José Navas Parejo, ambos de la escuela granadina, que
desarrollaron un amplia producción artística en Granada, sus pueblos y otras
provincias y lugares del mundo. Precisamente en esta semana (13/11/2015) ha
fallecido D. Ignacio Ahumada Martínez (q.e.d), el testimonio vivo que hasta
ahora quedaba, y que junto a Antonio Zafra García y Manolo Zafra Cortijos
conocido como “el Comerciante” vinieron a gestionar la compra de nuestra Virgen
de los Dolores a Granada. Quien lo desee puede acudir a los dos artículos de
este blog:
Estoy por asegurar que la causa de que tengamos
estas magnificas imágenes de D. Juan Martínez Cerrillo, tuvo que ser la
relación de conocimiento personal y mayor o menor amistad entre D. Antonio
García Laguna (natural de Villa del Río) y D. Rafael Muñoz Redondo “Padre
Antonio” (natural de Pozoblanco) párroco de nuestro pueblo en esta época de
posguerra. Es fácil deducir que siendo el primero natural de Villa de Río y
ocupando altos cargos en la iglesia cordobesa, al mismo tiempo que tuvo una muy
buena amistad con D. Juan Martínez Cerrillo, éste le diese a conocer a D.
Rafael Muñoz Redondo la persona de Martínez Cerrillo, por la calidad de
tallista y la gran obra de imaginero que estaba comenzando a desarrollar por
esos años. García Laguna y Martínez Cerrillo eran amigos y vecinos, pues el
taller de Cerrillo estaba situado en la Plaza del barrio de San Lorenzo, junto a la Iglesia del Juramento en
Córdoba, de la que Antonio García Laguna era el párroco. Por otra parte es
normal que los dos sacerdotes citados se conociesen perteneciendo en principio
a la misma diócesis cordobesa.
D. Antonio García Laguna ofició el funeral de entierro de "Manolete". Es el sacerdote de la derecha.
Iglesia del Juramento de Córdoba, junto a la Plaza del barrio de San Lorenzo.
Dos fotos de D.
Antonio García Laguna, en juventud y madurez.
Martínez Cerrillo trabajando en las bambalinas para
Ntra. Sra. de la Esperanza
de Córdoba.
Diversos videos de nuestra Semana Santa donde se pueden ver la imágenes en la calle y las costumbres de Lahiguera.
Habíamos publicado en este blog, que nuestro
Santísimo Cristo de la Capilla
lo había gestionado, posiblemente D. Rafael Muñoz Redondo, conocido como “Padre
Antonio”, y que era procedente de un convento de Córdoba, que quedo destruido
en la guerra civil, se dice que rescatado del fuego, y otros porque en la Iglesia del Convento por
alguna razón desconocida se dejó de celebrar culto por el año 1940 y lo habían cedido por ello a Higuera de
Arjona. Siendo traído a Andujar en tren hasta la casa de Bernardina Gavilán García y
después en el Camión de José Ramos Torrejimeno “El Canillo” a Higuera de Arjona; también se
refiere que vino sin cruz el Cristo Crucificado y que la Cruz la realizo Francisco
Mercado Galán, que como todos recordamos era carpintero. A pesar de que se
citan a Manolo Gavilán García, Francisco Mercado Galán y Juan Montoro como los encargados
del transporte hasta Higuera, se desconocen las condiciones y motivaciones de
este hecho. Tampoco conocemos, en caso de tener esta opción verosimilitud, de
que convento procedía. Sin anular esta hipótesis, que aparece tan difusa,
optamos a la vista de lo que ahora conocemos, y dado que queda atestiguado en
el libro de la Diputación
de Córdoba de 2001, donde se da razón de la autoría de Juan Martínez Cerrillo,
y por ello, nos inclinamos a pensar que la opción más
clara es la de que Juan Martínez Cerrillo sea el imaginero autor de Ntro. Santísimo
Cristo de la Capilla,
que aparece catalogado en el citado libro como un Crucificado para la cofradía
de su advocación en Higuera de Arjona (Jaén). Analizando las características de
las imágenes de Juan Martínez Cerrillo, se da más firmeza a esta opción por ser
tan coincidente con las imágenes de otros muchos lugares de Andalucía, tal como
es el caso del Nazareno de Montemayor, Córdoba, o el Nazareno de Tomelloso de
la provincia de Ciudad Real.
Como todo lo que se compra, las
imágenes que se adquirieron para Higuera de Arjona, tanto las Vírgenes como los
Cristos y San Juan, debieron tener un recibo de contrato para su realización y
adquisición, ¿cómo es posible que esos documentos se hayan perdido todos? ¿No
hubo nadie que considerase que ese era el aval más rico para nuestras imágenes?
Es inconcebible...
Ahora surgen, ante esa falta de
documentos, dudas por todas partes, porque;
por ejemplo, si se tiene como cierto que Ntro. Padre Jesús de la Capilla fue comprado en
1940, como alguno dijo, y Juan Martínez Cerrillo comenzó como independiente del
taller de restauración de su profesor de Dibujo en 1942, no es posible que
fuese su autor, a no ser que ese Cristo quemado fuese restaurado en mayor o
menor grado en el taller de restauración de D. Rafael Díaz Fernández (su
profesor de Dibujo en la
Escuela cordobesa); o también que en los años inmediatos a
los posguerra Juan Martínez Cerrillo recibiera el encargo de tallar un
Crucificado para Higuera de Arjona, o incluso que su talla fuera posterior en
unos años y pasásemos a retrasar la fecha de adquisición de estas imágenes
hasta la toma de posesión de “Padre Antonio” en Higuera de Arjona tras la
guerra civil. Siempre se ha dicho que primero llegó desde Córdoba el
Crucificado, conocido en Higuera de Arjona con la advocación del Santísimo
Cristo de la Capilla
en 1940, y posteriormente en 1942 llegó Nuestro Padre Jesús Nazareno, sufragado
por Josefa Martínez Cardeñas, y sería a finales de la década de los años 1950,
quizá en 1957 o 1958 cuando llegó la imagen de San Juan Evangelista, sufragada
por el veterinario, hijo del pueblo, D. Juan Pérez Cabezas. Se deduce por tanto
que la adquisición de las dos primeras imágenes tuvo lugar durante los primeros
años de estancia de D. Rafael Muñoz Redondo a la cabeza de la parroquia, puesto
que dejó en 1953. La imagen de San Juan fue adquirida sobre 1957 estando ya en
Higuera Don Martín Jiménez Cobo desde 1953-1957 o tal vez en 1958, año en que ya
estaba en Higuera el párroco D. Antonio Román Rayo. Desde el año 1957 estuvo en
Higuera como párroco D. Antonio Román Rayo hasta mediados o finales de la
década de los 70.
Juan Martínez Cerrillo trabajando en el taller.
A partir del fallecimiento de D.
Juan Martínez Cerrillo (1989), y pasados unos años (2001), la Diputación Provincial
de Córdoba publica un interesante libro titulado:”Martínez Cerrillo” en el año
2001. Este libro hoy descatalogado y parece que no reeditado, confirma todo lo
que buscábamos sobre las manos y el sentimiento que habían dado forma y
espíritu a nuestras queridas imágenes de Higuera de Arjona. Es un interesante
libro con profusión de datos biográficos del autor, su obra en la provincia de
Córdoba, en otras provincias adyacentes, en otras partes de España, y en
América sobre todo en Venezuela. Al final viene en un índice la relación de obras catalogadas
de D. Juan Martínez Cerrillo.
Portada del Libro Martínez Cerrillo (2001), de varios
autores, publicado por la
Diputación de Córdoba.
Con toda rotundidad puedo
afirmaros, con gran alegría, por el testimonio de su hija Dª María Isabel
Martínez-Cerrillo Agudo que confirma que D. Juan Martínez Cerrillo, es el autor de
las tres imágenes que poseemos, uno de los maestros de la escuela imaginera andaluza
contemporánea, que tanto ha contribuido en sus más de 170 imágenes a formar el
patrimonio artístico y religioso de muchas cofradías andaluzas, manchegas,
mallorquinas y americanas, y lo que es muy importante, las nuestras.Me decía “Maribel”
su hija que la imagen de San Juan aparece muy retocada, es una pena que la
imagen haya sufrido periódicos arreglos a los largo de los decenios, para
eliminar los deterioros que la carreras del Paso del Viernes de Amor y Domingo
de Gloria, de tantos años, han producido en su policromía y pátina; en este campo
de la policromía es en el que su autor sobresalía, al punto de ser considerado y reconocido como uno
de sus mejores en la policromía artística de imágenes religiosas de su tiempo. Enseguida
pensé que se mantendría de otra forma original si sólo hubiese estado dedicada
al culto y a sus salidas procesionales a través de los años. Con ello no quiero
decir que no sea partidario de los Pasos citados en los dos días de Pasión, ... son
muchas las emociones pasadas al respecto de las “Carreras” a lo largo de mi ya
dilatada vida, y comprendo que unos y otros con una forma de sentir la fe o con otra, tenemos
todos esos recuerdos ya metidos en nuestras vidas como algo de por si, imborrable e insustituible. Lo que subyace en mi pensamiento es el cuidado que debemos tener a esta imagen por la categoría de su autor. La Hermandad de San Juan, de la que soy hermano desde hace muchas décadas, fue considerada como una hermandad menor, y su imagen como hecha de cartón durante mucho tiempo.
Este gran imaginero nos ha dejado
tres obras muy conocidas y queridas para nuestro pueblo, que constituyen junto
a Nuestras Vírgenes de La
Soledad y de Los Dolores, las protagonistas de nuestra Semana
Santa de Lahiguera.
