PROLOGO

Se pretende que sea éste un espacio dedicado a entretener y deleitar (... a través de la fotografía fundamentalmente) ... a dar a conocer (...o traer al recuerdo) ciertos monumentos o espacios situados en el término o cercanías de Lahiguera. ...a llamar la atención por el estado de abandono y deterioro de muchos de ellos, ...y si llegara el caso, a remover la conciencia de todos los que somos "herederos" de tales monumentos y espacios, y que con nuestra aportación ayudásemos a la conservación de los mismos.

lunes, 12 de enero de 2015

LA JUNTA SUPREMA DE ANDALUCÍA FUNCIONÓ EN ANDÚJAR DESDE EL DÍA 2 DE SEPTIEMBRE HASTA EL 18 DE OCTUBRE DE 1835. HISTORIA DE LA HIGUERA CERCA DE ARJONA RECOGIDA EN LAS ACTAS DEL AÑO 1835. (PARTE SEGUNDA)

ACTAS DE LAS SESIONES ORDINARIAS CELEBRADAS POR EL AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA CERCA DE ARJONA DURANTE EL AÑO 1835.

En el verano de 1835, después de dos años de guerra carlista tras la muerte de Fernando VII, se produjo en España una insurrección liberal que en Andalucía llevó a la creación de la Junta Soberana de Andújar, que pretendía la federación de las provincias independientes de la región. Esta Junta de aspiraciones soberanas funcionó en la ciudad de Andújar desde el 2 de septiembre hasta el 18 de octubre de 1835. En toda España el movimiento juntero de aquel verano significó el embrión de un Estado federal. La revolución burguesa antiabsolutista de 1835 arrancó en Madrid, aunque tuvo sus mejores fuerzas en Cataluña y Andalucía.
Levantamiento Liberal en Barcelona año 1835.

En Andalucía comenzó el estallido en Málaga el 23 de agosto y para fin de mes se habían sumado, sucesivamente, Cádiz, Granada, Sevilla y Jaén. Cada provincia andaluza pasó a "autogobernarse", desconociendo la desautorización que el presidente del Gobierno de Madrid, José María Queipo de Llano, conde de Toreno, hace del movimiento juntero. En junio de 1835 la Reina Gobernadora le nombró presidente del Gobierno. Un cargo que ejerció tan sólo durante tres meses, pues en septiembre de ese año un pronunciamiento auspiciado por los "progresistas", herederos en buena parte de los "exaltados" del Trienio, lo desplazó del poder. Durante ese trimestre Toreno centró su acción de gobierno en la guerra civil, con no poco éxito, pues las tropas liberales obtuvieron sonadas victorias sobre las carlistas, sobre todo después de la muerte de Zumalacárregui. El otro eje de su política fue el arreglo de la Hacienda, para lo que no dudó en proseguir la desamortización de los bienes eclesiásticos e incluso en expulsar de nuevo a los jesuitas e incautar sus bienes, como durante el reinado de Carlos III había hecho otro conde asturiano: Campomanes. Esta medida ponía de relieve que su gradual conversión al liberalismo conservador era muy matizada. Lo mismo que su decisión de nombrar ministro de Hacienda a Mendizábal, un conocido "progresista", que acabó sustituyéndolo al frente del Gobierno en septiembre de 1835. Toreno, sin embargo, continuó en la política como destacado miembro de la oposición conservadora, hasta que el motín de La Granja, en agosto de 1836, le obligó a marcharse de nuevo al exilio. Pero esta vez huyendo de los "progresistas".
 
José María Queipo de Llano, Conde de Toreno
Simultáneamente deciden confederarse y crear la Junta Soberana de Andújar, en la que cada Junta provincial tuvo dos representantes. El 2 de septiembre se creó la Junta de Andújar, presidida por el conde de Donadío, presidente de la Junta de Jaén. Inmediatamente se decide reclutar un ejército de treinta mil hombres. 

Organización  y recorrido de las Tropas Junteras camino de La Mancha.

Composición del Ejercito Juntero Andaluz acantonado en Manzanares.

