PREGÓN DE SEMANA SANTA LAHIGUERA.
CAMINO DE PENITENCIA CON JESÚS, POR LAS CALLES LAHIGUERA.
Sebastián Berdonces Lara
24/03/2012
CAMINO DE PENITENCIA CON JESÚS, POR LAS CALLES LAHIGUERA.
Sebastián Berdonces Lara
24/03/2012
1. Saludo.
Rvdo. Sr. Cura Párroco, Sr. Alcalde de esta villa, Sra. Juez de Paz, Sr. Presidente de la Agrupación parroquial de hermandades y Cofradías, Sr. Presidente de la Agrupación de hermandades de la ciudad de Jaén, Hermanos cofrades, queridos amigos todos.
Antes de iniciar este Pregón, quiero expresar el agradecimiento más sincero por haber sido designado para pregonar nuestra Semana Santa, aunque pensé que tal designación había sido un tanto inmerecida.
Cuando hace unos meses Carmelo, me llamó por teléfono, me sentí sorprendido, al mismo tiempo que alagado; porque este pueblo, esta mi gente, a la que tanto quiero, de nuevo, se había a cordado de mí.
Aunque inmediatamente, también brotó en mi la sospecha si realmente sería capaz de estar a la altura de las circunstancias. Si sería capaz de no rebajar el listón del pregón del pasado año, el pregón que Carlos García, con tanto empeño e interés, me consta que pronunció en la Semana Santa de dos mil once, vaya hacía él también mi más sincero reconocimiento.
En seguida confié y pensé, que El mismo de quien yo iba a hablar, me ayudaría, que el Señor de la Capilla, ese Cristo clavado en el madero, el eje central de la redención, y su Madre, la Virgen de los Dolores, iluminarían mi mente y pondrían las palabras necesarias en mi boca. Por eso yo con las mismas palabras del profeta Jeremías no podía sino decir, “Mira Señor yo no sé hablar”. Y de nuevo, sentí la fuerza que tantas veces he notado en mi corazón, las mismas que sintió el profeta, “No temas yo estoy contigo”, no me cabe duda que era la serena y profunda voz del Señor.
2. EL PREGÓN
Por eso estoy aquí hoy delante de vosotros, por eso todas estas sensaciones se transformaron, en seguida, en una gran ilusión por hacer este pregón de la Semana Santa de mi pueblo, un pueblo pequeño, quizás perdido en muchos mapas, quizás escondido como los grandes tesoros. Me ilusionaba, también, ser el pregonero de una Semana Santa sencilla, sin lujos ni despilfarros.
Y, como se trataba de pregonar la Semana Santa, en seguida, junto con estos sentimientos, brotó en mi memoria un recuerdo de mi infancia en Lahiguera: los pregoneros de la Semana Santa, los pregones de la “madrugá”.
Tenemos la suerte desde los albores de la historia de nuestro pueblo, que es también del cristianismo en Lahiguera, de escuchar, todas las primaveras a los pregoneros, que todos los Viernes Santos anuncian en voz de ángel confortador, en voz de Pilatos, la solemne pasión. Pensé que eso era lo que se me pedía que hiciera yo: que avisara a mis paisanos que nos disponemos a comenzar la semana más importante para los cristianos, la semana en que conmemoramos la muerte y resurrección de Jesús, que anunciara a todos que nos tenemos que preparar para recordar, celebrar y vivir la liberación que Cristo nos trajo con su muerte y resurrección.
Sentí que para ello nada mejor que abrir mi corazón y dejar que fluyeran mis recuerdos y mis sentimientos porque así mis palabras, si no bonitas, resultarán, al menos, sinceras. Tendrían la siempre inestimable fuerza que arrastra el ser veraz contador de lo que ha visto y oído, que eso es ser el pregonero.
Hoy, quiero unirme al homenaje, que este año la agrupación de hermandades de pasión ha querido tributarle a Juan Barragán Morales. Es un merecidísimo homenaje y recuerdo a este hombre que trabajó en la semana santa de Lahiguera y que prematuramente terminó su recorrido en este mundo. Sirva este sencillo pregón como reconocimiento a un buen hermano cofrade, a él se lo ofrezco, él quién ayudó y mucho, para que la llama de la devoción en la Semana Santa de Lahiguera siguiera ardiendo y no se apagara, así ha podido continuar. Momentos difíciles para las hermandades le tocaron vivir, momentos de confusión y tal vez hasta desánimo, parecía que la vacilante llama se apagaba. En esa situación mayor fue el mérito de los que supieron, como Juan, esperar y gracias a él y a otros pocos, aquella luz no se apagó, el pabilo vacilante continuó encendido y reavivado, gracias a sus esfuerzos ha llegado hasta nosotros, hoy, rejuvenecida en todo, tanto en quienes la componen, como en las nueva formas que se han adoptado; recuperando incluso antiguas tradiciones, luciendo otras nuevas y resplandecientes, es como se nos presenta hoy, en el año dos mil doce de Nuestro Señor Jesucristo.
3. Domingo de Ramos
Mis recuerdos dan también, un salto de “dos días” y me veo, con otros niños, en una mañana luminosa de domingo, muy contentos porque estrenábamos las primeras ropas primaverales que con tanto mimo nuestras madres nos habían preparado para ese día.
Mi Semana Santa de recuerdos infantiles tiene: olores a primavera jazmín y azahar, colores de pasión y triunfo, y sobre todo sabor-sabores a los dulces típicos de estas fechas y a esa enjundiosa bebida que es el resol, sabores a interioridad, a vivienda, a ¡verdad!.
Y los niños estábamos también felices y con mucha curiosidad porque ese día, el domingo de Ramos en la Iglesia se celebraban unos ritos especiales. Ritos que para los monaguillos comenzaba ya la víspera, con todos los preparativos de las palmas, el incienso, el agua bendita…todo para el Domingo de Ramos .
El Domingo de Ramos veíamos a nuestros mayores, a los hombres, con sus palmas, exóticas en estas tierras, en dos filas en la procesión, saliendo por una puerta del templo, la que da a la Cuesta de los Caballos y entrando por la otra , que es la que siempre permanecía abierta, mientras que toda la chiquillería caminábamos delante satisfechos, con nuestras ramas de los olivos recién cortados.