Juan Martínez Cerrillo ha sido un
gran artista atraído sobre todo por la policromía en principio, que dedicó su
amplia producción artística a la escultura religiosa. El mismo dejó dicho y
escrito la distinción que había que hacer entre escultor e imaginero, porque,
para él, el escultor sólo realiza figuras humanas, mientras que el imaginero
crea imágenes imbuido por el espíritu religioso que disfruta. Debe de ser
cierto lo que nuestro gran maestro dijo; porque parece ser fue hombre de
probada fe y piedad religiosa.
Santísimo Cristo de la Capilla de Cerrillo de Lahiguera. Foto en blanco y negro de Juanjo Morales.
Ntro. Padre Jesús Nazareno de Lahiguera. Fotos en blanco y negro de J.J. Mercado.
En estas imágenes, como toda la obra escultórica de
Martínez Cerrillo, se caracterizan por la suavidad de líneas, la mesura en las
formas y la serenidad espiritual que emanan sus figuras. Crea el rostro, la
expresión, la unción y la espiritualidad de sus imágenes, una unción de dolor
sereno y serenidad penetrante. Tanto sus cristos como sus vírgenes se caracterizan por la
expresión de un dolor contenido y la plasmación de unos gestos mesurados, sin
recrearse en el sufrimiento anímico de la madre o el hijo en su pasión, con lo que evita la
teatralidad y los ademanes expresionistas. Por todo ello se les otorga un signo
distintivo a sus imágenes y una personalidad precisa a sus figuras y dota
de un estilo característico a sus tallas que en cierto modo las hace fáciles de
identificar.
La dulzura de su expresión, la delicadeza de sus
facciones y la función espiritual de las imágenes son características en toda la
obra de Juan Martínez Cerrillo.
Rostro de Ntro. Santísimo Padre Jesús de la Capilla de Higuera de
Arjona obra de Juan Martínez Cerrillo
Esta imagen fue restaurada el año pasado, por D. Francisco Berdonces Gavilán.
Escrito de respuesta del Vicario general del obispado autorizando la restauración del Stmo. Cristo de la Capilla de Lahiguera, obra de Martínez Cerrillo, en el año 2014
Detalle de la restauración de los pies del Stmo. Cristo de la Capilla. Pié derecho en enmasillado y pie izquierdo que conserva la pátina original de Cerrillo. Abajo parte del dorso del Santísimo Cristo de la Capilla de Cerrillo en enmasillado de restauración
Desde las líneas de este
blog deseo hacer un sencillo repaso por la vida y obra de Martínez Cerrillo,
como prueba de agradecimiento a toda la riqueza que con sus tres imágenes dejó
para nuestro pueblo.
Juan Martínez Cerrillo nace en
Bujalance (Córdoba) el 4 de abril de 1910, pueblo en el que pasó su infancia, en
el seno de una familia de condición modesta formada por D. Manuel Martínez
Valera, natural de Bujalance y Dª Isabel Cerrillo Criado natural
de Villa del Río. Quizá por ello el pueblo de Villa del Río disfruta de tantas
imágenes de Martínez Cerrillo.
D. Emilio Pino, maestro de
Bujalance, el maestro que tantas veces refirió con afecto Martínez Cerrillo,
maestro de aquel niño, más conocido como “Juanito”, enseguida se percató y
apercibió de las muestras de habilidad natural, que presentaba el niño para el
dibujo, razón que motivó que su familia se trasladara años más tarde desde
Bujalance a Córdoba, para que el adolescente Juan, de trece años, pudiera
desarrollar sus habilidades innatas y pudiera estudiar lo que su maestro le
aconsejaba.
Desde muy pequeño “Juanito” se dedicaba, como si fuese
un juego, a realizar pequeños pasos con figurillas de barro que colocaba sobre
cajas de cartón, al modo de los tronos, que el mismo portaba. Juan fue el tercer hijo del matrimonio, antes habían fallecido Tomás y Araceli de pequeños.
A los diez años Juan Martínez
Cerrillo comenzó a recibir clases de música en su Bujalance natal, donde
aprendió pronto a tocar el violín, y tan
solo un año más tarde de sus comienzos en la música, paso a formar parte de la Sociedad Artística
Musical “Sinfónica Obulculense de Bujalance”, de modo que se convirtió en el
miembro más joven de esta agrupación musical.
Juan Martínez Cerrillo aparece el último de la derecha
segunda fila, con pajarita y violín.
En 1923 su familia advertida y
convencida por el maestro de las condiciones innatas de Juanpara los trabajos artísticos, decide
trasladarse a Córdoba para que pueda estudiar en la Escuela de Artes y Oficios
de esta ciudad. (1) Autobiografía. En Pintores y escultores pertenecientes a la Real
Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de
Córdoba. Córdoba. Sala Céspedes el Círculo de la Amistad. Liceo Artístico de
Córdoba. 1986. Página 24.
Por ello tras estudiar las
primeras letras en su pueblo, ingresa con trece años en la Escuela de Artes y Oficios
“Mateo Inurria” de Córdoba donde cursa estudios de dibujo, modelado, pintura,
historia del arte, se inicia en la técnica del “Guadameci” que resultaría clave
para su futuro.
Escuela
de Artes y Oficios “Mateo Inurria” de Córdoba.
Como Juan Martínez Cerrillo no llegaba a tener la
edad de catorce años reglamentarios, prescrita por la Ley de Educación para su
ingreso en tal centro educativo, tuvo que contar con las gestiones de José Lora,
amigo y paisano de sus padres y Secretario de la misma Escuela de Artes y
Oficios, donde Martínez Carrillo estudió durante cuatro años, cursando
enseñanzas de Historia del Arte y Dibujo Artístico, además de Composición
Decorativa, dos años de Pintura y un año de Modelado.
Exposición
de la Escuela
de Artes y Oficios de Córdoba, una muestra de los trabajos realizados a lo
largo de un curso. Juan Martínez Cerrillo aparece el cuarto por la izquierda, junto a los niños en blanco.
Juan ingresó en la Escuela de Artes y Oficios
de Córdoba el día 23 de Octubre de 1923, comenzando así una vida social activa
que llevaría a cabo hasta el final de sus días. En esos años de estudio
desarrolló también otra de sus grandes aficiones, el teatro, faceta para muchos
desconocida, en la que junto a un grupo de actores aficionados montaron varias
obras teatrales, con tan buena aceptación que llegó incluso a recibir ofertas
para trabajar como actor de compañía en Madrid. También en esta época de
juventud perteneció a las Congregaciones Marianas de San Estanislao de Kostka,
participando en retiros que celebraban y colaborando activamente en las
diferentes obras de caridad que llevaban a cabo.
Juan
Martínez Cerrillo puede ser el tercero de la izquierda en la segunda fila, fue
característica su frente despejada desde niño. Con el grupo de acción social de las Congregaciones Marianas de San Estanislao de Kostka.
La
Escuela de Artes y Oficios de Córdoba se había creado en 1901
con el nombre de Escuela Superior de Artes Industriales de Córdoba en el Palacio
del Marqués de Benamejí, siendo el escultor Mateo Inurria el encargado de la
organización de los estudios del centro. En 1910 y en 1963 se reformaron los respectivos
planes de enseñanza, que pasaron a denominarse Artes Aplicadas y Oficios
Artísticos. Después en los años 60 se adaptó el antiguo Palacio de los Hoces o Palacio de los Duques de Hornachuelos,
situado en la plaza de la
Trinidad para el uso de esta escuela, donde reside
actualmente. Entre sus directores encontramos a Juan Hidalgo del Moral, Vicente
Orti Belmonte, y Dionisio Ortiz Juárez.
Como alumno Juan Martínez
Cerrillo fue un discípulo aventajado, recibiendo de sus profesores, entre los
que estuvieron Vicente Orti Belmonte, Rafael García y Miguel Guijo, las máximas
calificaciones académicas.
Estos estudios iban simultaneados
con el trabajo que desarrollaba como operario y aprendiz en el taller de D. Rafael
Díaz Fernández (su profesor de Dibujo en la Escuela cordobesa), ubicado en la calle Pérez de
Castro de la ciudad, donde estaba dedicado fundamentalmente a la restauración
de obras de arte en general y de imágenes antiguas en particular, impartiendo
también al terminar su trabajo clases de Dibujo en el Colegio Cervantes,
instalado en aquellas fechas en el palacete de la calle Conde de Torres Cabrera.
Cerrillo, a la derecha, con un grupo de compañeros en el taller de Don Rafael
Díaz Fernández.
En realidad al joven Juan
Martínez Cerrillo lo que más le gustaba era el trabajo que realizaba en el
taller de Don Rafael Díaz Fernández, en el que permaneció desde su llegada a
Córdoba en 1923 hasta 1936. Juan se familiarizó con su oficio de imaginero,
conociendo a fondo la imaginería barroca y las técnicas empleadas en la
realización de las mismas, especialmente la policromía, tan necesaria para poder llevar a cabo las restauraciones
que le encargaban. Así vemos como Juan Martínez Cerrillo despierta su inquietud
por la imaginería barroca, familiarizándose con la policromía y la escultura,
verdadera vocación del artista en la que será un maestro autodidacta.