A mediados de septiembre ya se contaba con esta fuerza, al frente de la cual se colocó a Luis Antonio Pizarro, conde de las Navas. Este salió a La Mancha para hacer frente a un ejército enviado desde Madrid por el Gobierno, pero antes del encuentro gran parte de las fuerzas gubernamentales se pasaron a los rebeldes. En el movimiento juntero andaluz participó gente como el malagueño José Salamanca, que más tarde sería marqués y ministro de la Corona.
 

D. José de Salamanca en su juventud y madurez.

Blas Infante se refirió alguna vez a que en Andújar se elaboró una «Carta de actuación andaluza», de la que no se tiene constancia escrita en la actualidad. 
 
Anotación tomada del Ideal Andaluz de Blas Infante.

Los objetivos de aquel movimiento anticentralista fueron la defensa del trono constitucional de Isabel II, la exigencia de responsabilidades al conde de Toreno, la abolición del Estatuto Real y la convocatoria de Cortes constituyentes para «recuperar» el espíritu de Cádiz, que daría lugar a la Constitución del 1837. Durante mes y medio, en Andalucía cada provincia afrentó, entre otros,  los problemas fiscales, presupuestarios y de orden público y, por ejemplo, la de Córdoba dejó establecida la libertad de imprenta. Con la llegada al poder del gaditano Mendizábal el 18 de septiembre, el movimiento se calmó en toda España, aunque en Andalucía todavía gobernó un mes la Junta Soberana de Andújar. 

Juan Álvarez de Mendizábal.
 


La Junta Suprema de Andalucía fue una confederación de juntas provinciales creada en Andalucía en 1835, en el contexto del movimiento juntero liberal surgido en España durante los primeros momentos de la Minoría de edad de Isabel II. El movi­miento juntero se extendió por Andalucía en un momento de debilidad del estado, mediante la creación de las juntas provinciales y de la junta suprema, como ya había sucedido en otros momentos de crisis, tal como ocurrió durante la Invasión Francesa y, mucho más tiempo atrás, durante la Edad Media, con la Hermandad General de Andalucía. Tanto las juntas provinciales como la Suprema de Andalucía fueron las más activas y las que más tardarían en disolverse en todo el Estado.
El Gobierno quiso poner orden y controlar la atrevida iniciativa regional andaluza, por lo que envió un ejército comandado por el General Latre pero, al llegar a su destino, los soldados hicieron causa común con los andaluces y sólo el general y algunos artilleros que­daron fieles al Gobierno de Madrid. Como consecuencia de esto se produjo la caída del conde de Toreno y Mendizábal fue nombrado presidente del Gobierno. La Junta Suprema envió a Mendizábal, a través del Conde de las Navas, sus condiciones políticas; a saber: detención del conde de Toreno y rendición de cuentas al mismo, limpiar La Mancha de carlistas, convocatoria de cortes constituyentes, aprobación y mantenimiento de las juntas y puestos en el Gobierno y en la Administración para sus miembros. Pero Mendizábal las rechazó.
El triunfo que supuso la caída de Toreno hizo que muchas juntas se disolvieran en España, como sucedió en Andalucía con las juntas de Cádiz, Sevilla y Córdoba, que consideraron que tras la dimisión de Toreno y el anuncio de Mendizábal de una nueva política, ya se habían conseguido sus objetivos y procedían a la disolución. El Decreto de 21 de septiembre de 1835, por el que se regulaban provisional­mente las diputaciones provinciales, fue uno de los detonantes de la disolución de las Juntas provinciales, al ser las diputaciones órganos estatales presididos por el goberna­dor civil, y por un cuerpo de diputados elegidos por un sistema censitario indirecto y con competencias netamente estatales. (La posterior Constitución de 1837 abundaría en el centralismo frente al desarrollo de la autonomía regional). Sin embargo las juntas de Málaga, Granada, Almería y Jaén, (no hay datos de la de Huelva), a pesar de las voces internas que apoyaban su disolución, decidieron resistir de acuerdo con la Junta Suprema de Andalucía, que quiso imponer su voluntad sobre las demás provincias. Para ello la Suprema envió al coronel Osorio a someter Sevilla y al coronel Lancha a Córdoba, para someterlas, resultando fallida la operación al ser detenido el primero y, ante ello, limitarse a esperar acontecimien el segundo. El 19 de octubre la Junta de Málaga también se sometió al Gobierno de la nación.
No obstante es significativo como la Junta Suprema de Andalucía pasó a comportarse más como un Gobierno regional de Andalucía que como una confederación de juntas provinciales. En palabras de Pi y Margall: “Tuvieron las (juntas provinciales) de Andalucía su Junta Central en Andujar y hablaron de potencia a potencia con el Gobierno de María Cristina.” Tomado de: Nacionalidades.
Pi y Margall.
Las Juntas Provinciales andaluzas surgieron cuando España se encontraba en un momento de crisis tras la muerte del rey Fernando VII y las pretensiones del Infante Carlos de ostentar el trono español de mejor derecho que Isabel II, menor de edad. Del lado conservador, había estallado la Primera Guerra Carlista en el norte peninsular y existía el peligro de que el carlismo, entendido por los liberales como una forma de absolutismo, se extendiera a otras partes del país.


