Van estas líneas con idea de recuperar unas imágenes hoy pérdidas de los “aguaores de La Higuera”, unos personajes populares para todos porque tomaron el oficio de llevar agua a las casas para el consumo humano; esto ocurrió unos años antes de que el agua corriente procedente del Pantano de Quiebrajano llegase a nuestros hogares, a través de una red de suministro establecida en 1978.
Con la puesta en marcha del proyecto de construcción del Pantano de Quiebrajano, se iniciaron después otros proyectos en el pueblo como la construcción del deposito de la Atalaya (el sitio mas alto de los alrededores del pueblo) y la red de canalizaciones de aguas hasta el pueblo, y después, la apertura de zanjas para las canalizaciones por la red de calles de todo el pueblo, siendo alcalde el maestro de escuela, D. José María Galán Galán.
Puesta de sol desde el muro de contención del Pantano de Quiebrajano
En las siguientes resoluciones números 6752 y 6753 del B.O.E. –Número 58 de 9 de marzo de 1978, se procede a realizar la ocupación forzosa de los terrenos por donde ha de trascurrir la canalización de agua potable desde Arjona a Higuera de Arjona.
Resolución 6752:
RESOLUCION de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir por la que se declara la necesidad de ocupación de las fincas que se mencionan afectadas por las obras de conductores generales y depósitos a los pueblos del conjunto de Quiebrajano, CONDUCCIÓN Arjona-Higuera de Arjona, término municipal de Higuera de Arjona (Jaén).
Examinado el expediente de expropiación forzosa, número 301•J, que se tramita con motivo de las obras arriba expresadas,
Resultando que en el Boletín Oficial del Estado de fecha 14 de octubre de 1977 en el Boletín Oficial de la provincia de fecha 15 de septiembre de 1977 y en el periódico Jaén de fecha 27 de agosto de 1971, así como en el tablón de anuncios del Ayuntamiento de Higuera de Arjona se publicó la relación de terrenos y propietarios afectados, para que pudieran presentarse reclamaciones contra la necesidad de la ocupación de los citados terrenos o aportar los oportunos datos para rectificar posibles errores en la relación.
Resultando que las respectivas informaciones transcurrieron sin oposición alguna; .Considerando que se han cumplido los trámites legales inherentes a este período del expediente
Visto el dictamen favorable de la Abogacía del Estado
Esta Dirección en uso de las facultades conferidas por el artículo 98 de la Ley de Expropiación Forzosa de 18 de diciembre de 1954 y en ejecución de lo dispuesto en los artículos 20 al 22 de la misma ha resuelto:
1. ° Declarar necesaria la ocupación de los terreno afectados cuya relación, ya publicada se eleva a definitiva.
2 º Publicar esta declaración en el Boletín Oficial del Estado y en el de la provincia, así como en un diario de la capital de la provincia, tablón de anuncios del Ayuntamiento de referencia y notificarla individualmente a los interesados haciéndoles saber que pueden recurrir contra ella ante el Ministerio de Obras Públicas, en el plazo de diez días a contar de la fecha de la última publicación oficial, o de la notificación en su cas y por conducto de esta Confederación.
Sevilla. 14 de febrero de 1978.-EI Ingeniero Director. M. Palancar.-
2.793-E.
Resolución 6753:
RESOLUCION de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir por la que se declara la necesidad de ocupación de las fincas que se mencionan, afectadas por las obras de conducciones generales y depósitos a los pueblos del conjunto del Quiebrajano, conducción del depósito a Higuera de Arjona término municipal de Higuera de Arjona (Jaén).
Examinado el expediente de expropiación forzosa número 302-J, que- 5& tramita con motivo de las obras arriba expresadas;
Resultando que en el “Boletín Oficial del Estado” de fecha 4 de octubre de 1977, en el “Boletín Oficial” de la provincia de fecha 3 de septiembre de 1977, en el periódico Jaén” de fecha 27 de agosto de 1977, así como en el tablón de anuncios del Ayuntamiento de Higuera de Arjona, se publicó la relación de terrenos, propietarios afectados, para que .pudieran presentarse reclamaciones contra la necesidad de la ocupación de los citados terrenos o aportar los oportunos datos para rectificar posibles errores en la relación;
Resultando que las respectivas informaciones transcurrieron sin oposición alguna;
Considerando que se han cumplido los trámites legales inherentes a este periodo del expediente;
Visto el dictamen favorable de la Abogacía del Estado,
Esta Dirección, en uso de las facultades conferidas por el artículo 98 de la Ley de Expropiación Forzosa, de 18 de diciembre de 1954, y en ejecución de lo dispuesto en los articulo. 20 al 22 de la misma, ha resuelto:
1. º Declarar necesaria la ocupación de los terrenos afectados, cuya relación, ya publicada, se eleva a definitiva.
2. º Publicar esta declaración en el “Boletín Oficial del Estado” y en el de la provincia, así como en un diario de la capital de la provincia, tablón de anuncios del Ayuntamiento de referencia y notificarla individualmente a los interesados, haciéndoles saber que pueden recurrir contra ella ante el Ministerio de Obras Públicas, en el plazo de diez días, a contar de la fecha de la última publicación oficial o de la notificación, en su caso, y por conducto de esta Confederación.
Sevilla, 14 de febrero de 1978.- EI Ingeniero Director, M. Palancar.-
2.791-E.
El Pantano de Quiebrajano está situado al sur de la provincia de Jaén, en la Sierra de Jaén. Comprende en su emplazamiento parte de tres municipios: Campillo de Arenas, Jaén, y Valdepeñas de Jaén. Recibe aguas de los ríos Valdearazo y Quiebrajano. Su capacidad es de 31,6 Hectómetros cúbicos Tiene una superficie de 125,5 Hectáreas. Esta situado a una altitud de 785 metros sobre el nivel del mar. Se terminó su construcción en 1976. La altura máxima que puede superar el agua en la presa es de 71,5 metros. Su perímetro es de 13,5 Kilómetros. La construcción de esta emblemática obra hidráulica para la provincia de Jaén finalizó en el año 1976, año en que comienza también su explotación para abastecimiento de aguas a la ciudad y algunos pueblos de las campiñas jiennenses y cordobesas. La conducción general hasta la capital mide 20 kms., y a partir de aquí, una extensa red de tuberías de más de 100 kms. distribuye el agua a los siguientes núcleos de población: Fuerte del Rey, Villardompardo, Escañuela, Arjona, Arjonilla, Lahiguera, Porcuna, Lopera, Higuera de Calatrava y Santiago de Calatrava (en Jaén), Valenzuela y Cañete de las Torres (en Córdoba). La población total a la que abastece es de más de 140.000 habitantes, desembalsándose para ello 14 hectómetros cúbicos al año (mientras que la media de la aportación media anual por lluvias y deshielo es de 21 hectómetros cúbicos, quedando un remanente de 7 hectómetros cúbicos de difícil aprovechamiento).
La presa es una obra de ingeniería del tipo de bóveda de doble curvatura, con un aliviadero de "labio fino". Tiene una altura sobre el cauce del río Quiebrajano, que comienza a pie de presa, de 71,5 metros, mientras que la longitud de la zona superior es de 212 metros
Emplazamiento del Embalse de Quiebrajano
Vistas del embalse del Quiebrajano desde el pico de la Pandera (1872 m.). Fotos de Jesús Molina Gimeno.
Desde el inicio de este oficio en el pueblo con “Juan, el del agua”, (que por ser el pionero se quedo con el apodo para él y su descendencia), a Manuel “el Tórico” debió trascurrir poco tiempo, ambos comenzaron a acercar agua potable de las fuentes de “Los Grifos” a cambio de “la voluntad”, este último recordado porque era quien suministraba el agua necesaria para la casa escuela de Don Ramón Delgado González, mi maestro y por tanto el agua necesaria para disolver la leche en polvo que junto con el queso amarillento, que mandaban los americanos como ayuda para el desarrollo, para completar la deficiente nutrición de muchos escolares por aquellos años cincuenta y sesenta; a muchos de los escolares les proporcionaba el calcio necesario y también alguna que otra diarrea por su ingestión.
Era una labor habitual de algún responsable mayor de la clase, disolver la leche en un cubo nuevo de latón dándole vueltas hasta que se le eliminaran todos los grumos. Después cada uno tomábamos un vaso. El queso amarillento tipo suizo también se repartía en porciones para cada uno.
Foto antigua de la Fuente de los Grifos, se pueden apreciar sólo los grifos primeros, años después se hicieron otros más a la izquierda. A la derecha el pilar grande, los lavaderos de las “Pilas” y mas cerca el nuevo pilar que después se utilizo para llenar las cubas de los sulfatadores.
En los tiempos en que era actual esta foto había a la izquierda un espacio cuadrangular llamado “Los eucaliptos” con una fila de cuatro a cinco eucaliptos por cada lado, plantados con un marco amplio, árboles de grandes dimensiones en grosor de troncos y altura. Era el lugar en que el ganado permanecía acampado durante las calurosas siestas del verano, tras haber abrevado en el pilar de “Los Grifos” o en el “Pozo de los Pastores”. En ese espacio de sombra se veían grandes manadas de ovejas en muchas ocasiones. Hoy ese espacio esta ocupado por el Parque Municipal que es el lugar donde se celebran las fiestas de San Juan y de Santa Clara y también se celebra semanalmente el mercadillo. Muy próximo a este espacio estaba el Pozo de los Pastores que desapareció a principio de los años sesenta, y estaba aproximadamente entre la jardinera y el espacio donde comienza la acera de la derecha del parque de poco más arriba.
Fuente actual de los Grifos de Lahiguera
Foto antigua de un “aguaor” con la mula.
Años después, … comenzó a llevar el agua en una cuba cilíndrica, de latón algo aplastada, Sebastian Martínez Galán conocido en Higuera como “El niño pica”, que cargaba el agua del Pozuelo con una bomba y después puso un motor “Champion” en el año 71, y con un recorrido alternativo por días por unas u otras calles del pueblo, surtía las necesidades de aguas para beber y limpiezas al precio de 1 peseta por cántaro, …unos dos o tres años después y por motivo de herencia indirecta, pues su esposa era sobrina de Sebastian, comenzó con el reparto del agua “Rabito” o mejor Manuel Cortés Morales, con todas las demás características del negocio comenzado por Sebastian años atrás.
Creo recordar, que hubo otra pareja de socios en el negocio del reparto del agua con la cuba, era Rafael Bareas Montoro “el Chico”, a quien yo conocía desde muy pequeño en la Casería de Buenavista, que compartía por días la utilización de la cuba de latón para el reparto del agua con Isidoro Bareas Montoro. Estos se servían el agua de “La Pozuela” (por el camino antiguo de Arjonilla), el “Charcón”, el “Chorrillo” y los “Morales”.
Pozo de la Pozuela.
Pozo de Los Morales.
Pozo del Chorrillo.
Pozo del Pozuelo.
Pozo del Charcón.
Por aquellos años también comenzó a vender el agua Salvador Carmona García, “el Chindo”, este aguaor también tomaba el agua del Pozuelo, lo que le ocasionó algún carpinte con Sebastian por lo que acabo poniendo otro motor, así que quedaron instalados en el Pozuelo dos motores, su compañero José Pérez Muñoz (apodado “la Tazona”) compartía por días establecidos entre ellos el reparto; pero este último tenía preferencia por el agua del “Charcón”, la “Pozuela”, el “Chorrillo” o los “Morales” (ambas con lavadero público), en todos estos pozos había que sacar el agua con cubos para llenar la cuba, pero su agua tenía las preferencias de todo el barrio alto, mientras que en toda la parte baja las preferencias iban por “Pozo Nuevo”. El uso de Pozo Nuevo, quedó prácticamente para particulares, no se podía esperar a llenar la cuba en esa fuente, con veneros tan escasos.
La fuente de “Pozo Nuevo”, otra muestra de nuestro habitual abandono. Se podía haber creado a su alrededor una zona de descanso con unos árboles y bancos.
En realidad todos los habitantes de la parte más alta del pueblo bebían agua de “La Pozuela”, del “Charcón”, del “Chorrillo” y los “Morales”. El agua de la “Pozuela” era especialmente buscada por todo el pueblo para poner los cocidos, los garbanzos se cocían mucho más tiernos con esta agua, y el plato del cocido era muy común en la dieta de aquellos años.
Parece que el stop de la carretera, es un stop a la conservación, ¡Que pena!
Si algún día sobran algunos árboles de las calles se podían plantar a la derecha del muro, todo llegará… si llega.
Si algún día sobran algunos árboles de las calles se podían plantar a la derecha del muro, todo llegará… si llega.
Otros pozos eran sólo para abrevadero de animales por lo que disponían de un pilar más o menos grande donde se echaba el agua que se sacaba a pulso con los calderos. Estos pozos eran “el Pocillo” (hoy desaparecido), algo más abajo y en el margen derecho de la carretera de Arjona se encontraba “el Pozo de las Pistolas” (también desaparecido). Las fuentes de mayores dimensiones y las que en sus pilares servían de abrevadero al ganado eran “Los Grifos”, “La Mina” y el pozo llamado “El Pocillo”.
Situación actual de la Fuente de la “Mina”. No es necesario comentar su estado.
En casi todos los alrededores de los pozos o fuentes los propietarios de tierra tenían sus huertos para el consumo de las hortalizas de la casa, y al mismo tiempo ejercían de guardas voluntarios de la buena salubridad de sus aguas.
Oficio desconocido este, quizá por su sencillez. El aguador realizaba un servicio al pueblo, durante los años en que no disponíamos de agua corriente para los múltiples usos domésticos. Su labor consistía básicamente en distribuir agua por las casas, lo cual no le resta importancia a su trabajo, porque cumplía una función muy práctica en el servicio al ciudadano, que no disponía de otros medios o animales para su consecución.
El reparto de agua es una actividad que hoy resulta innecesaria, pero hubo épocas en las que era absolutamente imprescindible para el desarrollo de los pueblos y las ciudades. Estos repartidores de tan preciado bien, tuvieron su máximo esplendor en fechas anteriores al siglo XX, así como un mayor desarrollo en el ámbito urbano que en el rural.
El aguador llena los cubos con la goma.
Al comienzo de la historia de cualquier asentamiento bastaba un pozo próximo con el que abastecer de agua a sus moradores. Con el transcurso del tiempo, estos asentamientos crecieron tanto que se hizo necesario excavar galerías con el fin de traer aguas del subsuelo y distribuirlas entre las distintas fuentes de las ciudades. Un buen ejemplo lo tenemos en la red de galerías que permanecen en Lahiguera debajo del cerro de la Atalaya y que atribuimos desde siempre a los romanos, aunque también otras opiniones se las atribuyen a los árabes, por eso de su búsqueda y buena utilización de las aguas. Parece que cuando se modifico el trazado de la carretera de Andujar, para quitar la curva del madroño, se extrajo gran cantidad de tierra de labor de la zona de la Huerta Caniles, y que una máquina excavadora se hundía por una de sus ruedas, porque había también galerías para el almacenamiento del agua; se supone que habrá unas galerías que recojan el agua filtrada del gran cerro, que hay desde la que hoy es la Piscina Municipal y toda la zona del Cementerio antiguo, hasta abajo en la zona de las Cuevas.
Hasta mediados del siglo XVIII, el abastecimiento de agua hasta los domicilios particulares corría a cargo de los propios vecinos o de sus servidores; sólo algunos palacios y conventos tenían fuentes propias o pozos en sus recintos.
Tipo de carretilla comenzada a utilizar para llevar dos cantaros desde la fuente, cuando no se querían llevar a ancas los cántaros o apoyados en la cadera.
Al crecer las necesidades de la población urbana, surgió el oficio de aguador cuya labor consistía en abastecer de agua a las viviendas, a cambio de un precio estipulado; resulta obvio decir que sólo algunos pocos, los más pudientes, disfrutarían de este servicio, los demás tendrían que aprovisionarse por su cuenta.
Burros aguadores repartiendo el agua en 1904
Si atendemos al ejemplo de una gran ciudad como Madrid, vemos cómo a finales del siglo XIX, siendo reina Isabel II, tuvo lugar la inauguración oficial de la llegada de las aguas a la villa. Se ejecutaron trabajos para derivar las aguas del río Lozoya (afluente del Jarama, que a su vez es afluente del Tajo) hasta el nuevo “Canal de Isabel II” y con ello, se fue desarrollando una compleja infraestructura para la canalización de toda la ciudad. Este hecho, que se repetiría con el transcurrir del tiempo en todos los núcleos urbanos de la península ibérica, a lo largo del siglo XIX y comienzos del siglo XX en otros casos, llego a nuestro pueblo casi finales del siglo XX, a causa de no disponer de pantano de suministro hasta que se construyó Quiebrajano.
En la actualidad, no podría concebirse una vivienda sin agua corriente pero, hasta hace relativamente poco tiempo, este servicio era absolutamente inexistente y suponía casi un lujo. Nuestro pueblo no fue diferente en este sentido ya que, la ausencia de canalización hasta el último tercio del siglo XX, obligaba a sus vecinos a buscar el agua necesaria fuera de los domicilios. La obligación y el esfuerzo que suponían transportarla desde el exterior de la vivienda, influían en el empleo que de ella se hacía; siempre destinada a usos concretos de la casa y, utilizada sin derroches. Las aguas tenían un aprovechamiento que hoy deberíamos recordar, cuando un agua se tiraba había producido muchos servicios, y en muchos casos servían para dar limpieza a los retretes en un servicio mucho más que completo.
Para el consumo humano, la mayoría de la población se abastecía de pozos, fuentes naturales y manantiales.
Alfonso, hijo de “la Sampedro”, como popularmente se la nombraba, camino de llenar sus cantaros en el “Charcón” o en el “Chorrillo”.
Una imagen clásica en los años de mi infancia, era el trasiego de las mozas y señoras jóvenes que iban con el cántaro a la “Fuente de los Grifos” para coger agua, siempre entre quiebros y cortejos con los muchachos del pueblo, que hacían coincidir las horas de la aguadora del cántaro a la cintura y el aguador enamorado, que terminaba llevándole también sobre el burro el cántaro de su “prometedora amiga”.
Un encuentro de jóvenes en el pozo, ella con su cántaro y el con su carga de agua.
Ésta era una forma de relacionarse, admitida y reconocida por todos, en una sociedad que apenas contaba con puntos de encuentro y donde eran escasos los momentos destinados al ocio. A propósito de esta costumbre, resulta anecdótico pero significativo, el hecho de que en aquella época se realizaran carreras de cántaros, era una forma de divertirse y hacer patente su pericia en un trabajo diario tan frecuente en sus vidas.
Este oficio existió en nuestro pueblo para distribuir y vender agua entre las familias más pudientes, pero especialmente a los que no disponían de animales para su transporte, ya que sólo unos pocos se podían permitir el lujo de pagar este servicio. Las casas grandes de labor y los pequeños propietarios agrícolas o los poseedores de un burro, se abastecían ellos mismos bien con el servicio que le daban los servidores empleados o “criados” o el propio trabajo de los últimos después de acabar con sus tareas agrícolas de cada temporada en el campo.
El burro, las aguaderas y los cantaros.
Únicamente se tienen noticias de que se dedicaron al reparto de agua en torno a los años cuarenta, cincuenta, sesenta y setenta del siglo pasado. El modo de trabajar de estos repartidores era muy simple y semejante, con toda seguridad, al que ofrecían otras zonas de los pueblos de alrededor.
Recuerdo especialmente como al pasar por Fuerte del Rey camino de Jaén, en mis tiempos de estudiante, me llamaba la atención como los campesinos llevaban trapos liados a lo largo de toda la pierna hasta la rodilla, como si de un borceguí de piel se tratara, entonces comprobé el porque desde hacia tiempo los había oído nombrar a los de este pueblo vecino como “los de las patas lías”.
El aguador necesitaba un medio de transporte y, normalmente, se servía de un borriquillo al cual le colocaba una estructura o armazón conocido con el nombre de “las aguaeras”. Este utensilio utilizado en todas las casas que hacían la provisión de agua desde las fuentes de manera autónoma, era un armazón habitualmente de esparto o mimbre en algunos casos al principio, y después de hierro, con forma de V al revés, y se colocaba sobre el lomo del animal, sobre un aparejo o albarda (ambas necesarias para montar las caballerías); las “aguaeras” tenían unos cuatro o seis aros, con perímetro de tronco de cono invertido, unidos los dos o tres a cada lado servían para colocar los cántaros. Normalmente los bordes de hierro de los aros se forraban con cuerdas de esparto, cáñamo o tiras de lona para amortiguar el golpe del cántaro en el hueco de la aguadera, y este procedimiento se usaba también para el fondo del hueco de la aguadera con la goma de la planta de una zapatilla o cubierta de rueda, justo en la parte donde iba el culo del cántaro; aunque los cantaros eran duros y fuertes un golpe brusco y fuerte al dejarlo caer, podía hacer que te quedaras con las asas en la mano, ante cualquier movimiento del equino.
Antiquísimas “aguaeras” (aguaderas) hechas de esparto, donde se metían los cántaros de agua para el transporte a las casas.
Este sistema permitía colocar bien sujetos, dos o tres cántaros a cada lado del animal, manteniendo así el equilibrio para no derramar el líquido alimento, que a veces, cuando quedaba muy lleno saltaba ante cualquier movimiento brusco de la cabalgadura y mojaba al aguador…
Las famosas aguaderas, eran el soporte seguro para que los cantaros mantuvieran la estabilidad a un lado y otro de la albarda, así se mantenía la carga asegurada, a no ser que el burro se encontrara en el camino con alguna hembra viable para satisfacer su instinto, con lo que podía terminar la carga desajustada; con los rebuznos del macho, la cincha que ajustaba la albarda por la barriga del animal, se desajustaba con las inspiraciones y espiraciones del soplido del animal, el aparejo o la albarda se desnivelaba hacia la barriga y los cantaros camino del suelo, como alguna vez ocurrió a alguno. Era temible llevar al aguadero un burro con ganas de fiesta, el animal sólo perdía su fuerza del instinto con una buena vara que lo sacase del envite.
El cántaro era una vasija grande de barro de Bailén, angosta de boca, ancha por la barriga y estrecha por el pie y por lo común con dos asas.
Los aguadores recogían el agua en las dos fuentes públicas de los Grifos o de las otras fuentes y recorrían el pueblo, turnando su recorrido por un grupo de calles u otras repartiendo el agua por las casas, para satisfacer la demanda que le hacían sus clientas habituales.
Eran años en que los niños ya mayores con una borrica o una yegua, desde la edad en que podían mover los cantaros, dedicaban parte de su tiempo a suministrar el agua necesaria a las casas familiares, hasta llenar todos los cantaros, orzas y recipientes disponibles en las casas para usos cotidianos de lavados de ropas, aseos, limpiezas, etc. Una tarea que cada joven en su casa tenía que realizar todas las semanas.
Otro niño aguador.
Aunque en muchas de las casas del pueblo había pozos particulares, la salinidad de las aguas de los pozos, requería que las casas se abasteciesen de aguas de las fuentes públicas del pueblo. El hecho de que a unos metros de mi casa, en la casa de enfrente, la casa de mi abuelo tuviese un agua mas salobre que la de mi casa, me hizo siempre jugar con la imaginación a recrear como serían las capas freáticas de la tierra, quizá influido por las lecturas de Julio Verne.
Los pozos solían estar revocados con piedras o rasillas y cemento, sujetando la tierra de las paredes de todo el perímetro cilíndrico de los lados, para que no desmoronase la tierra con la humedad, se fuese cegando el pozo y se terminara hundiendo con el tiempo. El pozo de mi casa lo hizo Isidoro Liébana siendo yo muy niño, tenia como ayudante a Felipe, familiar suyo; como andaba yo interesado en saber cuando llegaban al agua, y por lo visto preguntaba cada día, el maestro albañil que tenía buen humor termino orinándose en uno de los cubos que se subían para desenterrar el hueco, diciendo “ya hemos llegado al agua”. No se me olvida la broma, era chistoso y contaba también historias imaginadas, recuerdo como utilizaba mucho la expresión:”una mujer varonil” que aplicaba a cualquier relato con bastante facilidad.
Solían los pozos tener unas 15 varas de profundidad (la vara medía 83,59 cms.), era una medida de los antiguos del pueblo, antes permanecían este tipo de medidas y el metro no se usaba como medida usual por algunas personas. Para sacar el agua, se usaba una soga o cordel grueso, que se ataba en una de sus puntas un cubo, y a través de una rueda llamada carrucha, colgada de un enganche o clavo curvado, sujetado en un circulo de hierro también en el centro de los varales de hierro, fijados al brocal del pozo y cerrados arriba en redondo. La carrucha tenía una hendidura central por donde se deslizaba la mencionada soga de esparto o cordel grueso de cáñamo, que dando vueltas bajaba el cubo vacío y subía luego lleno de agua, después de unos movimientos de vaivén para que se llenase pronto. Los pozos se han mantenido en la mayoría de las casas, como una medida de emergencia de suministro, por si en verano se corta el agua potable durante días, bien por averías de rotura de las conducciones o por restricción en el suministro, al no reponerse los depósitos de la Atalaya con la demanda. Los pozos que todavía son usados para sacar agua, se han dotado ya desde los ultimo de los años 70 de un motor eléctrico, “una ranica”, sería por eso de la necesaria flotación; una bomba o motor que aspiraba el agua desde la superficie de agua del pozo, dejando aquello de sacar agua con la carrucha como una tarea de otros tiempos. Recuerdo que para abastecer la pila de agua para beber las vacas que tenía mi padre, mi hermano y yo nos turnábamos para sacar cubos de agua durante un buen rato, era una manera de descansar de los estudios.
Hay en muchas casas pozos de medianería, que están hechos debajo de alguna pared que separa las dos viviendas (he llegado a conocer pozos que tenían 4 cubos, es decir, para 4 vecinos). En varios con un tablón puesto en el centro para no ver nada de la otra casa, se respetaba así la intimidad del vecino, sacando cada cual el agua por su lado. Era la consecuencia de edificar a ambos lados de la casa que daba a dos calles y además tenían un pozo compartido con su vecino.
En las viviendas que no había pozo, se surtían del que tenía el vecino, y si no se abastecían de los pozos de algún familiar próximo o iban a las fuentes.
Las fuentes del pueblo eran para los de abajo “Los Grifos”, “La Mina”, “El Pozuelo” y “Pozo Nuevo”, este último con agua muy apreciada por todo el pueblo, al igual que para arriba era “La Pozuela”, ambas muy demandadas por todos y que las hacía encarecerse y apareciese mas escasa aún con tanta demanda; todos éramos conscientes de la pérdida de tiempo que suponía ir por agua a Pozo Nuevo por la escasez de sus veneros (que hacía que los aguadores con la burra pasásemos horas y horas esperando hasta altas horas de la noche, para poder cargar los cantaros). Algún vecino se llevaba su provisión de agua de Pozo Nuevo cuando viajaba fuera del pueblo, anécdota que aunque exagerada se daba en algunos casos por el bienestar que proporcionaba a su usuario y consumidor fiel.
El pozo del “Chorrillo”, con su cruz de los Calatravos pintada en blanco. Es posible que esta fuente diese el nombre al pueblo como “Fuente de la Higuera” dada su proximidad al casco antiguo junto al Templo del S. XVI y la Tercia.
El “Pozo del Charcón”, y otros pozos como “el Chorrillo” “La Pozuela” o los “Morales” servían también como fuentes de suministro para toda la parte de arriba del pueblo, como hemos referido antes. Tanto unos pozos como otros estaban limpios y proporcionaban un sabor de agua natural, sin ningún tipo de desinfectante como ahora se aprecia en el agua de los depósitos y cañerías, aunque también se corría el riesgo de padecer infecciones veraniegas y diarreas.
“El Pocillo”, “la Mina”, “el Pozo las Pistolas”, y “los Morales” con su lavadero y los tan referidos “Grifos”, disponían de pilares amplios, donde se echaba el agua con calderos o se derivaba el agua que salía de las fuentes y se almacenaba para dar de beber a mulos, caballos, vacas, y burros tan abundantes en aquellos años; estas pilas eran el gran acuario para las sanguijuelas y otras especies acuáticas de gusarapos. Recuerdo el atractivo que tenían para nosotros ver nadar las sanguijuelas de esos pilares donde bebían las bestias, y donde se producía el intercambio de huéspedes para las sanguijuelas, y como experimentábamos la salida de un abundante chorro de sangre animal, cuando presionábamos a la sanguijuela rellena de la sangre de un equino, que nadaba en el agua de la pila en espera de poder alojarse, con la sorbida de agua del animal que iba a beber agua, y con ello alimentarse en el cuerpo de un nuevo huésped. También era curioso comprobar la abundancia de crías de sanguijuela que había por aquellos años, tanto en el “Pilar” como en “la Mina”. Era habitual que la persona encargada de llevar las bestias al “pilar” moviera las aguas al mismo tiempo que trataba de tranquilizarlas hablándoles, el movimiento era para despejar en lo posible la presencia de sanguijuelas en las tragantadas de agua que injerían los animales.
También existían en muchas casas del pueblo un pozo con agua menos salobre, la cual se usaba para hacer la colada, (después de haber tenido el agua mezclada con ceniza), fregar los suelos, regar las macetas, beber las caballerías, y otros servicios poco delicados, en otros casos el agua era bastante mala, por lo general, por ser muy salobre, quizá sólo muy adecuada para echársela a las tinajas de aceitunas y cambiarla con frecuencia, pues en este caso mientras mas salada fuera resultaba mejor para que no se pusieran blandas.
También era muy habitual que hubiese en la casa unos bidones de chapa pintados para evitar el oxido, o depósitos de Uralita (el temido amianto de ahora) para recoger el agua de lluvia de tan buena calidad y aprovechada en las casas como si fuese algo mas que agua. El agua de lluvia es buena, recogida de la evaporación, pero se filtra hasta llegar a las capas freáticas y corrientes subterráneas, y en su caminar por desniveles más bajos, y por terrenos cuya composición es salina se convierte en no potable.
Para hacer la colada, se tenían tinajas grandes llenas de agua, que se les agregaba ceniza de la que sacaban los panaderos del horno, y cuando se pasaban algunos días, se ponía más suave el agua. También le ponían unas bolitas de sosa, para que el lavado resultara mejor. Este lavado de ropa, se hacía restregando también con jabón, (hecho en casa), en una pila y sobre la tablilla de madera o losa de piedra de la pila; un trabajo que resultaba a veces doloroso para las manos, pues si se ponía demasiado sosa, los dedos se picaban y parece que dolían mucho. Si era en casas que se juntaba bastante ropa, las mujeres terminaban la jornada muy cansadas de tanto restregar. Había también personas que se dedicaban a lavar ropa de los demás bien en la casa de los dueños o en las pilas de los lavaderos que había en la “Fuente de los Grifos”. Era una imagen frecuente ver la ropa dejada tendida sobre arbustos para que el sol la “asoleara” y realizase su función desinfectante y fungicida con sus rayos ultravioleta junto con el calor.
El aguador de Sevilla
Autor: Velázquez
Fecha: 1620 h.
Museo: Wellington Museum (Londres)
Características: 106 x 82 cm.
Material: Óleo sobre lienzo
Autor: Velázquez
Fecha: 1620 h.
Museo: Wellington Museum (Londres)
Características: 106 x 82 cm.
Material: Óleo sobre lienzo
Poco a poco, a partir de la construcción del alcantarillado y la llegada del agua a los domicilios, fue desapareciendo este oficio tan minoritario en el pueblo.