En el nuevo taller, tras
independizarse del taller de Díaz Fernández, es donde comienza la talla de sus dos
primeras imágenes a tamaño natural, durante los permisos obtenidos durante la
contienda civil. Aunque no disponemos de fechas exactas, si podemos asegurar que Cerrillo se independizó de Díaz Fernández recién terminada la guerra en 1939, y montó su primer taller en la calle Sta. María de Gracia. Sin embargo el lugar en que se ubicó el taller no era apropiado, había que trabajar en el patio de la casa y los vecinos se quejaban permanentemente del ruido y el polvo que los tallistas generaban, teniendo como operarios a Castillo y Díaz. Dos años más tarde Cerrillo abandona este primer taller y monta un estudio definitivo en la casa nº 8 de la Plaza de San Rafael, junto a la iglesia del Juramento. Allí mismo se traslada a vivir con sus padres. Se separa entonces de Castillo Ariza y Díaz Jiménez. Estos operarios estuvieron con Cerrillo no mucho más de un año, parece que se independizan al poco tiempo, (aunque este tiempo no está determinado) montando estos a su vez un nuevo taller en la calle Velasco. Tan vertiginosa actividad, sumada al reconocimiento y prestigio del maestro, propiciaron la rápida entrada de aprendices en el taller. Su sobrino Francisco Muñoz Martínez y Rufino Muñoz Biedma entraron en 1942, así como su cuñado Rafael Castro Sánchez y Antonio Rubio Moreno, que lo hicieron en 1947, fueron también sus discípulos, entre quienes destacó especialmente este último, Antonio Rubio, a quien se debe la imagen de María Santísima de la Candelaria, de la Hermandad del Huerto. Rubio procedía del taller de José Callejón, pero se marchó al de Cerrillo atraído por el prestigio de éste y por los mayores emolumentos que podía obtener. También aprendieron con Cerrillo Rafael Fabio Ortiz, Aurelio Sanchís, que abandonaría pronto el taller para marcharse al de Callejón, y Juan Arenas, que realizó en los años setenta el nuevo paso del Remedio de ánimas que sustituiría al original de Castillo Ariza. Tallistas como Callejón, Pino y Ricardo Rincón estuvieron próximos a él. Hubo otros artesanos que colaboraron activamente con su taller, como Torronteras e hijos (carpinteros), Antonio Cuadrado, Francisco Cabello y Francisco Posadas, que podemos decir completan la nómina de colaboradores.
Juan Martínez Cerrillo con su esposa Concepción Agudo
Moreno y sus hijos María Isabel y Juan Manuel Martínez Agudo, en el patio de su
casa taller.
Juan Martínez Cerrillo casó con Dª Concepción
Agudo Moreno (“Mi Doña Concha” en palabras de Juan), natural de Villa del Río, y
tuvieron dos hijos Maria Isabel Martínez-Cerrillo Agudo y D. Juan Manuel
Martínez-Cerrillo Agudo, tal como vemos en la fotografía. El apellido compuesto fue un homenaje de su íntimo amigo D.Miguel Zamora Herrador, decano del Colegio de Procuradores de Córdoba, que lo autorizaba legalmente para hacer uso de él a lo largo de su vida y trasmitir a sus descendientes el privilegio de llevar como apellido compuesto los dos
apellidos del padre;una prueba de reconocimiento personal al artista, algo
que también ha sido habitual en el caso de otras personalidades destacadas en
el mundo del arte y otras manifestaciones de realización personal consideradas
como encomiables.
Herramientas
e instrumentos de trabajo de Juan Martínez Cerrillo.
Martínez Cerrillo siempre reconoció y agradeció a
su profesor de Dibujo Don Rafael Díaz Fernández que lo introdujera en la
restauración de imágenes antiguas y en la técnica de la policromía,
conocimientos que le permitieron trabajar junto a los más destacados maestros,
como Fernández Andes, autor de Nuestro Padre Jesús de la Salud y Nuestra Señora de
las Angustias titulares de la popular Cofradía sevillana de Los Gitanos, y el
maestro Juan de Ávalos, a quien en 1939 ayudó a policromar unas esculturas que
el afamado maestro del Valle de los Caídos había realizado, recibiendo en lugar
de una contrapartida económica como recompensa por su trabajo, una enseñanza
que le sería de gran utilidad en su posterior
carrera de imaginero, al aprender la técnica del “sacado de puntos”.
En
esta foto Juan Martínez Cerrillo, al fondo enmedio con gafas y bufanda, está procediendo a realizar la técnica de
sacado de puntos en el taller de los marmolistas, con objeto de copiar y realizar replica a la imagen del "Cristo de Los Faroles" de Córdoba para colocarla en el entorno del "Pueblo Español" de Palma de Mallorca.
Juan Martínez Cerrillo tuvo que conocer a Juan de
Ávalos a partir de 1938 en que cae herido de gravedad en Jaén, y es trasladado
al Hospital de Córdoba. En Córdoba sigue militarizado, pero surge la
oportunidad de trabajar en la Constructora Nacional de Maquinaria EléctricaCENEMESA, como dibujante de motores y piezas.
Alternando su trabajo en la fábrica con la ejecución de tallas religiosas. Aunque
a menudo se ha vinculado a Ávalos al franquismo por haber realizado las
esculturas del Valle de los Caídos, nunca existió afinidad ideológica con Francisco
Franco. Juan de Ávalos, un republicano con el carné número 7 del PSOE de
Mérida, sólo estuvo en el palacio de El Pardo una vez y cobró por aquel encargo
300.000 pesetas. Alcanzó notoriedad por sus obras en el Valle de los Caídos
(Madrid), en especial por las gigantescas figuras de los evangelistas.
Juan Martínez Cerrillo arriba a la derecha junto a sus
padres Manuel Martínez Valera e Isabel Cerrillo Criado y aprendices en el
taller cuando se independizó de su maestro y profesor de Dibujo: Don Rafael
Díaz Fernández.
Estas actividades relacionadas
con la imaginería religiosa eran compartidas por Martínez Cerrillo con la
pintura, que siempre fue su vocación latente, porque cuando se le presentaba la
ocasión siempre pintaba. Por ello, cuando se convocó por el Ayuntamiento de
Córdoba un concurso juvenil con un premio de quinientas
pesetas a la mejor pintura , Juan Martínez Cerrillo participó en el mismo como paisajista,
obteniendo el deseado primer premio con tan importante compensación económica,
que Martínez Cerrillo utilizó, entre otras cosas, para poder visitar Sevilla y
poder contemplar los desfiles procesionales del Jueves Santo y de la madrugada
del Viernes sevillano.
Juan Martínez Cerrillo en la pintura de los Patios
cordobeses que realizó entre 1980-1985, hoy la mayoría como colección del
autor.
Parte de su servicio militar lo
realiza en Sevilla donde dedica todos los momentos libres para visitar iglesias,
museos, y en estudiar detenida y profundamente las obras de los grandes
maestros de la imaginería.
Aguadoras segovianas. Óvalo en tabla policromada sobre fondo de guadamecí, 1970 .Colección del autor.
Ángeles cantores, tabla con pedrería, 1960. Colección
de la Diputación
de Córdoba.
Romería cordobesa. Óvalo en tabla policromada sobre
fondo de guadamecí, 1970. Colección del autor.
Mujeres Valencianas. Óvalo en tabla policromada. Colección del autor.
Patio cordobés Marqués de Viana. Óleo sobre tabla a
espátula, 1980-1985. Colección del autor.
Patio cordobés, calle Albucasis. Óleo sobre tabla a
espátula, 1980-1985. Colección del autor.
Compás de convento del Corpus. Óleo sobre tabla. Colección del autor.
Compás del convento de Santa Marta. Óleo sobre tabla a espátula, 1980-1985. Colección del autor.
Patio Cordobés calle Montero. Óleo sobre tabla.
Los viajes a Sevilla dejaron
impactado al joven artista de Bujalance, haciendo renacer en él su afición a la
escultura, y provocando otros viajes a la ciudad sevillana, que le hicieron ir
concibiendo la idea de tallar una imagen de la Virgen pequeña, como para un
oratorio de su madre.La realidad fue que el esplendor, la brillantez y la
riqueza de las cofradías de la
Semana Santa de la ciudad sevillana, impresionaron al joven
artista, que pronto comenzó a madurar en su cabeza, la idea de realizar una
imagen sagrada.
Milagro de la Virgen de la Fuensanta.
Virgen del Carmen.
Los viajes a Sevilla referidos
hicieron renacer en Juan su afición a la escultura. Aquel joven cordobés que
empezó restaurando esculturas, llegaría muy lejos en el campo de la imaginería,
con unos comienzos ciertamente duros: “Tuve la idea de hacer una virgencita,
muy pequeña, reproducción de la patrona de Bujalance, para dedicársela a mi
madre. Eso fue en el año 1935. Al ver aquella virgencita me salieron varios
encargos. (2) Serenidad y finura. Dos características de las imágenes de
Martínez Cerrillo. Entrevista realizada por Antonio Gil a Martínez Cerrillo.
Córdoba, 15 de abril de 1981, página 13.
Virgen del Voto patrona de Bujalance de cuyo original
realizó dos copias, una para su madre y otra para una familia amiga.
Labró la imagen de la Virgen del Voto patrona de
Bujalance para su madre en 1935 y otra imagen más para una familia amiga, ambas en barro policromadas. Estas
imágenes de pequeño formato, destinadas al culto familiar y otras de mayor
tamaño que le son encargadas por los Hermanos de San Juan de Dios le suponen su
carta de presentación en el campo de la imaginería.
Imagen de Fray Leopoldo de Juan Martínez Cerrillo. Esta imagen se encuentra en una hornacina a la entrada de la Iglesia del Santo Ángel de los Padres Capuchinos de Córdoba.