La tradición de salir del templo de arriba, vendría mucho después, yo humildemente contribuí hacerlo así, fue la Semana Santa de 1988, cuando se comenzó esta bonita tradición de la mañana del domingo de Ramos.
Y casi veíamos también, en nuestra imaginación, a Jesús a lomos de una de aquellas borriquillas que acostumbrábamos a ver pasar por las calles del pueblo que al igual que en sus humildes lomos traían al jornalero del campo, ahora portaban a Jesús, el Mesías.
¡Qué maravilloso contraste en la imaginación de un niño!. Caminábamos contentos por esa nueva Jerusalén, en que de súbito, se había convertido Lahiguera aclamando a Jesús, que entraba triunfante, como al Hijo de David, al que venía en nombre del Señor. Y todo el pueblo, los árboles en flor, los campos verdes, las casas recién blanqueadas, parecía que se habían engalanado, con la belleza de la primavera recién estrenada, adentrándonos en el mismo Jerusalén, para ser el gran escenario en que recibíamos triunfalmente a nuestro Maestro, el Rey de los judíos.
4. Jesús, el Nazareno.
Mi imaginación, mi pensamiento veloz, voló a esa pequeña pero tan valiosa iglesia que tantos misterios esconde dentro de sus muros, antigua parroquia primero de la Natividad, después de la Consolación, sello indiscutible de la honda fe de los higereños, piedras que son testigos, desde los mismos albores de la historia de este pueblo, de nuestros mayores que rezaron en ella, antorcha encendida donde, desde lo más alto de la noble villa, luce el signo de la fe .
Allí, en ese privilegiado lugar ahora en tan necesaria y acertada restauración, me he encontrado con Jesús, Jesús el Nazareno con la cruz a cuestas.
Allí esta Jesús, treinta y tantos años después de su nacimiento, Jesús, después de su corta pero intensa vida Pública, dedicada a señalarnos el verdadero camino hacia el Padre, a través del amor a los demás, Jesús se encuentra en el Gólgota, en lo más alto del pueblo, el Gólgota, tras los continuos sufrimientos de la Pasión: azotes, burlas, negaciones, traiciones, abandonos, que hicieron a Cristo sudar sangre en Getsemaní e implorar: “Padre, si es posible pase de Mí este Cáliz, pero que no se haga mi voluntad sino la tuya”.
Cada año, cuando estoy aquí y cuando no también, recuerdo los pregones, me acuerdo de la primera vez que los escuché, a penas si tenía cinco años, subí, cuando los pregones eran aun en la noche, en la “madruga” del viernes santo, allí subía cogido de la mano de mi abuelo Manuel.
En ese momento, momento de agonía, estalla la rota voz del pregonero, que en la noche de Getsemaní a Jesús conforta.
“Toma este cáliz y bebe
que la Majestad suprema
del Altísimo Señor que es quien
todo lo ordena, me envía
que te conforte con tan
superiores fuerzas…
Para entrar a padecer
y así es preciso que mueras
para borrar el pecado
de Adán y su descendencia…”
El Ángel del Señor lo conforta, la noche ha sido larga, muy larga y triste. La oscuridad, el mal y el dolor parecen caminar juntos. Esperaron que amaneciera, así lo dice el Evangelio según San Mateo :
“Cuando se hizo de día, todos los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo tomaron la decisión de matar a Jesús. Lo llevaron atado y se lo entregaron a Pilatos, el gobernador” (Mt 27,1-2)
Pilatos, se siente solo, acorralado, es la última trampa que le han preparado aquellos que no saben cómo eliminarlo, ahora han preparado una nueva y definitiva trampa, esta nueva treta se llama Jesús, el nazareno.
Quiere librarlo el Pretor, pero no sabe cómo, tal vez su poder no es tal y sencillamente no puede.
Canta de nuevo el pregonero en la mañana del viernes santo higuereño:
“Dime tú, Jesús, qué has hecho
Que estas gentes te condena
y piden que te sentencie
a la muerte más cruenta...”
Pilatos comenzó a tener verdadero miedo y pensó en acabar cuanto antes, pero no quería ceder a la multitud. Se volvió a los guardias y mandó soltar a Barrabás y azotar a Jesús, con la esperanza de que cuando vieran a Jesús azotado se apiadarían de él.
Y así llega la hora del gran carnaval de sangre y el gobernador se retira...
Silbó el cuero en el aire. Él había dicho: Amad a los que os odian... Sintió la quemadura del primer latigazo y su carne se contrajo dolorida. Había predicado: Haced bien a los que os maldicen.
Sus ojos borrosos no podían ver la sangre que resbalaba ya de sus pies al suelo. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Un nuevo golpe venía a borrar las fronteras del consuelo.
Cedieron sus rodillas y su cabeza se golpeó con la columna al caer. Hicieron girar su cuerpo para que siguiera ofreciendo la espalda a los látigos. Ahora no medían los golpes y éstos herían sus piernas, sus muslos, su cintura. Esta es mi sangre que se entrega por vosotros.
Así recoge esta escena, el canto del pregonero
“Escribas y fariseos
que es la porción más proterva,
piden para ti una cruz.
Y que azotado en ella seas…
Yo conozco tu inocencia,
pero no puedo obtener
calmarlos de otra manera
que sentenciándote a azotes,
con rigor y con violencia,
que esta judería plebe
de tu sangre está sedienta.
Mando te saquen al patio,
a la pública vergüenza ,
a una columna te amarren
y, azotado, en ella seas,
por mano de seis verdugos
con rigor y con fiereza…”
Pilatos, atrapado por la turba decide, después de azotar a Jesús ejecutarlo, el canto apacible aunque tajante, el relato sensato aunque tremendo del segundo pregón, ahora se torna altivo, autoritario, último peldaño en la escalada del dolor, ya es determinante. Pilatos firma el edicto de muerte, como legitimo representante de Tiberio, el emperador romano. También en nuestra Semana Santa, se ha quedado grabado.
“Yo Poncio Pilatos que presido
La inferior Galilea y su partido,
por el emperador Tiberio en quién
reside el gobierno de Jerusalén.