Ya hemos dicho que la mayoría de las familias se proveían ellas mismas de agua pero, queremos dejar constancia de la figura del aguador en Higuera de Arjona, como un recuerdo perdurable para muchos coetáneos, por aquellos años sesenta y setenta; hasta la instalación de la red de cañerías para el abastecimientos del agua potable desde el depósito de la Atalaya.
Sabemos que alrededor de los años setenta y cinco y setenta y seis se comenzó en Higuera a realizar la instalación del alcantarillado, gracias a la gestión del alcalde José María Galán Galán, que pasó a la pequeña historia local por ser “el que llevó el agua a las casas”. Este hecho, que supondría un cambio fundamental en las costumbres de los ciudadanos fue llegando lentamente; pero, en definitivo, la instalación de agua potable en las casas y la red de alcantarillado fueron dos importantes mejoras a mediados del año 1978. Sin poder precisar el día la inauguración de la red de distribución de agua potable en Higuera de Arjona se realizó a finales del mes de Julio de 1978.
Allá por el año 75 y 76 se comenzó a realizar la canalización de tubos y tuberías, según el diseño de un ingeniero encargado por el ayuntamiento; para la distribución de la red de canalización de agua por todo el núcleo urbano de Higuera, después por “obras y servicios” del Ayuntamiento se comenzó a realizar el levantamiento de la calzada por el centro de la calle bajo la supervisión del maestro albañil del Ayuntamiento llamado ”el Laure”, (Laureano Zafra Barragán) que comandaba un grupo de empleados de “el paro agrícola, estos recibían su sueldo con el subsidio de paro, todo esto ocurría durante las primaveras y veranos de los años 1975 y 76 , para terminarse a finales de Julio de 1978, fecha en que fue inaugurada la red y todos los hogares del pueblo tuvieron por vez primera agua en los grifos de su casa. Recuerdo que por entonces actuaron como fontaneros encargados de las acometidas para cada casa, Sebastián Zafra Gavilán y Francisco Pérez Cano “el Paqui del Peñonero”. Fue una buena temporada de trabajo intenso para los fontaneros del pueblo.
Fueron aquellos dos veranos del 75 y 76, unos veranos de calles abiertas para instalar los tubos de cemento y las acometidas a cada una de las casas. Primero se hacían las zanjas con una retroexcavadora por el centro de la calle para alojar las tuberías de fibrocemento (amianto y cemento). Hoy el amianto es considerado material cancerigeno. Después se ponía una base de arena, se colocaba el tubo de fibrocemento y después se cubría de nuevo con arena de modo que permitiera la dilatación de los tubos con el calor del verano y las contracciones del frío sin provocar la ruptura en ambos casos. El fontanero iba después y colocaba una abrazadera de hierro, que se enfoscaba al tubo con unos tornillos a través de unos collarines con tornillos, habiendo realizado previamente en el tubo de fibrocemento con una barrena de 13 o 15 cms un agujero que permitiera después el paso del agua a la nueva acometida de cada casa. Así quedaba enfoscada con unas piezas negras y se empalmaba con la tubería de polietileno hasta la puerta de la casa, desde donde después se unía a la tubería que iba al contador y a la general de cada domicilio.
Es obvio pensar que la actividad del aguador cayó en desuso y dejó de existir como tal; sin embargo, se le asemejan, en el fondo pero no en las formas, a los repartidores de bebidas que también los hubo por aquellos años, y hoy día trabajan con transporte motorizado. Recordareis como hace años recorría Higuera, Salvador el gaseosero de Fuerte del Rey, que aprovisionaba de bebidas a aquella parte del pueblo, que quería que le sirvieran la bebida en su casa y no tenía la necesidad de ir a recoger y comprar cajas de cerveza “El Alcazar”, gaseosas, agua de Marmolejo, etc. a los almacenes de distribución que tenía Mateo o José “el Canillo”. Después su hijo José también repartía. Un trabajo que adineró al referido Salvador de Fuerte del Rey y que resulta inexplicable que no hubiera acometido antes cualquier otro joven del pueblo, bastante cortos en iniciativas que no fuesen el trabajo duro del campo.
Pedro Galán Galán.
Granada 25 de Julio de 2012.
En el Trigésimo Sexto Aniversario de la llegada del agua corriente a Higuera de Arjona.
En el Trigésimo Sexto Aniversario de la llegada del agua corriente a Higuera de Arjona.
Fuentes consultadas:
Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.
Blog spot: “Jaén desde mi atalaya”, Jesús Molina Gimeno.
Boletín Oficial de Estado número 58 de fecha 9 de marzo de 1978.
131 comentarios:
Los abastecimientos urbanos españoles nacieron en su inmensa mayoría en los albores del pasado siglo. Con rapidez se comenzaron a erradicar los lavaderos públicos mientras los tradicionales aguadores debían encontrar profesiones alternativas a la que, hasta ese momento, les había permitido vivir. Y con el declive de los aguadores también las fuentes municipales pierden gran parte del protagonismo que hasta ese momento habían tenido. El agua con rapidez comenzó a llegar al domicilio de unos ciudadanos que, como siempre ocurre, bien pronto se familiarizaron con tan importante comodidad en sus vidas, hasta tal punto que no disponer hoy de este servicio, aún cuando sea por unas horas, se considera sencillamente inadmisible.
Fue la época de las primeras décadas del Siglo XX, una época en la que se define la estructura de la administración del agua que aún hoy conocemos. En toda España, con una enorme visión de futuro, se crean las Confederaciones Hidrográficas como organismo oficial encargado de gestionar el agua en lo que son sus marcos naturales, es decir, las cuencas de los ríos españoles. Podemos decir que es una actuación pionera que después la Directiva Marco del Agua, DMA, de la Unión Europea en el año 2000, va a consolidar tan sólo unas décadas después.
Eran tiempos en los que la industria apenas existía y España era un país aislado donde el comer dependía de una agricultura tan protagonista como necesaria para la supervivencia de una población en incremento. Todo ello condiciona la política hidráulica de modo que la administración, entonces con razón, empeña todos sus esfuerzos en promover cuantas obras fueron necesarias para aprovechar el agua de lluvia de nuestros ríos, aumentando progresivamente el agua embalsada con la construcción de una red de pantanos en cada cuenca hidrográfica, que en realidad es la que con pocos incrementos disfruta hoy el país después de tantos años de democracia. Todo ello con miras a incrementar la superficie regada en un país donde el clima provee años de escasez de lluvias.
Mis felicitaciones por este artículo, que tan bien describe la vida y costumbre de su pueblo. Un afectuoso saludo.
Manuel Jesús Alcaide Troyano.
Aún recuerdo vagamente cuando Manuel de "Rabito" desempeñaba esta función en Lahiguera (Higuera de Arjona). Por aquellos años habitábamos la casa de Pablo Catalán y Micaela Mercado, hoy de Miguel Ángel Catalán. En mi breve recuerdo queda cómo pasaba la manguera por una ventana que desde la calle daba al sótano. Allí existía (supongo seguirá estando) un pequeño aljibe, que una vez llenado atendía a las necesidades más básicas de la casa. Me acuerdo que el acceso al pequeño sótano lo proporcionaba una puerta abatible de madera, situada en el suelo: esto siempre me pareció muy interesante, por lo poco habitual de esos accesos (para mi imaginación, parecía la entrada de la cueva de Alí Babá y los 40 ladrones).
También queda en mi memoria otro pequeño depósito de agua (aljibe) en el sótano de la casa de mis abuelos. No sólo sirvió para el suministro cuando no existía el agua potable, sino que también fue utilizado para el rellenado de los sifones. Posteriormente se utilizaría como recurso secundario cuando el suministro de agua era cortado por alguna razón. En muchas casas del pueblo supongo existirían este tipo de depósitos, en algunas ocasiones seguramente centenarios, como el que existió en lo que en su día fue la casa de “La Claudina”: hoy creo que destruido tras partirse el solar para dos propietarios. Esta es otra de las barbaridades cometidas contra nuestro patrimonio (por supuesto… no con mala intención, sino más bien debido al desconocimiento), ya que por el tipo de construcción y por su enclave posiblemente se tratara del período árabe.
En Lahiguera, los pozos siempre supusieron también un gran recurso para este líquido tan elemental. El pueblo se encuentra, casi en su totalidad, sobre un manto de albero que es un gran conductor y filtro del agua. Dependiendo de la beta que la traiga será más o menos “basta”, teniendo en cuenta que a veces, esto tiene lugar incluso en unos metros de separación de los pozos. Por desgracia, algunos de esos pozos se cegaron con los desechos de derribo de las casas al realizarse alguna obra de modificación, pensando los dueños, que nunca más les podrían hacer falta teniendo el agua potable a disposición. Hoy, más de uno se ha arrepentido de aquellos hechos.
Al día de hoy se tiene fácil abrir el grifo y utilizar el agua para los distintos quehaceres domésticos, fundamental mente el aseo. Antaño, para esto, se utilizaba el palanganero, donde se colocaba la zafa o palangana para lavarse. Normalmente también era acompañado de un jarro que servía para contener el agua que conforme hiciera falta se vertiría en la palangana. Bien es cierto que las cosas han cambiado mucho en pocos años, y por estos recuerdos tan sólo, deberíamos ser cuidadosos con este bien tan preciado que se nos brinda: el agua.
Salud y saludos para todos los visitantes de este Blog.
Juan José Mercado G.
Nacen en las primeras decenas del siglo anterior los abastecimientos urbanos del agua potable, unos sistemas que, por nuevos no merecen por su poca entidad la atención de la administración del agua, muy interesada, casi absorta, en la promoción y construcción de grandes obras hidráulicas como las presas y canales que vertebran parte de nuestra geografía. No puede extrañarnos que las más de las veces sólo el fontanero del pueblo conociese el diámetro de las tuberías y el trazado de las redes de distribución del agua potable en el pueblo. Quizá se pensaba, como sigue pensándose hoy, que mientras llegase el agua a los grifos de los vecinos, no habría que prestarle más atención al servicio de aguas del pueblo.
Los recursos hídricos de nuestros pueblos aún pueden hoy incrementarse de manera importante, no se deberían atisbar problemas de cantidad de agua porque aún quedan muchas presas por construir, y por tanto no hay por qué preocuparse en racionalizar el consumo ni de minimizar las fugas de agua que las tuberías puedan tener.
El agua urbana, dentro del contexto general de la política del agua, no deja de ser una menudencia, una idea bien arraigada y que aún está vigente en la mentalidad de nuestros políticos. Así consta en el último estudio detallado realizado en el Libro Blanco (MIMAM, 1998). Y se comprende este planteamiento, pues en números redondos la agricultura supone el 80% del total de la demanda de agua, quedando tan solo el 20% restante para las demandas urbana, turística, industrial y de ocio.
Pero hoy, ya en el Siglo XXI, la industria y los servicios en general soportan casi todo el peso de la economía española, ( la contribución al PIB de la agricultura supuso en el 2006 un testimonial 3% y sólo ocupó al 5% de la población, y no es necesario afirmar según esto, que la industria y el sector servicios tiene una importancia estratégica innegable en el futuro para nuestra economía y el futuro de nuestro país si queremos progresar y seguir con este estado de bienestar ahora tan comprometido por la dimensión de la crisis, en la que la agricultura tiene menos futuro, a excepción de ciertas zonas con cultivos intensivos y que son claramente productores de fuentes de trabajo y riqueza en nuestro país. Cargado el plan Hidrológico Nacional por el anterior gobierno socialista, con el royo de las desaladoras, se privó al sector horticultor del Levante Español de un agua que sigue perdiéndose desde el Ebro en el Mediterráneo.
Manuel Rodríguez Clavijo.
El sector industrial y el de servicios dependen del suministro de agua urbana cuyos vertidos en demasiadas ocasiones no depurados, contaminan los antes limpios y caudalosos ríos, que ahora también se desbordan en este mes de marzo, que ha roto todas las estadísticas desde hace más de 76 años y hace desalojar aguas en los pantanos de toda España, a excepción de la sedienta Almería a la que se le negó el agua excedente del Ebro. Es que el Zapatero se debió dedicar a los zapatos o a dar clases a los sufridos universitarios de León.
Un escenario bien distinto de aquel que vio nacer la política del agua que aún sigue vigente. Por otra parte los precios políticos del agua, siempre vigentes en la agricultura y que llevados por la inercia alcanza al resto de los usos del agua en general, han propiciado la sobreexplotación de los recursos y la contaminación de las aguas que nos sirven de líquido alimento.
Una contaminación que sólo desde el ahorro, que aunque invocado por las administraciones, aunque poco fomentado, cuando por las sequías periódicas de nuestro régimen climático, son las contadas ocasiones, diría que mas bien casi esporádicas, en las que se combate eficientemente el referido ahorro del consumo del agua .
Pero no es asunto de escasez o abundancia, el tema debe ser como lo entienden países europeos con más recursos hídricos que nosotros y por tanto con una cultura del agua menos ligada a este recurso natural, donde la necesidad que tienen de agua les debe agudizar el ingenio.
Francisco Obregón Peláez.
Me ha gustado muchisimo el artículo, tanto el planteamiento como el desarrollo del mismo. ¡Cuántos recuerdos de niño! cuando pasaba "el niño pica" con la mula blanca tirando de la cuba. Luego vendría Rabito a quien el buen progreso del pueblo, la llegada del agua le quitaría el trabajo.
Pensaba que la fecha fue en el año 1976,siendo alcalde don José María Galán eso también lo he aprendido en el artículo. En hora buena amigo Pedro.
Sebastián Berdonces
Me gusta mucho el articulo que has hecho...
Eres buen historiador de tu pueblo... Plas, plas, plas!!!
Un abrazo, Gerardo Torres.
No en todos los países de la Unión Europea ocurre lo mismo que en España.
Alemania y Suiza promueven el uso racional del agua con dos medidas que les han generado buenísimos resultados: Repercutir en el recibo del agua todos los costes que su manejo comporta y potenciar la gestión y el control, una receta que nuestro sistema necesita y que terminara imponiéndose antes o después. Estos dos países utilizan el agua con más eficiencia que España. Si se gasta menos, se contamina menos y, al mismo tiempo se disminuyen las detracciones innecesarias del medio natural. Además estos como otros países europeos se dedican a mejoras las infraestructuras existentes, de modo que no quedan obsoletas e insuficientes para una zona determinada tan rápidamente.
Debe quedarnos claro que el ahorro y la depuración son los dos pilares que deben sustentar la preservación del medio natural, que normalmente deberían estar mucho más amenazados en países mucho más industriales que el nuestro. Por ello se debe propiciar un cambio de la política del agua que aquí en nuestra tierra aún no hemos visto y no sabemos cuando veremos en medio de tanta corrupción.
Nuestros abastecimientos urbanos son, como no podía ser de otro modo, un reflejo fiel de nuestra historia pasada y presente.
Sebastián Díez Espinosa.
Es necesario eliminar los tres defectos esenciales de nuestras redes de suministro de agua potable: Aumentar la garantía de suministro desde la gestión de la oferta de agua que cada localidad necesite, eliminar la irracional cultura de los cortes de agua y mejorar las deficiencias de las actuales redes de suministro.
En España, los sistemas de distribución de agua no gozan, en término medio, de buena salud, hay que tener en cuenta que la competencia y responsabilidad por ley pertenece a los ayuntamientos y estos no suelen disponer de personal especializado y con formación suficiente para gestionarlos correctamente o, cuando la gestión se delega en empresas, no controlar estas de manera eficaz, con lo que con el tiempo estos sistemas de distribución de agua potable se van deteriorando progresivamente. Hay que afirmar que estas infraestructuras se están consumiendo con el uso y el paso del tiempo, sin que nadie prevea su necesaria actualización y renovación. Y mucho más que las ampliaciones necesarias para atender la creciente demanda, generada por el desarrollo urbanístico de nuestros pueblos y ciudades y el aumento de la población se realicen con previsión y tiempo necesario. Si no se adopta esta política de distribución de aguas la cosa puede quedar mucho peor de lo que está ahora. Lo que sin lugar a duda es cierto es que con el paso del tiempo las redes de distribución del agua que bebemos son cada vez más insuficientes.
Daniel Gutiérrez Herrera.
La preocupación del político municipal responsable del servicio de aguas, cuyo horizonte pocas veces va más allá de los cuatro años de duración de una legislatura, es tan sólo que el agua llegue al grifo del abonado en las mejores condiciones y al menor coste posible. Ahí acaban sus inquietudes y preocupaciones, cosa que desde su óptica hasta puede llegar a comprenderse. Sin embargo esas infraestructuras necesitan una planificación en el medio y largo plazo que hoy las circunstancias económicas no propician. Pero no se debe de olvidar que no existen soluciones mágicas a los graves problemas que el paso del tiempo genera. Sólo el trabajo del día a día puede mantener el servicio con el nivel de prestaciones requeridas. Con todo, aún cuando en modo alguno pueda servir de excusa, las disfunciones temporales que aquí se subrayan no son exclusivas del abastecimiento urbano. Todo lo relacionado con la conservación del medio natural presenta una problemática parecida.
El sistema nace con las fuentes de suministro que lo abastecen, con sus posibles problemas de calidad del servicio y con el riesgo de fallo que en épocas de sequía puede presentarse.
José Carrascosa Rodríguez.
Los recursos hídricos disponibles varían, como la demanda, con el tiempo. Unos recursos que soportan una presión reciente y que se está agravando por causa del supuesto cambio climático que a la larga nadie discute. Por todo esto difícilmente se podrá satisfacer plenamente, siempre y en cualquier lugar, una demanda que, en caso de no controlarse, no encontrará límite. Siempre llegaran periodos de tiempos secos en los que la disponibilidad de recursos hídricos no podrá cubrir la necesidad de consumo habitual y habrá que racionar el agua o, en otras palabras, será necesario gestionar la demanda.
La garantía de suministro en el antes ya referido Libro Blanco no contempla la cuestión de la demanda. Y sin embargo no se puede hablar de ella con propiedad si no se trata todo el sistema como un conjunto que necesariamente empieza en la fuente de suministro, llega al usuario de cada población, y pasa por todo el sistema de distribución; porque ni los recursos disponibles son constantes en el tiempo, aunque necesarios, ni tampoco es constante la demanda de los usuarios, ni lo es, en fin, el mismo estado físico de la red como bien puede comprenderse por el paso del tiempo y el deterioro de los materiales. La garantía de suministro también se mejora disminuyendo las fugas y controlando el consumo de los abonados para usos no considerados como necesarios aunque esa agua que consume la pague. La demanda se debe gestionar, pues no es una variable independiente aunque así la haya considerado una tradicional política del agua. Por todo ello es conveniente hablar de la garantía del conjunto del sistema, un valor sensible al precio del agua pues su aumento propicia la eficiencia de todas las etapas del ciclo que hemos enumerado, comenzando desde el transporte hasta su uso.
Elías Hidalgo.
Al cabo de lo que se dice, hay que tener en cuenta que la igualdad entre la oferta y la demanda se debe ajustar desde las dos partes, para que pueda llegar a ser cumplida, aunque sabemos que el político siempre tendrá la tentación de actuar sobre la parte de la oferta, no se puede ignorar la parte de la demanda de tal manera que una gestión sólo será suficiente si contempla el problema en su conjunto y no en sólo la parte que le conviene, algo que resulta, si se quiere, complejo hoy día. De una parte los municipios responsables del manejo del agua potable urbana no tienen las competencias de las fuentes de suministro, que los abastecen y que corresponde a una administración de rango superior. Y aún cuando es evidente que un abastecimiento es tanto más robusto, cuando disponga de fuentes de suministro fiables, no puede ignorarse la otra parte de la igualdad que es la demanda. Y ello sólo es posible si se dispone de una red de agua estancada y se tiene capacidad para modificar el consumo. Todo ello exige una coordinación entre instituciones que no siempre es la adecuada. Para salvar estas dificultades algunos países están reformando su administración como está haciendo Australia.
Por el momento, como prima la óptica de la gestión de la oferta, la solución al problema es buscar fuentes alternativas lo que exige: una mayor regulación de los ríos, un aumento de transferencias entre cuencas hidrográficas (lo que no quiso hacer Zapatero), reutilizar más el agua disponible o , en el final llegar a construir desaladoras a pesar de los elevados costos de instalación y el efecto negativo de mayor salinidad de las agua del entorno de la desaladora que el proceso de desalación conlleva. Todo ello con el fin de disponer de más agua.
Una política, tal como la historia reciente demuestra, que por sí sola no resuelve el problema del agua, política que por el momento es la vigente.
Antonio Padilla Muñoz.
Continuación:
No en vano España es el país con más presas por número de habitantes del mundo, gracias al empeño de dotarse de un sistema de pantanos en tiempos de la Dictadura Franquista. Solo superada en valores absolutos de numero de pantanos por tres mega países como hoy son China, India y EEUU (Cobacho, 2000).
Con todas estas grandes obras hidráulicas se ha alcanzado una capacidad de regulación del agua renovable del 40%, un valor acorde con la capacidad de aprovechamiento de los recursos de países de pluviosidad regular, logro conseguido a pesar de la irregularidad de nuestro clima que unos años es de gran sequía y otros como el actual es de pantanos rebosantes de agua y con grandes problemas de inundaciones en los márgenes de los ríos.
Pero aumentar la capacidad de regulación y transferencia de agua entre cuencas hidrográficas de nuestra España, más allá de lo razonable, genera consumos inexistentes y agrava situaciones de crisis. No en vano cuando lleguen mas aguas afectaran a más usos y tendrán un impacto mayor. Hay pues que explorar otras alternativas.
Lo que no admite discusión es la necesidad de regular y aprovechar mejor los recursos disponibles. Pero esta política vigente todo el siglo XX, como correspondía a un país en desarrollo, debe tener el contrapeso de la gestión de la demanda, hoy inexistente en España, un país ya desarrollado. Las cada vez más frecuentes declaraciones de intención en la práctica suelen quedar en nada. Ni tan siquiera se ha llegado a explorar las inmensas posibilidades que, a la luz de las experiencias de otros países se nos ofrecen.
Antonio Padilla Muñoz.
Andalucía vivió el año pasado una de las sequías más severas de los últimos 125 años, hasta el punto de que los responsables del Ministerio de Medio Ambiente apuntaron repetidamente a restricciones en el consumo urbano. Un mejor conocimiento de los problemas que conlleva la sequía puede ayudar a tomar medidas de tipo preventivo que ayuden a mitigar este desastre natural que tantos efectos medioambientales, económicos y sociales negativos producen.
La sequía es un fenómeno natural que forma parte de los cambiantes sistemas climáticos y meteorológicos de la Tierra, y que tarde o temprano afecta a todo tipo de países. Según fuentes del Observatorio Nacional de la Sequía, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, supone "una anomalía transitoria, más o menos prolongada, con precipitaciones inferiores a las normales en una determinada zona, y se puede convertir en un desastre natural cuando no existe capacidad de gestión de los recursos hídricos". No obstante, Luis Echarri, profesor de Población, Ecología y Ambiente en la Escuela de Ingenieros de la Universidad de Navarra, advierte de que no hay una definición de sequía universalmente aceptada: "es difícil decir cuándo ha empezado o terminado una sequía y algunas veces incluso confirmar si ha existido. Tiene que ser una situación de carencia de agua inesperada. También es muy subjetiva la apreciación del tiempo que tiene que durar para constatar que efectivamente se están produciendo daños." Por ello, no es de extrañar que los científicos contemplen más de 150 definiciones, así como diferentes índices, con sus aciertos y desaciertos, para recabar información sobre regiones afectadas, siendo el Índice de Severidad de la Sequía de Palmer (PDSI) y el Índice Estándar de Precipitación (SPI) los más utilizados.
Alejandro Fernández.
A mi entender la prueba más palmaria de las deficiencias de los sistemas de distribución de agua es la predisposición de los responsables de turno a interrumpir el suministro tan pronto como en las fuentes de suministro las reservas disponibles disminuyen hasta alcanzar el nivel de alerta. Cortar el agua supone incomodar al abonado sin garantía de que éste reduzca su consumo. Antes bien hará lo contrario, el consumo se incrementa con el corte. La necesidad le obliga a almacenarla en recipientes, bañeras y cubos, y una parte de ella no se va a utilizar después. El ahorro en el consumo, cuando se produce, se debe a la sensibilidad del ciudadano ante la sequía. Nada que ver, pues, con la práctica tercermundista de los cortes, salvo que al no estar presurizada la red no permite fugas de agua.
Los cortes de agua, además, los justifica una demagogia bien establecida. Y así al usuario, desconocedor de que el verdadero problema está en la deficiencia de la red, se le presenta la solución del corte como la única respuesta posible a la falta de solidez de las fuentes de suministro que abastecen al pueblo o a la ciudad. Es, pues, una medida inevitable, la única respuesta posible a la sequía que se padece. La administración del agua no tiene, por supuesto, ninguna culpa y los cortes son poco menos que la consecuencia de maldición divina, la sequía. Mientras, nadie explica que su origen es de este mundo, la deficiente gestión de la red de suministro.
A. M. Parejo Estepa.
Sabemos que al cortar el agua es la red de distribución, siempre de bajo rendimiento, la que ahorra. Porque aunque las tuberías fuguen, con el servicio cortado o, alternativamente, con una menor presión en su interior, el caudal de fugas del sistema o se anula o, cuanto menos, disminuye. Por contra los inconvenientes derivados de cortar el agua son claros.
Además de la evidente incomodidad, en los puntos altos de la red aparecen depresiones que propician la entrada de aire y de agua antes fugada que al estar contaminada no es apta para el consumo.
Las consecuencias son claras. Al restituir el servicio el agua aparece turbia y su insalubridad es evidente. Tal turbiedad es la prueba inequívoca de que agua que previamente abandonó el sistema ingresa de nuevo en él. Tanto que debe dejarse circular un buen rato hasta que el agua estancada en la red durante el corte sea purgada, comportando todo este drenaje doméstico una pérdida adicional de agua que, de no interrumpirse el servicio, no se produciría. Y lo que es peor, en estas circunstancias la práctica totalidad de los abonados consume agua embotellada. O, al menos, antes de beberla debe hervirla.
Pero aún hay más. Restituir el servicio es un proceso lento y complejo pues también hay que purgar el aire que entró por los puntos altos de la red. Si esta operación no se lleva a cabo con tiento las roturas adicionales que aparecen en el sistema son numerosas y la situación empeora (Izquierdo y col., 1999). En definitiva cortar el agua es una estrategia burda, responsabilidad única de quienes han permitido el deterioro de una red que, de tener un buen rendimiento, no habría necesidad de despresurizar. Un rendimiento que en los Estados Unidos se estima aceptable a partir del 90 % (Beecher y col., 1998). Con todo la IWA (International Water Association) desaconseja el uso de este parámetro (Lambert y Hirner, 2000) pues el cociente entre el agua entregada al usuario y el agua que ingresa en el sistema (que eso es el rendimiento) no refleja adecuadamente el estado físico de la red.
Tampoco el regulador inglés (OFWAT, 2006) lo utiliza en su tarea de control. Detalles al respecto se pueden encontrar en diversos trabajos (ver, por ejemplo, Alegre y col., 2006).
Javier Cabrera.
Las sequías son actualmente impredecibles, como señala Francisco Calvo García-Tornel, catedrático de Geografía de la Universidad de Murcia, pero añade que "se pueden hacer proyecciones con datos de sequías anteriores. Así se llega a calcular la "recurrencia" o posibilidad de que se repita un fenómeno en un periodo de tiempo dado, y aunque no informa del momento exacto, puede servir para establecer políticas de previsión". Asimismo, El concepto de sequía se suele confundir con el de aridez que es un rasgo climático permanente, es decir, en determinada zona la pluviosidad es escasa como norma general. "El sureste peninsular español es un territorio con rasgos de aridez, pero no intensa comparativamente", matiza el profesor Calvo García-Tornel. Aun en el caso de producirse una situación de sequía, no debería llegarse a la escasez de agua si se desarrollan planes adecuados de explotación y suministro a medio y largo plazo, y si las demandas se mantienen en límites acordes con las características climáticas de la región.
Tomás García Ortega.
Las causas de la sequía y de la aridez pueden conocerse desde el punto de vista climático, pero eso no quiere decir que sean modificables, como indica Calvo García-Tornel, "mientras que las de la escasez se centran en que se consume más de lo que se tiene; eso sí es modificable pero tiene un coste que a veces no se asume socialmente". En algunas ocasiones pueden reconocerse asociaciones entre los episodios a corto plazo y las fluctuaciones globales atmosféricas y oceánicas de otras partes del mundo, como en el caso del fenómeno El Niño. A mayor escala, también se ha propuesto como causa de las sequías prolongadas la relación entre las temperaturas superficiales del mar y la precipitación. Por su parte, el ser humano estaría también contribuyendo a hacer más agudo el impacto de la sequía a causa de determinadas prácticas, entre las que destacan la disminución de la capacidad de retención de humedad del suelo, la deforestación, la emisión de gases contaminantes que causan el efecto invernadero o aquellas otras que propician la erosión. A su vez, todos estos cambios pueden involucrar mecanismos de retroalimentación "biogeofísica", es decir, una vez que comienzan se retroalimentan en sí mismos y perpetúan las condiciones de sequía.
Tomás García Ortega.
A propósito de lo que a veces subyace en el fondo de los pantanos, os relato una bella historia de amor que tuvo lugar en lo que hoy es el fondo del Pantano de Alcántara en la Provincia de Cáceres.
Si alguna vez habéis viajado por la antigua nacional 630, seguro que al paso por las llamadas curvas del Tajo os habéis fijado en una torre semihundida que hay en el pantano de Alcántara. Conocida hoy como “de Floripes” , ella es la protagonista del relato. Ahora que han construido una nueva autovía ya no la veremos a no ser que nos desviemos. En recuerdo de un paisaje que hemos visto en tantos viajes al norte, contamos hoy esta leyenda.
Estando los berberiscos por Extremadura construyeron en Alconétar una gran fortaleza para proteger la vía de la plata, ayudados además por la confluencia del río Tajo con su afluente el Almonte.
Floripes era una bella princesa musulmana, hermana del caudillo Fierabrás (el mismo del bálsamo milagroso), señor de la fortaleza, que disputaba a Carlomagno la conquista del mundo.
Carlomagno envió a España a los afamados Pares de Francia, que toparon en Extremadura con el poderío islámico, y llegaron hasta Alconétar, enamorándose Floripes de uno de sus paladines, Guido de Borgoña, a quien demostró su amor prohibido cuando el caballero cayó herido en uno de los lances.
Enterado Fierabrás de la situación, y preso de celos, ya que estaba perdidamente enamorado de su hermana, manda encerrar a los franceses en los calabozos de la fortaleza, y pone como guardián al Alcalde de la fortificación, el bravío y valiente Brutamonte, con la orden de no dejarlos salir sino muertos.
Al conocer Floripes la noticia corre a rescatar a su amado y aprovechándose de la lealtad y confianza de Brutamonte a sus señores consigue que le abra la puerta, pagándole ella con la muerte, ya que le clava su daga en el corazón.
Sin embargo Fierabrás, alertado por la ausencia de su hermana, consigue llegar a la torre antes de la huída de los caballeros franceses, sitiándolos con la intención de hacerlos salir de hambre.
Ante esta situación, los caballeros deciden sortear entre ellos quién será el encargado de huir y avisar a su Emperador Carlomagno, tocándole la encomienda a Guido de Borgoña, quien consigue regresar con un ejército, vencer a Fierabrás y liberar a su amada y al resto de Pares.
Hoy en día el lugar ha sucumbido bajo las aguas de un pantano, quedando sólo de aquella gran fortaleza la torre, pudiéndose ver con las bajadas del agua, y los restos del puente que se trasladaron más arriba para no quedar inundados.