La realización de las dos tallas
fue su carta de presentación como escultor en Córdoba, pues la Orden Hospitalaria se estaba
organizando en Córdoba y deseaba tener algunas imágenes de la Pasión en su capilla, y encargó al joven Martínez Cerrillo las
imágenes de un Nazareno y una Dolorosa, unas imágenes de vestir y mediano
tamaño que se trasladaron posteriormente a la capilla el Sanatorio de San José,
en Málaga, y que significaron además el reconocimiento artístico de Martínez Cerrillo; lo que suponía un
importante giro en su trayectoria artística, dando comienzo con ello a su tarea
artística como imaginero de manera bastante fructífera, haciendo que se
convirtiera en todo un profesional en este campo en los años de la posguerra,
unos años de intenso trabajo por la demanda de restaurar imágenes, y en muchos
casos rehacer las múltiples imágenes que se habían perdido o destruido durante
tan fatídica contienda civil, a lo que después habría que añadir la fundación
de nuevas cofradías en todas las ciudades y pueblos de España. Aunque algunas
de las cofradías surgieron en torno a las imágenes antiguas, con notable
incremento del número de titulares en numerosas ocasiones, también surgieron
advocaciones tanto de Vírgenes como de Cristos que naturalmente requerían
nuevas imágenes para su culto. Así su trayectoria artística se ve beneficiada
por la creciente demanda de imágenes en el periodo de la posguerra alcanzando
su plenitud en 1942 con la apertura de su propio taller, junto al templo del
Juramento; taller que unos años más tarde trasladaría a la calle Enrique Redel.
Martínez Cerrillo retocando la imagen de San Rafael en su casa-taller.
Juan
Martínez Cerrillo se ve abocado a convertirse en escultor-imaginero, pues
aunque todo escultor no es necesariamente imaginero, todo imaginero es siempre
escultor. Tuvo
unos inicios, con muchísimas limitaciones técnicas, propias de un artista en el
inicio de su carrera, con pobres materiales, rapidez en la ejecución y con
escasos ingresos económicos por su trabajo.
Santísimo Cristo de la Penas de Juan Martínez
Cerrillo bendecida en 1954.
Para
muchos pueblos y ciudades hablar de Martínez Cerrillo es rememorar la Semana Santa de una
época. Época de una España en blanco y negro, recién salida de una guerra
civil, donde la penuria, la escasez y tristeza eran las tónicas generales de un
pueblo. España trataba de olvidar por todos los medios el drama vivido. Drama
que había desolado el país y que a su vez había servido, con injustificados
fundamentos, para que gentes sin razón causen la destrucción de numerosas
imágenes sagradas. Por ello había que reponer en los camarines de nuestras
iglesias efigies de Cristo, María y santos que sirvieran para restituir los
perdidos. Esa fue la causa principal de que Juan Martínez Cerrillo entrara en
la escena de la imaginería. Cerrillo fue un imaginero hijo de su época. Al
igual que Castillo Lastrucci en Sevilla, Lainez Capote en Cádiz, o Navas Parejo
en Málaga (el autor de Nuestra Virgen de Los Dolores). Juan Martínez Cerrillo
fue también el encargado de paliar, restituir y reparar los daños hechos al
patrimonio artístico de las iglesias y cofradías de múltiples poblaciones que
había quedado destruido en la incivil contienda de años atrás.
Ntra. Sra. de la Esperanza de Juan Martínez Cerrillo, 1947, "La Gitana de Córdoba". Parroquia de San Andrés de Córdoba. Sus Dolorosas presentan siempre un dolor matizado por la belleza
juvenil de sus rostros y la suavidad maternal de su mirada. Unos rostros con
sentimientos positivos y esperanzados.
Detalle de rostro de Ntra Sra. de la Esperanza de Córdoba. Hermandad de Ntro Padre Jesús de las Penas y María Santísima de la Esperanza, de la Parroquia de San Andrés. Foto de Castro.
Presentación de Ntra. Sra. de La Esperanza de Venezuela e inauguración de la II Exposición Hispano Americana de Cofradías de Semana Santa, en la que Cerrillo actuó como director artístico de la misma. En la foto junto a Cerrillo D. Alejandro Fernández Obispo de San Cristobal (Venezuela) y a continuación el Presidente de laRepública de Venezuela D. Rafael Caldera Rodríguez.
Juan Martínez Cerrillo y cofrades de la Hermandad del Prendimiento, ante la Virgen de la Piedad (obra de Cerrillo, muy restaurada) de la Iglesia de María Auxiliadora (Salesianos) de Córdoba.
Toda esta situación, unida a los
destrozos de imágenes religiosas que habían sufrido los templos durante la Guerra Civil,
propiciaron un aumento considerable de nuevos encargos y la consagración de
Martínez Cerrillo como profesional, lo que lo animó a que una vez abandonado en
1936 el taller de su maestro, se instalase un taller propio , llevándose a cabo
la creación de la mayor parte de su obra en la casa-taller del barrio de San
Lorenzo, junto a la Iglesia
del Juramento, donde se venera al Arcángel San Rafael, custodio de Córdoba.
Cristo del Calvario de San Lorenzo. Nazareno de Fray Juan de la Concepción. Imagen de máxima veneración de Martinez Cerrillo. Foto de Pasión y Gloria.
Cristo del Calvario. Fotos de Morales.
Cristo del Calvario. Foto de A. Fresno.
Cristo del Calvario de San Lorenzo. Nazareno de Fray Juan de la Concepción. Fotos de artencórdoba.
Iglesia de San Rafael. Córdoba. Capilla del Calvario. A la izquierda Santísimo Cristo del Calvario de Fray Juan de la Concepción. Foto de artencórdoba.
Su entrega al arte de esculpir
imágenes religiosas fue total tras el episodio de la Guerra Civil, de forma que
consumó los días de su vida artística tallando la madera, estofándola,
policromándola y dándole forma de venerable Cristos, Vírgenes, apóstoles,
ángeles y cuantas imágenes componen los diversos pasos de las procesiones de
Semana Santa de Córdoba, Málaga y otros pueblos y ciudades, como lo son en el
nuestro.
Poseedor de una fuerte convicción
religiosa, el insigne imaginero Juan Martínez Cerrillo volcó su producción
artística y su capacidad creadora en la
imaginería religiosa y recibió numerosísimos encargos de las cofradías
cordobesas, sin olvidar los encargos que le demandaba la sociedad civil, que
igualmente era muy numerosa.
La obra pictórica cofrade se basa
en la colección que a finales de los años sesenta dedica a la Semana Santa cordobesa,
llevando al lienzo prácticamente la totalidad de las cofradías existentes. Esta
serie de pinturas responde al esquema compositivo que denomina “Paisajes con
Figuras”, en las que emplea la técnica al óleo a espátula sobre tabla, y en las
que desarrolla la descripción de la escena principal de la imagen sobre un fondo
monumental relacionado con la imagen representada y antecedida de un pequeño
grupo de nazarenos. Entre ellas son de destacar las realizadas a Ntro. Padre
Jesús de las Penas saliendo de Santa Marina, y María Santísima de la Esperanza bajando la Cuesta del Basilio que hoy
preside la Sala
de Juntas de la Hermandad,
gracias a la donación que hizo la familia del reconocido artista Martínez
Cerrillo.
La Expiración pasando por la Portada salomónica de San Pablo.
Cristo de Gracia. Óleo sobre tabla a espátula, 1979. Colección del autor.
Tránsito del Cristo de las Penas por la Iglesia de San Pedro. Óleo
sobre tabla a espátula, 1979. Colección del autor.
Arca de cuero policromado con medallones de pintura
sobre cuero. Colección del autor.
Sus trabajos en cuero, tanto
cordobanes como guadamecíes, son los que posiblemente han alcanzado mayor
proyección mundial, ya que se pueden encontrar obras suyas repartidas por todo
el mundo. El motivo de estos trabajos en cuero eran motivos religiosos,
destacando obras como el camarín realizado para Ntra. Sra. De la Paz y el completísimo guión
diseñado para la Hermandad
del Santísimo Cristo de las Penas y Santísima Virgen de la Esperanza de Córdoba.
Bellísimo trabajo en cuero policromado, especialidad de Juan Martínez
Cerrillo, titulado los Pavos reales.
A pesar de lo referido por sus
meritorios trabajos en cuero, es en la imaginería religiosa donde Martínez
Cerrillo desarrolla su sensibilidad artística y donde como artista imaginero
adquiere un protagonismo especial, dado que como hemos referido, a raíz de la
terminación de la Guerra Civil
las demandas por las imágenes destruidas se hacen muy numerosas, espacio
artístico que cubre Juan Martínez Cerrillo al descubrir en esos años que su
verdadera vocación artística era la imaginaria religiosa. Se especializó en
imágenes de vestir de la Virgen,
Dolorosas y Cristos de Gloria, llegando a ser quizá el autor más prolífico en
este ámbito artístico. El secreto de su prolífica producción imaginera era
debido a que su habilidad técnica como tallista le permitía tallar directamente
sobre el tablón de madera sin estudios de modelado previos. Las vírgenes e
imágenes de Martínez Carrillo manifiestan el hondo sentimiento religioso que
caracterizó a su autor, quizá por ello algo distantes o alejadas de los cánones
de belleza tradicionales en las imágenes de Ntra. Sra. Su tallado directo le
lleva naturalmente a obligadas imperfecciones, pero sus imágenes ganan en
piedad al dotar a sus rostros de un natural realismo. Las imágenes de Martínez
Cerrillo se diferencian indiscutiblemente de otras por el sello particular que
imprime en sus rostros que las hacen fáciles de distinguir y difíciles de
definir.
Jesús Rescatado de Bujalance, año 1954, obra de Juan Martínez Cerrillo. Foto tomada de lahornacina.com.
Mas de sesenta imágenes de la Virgen andan repartidas de
sus manos por diversos países de muy diferentes continentes, aunque las
características propias del tallado de su gubia se advierte ya desde la que
realizó en 1939 para la cofradía cordobesa de Ntra. Sra. del Mayor Dolor y Esperanza, imagen que procesiona con el Calvario de San Lorenzo, con la advocación de Ntra. Sra del Mayor Dolor y Esperanza, imagen para la que sirvió de modelo Araceli Chacón.