Primera Guerra Carlista y Diario de Operaciones de la Guerra Carlista.
Del lado contrario, se había establecido la división provincial en 1833, prevista en el artículo 10 de la Constitución española de 1812, y se había promulgado el Estatuto Real, pero los progresistas lo consideraban insuficiente, pues abogaban por el pleno restablecimiento de "La Pepa".
Por este motivo se constituyeron Juntas en Cataluña, Zaragoza y en Andalucía, donde se fueron constituyendo juntas en cada una de sus ocho provincias, entre agosto y septiembre de 1835. (El 23 de agosto se constituyeron las de Málaga y Cádiz. El obispo de Jaén Diego Martínez Cartón, apoyó la junta provincial. En Sevilla hubo dos intentos fallidos de constitución antes de la definitiva.
 
Don José de Salamanca, después Marqués de Salamanca y miembro del Gobierno del Reino.
Uno de los representantes de la junta provincial de Almería en la Suprema de Andalucía fue José Salamanca, malagueño y a la sazón alcalde de Vera, que con el tiempo sería marqués de Salamanca. El Conde de Toreno, que a la sazón presidía el Gobierno de España, prohibió las referidas juntas, por lo que su caída pasó a formar parte de los objetivos de las mismas.
El Conde de Toreno enemigo de los junteros andaluces.
En la reunión de la Junta provincial de Córdoba el 29 de agosto, José Espinosa de los Monteros propuso que todas las juntas provinciales andaluzas concurriesen en una Junta Superior, a modo de confederación de juntas. De esta manera se constituyó la Junta Suprema de Andalucía en Andujar el 2 de septiembre de 1835, bajo la presidencia del Conde de Donadío, presidente de la junta provincial de Jaén. La elección de Andujar como sede se debió a razones geoestratégicas políticas y militares: Jaén era la puerta de Andalucía, lo que facilitaba en contacto con el Gobierno, radicado en Madrid y el eventual contraataque a las partidas carlistas, que ya estaban en La Mancha.
Ciudad de Andújar sede de la Junta Supema de Andalucía desde 2/9/1835 a 18/10/1835
La Junta Suprema se compuso con dos miembros de cada junta provincial, que las representaban. La Suprema no se inmiscuía en el gobierno interno de cada una de las provinciales, salvo en el aspecto militar. La Junta Suprema reclutó un ejército de 30.000 hombres bajo el mando del Conde de las Navas, que fue destacado en Manzanares, con el fin de reducir a los carlistas.
Volvió cada cual a nombrar a su Junta y a conferirle el poder supremo; y así formadas, no vacilaron en disponer de los caudales públicos, levantar empréstitos, exigir tributos, proveer destinos y hasta reunir tropas con que hacer frente a las del Estado. En la Mancha llegaron a tener las de Andalucía un cuerpo de operaciones, que estuvo por bastante tiempo acampado en Manzanares, y obedecía a las órdenes, no de un general, sino de un procurador en Cortes. En vano se las quiso disolver por un decreto, ni vencer por las armas: no se logró que desapareciesen, ni aun después de un cambio de gobierno, de la concesión de una amnistía y de grandes reformas. (Recogido de Pi y Margall. en su obra: Nacionalidades.