Cuenta la leyenda que cuando sube el agua y cubre la torre, se forma un remolino alrededor de la misma que son los espíritus de Fierabrás y Brutamonte, que vagan errantes desde entonces, llegando a oírse sus lamentos por tan inmensa pérdida.
¡No todo van a ser los buenos comentarios a los que nos acostumbran tan buenas plumas en este blog…, hay también que dar paso a las verdaderas historias de amor, que todos hemos sentido alguna vez en nuestras vidas.
Para todos los lectores un cordial saludo de Nani Pérez.
Para gestionar la demanda y mejorar la garantía de suministro están los planes de gestión de sequías (AWWA, 2002a). Estos planes se apoyan en tres pilares básicos. Alimentar el sistema con fuentes de suministro de la mayor fiabilidad, disponer de redes estancas que minimicen las pérdidas y administrar la demanda gestionando juiciosamente los recursos. Equilibrando estas tres estrategias, complementarias entre sí, un abastecimiento podrá negociar los períodos de crisis con plenas garantías.
Los ya referidos cortes de agua, además de insalubridad e incomodidad, suponen otro problema notable, pues someten la red a variaciones importantes e innecesarias de presión. Estudios comparativos realizados entre sistemas que los sufren con otros de similares características pero con el suministro continuo evidencian que índice temporal de crecimiento del número de roturas de las tuberías es en los primeros hasta diez veces superior al de los segundos (Lambert, 1998).
A nadie puede extrañar el precedente comentario. Es bien sabido que la fatiga de un material elástico (todas las tuberías de presión lo son), depende sobre todo de la variabilidad del esfuerzo que soportan. Además la presión condiciona el asentamiento en el terreno de las tuberías por lo que su variación afecta, no sólo a la tensión del material sino también a todas las juntas y cambios de dirección. Grandes oscilaciones de presión a lo largo del día, con todos los reasentamientos que comportan, es un factor que limita su fiabilidad y propicia la aparición de fugas. No extraña que muchos técnicos consideren la variación de presión como el factor que más acorta la vida de una tubería (AWWA, 1986). Y los cortes de agua generan grandes variaciones de presión en un plazo de tiempo mínimo.
En síntesis, insalubridad, incomodidad y contribución a un acelerado envejecimiento, sin más beneficio que el ahorro de agua, por dejar de fugar transitoriamente las tuberías son razones de peso para erradicar los cortes de agua.
Emilio Fuentes.
Según un reciente estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el 51% de los consumidores españoles no sabe cómo ahorrar agua, y lo que es más preocupante, muchos encuestados afirman no estar interesados en las medidas para ahorrar agua, bien porque piensan que son caras (38%), porque reducen la comodidad (22%) o porque son complicadas (21%).
Sin embargo, algunas medidas son muy sencillas de llevar a cabo, no restan calidad de vida, y ahorran muchos litros de agua, mejorando de esta forma el medio ambiente:
• Colocar dos botellas llenas dentro de la cisterna ahorra de 2 a 4 litros en cada uso. Asimismo, evitar usar el inodoro como papelera.
• Cerrar el grifo al lavarse los dientes o afeitarse ahorra hasta 10 litros.
• Ducharse en cinco minutos, en vez de bañarse, ahorra hasta 150 litros, y evitar las duchas de las playas.
• Arreglar las averías de grifos y cañerías lo antes posible: Un grifo que gotea pierde hasta 30 litros diarios. Instalar mecanismos de ahorro en los grifos, y decantarse por los de tipo "monomando".
• Lavar la fruta y verdura en un cuenco ahorra hasta 10 litros de agua.
• Regar al anochecer para evitar pérdidas por evaporación y sólo lo necesario. Optar por plantas autóctonas, que necesitan menos agua.
• Poner en marcha la lavadora o el lavavajillas sólo cuando estén llenos, y comprar modelos de uso eficiente del agua. Si friega a mano, utilice una pila para enjabonar y otra para aclarar, y si no tiene dos pilas, utilice un barreño.
• No abusar de la lejía, porque dificulta el trabajo de las depuradoras, y utilizar detergentes ecológicos, sin fosfatos.
• Al cocinar, medir la cantidad de agua que necesita hervir, para evitar su derroche por la evaporación. Si tapa la olla, hervirá más rápido, y apague la llama nada más completarse la ebullición.
Un saludo, Félix Rodríguez.
La “alternativa” al tan acostumbrado corte del suministro del agua, es disminuir la presión sin cortar el agua, continua siendo una solución que se aleja de cualquier estándar de calidad moderno, aunque presenta evidentes ventajas sobre los cortes. Entre ellas evitar las depresiones, el origen de buena parte de los problemas de insalubridad generados por los cortes. Pero desde la perspectiva del abonado al servicio de agua del pueblo o ciudad, es una medida injusta. En efecto, para que ningún punto de la red soporte presiones negativas, su valor en las cabeceras debe tener un valor determinado y, por ello, los usuarios cercanos a estos puntos disponen de servicio sin limitación alguna. Sin embargo los más, conectados a la red en puntos en que la presión es menor, apenas tienen agua. Se incumple, pues, el principal estándar de servicio, la falta de presión. El hecho en sí de disminuir la presión de la red hasta valores inaceptables desde la óptica de la calidad de un servicio (por ejemplo por debajo de los 25 metros) discrimina a unos usuarios y evidencia que el nivel de fugas es alto.
Conviene, a modo de resumen, dejar constancia (Lund y Reed, 1995) de una valoración imparcial “Muchos abastecimientos urbanos en países poco desarrollados, que carecen de sistemas y alternativas para limitar el gasto, interrumpen el suministro de manera periódica. Esta práctica es ineficiente desde cualquier punto de vista y comporta riesgos para la salud pública, siendo práctica habitual para desesperados en condiciones relativamente incontroladas”.
Cortes de agua se practican en muchas ciudades de países en desarrollo con una pluviometría anual superior a los 2000 litros por metro cuadrado, lo que evidencia que no es un problema de falta de recursos. Son infraestructuras deficientes e insuficientes las que los propician.
El agua, sin duda, hay que racionarla en épocas de sequía. Pero no de este modo. Y aún cuando existen intereses por mantener una cultura que, en cualquier circunstancia, justifiquen nuevas obras y así disponer de más agua, renovar las redes es mucho más sostenible en lo económico en lo ambiental y en lo social. Y la única solución válida para erradicar los cortes.
José Tirado.
Hace unos años, el Ministerio de Medio Ambiente planteaba la posibilidad de subir el precio del agua para castigar su uso abusivo, mediante la implantación de tarifas por tramos de consumo. Sus responsables calculan que en España se despilfarran un total de 900 hectómetros cúbicos de agua, que permitirían el consumo anual de 14,7 millones de personas.
Ecologistas en Acción, reclamaba además a todas las administraciones garantizar a todos los ciudadanos el acceso al consumo de un mínimo de 60 litros de agua potable por habitante y día a un precio asequible.
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), pertenecientes a 2004, el consumo medio en España fue de 171 litros por habitante y día, con diferencias notables entre autonomías: Andalucía es la que más consume, con 189 litros mientras que La Rioja se encuentra en el polo opuesto, con 148 litros. No obstante, estas cifras incluyen el consumo público además del doméstico.
España es el tercer país más barato de Europa en factura de agua, aunque con diferencias de hasta un 426% entre distintas ciudades españolas.
Los expertos consideran que una gestión eficaz podría evitar los cortes de suministro que se prevén en algunas regiones con menor pluviosidad anual.
Patricio Inclán Iniesta.
CONTINUACIÓN:
Conviene recordar que España es el tercer país más barato de Europa en factura de agua, aunque con diferencias de hasta un 426% entre distintas ciudades españolas, según un reciente estudio de la Federación de Consumidores en Acción (FACUA). Desde esta organización se recuerda que es el único suministro doméstico sin una normativa nacional que regule los derechos de los usuarios. Por ello, reivindican al Gobierno su elaboración, y solicitan a los ayuntamientos la puesta en marcha de mecanismos de participación de las asociaciones de consumidores en el diseño de las tarifas y la implantación del ciclo integral del agua, siguiendo la Directiva europea.
En este sentido, buena parte de los servicios de agua y saneamiento hoy día están concesionados a grandes empresas privadas -en torno al 50%-, por lo que algunos especialistas reclaman el desarrollo de un sistema público que regule y garantice, de manera transparente, las tarifas y las condiciones mínimas del servicio.
Por el momento, se trata de propuestas que todavía tendrán que ser debatidas y en su caso, aprobadas. No obstante, la Comunidad Autónoma Vasca pudo ser un ejemplo a seguir: Aprobó la Ley Vasca de Aguas, con la que se puso en marcha, en enero de 2008, la Agencia Vasca del Agua y un canon ecológico que obligó a pagar más a los ciudadanos que sobrepasen los 130 litros por persona y día.
Patricio Inclán Iniesta.
Después de este mes de marzo tan lluvioso, con miles de hectómetros cúbicos desembalsados por nuestros pantanos, conviene hacer memoria y recordar que el mismo año pasado en nuestra tierra fue terriblemente escaso en lluvias.
Esta era la noticia de tan sólo hace unos años en nuestros periódicos, Allá por el año 2007:
“Los expertos consideran que una gestión eficaz podría evitar los cortes de suministro que se prevén en algunas regiones en los años de sequía para los meses del verano.
La escasez de lluvia de los últimos años está provocando en España una situación que preocupa cada vez más a los consumidores. La sequía, que cumple a veces un ciclo de tres años hidrológicos. Así, con demasiada frecuencia escuchamos a los políticos " esta sequía es la más grave que ha afectado nunca a España y más particularmente en las cuencas del Júcar, del Segura, en la cabecera del Tajo y en el Ebro". Lo que por ser repetido no deja de ser una situación preocupante en toda España, porque los años de sequía son para todos, a pesar que las regiones más necesitadas de agua sean las del este y sudeste de España. Según los expertos, los problemas podrían evitarse con la concienciación de los consumidores y el impulso de una gestión más eficaz y ecológica de los recursos, siguiendo los preceptos marcados en la Directiva Europea del Agua”.
“El director general del Agua, -dependiente del Ministerio de Medio Ambiente (MMA)-, Jaime Palop, afirmaba en 2007 que no se podrán cubrir las necesidades básicas de abastecimiento de ciertas poblaciones y regadíos, salvo que se registren unas precipitaciones "absolutamente excepcionales", algo muy difícil en las condiciones de sequía actuales. No obstante, Palop confía en que próximamente llueva lo suficiente como para al menos paliar en parte el problema.
A pesar de tan alarga sequía no llegó a faltar agua en ninguna ciudad, se trata de ayudar a las comunidades autónomas con obras, en algunos casos de emergencia, para garantizar el abastecimiento. Por ejemplo, la Confederación Hidrográfica del Ebro cuenta desde hace año y medio con un Decreto Especial al respecto.
El director general del Agua ha destacado el caso preocupante de la cuenca norte, especialmente el País Vasco
En cualquier caso, la media de agua almacenada en el país es "normal", según los responsables institucionales, con un volumen de recurso almacenado de un 45%, si bien es cierto que algunas regiones se encuentran en peor situación que otras. El director general del Agua ha destacado el caso preocupante de la cuenca norte, especialmente el País Vasco, así como la falta de nieve en los Pirineos; sin olvidar la margen izquierda de la cuenca del Ebro, la cabecera del Tajo y las cuencas del Júcar y el Segura.
En este sentido se desmorona el tópico de la España húmeda, pues las cuencas internas del País Vasco se encontraban al 43% de su capacidad -más de doce puntos por debajo de la media estatal-, o las dificultades que ha experimentado Cantabria hace poco.
Según el presidente de la Confederación Hidrográfica del Norte (CHN), Jorge Marquínez, los sistemas hidrográficos del Norte son más vulnerables, porque los ríos son cortos y rápidos y los embalses de poca capacidad, lo que impide prever su rendimiento a largo plazo. Así, mientras los embalses del resto de España pueden contener hasta 500 hectómetros cúbicos, en la zona norte los mayores alcanzan los 60 hectómetros. La web Embalses.net, que cuenta con datos del MMA, informa del estado de los embalses y pantanos de España.
Asimismo, los responsables ministeriales han apuntado la falta de agua en algunas poblaciones, como Málaga capital, y los problemas de la cuenca del Guadalquivir, con un 29% de agua almacenada del total de su capacidad. “
Felipe Hernández.
Muchas redes además de que, por sus muchas fugas son deficientes, son también insuficientes y propician la construcción de aljibes domésticos origen de otros muchos problemas, los más importantes de índole sanitaria al estar el agua estancada con las altas temperaturas. Y esta es la otra deficiencia a subrayar. En efecto, son muchas las ciudades de la costa que en las últimas décadas más que crecer han explotado en su crecimiento desmesurado.
En poco más de veinte años han multiplicado por diez, o más, su población. Y si la red de distribución de agua no ha mejorado sus prestaciones al compás, en las horas punta no tiene capacidad para suministrar agua simultáneamente a toda la población. La solución más socorrida es construir depósitos domiciliarios que laminen los picos de demanda que la red, por insuficiente, no puede atender. Ello supone que el gestor traslada la inversión que la red requiere al usuario y es una pérdida de dinero porque habrá que ampliarla más pronto o más tarde.
Los problemas que genera la existencia de aljibes ha sido objeto de atención en trabajos previos (Cabrera y García - Serra, 1997, Cobacho y col., 2007). Pero sí convendrá recordar que al ingresar el agua en estos depósitos pierde su precinto de calidad. Nadie puede garantizar su potabilidad tras entrar en un recinto expuesto a filtraciones y que puede no haya sido limpiado en decenas de años. De hecho los depósitos son, desde la óptica de la calidad, puntos críticos porque el agua se deteriora al permanecer en el sistema y los depósitos, como los tramos muertos de tuberías, retienen el agua. Unos deben limpiarse y los otros purgarse con descargas que eviten que el tiempo de residencia del agua sea excesivo porque con el paso del tiempo el cloro que la desinfecta se pierde.
Bernardo Olid.
Los depósitos generales de las redes están, al menos teóricamente, bajo control y se desinfectan regularmente (AWWA, 2002b). Por otra parte el agua, en general, va a residir en los depósitos generales menos tiempo que en un aljibe. Pensemos en unos apartamentos veraniegos donde el agua puede estar estancada varios meses. Además ¿qué garantía ofrecen unos aljibes rodeados por tuberías de alcantarillado y por tanto expuestos a intrusiones patógenas?
¿Quién los mantiene? ¿Cada cuando se limpian? Aún cuando hay una normativa que obliga a las comunidades de vecinos a mantenerlos (BOE, 2003) en la práctica muy pocas veces se hace.
No extraña que problemas de salud pública se hayan atribuido a la presencia de unos aljibes cuyo único objetivo es ocultar las deficiencias de una red insuficiente, y que hasta algún alcalde haya llegado, en respuesta a brotes infecciosos, a dictar un bando recordando la conveniencia de limpiarlos. El aljibe, típicos de los países en desarrollo, es una necesidad derivada de los cortes de agua y su volumen es un buen indicador de la duración de los mismos. En Habana, ciudad con una pluviometría muy alta (entre 1000 y 1400 mm por año) los cortes pueden superar la semana de duración por lo que almacenar agua es una necesidad proporcional a la mayor o menor duración de la intermitencia del servicio.
Bernardo Olid.
El aprovechamiento sostenible de los acuíferos puede jugar un papel relevante contra la falta de agua potable. El agua es uno de los recursos naturales más preciados del planeta. Más de mil millones de personas no disponen de agua potable, lo que provoca que cada año mueran unos tres millones y medio de personas, en su mayor parte niños, a causa de enfermedades relacionadas con la falta o el mal estado del agua. Por ello, la distribución equitativa y la explotación sostenible de este recurso se presentan como uno de los principales retos del siglo XXI. En la consecución de esta meta, los acuíferos pueden jugar un papel relevante.
Los acuíferos son formaciones geológicas subterráneas. Se componen de una o más capas de roca o de otros estratos porosos y permeables que permiten el flujo y la extracción del agua del subsuelo, por lo que suponen una fuente valiosísima de este líquido elemento. En el caso del abastecimiento urbano, unos doce millones de españoles utilizan agua subterránea. Barcelona, Jaén, Alicante y Valencia son las provincias que más consumen y, por municipios, destacan Castellón, que cubre al 100% su suministro a partir de aguas subterráneas, y Almería, que lo hace al 80%. Los archipiélagos canario y balear también dependen en gran medida de las aguas subterráneas, aunque cada vez menos debido a la desalación de agua de mar.
Por su parte, Madrid cuenta con uno de los acuíferos más significativos en el apoyo al abastecimiento urbano de una gran ciudad, puesto que en algunos momentos ha llegado a depender del mismo hasta en un 30%. No obstante, la cantidad de agua subterránea que se emplea para abastecimiento urbano es notablemente inferior a la de otros países de nuestro entorno, que prefieren este tipo de aguas porque se encuentran menos expuestas a la contaminación que las aguas superficiales y porque el tratamiento químico y bacteriológico que deben pasar para su potabilización es menos costoso.
R.F. Alvargonzález Rosales.
Los científicos recuerdan en momentos álgidos que la sequía es un fenómeno natural, de tipo cíclico, que afecta en mayor o menor medida a todos los países y normalmente dura dos o tres años seguidos. Por ello, como advierte José Manuel Murillo, ingeniero de minas del Instituto Geológico y Minero de España (IGME): "El problema no estriba en que este año sea seco o húmedo, sino en disponer de infraestructuras suficientes y de medidas administrativas adecuadas para gestionar una sequía extrema de manera eficaz y compatible con el medio ambiente".
Los especialistas también reconocen que el calentamiento global está extremando el clima y desajustando los ciclos. Según Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, aunque es imposible predecir si el próximo año va a ser un año normal hidrológicamente o será un año de sequía en función del efecto invernadero.
Así fue como en 2006 que no se pudo predecir si 2007 iba a ser un año lluvioso o no, a pesar de la sequía del 2006; parece que la tendencia cálida de 2006 se podría mantener al año siguiente en 2007, a causa del efecto invernadero del Sol, que empezó ese año una época de máxima radiación; y de fenómenos como El Niño, que estaba por aquel año en su fase más intensa en el Pacífico y siempre hacía subir las temperaturas unas décimas.
Luis Manuel Zabala.
La presencia del aljibe hace obligatorio el consumo de agua embotellada, problema ambiental de creciente magnitud. Un reciente estudio realizado en EEUU (PI, 2007) ha concluido que la energía invertida en la producción de agua embotellada (desde la requerida en la fabricación de las botellas de plástico hasta su transporte final a los centros de consumo) equivale al gasto anual en gasolina de más de un millón de coches y furgonetas.
En España no hay estudios al respecto, pero el consumo de agua embotellada está siguiendo una dinámica imparable. La figura 1 muestra hasta el 2004 la impresionante evolución de sus ventas (según datos de la ANEABE, la Asociación Nacional de Empresas de Aguas de Bebidas Envasadas), y que sigue creciendo. En el 2005 se ha ido hasta los 5.900.000 m3 con un valor de la producción de 1122 millones de euros, equivalentes a 190euros/m3 (MIMAM, 2007).
Pedro Antonio Colmenero.
Con todo lo que hasta ahora tan sabiamente se ha dicho, me resulta difícil comprender cómo no se ha previsto la financiación necesaria para actualizar y renovar las redes, sobre todo en las poblaciones costeras turísticas, máxime teniendo en cuenta el enorme volumen de negocio inmobiliario que esta expansión ha generado. La movilización de recursos económicos no ha llegado al precio del agua urbana, lo que ha impedido ampliar y actualizar una infraestructura básica. Difícil de explicar si no se echa una mirada hacia nuestra ancestral cultura de uso del agua.
La solución, de acuerdo con la Directiva Marco del Agua (UE, 2000), es incluir en el recibo no sólo los costes de operación y mantenimiento (mano de obra, energía, etcétera) que esto sí se hace. Debe hacerse lo propio con la amortización completa de las instalaciones necesarias para, con estándares propios de un país desarrollado, prestar el servicio. Si las tarifas no incluyen la amortización de las tuberías cuando sus prestaciones sean insuficientes y haya que reponerlas, difícilmente el gestor (o el ayuntamiento) podrá hacer otra cosa que imponer a los constructores la construcción de aljibes, la solución que esconde la insuficiencia de la red.
La renovación y actualización de estos sistemas no demanda al ciudadano grandes sacrificios económicos. Según un estudio de la Unión Europea del año 2000 (Merkel, 2003), el coste del agua TAA (Tarifa Actual del Agua) le suponía al ciudadano medio español el 0,5% de sus ingresos, mientras que tras la aplicación del artículo 9 de la DMA, la repercusión integra de costes, RCT (Recuperación de Costes Total) las tarifas deberían multiplicarse por 4, llegando al 1,6%, algo que otros servicios (la luz y el teléfono) ya superan. En el tiempo transcurrido estos porcentajes apenas han cambiado. Se observa como los países del norte, los que como Alemania o Dinamarca más agua “tienen” allá por el 2000 ya recuperaban prácticamente sus costes. Y así lo reflejan, a través del rendimiento, sus redes de distribución.
Luis Hinojosa.
Los acuíferos en España ofrecen en general agua de buena calidad para todos los usos. Las aguas de mejor calidad provienen de las formaciones carbonatadas, que predominan en la cuenca Norte y en unidades de cabecera y del área septentrional del Duero, así como en los bordes de la Sierra de Guadarrama, en el Tajo. Igualmente, se encuentran presentes en la cuenca alta del Guadiana, en algunas unidades del Guadalquivir y del Sur y en las unidades interiores del Júcar, Ebro y cuencas internas de Cataluña.
Sin embargo, la contaminación, ya existente en algunas zonas, va extendiéndose lenta e irreversiblemente, debido a varios motivos: el incorrecto uso de los compuestos químicos agrícolas en los cultivos intensivos, el vertido de residuos urbanos e industriales y la inadecuada o inexistente gestión en los acuíferos costeros, que acaban siendo contaminados con el agua salada del mar, quedando inservibles para el consumo humano. Este problema es especialmente grave en la medida en que, una vez que se ha contaminado el acuífero, su recuperación es de gran complejidad técnica y supone un elevado coste.
Un saludo cordial, Fernando Ibáñez Cabrera.
Puestos ya a afinar, otro apunte económico conviene hacer. Comparando el gasto medio del español en agua embotellada y lo que paga a las compañías distribuidoras que las abastecen, vemos que los ingresos de ambos negocios van a la par. En efecto de acuerdo con la más reciente estadística del Instituto Nacional de Estadística, los 44.000.000 de habitantes que tenía España en el 2005 consumieron, en media, 166 l/día pagando 0.67 euros/m3, lo que supuso un gasto de 1786 millones de euros (INE, 2007). Un valor equivalente al gasto en agua embotellada. Porque aún cuando su valor de producción para ese mismo año fue 0.190 euros/m3 (MIMAM, 2007), en la cesta de la compra ese valor unitario es mucho mayor y en ningún caso inferior a los 0.300 euros/l. En tal supuesto los 5.900.000 m3 consumidos ese año supondrían en torno a 1770 millones de euros. Y nadie se alarma de este imponente coste. Es, sin ninguna duda, cuestión de educación.
Alberto López Lanzas.
Para conservar los acuíferos en buen estado hay que evitar su contaminación y sobreexplotación. Además de la contaminación, la sobreexplotación es otro de los problemas principales que padecen los acuíferos. La sobreexplotación es el resultado del aumento excesivo de la extracción del agua, cada vez más demandada para usos agrícolas, urbanos e industriales, lo que produce descensos continuados del nivel de agua en el acuífero y un deterioro de su calidad. Si se sigue con esta práctica por mucho tiempo, el acuífero es difícil de recuperar, lo que ha llevado a que algunos incluso se sequen totalmente. Para que no se produzca una sobreexplotación, el bombeo medio anual de agua debe ser inferior a su recarga media anual, lo que permite además que nunca se agote.
Un saludo agradecido de José Ibañez.
Pedro, te agradezco este nuevo artículo, tan completo como siempre. Algo abrumado, por los precedentes y eruditos comentarios, paso a comentar algunos puntos que, creo, se deben matizar.
El primer “aguaor”, o de los primeros, fue un personaje apodado el Marteño, tenía una sola pierna y se las arreglaba con habilidad para realizar su trabajo. Posiblemente antes hubiera otros, pero el primero que se recuerda es él.
En la Mina, además de abrevadero, también se utilizaba para uso doméstico. Antes de haber grifos el agua, entre unas piedras, manaba libre y continuamente.
Una forma de trasportar el agua, que echo de menos en tu trabajo, es la que hacían las mujeres con un cántaro “al anca”, trabajo cotidiano y duro ya que a veces la distancia era considerable.
Había tres lavaderos: las “Pilas”, los “Morales” y el “Chorrillo”. Las mujeres, además de lavar la ropa, la traían mojada y hecha un “lío”, con un asombroso equilibrio, sobre la cabeza.
La cruz del pozo del Chorrillo podíamos discutir si es hospitalaria o templaria, nunca de Calatrava.
Una entrañable estampa, ya perdida, era la de los trabajadores cuando iban al campo y llenaban las “botijas” en las fuentes cercanas a los caminos. Luego, al beber, se le “quitaba la paja”.
Después de lo que tan acertadamente se ha dicho hasta ahora del tema del agua potable y su servicio al ciudadano, se puede llegar fácilmente a la conclusión de que modernizar los abastecimientos no le supondría al ciudadano gran sacrificio económico, sobre todo considerando la importancia estratégica del servicio. Es, sencillamente, una cuestión de voluntad política. Y el camino a seguir es, además de implantar una política de precios adecuada, establecer un sistema de control que vigile que el destino de los ingresos adicionales consecuencia de la subida de tarifas sea la actualización de estas infraestructuras. Y ello aconseja reformar la administración. Otros países como Dinamarca, con mucho menos estrés hídrico que España, ya actualizaron sus precios. Así lo evidencia la evolución del precio del agua potable en Copenhague que finales de la década de los ochenta decide recuperar los costes, este país europeo nos marca el camino a seguir. Su precio en 2003 (4 euros) es siete veces superior al valor medio del precio del agua en España en 2005 (0.67 euros).
José María Silva Bermúdez.
Otra limitación que conviene destacar en esto del abastecimiento de agua potable, es el desconocimiento técnico que se tiene del sistema. Porque algunos abastecimientos ignoran el rendimiento hidráulico de su red, de imposible evaluación si no se instalan en los diferentes puntos del sistema de medidores, caudalímetros y contadores. Otros no disponen de bases de datos que expliciten el estado de sus tuberías (edades de servicio con su historial, - roturas habidas y causas que las provocaron-) ni tienen una cartografía actualizada. Se ignoran los valores de algunos indicadores de gestión claves para evaluar la calidad de su gestión técnica (Alegre y col.,2006). Y en fin, pocos disponen de un modelo matemático actualizado con el que valorar su comportamiento. En conclusión pocos sistemas se gestionan técnicamente con la profesionalidad que los tiempos demandan. Estas carencias son particularmente relevantes en ciudades medianas y pequeñas.
José Escudero Moya.
Según recoge el "Libro Blanco del Agua en España", más de un 20% de los acuíferos del Sureste, del litoral Mediterráneo y de La Mancha se están utilizando de una manera no sostenible. Por su parte, desde el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) se asegura que en nuestro país no hay muchos acuíferos realmente sobreexplotados, aunque sí hay bastantes en el Levante y Sur, especialmente en las provincias de Murcia, Alicante y Almería, en los que se realiza una explotación relativamente intensiva.
Frente a estas amenazas, el aprovechamiento sostenible de los recursos, el ahorro o la contención del crecimiento de la explotación del agua aparecen como posibles soluciones. Por otra parte, la recarga artificial, que consiste en construir sondeos o grandes balsas a través de las que se introduce agua en el acuífero procedente de un río o embalse cercano con recursos extra, constituye una forma plausible de salvar los acuíferos. Con este sistema, se consigue recuperar los niveles de agua y se contribuye además a un mejor aprovechamiento.
En definitiva, la desaparición, o cuando menos, la disminución de la calidad y cantidad del agua contenida en los acuíferos resulta especialmente preocupante en un país en el que más de las tres cuartas partes del agua consumida se emplea para el regadío, y la agricultura más rentable se da precisamente en la España seca.
J.J. Martínez Collado.
Para diagnosticar el estado de un sistema de distribución de agua potable, nada como conocer los parámetros que caracterizan su funcionamiento y su estado físico y comparar estos valores con los de otros sistemas de similares características. Es decir, para saber donde se está nada como establecer un sistema de indicadores de gestión y aplicar técnicas comparativas como el benchmarking métrico (Cabrera Jr. y col., 2002). En esta dirección se mueven las agencias reguladoras de Inglaterra y Australia.
Y ya que de carencias hablamos ninguna más significativa que la falta de directrices para gestionar un servicio tan importante. En un momento en que toda actividad y proceso de producción está perfectamente reglado, se echa de menos una normativa, autonómica o, mejor aún, estatal que indique las condiciones con las que prestar un servicio esencial. Y aún cuando algunos ayuntamientos disponen de normas propias de ámbito local jamás una administración de rango superior al municipal ha impulsado la elaboración de unas directrices completas que establezcan los estándares de calidad con que debe prestarse el servicio. Las únicas normas estatales se refieren a las calidades que debe reunir el agua de boca (BOE, 2003) así como a su seguimiento y control (BOE, 2005). Pendientes de establecerse están los criterios que digan cuando una tubería es insuficiente y que, por ello, debe cambiarse (en lugar de construir aljibes) o cuál es el nivel de pérdidas reales y aparentes admisible en una red y cómo medirlos. Todos estos estándares de servicio, bien definidos en países desarrollados como Alemania (Hirner, 2001), influyen de manera decisiva en el precio final del agua (Cabrera y col., 2003), hasta ahora no han merecido de la administración española la atención que merecen. Unos estándares incumplidos que conjuntamente con los subsidios de las grandes infraestructuras hidráulicas por parte de Bruselas y de la administración del Estado Español justifican las grandes diferencias en el precio del agua entre los países del norte y del sur de Europa.
José Escudero Moya.
Parece lógico subrayar, (como ya ha sido comentado en la parte dedicada a la garantía de suministro), la falta de directrices orientadas a potenciar en los abastecimientos urbanos la gestión de la demanda. Y que se comenzase por identificar con precisión la actual realidad del problema.
Porque a día de hoy la administración del agua desconoce tanto cuáles son las pérdidas de agua de nuestras redes como el consumo unitario de los ciudadanos. La información que se publica, encuestas de AEAS y las estadísticas del INE (MIMAM, 2007), no se elaboran con el rigor que la importancia del asunto merece y en ningún caso se auditan los resultados. Y todo pese a que la Unión Europea (UE, 2007) considera que la eficiencia y el ahorro es la primera estrategia a considerar para hacer frente a los cada vez más frecuentes problemas de escasez.
Rafael Serrano Puentedura.
Si bien hay fórmulas para preservar la calidad y cantidad del agua de los acuíferos, sus peculiares características hacen que resulte un trabajo bastante delicado, aunque necesario. En primer lugar, el ritmo de renovación del agua subterránea, que depende de las precipitaciones y la cantidad de agua arrastrada por los ríos, es muy lento. Asimismo, los problemas se perciben con bastante retraso por la lenta dinámica de las aguas que circulan en el subsuelo, por lo que los efectos de las medidas que se pueden adoptar para resolverlos son también muy lentos. Además, la variedad de situaciones es enorme y los datos de los que se dispone son insuficientes.