Esta primera Dolorosa plasma ya desde ese momento los rasgos distintivos y
definitorios de las vírgenes de este autor, con grandes ojos de cristal,
abundantes pestañas y labios perfilados con marcadas comisuras que confieren al
rostro de esta Virgen Dolorosa una expresión piadosa que resulta tan altamente
característica.
Posiblemente la dolorosa con más
personalidad o más definida sea María Santísima de la Esperanza, realizada en
1947, que puede considerarse quizá la obra cumbre dentro de su extensa
producción mariana, de entre todas las que salieron de las manos de tan
prestigioso imaginero.
Por la magnitud de su obra y la
pérdida de su archivo documental es difícil ofrecer un catálogo completo de la
obra de tan insigne imaginero cordobés, pero en la ciudad de Córdoba y
provincia y en otras colindantes donde igualmente llegó su fama, ha dejado un
cuajado repertorio de imágenes de gran reconocimiento y admiración en la
geografía andaluza.
Virgen de Los Dolores de Santa Cruz (Córdoba) de Cerrillo ,1937. Semana Santa de 2011.
Virgen de Los Dolores de Santa Cruz (Córdoba), considerada hoy la primera dolorosa de Cerrillo.
En la foto Salvador Guzmán (restaurador), Hermana mayor de la Cofradía de la Virgen de Los Dolores de Santa Cruz, Dª María Isabel Martinez-Cerrillo Agudo y Juan Martínez-Cerrillo en el 75 aniversario de la Virgen Dolorosa de Santa Cruz. Imagen de Cerrillo de 1937, considerada hoy la primera imagen mariana de Cerrillo, tras descubrir en la restauración fecha de realización y autoría de Cerrillo.
La Virgen de los Dolores de
Santa Cruz sería su primera gran obra, y en ella se dan todas las características
técnicas y estilísticas del imaginero cordobés. Y la prueba más concluyente de
todo ello sería el documento manuscrito encontrado ocasionalmente en su
interior durante su restauración y que dice así: "Talla de Juan Martínez
en Córdoba Marzo del 1937/ Viva España". La imagen de la Virgen de los Dolores de
Santa Cruz, antes de Castro del Río, es una de las primeras obras, y la primera
de Dolorosa de Martínez Cerrillo, quien la realizó durante los permisos de su
largo servicio militar en Sevilla en los años de guerra.
En 1937 realiza la imagen de la Virgen de la Soledad para la Hermandad del mismo
nombre de El Carpio (Córdoba) y la
Virgen de los Dolores para la Cofradía de Ntro. Padre
Jesús Nazareno de Villafranca (Córdoba).
Virgen de La Soledad de El Carpio (Córdoba)
En el año 1938 la Cofradía de Ntro. Padre
Jesús del Calvario le encarga la hechura de una Verónica.
En 1939 talla su primera Dolorosa para la Semana Santa cordobesa,
la imagen de Ntra. Sra. De la Paz
y Esperanza, para la que tallaría más tarde la imagen de San Juan Evangelista que
la acompañaba antiguamente; así como el camarín dorado de guadamecíes de la
misma. Martínez Cerrillo se definía como un devoto y un artista
mariano por excelencia, ya que afirmaba que la imagen de María era una fuente
inagotable de inspiración para él, lo cual queda reflejado en sus tallas. Su
primera obra mariana fue la imagen de Nuestra Señora de la Paz y Esperanza; la más
popular de cuantas ha llevado a cabo y cuya historia guarda una anécdota
referente a su advocación que al propio autor le gustaba relatar: Cerrillo
hacía referencia a que entre 1938 y 1939 trabajaba en una imagen mariana
durante los permisos que lo alejaban del frente, sin pensar en cederla a
ninguna cofradía cordobesa. Su intención era denominarla Virgen de la Esperanza; sin embargo, cuenta
que su madre le decía que “esa virgen traería la Paz a España”, por lo que cambió su advocación.
Por otro lado, un grupo de jóvenes amigos cordobeses pretendían fundar la
actual Cofradía de la Paz,
bajo el título de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia y Nuestra Señora de la Esperanza.
Este
grupo de jóvenes, al saber que Cerrillo estaba trabajando en una imagen
mariana, decidieron incorporarla a la Cofradía con el beneplácito del escultor, quien
propuso que se le cambiara la advocación de Esperanza por la de Paz, tal y como
era el deseo de la madre del artista. Finalmente, la imagen fue bendecida como
Nuestra Señora de la Paz
y Esperanza, quedando unidas ambas advocaciones, según contaba el propio
Cerrillo. Sin embargo, y a pesar de las palabras del propio autor, la versión
oficial de la Cofradía
difiere de este relato, manteniendo que la imagen fue encargada expresamente a
Cerrillo y que la Cofradía
tenía claro desde un principio que su advocación sería Nuestra Señora de la Paz y Esperanza. Según esta
versión, el Jueves Santo de 1939 tuvo lugar la reunión de aquellos jóvenes
amigos y combatientes en la guerra, en la cual acordaron fundar la Cofradía y el encargo de
la imagen a Cerrillo. De esta forma el contrato habría sido firmado a título particular
por Juan Calero Canterero, primer hermano mayor de la Cofradía, siendo su coste
mil pesetas y su advocación Paz y Esperanza en virtud de una promesa hecha con
motivo de la guerra.
La imagen de Ntra. Sra. de la Paz y la Esperanza de 1939 ha venido siendo considerada su primera obra mariana, hasta que en el proceso de restauración de la Virgen de Los Dolores de Santa Cruz, el restaurador Salvador Guzmán encontró, en su interior, un documento manuscrito por Cerrillo donde decía: "Talla de Juan Martínez
en Córdoba Marzo del 1937/ Viva España". De esta forma descubierta fecha de realización y autoría de la Virgen de los Dolores de Santa Cruz, se ha pasado a considerar la primera dolorosa de Cerrillo a esta última imagen.
Martínez Cerrillo
segundo a la izquierda abajo con brazos cruzados, ante imagen de la Virgen de La Esperanza de Bujalance (su pueblo).
Cerrillo con los cofrades de Ntra. Sra. de La Esperanza de 1947. Martínez
Cerrillo, apoyado sobre respaldo junto al hombro izquierdo
de Antonio García Laguna, sacerdote oriundo de Villa del Río, el pueblo
natal de su madre Isabel Cerrillo.
A pesar de las diferentes
versiones sobre los referidos acontecimientos, lo verdaderamente importante fue la
fundación de la Cofradía
y la hechura de la imagen en 1939, una talla por la que Juan Martínez Cerrillo
siempre sintió una especial debilidad. La “niña” de Cerrillo, como la llamaba
cariñosamente el autor, muestra los rasgos característicos del estilo de su
creador: rostro juvenil y ovalado, boca pequeña, hoyuelo en la barbilla y
largas pestañas; además presenta la boca entreabierta, grandes ojos oscuros y
seis lágrimas en sus mejillas. Su rostro refleja ese dolor contenido, propio de
las imágenes de Cerrillo, donde no encontramos ningún resquicio de la
exaltación del dolor de forma exagerada o pasional. Frente a la lozana cercanía
de la Virgen
de la Esperanza
de Córdoba, la Virgen
de la Paz y
Esperanza se muestra lejana, inaccesible en su profunda tristeza e inmersa en
un profundo misticismo que la llena de espiritualidad.
Primer plano de Cerrillo perfilando detalles en su trabajo.
Martínez Cerrillo expresó
su debilidad por ambas imágenes, y aunque nunca manifestó cuál era su
predilecta, sí hizo hincapié en que la Virgen de la Esperanza fue realizada con un gran sentido de la
naturalidad, mientras que dotó a la
Paz de un profundo sentimiento espiritual. Ambas significan
dos formas de proceder dentro de una misma concepción escultórica y religiosa. A
pesar de las diferentes versiones sobre el origen y el encargo de la Virgen, está claro que lo
que propició su advocación fueron los horrores de la Guerra Civil española
y el ansia de Paz por parte del pueblo cordobés, al igual que ocurrió con otras
cofradías del ámbito andaluz. Parece claro que ese sentimiento compartido por
Cerrillo, su madre y los fundadores de la Cofradía, fue el que dio lugar a la fundación de
la misma y a una de las imágenes marianas más bellas de la Semana Santa
cordobesa. La “niña” de Cerrillo ha sido una imagen venerada y querida por el
pueblo cordobés a lo largo del tiempo, hasta tal punto que el autor tuvo que
hacer varios juegos de manos, pues él mismo afirmaba que eran “comidas a besos”
en cada uno de los besamanos de la
Virgen.
Ntro. Padre Jesús del Calvario y Ntra. Sra. del Mayor Dolor. San Lorenzo, Córdoba.
También realizó en ese mismo año
la primitiva imagen de Ntra. Sra. del Mayor Dolor y Esperanza para la Cofradía de Ntro. Padre
Jesús del Calvario (Para el Templo de San Lorenzo).
Fotos de los años 40 de Ntra. Sra. de la Paz y Esperanza de la Hermandad de Ntro. Padre Jesús de la Humildad y Paciencia de Córdoba.
Ntra. Sra. de la Paz y Esperanza. Foto de Córdoba Cofradiera.
Ntra. Sra. de la Paz y Esperanza. Foto de Antonio Arrebola.
Ntra. Sra. de la Paz y Esperanza. Fotos de Aragón.
Ntra. Sra. de la Paz y Esperanza. Foto de Tomás Y. B. 2013.
Ntra. Sra. de la Paz y Esperanza. Foto de David Rodríguez.