Estando en mi palacio y tribunal,
doy sentencia de muerte y capital
contra Jesús llamado nazareno,
por alborotador de este terreno,
hombre sedicioso y malhechor,
mágico, hechicero y encantador,
que pretende y piensa hacerse rey
hijo de Dios, autor de nueva ley…
Mando que sus infamias por entero
las haga públicas un pregonero,
pesada cruz ha de llevar a cuestas,
al cuello sogas y cadenas puestas,
saldrá a demás entre dos ladrones
para que más resalten sus baldones…
Subirá al monte del Calvario
Y allí morirá por temerario
Los ladrones al uno y otro lado
para ser entre los inicuos reputado…”
Se presiente el ambiente. Ya llegó el momento esperado, es la hora de salir Jesús. Se abre la puerta y el estandarte sale a la calle. Por un momento se hace el silencio y empiezan a salir los nazarenos. Jesús está cerca. ¿Cuántos pensamientos debajo de cada caperuza, dentro del corazó? ¿Cuántos diálogos directos con Dios?. ¿Cuánto me ayudaste en aquel momento? ¿Cómo me iluminaste el camino?. Es como si cada uno estuviera sólo delante de su imagen. Nos olvidamos de la persona con la que charlábamos y entramos en éxtasis con el Señor y entre el nerviosismo de los hermanos-costaleros que luchan por sacar el paso de forma milagrosa, se hace un silencio espeso, hondo, impresionante: un silencio que tiene cuerpo y volumen, peso y medida; que se podría amasar y darle figura y así... Jesús sale a la calle.
Silencios y murmullos
Unidos a compás de duelo
Esperan con impaciencia
Ante las puertas del antiguo templo
La Cruz parroquial señala
Que un nuevo Calvario espera
Para que el hijo de Dios
Cumpla su eterna promesa
Más despacio costalero
Baja tu rodilla a tierra
Que no le roce en su rostro
Ni el frío, ni las tinieblas.
Tan sólo una saeta
Quisiera llevarte Jesús
Para aliviar el dolor
de verte cargar la Cruz.
Tan sólo una saeta
quisiera sentir un día,
para acercarme al dolor
que tu sentiste en vida.
Tan sólo una saeta
quisiera llevarte un día,
para aliviar tu Dolor,
para que marques mi vida.
Y escucho entre el murmullo las palabras del Nazareno:
Y tú higuereño ¿Cómo me quieres? ¿En el agobio del Viernes Santo? ¿O en la calma de su capilla? Y tú higuereño ¿Cómo me quieres ? ¿En la masificación de la carrera el domingo de Resurrección, con mi madre y el discípulo amado? ¿O en el acto acogedor de la Novena al Señor de la Capilla?
Y Tú higuereño ¿Cómo me quieres ? ¿En el agobio de mi paso por las calles de Lahiguera o una soleada mañana que subes y entras a visitarme en el antiguo templo, donde siempre te espero?
Y Tú higuereño ¿Cómo me quieres ? ¿Cuando Él te busco por la calle o cuando tú vienes a buscarme? Yo siempre te escucho, tú bien lo sabes. Mientras tanto ya comienza la salida del Nazareno.
Me faltan tantos, entre los higuereños, atino escuchar. Me faltan tantos hijos que se han ido, tantos hermanos que no se quieren, tantos padres que se olvidan de sus responsabilidades. Me faltan tantas madres con un corazón limpio para amar y seguir siempre como la mía al lado de sus hijos.
Quisiera decirle a todos los higuereños en este Viernes Santo que donde yo voy vosotros me seguís, que muchos que aquí estaban ya gozan conmigo en la gloria de la resurrección. Y así quiero consolar sobre todo a las madres como consolé a la mía, a los padres a los esposos y esposas que perdieron a su ser más querido, porque hoy no es el día de la inevitable muerte, hoy es el día de la cruz, del dolor, camino por el que se llega al triunfo y se encuentra la gloria.
Es el momento de la salida, cada año y hasta que Dios así lo quiera repetimos los mismos rituales. Acudimos a los pregones del Viernes Santo de mañana. Y después el Señor en la calle.
Hoy Jesús va a pasar por la las calles de nuestro pueblo, calle Iglesia, Blas Otero, Federico García Lorca (La Cuesta de los caballos), solemne paso por el templo parroquial, abierto paso por la Gran Vía, Jacinto Benavente, Ayuntamiento, Avenida de Andalucía, silenciosa calle de Jaén y llega a la calle Nueva, apoteósica entrada, lento recorrido.
Es emocionante ver fotografías antiguas con el Nazareno por la calle Nueva, rodeado de una multitud que lo envuelve, sin que apenas se aprecie la presencia del paso. Parece que es la misma multitud quien lo lleva, el pueblo que lo ama, convertido en cirineo colectivo, quien lo levanta en volandas. Pero es más emocionante aun verlo, es increíblemente emocionante recordarlo, viva imagen de mi imaginación de niño.
Le dice la nieta a su abuela, en la calle Nueva: “Abuela, asómate que va a pasar ya Jesús” y ella le contesta: “No hija yo lo veo desde la puerta y desde el quicio casi a escondidas se asomaba a ver a Jesús. Su promesa era la de no ir, ese era su penitencia y su sacrificio, y ¡Qué sacrificio!, porque su marido está enfermo y si él no podía salir pensaba que ella tampoco podía tener la dicha de ver a Jesús. ¿Te parece poco sacrificio tu dedicación de por vida al hombre que quieres?. ¿Al hijo que no olvidas porque ha muerto, allí en tu casa, en esa misma calle que le vio nacer?
Mujer valiente
Honesta y trabajadora
Al servicio de su familia
A la que ella tanto adora.
Luchando por sus hijos y nietos
Siempre velando por su marido
Al igual que María
Cuidaba de su hijo
La constancia es tu virtud
y la paciencia tu tesoro
y yo solo te deseo
que sigas siendo costalera.
Costalera, mujer costalera
Costalera de San Juan,
Costalera de amor hacia nosotros
costalera de amor con tu marido
costalera de fe en Dios
y costalera ...del Señor .
Costalera, costalera higuereña.