Celebración en Marzo del 2010 del 175 aniversario  de la constitución de la Junta Suprema de Andalucía en Andújar.
Los hechos de 1835 ocurridos en Andalucía y en Andujar no podemos  entenderlos al margen de la coyuntura revolucionaria que se vive en Europa, en la oleada de 1830, que aunque tiene a Francia como punto central, tiene ramificaciones por otras partes: norte de Italia, ciudades alemanas, Bélgica, Varsovia, etc.…
El movimiento juntero manifestará, según autores como Enrique Iniesta, cierto andalucismo, al menos como postura común de los antiguos reinos y las recién estrenadas provincias, frente a la crisis del poder central por un lado y al empuje de los carlistas por otro, y será el prólogo necesario para la Revolución Cantonalista en "La Gloriosa" y la posterior Constitución de Antequera de 1883. 
Vista aérea de la ciudad de Andújar sede de la Junta Soberana en 1835.

Manifiesto de la Junta Soberana de Andujar de 1835:
Andaluces.
La Junta Central compuesta de los respectivos representantes de las directivas de gobierno que forman la Federación de Andalucía acaba de instalarse en esta ciudad. Al dirigir por primera vez su voz no puede ocultar la grata emoción que siente, viviendo la indisoluble unidad que ofrece el pueblo andaluz, tan resuelto y decidido como obediente y leal. El voto de los habitantes de la Bética entera es el mismo, y su valor igual a su constancia. Firme en su propósito no vacilará un momento la Junta Central, hasta que el éxito corone sus esfuerzos. Adhesión pura, inalterable á nuestra inocente reina ISABEL II y á su augusta madre como Regenta del Reino: CORTES CONSTITUYENTES que formen y establezcan un Código fundamental que fije los derechos y deberes del Pueblo Español, y los del trono constitucional; y no deponer las armas hasta consolidarlo y esterminar al príncipe rebelde que con mengua del noble orgullo y valor castellano pretende sumirnos en la degradación y el oprobio; he aquí el objeto de los conatos de vuestros representantes.
Andaluces: marchemos todos denodadamente por el camino que nos traza la dignidad y rectitud de nuestros principios, y nuestra proverbial fidelidad. El trono Constitucional y el Pueblo Ibero son una misma cosa y están tan íntimamente entrelazados que no puede existir uno sin otro. La misión de esta Junta Central no tiene otro objeto que el de afianzar sobre bases indestructibles su seguridad y su esplendor. Para lograrlo todo, cuenta con vuestra cooperación y esfuerzos: de ellos se aprovechará según las circunstancias lo exijan, dirigiendo vuestra acción irresistible al punto y que sea más digno de vuestro loable pronunciamiento, de vuestros ardientes votos y de vuestra lealtad. Esforzados hijos del Betis, unión y confianza: constantes en este principio y noble conducta, ensayemos desde luego himnos patrióticos en honor y gloria del trono Constitucional y al Pueblo Hispano, pues la victoria es cierta.
Andujar 3 de Octubre de 1835 = El Conde de Donadío, Presidente = Bartolomé Gutiérrez Acuña, Vice-presidente = Pedro Muñoz Arroyo = Tomás Domínguez = Álvaro Pareja = Agustín Romero = Agustín de Oviedo = Francisco Laveron = Pedro Antonio Acuña = Manuel Parejo = Francisco de Paula Espinosa de los Monteros = Miguel de Roda, Vocal Secretario. 
(Manifiesto de la Junta de Andujar publicado por Santiago de Córdoba en el nº 0 de  Cuadernos de Historia. Andujar 1984.)
Presentación en la Universidad de Jaén  del libro digital del 175 aniversario de la constitución de la Junta Superma de Andalucía.
En el archivo municipal de Andujar no se conserva la documentación correspondiente a ese periodo; por lo que a quien quiera profundizar en este hecho, no lo queda mas remedio que reconstruir los hechos de 1835 a partir de noticias hemerográficas, que se han localizado en el Archivo del Canónigo (Casa del Arcediano en Barcelona), Casa de los Tiros de Granada, y Hemeroteca municipal de Madrid. En concreto interesa la búsqueda de las noticias referidas a este acto de la Junta Suprema de Andalucía, dentro del movimiento juntero andaluz, para lo que puede ser ineludible seguir lo que se cita los siguientes periódicos de la época: El Vapor, La abeja y el Eco del Comercio.
Igualmente se podrán consultar los fondos documentales del siglo XIX existentes en la biblioteca de la Real Academia de la Historia. En concreto, los famosos papeles del que fuera ministro y presidente del gobierno Istúriz, del cual, sabemos que guardó cuidadosamente buena parte de sus papeles con el objeto de escribir su memoria. Sería muy interesante poder consultar en esta biblioteca pues allí se encuentran los únicos documentos originales que fueron emanados por la Junta Central de Andujar: varias cartas de Pedro Antonio Acuña y Bartolomé Gutiérrez Acuña, una del conde de las Navas en francés (bien por asegurarse la confidencialidad de la misma o por afirmar sus simpatías con los revolucionarios franceses). Así como el acta de constitución de la Junta de Andujar del 3 de octubre de 1835, una larga exposición a la reina gobernadora de fecha 9 de octubre y la confirmación de la disolución de la misma el día 18 de ese mes (Colección Istúriz-Bauer, Real Academia de la Historia 9-30-3-6279).