Ntra. Sra. de la Paz y Esperanza. Foto J. Camargo.
Ntra. Sra. de la Paz y Esperanza. Foto de D. Cruz.
En 1938, al quedar la ciudad de
Córdoba durante la Guerra Civil en el Bando Nacional, se restablecen las
celebraciones públicas en la calle.
El escultor Juan Martínez
Cerrillo entra en la Junta de Gobierno y confecciona un palio para la Imagen de
la Virgen del Mayor Dolor y Esperanza aportada por él y talla una Verónica para
el paso del Señor. La Cofradía estrena bandera, cojín, estandarte y los varales
para el palio procedentes de los talleres de La Milagrosa.
En el año 1945, en fecha 11 de
marzo se bendice la Imagen
de Ntra. Sra. del Mayor Dolor que recibe la Hermandad de manos de sus autores
Francisco Díaz Jiménez y Antonio Castillo Ariza, antiguos operarios del taller
de Cerrillo.
En el año 1947 Martínez Cerrillo
pide la devolución de la imagen de la Virgen del Mayor Dolor y Esperanza, que
estaba retirada del culto. La Cofradía accede y esta imagen pasa en Jaén a ser la Titular de la Hermandad de los
Estudiantes de Jaén.
Ntra. Sra. del Mayor Dolor y Esperanza de Cerrillo, su primera dolorosa ahora
en Jaén como Ntra. Sra. de las Lágrimas de la cofradía de los Estudiantes. Foto
de Araceli Chacón, años cuarenta, que sirvio de modelo a Cerrillo para
su Virgen del Mayor Dolor y Esperanza, hoy Virgen de Las Lagrimas en
Jaén.
Virgen de las Lágrimas de la cofradía de los
Estudiantes de Jaén, primera dolorosa de Cerrillo.
En 1940 realiza la imagen de Ntro. Padre Jesús
Nazareno de Montemayor (Córdoba).
Imagen de Ntro. Padre Jesús Nazareno de Montemayor
obra de Cerrillo del año 1940, año que se da en Lahiguera como de la llegada de
nuestro Nazareno.
En 1941 talla a Ntra. Sra. de los Afligidos para la Cofradía de la
Vera Cruz de Montoro (Córdoba).
Ntra. Sra. De los Afligidos de Montoro (Córdoba) 1941.
Imagen de gran parecido a la primera dolorosa Virgen de las Lagrimas de Jaén.
En 1943 realiza la imagen de
Ntro. Padre Jesús de la
Humildad y Paciencia para la Cofradía de la Paz, así como las tres figuras
que lo acompañan en el misterio (un Cirineo, un romano y un sayón). También en
ese año talla las figuras del misterio de San Nicolás de la Villa; un romano, un
sanedrita y Poncio Pilatos.
Ntro. Padre Jesús de la Humildad y Paciencia. Foto de JD Pachón.
Stmo. Padre Jesús de la Humildad y Paciencia , año 24-1-1943. La imagen fue adquirida por 3,000 pesetas.
Ntro. Padre Jesús de la Humildad y Paciencia, de la Cofradía de la Paz. Córdoba 1943. Fotos de Gabriel Ruiz.
Ntro. Padre Jesús de la Humildad y Paciencia, de la Cofradía de la Paz. Córdoba 1943.
Martínez Cerrillo estuvo
ligado a la Cofradía
de Nuestro Padre Jesús de la
Humildad y Paciencia, imagen realizada por el propio Cerrillo
en 1943, y Nuestra Señora de la
Paz y Esperanza hasta su muerte en 1989.
En 1944 talla la imagen de Ntro.
Padre Jesús de la Sentencia,
al que con las manos atadas a la espalda confiere una actitud de serena nobleza
y dignidad.
Ntro. Padre
Jesús de la Sentencia
de Córdoba, de Cerrillo, año 1944, antes iba con manos atadas a la espalda.
Tres bellas fotos de Artencórdoba.com en las que se aprecia la excelsa belleza deNtro. Padre
Jesús de la Sentencia
de Córdoba, de Cerrillo, año 1944.
En 1947 realiza la preciosa
imagen de María Santísima de la
Esperanza para sustituir a la que, siendo de propiedad
particular, procesionaba la
Hermandad desde 1940.
Ntra. Sra. de la Esperanza de Córdoba. Foto F. G. Sanmiguel.
En el año 1951 realizó la imagen
de Ntra. Sra. de la Alegría, imagen que
sustituía a la que hasta entonces procesionaba la Hermandad del
Resucitado.
Ntra. Sra. de la Alegría de Córdoba, 1951.
Soledad de Villa del Río de Juan Martínez Cerrillo, año 1953.
En 1954 talló a Ntro. Padre Jesús
de las Penas para la
Hermandad de la Esperanza.
Su semblante lleno de mansedumbre es claro exponente de la
sensibilidad artística de tan reconocido autor.
Impresionante rostro del Cristo de las Penas de Juan
Martínez Cerrillo. Foto de Castro.
Impresionante expresión de mansedumbre del Santísimo
Cristo de las Penas. Una serie de fotos de Castro muestran la belleza de esta
gran imagen de Martínez Cerrillo, bendecida en 1954. Fotos de Castro.
En 1963 realizó la imagen de
Ntro. Padre Jesús de los Reyes en su Entrada Triunfal en Jerusalén para
sustituir a la imagen que realizada por el mismo en 1944, desapareció en 1957 y
es hoy imagen titular homónima de la Hermandad de Posadas.
Ntro. Padre Jesús de los Reyes en su entrada Triunfal
en Jerusalén año 1963. Parroquia de San Lorenzo, Córdoba.
Crucificado de Juan Martínez Cerrillo, año 1981. Foto de David Cejas. Su rostro nos recuerda el de Ntro. Stmo. Cristo de la Capìlla de Lahiguera. Foto de Daniel Cejas.
Santísimo Cristo de la Capilla de Lahiguera de Martínez Cerrillo.
En 1966 retalló completamente la
imagen de María Santísima de la
Amargura, que por el año 1942 realizara el escultor Callejón
para la Hermandad
del Rescatado. Acompaño este trabajo con trabajos en cuero para el palio, la
peana y los respiraderos de dicho paso.
María Santísima de la Amargura de José Callejón (1942) que Cerrillo restauró en 1966.
Virgen de los Dolores de Villaviciosa (Córdoba). Imagen de Cerrillo de los años 50.
A pesar de tan ingente producción
de imágenes religiosas. Se considera que su innovación y mayor aportación a la Semana Santa cordobesa es la
configuración, y transformación de diversos misterios, como son los realizados
en 1945 para los titulares de la
Sentencia y de la
Humildad y Paciencia, ya que ha prestado una singular
contribución a las plasticidad de las procesiones cordobesas con la composición
de algunos pasos de misterio que supusieron cierta ruptura con la severidad
tradicional de la imaginaria de la ciudad.
Como complemento a su producción
artística y en la misma calidad de sus trabajos, el imaginero de Bujalance,
desempeñó una muy importante y meritoria labor como artista restaurador de
imágenes titulares de culto de numerosas imágenes ajenas a su amaestrada gubia,
pudiéndose destacar entre otras:
En 1941 restaura a Ntro. Padre
Jesús de la Pasión
(San Basilio)
En 1946 restaura a María Stma del
Amor y San Juan (San Basilio). La imagen de San Juan de la Hermandad de la Paz, no es de Juan Martínez Cerrillo. Esta imagen fue traída de Antequera por un fraile capuchino y Cerrillo se encargó de su restauración.
María Stma. del Amor y San Juan (San Basilio)
En 1959 restaura el Santo Cristo
de la Expiración
(San Pablo).
En 1966 restaura a María
Santísima de la Amargura
(Padres Trinitarios).
D. Juan Martínez Cerrillo posa junto a la imagen
restaurada de Ntra. Sra. de Loreto.
Finalmente, no podemos terminar
esta breve reseña sobre tan prestigioso artista sin reseñar que también realizó
obras de carácter general o retablos como los de Bujalance, Cañete, Aguilar y
Villaviciosa.
Juan Martínez Cerrillo es el
imaginero cordobés más importante del siglo XX, tanto por la calidad artística
de sus obras como por la cantidad de su producción. Podemos decir que sin sus
Cristos y Vírgenes, la
Semana Santa de Córdoba, capital y provincia, no sería la
misma. Al igual que no lo sería la nuestra en Lahiguera.
Su trabajo de imaginero acabó
cuando sus facultades físicas de fueron debilitando con la edad. Decía que “A
no ser que le surgiera un compromiso “muy gordo”, no haría otra obra, ya que
con los años, “desbastar una escultura a fuerza de gubia es un trabajo muy
duro” (8) El calidoscopio artístico de Juan Martínez Cerrillo. LA
VOZ DE CÓRDOBA, 14 de enero de 1984,
páginas 9 y 15 de enero de 1984.
Juan Martínez Cerrillo trabajando en su taller.
Eran estos los años no tan lejanos, en que Martínez
Cerrillo era ya considerado en la prensa como “el imaginero cordobés por
excelencia”, que se supo ganar el cariño del pueblo con el arte mostrado en su
imaginería (9) Los cordobeses del año. El imaginero Juan Martínez Cerrillo el ciudadano
más votado. CÓRDOBA, domingo, 21 de diciembre de 1986, página 32.