Por todo ello, la conservación de las aguas subterráneas debe regirse por el principio de prevención, evitando que se produzca su contaminación y su sobreexplotación, estableciendo los medios y normativas que limiten el vertido incontrolado y la instalación de actividades peligrosas sin las debidas medidas de seguridad. En este sentido, la protección de las aguas subterráneas constituye un objetivo básico de la Unión Europea. Mediante una Directiva se declara como finalidad primordial mantener y mejorar el medio acuático de la Comunidad, y aunque se refiere fundamentalmente a las aguas de superficie, se tiene en cuenta también que el estado de las aguas subterráneas repercute en los ecosistemas acuáticos y terrestres a ella asociados y, desde esa perspectiva, se exige su buen estado. Por otra parte, es objetivo de la Directiva lograr la sostenibilidad de los usos de agua en la Unión, por lo que también se contempla una protección de las aguas subterráneas para el suministro de agua destinada al consumo humano.
Un saludo afectuoso de Pablo Navío Valverde.
Conviene decir que la situación que aquí queda descrita a lo largo del recorrido de los comentarios, es consecuencia lógica de la historia del agua de España. De hecho todos los países del área mediterránea tienen una amplia y consolidada cultura basada en la gestión de la oferta (Cabrera, 1997; Cabrera y col. 2002) con la que los actores tradicionales, administración, regantes, constructores y empresas hidroeléctricas se han venido sintiendo cómodos (Moral, 1995) hasta hace bien poco. Porque con la entrada en escena de regantes no tradicionales y nuevos usuarios así como con la irrupción de las Comunidades Autónomas al debate del agua en los últimos años, la situación se ha complicado sobre manera y han aparecido tensiones importantes. Alguna solución estable habrá que encontrar para que la cuerda no acabe rompiéndose.
Hasta ahora la política de siempre ha propiciado una administración promotora de obras y con escasa vocación hacia la gestión y el control, que ha acabado por agravar la incapacidad de los municipios para modernizar estos sistemas. De hecho la mayoría de ellos tienen recursos técnicos muy modestos y necesitarían de una economía de escala mayor. Es evidente que un municipio pequeño requerirá siempre algún apoyo institucional.
Juan de Dios Quiñones.
Inglaterra, al privatizar el servicio de aguas a finales de la década de los ochenta, tuvo claro repartir las responsabilidades entre un número reducido de empresas. De otra parte Italia con la ley Galli (Gazzetta Ufficiale, 1.994) buscó favorecer la creación de consorcios interurbanos aunque después la experiencia no haya resultado todo lo exitosa que se esperaba. Con todo se hecha de menos un organismo que ordene el sector e impulse la modernización de los abastecimientos, porque la situación actual es muy compleja.
En efecto, aún siendo los ayuntamientos responsables del suministro agua, muchas otras administraciones tienen competencias sobre el servicio lo que propicia una confusión notable a la hora de identificar responsabilidades. Porque además del ayuntamiento, hasta ocho administraciones más tienen alguna responsabilidad relacionada con el suministro de agua urbano (Cabrera y García – Serra, 1997). Y ello no es lógico. Un ejemplo, las Consejerías de Sanidad son las responsables de la calidad del agua de boca, calidad que depende de otros factores, no estando la mayoría de ellos su control (por ejemplo la existencia de aljibes). El responsable del resultado final no controla el proceso de distribución del que depende tal resultado lo que no parece lógico.
Falta, pues, un ente gestor con una responsabilidad integradora. O en su defecto alguna institución que coordine las competencias. Porque sólo cuando todas están bajo un mismo paraguas se pueden ordenar las actuaciones y concretar responsabilidades. Y del mismo modo que la Unión Europea aboga en la Directiva Marco del Agua (UE, 2000) por la unidad de gestión por cuencas (algo en lo que España, ya se ha dicho, fue pionera), no tiene sentido en el suministro urbano, un campo de menor entidad, parcelar tanto las responsabilidades. La solución al problema que en muchos países se está adoptando, ya se ha dicho y se volverá a decir, es la creación de agencias reguladoras.
En síntesis, la razón que explica el momento actual es la historia que nos preside, mientras que la permanencia de esta prolongada situación la propicia la falta de un motor que impulse el cambio en el sentido que conviene. Porque los cambios hasta ahora vistos (las autonomías han irrumpido con una descomunal fuerza en la política del agua) sólo están contribuyendo a aumentar la confusión.
Federico Delgado Gómez.
El motor al que se refiere Federico Delgado comenzara erradicando las deficiencias estructurales que la mayoría de nuestros sistemas presentan. De entre ellas destacan:
1º.-Los precios políticos vigentes. No contemplan todos los costes al ignorar, entre otros, la renovación de las instalaciones, hecho que no favorece el ahorro y la eficiencia. El usuario no tiene conciencia del valor del agua.
De otra parte a cada coste del agua le corresponde un rendimiento económico (Conroy y Hall, 1995; Cobacho, 2000). Mientras a un gestor el agua que pierde le cueste menos que renovar las tuberías, no tendrá interés en sustituirlas. En Francia a finales de los noventa, el rendimiento óptimo de sus redes se estimaba en un 80% (Villesot, 1997). En España, sus precios son menores, el rendimiento óptimo medio puede estar en torno al 65%. Unos precios políticos que, y ello aún es peor, en ocasiones hasta incluyen cánones municipales destinados a otros fines como construir un polideportivo o financiar las fiestas del pueblo, una cultura que impide adecuar el suministro de agua a los tiempos que corren.
Los precios políticos han sobrevivido al paso del tiempo porque la administración financia las infraestructuras más importantes (depósitos, potabilizadoras, desaladoras, tuberías arteriales, etc.) que acaban subsanando las principales deficiencias de estos sistemas. Los municipios se olvidan de amortizar las grandes obras pues siempre va a haber una administración de rango superior que financiará su renovación. Y si mientras tanto el sistema produce unos beneficios “artificiales” (los ingresos superan los costes del día a día) mejor gastarlo vistosamente en jardines y alumbrados. Todo ello genera una dinámica perversa pues obtiene más financiación de las instancias superiores quien peor gestiona. Y como estas subvenciones se centran en las grandes infraestructuras sin entrar (salvo el caso de las Diputaciones) en la red de distribución, las tuberías no se renuevan, lo que explica los bajos rendimientos de algunos municipios.
Eloy Rivilla Luna.
En segundo lugar conviene subrayar la falta de directrices para privatizar estos servicios, opción por la que optan muchos ayuntamientos para sufragar, suele ser el motivo principal, déficits generados por actuaciones que nada tienen que ver con el ciclo urbano del agua. Con todo la privatización es una tendencia mundial lo que justifica el interés que se le viene prestando al asunto (NWTB, 2002; Wolff y Hallstein,
2005). Nada extraño pues las dos opciones, gestión pública o gestión privada, tienen sus ventajas e inconvenientes. Pero llama la atención que no se hayan regulado estos procesos con unas mínimas directrices. De hecho cada ayuntamiento procede como mejor le parece y algunos hasta privatizan el servicio un plazo de cuatro años, breve periodo que no permite ninguna actuación significativa. Los pliegos de bases que se redactan para adjudicar los concursos no presentan un denominador común. Y convendría poner orden ya que se toman decisiones que condicionan fuertemente el futuro de estos sistemas.
Finalmente hay que subrayar la falta de control de estos sistemas. La administración no conoce la eficiencia con que se distribuye el agua ni los consumos unitarios de cada uno de los municipios. Los únicos datos que se publican, por parte de AEAS y del INE, no tienen la precisión que la importancia del asunto merece. Ello es, en tiempos de sequía, particularmente grave porque impide racionar el agua en función del gasto que tiene cada municipio. Esta deficiencia se viene soslayando con agencias reguladoras que hacen públicas estas informaciones (OFWAT, 2006) periódicamente. En España, ya se ha dicho, se echan de menos.
Eloy Rivilla Luna.
El aprovechamiento de las aguas subterráneas presentes en los acuíferos se lleva realizando en España desde hace miles de años. Las primeras evidencias en este sentido provienen de la Edad de Bronce, en concreto de las galerías de Gata y El Argar y el acueducto de Los Millares, en Almería. Asimismo, los romanos dejaron numerosos testimonios de obras de ingeniería hidráulica, pero sin embargo fueron los árabes los que introdujeron en España el aprovechamiento del agua del subsuelo a mayor escala.
En la actualidad, según datos del Instituto Geológico y Minero de España, existen en nuestro país, excluidas las islas Canarias, que constituyen un gran acuífero volcánico, algo más de mil acuíferos, que ocupan casi la mitad de la superficie del país y proporcionan entre veinte y treinta mil millones de metros cúbicos anuales de agua, aunque la reserva es muchísimo mayor. Con esta cantidad de agua subterránea se atienden el 30% de los abastecimientos urbanos e industriales y el 27% de la superficie de riego, aunque su distribución es bastante desigual, según se desprende del "Libro Blanco del Agua en España".
Tomás Estepa Robles.
El calificativo que mejor refleja el momento que vive la actual política del agua en España es el de confuso. De una parte la aprobación de la Directiva Marco del Agua (DMA), hace ya más de siete años (UE, 2000), ha pasado prácticamente inadvertida en especial en lo referente a la progresiva aplicación del principio de recuperación de costes. De otra parte la actuación más controvertida del Plan Hidrológico Nacional PHN (BOE, 2001) promovido por el Gobierno del PP, el trasvase del Ebro, fue derogado por el PSOE a los pocos meses de ganar las elecciones con un preámbulo tan duro como innecesario, (BOE, 2004). Pero aún cuando parecía que el cambio de rumbo iba a ser notable, la realidad de la legislatura ha evidenciado que al final ha quedado en bien poco. Los recursos hídricos que desde el Ebro debían llegar al levante los aportarán un puñado de desaladoras. Y, lo que es peor, con el paso de la legislatura las posiciones se han radicalizado. Trasvases o desaladoras, tal parece ser el único debate existente cuando lo que España sobre todo necesita es mejorar la gestión.
Gabriel Pulido.
Los expertos recuerdan que la gestión del agua en España durante el siglo XX se centró en el incremento de la oferta mediante grandes inversiones en ingeniería civil, como los famosos embalses. Según la organización conservacionista WWF/Adena, España tiene el mayor número de grandes presas del mundo, que producen "excesivos daños ambientales y sociales", pudiendo dañar o secar ríos y humedales, afectar las pesquerías o especies protegidas y provocar problemas económicos por la subida de tarifas y desalojo de poblaciones.
En la actualidad, los responsables europeos priorizan estrategias sostenibles basadas en varios pilares: Ahorro en el consumo, nuevos enfoques de gestión centrados en la demanda, mejora de la eficiencia tanto en el ámbito urbano como agrícola, y conservación ecológica de los recursos naturales. Para ello, se aprobaba a finales de 2000 la Directiva Marco del Agua 2000/60/CE (DMA), que ha sido desarrollada por todos los países miembros hasta su plena culminación, en 2015. Aproximadamente, el 40% de las aguas suministradas por las redes de distribución no se controlan
Juan María Muñiz Redondo.
El debate que, una vez más, a nivel político en España ha eclipsado la importancia y trascendencia de la DMA por dos razones. La primera porque el aporte de recursos (vía desaladoras o trasvases) condiciona el corto plazo. La magnitud de cualquiera de estas obras hace que no pasen desapercibidas.
Son proyectos que despiertan aversión radical o adhesión inquebrantable.
La segunda porque la oposición de turno quiere a toda costa impedir que las obras que promueve el gobierno se retrasen tanto cuanto sea posible. Quienes están en la oposición no facilitan la ejecución de las obras de turno, pues hay que impedir que el adversario se luzca. Y así se plantean tantos recursos como sea posible mientras quien gobierna trata de acelerar al máximo su ejecución. Y así nos va.
Jesús Sánchez.
Según Víctor Peñas, geógrafo y miembro de la Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA), un primer paso sencillo y eficaz en la lucha contra el despilfarro sería instalar contadores individuales, que además ofrecerían datos fiables del consumo: "Aproximadamente, el 40% de las aguas suministradas por las redes de distribución no se controlan". Asimismo, en opinión de este experto, para que las nuevas estrategias comunitarias sean efectivas, es necesario integrar todos los valores del agua, incluidos los ecológicos, y sensibilizar a los consumidores mediante la educación ambiental. Se trataría, en definitiva, de lo que los especialistas llaman una "nueva cultura del agua".
En este sentido, tras la anulación de los proyectados trasvases, el actual MMA trabaja en la asunción de los objetivos de la Directiva Europea, y apuesta por el impulso de modernas técnicas de desalación. Por ejemplo, la segunda desaladora más grande del mundo y la de mayor producción de Europa, con 80 hectómetros cúbicos anuales, se construirá en Torrevieja (Alicante).
Según los defensores de estas instalaciones, las nuevas tecnologías, en concreto las membranas semipermeables de baja presión, han reducido sus costes económicos y energéticos, volviéndolo más competitivo que los trasvases de agua. Sin embargo, el aumento de la tarifa eléctrica está encareciendo su coste, hasta el punto de que el MMA ha solicitado ayuda al Ministerio de Industria para solucionar este inconveniente.
Por otra parte, sus detractores recuerdan los problemas ambientales de los vertidos de salmuera, a pesar de que en este aspecto también se ha mejorado en los últimos años. Por ejemplo, la planta desaladora de Torrevieja cuenta con un informe positivo de Declaración de Impacto Ambiental, según sus responsables. En cualquier caso, diversos expertos sostienen que la desalinización masiva no debería ser el camino a seguir, y que sólo debería utilizarse para problemas puntuales de abastecimiento.
Víctor González.
Los expertos también destacan que los acuíferos representan un importante valor a tener en cuenta: Ofrecen unos seis mil millones de metros cúbicos de agua para el riego de un millón de hectáreas y el abastecimiento de doce millones de personas. José Manuel Murillo afirma que la sobreexplotación de este recurso de agua subterránea era el principal peligro de hace unos años, aunque hoy día está bastante controlada. En la actualidad, sostiene, "el gran problema es la falta de gestión, que se ve agravada por una legislación que no permite, en numerosos casos, la toma de medidas técnicas y administrativas adecuadas".
Asimismo, algunos especialistas hablan de regular el "agua virtual", o volumen de agua necesaria para ofrecer un servicio o elaborar un producto. Por ejemplo, un kilo de trigo necesita unos mil litros de agua, mientras que la carne necesita una cantidad entre 5 y 10 veces superior. De esta forma, afirman, las instituciones podrían planificar mejor la escasez de agua, favoreciendo la exportación de productos "caros en agua" en los países con excedentes importantes, y animando a su importación en los países con estrés hídrico, como España.
Gonzalo Muñoz Portillo.
La mayor oferta de agua (vía trasvases o desaladoras) se presenta como la solución definitiva a nuestros problemas del agua mientras la DMA, destinada a condicionar la política del agua, sobre todo en el medio – largo plazo, pasa desapercibida. De algún modo el actual debate camina al compás de una política continuista, cuando la DMA apuesta por una visión alternativa bien diferente. Tanto que el problema señalado en primer lugar, los precios políticos, es atacado en su línea de flotación por el principio de recuperación de costes. Pero como en España el precio del agua ha subido, en media, con el IPC del año, el ciudadano aún no percibe las consecuencias de su inmediata entrada en vigor. Con todo el plazo máximo de aplicación del artículo 9 que lo dicta es el 2010, este asunto necesariamente tendrá que afrontarse en la legislatura.2012-2016.
Daniel Cuesta.
Conviene llamar la atención sobre un hecho que aún cuando está pasando prácticamente desapercibido, va a tener repercusiones importantes. Me refiero al final de unos fondos europeos que han permitido financiar durante las dos últimas décadas las grandes infraestructuras (desaladoras incluidas). Con ayuntamientos y administraciones endeudados, y sin el dinero de Bruselas ya no se podrán subsidiar ni las grandes ni las pequeñas obras. Máxime cuando explícitamente lo impide el principio de recuperación de costes de la DMA. En este nuevo marco habrá que renovar las tuberías, algunas centenarias, máxime para poder prestar el servicio con estándares de calidad adecuados al nivel de exigencia de la sociedad de hoy. Por ello el recibo del agua va a tener que subir, y no poco, en los próximos años. Habrá que explicarlo bien a unos ciudadanos acostumbrados a no saber cuánto, por barata, pagan por el agua.
En síntesis, el actual debate del agua está descentrado. Se discute sobre si conviene trasvasar o desalar cuando lo que urge aclarar es qué estrategia convendrá seguir para ir introduciendo de manera progresiva el principio de recuperación de costes (que por el fin de las subvenciones europeas se va a notar mucho más) y cómo implantar los mecanismos de control destinados a racionalizar tanto las inversiones que estos sistemas necesitan (la última razón de ser del nuevo del precio del agua) como el consumo de agua de los ciudadanos.
José Ignacio Padilla Bueno.
Algunos expertos proponen una gestión del agua a nivel regional y no local, como en la actualidad, e incluso a nivel internacional, para lograr acuerdos entre los países con los que España comparte cuencas, como Portugal. En este sentido, añaden, el país luso sufre una doble sequía, al quedarse por ejemplo sin los suministros del Tajo que las autoridades españolas cortan río arriba.
Las nuevas tecnologías también contribuyen a luchar contra la escasez de agua. A las ya citadas desaladoras, se les puede sumar las plantas desnitrificadoras, el estudio de las condiciones atmosféricas y climatológicas, o incluso el desarrollo de técnicas de lluvia artificial. En este último apartado, el "Greshem Project" o "Proyecto Lluvia", en el que trabajan diversos expertos de la NASA, así como de universidades belgas, israelíes y norteamericanas, podría ofrecer en los próximos años resultados positivos.
Andrés López Navarro.
A la luz de lo expuesto, de lo consolidado de la situación, y del protagonismo del debate sobre qué obra de infraestructura es la que más conviene para acabar con el “déficit estructural del levante español”, nadie discute lo que realmente conviene: los fundamentos y el modelo de gestión del agua que posibilite su gestión sostenible. Un debate desenfocado que va a seguir hasta que se presente una crisis del agua que evidencie ante la opinión pública que la política del agua no puede seguir por los actuales derroteros. Pero mientras la crisis llega, nadie se atreve a mover pieza en tan complejo puzzle.
La posible crisis puede venir de la mano de dos nombres propios, sequía o contaminación.
En el primer escenario las carencias se evidencian sobremanera. Los cortes de agua despiertan honda inquietud entre los usuarios, apreciándose entonces la necesidad de mejorar los rendimientos. También los agricultores comprenden que en determinadas circunstancias ya no es posible regar como lo hicieron sus predecesores. Sólo así la sociedad se sensibiliza y busca respuestas a unos problemas que, aún cuando siempre han estado ahí, van pasando desapercibidos. Hasta cuando aparece una nueva perturbación como la que años secos está viendo Barcelona. Si como ocurre en algunos periodos cíclicos, si no llueve en invierno la capital catalana verá restricciones en su suministro la primavera correspondiente.
Jorge Viedma.
El anteriormente referido D. Víctor Peñas, al igual que otros muchos expertos, tiene claro que el problema reside en la gestión incorrecta de los recursos: "Resulta contradictorio quejarse de la falta de agua y sin embargo potenciar modelos cada vez más consumistas y derrochadores".
En este sentido, un estudio de WWF/Adena, publicado el pasado verano, aseguraba que España se encuentra entre los países mediterráneos de mayor consumo de agua, con 870 metros cúbicos por habitante y año. Según el informe, el principal causante de este consumo, y con ello, de la escasez de agua en España, es el desarrollo de los cultivos de regadío, que se han duplicado en los últimos 40 años y absorben ya el 65% del consumo de agua en el Mediterráneo.
Asimismo, los responsables de la organización ecologista afirmaron que una sexta parte del regadío español extrae agua de unos 510.000 pozos ilegales en todo el país, "una cantidad suficiente para atender a 58 millones de personas". Por ello, instaban a las instituciones a no seguir dando subvenciones a este tipo de cultivos.
Además, según el estudio de WWF/Adena, otro de los principales consumidores de agua en España son las actividades turísticas insostenibles, como por ejemplo los 276 campos de golf en funcionamiento, a los que se sumarán los 303 previstos.
Ramón Pérez.
La localidad valenciana de Gandia consumirá agua potable gracias a las Plantas desnitrificadoras para potabilizar agua. Estas plantas reducen los contaminantes derivados del abuso de abonos nitrogenados. Los nitratos, las sales o las concentraciones de productos como la atrazina, un compuesto químico para el cultivo de maíz, dejan inservible el agua para consumo humano. El uso masivo de abonos nitrogenados y del riego por inundación infiltra estas sustancias en los terrenos, y los acuíferos que abastecen a gran cantidad de municipios acaban contaminados.
Una opción para conseguir que estas aguas se sitúen dentro de los límites establecidos por las autoridades sanitarias para su consumo es la utilización de plantas desnitrificadoras. El grupo Aguas de Valencia y el Ayuntamiento de Gandia puso en marcha hace años un plan de instalación de varias de estas plantas para garantizar durante todo el año el abastecimiento de agua potable de esta población valenciana, de 70.000 habitantes y que en verano llega hasta los 250.000 residentes.
Sebastián Del Pino Cárdenas.
El segundo escenario motor del deseado cambio, es el de la contaminación. De hecho la polución de las aguas continentales y marinas fue lo que propició la nueva política del agua de Alemania hacia finales de los sesenta. Se cuenta en un estudio del Ministerio Alemán de Medio Ambiente (FMENCNS, 2001) que en los años de reconstrucción del país que siguieron a la segunda guerra mundial el ahorro de agua no fue capaz de seguir el ritmo del desarrollo industrial, lo que disparó la contaminación y evidenció la necesidad de gestionar la demanda. Un cambio de política visible en los indicadores de gestión de sus abastecimientos. Rendimientos superiores al 90%, consumos inferiores en 40 litros por habitante y día y precios en media el triple a los de España (1.81 €/m3 frente a 0.67 €/m3). Una diferencia, cuando de drenaje urbano hablamos, muy superior (2.14 €/m3 frente a 0.31 €/m3). Los detalles respectivos se pueden seguirse en ATT, 2005 e INE, 2007.
En los últimos años ha emergido con fuerza un tercer posible motor del cambio. La guerra entre las autonomías. Los políticos han descubierto que el discurso del agua puede arrastrar muchos votos y, de manera muy irresponsable, efectúan valoraciones sesgadas hacia sus intereses regionales con discursos muy demagógicos y llenos de verdades a medias. El caos que todo ello está generando es de tal magnitud que muy posiblemente haga cierta la frase de que la solución está en la crisis.
Con todo no es lógico que una crisis pueda constituirse en el motor que impulse un cambio.
Más bien debiera ser la convicción de su necesidad. Pero la condición humana es la que es, y la sociedad de hoy valora mucho más el corto plazo que el medio-largo plazo. De ahí la enorme importancia de educar a la ciudadanía. Sólo de este modo será posible una progresiva y pausada transformación evitando los siempre inconvenientes cambios bruscos.
Cuanto más se aplacen, más traumáticos serán a la hora de afrontar situaciones tan complejas
Carlos Quesada.
La primera planta desnitrificadora ubicada en la localidad de Ull del Bou, alcanza ya desde abril una producción total de 16.000 metros cúbicos diarios de agua potable, suficiente para abastecer a la mitad de la población de Gandia. El proyecto global incluye la construcción de otra planta en Roig de Corella, para potabilizar el agua de los pozos de San Antonio y Llombart, de similares características, y poder suministrar así al resto de la población. El 10% del total del agua tratada se destinará para la industria, riego o limpieza urbana.
Según sus responsables, las plantas logran, de manera económica, reducir el actual nivel de 57 miligramos de nitratos por litro hasta los 25, bajando del límite de los 50 admitidos por la Directiva Comunitaria que regula la calidad de las aguas para consumo humano. La inversión global del proyecto es de 17 millones de euros, que ha sido sufragado en parte mediante el incremento de la tasa del agua.
Sebastián Del Pino Cárdenas.
Posiblemente cualquiera de las tres crisis precedentes encontraría en una política tarifaria adecuada una parte importante de su solución. Pero ese aumento del precio del agua debería acompañarse de un mecanismo de control que garantice que los ingresos adicionales se invierten en la mejora del servicio. La solución que se viene adoptando es la creación de agencias reguladoras, una solución hoy ya bien contrastada. Inglaterra la puso en marcha en 1988 como el contrapeso necesario a su privatización. Así nació el OFWAT, cuyo cometido es controlar la industria del agua. Entre otras actuaciones relevantes conviene destacar, tras la sequía que Inglaterra padeció en 1995, su empeño por mejorar el rendimiento de las redes. Desde entonces publica con periodicidad bianual la evolución de la eficiencia de sus sistemas (OFWAT, 2006), unos valores sometidos a rigurosas auditorias y no, como en España, simples respuestas a encuestas. Aún sin llegar a restringir el consumo ni practicar cortes horarios, entendió que los abastecimientos urbanos de países húmedos también son vulnerables. Contrasta esta respuesta con la que España hasta ahora ha dado a este mismo problema pese a que, allá por el inicio de la década de los noventa, más de diez millones de habitantes sufrieron cortes de agua diarios de más de diez horas de duración y durante cinco largos años.
Jesús Cantalejo.
Deseo hacer un comentario sobre los contaminantes orgánicos persistentes, unos productos químicos con graves consecuencias medioambientales y sanitarias que pueden ser sustituidos en la mayoría de los casos
Los Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs), conocidos internacionalmente por sus siglas en inglés, POPs (Persistent Organic Pollutants) son sustancias químicas especialmente perjudiciales para el medio ambiente y la salud humana. En la naturaleza producen los fenómenos de bioacumulación y biomagnificación, provocando sus peores consecuencias en las especies superiores de la cadena trófica, como los seres humanos.
Los COPs se acumulan en los tejidos grasos y permanecen en el medio ambiente durante mucho tiempo. De esta forma, pueden provocar efectos nocivos en los ecosistemas y en los seres vivos, como cáncer, interferencia en la capacidad reproductiva de muchas especies, disminución en el desarrollo intelectual de niños, debilitamiento del sistema inmunológico, etc.
Gracias a su resistencia, acaban siendo diseminados por todo el planeta, incluso donde nunca han sido empleados, especialmente en las regiones más frías de la Tierra. Por ello, los expertos apuntan a soluciones globales que involucren a todos los países posibles.
Los sustitutos de los COPs son obstaculizados por su elevado coste, la insuficiente concienciación pública o la falta de la adecuada infraestructura o tecnología
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP en sus siglas inglesas) reconoce que "hay sustitutos para la mayoría de los COPs, pero su uso se ve obstaculizado por su elevado coste, la insuficiente concienciación pública o la falta de la adecuada infraestructura o tecnología".
Diversas organizaciones consideran insuficientes las medidas adoptadas hasta ahora, como los más de 6.000 millones de euros que se estima han sido destinados a su control. Por ejemplo, muchos países en desarrollo siguen utilizando DDT para acabar con los mosquitos que transmiten la malaria.
Por ello, en la segunda Conferencia de las Partes (CdP-2) de la Convención de Estocolmo, celebrada a principios de mayo de 2006 en Ginebra, Suiza, los países con menos recursos solicitaban el incremento de la ayuda financiera para eliminar estas sustancias, algunas de ellas muy comunes en estos países, como el DDT o las dioxinas.
En este sentido, el Convenio de Estocolmo es una de las medidas más destacadas de la comunidad internacional. En vigor desde el 17 de mayo de 2004, fue firmado el 23 de mayo de 2001 por más de 120 países, entre ellos los Estados miembros de la Unión Europea (UE). La Convención de Estocolmo pide medidas internacionales sobre la que denomina "docena sucia", 12 COPs agrupados en tres categorías:
Pesticidas: Aldrina, clordano, DDT, dieldrina, endrina, heptacloro, mirex, y toxafeno
Productos químicos industriales: Hexaclorobenceno (HCB) y bifenilos ploriclorados (PCB)
COPs producidos de forma no intencional: Dioxinas y furanos
Manuel Trigueros.
También es notable el caso de Australia. Hace una década reformó su administración
(OWR, 1999) situando a un mismo nivel el organismo que controla el recurso (Water and Rivers Comisión) y el que controla los usos (Office of Water Regulation). Ambos dependen del Ministerio del Agua. Una reforma de la administración del agua en España en esa misma dirección es una posibilidad que aún no se atisba aún cuando el paso del tiempo no hace sino evidenciar más su necesidad. El caso de Australia, con una estructura global similar a la de Israel (Arlossorof, 1971), es notable pues la reforma busca propiciar una gestión integral y evitar disfunciones. Israel, país tan singular como joven, nace ya con esta estructura, siendo por ello su ejemplo menos relevante. Sin embargo España, sometida a una fuerza centrífuga brutal que parte de las Autonomías camina en dirección opuesta a lo que dicta el sentido común: gestionar el agua de manera integral.
Elías Navarrete.
Mientras una reforma de la administración no cambie la dinámica actual, el suministro urbano de agua no alcanzará los estándares propios de un país moderno. Cortar el agua en cuanto llega una sequía, permitir, cuando no promover, de manera generalizada la presencia de aljibes, seguir sin establecer estándares de calidad que marquen las directrices sobre cómo prestar un servicio tan esencial, tener redes con rendimientos impropios de un país en que se dice que el agua es un bien preciado y escaso con todos los riesgos sanitarios que estos defectos conllevan y sin que se atisbe ningún impulso que indique que la situación vaya en el corto plazo a cambiar, debieran ser estas palabras para invitar a la reflexión de todos pero particularmente de quienes tiene la capacidad para modificar el rumbo de esta nave.
En el actual contexto no es coherente decir que el agua es un bien escaso. Antes bien esa frase suena a cantinela exenta de rigor. Se aprecia sólo lo que cuesta y el agua prácticamente se regala. Y aunque es evidente que incrementar el coste de servicios esenciales no es plato de buen gusto, un ciudadano educado entendería fácilmente esa necesidad y lo asumiría de buen grado. Pero esta falta de educación ambiental está comprometiendo el futuro de las generaciones venideras. Esperemos que esta nueva legislatura, a pesar de la crisis que nos rodea, vea por fin el principio del cambio de la política del agua.
Jerónimo Narváez.
Las plantas desnitrificadoras de Gandia utilizan la tecnología de "Electrodiálisis Reversible", por lo que se trata de las primeras de estas características en la península Ibérica -en Canarias hay una mucho más pequeña-. Este sistema utiliza un proceso electroquímico que desnitrifica el agua mediante el uso de la corriente eléctrica. Al aplicarse una diferencia de potencial en un apilamiento de membranas, se eliminan la mayor parte de las sales contenidas, entre ellas los nitratos.
La planta cuenta en total con tres zonas: Un depósito de almacenamiento del agua antes de ser tratada; la potabilizadora, donde se aplica la electrodiálisis; y una tercera para reposar el agua durante media hora y poder así clorarla. Las dos plantas se completarán con un depósito de reserva de unos 12.000 metros cúbicos, para cubrir momentos puntuales de fugas o falta de presión. Asimismo, se prevé la instalación de placas solares fotovoltaicas en las dos plantas, que suministrarían una cuarta parte del total de la energía eléctrica.
Por otra parte, el Instituto de Tecnología Química (ITQ), centro mixto de la Universidad Politécnica de Valencia y del CSIC, y el grupo Aguas de Valencia, están desarrollando una nueva tecnología que utiliza un catalizador para disminuir hasta en un 70% el nivel de nitratos. La reducción de costes que permite este sistema, según sus responsables, permitiría generalizar la desnitrificación, ya que hay otros muchos abastecimientos, más pequeños y aislados, cuya solución técnica es muy costosa.
Sebastián Del Pino Cárdenas.