Y desde aquí quiero homenajear a todas aquellas personas que se entregan de por vida a una labor muy valiente: cuidar de sus mayores. Cuidar de los enfermos y de los mayores. Cuidarlos con amor, cuidarlos con alegría, cuidarlos con cariño, cuidarlos con paciencia, cuidarlos con templanza, cuidarlos con entereza porque no hay mayor herencia que estar junto a ellos hasta sus últimos días. Ahora que en estos días, me toca vivirlo de una manera directa.
Calle Ramón y Cajal, Calle Real, camino del Calvario, Calvario de Jerusalén, aquí en el centro, allí a las afueras de la ciudad.
Mi buen Jesús el Nazareno en su agotamiento y sufrimiento camina resignado con la fuerza campesina de simón de Cirene que le ayuda a portar la cruz, la cruz de cada día, mi cruz, Señor, mi cruz. Y en ella, la mujer, las mujeres de mi pueblo que sufren, se ve el ejemplo vivo de la frase del maestro “Toma tu cruz y sígueme” ella vive abrazada a su cruz, ama su cruz y lo transmite en el semblante de su cara.
5. Jesús se encuentra con su madre y con el discípulo amado.
El peso del madero te derriba
El peso del madero te detiene
¡Ayudad al preso grita alguien!
Y llaman a Simón el de Cirene.
Y así llegas al “cerrillo”
En la esquina está tu madre, dolorida.
Te ve pasar, sangrado, desvalido.
Su corazón estalla en un gemido
Y su alma, de amor llora vencido.
Ella siempre junto con discípulo amado,
Consuélate madre, aquí nos tiene;
Nuestras culpas hoy lloramos con tristeza.
Te entregamos lo que es nuestra pobreza
Y la promesa de ser tus hijo fieles.
Amargo caminar por la Vía Dolorosa con la Cruz a cuestas, la llegada al Calvario y su Crucifixión entre dos malhechores.
A la hora Tercia de aquel primer Viernes Santo de la Historia, Cristo lanzo aquellas profundas palabras de: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” y expiró. Con su Muerte, Jesús completaba su paso por la Tierra. La Sangre de Cristo había redimido al hombre. Y allí, junto a la Cruz, sólo estaban representados y, a través del cual, Cristo nos legó la grandeza de ser hijos de su propia Madre. Junto a ellos, muy poquitos más y muy asustados por los acontecimientos. ¡ Qué escena más triste!
Pero ahí también, en el paso, estamos representados nosotros, cuerpo místico de Cristo. Porque también nosotros, hombre, hoy - mientras dure nuestro camino por la tierra - sujetos a la dura servidumbre de la naturaleza, con la debilidad y las limitaciones de nuestra condición humana; hombres con los pies llagados; empapados del sudor del esfuerzo; con hambre a veces; compañeros del dolor siempre; hombres con la miseria y la flaqueza y la fragilidad y las lágrimas de nuestra humanidad..., estamos llamados también, como miembros de Cristo, a participar algún día de su divinidad, estamos llamados a subir con él a una gloria luminosa, arriba, sobre los cielos..
Llévala con mucho amor,
cuídala por el camino
porque llevas una flor,
hermosa, de olor divino.
¡Costaleros de la Virgen!,
llevadla con mucho esmero,
porque su pena la ahoga
y necesita consuelo.
Porque va siguiendo a su Hijo,
porque se acerca a su Hora
y no conviene a una Madre
estar en la Cruz tan sola.
Por eso con ella va Juan,
Sosteniéndola en su regazo,
Él le anuncia que ha visto al maestro.
Singular reverencia a la madre,
Sincero encuentro en el abrazo.
Música, aplausos, azul de cielo.
Triunfo tras el calvario,
Olvido del dolor, cruz de realeza
Y en las moradas del cielo,
cuando la mañana es más quieta,
gozará para siempre con ella
y de su maternal entereza.
Viernes Santo de mañana, rayando el alba -¡hace décadas que no ocurre así!-, Jesús llega en radical soledad a El Cerrillo . Va a tener lugar “la carrera”, “el paso” o “el encuentro”, tres formas de llamar a este cuarto pregón. Debo recordar que con el nombre de “el paso” se conocen otros pueblos jiennenses la pieza cantada en la que María se dirige a Jesús con la cruz a cuestas. Es también “el encuentro” que sin diálogo y en movimiento no hay parroquia que no recurra a representar en la lonja de la iglesia. En Lahiguera la liturgia procesional se torna ferviente espectáculo: las imágenes de María y de san Juan Evangelista, tras subasta de las andas entre devotos y protocolos de cortesía reverencial –plenos de colorido-, emprenden veloz “carrera” hasta encontrarse con Jesús. La devoción contenida brota entre la feligresía. La devoción no estalla en júbilo hasta ver a las imágenes frente al Nazareno elevadas al cielo y sin menoscabo. No dudo que tiempo atrás, y antes de continuar la procesión hasta el “palacio tribunal”, tuviera lugar el cuarto pregón cantado. Esta puede ser la justificación por la cual los vecinos emplean “el paso” para denominar lo que es “la carrera”.
La Virgen sintió en ese momento el calor de todos los que le estábamos rodeando y San Juan le decía: “lo ves María, como tu pueblo no te ha abandonado”. Y María pensaba, sí pero lo que yo quiero es que no abandonen a mi hijo porque qué Madre no piensa que a Ella lo que sea pero que a su Hijo no tocarlo y a Ella no se le quita la pena de ver a su hijo que va hacia el Calvario.
Y San Juan
Sobre su mano pondrá
pañuelo de blanca seda
para que enjugue su llanto
y calme su amarga pena.
Y la bendita Señora,
olvidando sus pesares,
se pasea por su pueblo
entre rezos y cantares.
La ilusión se hizo sueño,
y los sueños Esperanzas,
y la Esperanza colmó de amores
a todos los que cantaban
Y la Virgen nos contempla,
con su carita de joven hebrea,
risueña vuelve al templo,
con el alma conquistada.
Sigue la procesión, camino del antiguo templo. Triste descendimiento, cansancio en los rostros, lento caminar; calle de la Amargura, como en la otra Jerusalén; calle de Canalejas, camino del sepulcro, empinada subida por la calle Campanario y de nuevo, ahora ya tocando a duelo, nos recibe la chirriante puerta, que se abre para que entre el rey de la gloria, con su madre María Santísima de los dolores. Dolor de la mujer, soledad de la valiente mujer que sigue acompañada por Juan, el buen discípulo del amado Maestro.