Juan Martínez Cerrillo fue gran
devoto de Nuestro padre Jesús del Calvario, con todo lo que él podía saber de
Cristos e imágenes, tenía una devoción especial por este Cristo de San Lorenzo
en Córdoba, dicen que cuando fue a casarse el cura de la Iglesia del Juramento don
Antonio García Laguna, (su amigo y vecino del taller) le ofreció la solemnidad
de su altar para su boda, no en balde y por aquella época allí se casaba toda
la gente importante de Córdoba. Pero el joven imaginero cautivado por el Cristo
del Calvario prefirió casarse ante su altar en la Parroquia de San
Lorenzo. Y si su devoción la demostró en los momentos felices de su vida,
también al morirse y cuando aún tenía su plena conciencia le dijo a su familia
que quería ir para el “gran viaje” con la túnica del Calvario.
D. Juan Martínez Cerrillo en la última etapa de su vida, muestra ya los sintomas de edad avanzada.
Cristo del Calvario de la Iglesia de San Lorenzo de
Córdoba. Obra de Fray Juan de la Concepción donde se casó Juan Martínez Cerrillo. Fotos de Juan Núñez.
Cristo del Calvario. Foto de Álvaro Córdoba.
Martínez Cerrillo fallece en
Córdoba, en la madrugada del 6 de octubre de 1989, a la edad de 79 años,
había ingresado en el Hospital Reina Sofía el 16 de septiembre. Tras su muerte,
se inicia una campaña de recogida de firmas a fin de solicitar al Gobierno
Municipal una calle de la ciudad de Córdoba para tan insigne imaginero,
petición a la que se adjunta un amplio dossier exponiendo los motivos que le
hacen acreedor de tal distinción, así como las numerosísimas adhesiones
recibidas de fieles y la ciudadanía para tal fin. Toda la prensa cordobesa se
hace eco de respeto y cariño que la ciudad sentía por su persona.
Como fruto de la petición y la
demanda ciudadana, el Ayuntamiento de Córdoba rotuló en 1997 una de las calles
de la ciudad con el nombre de “Escultor Juan Martínez Cerrillo”, en la zona de
las Asomadillas, para orgullo y satisfacción de los conocedores de su magnitud
artística del mundo cofrade cordobés y de la prensa promotora de tal
reconocimiento y justicia a su figura. También después tiene nominada una calle
en su pueblo Bujalance.
Merecido homenaje a Martínez
Cerrillo, el imaginero que supo crear espiritualidad y devoción en cada una de
sus obras.
En una entrevista que se le
realizó al imaginero Juan Martínez Cerrillo. Una de sus frases sobrecoge por la
sinceridad de su pensamiento. “… yo he sido lo que Córdoba ha querido que
sea.”. En esta frase, el polifacético artista reconocía que, como tal, se había
entregado a la ciudad, sin importarle nada sacrificar otras disciplinas
artísticas, como la pintura en la que se encontraba mas cómodo y mejor formado,
para dedicarse a la imaginería sacra, faceta que le era desconocida y que tuvo
que ir asimilando poco a poco de forma autodidacta; aunque, cuando tuvo la
ocasión de obtener formación de otros artistas, la toma sin complejos, caso del
aprendizaje de la técnica del sacado de puntos que adquirió de Juan de Ávalos o
sus contactos artísticos con el sevillano Fernández Andes. Juan Martínez
Cerrillo fue siempre admirador de Salcillo.
Juan trabajo siempre en solitario
en su taller, a lo largo del tiempo fue estudiando y resucitando ciertas
técnicas artísticas antiquísimas del trabajo del cuero que habían muerto. Poco
a poco fue dejando la pintura por la talla, después entro en la tabla
policromada y el cordobán. Martínez Cerrillo profesó una entrega incondicional
a su trabajo y una devoción sincera a su obra. Hacía lo que hacía, no sólo
porque se lo encargaran o demandaran entonces, sino también porque le
entusiasmaba su trabajo.
Hoy es uno de los buenos
imagineros, de los famosos y grandes imagineros andaluces.
La obra artística de Juan
Martínez Cerrillo está muy vinculada a la ciudad de Córdoba y su Semana Santa.
No sólo fue grande su aportación artística en cristos y dolorosas, sino que
tiene el mérito de haber cubierto dignamente un amplio periodo de tiempo, con
su labor sincera como imaginero y haber contribuido, como ningún otro artista,
al enriquecimiento patrimonial de las Cofradías y su gran impulso en los años
de la posguerra. De sus manos salieron imágenes titulares de las cofradías,
figuras para completar Misterios de Pasión, pasos de Cristo y la Virgen y el diseño de
enseres para las cofradías. Su vida estuvo vinculada a las cofradías cordobesas
perteneciendo a varias de ellas formando parte de sus juntas de gobierno. Toda la dedicación a las cofradías cordobesas
provocó que tras su fallecimiento se lanzaran inmediatamente a una campaña a
favor de la dedicación de una calle a tan merecido artista. Podríamos decir que
Martínez Cerrillo debió a la Semana Santa
de Córdoba tanto como la Semana Santa
de Córdoba debió en su día a Martínez Cerrillo.
En cada Semana Santa de Córdoba
salen diez imágenes suyas en las procesiones; en Lahiguera salen tres
bellísimas imágenes realizadas por sus manos, después de todo tenemos suerte en
Lahiguera de haber podido contar con estas imágenes entre nosotros, son un
tesoro artístico que debemos cuidar al máximo.
Sus imágenes están repartidas por
toda España y América.
Con frecuencia se olvidan de
Martínez Cerrillo otras facetas de su vida no menos interesantes. Juan fue un
trabajador infatigable, su gusto por lo artístico y por la Semana Santa aparece ya desde
fechas muy tempranas en su vida, tal como se refleja en el comienzo de este
repaso por su biografía; pero era un fiel colaborador en cualquier proyecto de su grupo de amigos de la Peña Los Minguitos, prueba de ello fue el diseño delas cruces de mayo tan características de la primavera cordobesa.
Cruz de mayo de 1953 de la Peña Los Minguitos
Cruz de mayo de la plaza San Rafael año 1956. En ella colaboraba Cerrillo como diseñador.
Juan Martinez Cerrillo con Rafael Medina ante una Cruz de Mayo que diseñó para la Peña Los Minguitos.
Juan era un hombre no muy alto, afable,
alegre, correcto, hablador y extrovertido; un buen conversador, que formaba
parte de un grupo a amigos que se hacían llamar “La Langosta”, junto a los
que pasó “momentos inolvidables”, y de la Peña de los Minguitos”, ubicada en el barrio de
San Lorenzo, y de la que Cerrillo llegó a ser Presidente de Honor.
Juan Martínez Cerrillo
frecuentaba la Peña Los Minguitos en su barrio de San Lorenzo,
aquí se le veía alternar con el canónigo Antonio García Laguna, el famoso Marqués del Cucharón, el especial
presidente de la peña Francisco Posadas Urbano "Posaitas" y otros
muchos peñistas clásicos de su tiempo.
Juan Martínez Cerrillo aparece el primero a la derecha en primera fila, con los amigos de la “Peña Los Minguitos”.
Los higuereños nos sentimos muy orgullosos de tener con nosotros las imágenes salidas de las manos prodigiosas de este gran maestro de la imaginería cordobesa. ¡Gracias querida Maribel por habernos ayudado a identificar nuestras imágenes!
Granada 17 de Noviembre de 2015
Pedro Galán Galán
Bibliografía:
AA.VV.: Martínez Cerrillo.
Diputación de Córdoba, Córdoba, 2001.
Aroca Lara, A.:
“Iconografía de la Semana
Santa en Córdoba” en Córdoba: tiempo de Pasión. Córdoba,
1992.
Moreno Cuadro, F.: La Pasión de la Virgen. Córdoba,
1994.
Martínez Cerrillo,
espiritual y devocional, publicada el 17 de octubre de 2010 en Diario Córdoba
Fotos de las imágenes del
Señor de las Penas y María Stma. de la Esperanza son cortesía de la Ilustre y Venerable
Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Ntro. Padre Jesús de las Penas y María
Santísima de la Esperanza
de Córdoba.
Querido amigo Pedro me apresuro a comentarte tu nuevo artículo, antes incluso de leerlo, pero si iniciado su lectura y pasado entero para ver la extensión, la profusión de datos y la calidad de todo lo que aportas en datos históricos y reportaje gráfico. Cuando termine la lectura, creo que te pondré algo más, hoy voy a comprobar si sé ponerte el comentario o no. Desde luego si quiero que lleve mi sentida enhorabuena y un fuerte abrazo. Antonio Aparicio
Yo también comparto tus dudas; además de en la vírgenes, en la del Señor de la Capilla. La autoría de Nuestro Padre Jesús parece que es incontestable.
Tú mismo, en este blog, sacaste la restauración del Señor de la Capilla. Yo no creo que en tan pocos años -si la imagen es de Martínez Cerrillo- estuviera tan deteriorada. El testimonio de los restauradores Francisco y Carmen Berdonces serían decisivos.