Hay un gran número de contaminantes del agua que se pueden clasificar de muy diferentes maneras. Una posibilidad bastante usada es agruparlos en los siguientes ocho grupos:
1. Microorganismos patógenos. Son los diferentes tipos de bacterias, virus, protozoos y otros organismos que transmiten enfermedades como el cólera, tifus, gastroenteritis diversas, hepatitis, etc. En los países en vías de desarrollo las enfermedades producidas por estos patógenos son uno de los motivos más importantes de muerte prematura, sobre todo de niños. Normalmente estos microbios llegan al agua en las heces y otros restos orgánicos que producen las personas infectadas. Por esto, un buen índice para medir la salubridad de las aguas, en lo que se refiere a estos microorganismos, es el número de bacterias coliformes presentes en el agua. La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda que en el agua para beber haya 0 colonias de coliformes por 100 ml de agua.
2. Desechos orgánicos. Son el conjunto de residuos orgánicos producidos por los seres humanos, ganado, etc. Incluyen heces y otros materiales que pueden ser descompuestos por bacterias aeróbicas, es decir en procesos con consumo de oxígeno. Cuando este tipo de desechos se encuentran en exceso, la proliferación de bacterias agota el oxígeno, y ya no pueden vivir en estas aguas peces y otros seres vivos que necesitan oxígeno. Buenos índices para medir la contaminación por desechos orgánicos son la cantidad de oxígeno disuelto, OD, en agua, o la DBO (Demanda Biológica de Oxígeno).
3. Sustancias químicas inorgánicas. En este grupo están incluidos ácidos, sales y metales tóxicos como el mercurio y el plomo. Si están en cantidades altas pueden causar graves daños a los seres vivos, disminuir los rendimientos agrícolas y corroer los equipos que se usan para trabajar con el agua.
4. Nutrientes vegetales inorgánicos. Nitratos y fosfatos son sustancias solubles en agua que las plantas necesitan para su desarrollo, pero si se encuentran en cantidad excesiva inducen el crecimiento desmesurado de algas y otros organismos provocando la eutrofización de las aguas. Cuando estas algas y otros vegetales mueren, al ser descompuestos por los microorganismos, se agota el oxígeno y se hace imposible la vida de otros seres vivos. El resultado es un agua maloliente e inutilizable.
5. Compuestos orgánicos. Muchas moléculas orgánicas como petróleo, gasolina, plásticos, plaguicidas, disolventes, detergentes, etc. acaban en el agua y permanecen, en algunos casos, largos períodos de tiempo, porque, al ser productos fabricados por el hombre, tienen estructuras moleculares complejas difíciles de degradar por los microorganismos.
6. Sedimentos y materiales suspendidos. Muchas partículas arrancadas del suelo y arrastradas a las aguas, junto con otros materiales que hay en suspensión en las aguas, son, en términos de masa total, la mayor fuente de contaminación del agua. La turbidez que provocan en el agua dificulta la vida de algunos organismos, y los sedimentos que se van acumulando destruyen sitios de alimentación o desove de los peces, rellenan lagos o pantanos y obstruyen canales, rías y puertos.
7. Sustancias radiactivas. Isótopos radiactivos solubles pueden estar presentes en el agua y, a veces, se pueden ir acumulando a los largo de las cadenas tróficas, alcanzando concentraciones considerablemente más altas en algunos tejidos vivos que las que tenían en el agua.
8. Contaminación térmica. El agua caliente liberada por centrales de energía o procesos industriales eleva, en ocasiones, la temperatura de ríos o embalses con lo que disminuye su capacidad de contener oxígeno y afecta a la vida de los organismos.
Tomas García Medina.
Por todo lo dicho hasta ahora se puede decir que la modernización del suministro de agua en las ciudades es una asignatura que la política del agua tiene pendiente en España. Una asignatura de cierta dificultad pues nadie se atreve a mover ficha en un tablero complejo, pese a que nadie discute la necesidad de hacerlo. Tampoco la actual cultura medioambiental de la sociedad, moldeada por el devenir de los tiempos, lo propicia. Con todo el ciudadano debe comprender que el marco actual se parece poco al de hace unas décadas y que la política del agua debe adecuarse al nuevo contexto.
El debate hídrico centrado en qué obras son las que más convienen al supuesto déficit hídrico debe perder todo protagonismo. Porque lo que ahora interesa es establecer las nuevas reglas de juego que presidan la política del agua en el siglo XXI y las estructuras de gestión que permitan, con eficacia, desarrollar el modelo antes definido. No hacerlo así equivale a seguir propiciando el deterioro de estas infraestructuras, y de sus tuberías centenarias, dejando a las generaciones venideras la pesada hipoteca económica de sanearlas.
Roberto Sánchez.
Los métodos de tratamiento de las aguas para nitratos y otros muchos contaminantes pueden dividirse en tres grandes grupos:
1º.-Barreras permeables reactivas: Se construye una trinchera en el acuífero para colocar una barrera de algún material reactivo, de manera que se filtra una amplia gama de contaminantes, entre ellos el nitrato. Se trata de un método barato que no requiere mantenimiento ni fuentes de energía, por lo que resulta ideal para zonas rurales o en vías de desarrollo
2º.-Métodos biológicos: Se utilizan ampliamente para eliminar nitratos y componentes orgánicos degradables, especialmente cuando la contaminación por biodegradación es muy rápida
3º.-Métodos electroquímicos: Son más complejos que los anteriores, pero se recomienda su uso para medios acuíferos fracturados. Se trata de sistemas que utilizan la corriente eléctrica y que parecen ofrecer más garantías para remediar derrames o fugas de productos químicos orgánicos
Sebastián Del Pino Cárdenas.
Las aguas subterráneas son una de las principales fuentes de suministro para uso doméstico y para el riego en muchas partes de España y del mundo. En España alrededor de la tercera parte del agua que se usa en las ciudades y la industria y la cuarta parte de la que se usa en agricultura son aguas subterráneas. En muchos lugares en los que las precipitaciones son escasas e irregulares pero el clima es muy apto para la agricultura son un recurso vital y una gran fuente de riqueza, ya que permiten cultivar, productos muy apreciados en los mercados internacionales.
Las aguas subterráneas suele ser más difíciles de contaminar que las superficiales, pero cuando esta contaminación se produce, es más difícil de eliminar. Sucede esto porque las aguas del subsuelo tienen un ritmo de renovación muy lento. Se calcula que mientras el tiempo de permanencia medio del agua en los ríos es de días, en un acuífero es de cientos de años, lo que hace muy difícil su purificación.
La explotación incorrecta de las aguas subterráneas origina varios problemas. En muchas ocasiones la situación se agrava por el reconocimiento tardío de que se está deteriorando el acuífero, porque como el agua subterránea no se ve, el problema puede tardar en hacerse evidente. Los principales problemas son:
a) Por agotamiento del acuífero.
Un buen uso de las aguas subterráneas exige tener en cuenta que, en los lugares en que las precipitaciones son escasas, los acuíferos se van cargando de agua muy lentamente y si se consumen a un ritmo excesivamente rápido, se agotan. Cuando se produce explotación intensiva, sequía u otras causas que van disminuyendo el nivel del agua contenida en el acuífero se derivan problemas ecológicos como, por ejemplo, en las Tablas de Daimiel, Parque Nacional situado en La Mancha formado por zonas húmedas muy ricas en aves. La explotación creciente para usos agrícolas del acuífero 23 que nutre de agua al Parque ha hecho que en los años de pocas lluvias grandes áreas de las Tablas se queden sin agua.
Cuando estos acuíferos se encuentran en la costa, al ir vaciándose de agua dulce, van siendo invadidos por agua salada (intrusión) y queda inutilizados para el uso humano. En la costa mediterránea española prácticamente todos los acuíferos están afectados por este problema y necesitan una mejora urgente de su explotación o de sus sistemas de control y, en muchos casos, es imprescindible permitir que se recarguen de agua antes de seguir explotándolos.
b) Por contaminación de las aguas subterráneas.
Se suelen distinguir dos tipos de procesos contaminantes de las aguas subterráneas: los "puntuales" que afectan a zonas muy localizadas, y los "difusos" que provocan contaminación dispersa en zonas amplias, en las que no es fácil identificar un foco principal.
Luis Enrique Navío.
Muchos compuestos químicos diferentes son considerados contaminantes, desde simples iones inorgánicos hasta complejas moléculas orgánicas.
Los contaminantes del agua se dividen en varias clases. Cada clase de contaminante tiene sus maneras específicas de introducirse en el medio ambiente y sus peligros específicos. Todas las clases incluyen contaminantes importantes y son conocidos por muchas personas, debido a sus diversos efectos sobre la salud.
Los compuestos orgánicos son compuestos formados por enlaces largos, generalmente de carbono. Muchos compuestos orgánicos son tejidos básicos de los organismos vivos. Las moléculas formadas por carbono y por carbono e hidrógeno son apolares y no son solubles en agua o son poco solubles en agua. Tienen de poca a ninguna carga eléctrica.
El comportamiento de los compuestos orgánicos depende de su estructura molecular, tamaño y forma y de la presencia de grupos funcionales que son determinantes importantes de la toxicidad.
Es importante conocer la estructura de los compuestos orgánicos, con el objeto de predecir su destino en los organismos vivos y en el medio ambiente. Todos los compuestos orgánicos que son peligrosos para la salud son producidos por el hombre y sólo han existido durante el último siglo.
Existen muchos tipos diferentes de contaminantes orgánicos, algunos ejemplos son:
- Hidrocarburos. Estos son enlaces carbono-hidrógeno. Pueden dividirse en dos grupos, estando el primero formado por alcanos de enlace simple, alquenos de enlace doble y alquinos de triple enlace (gases o líquidos) y el segundo por los hidrocarburos aromáticos, que contienen estructuras de anillo (líquidos o sólidos). Los hidrocarburos aromáticos tales como los PAH's son mucho mas reactivos que cualquiera de los del primer grupo de hidrocarburos.
- Los PCB's son fluidos estables y no reactivos que son utilizados como fluidos hidráulicos, fluidos refrigerantes o de aislamiento en transformadores y plastificadores en pinturas. Existen muchos PCB's diferentes. Ninguno de ellos es soluble en agua. En muchos países los PCB's están restringidos.
- Los insecticidas tales como el DDT son muy peligrosos porque se acumulan en los tejidos grasos de los animales inferiores y se introducen en la cadena alimentaria. Han sido restringidos desde hace décadas.
- Detergentes. Estos pueden ser tanto polares como apolares.
Un saludo, Ignacio Herrador.
Actividades que suelen provocar contaminación puntual son:
Lixiviados de vertederos de residuos urbanos y fugas de aguas residuales que se infiltran en el terreno.
Lixiviados de vertederos industriales, derrubios de minas, depósitos de residuos radiactivos o tóxicos mal aislados, gasolineras con fugas en sus depósitos de combustible, etc.
Pozos sépticos y acumulaciones de purines procedentes de las granjas.
Este tipo de contaminación sueles ser más intensa junto al lugar de origen y se va diluyendo al alejarnos. La dirección que sigue el flujo del agua del subsuelo influye de forma muy importante en determinar en que lugares los pozos tendrán agua contaminada y en cuales no. Puede suceder que un lugar relativamente cercano al foco contaminante tenga agua limpia, porque la corriente subterránea aleja el contaminante de ese lugar, y al revés.
La contaminación difusa suele estar provocada por:
Uso excesivo de fertilizantes y pesticidas en la agricultura o en las prácticas forestales.
Explotación excesiva de los acuíferos que facilita el que las aguas salinas invadan la zona de aguas dulces, por desplazamiento de la interfase entre los dos tipos de aguas.
Este tipo de contaminación puede provocar situaciones especialmente preocupantes con el paso del tiempo, al ir cargándose de contaminación, lenta pero continuamente, zonas muy extensas.
Los acuíferos tienen una cierta capacidad de autodepuración, mayor o menor según el tipo de roca y otras características. Las sustancias contaminantes, al ir el agua avanzando entre las partículas del subsuelo se filtran y dispersan y también son neutralizadas, oxidadas, reducidas o sufren otros procesos químicos o biológicos que las degradan. De esta manera el agua va limpiándose.
Cuando la estructura geológica del terreno facilita una zona amplia de aireación, los procesos de depuración son más eficaces. También es muy favorable la abundancia de arcillas y de materia orgánica. En cambio en los depósitos aluviales o las zonas kársticas la purificación del agua es mucho más difícil y este tipo de acuíferos son mucho más sensibles a la contaminación.
Es muy importante, de todas formas, tener en cuenta que las posibilidades de depuración en el acuífero son limitadas y que el mejor método de protección es, por tanto, la prevención. No contaminar, controlar los focos de contaminación para conocer bien sus efectos y evitar que las sustancias contaminantes lleguen al acuífero son los mejores métodos para poder seguir disfrutando de ellos sin problemas.
Cuando un acuífero está contaminado y hay que limpiarlo el proceso es muy difícil y muy caro. Se han usado procedimientos que extraen el agua, la depuran y la vuelven a inyectar en el terreno, pero no siempre son eficaces y consumen una gran cantidad de energía y dinero.
Francisco José Jiménez.
Algunos contaminantes inorgánicos no son particularmente tóxicos, pero aún así son un peligro para el medio ambiente porque son usados extensivamente. Estos incluyen fertilizantes, tales como nitratos y fosfatos. Los nitratos y fosfatos provocan auges algales globales en las aguas superficiales, lo que hace que el nivel de oxígeno en el agua disminuya. Esto provoca un stress oxigénico debido a la toma de oxígeno por parte de los microorganismos descomponedores de algas. A esto se le llama eutrofización.
Al hablar de la contaminación de las aguas por los metales hay que tener en cuenta que los metales son buenos conductores de la electricidad y generalmente participan en las reacciones químicas como iones positivos, conocidos como cationes. Los metales son sustancias naturales que se han formado por meteorización de minerales, allí donde fueron depositados durante la actividad volcánica. Pueden ser vueltos a poner en situación de causar serios peligros medioambientales. Algunos ejemplos de metales son: plomo, zinc, manganeso, calcio y potasio. Se pueden encontrar en aguas superficiales en sus formas iónicas estables. Los metales artificiales pueden ser muy peligrosos, porque a menudo provienen de reacciones nucleares provocadas por los hombres y pueden ser fuertemente radiactivos.
Los metales pueden reaccionar con otros iones para formar productos peligrosos. A menudo están implicados en reacciones de transferencia electrónica en las que el oxígeno está presente. Esto puede llevar a la formación de oxi-radicales tóxicos.
Los metales pueden formar metaloides y luego unirse a compuestos orgánicos para formar sustancias lipófilas que a menudo son altamente tóxicas y que pueden ser almacenadas en las reservas se grasas de los animales y humanos. Los metales también pueden unirse a macromoléculas celulares en el cuerpo humano.
Los metales pesados son los metales más peligrosos. Tienen una densidad mayor de 5 y es por eso que se les llama pesados.
Los metales no pueden ser rotos en componentes menos peligrosos, porque no son bio-degradables. La única oportunidad que tienen los organismos contra los metales es almacenarlos en tejidos corporales donde no puedan causar ningún daño.
Los organismos necesitan metales, ya que son esenciales para su salud y a menudo son componentes esenciales de los enzimas.
Ignacio Herrador.
En cuanto a los Isótopos radiactivos deseo puntualizar que un 87% de la dosis de radiación que recibimos proviene de fuentes naturales. El resto de la radiación proviene de las actividades humanas. Probablemente sea menos conocida la función que desempeña la radiación en la industria, la agricultura y la investigación. La inspección de soldaduras, la detección de grietas en metal forjado o fundido, el alumbrado de emergencia, la datación de antigüedades y la preservación de alimentos son algunas de sus numerosas aplicaciones. En promedio, la industria nuclear representa menos del 0,1% de la radiación total que el hombre recibe.
Sigue habiendo discusiones sobre si los beneficios de la energía nuclear exceden a los peligros de la radiactividad. Cuando un átomo de una sustancia radiactiva se descompone, puede producir cuatro tipos de partículas: alfa, beta, gamma y neutrones. Las partículas alfa solo pueden viajar una corta distancia a través del aire y los tejidos humanos, pero pueden ser muy dañinas si colisionan con células debido a su enorme masa. Están cargadas positivamente. Las partículas beta son más penetrantes, pero producen muchos menos daños que las partículas alfa. Están cargadas negativamente.
Los rayos gamma son altamente penetrantes. El daño que producen es similar al que producen los rayos beta.
Los neutrones son liberados por radiaciones y reaccionan con otros elementos al colisionar con ellos. Son la base de la fisión nuclear en un reactor.
La radiactividad de una sustancia se mide en becquerels, pero esto no expresa la cantidad de tejido que la radiación daña. La cantidad de radiación que hace que 1 Kg. de tejido absorba 1 Julio de energía se expresa en grays. Diferentes tipos de radiación causan diferentes tipos de daños, porque la energía se imparte de diferente forma en los tejidos. Esto se expresa en sieverts. Una cierta cantidad de radiación alfa puede causar veinte veces más daño que la misma cantidad de radiación beta. Cada material radiactivo debe ser almacenado durante un periodo de tiempo diferente, con el objeto de eliminar su peligro. Las vidas medias y las formas de descomposición de los isótopos radiactivos determinan su peligrosidad para los humanos. El tiempo durante el cual tiene que ser almacenado depende de la vida media de los isótopos, es decir, del tiempo que tardan en descomponerse las mitas de los átomos del isótopo radiactivo.
Ignacio Herrador.
Alrededor de la cuarta parte del agua utilizada en España es de origen subterráneo. Con ella se atiende a las necesidades de más de un tercio de la población y se riega algo menos que un tercio de la superficie total regada. En las zonas más secas es la fuente fundamental de agua, mientras que en zonas más húmedas, como Galicia, es un recurso complementario.
Controlar la calidad de las aguas subterráneas es más caro y difícil que hacerlo con las superficiales. En España existen más de 11 000 puntos de análisis y en 6000 de ellos hay controles periódicos de la calidad.
Los principales problemas de los acuíferos son de contaminación difusa. Principalmente por contaminación con nitratos y por invasión de agua salada. Las contaminaciones puntuales no son un grave problema, exceptuando algunas zonas muy concretas en núcleos industriales o junto a grandes poblaciones.
El problema más preocupante es el de los altos niveles de concentración de nitratos en algunos depósitos de aguas subterráneas. El límite máximo permitido por la reglamentación es de 50 mg/l en el agua de abastecimiento de la población, y en los abastecimientos de más de un millar de municipios, que reúnen a más de dos millones de habitantes, principalmente de la zona mediterránea, se han detectado cantidades superiores a esa cifra. De los 88 sistemas acuíferos censados en el Atlas Nacional en 1992, la mitad presentan puntos con concentraciones de nitrato superiores a 50 mg/L. De ellos sólo una cuarta parte evolucionan favorablemente en los últimos años. El resto se mantiene estable en sus niveles de contaminación o empeora.
Generalizando se puede decir que los acuíferos de la zona norte se encuentran en situación buena, mientras que los de la zona mediterránea, entre Gerona y Málaga se encuentran muy afectados por este problema. También están en una situación bastante deteriorada los de las cuencas de los ríos Guadiana y Júcar y algunas zonas de las del Tajo y Duero, especialmente en las provincias de Badajoz, Ciudad Real y Albacete. Asimismo es mala la situación en Mallorca y en algunas zonas de Tenerife y Gran Canaria.
El exceso de nitratos se da precisamente en las zonas en las que los acuíferos son más utilizados. En zonas cálidas en las que se puede usar agua subterránea para regar, las cosechas pueden ser muy buenas y tempranas, lo que posibilita muy buenos rendimientos económicos. Por eso se cultiva más intensamente y el campo necesita ser fertilizado con nitratos. Si se usa una cantidad excesiva de estos, el agua los acaba arrastrando al acuífero y se establece un ciclo que hace que cada vez haya más compuestos de nitrógeno acumulados en las aguas subterráneas.
El otro proceso preocupante es el de entrada de agua salada en los acuíferos cuando estos son sobreexplotados. También este problema es especialmente acuciante en la zona mediterránea, en acuíferos cercanos a la costa. Estos acuíferos limitan con aguas subterráneas salinas, situadas bajo el mar, y cuando se retira demasiada agua dulce de ellos, la interfase se desplaza, penetrando el agua salina en zonas en las que sólo había agua dulce hasta entonces. Cuando pasa esto no sólo se ve amenazado el suministro de agua para las poblaciones y el regadío, sino que también se producen daños en los ecosistemas que dependían de la descarga de aguas de estos acuíferos.
Eduardo Ross.
Las formas específicas a través de las cuales los contaminantes del agua se introducen en el ambiente son:
Los vertidos de aguas residuales representan una importante fuente global de contaminación. Los residuos domésticos e industriales son vertidos en las aguas superficiales a través de los sistemas de alcantarillado. En algunos casos los residuos industriales son vertidos directamente en las aguas superficiales. La calidad de las aguas residuales que se vierten al agua depende de los contaminantes que contenga y del tratamiento al que haya sido sometida el agua residual antes de ponerse en contacto con las aguas superficiales.
Las aguas residuales domésticas contienen principalmente papel, jabón, orina, heces y detergentes. Los residuos industriales son variados y dependen de los procesos específicos de las industrias que los originan.
Los metales pesados están asociados con las operaciones de minería y fundición, los clorofenoles y fungicidas con las fábricas de papel, los insecticidas con las fábricas de pesticidas, diferentes compuestos químicos orgánicos con la industria química y las sustancias radiactivas con las plantas de energía nuclear.
En el interior las emisiones de residuos industriales son atentamente controladas, pero en el mar la extracción de petróleo y manganeso conducen al vertido directo de contaminantes en el mar. Los residuos radiactivos son tirados al mar en grandes barriles de cemento para que se hundan, pero a menudo los barriles acaban teniendo pérdidas después de un tiempo. Los representantes de industrias a menudo envían sus residuos al mar para que sean vertidos ilegalmente, porque su purificación es muy cara.
Los buques petroleros y los naufragios vierten fuel en el mar, y se echan pesticidas al agua para controlar las plagas acuáticas. Las pinturas de los barcos de descomponen durante los viajes largos y finalmente acaban en al agua.
Durante el periodo de crecimiento de los cultivos las plantas absorben nitrógeno y fosfatos, pero cuando las plantas mueren, la materia muerta vegetal los devuelve al suelo y a menudo acaban en las aguas superficiales.
A parte de la contaminación deliberada de las aguas superficiales, los contaminantes también pueden incorporarse al medioambiente accidentalmente, por ejemplo a través de la deposición atmosférica. De esta forma los pesticidas pueden incorporarse a las aguas superficiales fácilmente, porque son aplicados en forma de gotas o vapor. Los contaminantes presentes en el suelo pueden incorporarse a las aguas superficiales por medio de fuertes lluvias o bien infiltrarse en el suelo y entrar en las aguas superficiales a través de las aguas subterráneas.
Los efectos de los contaminantes se notan sobre todo en pequeños mares interiores y en lagos. Esto es así porque los océanos tienen un sistema natural de dilución de los contaminantes, mientras que los lagos no tienen una manera efectiva de deshacerse de ellos. Debido a esto, todo depende de la tasa de degradación y precipitación que eliminará del agua los contaminantes.
Ignacio Herrador.
Los contaminantes pueden encontrarse en el agua en diferentes estados. Pueden estar disueltos o en suspensión, lo que significa que se encuentran en forma de gotas o de partículas. Los contaminantes también pueden estar disueltos en gotas o absorbidos por partículas. Todos los estados de los contaminantes pueden desplazarse grandes distancias en el agua de muchas maneras diferentes.
La materia particulada puede caer al fondo de los cauces y lagos o ascender a la superficie, dependiendo de su densidad. Esto significa que mayormente permanece en la misma posición cuando el agua no fluye deprisa. En los ríos, los contaminantes normalmente viajan a grandes distancias. La distancia a la que viajan depende de la estabilidad y el estado físico del contaminante y de la velocidad del flujo del río. Los contaminantes viajan mayores distancias cuando están disueltos en un río de flujo rápido. Las concentraciones en un lugar son entonces generalmente bajas, pero el contaminante puede ser detectado en muchos más sitios que si no hubiera sido transportado tan fácilmente.
En lagos y océanos los contaminantes son transportados por las corrientes. Existen muchas corrientes en los océanos, que son producidas por los vientos. Esto permite a los contaminantes viajar de un continente a otro.
Normalmente confiamos en la habilidad de los océanos para reducir la concentración de los contaminantes, la así llamada “capacidad autolimpiadora” de los océanos. Pero esto no siempre funciona, porque el movimiento de las corrientes en los océanos no es uniforme. Esto hace que las aguas interiores tengan a menudo niveles de contaminación sustancialmente superiores a los del mar abierto.
Cuando los contaminantes persistentes se acumulan en peces o en pájaros no solo pueden convertirse en un peligro tóxico para las cadenas alimentarias acuáticas, sino que también pueden desplazarse grandes distancias dentro de estos animales y acabar en las cadenas alimentarias de áreas no contaminadas.
Los procesos físicos determinan al movimiento de los compuestos químicos en el agua; el movimiento depende de las propiedades de los mismos compuestos químicos y de las propiedades del agua.
Ignacio Herrador.
A propósito de un comentario anterior sobre la eutrofización de las aguas deseo añadir que un río, un lago o un embalse sufren eutrofización cuando sus aguas se enriquecen en nutrientes. Podría parecer a primera vista que es bueno que las aguas estén bien repletas de nutrientes, porque así podrían vivir más fácilmente los seres vivos. Pero la situación no es tan sencilla. El problema está en que si hay exceso de nutrientes crecen en abundancia las plantas y otros organismos. Más tarde, cuando mueren, se pudren y llenan el agua de malos olores y le dan un aspecto nauseabundo, disminuyendo drásticamente su calidad.
El proceso de putrefacción consume una gran cantidad del oxígeno disuelto y las aguas dejan de ser aptas para la mayor parte de los seres vivos. El resultado final es un ecosistema casi destruido.
Cuando un lago o embalse es pobre en nutrientes (oligotrófico) tiene las aguas claras, la luz penetra bien, el crecimiento de las algas es pequeño y mantiene a pocos animales. Las plantas y animales que se encuentran son los característicos de aguas bien oxigenadas como las truchas.
Al ir cargándose de nutrientes el lago se convierte en eutrófico. Crecen las algas en gran cantidad con lo que el agua se enturbia. Las algas y otros organismos, cuando mueren, son descompuestos por la actividad de las bacterias con lo que se gasta el oxígeno. No pueden vivir peces que necesitan aguas ricas en oxígeno, por eso en un lago de estas características encontraremos barbos, percas y otros organismos de aguas poco ventiladas. En algunos casos se producirán putrefacciones anaeróbicas acompañadas de malos olores Las aguas son turbias y de poca calidad desde el punto de vista del consumo humano o de su uso para actividades deportivas. El fondo del lago se va rellenando de sedimentos y su profundidad va disminuyendo.
Nutrientes que eutrofizan las aguas
Los nutrientes que más influyen en este proceso son los fosfatos y los nitratos. En algunos ecosistemas el factor limitante es el fosfato, como sucede en la mayoría de los lagos de agua dulce, pero en muchos mares el factor limitante es el nitrógeno para la mayoría de las especies de plantas.
En los últimos 20 o 30 años las concentraciones de nitrógeno y fósforo en muchos mares y lagos casi se han duplicado. La mayor parte les llega por los ríos. En el caso del nitrógeno, una elevada proporción (alrededor del 30%) llega a través de la contaminación atmosférica. El nitrógeno es más móvil que el fósforo y puede ser lavado a través del suelo o saltar al aire por evaporación del amoniaco o por desnitrificación. El fósforo es absorbido con más facilidad por las partículas del suelo y es arrastrado por la erosión bien como partículas erosionadas o disuelto por las aguas de escorrentía superficiales.
Jorge Colmenero.
Cuando la contaminación entra en el cuerpo de un organismo provoca una serie de cambios. Estos cambios pueden o no servir para proteger al organismo contra efectos dañinos. La primera respuesta de un organismo contra los contaminantes es la puesta en acción de un mecanismo protector. En la mayoría de los casos estos mecanismos mantienen la destoxificación de los contaminantes, pero en algunos casos producen sustancias activas que pueden causar más daño a la célula que es contaminante original.
Otra respuesta es la de reducir la disponibilidad de los contaminantes enlazándolos a otra molécula, para excretarlos o almacenarlos.
Junto con los mecanismos protectores un organismo también puede poner en acción un mecanismo que repare el daño causado por los contaminantes.
Las respuestas a la toxicidad y la absorción de los contaminantes no sólo dependen del contaminante que entre en el cuerpo de los organismos, sino también del tipo de organismo en cuestión.
Los contaminantes del agua pueden tener muchos efectos diferentes en los organismos, dependiendo siempre del contaminante y del organismo en cuestión. A continuación discutiremos los efectos generales que puede tener un contaminante.
Se sabe de muchos compuestos que causan daños en el ADN cuando entran en el cuerpo de un organismo. Estos compuestos se llaman genotoxinas, debido a su efecto genotóxico.
Normalmente, cuando los contaminantes dañan el ADN, un sistema natural de reparación en el organismo lo devolverá a su estado natural, pero cuando este sistema falla por alguna razón, las células con ADN dañado pueden dividirse. Se producen entonces células mutantes y el defecto se puede extender, haciendo que la descendencia del organismo tenga serios defectos que son a menudo muy perjudiciales para la salud.
Algunos ejemplos de genotoxinas son PAH’s, aflatoxinas y cloruro de vinilo.
En todas estas genotoxinas no es el componente original el que reacciona con el ADN, ya que éste es relativamente estable. Las reacciones son normalmente provocadas por compuestos de vida corta altamente reactivos que se producen a partir del compuesto original.
Ignacio Herrador.
Existen varios contaminantes carcinógenos, lo que quiere decir que inducen cáncer en el cuerpo de humanos y animales. Los contaminantes carcinógenos son contaminantes que intervienen en una o más de las fases de desarrollo de cáncer en un organismo.
Los contaminantes pueden ser inductores; esto significa que introducen propiedades cancerígenas en las células de un organismo. También pueden ser promotores, lo que significa que promueven el crecimiento de células que tienen propiedades cancerígenas. Por último, pueden ser progresores, lo que significa que estimulan la división incontrolada y la propagación de las células de cancerígenas. Cuando una de estas sustancias está ausente el cáncer no puede inducirse.
Cuando las células cancerígenas son malignas, pueden propagarse por el cuerpo humano rápidamente, provocando defectos en células sanas y en mecanismos inmunitarios. Destruirán las células normales del cuerpo y causarán cáncer en órganos y sistemas.
El sistema nervioso de los organismos es también muy sensible a los efectos tóxicos de los compuestos químicos tanto naturales como artificiales. Los compuestos químicos que causan efectos neurológicos se llaman neurotoxinas. Algunos ejemplos de neurotoxinas peligrosas son los insecticidas.
Todas las neurotoxinas alteran la transmisión normal de impulsos nerviosos a lo largo de los nervios o a través de las sinapsis. Las consecuencias de la neurotoxicidad son variadas. Éstas pueden ser temblores musculares no coordinados y convulsiones, disfunción de los nervios y transmisiones, mareos y depresión, o incluso total disfunción de algunas partes del cuerpo. La neurotoxicidad puede ser tan seria, que las sinapsis se bloqueen. El bloqueo de las sinapsis provoca la muerte como resultado de la parálisis de los músculos del diafragma y fallo respiratorio.
La transformación de la energía en los organismos se hace a través de los sistemas mitocondriales en las células. En la mitocondria se producen moléculas de ATP, que transfieren energía a través del cuerpo del organismo. Cuando la producción de ATP es alterada, la transferencia de energía cesará. Esto hará al organismo sentirse cansado y carente de vida e incapaz de funcionar con normalidad.