Tomás Istúriz. Museo de las Cortes de Cádiz.
En el Archivo General del Palacio Real se puede encontrar  en su Sección Histórica una serie de documentos fechados entre junio y septiembre de 1835, relativos a las sociedades secretas muy activas en ese periodo y que serán también uno de los factores que aceleraran el desarrollo del movimiento juntero.
En el enfrentamiento abierto entre isabelinos y carlistas a partir de 1833, las élites andaluzas apoyaron mayoritariamente la causa liberal, auspiciada por una incipiente burguesía de carácter comercial y minero, pero también por diversos grupos de inversores agrícolas interesados en el librecambismo; al margen quedaban los sectores populares, normalmente vinculados al cultivo de la tierra que verían como el nuevo régimen también defraudaría sus expectativas de un verdadero cambio en la distribución de la propiedad raíz.
Esta fortaleza de las élites liberales andaluzas tendría en las Juntas Revolucionarias impregnadas de un primigenio espíritu autonomista, su principal y último vehículo de expresión. Su formación, de hecho, resulta inseparable del telón de fondo de la guerra carlista, así como del talante moderado que la regente María Cristina había impreso a los primeros años de su regencia, y puede situarse, con cierta precisión, en torno al año 1835. Se constituyeron prácticamente en todas las provincias andaluzas, dando lugar a la formación de una Junta Suprema que se instaló en Andújar el 2 de septiembre bajo la presidencia del conde de Donadío.
Resulta extraño que a pesar de haberse constituido la Junta Suprema de Andalucía en Andujar el 2 de septiembre de 1835, no conste en el Libro de Actas de este Ayuntamiento referencia alguna a dicho acto, al menos en calidad de testigo o informante en un acontecimiento que se puede considerar importante para Andalucía por la fuerza que tuvo en nuestra región el movimiento juntero como hemos comprobado en los textos anteriores. Aunque, no olvidemos, lo dicho anteriormente del hecho de que, en el Ayuntamiento de Andujar no haya archivos que reflejen los actos tenidos en la ciudad sobre las reuniones del movimiento juntero.