Manolo perdona el retraso en mi respuesta, ando tan atento en la corrección y puntualización de algunos datos sobre Juan Martínez Cerrillo, nuestro gran autor y su obra, que últimamente me he centrado en ello, para dejar el artículo definitivamente perfilado. Se ha debido a la colaboración extraordinaria de su hija María Isabel Martínez-Cerrillo Agudo, que amablemente me ha sugerido algunas precisiones y aclaraciones sobre determinadas imágenes de su padre. “Maribel”, muy conocedora de la obra artística de su padre, posee una amplia gama de conocimientos puntuales y detalles que dan precisión y calidad a lo conocido al respecto de la obra del imaginero. Una valiosa colaboración, que tras la publicación inicial, se fue realizando en dos ocasiones hasta dejarlo todo concretado en algunos datos de las imágenes, que en muchos casos repetían nombre y provocaban mi confusión, algo normal para alguien que siendo desconocedor de la Semana Santa Cordobesa, tenía dudas sobre Hermandades y templos de la capital califal. Con estas palabras deseo hacer patente mi agradecimiento por su espíritu de colaboración y calidad humana en el trato a través del teléfono. Sería muy definitorio que algún entendido en cualidades de las maderas de nuestras imágenes restauradas, nos precisara de qué clase de madera están hechas las tallas de Nuestro Santísimo Cristo de la Capilla, Nuestro Padre Jesús Nazareno y la imagen de San Juan Evangelista. El gran imaginero Juan Martínez Cerrillo decía que la madera más apropiada para utilizar en Córdoba y en toda nuestra tierra era el pino de Flandes, por ser “la que mejor se adapta y la que mejor sufre el cambio meteorológico de Córdoba, ya que en seis meses se producen cincuenta grados de diferencia. El flandes también es muy bueno para la polilla, pues luego hay maderas infinitamente mejores como el nogal, al álamo blanco, el abedul, pero tienen el peligro de la polilla”. Tal y cómo tú dices el testimonio del restaurador Francisco Berdonces Gavilán y su hermana Carmen sería bastante aclaratorio y confirmatorio al respecto. Ellos que han trabajado en la restauración del Cristo de la Capilla podrían precisar como expertos este punto. Cordiales saludos para ti y mi amigo Antonio.
Ya inmersos en la cuaresma 2.016, no puedo dejar pasar sin expresar mi agradecimiento a D. Pedro Galán, el interés y el magnífico trabajo que ha realizado sobre la vida y obra de mi padre Juan Martínez Cerrillo. Sólo con algunas indicaciones mías para poder investigar sobre la posible autoría de imágenes de su pueblo, La Higuera, ha documentado con precisión la biografía del imaginero bujalanceño, sin conocer de su existencia, ni la Semana Santa cordobesa donde desarrolló gran parte de su labor artística y cofradiera como apasionado de dicta celebración. Felicidades por tan completo trabajo. Muchísimas gracias.
Apreciada Maribel, muy agradecido por tu comentario, que da aseveración a mis palabras y desvelos sobre la riquísima obra artística de tu padre, Don Juan Martínez Cerrillo. Siento por nuestra parte, en nombre de nuestra villa, no poder presentar documentos de hermandades y cofradías, relacionados con la adquisición de nuestras tres imágenes en fechas y precios fijados en su momento para su adquisición, y las gestiones llevadas a cabo con tal fin. La gente sencilla de las cofradías no consideraría estos documentos importantes y no los han conservado a pesar de ser relativamente recientes en el tiempo; 75 años para nuestro Santísimo Cristo de la Capilla, no son nada en el cómputo de la historia. Después tan sólo unos años más tarde vendría a nuestra cofradía del Nazareno la imagen de nuestro Padre Jesús (donada por Josefa Martínez, señora conocida como la Pepa) y al final de la década de los años cincuenta del pasado siglo se completo la riquísima aportación del gran imaginero Cerrillo a nuestra Semana Santa con la imagen de San Juan, sufragada por D. Juan Pérez Cabezas, padre de D. Juan Luís Pérez Navero, catedrático de Pediatría y jefe de la Unidad de Pediatría del Hospital Princesa Sofía de vuestra bella capital califal. Por las curiosas circunstancias de la vida, supe de tu parte que eras conocida de la esposa de nuestro ilustre paisano Juan Luís, que es también familiar mío retirado. Deseo confirmarte que a través de una papelería de Sevilla he podido localizar y adquirir el libro MARTINEZ CERRILLO (2002) que confirma la autoría de estas tres imágenes por parte de tu padre, después de los intentos fallidos de encontrarlo en Granada y Córdoba. Reitero mi agradecimiento por tu llamada telefónica inicial que nos puso sobre la pista de tan prestigioso imaginero, y la posterior colaboración en algunas puntualizaciones esenciales para la mejor concreción. Cordiales saludos de mi parte para ti, para tu madre “Doña Concha” y demás familia.
5 comentarios:
Querido amigo Pedro me apresuro a comentarte tu nuevo artículo, antes incluso de leerlo, pero si iniciado su lectura y pasado entero para ver la extensión, la profusión de datos y la calidad de todo lo que aportas en datos históricos y reportaje gráfico.
Cuando termine la lectura, creo que te pondré algo más, hoy voy a comprobar si sé ponerte el comentario o no. Desde luego si quiero que lleve mi sentida enhorabuena y un fuerte abrazo.
Antonio Aparicio
Enhorabuena, Pedro, por esta entrada:
Yo también comparto tus dudas; además de en la vírgenes, en la del Señor de la Capilla. La autoría de Nuestro Padre Jesús parece que es incontestable.
Tú mismo, en este blog, sacaste la restauración del Señor de la Capilla. Yo no creo que en tan pocos años -si la imagen es de Martínez Cerrillo- estuviera tan deteriorada. El testimonio de los restauradores Francisco y Carmen Berdonces serían decisivos.
Manolo perdona el retraso en mi respuesta, ando tan atento en la corrección y puntualización de algunos datos sobre Juan Martínez Cerrillo, nuestro gran autor y su obra, que últimamente me he centrado en ello, para dejar el artículo definitivamente perfilado. Se ha debido a la colaboración extraordinaria de su hija María Isabel Martínez-Cerrillo Agudo, que amablemente me ha sugerido algunas precisiones y aclaraciones sobre determinadas imágenes de su padre. “Maribel”, muy conocedora de la obra artística de su padre, posee una amplia gama de conocimientos puntuales y detalles que dan precisión y calidad a lo conocido al respecto de la obra del imaginero. Una valiosa colaboración, que tras la publicación inicial, se fue realizando en dos ocasiones hasta dejarlo todo concretado en algunos datos de las imágenes, que en muchos casos repetían nombre y provocaban mi confusión, algo normal para alguien que siendo desconocedor de la Semana Santa Cordobesa, tenía dudas sobre Hermandades y templos de la capital califal. Con estas palabras deseo hacer patente mi agradecimiento por su espíritu de colaboración y calidad humana en el trato a través del teléfono.
Sería muy definitorio que algún entendido en cualidades de las maderas de nuestras imágenes restauradas, nos precisara de qué clase de madera están hechas las tallas de Nuestro Santísimo Cristo de la Capilla, Nuestro Padre Jesús Nazareno y la imagen de San Juan Evangelista. El gran imaginero Juan Martínez Cerrillo decía que la madera más apropiada para utilizar en Córdoba y en toda nuestra tierra era el pino de Flandes, por ser “la que mejor se adapta y la que mejor sufre el cambio meteorológico de Córdoba, ya que en seis meses se producen cincuenta grados de diferencia. El flandes también es muy bueno para la polilla, pues luego hay maderas infinitamente mejores como el nogal, al álamo blanco, el abedul, pero tienen el peligro de la polilla”.
Tal y cómo tú dices el testimonio del restaurador Francisco Berdonces Gavilán y su hermana Carmen sería bastante aclaratorio y confirmatorio al respecto. Ellos que han trabajado en la restauración del Cristo de la Capilla podrían precisar como expertos este punto.
Cordiales saludos para ti y mi amigo Antonio.
Ya inmersos en la cuaresma 2.016, no puedo dejar pasar sin expresar mi agradecimiento a D. Pedro Galán, el interés y el magnífico trabajo que ha realizado sobre la vida y obra de mi padre Juan Martínez Cerrillo.
Sólo con algunas indicaciones mías para poder investigar sobre la posible autoría de imágenes de su pueblo, La Higuera, ha documentado con precisión la biografía del imaginero bujalanceño, sin conocer de su existencia, ni la Semana Santa cordobesa donde desarrolló gran parte de su labor artística y cofradiera como apasionado de dicta celebración.
Felicidades por tan completo trabajo. Muchísimas gracias.
Apreciada Maribel, muy agradecido por tu comentario, que da aseveración a mis palabras y desvelos sobre la riquísima obra artística de tu padre, Don Juan Martínez Cerrillo. Siento por nuestra parte, en nombre de nuestra villa, no poder presentar documentos de hermandades y cofradías, relacionados con la adquisición de nuestras tres imágenes en fechas y precios fijados en su momento para su adquisición, y las gestiones llevadas a cabo con tal fin. La gente sencilla de las cofradías no consideraría estos documentos importantes y no los han conservado a pesar de ser relativamente recientes en el tiempo; 75 años para nuestro Santísimo Cristo de la Capilla, no son nada en el cómputo de la historia. Después tan sólo unos años más tarde vendría a nuestra cofradía del Nazareno la imagen de nuestro Padre Jesús (donada por Josefa Martínez, señora conocida como la Pepa) y al final de la década de los años cincuenta del pasado siglo se completo la riquísima aportación del gran imaginero Cerrillo a nuestra Semana Santa con la imagen de San Juan, sufragada por D. Juan Pérez Cabezas, padre de D. Juan Luís Pérez Navero, catedrático de Pediatría y jefe de la Unidad de Pediatría del Hospital Princesa Sofía de vuestra bella capital califal.
Por las curiosas circunstancias de la vida, supe de tu parte que eras conocida de la esposa de nuestro ilustre paisano Juan Luís, que es también familiar mío retirado.
Deseo confirmarte que a través de una papelería de Sevilla he podido localizar y adquirir el libro MARTINEZ CERRILLO (2002) que confirma la autoría de estas tres imágenes por parte de tu padre, después de los intentos fallidos de encontrarlo en Granada y Córdoba.
Reitero mi agradecimiento por tu llamada telefónica inicial que nos puso sobre la pista de tan prestigioso imaginero, y la posterior colaboración en algunas puntualizaciones esenciales para la mejor concreción.
Cordiales saludos de mi parte para ti, para tu madre “Doña Concha” y demás familia.
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