Miguel Fuentes.
Los contaminantes que producen fallos en la reproducción debidos al daño en los órganos reproductores se llaman alteradores endocrinos. Hay diversas maneras en las que un contaminante puede actuar como alterador endocrino. La primera es un compuesto químico estrógeno. Esto es un compuesto químico que imita a un estrógeno uniéndose al receptor del estrógeno. Esto tiene como consecuencia la inducción de procesos estrogénicos, haciendo que el organismo experimente un fallo reproductivo debido a una alteración del sistema reproductor. Un compuesto químico estrogénico también puede bloquear los efectos de los estrógenos endógenos al unirse al receptor estrogénico. Esto provoca la masculinización de los organismos hembra. También es posible encontrar compuestos químicos reproductivos femeninos en organismo macho. Esto crea organismos hermafroditas. El imposex (superposición de caracteres sexuales masculinos sobre las hembras) ha sido ampliamente constatado en organismos marinos, por ejemplo en el caracolillo multicolor o caracol púrpura (Nucella lapillus) con el tributil.
Otra serie de problemas se tienen cuando los compuestos químicos bloquean los receptores. En este caso, la acción normal de la hormona es inhibida, ya que no puede reaccionar con el receptor. Esto puede causar infertilidad cuando ocurre durante un largo periodo de tiempo.
Miguel Fuentes.
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Todos los comportamientos son vulnerables a ser alterados por contaminantes. Los niveles de forraje pueden disminuir, resultando en una reducción de la producción. La vulnerabilidad a los predadores puede aumentar, debido a una disminución de la vigilancia. De esta manera, los efectos de los contaminantes en el comportamiento resultan en una disminución de la producción y mayores tasas de mortalidad.
Un resultado frecuente de la contaminación es la pérdida de apetito y por lo tanto una menor ingesta de alimentos. La localización de las presas también se puede ver afectada, debido a los efectos de los contaminantes en las estrategias de aprendizaje, búsqueda y sistemas sensoriales.
Estos efectos comportamentales se traducen en menores probabilidades de supervivencia de los organismos, principalmente animales.
Una propiedad de los contaminantes que siempre debe tenerse en cuenta es su posibilidad de interactuar unos con otros. Las reacciones químicas que hacen que los compuestos químicos se combinen pueden reducir su efecto químico conjunto, pero también lo pueden aumentar, haciendo a un contaminante incluso más peligroso para los organismos.
Ignacio Herrador.
La contaminación de las aguas puede proceder de fuentes naturales o de actividades humanas. En la actualidad la más importante, sin duda, es la provocada por el hombre. El desarrollo y la industrialización suponen un mayor uso de agua, una gran generación de residuos muchos de los cuales van a parar al agua y el uso de medios de transporte fluviales y marítimos que, en muchas ocasiones, son causa de contaminación de las aguas.
En este comentario y siguientes, deseo referirme a las fuentes naturales y antropogénicas de contaminación, estudiando dentro de estas últimas las industriales, los vertidos urbanos, las procedentes de la navegación y de las actividades agrícolas y ganaderas.
Algunas fuentes de contaminación del agua son naturales. Por ejemplo, el mercurio que se encuentra naturalmente en la corteza de la Tierra y en los océanos contamina la biosfera mucho más que el procedente de la actividad humana. Algo similar pasa con los hidrocarburos y con muchos otros productos.
Normalmente las fuentes de contaminación natural son muy dispersas y no provocan concentraciones altas de polución, excepto en algunos lugares muy concretos. La contaminación de origen humano, en cambio, se concentra en zonas concretas y, para la mayor parte de los contaminantes, es mucho más peligrosa que la natural.
Hay cuatro focos principales de contaminación antropogénica o de origen humano:
1. La industria. Según el tipo de industria se producen distintos tipos de residuos. Normalmente en los países desarrollados muchas industrias poseen eficaces sistemas de depuración de las aguas, sobre todo las que producen contaminantes más peligrosos, como metales tóxicos. En algunos países en vías de desarrollo la contaminación del agua por residuos industriales es muy importante.
Sector industrial Substancias contaminantes principales
Construcción Sólidos en suspensión, metales, pH.
Minería Sólidos en suspensión, metales pesados, materia orgánica, pH, cianuros.
Energía Calor, hidrocarburos y productos químicos.
Textil y piel Cromo, taninos, tensoactivos, sulfuros, colorantes, grasas, disolventes orgánicos, ácidos acético y fórmico, sólidos en suspensión.
Automoción Aceites lubricantes, pinturas y aguas residuales.
Navales Petróleo, productos químicos, disolventes y pigmentos.
Siderurgia Cascarillas, aceites, metales disueltos, emulsiones, sosas y ácidos.
Química inorgánica Hg, P, fluoruros, cianuros, amoniaco, nitritos, ácido sulfhídrico, F, Mn, Mo, Pb, Ag, Se, Zn, etc. y los compuestos de todos ellos.
Química orgánica Organohalogenados, organosilícicos, compuestos cancerígenos y otros que afectan al balance de oxígeno.
Fertilizantes Nitratos y fosfatos.
Pasta y papel Sólidos en suspensión y otros que afectan al balance de oxígeno.
Plaguicidas Organohalogenados, organofosforados, compuestos cancerígenos, biocidas, etc.
Fibras químicas Aceites minerales y otros que afectan al balance de oxígeno.
Pinturas, barnices y tintas Compuestos organoestámicos, compuestos de Zn, Cr, Se, Mo, Ti, Sn, Ba, Co, etc.
Continuará.
Hasta otro rato, un amistoso saludo de Vicente Espinosa.
La toxicidad de los compuestos químicos en el agua puede ser determinada utilizando animales como indicadores.
Los test de toxicidad con animales acuáticos se refieren principalmente a la toma directa desde el agua. Los compuestos químicos pueden estar en solución, en suspensión o ambos. Para determinar los valores de concentraciones mortales los organismos son expuestos a diferentes concentraciones. Cuando se produce algún efecto se anota el efecto y la concentración del compuesto químico. Cuando el animal de prueba muere se anota la concentración letal. Esta es la manera por la cual se determina en un laboratorio la toxicidad de un compuesto químico. Cuando a bajas concentraciones de un compuesto químico muchos de los animales de prueba mueren significa que el compuesto en cuestión es muy tóxico. Cuando sabemos cómo de tóxico es un compuesto, también sabemos los efectos de este compuesto cuando una cierta concentración se presenta en una zona.
La toxicidad de un compuesto químico para un determinado organismo acuático depende de la concentración del compuesto y del tiempo de exposición a éste. El tiempo de exposición a un compuesto durante un test de toxicidad depende de los animales de prueba que estén siendo usados. Las pulgas de agua (Daphnia sp.) son a menudo usadas para determinados test de toxicidad. Estos test normalmente duran solamente de 24 a 48 horas. Como contraste, los test de toxicidad en peces duran más, normalmente de cuatro días a una semana.
Los datos de estos test de toxicidad de compuestos químicos no solo muestran cuán tóxico es un compuesto, sino que también dan una indicación de la toxicidad de un compuesto con respecto a otros. No todos los test de toxicidad se ponen en marcha hasta llegar al punto de la muerte del animal; a veces un cambio en el comportamiento de un animal acuático es el indicador de la toxicidad de cierto compuesto. Los test de toxicidad están influenciados por las propiedades del compuesto y por las del organismo de prueba. La disponibilidad del compuesto químico para el organismo de la prueba siempre es un factor importante, porque la toxicidad de un compuesto disminuye cuando no es fácilmente adquirible por el organismo de prueba.
Hoy en día los laboratorios también pueden llevar a cabo tests de toxicidad para compuestos presentes en sedimentos del agua.
Ignacio Herrador.
Continuación:
2. Los vertidos urbanos. La actividad doméstica produce principalmente residuos orgánicos, pero el alcantarillado arrastra además todo tipo de sustancias: emisiones de los automóviles (hidrocarburos, plomo, otros metales, etc.), sales, ácidos, etc.
La Directiva 91/271/CEE de la Unión Europea sobre el Tratamiento de las Aguas Residuales Urbanas, aprobada en mayo de 1991, urge a los estados miembros a tomar las medidas para lograr que todas las aguas residuales sean adecuadamente recogidas y sometidas a tratamientos secundarios o equivalentes antes de ser vertidas. Marca diversos objetivos, dependiendo del tamaño de las poblaciones, que se debieron cumplir entre el año 1995 y el 2005. También exigía a los estados miembros la identificación de las llamadas áreas sensibles -las sujetas a eutrofización y las que se van a dedicar al consumo humano y no cumplen las condiciones de las anteriores directivas europeas- antes de 1993
La obligada construcción de depuradoras en los municipios está reduciendo de forma importante este tipo de contaminación, pero en España la depuración de aguas residuales es todavía muy insuficiente. Menos de la mitad de la población española trataba sus aguas residuales como lo manda la Directiva Comunitaria al comienzo de los noventa y se calcula que en el periodo 1995- 2005, fue necesario invertir más de dos billones de pesetas para cubrir las necesidades de saneamiento y depuración conforme a la legislación comunitaria.
3. La navegación. Produce diferentes tipos de contaminación, especialmente con hidrocarburos. Los vertidos de petróleo, accidentales o no, provocan importantes daños ecológicos.
Según el estudio realizado por el Consejo Nacional de Investigación de los EEUU, en 1985 se vertieron al mar unas 3.200.000 Toneladas de hidrocarburos. A lo largo de la década de los ochenta se tomaron diversas medidas para disminuir la contaminación de los mares y la Academia de las Ciencias de EEUU estimaba que se habían reducido en un 60% los vertidos durante estos años. Se puede calcular que en 1989 se vertieron al océano algo más de 2.000.000 de toneladas. De esta cifra el mayor porcentaje corresponde a las aguas residuales urbanas y a las descargas industriales (en total más del 35%). Otro tercio correspondería a vertidos procedentes de buques (más por operaciones de limpieza y similares, aunque su valor va disminuyendo en los últimos años, que por accidentes) y el resto a filtraciones naturales e hidrocarburos que llegan a través de la atmósfera.
Continuará …
Vicente Espinosa.
Sobre la eutrofización deseo aclarar que en condiciones naturales entra a un sistema acuático menos de 1Kg de fosfato por hectárea y año. Con los vertidos humanos esta cantidad sube mucho. Durante muchos años los jabones y detergentes fueron los principales causantes de este problema. En las décadas de los 60 y 70 el 65% del peso de los detergentes era un compuesto de fósforo, el tripolifosfato sódico, que se usaba para "sujetar" (quelar) a los iones Ca, Mg, Fe y Mn. De esta forma se conseguía que estos iones no impidieran el trabajo de las moléculas surfactantes que son las que hacen el lavado. Estos detergentes tenían alrededor de un 16% en peso de fósforo. El resultado era que los vertidos domésticos y de lavanderías contenían una gran proporción de ion fosfato. A partir de 1973 Canadá primero y luego otros países, prohibieron el uso de detergentes que tuvieran más de un 2,2% de fósforo, obligando así a usar otros quelantes con menor contenido de este elemento. Algunas legislaciones han llegado a prohibir los detergentes con más de 0,5% de fósforo.
Las fuentes de eutrofización son:
a) La Eutrofización natural.- La eutrofización es un proceso que se va produciendo lentamente de forma natural en todos los lagos del mundo, porque todos van recibiendo nutrientes.
b) La Eutrofización de origen humano.- Los vertidos humanos aceleran el proceso hasta convertirlo, muchas veces, en un grave problema de contaminación. Las principales fuentes de eutrofización son:
los vertidos urbanos, que llevan detergentes y desechos orgánicos
los vertidos ganaderos y agrícolas, que aportan fertilizantes, desechos orgánicos y otros residuos ricos en fosfatos y nitratos.
Manuel Muñoz Conde.
CONTINUACIÓN:
Convenios como el Marpol (Disminución de la polución marina procedente de tierra) de 1974 y actualizado en 1986 y otros, han impulsado una serie de medidas para frenar este tipo de contaminación.
4. La agricultura y ganadería. Los trabajos agrícolas producen vertidos de pesticidas, fertilizantes y restos orgánicos de animales y plantas que contaminan de una forma difusa pero muy notable las aguas.
La mayoría de los vertidos directos en España (el 65% de los 60 000 vertidos directos que hay), son responsabilidad de la ganadería. Se llama directos a los vertidos que no se hacen a través de redes urbanas de saneamiento, y por tanto son más difíciles de controlar y depurar.
La legislación española que transcribe la Directiva Comunitaria 91/676/CEE incide en los vertidos de nitratos de origen agrario, sobre todo en las denominadas zonas vulnerables, las aguas subterráneas cuya concentración en nitratos sea superior a 50 mg/L y los embalses, lagos y otros ecosistemas acuáticos que se encuentren en estado eutrófico o en peligro de estarlo.
Tabla de equivalentes de población (contaminantes expresados en DBO o similar)
Fuente de desechos Equivalentes población Fuente de desechos Equivalentes población
Hombre 1 Vaca 16.4
Plaza de guardería 0.5 Caballo 11.3
Plaza de escuela 0.6 Gallina 0.014
Plaza de camping 0.7 Oveja 2.45
Plaza de hotel 2.1 Cerdo 3
Plaza de hospital 4.0
Nota: El equivalente de población es el volumen de agua residual o la carga contaminante producida por una persona en una vivienda normal.
Un saludo, Vicente Espinosa.
Para conocer el nivel de eutrofización de un agua determinada se suele medir el contenido de clorofila de algas en la columna de agua y este valor se combina con otros parámetros como el contenido de fósforo y de nitrógeno y el valor de penetración de la luz.
Entre las medidas para evitar la eutrofización sabemos que lo más eficaz para luchar contra este tipo de contaminación es disminuir la cantidad de fosfatos y nitratos en los vertidos, usando detergentes con baja proporción de fosfatos, empleando menor cantidad de detergentes, no abonando en exceso los campos, usando los desechos agrícolas y ganaderos como fertilizantes, en vez de verterlos, etc. En concreto:
Tratar las aguas residuales en EDAR (estaciones depuradoras de aguas residuales) que incluyan tratamientos biológicos y químicos que eliminan el fósforo y el nitrógeno.
Almacenar adecuadamente el estiércol que se usa en agricultura.
Usar los fertilizantes más eficientemente.
Cambiar las prácticas de cultivo a otras menos contaminantes. Así, por ejemplo, retrasar el arado y la preparación de los campos para el cultivo hasta la primavera y plantar los cultivos de cereal en otoño asegura tener cubiertas las tierras con vegetación durante el invierno con lo que se reduce la erosión.
También conviene reducir las emisiones de NOx y amoniaco. Saludos de Fernando Espinar Garrido.
Los gobiernos firmantes del Convenio de Estocolmo se comprometían de esta forma a promover las mejores técnicas disponibles y las mejores prácticas ambientales para identificar, reemplazar y prevenir tanto los COPs existentes como los que pudieran desarrollarse en un futuro. En el caso de las dos primeras categorías, el convenio se marcaba la prohibición de los mismos. Sin embargo, para los COPs no intencionales, subproductos de determinados procesos energéticos e industriales, se proponía su máxima reducción posible.
El uso de los COPs comenzaba en 1945 con la producción a gran escala del DDT como plaguicida, para controlar los insectos causantes de enfermedades o desastres en las cosechas. El DDT (dicloro-difenil-tricloroetano) es un compuesto orgánico descubierto en 1874, aunque no fue hasta 1939 cuando el químico suizo Paul Hermann Müller encontraba sus propiedades insecticidas, lo que le sirvió para ganar el Nobel de Medicina y Fisiología en 1948.
Sin embargo, la bióloga y divulgadora Rachel Carson exponía en su famoso libro Primavera Silenciosa, de 1962, todos los peligros ecológicos y sanitarios derivados del DDT. A raíz de ello, la Agencia de Protección Medioambiental estadounidense (EPA) prohibía este producto químico en 1972.
Según el manifiesto "Científicos por la Eliminación de los Contaminantes Tóxicos", en España no se han tomado las medidas necesarias para identificar las fuentes de COPs y los mecanismos para garantizar su eliminación. Por ello, sus autores, un grupo de investigadores y profesionales de diferentes campos de la ciencia, la salud, la educación y el medio ambiente, reclaman mayores controles y medidas.
Asimismo, el manifiesto recuerda que además de la "docena sucia" del Convenio de Estocolmo, hay muchos más compuestos que deberían ser igualmente sustituidos progresivamente, y habla por ello de Contaminantes Tóxicos Persistentes (CTPs), un grupo más amplio que el de los COPs.
Por su parte, algunos grupos de investigación se centran en estas sustancias, especialmente en los COPs de producción no intencional o los nuevos contaminantes. Tal es el caso por ejemplo del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), a través de su Grupo de Compuestos Orgánicos Persistentes.
Manuel Trigueros.
SOBRE LA URGENCIA DE ELIMINAR LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS PERSISTENTES (COPs), OTROS CONTAMINANTES TÓXICOS PERSISTENTES (CTPs) Y OTRAS SUSTANCIAS QUE ALTERAN EL SISTEMA ENDOCRINO
Los abajo firmantes, investigadores y profesionales de distintos campos de la ciencia, la salud, la educación, el medio ambiente y la prevención de riesgos laborales, preocupados por las consecuencias que sobre la salud y el medio ambiente pueden ocasionar los COPs, otros CTPs y los disruptores endocrinos declaramos:
Sobre los Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs),
Que España es parte signataria del Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes, adoptado el 23 de mayo de 2001, y que la comunidad científica internacional y los gobiernos signatarios del Convenio han reconocido que la única solución segura para hacer frente a los riesgos de los COPs es eliminar su uso, sustituyéndolos por productos, procesos y tecnologías alternativos.
Que además de la docena sucia que inicialmente comprende el Convenio de Estocolmo, existen muchos otros COPs, particularmente de la familia de compuestos organohalogenados, que deben ser igualmente sustituidos progresivamente.
Que en España no se han tomado aún las medidas necesarias para identificar las fuentes de COPs y los mecanismos para garantizar su eliminación.
Sobre otros Contaminantes Tóxicos Persistentes (CTPs),
Que existen otros agentes químicos ambientales que poseen características de persistencia similares a los COPs y, por tanto, se debe definir un grupo más amplio sobre el cual actuar, definido como contaminantes tóxicos persistentes o CTPs, que incluye a los COPs.
Que en España es inaceptablemente escasa la información sobre las concentraciones de CTPs en las personas, y que no existe ningún estudio representativo de una población general sana, por lo que nadie conoce cuáles son las concentraciones de CTPs en individuos según Comunidades Autónomas, grupos de edad y género, hábitos alimentarios, ocupación, educación o clase social.
Que los escasos estudios disponibles indican que un 80-100% de la población española tiene concentraciones detectables de CTPs como el DDE, los policlorobifenilos (PCBs), el hexaclorobenceno o el lindano.
Que a pesar de que en España la información sobre la contaminación de los alimentos por CTPs presenta grandes vacíos temporales y geográficos, existen estudios para afirmar con fundamento que muchas muestras de carne, pescado, huevos, leche, mantequilla, queso y cereales contienen residuos de DDE, PCBs, hexaclorobenceno, lindano y otros CTPs.
Manuel Trigueros.
CONTINUA:
Sobre los disruptores endocrinos,
que se han identificado hasta la fecha, más de 500 sustancias químicas sintéticas sobre las que se conoce o se sospecha que tienen capacidad de alterar el equilibrio del sistema endocrino de los seres humanos y de otras muchas especies de seres vivos.
Que el equilibrio de los diferentes sistemas del cuerpo humano depende de la presencia de los mediadores químicos naturales que conocemos como hormonas, y que los disruptores endocrinos pueden interferir en cualquiera de estos sistemas de distintas formas.
Que las consecuencias de alterar el sistema endocrino pueden ser graves y a menudo irreversibles, e incluyen efectos nocivos sobre el sistema inmunológico, la reproducción, el metabolismo, el desarrollo cognitivo de los niños y hasta aspectos del comportamiento psicosocial.
Que estas sustancias químicas no tienen parangón en la naturaleza, por lo que no se incluyen los compuestos naturales con actividad hormonal conocida. Tampoco son producidas con fines terapéuticos o diagnósticos, no estando por tanto clasificados como residuos de medicinas o fármacos utilizados en medicina humana o veterinaria.
Que es necesario abordar este riesgo tóxico mediante un enfoque diferente al considerado tradicionalmente, ya que:
Los efectos de los contaminantes pueden ser distintos sobre el embrión, el feto, el organismo perinatal o el adulto.
Los efectos se manifiestan con mayor frecuencia en la progenie que en el progenitor expuesto.
La disrupción endocrina puede ocurrir a dosis de exposición sumamente bajas, incluso miles de veces inferiores a los niveles considerados seguros hasta ahora para la protección del medio ambiente, la salud pública y la salud laboral.
En el organismo en desarrollo el momento de la exposición es decisivo para determinar el carácter, la gravedad y evolución del daño.
Aunque la exposición crítica tenga lugar durante el desarrollo embrionario, las manifestaciones pueden no ser evidentes hasta la madurez del individuo.
Manuel Trigueros.
CONTINUA:
Que numerosos estudios han asociado diversas patologías observadas en distintas especies animales con la exposición a disruptores endocrinos, y que entre los efectos evidenciados figuran:
Alteraciones de la función tiroidea en aves y peces.
Disminución de la fecundidad en aves, peces, moluscos y mamíferos.
Disminución de la eficacia en el proceso de incubación en peces, aves y tortugas.
Desmasculinización y feminización de los machos en peces, aves y mamíferos.
Desfeminización y masculinización de las hembras en peces, gasterópodos y aves.
Alteraciones del sistema inmune en aves y mamíferos.
Que en los últimos años muchos estudios de investigación biomédica han demostrado un deterioro de la salud reproductiva humana en los países más industrializados:
Diversos estudios epidemiológicos sugieren una caída importante en el recuento espermático en países como Dinamarca, Francia, Bélgica, Gran Bretaña, Holanda y Canadá, si bien las diferencias interregionales parecen ser muy importantes.
Asistimos a un alza en la incidencia de alteraciones en el desarrollo del aparato genitourinario; enfermedades como la falta de descenso testicular -criptorquidia-- e hipospadias son cada vez más frecuentes.
Enfermedades como la endometriosis y alteraciones funcionales del desarrollo sexual, como la presentación menstrual en edades tempranas -menarquia precoz- son descritas en poblaciones industrializadas.
El cáncer en órganos hormono-dependientes --mama, próstata, testículo u ovario-incrementa su incidencia y precocidad, siendo una de las principales causas de mortalidad en el mundo occidental.
Que la disrupción endocrina afecta a la expresión de diversos genes, por lo que eliminando la exposición a los disruptores endocrinos se podrían eliminar muchos de sus efectos sobre la salud.
En general,
Que sigue existiendo una dispersión multidimensional -local y global- de CTPs y de disruptores endocrinos.
Que la contaminación por CTPs y disruptores endocrinos de la población general española es un hecho sumamente preocupante desde una perspectiva de salud pública, laboral y ecológica.
Que estamos expuestos a ellos tanto en nuestros hogares, como en los lugares de trabajo y ocio. La exposición se produce a través del aire, el agua y los alimentos, fundamentalmente a través de los alimentos grasos y derivados, desde los primeros hasta los últimos instantes de la vida.
Que las exposiciones laborales a CTPs y disruptores endocrinos presentan especial relevancia y gravedad por el amplio abanico de usos y aplicaciones en que son presentes dichas sustancias y las dificultades en el acceso a la información fiable y rigurosa de las trabajadoras y trabajadores sobre estos riesgos, por lo que resultaría necesario y urgente introducir cambios en la salud ocupacional y en los sistemas de prevención y evaluación de riesgos laborales, en especial, para prevenir los riesgos reproductivos, tanto en hombres como en mujeres, cuya protección actual del embarazo resulta insuficiente.
Que en España el número de estudios sobre los efectos que los CTPs y los disruptores endocrinos tienen en las personas y el ambiente es ínfimo.
Manuel Trigueros.
CONTINUA:
Que España sufre un enorme déficit de indicadores poblacionales sobre el impacto que los procesos ambientales tienen en la salud humana, lo que impide efectuar valoraciones racionales y tomar decisiones científicamente justificadas en circunstancias socialmente alarmantes.
Que resulta necesario dar un impulso a la investigación, a la difusión de información fiable y a la promoción de alternativas de sustancias, procesos y productos no tóxicos para sustituir a los CTPs y a los disruptores endocrinos.
Y que el gobierno español, y en particular las autoridades sanitarias, medioambientales y laborales no están tomando las medidas necesarias para eliminar los riesgos ocasionados por los CTPs y los disruptores endocrinos.
Por todo ello urgimos al gobierno español a:
Ratificar de forma inmediata el Convenio sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes y desarrollar a corto plazo el plan de implementación que el propio convenio exige, incorporando un plan complementario con otros CPPS
Desarrollar un plan nacional de disruptores endocrinos, cuyos objetivos sean la identificación, sensibilización social y eliminación progresiva de estas sustancias, con calendarios, presupuestos y mecanismos de control público.
Aplicar el Principio de Precaución para aquellas sustancias químicas para las que existe una incertidumbre científica sobre sus riesgos, con moratoria en su producción, comercialización y uso.
Impulsar la investigación y desarrollo sobre los riesgos, presencia y alternativas a los CTPs y disruptores endocrinos.
Igualmente,
Urgimos a todos los gobiernos autonómicos y municipales y a todas las empresas a hacer suyas las razones y propuestas de esta Declaración, aplicando con mayor vigor la legislación, desarrollando sistemas de información e inspección más eficaces, e implementando procesos y productos alternativos.
Invitamos a todas las ciudadanas y ciudadanos, y en especial a trabajadoras y trabajadores y a sus representantes sindicales, a informarse y a participar activamente para demandar la eliminación de los CTPs y de los disruptores endocrinos.
Manuel Trigueros.
La calidad del agua, es un estado de esta, caracterizado por su composición físico-química y biológica. Este estado deberá permitir su empleo sin causar daño, para lo cual deberá reunir dos características:
1.- Estar exenta de sustancias y microorganismos que sean peligrosos para los consumidores.
2.- Estar exenta de sustancias que le comuniquen sensaciones sensoriales desagradables para el consumo (color, turbiedad, olor, sabor).
El criterio de potabilidad del agua depende fundamentalmente del uso al que se la destina (humano, industrial, agrícola, etc.)
Agua potable es el agua, ya sea de superficie o subterránea, tratada y el agua no tratada por no estar contaminada. La definición de agua potable se ha ido adaptando al avance del conocimiento científico y a las nuevas técnicas, en especial a las relacionadas con el análisis de contaminantes.
La mala calidad del agua afecta a infinidad de actividades vitales , es un bien tan preciado que en la exposición de la Carta Europea del Agua comienza con “Sin agua no hay comida, no hay bebida, ni luz, ni calor, ni lluvia. ¡Sin agua no hay vida posible…”. El agua potable asegura la calidad de la vida y el desarrollo y la de una sociedad.
Hasta hace unas decenas de años la calidad de un agua destinada a un abastecimiento se centraba principalmente en que el agua estuviera exenta de sabores, olores, no fuera muy dura y no contuviera bacterias patógenas, confiándose en gran medida en que el poder autodepurador de los embalses o ríos, y la protección de las zonas de captación eran suficientes para lograr una aceptable calidad que se completaría con un tratamiento simple de decantación, filtración y desinfección, así como hacer determinadas comprobaciones generalmente bacteriológicas del agua en la red, ausencias de sabores y olores y presencia de ligeras concentraciones del desinfectante empleado.
Hoy día y más aún de cara al futuro, y como consecuencia de la polución creciente y los mayores avances de la técnica y la ciencia hay que considerar además otros caracteres que inciden de forma perjudicial en la salud del consumidor (pesticidas, detergentes, subproductos de la desinfección y otras sustancias orgánicas e inorgánicas así como protozoos, virus, bacterias, etc.).
La consideración legal sobre la potabilidad de un agua se apoya o se basa en fijar una serie de compuestos o sustancias y asociarlas con unos contenidos aceptables
Actualmente el concepto legal que regula la calidad de las aguas destinadas al consumo humano en España se basa en La Directiva 98/83/CE del Consejo de 3 de Noviembre de 1998, relativa a la calidad de las aguas destinadas al consumo humano, que revisa la Directiva de 1.980 a la que se adaptó la reglamentación española mediante el Real Decreto 1138/1990 por el que se aprobó la Reglamentación Técnico-Sanitaria para el abastecimiento y control de calidad de las aguas potables de consumo público. En general las normativas entienden como agua potable aquella que cumple una serie de caracteres organolépticos, físico-químicos, relativos a sustancias no deseables, relativos a sustancias tóxicas, microbiológicas y de radiactividad. Estableciéndose unos valores máximos admisibles para una serie de parámetros. Estos valores máximos corresponden a la mínima calidad admisible en el agua potable.
Cristóbal Medina.
La Directiva europea para el agua, se centra en el cumplimiento de unos parámetros de calidad y salubridad y ofrece a la vez la posibilidad a los Estados Miembros de añadir otros parámetros, si lo consideran oportuno. Esta Directiva, tiene por objeto (Art.1) proteger la salud de las personas de los efectos adversos derivados de cualquier tipo de contaminación de las aguas destinadas al consumo humano, garantizando su salubridad y limpieza. En otro de los artículos de la Directiva se establece que las aguas destinadas al consumo humano deben ser "salubres y limpias". Se deduce por tanto que el "agua salubre y limpia" es el nuevo concepto de agua potable. Para la Directiva las aguas son salubres y limpias, cuando no contienen ningún tipo de microorganismo, parásito o sustancia, en una cantidad o concentración que pueda suponer un peligro para la salud humana, y cumple con unos requisitos mínimos en cuanto a parámetros microbiológicos y químicos que especifica.
Los principales puntos de vista seguidos por la Comisión Directiva han sido:
- Revisar los valores paramétricos de acuerdo con los últimos conocimientos científicos.
- Aumentar la transparencia en cuanto a información hacia los consumidores.
- Eliminar algunos parámetros de la anterior Directiva y crear otros nuevos.
Los Estados Miembros tienen dos años (hasta diciembre de 2000) para trasladar la Directiva a su legislación nacional y cinco años (hasta diciembre de 2003) para asegurar que el agua potable cumple con los estándares fijados, excepto para los bromatos (10 años), plomo (15 años) y trihalometanos (10 años). La transposición de la Directiva 98/83/CE a la reglamentación española se recoge en el "Real Decreto 140/2003 por el que se establecen los criterios sanitarios de la calidad del agua de consumo humano".
El agua del grifo no cae simplemente del cielo, hasta llegar a él, es necesario disponer de todo un sistema de abastecimiento en el que juegan un papel fundamental las instalaciones de tratamiento, es decir, recorren un camino lleno de controles, vigilancia, procesos y análisis.
El análisis del agua en su origen, nos proporciona los primeros datos respecto a su calidad, orientándonos en la selección de su captación y facilitando el tratamiento que hemos de aplicarle posteriormente.
Un agua potable destinada al consumo humano, debe cumplir ante todo con una calidad sanitaria apta, tanto inmediatamente después de su proceso de tratamiento, como presentar una estabilidad biológica en la red de distribución.
Cristóbal Medina.
Es un hecho cierto y claro que en función del uso que va a darse a un agua, así serán las características que tal tipo de agua deberá presentar. El control de calidad de las diversas aguas será igualmente distinto según sea el destino de estas. En cuanto a las aguas destinadas al consumo humano, el control analítico de sus características físicas, químicas y microbiológicas, ha de llevarse a cabo de forma exhaustiva y periódica. Por otra parte existen determinadas normativas legales que fijan e imponen las características de las aguas así como los controles analíticos y las frecuencias con que deberán realizarse.