Y se oye el Silencio. La soledad. El Silencio se ve. En un mundo que silencia a Dios, Lahiguera oye su silencio, cuando lo ve avanzar ya muerto, rostro aceitunado, muerto en el sepulcro nuevo, al atardecer, triste atardecer de la víspera del sábado.
Y es que el Cristo del Silencio escribe derecho con los renglones torcidos de Dios. Un crucificado lleva la desnuda espada del más caballeresco lance de amor, un crucificado en trance de muerte, es quien hace explotar mi alma y decirle:
“No me mueve mi Dios para quererte
El cielo que me tienes prometido…
Tú me mueves, Señor,
muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte…”
Parecen versos escritos para ese Cristo en al cruz que serenamente ha entregado su espíritu. Cristo de Lahiguera, recuerdo tal vez de la reconquista, la batalla más grande que hubo en la Lahiguera, que fue pronto conquistada por el rey santo; un duelo a última sangre para defender el honor inmaculado de la Virgen de la Consolación, Orden de Calatrava.
Ahora, es ya la tarde del viernes santo, ocre del Cristo muerto, el buen Jesús ya exánime, que muere por su pueblo.
El silencio y el Santo entierro de Jesús, en su entierro está el de todos los cristianos que han venido después, los que llegan por la edad caduca y aquellos otros entierros que llamamos “injustos”, entierros por los que queremos pedirle incluso cuentas a Dios, el buen Dios que permitió la muerte de su hijo cuando a penas si había pasado los treinta años.
(Fotografía: José Pascual -2012).
En el domingo de amor, domingo de gloria, el oprobio de la cruz se convierte en triunfo. Vuelve a trazarse el mismo recorrido procesional del viernes de dolor. Se repite la estación de Jesús Resucitado en El Cerrillo, y tras subasta y protocolos ocurre “la carrera” de María hacia el encuentro de su hijo resucitado, con su recuperado. En este día, san Juan tampoco ha abandonado a la Madre del Maestro. Los pregones de la madrugada del Viernes Santo se cierran teñidos de azul de resurrección inigualable.
Estoy seguro que a Juanito, con la fuerza y vitalidad de otro tiempo, se le abrieron las puertas del cielo de par en par, al paisano, y ha entrado corriendo, a todo correr por ellas, envuelto en el azul manto de María, como antaño, cuando lo hacía cada mañana de domingo de resurrección, en la clara mañana de primavera, de la eterna primavera de la vida eterna.
6. Final
Porque considero que la Semana Santa en Lahiguera se vive con los sentidos. Entra en nuestra alma y despierta un sentimiento, ese sentido especial para Lahiguera no es otro que el deseo, el deseo de que comience cuanto antes. Deseo de recorrer un año más los distintos pasos de Jesús, María y San Juan.
Deseo para vosotros cofrades que pongáis cuanto antes vuestro corazón a Jesús, el Maestro bueno y vuestro esfuerzo en manos de las respectivas hermandades. Deseo de llevar a hombros a nuestras devociones. Deseo, en definitiva, de vivir intensamente estos días que ya vienen.
Me siento ya impaciente y emocionado al ver, mejor dicho al oír el pregón de los pregones, que viene pregonando “¡y eso si que es un pregón! el pregón de la Vigilia Pascual:
“Exulten por fin los coros de los ángeles,
Alégrense las jerarquías del cielo
y por la victoria de Rey tan poderoso
que las trompetas anuncien la salvación…
Alégrese también nuestra madre la Iglesia,
revestida de luz tan brillante;
resuene este templo con las aclamaciones del pueblo…
Porque éstas son las fiestas de Pascua,
en las que se inmola el verdadero Cordero,
cuya sangre consagra las puertas de los fieles…
Ésta es la noche
en que sacaste de Egipto
a los israelitas, nuestros padres,
y los hiciste pasar a pie el mar Rojo.
Ésta es la noche
en que la columna de fuego
esclareció las tinieblas del pecado.
Ésta es la noche
en que, por toda la tierra,
los que confiesan su fe en Cristo
son arrancados de los vicios del mundo
y de la oscuridad del pecado,
son restituidos a la gracia
y son agregados a los santos.
Ésta es la noche
en que, rotas las cadenas de la muerte,
Cristo asciende victorioso del abismo.
¿De qué nos serviría haber nacido
si no hubiéramos sido rescatados?...”
Hoy he hecho un viaje, un viaje en el tiempo. He vuelto a ser el feliz niño que fui. Y hoy de nuevo, como antaño, los hermanos mayores, los cofrades, los costaleros, todos y cada uno, sin pedir nada a cambio, ponen todo su esfuerzo y cariño para que año tras año veamos de nuevo las imágenes en la calle. Para que la Semana Santa de Lahiguera no sea sino la fiel correspondencia entre lo que se celebra en estos días en el templo y lo que después se traslada a las calles.
Debemos retomar el auténtico sentido de estos días y todos nosotros, como pregoneros, al igual que dice San Pablo en su primera Carta a los Corintios, debemos proclamar, el mensaje de Jesús.
Todo ello hace, en definitiva, que la Semana Santa sea nuestra Semana Mayor, días especiales en que todos queremos estar aquí porque, por alguna atávica razón, es cuando más higuereños nos sentimos.
Y para terminar permitidme lo haga con estos versos:
Semana Santa en Lahiguera!
¡Venidla fieles, a ver!
Aquí, en este lugar se sueña
De nuevo con Jerusalén …
Y en ella una emoción rara
Se junta a la de la Fe.
No hay en su imaginería,
singular menester
ni sus pasos fueron tallados
por anónimo cincel.
Pero tienen el prestigio
de una rancia vetustez
que los envuelve en leyenda
y en histórico interés.
Pregoneros que anuncian
trágico amanecer.
Pasión, dolor y muerte
de Jesús de Nazaret,
dolor que enmudece con la gloria,
triunfo del resucitado,
domingo de amor
encuentro con Juan y María,
virgen del manto azul
que en el aire anuncia la alegría
de la madre llena de luz.
