Los cortijos, son un patrimonio de nuestra tierra que cada día que pasa queda más en el olvido. La desaparición de estos lugares es inminente, por ello es que trato de dejar alguna evidencia de su existencia.
Otro de tantos cortijos que les quedan los días contados es éste que, de nuevo, menciono en este otro artículo; ya ha sido tratado anteriormente, pero hoy lo muestro desde la "oscuridad y silencio" de la noche.
Cuando menciono que "le/s queda/n los días contados", me refiero en este caso, como en otros muchos más, a la existencia del lugar donde se erguía la cortijada; ahora poco queda de él, pero pronto...puede que este terreno lo veamos ocupado por el olivar, ...o por un montón de piedras que evidencie su pretérita existencia.
Mostraré su situación para los que la desconozcan:
Por su orografía, este cerro debió ser un enclave perfecto para la vigilancia y defensa de antiguas civilizaciones, tales como la neolítica e ibera (aunque no las únicas): sus restos son apreciables en todos sus "erramaeros". Posteriormente, y aprovechando todos los recursos existentes, se debió construir el mencionado cortijo.
Vista aérea: realizada desde el paramotor. Vemos la extensión del mismo.
Este cortijo, se encuentra a medio camino ascendiendo hasta el mencionado cerro, y toma su nombre por el mismo: "El cortijo de Corbunillo". Este cerro y su cortijo son más conocidos por los lugareños con el nombre de "Corbulillo", supongo (como ya expliqué en otra ocasión en este blog) debido a la transmisión oral de los nombres de tales lugares. Está orientado a Sur-Este, en una de las laderas de la elevación.
Vista que se nos ofrece desde el lugar que hasta no hace mucho ocupaba la era de este cortijo.
Al fondo (al Sur-Este), podemos ver el cortijo de San José. En el horizonte, la sierra de la capital del Santo Reino.
Si analizáramos la evolución en el tiempo, podríamos comprobar cómo con el paso de los años, los habitantes del lugar van descendiendo su posicionamiento: Las circunstancias de la historia iban condicionando esto.
Los primeros habitantes ocuparon la zona más alta de esta elevación o cerro: sus vestigios lo confirman. Gran cantidad de cerámica argárica se encuentra en lo más alto del lugar, teniendo su tendencia hacia la cara Este; también alguna que otra hacha o hazuela de piedra pulida se han encontrado en el lugar.
Esta es una de las vistas que nos ofrece este cerro, mirando hacia el poniente, en este caso.
Las imágenes actuales de esta cortijada son desoladoras: ya lo hemos podido observar desde la primera fotografía aérea. Tan sólo quedan unas pocas de paredes resistiendo el paso del tiempo. Casi todo lo demás ha quedado reducido a montones de piedras dispersos y desordenados, mostrando de vez en cuando alguna evidencia de lo que existió, como algunos pesebres que aún se pueden ver en el lugar; también algunas otras partes de esos muros que nos muestran la distribución de las viviendas que existieron antaño.
Fotografías que nos muestran el estado de esta construcción, realizadas en octubre del 2014.
El pozo existente casi a las faldas de este cerro, abastecería no sólo a los que habitaran tal lugar, sino también a todos los que discurrieran por este paso: el famoso y mencionado "camino de Jaén". No puedo concretar la antigüedad de este pozo, pero por el tamaño y su forma constructiva me atrevería a compararlo con los pozos existentes en el Oppidum Ibérico de Villar Gordo, cerca de Villadonpardo. Por tanto posiblemente lo construyeran los primeros pobladores Iberos de la zona.
Puede tener unos 4 metros de profundidad, aunque posiblemente tuviera alguno más hace años, ya que puedo suponer que en más de una ocasión ha sido abordado, su brocal, por los arrastres de agua y tierra provenientes de su parte superior. Hoy, podemos apreciar que algunas piedras del vecino puente romano han sido desplazadas hasta aquí para, posiblemente, preservar la existencia de este pozo. Una pequeña pileta, de tiempo más reciente, que sirviera de abrevadero, hace compañía en el lugar. Puedo constatar que hace tan sólo unos días, en los que realicé estas fotografías (26/10/2014), aún conservaba un poquito de agua . Bien se podría plantear una adecuada restauración de este pozo, que en un momento dado a cualquiera de los que frecuentan el lugar le podría servir de provecho, y de paso conservaríamos otro poquito del patrimonio de nuestro entorno.
Cuando surge la noche, estos lugares son percibidos de manera diferente; quizás podamos viajar al pasado (con la imaginación) y tratar de percibir lo que los habitantes de este lugar pudieran presenciar, aunque con matices muy distintos no tan sólo referidos al paisaje (...ya que no existiría tanto olivar, por ejemplo), sino también a la luminosidad existente en las cercanas poblaciones o cortijadas. Sin duda, los tiempos han cambiado, y se puede mostrar lo que en el presente tenemos, teniendo que modificar cada cual lo que realmente ve y adaptarlo a su forma de verlo pensando en los años pasados y sus peculiaridades: imaginemos que en años pretéritos no existía la iluminación que hoy tenemos, sino que sería sustiuida por aquellos faroles de carburo, o quellas antorchas ...en tiempos más anteriores; en otros muchos casos reinaría la oscuridad una vez caida la noche, salvo que fuera "noche de luna". Es impensable lo que ha cambiado todo en unos pocos años de historia. La invasión tecnológica va tomando su lugar, y "gracias" a ella hoy podemos tener este tipo de informaciones desde estos medios, conocer ciertos lugares sin ir al sitio: no llego a poder constatar si es mejor o peor, pero es así.
Así pues, paso a mostrar estas fotografías realizadas en este paraje, durante la noche, y cada cual lleve su imaginación hasta donde pueda...cuanto más lejos mejor.
Noche del 27 de marzo del 2014, en el cortijo de Corbunillo ( o Corbulillo):
Mantengamos en el recuerdo nuestras generaciones pasadas que tanto nos aportaron para que hoy ocupemos el lugar de la historia que nos ha tocado vivir. Mi personal reconocimiento para todos ellos.
Juan José Mercado Gavilán.
Lahiguera a 13 de noviembre del 2014.
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