En el caso del agua potable las normativas y controles tienden, como no podría ser de otra forma, a asegurar que el agua que se suministra “siempre” es potable. Es evidente que para conocer si un agua es apta para el consumo humano, habrá que someterla a un extenso control de calidad.
Es necesario por otra parte conocer las características del agua bruta o prepotable, para poder determinar si tal agua es susceptible de someterla al proceso de tratamiento necesario para hacerla apta para el consumo humano.
El análisis del agua en su origen, nos proporciona los primeros datos respecto a su calidad, orientándonos en la selección de su captación y facilitando el tratamiento que hemos de aplicarle posteriormente.
En el desarrollo de este tema del control de calidad tenemos que hacer continuamente referencia a la actual reglamentación española, recogida en el Real Decreto 140/2003, atendiendo a la Directiva Comunitaria 98/83/CE, por la que se establecen “los criterios sanitarios de la calidad del agua de consumo humano”, ya en el prólogo de este Real Decreto se indica que se fijan parámetros y valores paramétricos a cumplir por esta agua, valores basados en recomendaciones de la OMS y en motivos de salud pública.
El Art.1, recoge el objeto del Real Decreto:
Los principales indicadores sanitarios del agua son:
Los indicadores de contaminación fecal.
Los indicadores de contaminación físico-química.
Los indicadores del proceso de tratamiento.
Cristóbal Medina.
El control microbiológico, que en general y de forma rutinaria se realiza en los análisis del agua potable, se centra en el control e identificación de ciertos microorganismos conocidos como indicadores, su presencia indica la posibilidad de que existan otros microorganismos patógenos y riesgos sanitarios, es más habitual la realización de ensayos para la determinación de organismos indicadores que el análisis de los patógenos, por ser de más fácil y rápida identificación. Los métodos para el control microbiológico del agua están muy desarrollados y experimentados. Los indicadores microbiológicos deben cumplir los siguientes criterios, ampliamente aceptados (Oliveri 1982 y otros):
1) Los indicadores deberán estar presentes siempre que lo estén los patógenos, y ausentes en aguas no contaminadas.
2) Los indicadores deben encontrarse en mayor número que los patógenos.
3) Los indicadores deben ser más resistentes a las condiciones ambientales y procesos de tratamiento que los patógenos.
4) El aislamiento, recuento e identificación de los microorganismos indicadores debe ser fácilmente realizable.
La contaminación fecal es, posiblemente, el principal riesgo sanitario en el agua. Entre los microorganismos utilizados como indicadores de contaminación fecal por ser más frecuentes en la heces humanas y animales, están los coliformes totales y fecales, estreptococos fecales, enterococos, clostridium sulfito reductores, clostridium perfrigens y mesófilos aerobios totales, todos ellos de fácil cultivo e identificación. Estas bacterias se han elegido como indicadores, al tener una viabilidad muy similar a la de las bacterias patógenas, tanto en el medio ambiente como en las condiciones generalmente presentes en los procesos de tratamiento convencionales del agua. Sin embargo, algunos enterovirus son más resistentes que los indicadores antes citados, tanto al medio ambiente como a los procesos de tratamiento del agua, lo que ha obligado a emplear como indicadores, además de los anteriores, otros más resistentes, tal como el clostridium sulfito reductor y clostridium perfringens, que, siendo bacterias de origen fecal y formar esporas son muy resistentes a las condiciones medioambientales e incluso a la desinfección, su presencia nos indica una contaminación fecal antigua y son buenos indicadores de la eficiencia del tratamiento. Cuando están presentes en agua cloradas, puede indicarnos deficiencias en la filtración.
Unos indicadores que se utilizan también son los colífagos, bacteriófagos que indican la presencia de virus entéricos, son más resistentes que estos y se encuentran siempre que haya coliformes totales y fecales, los colífagos son más resistentes al proceso de desinfección con cloro que los coliformes, y por tanto puede estimarse que son mejores indicadores de la desinfección que los coliformes, pero en cambio la metodología para su evaluación es más compleja y laboriosa. Como indicador de la carga total bacteriana, está muy extendido el recuento a 22 º y 37 º C de las bacterias aerobias heterótrofas, que nos permite controlar el resultado del proceso de tratamiento, así como la evolución del agua en la red de distribución.
La contaminación fecal produce, junto a los microorganismos clásicos, otras sustancias que podrían denominarse indicadores de contaminación química indirecta, como son fundamentalmente la materia orgánica, el amonio, nitritos, nitratos y cloruros, es decir, hay bastante correlación entre los indicadores microbiológicos y químicos. La materia orgánica de origen fecal produce por desaminación y nitrificación, el amonio, nitritos y nitratos (no hay que olvidar que el amonio, nitritos y principalmente los nitratos, pueden tener otro origen distinto).
Pueden considerarse otros parámetros físico-químicos, como indicadores del proceso de tratamiento al que se ha sometido un agua, entre estos destacan el contenido final de cloro libre y combinado, turbidez, aluminio, carbono orgánico total y otros parámetros específicos para cada agua y proceso de tratamiento seguido.
Blas Pedrosa Labella.
Con el término “aguas envasadas” se designa a aquellas aguas de origen subterráneo o procedentes de un abastecimiento público, comercializándose envasada en botellas u otros contenedores.
Genéricamente y de forma resumida se pueden distinguir en principio tres tipos de aguas envasadas:
Las aguas minerales naturales, que son de origen subterráneo, bacteriológicamente sanas, con una composición constante en minerales y con propiedades beneficiosas para la salud; las aguas de manantial, son aguas potables de origen subterráneo, bacteriológicamente sanas y sin efectos sobre la salud.
Las aguas potables preparadas, son aguas que se han sometido a tratamientos físico-químicos con objeto de que cumplan las exigencias sanitarias para el consumo.
Muchas aguas contienen CO2 de forma natural pudiéndose envasar con este contenido gaseoso inicial y por otra parte está permitido reforzar ese contenido incorporando CO2 (estos hechos deben figurar en la etiqueta).
El consumo de agua envasada tanto en España como a nivel mundial aumenta año tras año. En España la producción de agua envasada en el año 2003 superó los 5.100 millones de litros anuales (120l/habitante/año), 10 años antes no llegaba a los 2.200 millones de litros al año.
España dispone de cerca de 2.000 manantiales y unas 115 empresas que comercializan agua envasada.
El incremento en el consumo de agua envasada hacía paralelo a la mejora de la calidad y nivel de vida y la mayor concienciación por los alimentos naturales. Muchas personas piensan que el agua embotellada tiene mejor sabor que el agua del grifo y la percibe como más segura y de mejor calidad, cuando esto no siempre es cierto, en cuanto a la creencia de la mayor aportación de minerales del agua embotellada respecto al agua del grifo las dos contienen minerales.
Blas Pedrosa Labella.
Respecto a la seguridad sanitaria del agua envasada y con respecto a la de la red de abastecimiento por tuberías, puede indicarse que si bien el agua del grifo puede estar contaminada por distintos elementos químicos, físicos y microbiológicos, es más fácil de controlar en los sistemas de distribución y de reducir el riesgo de toda la población que cuando algunas sustancias están presentes en las botellas. El agua en las botellas se almacena durante periodos de tiempos más largos y a mayores temperaturas que en el caso de las instalaciones de un sistema de abastecimiento, lo cual puede favorecer el crecimiento de algunos microorganismos.
Un reciente estudio holandés (Facultad de Medicina de Nimega. Holanda) ha realizado un análisis a 68 muestras de aguas envasadas de otras tantas marcas de 16 países y han encontrado rastros de bacterias en el 37% de ellas y de hongos en un 4%. Este nivel de contaminación relativamente bajo no representa, según los investigadores, un riesgo para un consumidor sano pero si podría suponer un peligro en pacientes con un sistema inmune debilitado.
Se daría la circunstancia de que estos enfermos reciben agua mineral embotellada en la creencia de que es más segura que la del grifo.
Las aguas envasadas están reguladas en el ámbito europeo por la Directiva 80/77/C, la Directiva 96/70/CE y la Directiva 2003/40/CE relativa a las aguas minerales naturales en España por el Real Decreto 1074/2002 de 18 de Octubre por el que se regula el proceso de elaboración, circulación y comercio de aguas de bebida envasadas.
La normativa que regula el agua de bebida envasada fija las normas de manipulación, elaboración, circulación y comercialización de este tipo de agua que deberán cumplir todos los industriales, comerciantes, e importadores de aguas de bebida envasadas. Esta normativa hace una distinción entre los distintos tipos de aguas de bebida envasada, en uno de estos tipos, permite emplear el agua de suministro público para envasar agua y su posterior comercialización. De acuerdo con esta normativa (Art. 2), se distinguen los siguientes tipos de agua envasada:
Aguas minerales naturales: aquellas bacteriológicamente sanas que tengan su origen en un estrato o yacimiento subterráneo y que broten de un manantial en uno o varios puntos de alumbramiento, naturales o perforados.
Estas pueden distinguirse claramente de las restantes aguas potables:
1. Por su naturaleza, caracterizada por su contenido en minerales, oligoelementos y otros componentes y, en ocasiones, por determinados efectos.
2. Por su pureza original.
Características estas que han sido conservadas intactas, dado el origen subterráneo del agua, mediante la protección del acuífero contra todo riesgo de contaminación.
Para la utilización de esta denominación, las aguas deberán cumplir las características establecidas en el anexo I y los requisitos de reconocimiento y autorización fijados en el artículo 17 para este tipo de aguas.
Blas Pedrosa Labella.
Con estos comentarios sobre la calidad del agua, que hoy concluyo, deseo puntualizar que en cambio las aguas de manantial son las aguas potables de origen subterráneo que emergen espontáneamente en la superficie de la tierra, o se captan mediante labores practicadas al efecto, con las características naturales de pureza que permiten su consumo.
Para la utilización de esta denominación, las aguas deberán cumplir las características establecidas y los requisitos de reconocimiento y autorización fijados para este tipo de aguas.
Las aguas preparadas son las sometidas a los tratamientos autorizados físico-químicos necesarios para que reúnan las características establecidas. A efectos de su denominación, deberán diferenciarse los siguientes tipos de aguas preparadas:
a) Potables preparadas: cuando procedan de manantial o captación y hayan sido sometidas a tratamiento para que sean potables, perdiendo así, sí la tuviesen, la calificación de agua de manantial o agua mineral natural y pasando a denominarse aguas potables preparadas, no pudiendo optar de nuevo a la calificación de agua de manantial o agua mineral natural.
b) De abastecimiento público preparadas: En el supuesto detener dicha procedencia.
Las aguas de consumo público envasadas, son aquellas aguas potables que se envasan coyunturalmente y se distribuyen generalmente de forma domiciliaria, con el fin de suplir alguna deficiencia transitoria del normal suministro de la red.
Mis más sinceras felicitaciones por este blog, por sus documentados artículos y por los comentarios de primera línea que se generan con las aportaciones de unos y otros.
Blas Pedrosa Labella.
Los embalses no son los únicos que pueden beneficiarse del agua caída del cielo. Por unos 2.000 euros de media por vivienda, los consumidores pueden instalar sistemas que aprovechan el agua de lluvia. Gracias a ellos, sus usuarios evitan utilizar el agua de la red de suministro hasta en un 50%, lo que redunda en un beneficio tanto ecológico como económico.
La sequía y la escasez de agua son uno de los problemas ambientales más acuciantes de España. Por ello, los sistemas que aprovechan el agua de la lluvia comienzan a ser vistos con buenos ojos. Por ejemplo, en Galicia, la Consejería de Vivienda de la Xunta ha puesto en vigor una norma que obliga a los constructores a edificar las nuevas viviendas con esta tecnología. Por su parte, algunas zonas de Levante y de las islas Baleares llevan desde hace tiempo instalando este tipo de equipos.
Los defensores de estos sistemas subrayan que el agua de lluvia, aunque no es potable, es idónea para su aprovechamiento doméstico. El consumo de agua en una vivienda supone una media de 150 litros diarios por persona, si bien la mitad se destina al inodoro, la lavadora, la limpieza general o el riego, actividades para las que no se necesita agua destinada al consumo humano. No obstante, si el usuario lo requiere, estos sistemas también pueden incorporar depuradoras de agua que permitan beberla.
Por otra parte, recuerdan que la cantidad de agua gratuita que se puede lograr es también importante. Por ejemplo, con un chubasco de 30 litros/m2 y una superficie de recogida de 150 m2, se puede obtener una reserva de 4.500 litros de agua. Además, al no contener cal, evita problemas en las tuberías o la lavadora, y supone un agua de riego más natural.
Con un chubasco de 30 litros/m2 y una superficie de recogida de 150 m2, se puede obtener una reserva de 4.500 litros de agua
En cualquier caso, el aprovechamiento de las aguas pluviales no es algo nuevo. Hasta la generalización del suministro canalizado, a principios del siglo XX, se trataba de una práctica habitual, especialmente en las zonas rurales. En la actualidad, los países del norte de Europa, como Alemania o Suiza, se encuentran entre los más convencidos de estos sistemas. Por ejemplo, el país germano los subvenciona desde que se produjera su reunificación, por lo que ya hay varios miles de viviendas que utilizan alguno de estos equipos.
El aprovechamiento del agua pluvial puede ser vital para países en vías de desarrollo. En este sentido, algunos científicos y expertos de ONG han probado con éxito equipos económicos adaptados a las características de estos lugares. Por ejemplo, expertos de la Universidad canadiense de Ottawa demostraron que en Gaza, con sólo 400 milímetros de lluvia por año, estos sistemas podrían satisfacer las necesidades de agua de sus habitantes.
Serafín Muñoz-Cobo.
Para instalar estos sistemas, en primer lugar, la empresa instaladora debe tener en cuenta la cantidad de lluvia media sobre la zona; el tamaño de la superficie de recogida, normalmente el tejado o la cubierta; y el tipo de necesidades a cubrir. De esta manera, podrá colocar un depósito con un tamaño óptimo, y podrá saber también en qué medida va a tener que complementarse con otras fuentes de suministro.
En cuanto a su funcionamiento, normalmente suelen consistir en un contenedor subterráneo, de manera que no ocupa sitio en la vivienda y se conserva mejor el agua. Cuando llueve, el agua del tejado se desplaza por unos canalones, se filtra, y se almacena en el tanque. Por su parte, en la vivienda se instala una red paralela a la del agua potable que suministra el agua mediante un equipo hidráulico. Algunos modelos incorporan unos sensores que dan prioridad a esta agua cuando detectan su presencia en el tanque.
Si el depósito se agota, el sistema enciende un control de abastecimiento que lo conecta automáticamente al agua de la red. En este sentido, algunos equipos rellenan estos depósitos con agua de otras procedencias en caso de agotarse, aunque no es recomendable. Asimismo, en caso de querer utilizar el agua de lluvia para el jardín, se puede instalar un depósito específico y un pequeño filtro al bajante de agua del tejado.
En España, los consumidores disponen de diversas empresas especializadas que ofrecen varios sistemas y equipos, e incluso se encargan de tramitar las posibles subvenciones de las administraciones para su instalación. Asimismo, conviene asesorase con los responsables institucionales locales y autonómicos de vivienda y medio ambiente.
Esteban Jiménez.
Las condiciones extremas de algunos lugares de la Tierra han llevado a algunos investigadores a proponer soluciones insólitas. Los denominados captores de niebla se basan en una fina red que se ubica en el aire húmedo. El agua se condensa en los filamentos y se recoge en recipientes para ser transportado mediante tuberías a los posibles usuarios. El sistema permite por ejemplo sacarle partido a zonas áridas y así se ha utilizado por ejemplo en Chile.
A pesar de ello, los captores de niebla no han conseguido generalizarse por varias razones, entre ellas su coste, superior a otros sistemas alternativos; su fragilidad; y sus necesidades de mantenimiento. Sin embargo, sus defensores sostienen que en algunos casos de escasez hídrica pueden resultar competitivos, y confían en el desarrollo de la tecnología. En este sentido, algunos científicos trabajan en proyectos para recolectar incluso el rocío en los desiertos, aprovechando la humedad de los vientos nocturnos.
Felipe Sánchez.
El vertedero final para una gran parte de nuestros desechos es el océano. A él van a parar gran parte de los vertidos urbanos e industriales. No sólo recibe las aguas residuales, sino que, en muchas ocasiones, se usa para arrojar las basuras o, incluso, los residuos radiactivos.
El 80% de las substancias que contaminan el mar tienen su origen en tierra. De las fuentes terrestres la contaminación difusa es la más importante. Incluye pequeños focos como tanques sépticos, coches, camiones, etc. y otros mayores como granjas, tierras de cultivo, bosques, etc. Los accidentes marítimos son responsables de alrededor de un 5% de los hidrocarburos vertidos en el mar. En cambio, una ciudad de cinco millones de habitantes acaba vertiendo en un año la misma cantidad que derramó el Exxon Valdez en su accidente en Alaska.
Aproximadamente un tercio de la contaminación que llega a los mares empieza siendo contaminación atmosférica pero después acaba cayendo a los océanos.
En los fondos oceánicos hay, en este momento, decenas de miles de barriles con substancias como plutonio, cesio o mercurio, resultado de décadas de uso del océano como vertedero para grandes cantidades de desechos. Por ejemplo, como consecuencia de los accidentes sufridos por diversos barcos de guerra desde 1956 hasta 1989, ocho reactores nucleares completos, con todo su combustible, y 50 armas nucleares, se encuentran en el fondo de diversos mares del globo.
El exceso de aporte de nutrientes causa eutrofización en grandes zonas marítimas. En la desembocadura del Missisipi, por ejemplo, una zona de unas 4000 millas cuadradas, en las costas de Texas y Louisiana, ha perdido gran parte de su fauna como consecuencia del enriquecimiento de nutrientes continuado por el excesivo crecimiento de las algas y del empobrecimiento en oxígeno provocado por la putrefacción de estas algas.
Alrededor del 60% de las especies viven en la franja de 60 Km. más próxima a la costa. Todos ellos se ven especialmente afectados por la contaminación que afecta a los mares y océanos, especialmente en la cercanía de las costas, lo que es especialmente importante teniendo en cuenta que, según algunos cálculos, procede de las costas algo más de la mitad de todos los servicios que la naturaleza, en su conjunto, provee a la humanidad (que en un estudio hecho en 1987 se evaluaron en 21.500 miles de millones de dólares)
La capacidad purificadora de las grandes masas de agua marina es muy grande. En ellas se diluyen, dispersan o degradan ingentes cantidades de aguas fecales, hidrocarburos, desechos industriales e, incluso, materiales radiactivos. Por este motivo es muy tentador recurrir al barato sistema de arrojar al mar los residuos de los que queremos deshacernos; pero en muchos lugares, los excesos cometidos han convertido grandes zonas del mar en desiertos de vida o en cloacas malolientes.
Carlos Jiménez Manzano.
Los mares son un sumidero. De forma constante, grandes cantidades de fangos y otros materiales, arrastrados desde tierra, se vierten en los océanos. Hoy en día, sin embargo, a los aportes naturales se añaden cantidades cada vez mayores de desechos generados por nuestras sociedades, especialmente aguas residuales cargadas de contaminantes químicos y de productos de desecho procedentes de la industria, la agricultura y la actividad doméstica, pero también de residuos radiactivos y de otros tipos.
En realidad, los océanos operan como gigantescas plantas carnívoras, a condición de no superar el umbral de lo que pueden tolerar. De lo contrario, se generan destrucción y muerte de las personas, e inconvenientes económicos y envenenamientos de la población humana. Esto, a corto plazo. A largo plazo, las consecuencias podrían ser catastróficas. Basta pensar únicamente en los efectos que la contaminación biológica –como consecuencia del incremento de fertilizantes- podría acarrear si la proliferación de formas microscópicas fuera tan grande que se redujera significativamente el nivel de oxígeno disuelto en el agua oceánica.
La contaminación tiende a concentrarse en los lugares próximos a las zonas habitadas e industrializadas. Así, la contaminación marina de origen atmosférico es, en determinadas zonas adyacentes a Europa (Báltico, mar del Norte, Mediterráneo), por término general, diez veces mayor que mar adentro, en el propio Atlántico norte; cien veces superior que en el Pacífico norte y mil veces más elevada que en el Pacífico sur. Sin embargo, y como consecuencia de la circulación general de los aires y de las aguas, cada año se detectan nuevos contaminantes en zonas tan apartadas como la Antártida –se ha encontrado DDT en la grasa de los pingüinos antárticos- o las fosas oceánicas.
La contaminación del medio marino provocada por el hombre es muy superior a la atribuible a causas naturales. Las tasas de aporte de algunos elementos son elocuentes: el mercurio llega al océano a un ritmo dos veces y media superior al que sería debido únicamente a factores naturales; el manganeso multiplica por cuatro dicho ritmo natural; el cobre, el plomo y el cinc por doce; el antimonio por treinta y el fósforo por ochenta.
Algunos de los metales pesados, como el mercurio y el plomo, junto con el cadmio y el arsénico, son contaminantes graves, pues penetran en las cadenas alimentarias marinas, y, a través de ellas, se concentran. Así, por ejemplo, la enfermedad de Minamata –descubierta en los años 20 en la bahía japonesa de mismo nombre- ha provocado, en Japón y en Indonesia, miles de muertes y un número mucho mayor de enfermos con lesiones cerebrales. La causa que la produjo fue el consumo de atún y otros peces con contenidos elevados de mercurio procedente de los vertidos industriales de aquella zona costera. Igualmente, productos químicos como el DDT y los PCB son otros contaminantes químicos muy peligrosos.
“Un ecologista en acción”.
La contaminación hídrica o contaminación del agua es una modificación generalmente, provocada por el hombre, haciéndola impropia o peligrosa para el consumo humano, la industria, la agricultura, la pesca y las actividades recreativas, así como también para los animales domésticos y la vida natural.
Si bien la contaminación de las aguas puede provenir de fuentes naturales (como por ejemplo la ceniza de un volcán) la mayor parte de la contaminación actual proviene de actividades humanas. El desarrollo y la industrialización suponen un mayor uso de agua, una gran generación de residuos, muchos de los cuales van a parar al agua y el uso de medios de transportes fluviales y marítimos que en muchas ocasiones, son causa de contaminación de las aguas. Las aguas superficiales son en general más vulnerables a la contaminación de origen antropogénico que las aguas subterráneas, por su exposición directa a la actividad humana. Por otra parte una fuente superficial puede restaurarse más rápidamente que una fuente subterránea a través de ciclos de escorrentía estacionales. Los efectos sobre la calidad serán distintos para lagos y embalses que para ríos, y diferentes para acuíferos de roca o de arena y grava.
Antonio Gallego Fernández.
Algunas fuentes de contaminación del agua son naturales. Por ejemplo, el mercurio que se encuentra naturalmente en la corteza de la Tierra y en los océanos contamina la biosfera mucho más que el procedente de la actividad humana. Algo similar pasa con los hidrocarburos y con muchos otros productos. Normalmente las fuentes de contaminación natural son muy dispersas y no provocan concentraciones altas de polución, excepto en algunos lugares muy concretos. La contaminación de origen humano, en cambio, se concentra en zonas concretas y, para la mayor parte de los contaminantes, es mucho más peligrosa que la natural. Los factores naturales no pueden controlarse fácilmente y pueden tener un impacto significativo sobre la calidad de una fuente de agua. Los otros factores que se deben considerar son los siguientes: el clima, las características de la cuenca, la geología, el crecimiento microbiológico y de los nutrientes, los incendios, la intrusión salina y la estratificación térmica.
Felipe Pérez Melguizo.
El agua que nos proporciona la naturaleza, en sus distintas formas, no reúne los requisitos para ser consumida de forma directa por el ser humano, debido a la contaminación que contiene. Para lograr la calidad satisfactoria en el agua, y que ésta sea potable, se realizan destilaciones u otros procesos de purificación. El agua puede contaminarse de diferentes formas, aunque la más común en la actualidad es mediante descarga de agua servida o cloacas de áreas urbanas en ríos y arroyos. Otros focos de contaminación de las aguas son los desechos orgánicos provenientes de mataderos de ganado o de aves. El procesamiento de frutas y vegetales requiere grandes cantidades de agua para el lavado, el pelado y blanqueado, lo que produce gran cantidad de agua servida con alto contenido orgánico. Estas concentraciones de materia orgánica originan un alto porcentaje de fosfatos en el agua de los ríos o arroyos en que se descargan. Estos fosfatos ocasionan un rápido crecimiento en la población de algas. Las algas utilizan el oxígeno en gran cantidad, lo que hace que disminuya en el agua la concentración necesaria de éste para permitir la respiración de los animales acuáticos, causando su muerte.
José Manuel Gómez Guindos.
El efecto principal causado por efectos climáticos que afecta la calidad del agua es la precipitación. Los climas húmedos o con períodos de precipitación de régimen considerable pueden dar lugar a velocidades de escorrentía elevadas o favorecer condiciones de inundación que pueden causar la resuspensión de los sedimentos, incrementando los niveles de turbiedad, color, metales u otro tipo de contaminantes. En condiciones de sequía prolongada, los niveles bajos de drenaje pueden generar estancamiento, incrementando en consecuencia la posibilidad de actividad microbiológica y crecimiento de algas. Del mismo modo, se incrementa el impacto de descargas de fuentes puntuales por la reducción en el efecto de dilución y en la capacidad asimilativa del cuerpo de agua. La temperatura también es un factor climático importante que afecta la velocidad de la actividad biológica, la concentración de oxígeno y los coeficientes de transferencia de masa.
José Luís López Jiménez.
Las diferentes características naturales de una cuenca de drenaje pueden tener un efecto significativo en la calidad del agua. Así, por ejemplo, la topografía afecta la velocidad de flujo. Las pendientes pronunciadas pueden erosionar la capa superficial de suelo o las márgenes de ríos o arroyos, introduciendo residuos, sedimentos y nutrientes que pueden incrementar el contenido de algas, color y turbidez. El tiempo de residencia en lagos y reservorios también es función de la topografía y afecta la calidad del agua, influyendo en la sedimentación y la actividad biológica. Otro aspecto de importancia es la descomposición de la cubierta vegetal que produce color y es una fuente de compuestos húmicos y fúlvicos, frecuentemente asociados con la formación de subproductos de desinfección.
La cubierta vegetal, sin embargo, actúa como filtro natural frente a la acción de la escorrentía de contaminantes provenientes de fuentes no puntuales, ejerciendo un mecanismo de protección a la actividad humana.
Rafael Ríos López.
La geología local impacta en forma directa sobre la calidad de fuentes superficiales y subterráneas. Un agua subterránea que por ejemplo presenta dureza elevada, deriva de una formación geológica subterránea con un contenido de calcio y magnesio considerable. Los suelos juegan un rol importante por su capacidad amortiguadora en la escorrentía de la precipitación ácida. La presencia de radionúclidos en aguas subterráneas, tales como el radón, o la presencia de cenizas generadas en erupciones volcánicas, constituyen ejemplos del efecto significativo que ejerce la geología sobre la calidad del agua.
Un amistoso saludo de José Fernández González.
El estado de un cuerpo de agua depende de los niveles de nutrientes y actividad microbiológica. El ciclo de vida natural de un cuerpo de agua involucra tres estados conocidos como niveles tróficos: oligotrófico (concentración de nutrientes y actividad microbiológica bajas), mesotrófico (concentración de nutrientes y actividad microbiológica moderadas) y eutrófico (concentración de nutrientes y actividad microbiológica altas).
En la mayoría de lagos, ríos y corrientes de agua, la producción de plantas está principalmente regulada por la disponibilidad de fósforo. Se verifica que los lagos que presentan un contenido de fósforo elevado sufren un gran crecimiento de algas generando turbiedad en el agua y produciéndose acumulaciones de algas sobre sus costas. De igual forma, en el largo plazo también se favorece el crecimiento de vegetación con raíces. Por estos motivos es que el estado trófico de los lagos y cursos de agua generalmente se expresa en función de su concentración de fósforo. Sin embargo, en algunos casos particulares, como por ejemplo cuerpos de agua que se encuentran muy eutroficados, los niveles de fósforo pueden ser tan altos que el suministro de nitrógeno puede llegar a ser el limitante de la producción vegetal.
El indicador de eutroficación más común es la presencia de algas, en especial las del tipo azul-verdosas. Suelen producirse crecimientos desmedidos de la población de algas, causando problemas antiestéticos y sobre la calidad del cuerpo de agua. Es muy común que durante los meses de invierno en que la temperatura del agua es baja y se tienen períodos de luz más cortos, se produzca una disminución de la actividad fotosintética. Durante este tiempo los nutrientes permanecen disponibles y se van acumulando.
Cuando los días se alargan y la temperatura aumenta, se produce un incremento de la actividad microbiológica con un crecimiento desmedido de la población de algas. Este incremento continúa hasta que se agotan los nutrientes del medio, produciéndose entonces la disminución de la población de microorganismos. La deficiencia de oxígeno causada por la actividad microbiológica, desarrolla un ambiente reductor que produce la solubilización de minerales y nutrientes que se encuentran presentes en los sedimentos.
Saludos, Manuel Manzano Baena.
Aunque los incendios forestales pueden ocurrir como resultado de la actividad humana, el fuego se considera como un factor natural puesto que este tipo de desastres suele producirse por la combinación de sequía y luz. La destrucción de bosques puede producir efectos adversos sobre la calidad del agua, ya que al eliminarse su función de filtro natural, aumenta la velocidad de drenaje superficial, incrementándose la probabilidad de erosión. Por otra parte las cenizas pueden lixiviar nitratos, mientras que la madera carbonizada contribuye a incrementar el contenido de fenol que al combinarse con el cloro produce problemas de olor y sabor. Sin embargo, los incendios forestales tienen también un efecto positivo, ya que son un medio natural de rejuvenecimiento de los bosques.
Luís Muñoz Garzón.
La intrusión salina es una fuente de contaminación debida al movimiento permanente o temporal del agua salada que desplaza al agua dulce. La intrusión salina puede ocurrir tanto en fuentes superficiales como subterráneas que se encuentren ubicadas en regiones costeras. En el caso de aguas subterráneas, la explotación del acuífero puede producir un abatimiento del nivel estático tal que genere un movimiento de la interfase salina, con lo cual ingresará el agua salada.
En un acuífero costero sin explotación el agua dulce se vierte al mar, ya sea a través de cursos de aguas superficiales o bien subterráneas. Esta fuga de agua subterránea mantiene una cierta posición de la interfaz agua dulce-salada. Si se ubican bombeos para recuperar esta agua, es en detrimento de este flujo y, por lo tanto, debe establecerse un nuevo equilibrio con el agua del mar.
Si se quiere mantener limitada la intrusión marina debe dejarse un cierto flujo de agua de mar, que es el tributo que hay que pagar para mantener un cierto equilibrio. Si, como consecuencia de una reducción de flujo de agua al mar, existe una recirculación del agua dulce que deje las sales en el terreno, como en los regadíos con agua subterránea, se tiene un cierto incremento de la salinidad del agua dulce de origen diferente a la contaminación por el agua del mar. Los acuíferos cautivos y los acuíferos libres con un nivel impermeable superior están protegidos naturalmente contra la contaminación, la cual en principio solo puede producirse donde el acuífero cautivo pasa a ser libre o falta el nivel impermeable superior. En la realidad, un acuífero cautivo puede ser contaminado a través de pozos mal construidos o con corrosiones.
Un saludo para los lectores del blog.
Víctor Pareja Gallardo.