De nuevo, otra vez
¡Semana Santa en Lahiguera!
¡Venidla fieles a ver!
He dicho.
32 comentarios:
Buen pregón el de esta Semana Santa.
Muchas gracias Sebastián, has recogido con sencillez y equisitez, como tu eres, la semana santa de nuestro pueblo.
Ah otra cosa me gustó mucho lo que dijo nuestro alcalde y creo que hay que llevar a cabo pronto lo que alli propuso.
En hora buena
Un higuereño
Dice Poncio Pilato en el texto de los Pregones ..."Mando que sus infamias por entero las haga públicas un pregonero," El Pregonero de Poncio Pilato pregona lo que dice la autoridad, hace público a toda Jerusalén que será declarado malhechor, proscrito, por declararse Hijo de Dios...
Sebastian hace públicos lo más hondo de su corazón, su fe. El anuncio de la Pasión a Lahiguera no es en sí mas que el motivo, la causa de su pregón es el encuentro con Jesús, otro mas que trasluce su experiencia de Dios, esa experiencia que reposa y guarda en lo mas intimo de su ser, y que también manifiesta. El texto está cargado de su buena noticia es un diálogo sin respuestas audibles pero muy sentidas, su contenido es algo mas que el de un pregón al uso, bien concebido y construido. Me gusta especialmente el texto que dice:
"Se presiente el ambiente. Ya llegó el momento esperado, es la hora de salir Jesús. Se abre la puerta y el estandarte sale a la calle. Por un momento se hace el silencio y empiezan a salir los nazarenos. Jesús está cerca. ¿Cuántos pensamientos debajo de cada caperuza, dentro del corazón? ¿Cuántos diálogos directos con Dios?. ¿Cuánto me ayudaste en aquel momento? ¿Cómo me iluminaste el camino?. Es como si cada uno estuviera sólo delante de su imagen. Nos olvidamos de la persona con la que charlábamos y entramos en éxtasis con el Señor y entre el nerviosismo de los hermanos-costaleros que luchan por sacar el paso de forma milagrosa, se hace un silencio espeso, hondo, impresionante: un silencio que tiene cuerpo y volumen, peso y medida; que se podría amasar y darle figura y así... Jesús sale a la calle."
Es el momento de la comunicación con Jesús, el suyo y el de todo el que lo lea al margen de la pura literatura, es la comunicación con un salvador que afronta su destino para salvar a todos...
Las poesías merecen toda una serie de comentarios: Silencios y murmullos …, Mujer valiente …,El peso del madero te derriba …,Llévala con mucho amor…Y San Juan, Exulten por fin… Todas reiteran es mas profundo sentir de la Semana Santa de Lahiguera en pensamiento y boca de un querido higuereño que la ha pregonado con total sensibilidad y acierto.
Un entrañable abrazo, Sebastian
Bonito pregón.Gracias por, a través de tus palabras,
hacernos evocar y revivir momentos tan entrañables
de la SEMAN SANTA y de la historia de este nuestro
pueblo.
En cuanto a la propuesta del alcalde,espero siga adelante
y pronto sea ejecutada y llevada a cabo.Mi mas sincera
en hora buena.
Buenas, a todos los Higuereños, tanto los que vivimos Haca como los de afuera que por circunstancias de la vida no están con nosotros en estos días de la Semana Santa. Y como no a los que descansan con Nuestro Señor allá en el cielo desde aquí un humilde saludo a todos.
Desde este sitio que se nos ofrece a todos para dar opinión, no tengo otro gusto y honor de dar gracias a Don Sebastian Berdonces Lara, por el gran trabajo,desempeñado e este año 2012 gracias otra vez y no me cansare por permitirnos oír que mas que oír tus palabras de pregonero a mi era poesía y dulzura como reflejas la Semana Santa de nuestro pueblo, y desde aquí quiero también saludar y dar las gracias a ese Coro Compás Romero, que con sus canciones a nuestras imágenes que procesionan hacen que que nos llegue al mismo corazon sus letras, y al grupo de saeteros Antonio,Josefa, David, Maria Jose.que siempre están dispuestos a colaborar con estos eventos que dice mucho de ellos y de nuestro pueblo, y al Señor alcalde y al Ayuntamiento que siempre nos apoya en estos acontecimientos, al párroco , y a todas las Hermandades y a tantas y tantas personas que trabajan tanto delante como por detrás. También quiero saludar a los pregoneros, Don Salvador Perez Zafra.Primer pregonero.2009 fecha con la que se empezó a hacer el pregón de La Semana Santa de Lahiguera. A Don David Perez Gavilán. pregón 2010 segundo en hacer el pregón. y a Don Carlos García Martinez pregón 2011.Y yo personalmente me quedo con este trozo del pregón corto pero creo que es el resumen de nuestra creencia y fe. (dolor que enmudece con la gloria y triunfo del resucitado). GRACIAS y SALUDOS.
Magnifico pregón,con tus palabras nos has hecho rememorar momentos de la Semana Santa de este gran pueblo a traves de los años.
Todos los higuereños te estamos muy agradecidos.
Gracias Sebastián por ser un gran divulgador de la historia de nuestro pueblo.
¡¡Ojalá la propuesta del alcalde se lleve a cabo y pronto se haga realidad¡¡¡¡Una vez más GRACIAS.
Gracias por el pregón Sebastián, a traves de tus
palabras nos has hecho recordar muchas cosas
de este nuestro pueblo,todo ello expuesto con mucho
realismo y sencillez.
¡¡¡Adelante Señor alcalde con la propuesta
de asignar una calle a D. Sebastián,creo es
un digno representante de su pueblo.
Me parecio extraordinario y cargado de contenido.
En hora buena. Me uno a la petición
Buenisimo pregón.
Muy emotivo.Gracias
y en hora buena.
Yo tambien me uno a
la petición.
Gracias Sebastián por exponer con tanto realismo
tu pregón.Aunque fuera de mi pueblo,temporal mente, me has hecho
recordar y añorar grandes momentos.
Yo, al igual que los anteriores, tambien me uno a la petición.
¡¡¡Ojalá se haga realidad la propuesta del Señor alcalde¡¡¡¡
¡¡¡¡ En hora buena¡¡¡
¡Buenísimo pregón¡En hora buena, has trasmitido con realismo
todas las tradiciones y la historia de este pueblo.
Gracias Sebastián por deleitarnos con tu buen hacer.
Ojalá la propuesta del alcalde se lleve a cabo, y pronto
veamos tu nombre en una calle, de este, tu pueblo.
Buen pregón.Llevas con orgullo tu condición
de higuereño.Digno merecedor de la iniciativa
del señor alcalde.
Ojalá se lleve a cabo muy pronto.
En hora buena.
Gran pregón.Gacias Sebastián por hacernos
revivir tantos recuerdos, le has puesto mucho
realismo y sentimiento.En hora buena.
Me uno a la propuesta del alcalde, ojalá se
haga pronto realidad su iniciativa.
Sebastián; muchas gracias por el pregón, fué algo sencillo, claro pero a la vez muy emotivo.
Desde la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Resucitado, muchas gracias por ese extraordinario paseo por nuestra Semana Santa, desde el ayer hasta el hoy.
Y como no, nos sumamos a la iniciativa del Sr. alcalde.
Saludos
R+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++econocer a las personas por su encomiable labor en pro de los pueblos, honra a los dirigentes políticos porque ello repercute en las personas que con sencillez y amor dignifican la historia de estos, haciendolos mas grandes si cabe.
Que la propuesta de nuestro Sr. Alcalde se haga realidad.
Entrañable pregón, digno de todo un pueblo, gracias por hacernos partícipes de momentos inolvidables.
Gracias Sr. Alcalde por la iniciativa de poner el nombre de una calle a un higuereño ilustre que se honra de llevar el nombre se du pueblo por doquier.
Que esta propuesta, tan digna, se materialice.
Las personas hacen la historia de los pueblos, y estos la escriben con mayuscula, a veces nos olvidamos y una vez que no estamos en esta tierra vienen los reconociminetos, por ello felicito la iniciativa de nuestro Alcalde preocupado por dar realce a sus gentes y de alguna manera dignificar su labor.
Enhorabuena, Sebastian, por tu pregón,
Te felicito por tu pregón, momentos como estos nos hace reflexionar sobre el camino que a veces debemos seguir.
Me uno a la propuesta del sr. Alcalde.
Sebastián,gracias y enhorabuena por tu pregón.
Nos has hecho revivir muchos recuerdos.
Eres digno merecedor de que la propuesta del alcalde
se haga realidad.Que esta se materialice pronto.
Enhorabuena por el pregón Sebastián.Me uno a la iniciativa
del Señor alcalde.
Eres un gran dibulgador de la historia de tu pueblo.
Gracias y enhorabuena por tu pregón Sebastián.
Nos has hecho evocar recuerdos muy arraigados en todos
los higuerños.
Me uno a la propuesta del SR alcalde, eres merecedor de que
esta iniciativa se lleve adelante y dar el nombre de una calle
a quien con orgullo lleva el nombre de su pueblo.
Yo tambien me sumo a la propueta del SR ALCALDE.
Magnifico pregón¡¡¡Cuantos recuerdos de las costumbres
y de la historia de nuestro pueblo.GRACIAS.
Mi mas sincera enhorabuena por tu gran pregón.
Fué muy emotivo y con su realismo nos hizo revivir
grandes recuerdos del pasado de este pueblo y de sus
gentes.
Eres un digno merecedor de la iniciativa del SR Alcalde.
Me uno a su propuesta.Gracias.
Yo también me uno a la iniciativa del SR Alcalde.Eres merecedor de ello por llevar el nombre de tu pueblo por todas partes.
Un gran pregón.Enhorabuena.
Hola a todos, soy hija de una Higuereña que vive en Valencia muchos años ya,ella lleva a su pueblo clavado dentro de su corazón,por los años vividos y cosas compartidas,mucha Familia allí que por el paso del tiempo han ido desapareciendo,pero ella los tiene a cada uno en un hueco de su corazón. Muchas veces me dice...Si fuera pájaro volaría todos los días a mi Higuera y por eso mismo voy a escribiros un pequeño Poema que relata mi Madre a su querida Higuera.
Pájaro quisiera ser y en tus tejados posarme
ver los días pasar y de los míos acordarme.
Eterno quisiera ser
para poder describir la historia de este Pueblo
tan querido para mi.
Pluma no me falta,porque plumas yo las tengo
y la tinta la pondré con la sangre de mi cuerpo.
Con eso me vasta y sobra
para describir mi Pueblo.
Mi Pueblo es la Higuera!!!
y la llevo en el corazón
hasta el día que muera.
Espero que os guste. Un saludo
Muy buenas,Lo escribí en el primer comentario que hice sobre el pregon 2012 que solo se me ocurre una palabra para definir el trabajo realizado de Sebastian GRACIAS. desde aquí quisiera apoyar a la iniciativa del Señor Alcalde de ofrecer a este Señor Don Sebastian Berdonces Lara, Higuereño donde los haya y presume de serlo.
Muy bonito pregón Sebastián,enhorabuena
por llevar el nombre de tu pueblo con tanto orgullo
como tu lo llevas.
Yo tambien me uno a la propuesta del SR Alcalde y a ver
si pronto se lleva a cabo su iniciativa.
Me uno a la propuesta del Sr. Alcalde de poner una calle con el nombre de su Cronista oficial, Sebastian Berdoncel, pienso que hay que realzar a sus gentes.
Me uno a la propuesta del SR Alcalde para asignar el nombre de una calle a quien,como cronista oficial de este pueblo,ha tenido a gala el darlo a conocer por todo el mundo.
Yo tambien me uno a la propuesta del SR Alcalde.
Sebastián es digno merecedor de tal honor por llevar
con orgullo el nombre de su pueblo.
Igualmente me uno a la propuesta del SR Alcalde.
Sebastián,como hijo de este pueblo y como cronista oficial
ha hecho que tanto el pueblo como sus gentes, sean conocidos
en muchas partes.
Pregones en La Puebla de Cazalla cantados en la Madrugá del Viernes Santo.