La mayoría de los lagos y reservorios con una profundidad de más de 5 metros se estratifican durante gran parte del año. Este fenómeno se desarrolla durante la primavera debido a que la superficie se calienta por la radiación atmosférica y solar. Como la densidad del agua disminuye con el aumento de la temperatura se produce una situación de equilibrio hidrodinámico, en donde la capa más liviana sobrenada a la más pesada. Como consecuencia, se desarrolla una estructura térmica vertical con una capa superior bien mezclada llamada epilimnio, seguida por una región de rápido descenso de temperatura llamada termoclina, y una tercera capa de agua más densa y fría llamada hipolimnio.
Andrés Castro Moya.
Los factores antropogénicos que afectan la calidad de las fuentes de agua suelen categorizarse en dos tipos: puntuales y no puntuales. Las puntuales son aquellas fuentes de contaminación caracterizadas por descargas únicas o discretas, en las que los contaminantes se vuelcan desde una única área geográfica aislada o confinada. Por otra parte las no puntuales involucran fuentes de contaminación difusas y comprenden actividades que abarcan un área mayor, pudiendo causar la contaminación general del agua subterránea, razón por la cual son más difíciles de controlar que las fuentes puntuales. Entre las fuentes puntuales podemos mencionar: Descargas de efluentes domésticos, descargas de efluentes industriales, operaciones con residuos peligrosos, drenaje en minas, derrames y descargas accidentales. Las fuentes no puntuales se pueden clasificar en las provenientes de: la agricultura y la ganadería, del drenaje urbano, de la explotación del suelo, de los rellenos sanitarios, de la deposición atmosférica y de distintas actividades recreativas.
José García Cano.
Las aguas domésticas son las que provienen de núcleos urbanos. Contienen sustancias procedentes de la actividad humana (alimentos, deyecciones, basuras, productos de limpieza, jabones, etc.). La contaminación de un agua usada urbana se estima en función de su caudal, de su concentración en materias en suspensión y de su demanda biológica. Se admite que un habitante de una comunidad concreta, en un país o región determinados, y según las condiciones de abastecimiento de agua, nivel de vida y sistemas de alcantarillado disponible, vierte una cantidad media de contaminación fija, bien determinada, base del equivalente-habitante. En general, se ha fijado un valor de 60 g /día de DBO y 70 g /día de sólidos en suspensión por habitante-equivalente. La dotación de agua se sitúa en torno a los 100-300 l/Hb/día. En las grandes ciudades se incrementa por su uso en jardines y limpieza pública viaria. El caudal de aguas residuales domésticas presenta una variación diaria de tipo sinusoidal. El máximo se presenta al mediodía, los valores medios a las 9 de la mañana y a la 7 de la tarde y el valor mínimo hacia las 6 de la mañana. Físicamente presentan color gris y diversas materias flotantes. Químicamente contienen gran cantidad de materia orgánica. Biológicamente contienen gran cantidad de microorganismos, algunos de los cuales pueden transmitir enfermedades. Una de las características principales de un agua residual urbana es su biodegradabilidad, es decir, la posibilidad de depuración mediante tratamientos biológicos, siempre que pueda darse una alimentación equilibrada de las bacterias en nitrógeno y fósforo. Es conveniente que las aguas residuales lleguen a la estación de tratamiento en un estado suficientemente fresco, ya que un agua nauseabunda es tóxica para el tratamiento, por lo que, si se quisiera conseguir una buena depuración, habría de someterse a una preaereación o a una precoloración antes de la decantación.
Saludos de Luis Olivares.
Hay también otros contaminadores de origen agrícola y ganadero, son el resultado del riego y de otras labores como las actividades de limpieza ganadera, que pueden aportar al agua grandes cantidades de estiércol y orines, es decir, mucha materia orgánica, nutrientes y microorganismos. Quizá uno de los mayores problemas que origina la agricultura sea la contaminación difusa, siendo la más importante la provocada por nitratos. Se tratan de actividades extendidas en grandes áreas, por lo que resulta prácticamente imposible su depuración. Se deben tomar las medidas precisas para atajar y reducir en la medida de lo posible la contaminación por nitratos, tanto en aguas subterráneas, porque su efecto es acumulativo, como en las superficies en las que favorecen el proceso de eutrofización.
Mateo Oliver Jurado.
Los productos químicos dispersos en el medio ambiente acaban siendo almacenados en el tejido graso de los organismos vivos. La bioacumulación se produce cuando estos productos son trasmitidos a lo largo de la cadena alimenticia, por lo que acaban siendo acumulados, llegando a producirse concentraciones miles de veces superiores a la cantidad inicial que se encontraba en el ambiente. Por ello, el ser humano, que se alimenta de otros seres que se encuentran por debajo suyo en la cadena alimenticia y que han acumulado en sus organismos estas sustancias, absorbe grandes concentraciones de productos que tardan años en disolverse y que pueden conllevar graves riesgos para la salud.
Desde hace más de medio siglo, el ser humano viene produciendo toda una serie de productos químicos para multitud de aplicaciones, hasta llegar a convertirse en muchos casos en productos imprescindibles para la vida cotidiana. Desgraciadamente, algunas de estas sustancias tienen efectos contraproducentes para el medio ambiente y la salud. Un claro ejemplo de ello son los pesticidas, conocidos también como plaguicidas, insecticidas o biocidas, unas sustancias que han reportado enormes beneficios a la agricultura o en la lucha contra enfermedades transmitidas por insectos, como el paludismo, la fiebre amarilla o el dengue. El desarrollo de la industria química ha permitido el desarrollo de pesticidas con un alto grado de eficiencia y a precios asequibles, de manera que son utilizados en todo el mundo. De hecho, se han encontrado importantes cantidades de insecticida en la grasa de animales como el oso polar o el pingüino, los cuales habitan en lugares tan distantes y extremos como el Ártico y la Antártida, respectivamente.
En este sentido, todos los ciudadanos están expuestos a un gran número de sustancias químicas, de las que sólo un 2% han sido evaluadas científicamente de una manera rigurosa. Se calcula que cada día las personas ingieren unos 2.000 miligramos de sustancias químicas tóxicas.
Se calcula que cada día las personas ingieren unos 2.000 miligramos de sustancias químicas tóxicas las cuales en cantidades superiores serían letales, produciendo gran variedad de enfermedades y malformaciones. Además de los alimentos, las sustancias tóxicas se encuentran en cualquier lugar, incluidas las viviendas o los lugares de trabajo.
Asimismo, otras sustancias, como metales pesados o hidrocarburos acaban también siendo acumulados por los organismos acuáticos. Por ello, pueden encontrarse concentraciones muy altas de estos elementos químicos en los seres vivos marinos, a pesar de que dichas sustancias se hallen muy diluidas en el agua o acaben desapareciendo. Así, las mareas negras dejan secuelas que pueden llegar a durar años. En el caso del "Prestige", un informe de la organización ecologista WWF/Adena indica que existen altas posibilidades de bioacumulación por el hidrocarburo derramado.
Por otra parte, el ser humano no es el único que crea productos químicos tóxicos. Las plantas que se ingieren habitualmente producen toda una serie de toxinas de manera natural como método de defensa contra hongos, insectos y otros animales. En definitiva, casi todos los productos químicos que se consumen son de origen natural, de los que sólo una pequeña porción ha sido convenientemente analizada. Sin embargo, los posibles riesgos que estos pesticidas naturales pueden tener se compensan por los grandes beneficios que tiene una alimentación rica en frutas y verduras.
Jerónimo Páez García.
Al llover, el agua arrastra toda la suciedad que encuentra a su paso, presentándose más turbia que la que se deriva del consumo doméstico. En las ciudades este agua arrastra aceites, materia orgánica y diferentes contaminantes de la atmósfera, en el campo arrastran pesticidas, abonos, etc. En la industria las aguas pluviales arrastran las sustancias que se han caído sobre el terreno, pudiendo presentar un gran problema si son sustancias tóxicas. Además, si existe acumulación de residuos en zonas no preparadas para ello, los lixiviados de los residuos serán arrastrados. Es conveniente tener una red de pluviales, aunque según la composición que tenga, se decidirá su unión al colector que desemboca en la depuradora o se realizará una desviación vertiendo directamente a las aguas superficiales.
Un saludo afectuoso.
Alejandro Ortega.
En 1962 Rachel Carson publicaba "La primavera silenciosa", un libro que para algunos autores marcó el comienzo del movimiento ecologista moderno. La obra denunciaba la contaminación química generalizada que la naturaleza y los seres humanos como parte de ella vienen sufriendo, y ya alertaba en aquel entonces de la escasa o nula investigación que se realiza sobre los productos químicos, algo que puede traer consecuencias indeseables para las generaciones futuras.
En la actualidad el control de la industria química es uno de los aspectos más delicados para las instituciones, que tienen que buscar el equilibrio entre las ventajas y los inconvenientes que estos productos tienen en la salud y el medio ambiente. En 2003, la Comisión Europea propuso el denominado sistema REACH , acrónimo en inglés de Registro, Evaluación y Autorización de Sustancias Químicas.
Gerardo Gea Sánchez.
La navegación marina produce diferentes tipos de contaminación, especialmente con hidrocarburos. Los vertidos de petróleo, accidentales o no, provocan importantes daños ecológicos. Según el estudio realizado por el Consejo Nacional de Investigación de los EEUU, en 1985 se vertieron al mar unas 3.200.000 toneladas de hidrocarburos. A lo largo de la década de los ochenta se tomaron diversas medidas para disminuir la contaminación de los mares y la Academia de las Ciencias de EEUU estimaba que se habían reducido en un 60% los vertidos durante estos años. Se puede calcular que en 1989 se vertieron al océano algo más de 2.000.000 de toneladas. De esta cifra el mayor porcentaje corresponde a las aguas residuales urbanas y a las descargas industriales (en total más del 35%). Otro tercio correspondería a vertidos procedentes de buques (más por operaciones de limpieza y similares, aunque su valor va disminuyendo en los últimos años, que por accidentes) y el resto a filtraciones naturales e hidrocarburos que llegan a través de la atmósfera. Convenios como el Marpol (Disminución de la polución marina procedente de tierra) de 1974 y actualizado en 1986 y otros, han impulsado una serie de medidas para frenar este tipo de contaminación.
Benito Martínez Mata.
Los contaminantes del agua, ya sean introducidos por vía doméstica, industrial o agrícola, pueden producir, en general, numerosos tipos de efectos que habrán de estudiarse en función del uso que se quiera dar al agua, o bien, dentro de la perspectiva de tener unas aguas de mejor calidad, con fin de preservar la vida acuática y poderla dedicar a fines recreativos o puramente estéticos. A continuación mencionaré los principales efectos que producen cada uno de los elementos contaminantes, ya sean sobre el hombre, los ecosistemas o los materiales. Hay que destacar, además de los efectos que el agua contaminada puede producir por su consumo directo, aquellos que se originan indirectamente, como es el caso de la producción de alimentos con agua contaminada o la transmisión de enfermedades (huéspedes intermedios).
Los sólidos en suspensión absorben la radiación solar, de modo que disminuyen la actividad fotosintética de la vegetación acuática. Al mismo tiempo obstruyen los cauces, embalses y lagos. También intervienen en los procesos de producción industrial y pueden corroer los materiales y encarecer el costo de depuración del agua.
Los peces, especialmente las especies grasas como la trucha, el salmón y las anguilas, acumulan los fenoles. Pero el mayor problema reside en que cuando llegan a las plantas de cloración convencionales dan lugar a los clorofenoles, confiriendo al agua un sabor muy desagradable incluso en unidades de ppb.
El hecho de que sean menos densos que el agua e inmiscibles con ella, hace que las grasas y aceites se difundan por la superficie, de modo que pequeñas cantidades de grasas y aceites pueden cubrir grandes superficies de agua. Además de producir un impacto estético, reducen la reoxigenación a través de la interfase aire-agua, disminuyendo el oxígeno disuelto y absorbiendo la radiación solar, afectando a la actividad fotosintética y, en consecuencia, la producción interna de oxígeno disuelto. Encarecen los tratamientos de depuración, y algunos aceites, especialmente los minerales, suelen ser tóxicos.
El principal efecto provocado por el calor es la disminución del oxígeno disuelto. Del mismo modo, puede actuar directamente sobre el metabolismo de los animales acuáticos. El aumento de temperatura incrementa las velocidades de reacción biológicas y la solubilidad de algunos compuestos.
El efecto provocado por los detergentes no es solo la bioconcentración el problema medioambiental, también lo es el acceso del oxígeno a la masa de agua, a causa de la espuma en su superficie y el hecho de aumentar la toxicidad del 3,4-benzopireno, otro microcontaminante de enorme acción cancerígena. El verdadero problema medioambiental causado por los detergentes reside en los polifosfatos, incluidos en su formulación para ablandar el agua.
Mauricio Vidal.
Anualmente más de 3 millones y medio de gramos de petróleo (casi el 100 % de la producción mundial) contaminan el medio marino. En realidad, solamente alrededor del 50 % de este crudo procede de petroleros, a menudo barcos pequeños y anticuados. El resto, proviene de tierra firme. Esta última mitad llega al mar a través de las aguas y vertidos residuales (un 20 % de origen urbano, otro 20 % industrial y a través de la atmósfera el 10 % restante).
Vertidos accidentales aparte, los petroleros arrojan anualmente y de forma deliberada más de un millón de toneladas de crudo en las operaciones de lavado de sus tanques. Tradicionalmente, dicha práctica consistía en bombear agua y arrojarla –mezclada con las impurezas de los tanques- de nuevo al mar, antes de volver a cargar crudo. En la actualidad puede realizarse una limpieza menos agresiva: el lavado a chorro con petróleo crudo a alta presión procedente de la carga del propio barco. Esta nueva técnica puede efectuarse durante el proceso de descarga, a fin de evitar aquella importante fuente de contaminación.
Las pérdidas accidentales de petróleo aportan un volumen global de unas 100 000 toneladas de dicho material a los océanos a lo largo del año. Por otra parte, los vertidos de petróleo, provocados por accidentes como la explosión en 1979 del Campeche en la costa mexicana, a consecuencia de la cual se vertieron cerca de 400 000 toneladas de petróleo, o el anterior (1978) hundimiento del Amoco Cádiz en el canal de la Mancha, así como el accidente ocurrido en 1989, del Exxon Valdez frente a las costas de Alaska, son fenómenos de gran espectacularidad.
Un saludo, Silvia Sandoval.
La desaparición de un ser vivo repercute en el resto de seres relacionados con él.
Los seres vivos están relacionados por la alimentación y dependen unos de otros para sobrevivir, por lo que si alguno de ellos desaparece o se reduce en su número afecta al resto de seres vivos relacionados con él. Este concepto es lo que se conoce como cadena trófica o cadena alimenticia. En la naturaleza hay una serie de cadenas alimenticias por las que circulan la energía y materiales, y en las que normalmente existen muchas interconexiones.
Siguiendo el símil de la cadena, cada nivel representa un eslabón. El primer eslabón se inicia con los denominados productores, los vegetales, que sintetizan sustancias orgánicas a partir de sustancias inorgánicas que toman del aire y del suelo, y con energía solar por medio de la fotosíntesis. El siguiente eslabón lo constituyen los consumidores, que se alimentan del productor. En este nivel, además, existen los consumidores primarios, que sirven a su vez de alimento a otros seres, denominados consumidores secundarios, y así sucesivamente. Por ejemplo, son consumidores primarios los herbívoros, mientras que son secundarios, terciarios, etc., los carnívoros. En el último nivel de la cadena alimenticia se encuentran los descomponedores, que actúan sobre los organismos muertos, degradan la materia orgánica y la transforman nuevamente en materia inorgánica devolviéndola al suelo y a la atmósfera. Los animales carroñeros no se consideran descomponedores, ya que aprovechan los restos de animales muertos. En una cadena trófica cada eslabón obtiene la energía necesaria del nivel inmediatamente anterior,
En una cadena trófica cada eslabón obtiene la energía necesaria del nivel inmediatamente anterior mientras que el productor la obtiene del Sol, de manera que la energía fluye a través de la cadena. Rara vez existen más de cuatro o cinco niveles, puesto que la energía que fluye a través de los niveles tróficos se pierde en forma de calor, y porque no todos los organismos de los niveles inferiores son comidos ni todo lo que es comido es digerido. Así, para conocer las conexiones de una cadena es necesario seguir su curso hacia atrás hasta llegar a la fuente.
No obstante, la naturaleza es más complicada que un esquema representado por una simple cadena. En la mayoría de los casos, los seres vivos diversifican su alimentación ya que al hacerlo incrementan sus posibilidades de supervivencia. Por ejemplo, los halcones no limitan sus dietas a culebras, las culebras comen otras cosas aparte de ratones, los ratones comen hierba además de saltamontes, etc. Una representación más cercana a la realidad se llama red alimenticia, que consiste en cadenas alimenticias interrelacionadas.
La desaparición de los seres vivos que constituyen un eslabón de la cadena conlleva graves consecuencias para el resto de seres que conviven en ese ecosistema: Los seres vivos que se encuentran en los siguientes niveles también desaparecerán, al quedarse sin alimento; se producirá una superpoblación del nivel inmediatamente anterior, pues ya no existe su predador y en consecuencia de lo dicho anteriormente se desequilibrarán los niveles más bajos. Por ejemplo, cuando se ha perseguido y diezmado a lobos o coyotes por considerarlos una plaga para el ganado, el número de roedores, que eran parte de su alimentación, crecía espectacularmente, lo que conducía a que éstos hicieran finalmente estragos en los cultivos. Asimismo, los seres humanos, al manipular la naturaleza en su beneficio, alteran el equilibrio en las cadenas tróficas. Por ejemplo, la agricultura supone la creación de un ecosistema muy reducido más propenso para enfermedades y plagas.
Un saludo, Carlos Mejías Espinosa.
La magnificación biológica o biomagnificación es la tendencia de las sustancias contaminantes a concentrarse en niveles tróficos sucesivos.
La biomagnificación sucede cuando un producto contaminante que se asemeja químicamente a nutrientes inorgánicos esenciales es incorporado y almacenado en el organismo del ser vivo que se encuentra en la base de la cadena alimenticia. Posteriormente, la sustancia contaminante pasa en grandes cantidades al organismo del siguiente ser de la cadena, puesto que, como se pierde energía al pasar de un nivel a otro, se necesita consumir cada vez más cantidad de alimento. Así, la sustancia contaminante va magnificándose de un nivel a otro. Por lo tanto, el ser humano, como gran productor de sustancias contaminantes, corre el riesgo de absorber finalmente dichas sustancias magnificadas, al encontrarse arriba en la cadena alimenticia. La sustancia contaminante, para que acabe finalmente biomagnificada, debe tener una larga vida, debe ser concentrada por los productores y debe ser soluble en grasa para que acabe finalmente almacenada en el organismo.
Un ejemplo de biomagnificación con nefastas consecuencias para el ser humano fue el DDT. Este pesticida se utilizó para eliminar insectos que transmitían enfermedades para los seres humanos, lo que permitió la mejora de la salud en muchos países. Sin embargo, el DDT acabó incorporándose al organismo de muchos animales en los que provocó graves efectos. Por ello, el DDT fue finalmente prohibido.
Mari Carmen Fernández Domingo.
En algún comentario anterior hemos tenido referencia a un fenómeno climático que produce catástrofes naturales en todo el mundo, se trata del fenómeno climático del Niño
El Niño destaca por ser un fenómeno climático cíclico que provoca diversas catástrofes naturales a nivel mundial, aunque las zonas más afectadas son América del Sur y las zonas que se encuentran entre Indonesia y Australia. Su nombre se debe a unos pescadores de la costa de Perú, que a finales del siglo XIX denominaron con el nombre de "El Niño Jesús" a una corriente oceánica caliente del sur que desplazaba, normalmente en Navidades, a la corriente fría del norte en la que solían faenar.
Actualmente, el término se refiere a un fenómeno más amplio conocido por las siglas inglesas ENSO (El Niño Oscilación del Sur), un ciclo continuo e irregular de cambios en las condiciones oceánicas y atmosféricas que afectan al planeta aproximadamente desde junio a noviembre. El fenómeno se inicia en el Océano Pacífico tropical, cerca de Australia e Indonesia, y con él se altera la presión atmosférica en zonas muy distantes entre sí, produciendo cambios en la temperatura superficial de las aguas, en la velocidad de los vientos y en las zonas de lluvias en la región tropical. Para referirse a las dos partes de un mismo fenómeno, se le llama El Niño al aumento de la temperatura de la superficie del Océano Pacífico oriental y central, y La Niña a la disminución de la temperatura de la superficie del agua en un área que cubre las costas de Sudamérica y Oceanía. El cambio de las condiciones de El Niño a las de La Niña y de nuevo a las de El Niño dura alrededor de cuatro años. Algunos investigadores afirman que El Niño existe desde hace por lo menos 40.000 años.
Miguel Jara Iñiguez.
Entre los graves efectos que El Niño puede provocar en las zonas que atraviesa, las sequías severas y los gigantescos incendios forestales que se dan en Indonesia, Australia o el sudeste de África son los más destacados, mientras que en Ecuador o Perú tienen que hacer frente a temporales de lluvias que pueden acarrear graves inundaciones y deslizamientos de tierra. Por ello, las víctimas asociadas a los efectos de El Niño se estiman en miles por todo el mundo, y las pérdidas materiales en miles de millones de euros.
Los científicos todavía no conocen por completo este fenómeno, por lo que resulta difícil realizar predicciones. No obstante, el estudio de éste y otros fenómenos atmosféricos y climáticos, unido al desarrollo de las ciencias atmosféricas y oceanográficas y los recursos que los científicos tienen a su disposición para el estudio de los fenómenos naturales, han permitido grandes avances. Los investigadores que siguen el fenómeno pueden alertar a las poblaciones en riesgo sobre una nueva amenaza de El Niño con varios meses de antelación, con lo que se pueden tomar medidas para mitigar los peores efectos. Así, este fenómeno acontecido entre 1997 y 1998 podía haber tenido unos efectos más devastadores de no ser haber sido por la advertencia anticipada que permitió a los campesinos de la parte nordeste de Brasil, propensa a sufrir sequías, plantar especies resistentes al calor. Por su parte, los residentes de Los Ángeles en California despejaron canales inundados, reforzaron diques y distribuyeron sacos de arena en áreas propensas a inundarse.
Los artículos y sus comentarios son estupendos.
José Miguel Carmona.
Se estima que cada 500 o 1.000 años se produce una gran catástrofe, conocida como Mega Niño, capaz de producir graves daños en las zonas afectadas. En este sentido, se cree que fenómenos de dichas características podrían haber provocado la desaparición de varias civilizaciones en el pasado. Por su parte, 'Niños Muy Fuertes' como los de 1925, 1983 ó 1997 ocurren cada 50 años aproximadamente, mientras que 'Niños Normales' se producen cada 3 ó 4 años, a menudo con efectos beneficiosos para el entorno como la generación de recursos en agua, aunque también daños apreciables. Muchos científicos advierten de que El Niño está viéndose también afectado por el cambio climático provocado por el ser humano, con lo que se corre el riesgo de que los 'Niños Muy Fuertes' se den con mayor frecuencia.
Saludos afectuosos y ¡Enhorabuena por el blog!
María Asunción Díaz González.
Los cambios en la temperatura producidos por El Niño influyen en la salinidad de las aguas, lo que afecta a los ecosistemas marinos, y en consecuencia, a la actividad pesquera. Los cambios en la circulación atmosférica alteran el clima global, con lo que la agricultura, los recursos hídricos y otras actividades económicas importantes en extensas áreas del planeta se ven igualmente afectados. En este sentido, un reciente estudio estimaba que El Niño podría poner en grave riesgo la alimentación de 20 millones de personas en África, al verse afectadas las cosechas.
Otros impactos adversos incluyen un aumento en la frecuencia de incendios forestales, inundaciones, erosión costera, alteraciones en el anidamiento de aves marinas y en los arrecifes coralinos, así como la presencia de tormentas tropicales. Por otra parte, algunos investigadores afirman que las variaciones climatológicas que provocará en los próximos años hacen prever una mayor incidencia de enfermedades trasmitidas a través del agua, o a través de los mosquitos o microbios que dependen de la humedad del entorno.
Daniel Jiménez.
Los científicos tienen cada vez más claro —al 95%— que el hombre es el principal actor del cambio climático y advierten de que los daños causados hasta ahora por las emisiones —subida del nivel del mar, acidificación de los mares o el derretimiento de los glaciares— se mantendrán durante siglos si los Gobiernos no se conciencian de que el calentamiento es real y muy grave, aunque se haya suavizado en los últimos años, y toman ya medidas drásticas para combatirlo. Aunque lo enfrentaran con firmeza, ya hay efectos con los que conviviremos al menos 1.000 años. Dependiendo del escenario, entre el 15% y el 40% del CO2 emitido puede quedarse ya en la atmósfera. Según sus previsiones, el nivel del mar podría subir entre 26 y 82 centímetros y la temperatura aumentar hasta 4,8 grados a finales de siglo.
El Grupo Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), creado por Naciones Unidas, ha avanzado este viernes en Estocolmo (Suecia) las principales conclusiones de su último informe, que representa una llamada de atención a los líderes políticos en un momento de crisis en el que la lucha contra el calentamiento ha dejado de ser prioridad.
El documento será estudiado por los gobernantes del mundo antes de llegar a un acuerdo multilateral vinculante para reducir la emisión de gases de efecto invernadero en 2015, que deberá comenzar a aplicarse en 2020. “Todavía podemos prevenir los peores efectos del cambio climático y dejar a nuestros hijos y sus hijos un planeta decente. Pero necesitamos Gobiernos que actúen como bomberos y no como pirómanos”, ha recogido este viernes Europa Press citando un cuadro del informe de consejos para políticos que no ha sido difundido..
Para lograrlo, los autores recomiendan comenzar “lo más rápido posible” una senda hacia la energía renovable, proteger los bosques, los océanos y los recursos hídricos de los que depende la economía.
El informe AR5, principalmente pensado para los representantes políticos, reúne las evidencias científicas de los últimos seis años. En esta edición, en la que han participado 831 expertos de 85 países, se ha podido comprender con mayor exactitud la forma en la que está subiendo el nivel del mar, algo que ha aumentado la confianza de sus previsiones, que dibujan en varios escenarios posibles.
María Pérez del Valle.
El anterior trabajo, difundido en 2007, mostró evidencias suficientes de que el cambio climático es inequívoco y estableció como causa probable las actividades humanas. Fue atacado en su momento por varios expertos por incluir errores. Entre otros, sobre la velocidad con la que podrían desaparecer los glaciares del Himalaya. Otro grupo lo revisó después y concluyó que las principales conclusiones seguían siendo válidas.
Los investigadores creen al 95% que el hombre es el principal causante
Estas son algunas de las previsiones de esta entrega:
Nivel del mar. La confianza en las previsiones del crecimiento del nivel del mar ha crecido con respecto al anterior informe, el AR4, gracias a la mejora de la comprensión de los componentes de nivel del mar, un mayor acuerdo de los modelos basados en procesos con observaciones y la inclusión del hielo en los cambios dinámicos. “Como el océano se calienta, los glaciares y las capas de hielo se reducen, el nivel del mar seguirá aumentando a nivel mundial, pero a un ritmo más rápido que hemos experimentado en los últimos 40 años” dijo Qin Dahe, vicepresidente del grupo de trabajo número 1 del IPCC. Las previsiones apuntan a una subida para 2100 que va de los 26 a los 82 centímetros. La horquilla es mayor de la que se estimaba en 2007 (18 y 59 centímetros).
Papel del hombre. El trabajo dice que es muy factible, con una probabilidad de al menos el 95%, que las actividades humanas sean la causa predominante del calentamiento global en el siglo XX. Este aspecto ha aumentado con respecto al último estudio, de 2007, en que la probabilidad la situaban en el 90%. En el de 2001, estaba en un 66%.
Cambios en el clima. El calentamiento es inequívoco, y desde 1950 muchos de los cambios observados no tienen precedentes en décadas o milenios. La atmósfera y los océanos se han calentado, las cantidades de nieve y hielo han disminuido, los niveles del mar han crecido, y las concentraciones de gases de efecto invernadero han crecido. Cada una de las últimas tres décadas ha sido sucesivamente más cálida —y las olas de calor serán más frecuentes y duraderas con una probabilidad del 90% —, la superficie de la tierra ha estado mucho más caliente que cualquier década precedente a 1850. Entre 1880 y 2012, el aumento estimado de la temperatura ha sido de 0,85 grados. Los científicos creen “probable” que suba a finales de siglo al menos 1,5 grados con respecto a la era preindustrial, aunque los escenarios más pesimistas elevan el aumento a 4,8 grados.
¡¡¡Tenemos que cuidar la tierra!!!
Nani Fernández González.
El texto referido debe servir a los líderes mundiales para un pacto vinculante en 2015.
Océanos. Es “virtualmente cierto” (al 99%) que se ha calentado la parte superior de los océanos, desde la superficie a los 700 metros de profundidad, desde 1971 hasta 2010. El informe considera, con alto nivel de confianza, que el calentamiento oceánico es el principal actor del aumento de la temperatura, ya que representa más del 90% de la energía acumulada entre 1971 y 2010.
Hielos. En las últimas décadas, los bloques de Groenlandia y del Antártico han ido perdiendo masa, mientras que los glaciares continúan menguando.
Carbono. Las concentraciones en la atmósfera de dióxido de carbono, metano y óxido nítrico han crecido hasta niveles sin precedentes al menos en los últimos 800.000 años. Esas agrupaciones de C02 han crecido un 40% desde los tiempos preindustriales, principalmente por las emisiones de combustibles fósiles. Los océanos han absorbido el 30% de dióxido de carbono produciendo la acidificación de los mares.
Irreversibilidad. Muchos aspectos del cambio climático persistirán durante siglos aunque las emisiones de CO2 se detengan. Las temperaturas permanecerán a niveles elevados durante siglos.
¡¡¡Es necesario que los países pongan los medios!!!
Nani Fernández González.
Como ya me comentaron en Lahiguera tras la publicación de este artículo en el blog, el primer aguador conocido de nuestro pueblo fue Rafael Lujano López que lo conocíamos en el pueblo con el apodo del “Marteño”, no sabemos si el gentilicio convertido en apodo sería cierto. Este hombre ya por los años 1948 según su nieto José Lujano Agudo “Carrete” vendía agua en el pueblo con unos cantaros de las cerámicas de Bailén, esos que hasta hace unos cincuenta años reposaban el agua en las cantareras en el lugar más fresco de la casa. Unos cantaros de los que siempre hemos utilizado en el pueblo para acarrear agua y unas aguaderas que portaba un mulo al que llamaban “valenciano”, el hombre tomó ese empleo en unos años en que había escaseces y trataba de conseguir así algunos ingresos tan necesarios para mantener a su familia. José Lujano llenaba sus cantaros en la Pozuela y el Charcón, pozos muy valorados por la calidad de sus aguas, sobre todo para cocer los garbanzos del cocido, la dieta básica de muchas familias durante esos años. El citado primer aguador conocido en el pueblo vendía cada cántaro al precio de una perra gorda. Me contó igualmente que había quedado cojo de ambas piernas porque yendo con una yegua ciega por la zona del Arroyo Escobar al pasar un puente hacia la Fuente del Molino se cayo la yegua con él subido como jinete, por el puente cogiendole la pierna izquierda debajo con la caída, por esta razón se la tuvieron que cortar a causa de la gangrena, que se le produjo como consecuencia de la herida y fractura producida por la caída.
En mis años de la infancia me sobrecogía ver a este hombre, ya de edad bastante madura, como se deslizaba para moverse por el pueblo sentado sobre una base de madera.
Cordiales saludos para todos y muy agradecido por los numerosos comentarios que tanto enriquecen mi aportación en cada artículo.
Pedro Galán Galán.
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