La saeta de La Puebla de Cazalla es un cante gregoriano de origen litúrgico, y según se dice, fue creada por los frailes del convento de San Francisco que alentaban e invitaban al pueblo para que las cantara a las imágenes. También se dice que eran estos frailes quienes escribían las letras y componían el tono de los pregones que antiguamente se cantaban en el sermón de Jesús, en la madrugada del Viernes de Pasión.
Los Pregones de La Puebla de Cazalla, son originarios de la Hermandad de Nuestro. Padre Jesús Nazareno, y se comienzan a can¬tar a finales del siglo XIX. Son cuatro pregones, el de Judas, La Sentencia de Pilatos, la Oración en el Huerto y el del Ángel. Todos ellos tienen una tonada estilo gregoriano y se empieza a cantar un verso llamado el bajo y el siguiente el alto y así sucesivamente se van repitiendo hasta el final.
Los trascribo a continuación para contrastarlos con los de Lahiguera y si se desea hacer un estudio comparado de ambos:
I. El de Judas
Yo, Judas, trato la venta
de Jesús de Nazareno;
en treinta dineros está
por Caifás y su consejo,
príncipes y sacerdotes
y los ancianos del pueblo,
y a cualquiera que denuncie
traiga a éste tribunal preso
a Jesús de Nazareth,
por llamarse Hijo de Dios,
que, destruyendo el templo,
lo levantará en tres días
además de otros excesos;
se le dará gente armada
por si resiste soberbio,
su discípulo, que es Judas,
ganará treinta dineros;
orando en Getsemaní
aquel falso y embustero
que, con ósculo de paz,
fuertes golpes le daremos
hasta que su sangre brote
por la túnica corriendo,
por su falsa doctrina
se vende este nazareno;
venid, soldados míos,
atadlo con sogas luego
¿quién ha tratado esta venta?
yo, Judas, que no le quiero.
II. La Sentencia de Pilatos
Yo, Poncio Pilatos, que presido
la inferior Galilea y su partido,
examinado el proceso
que contiene los excesos,
las culpas y los delitos,
los crímenes inauditos
cometidos hasta el día
por el Hijo de María
y de José el carpintero,
hipócrita y embustero,
por Jesús de Nazaret,
que, aunque ha nacido en Belén,
dice que es Hijo de Dios,
y todo el pueblo le oyó,
predicar doctrina falsa,
reunirse una comparsa,
que, con falsos testimonios
y por arte del demonio,
dice que milagros hace,
y que su doctrina abrace,
al pueblo de Judea
y también la Galilea,
es sacrílego sin ejemplo,
dice que derriba el templo,
y, por mayor osadía,
lo levantará en tres días;
por delitos tan probados
merece ser castigado.
Mando que lleve una cruz
en sus hombros, muy pesada,
y la malicia, a la luz
del día sea castigada.
Que mis guardias lo acompañen,
y vaya entre dos ladrones,
y un pregonero, que diga
de su muerte las razones,
que le toquen las trompetas
como a los reos de muerte,
y así vaya hasta el Calvario
el que se dice inocente;
clavado de pies y manos
en la cruz que habéis llevado
muera, muera ese orgulloso
rey de los judíos llamado;
por eso mismo nos piden
que muera crucificado,
el veinticinco de marzo
del año de cuatro mil
se ha firmado esta sentencia:
ejecútese hasta el fin,
y por eso quiero
que cumplido sea,
Pilato, presidente
de la Judea.
Continuara en otro comentario debido a su extensión.
Saludos para todos de un Higuereño en Sevilla.
Continúa aquí la parte tercera y cuarta de Los Pregones de la Puebla de Cazalla
III. La oración en el huerto
Oh, triste y desconsolada
petición llena de angustia,
la oración que hizo el nazareno
al eterno Padre en su altura;
en ella pide sudando
sangre en abundancia mucha,
a la representación
de las penas que le abruman;
sea piadoso con él
en su pasión fuerte y dura
él, que vino a redimir
a la envilecida criatura
siempre pronto, Padre mío,
si es tu voluntad,
que pase de mí éste cáliz
de amargura sin igual,
que, aunque jamás lo proteste,
la tristeza me circunda
y me lleva hasta la muerte;
por tres veces se repite
la oración del Nazareno,
pero queda sin efecto
para con su padre eterno,
ni le dispensa la muerte
dura, sangrienta y cruel
que ha de redimir al hombre
de las garras de Luzbel,
porque quiso ser fiador
voluntario y confiado,
y del vil prevaricador
que murió por el pecado,
suda, suda por sus poros,
suda sangre hasta la tierra,
que yo le mandaré un ángel
que le alivie y fortalezca,
que, para ser salvador
de un mundo que está perdido
y he de satisfacer
que yo soy el ofendido;
siempre pronto, Padre mío,
vuestro dulce Hijo está,
vuestro es mi albedrío,
vuestra es mi voluntad.
IV. El de El Ángel
Esta es la justicia irrevocable,
el arcano de Dios inescrutable,
que pone a la cándida inocencia
la más áspera y rígida sentencia,
mando cual fue su Padre eterno
el denotar decreto amor paterno,
que su Hijo Jesús sabiduría,
hermosísimo hijo de María,
fiador de Adán que a Dios no paga
su fianza la culpa satisfaga,
por esto su amor lo hizo hombre,
Jesús el Salvador le dio por nombre,
el amor ha formado su aposento,
sea vendido, ultrajado y preso,
conducido a los falsos tribunales,
cargado de ignominias y de males,
azotado, burlado y escupido,
juzgado, demolido y escarnecido,
azotado y de espinas coronado,
pues todo que sea voluntario,
lleve la pesada cruz hasta el Calvario,
y allí crucificado con violencia;
satisfaga de dar la inobediencia
pendiente del patíbulo afrentoso,
afligido, mortal, triste y lloroso,
véalo su Madre dolorido
de mortales angustias convertidas,
oiga al que se queja al Padre amado
del grande desamparo en que ha quedado,
tres horas de agonía en la cruz
que acabe con la vida de Jesús;
es preciso tolere tanta pena
por redimir culpas ajenas,
muere en la cruz y triunfa en el pecado,
rompe la lanza su pecho amado,
consumase la obra prometida:
el mundo por su muerte tendrá vida,
si fue el prometido en el paraíso,
que salve al mundo, pues lo quiso
Saludos para todos de un Higuereño en Sevilla.
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