La primera acta de las existentes trata de la toma de posesión del nuevo Ayuntamiento en fecha 10 de Noviembre del año 1835, elegidos por elección popular según la Ley de Ayuntamientos promulgada en 23 de julio de ese mismo año. Se deduce que el nuevo Ayuntamiento está presidido por D. Pedro de Fuentes y serían los nuevos regidores o concejales: D. Francisco Mercado, Regidor 1º y D. Bartolomé Mercado, Regidor 2º. Se deduce que el anterior alcalde sería D. Diego Ruano, que según estaba preceptuado entregaba poderes al nuevo Alcalde D. Pedro de Fuentes.
Se aclara la ausencia del Procurador del Común D. Salvador Martínez en el acto del día 10/11/1835, que si se confirma en la reunión del día 12 del mismo mes, tomando posesión de su cargo, tal como se expresa en el acta de este día.
La tercera de las actas existentes está dedicada al nombramiento de D. Sebastián Pérez como Secretario del Ayuntamiento según ordena la recién aprobada Ley de Ayuntamientos en su artículo 62.
La cuarta de las actas con la misma fecha, está dedicada a la fijación de las reuniones del Ayuntamiento de la villa todos los martes.
La reunión del 17 de noviembre tuvo por objeto leer los Boletines oficiales de la Provincia de 14 y 11 de ese mes, asimismo se leyó el oficio del Sr. Subdelegado de Rentas de este partido judicial de Andujar sobre la cobranza de las contribuciones y se acordó contestar a dicho Sr. Subdelegado de Rentas que el Ayuntamiento había tomado posesión de su empleo en diez del corriente mes, desde cuyo día podría hacérsele cargo de la cobranza de las contribuciones que comprende el 4º trimestre y asimismo al Sr. Subdelegado al Sr. Intendente al acusar el recibo de la circular de 11 del presente se le haga igual contestación: también acordaron se le haga saber al Ayuntamiento cesante por medio de su presidente active reorganizar sus descubiertos y liquide en tesorería sus años; igualmente se expida un cargárseme contra el Depositario de los fondos de propios para que de los sobrantes que hallen en su poder los ponga a disposición del Ayuntamiento en la cantidad  de doscientos un E. para atender a los gatos de la quinta que se estaban practicando.
En la reunión celebrada el 7 de diciembre hizo presente era necesario saber el estado de los establecimientos de Propios, y del Pósito manejados por el Ayuntamiento como igualmente el cobro de las contribuciones y oído a los SS. del Ayuntamiento, se convocó a los componentes del ayuntamiento cesante para que comparezcan en estas Salas Capitulares y el presente Secretario les haga saber: 1º Que en razón al Estado del pósito, en el término del tercer día de la notificación presenten un estado demostrativo de ellos por medio de la Junta que lo ha manejado; 2º Que en razón a los fondos de propios, en el mismo término de tiempo, presenten por medio de su respectiva junta cuenta detallada de los fondos de que constan, las  cantidades pagadas y por pagar y su inversión legítima: y 3º Que para el día veinte y cinco del corriente presenten  las cartas de pago de haber cubierto en tesorería los atrasos de contribuciones por todos conceptos hasta el día que cesaron, y de observarse en ello omisión se les hiciese saber quedaba su presidente en reclusión hasta verificarlo. Asimismo se dio cuenta de los boletines oficiales y órdenes que contienen y se acordó su cumplimiento, como igualmente para cobrar el 4º trimestre de contribuciones que está a cargo del Ayuntamiento.
Se acordó nombrar a Pedro Navarro Barragán digo García quedando la Secretaría en extender los cedulones para proceder a su cobranza: y en cuanto al oficio del Sr. Intendente para que se pague el trigo que S. M. repartió a los Labradores necesitados de esta villa. Se le haga representación a S. M. rogándole por medio del mismo Sr. Intendente se sirva esperar a esta corporación por las sesenta fanegas  de trigo hasta la cosecha venidera pues ya se a repartido a los mismos y otros que se hallaban aún más necesitados.
La nueva corporación municipal muestra cierta actividad, algo poco habitual durante ese año por parte de los anteriores regidores y comienza a constituir todos los órganos administrativos de gobierno municipal, según fue dictaminado por la Ley de Ayuntamientos de 23 de Julio de 1835.
Sólo referir brevemente que en el proyecto de reforma del régimen municipal propugnado por los liberales de Cádiz, se mostraba un apego a la tradición, al conceder la presidencia de los Ayuntamientos al Jefe Político, un cargo que hoy podemos considerar como el de los Gobernadores Provinciales, aunque se vislumbraba ya un avance en el sistema administrativo español, basado en el reconocimiento del pueblo como unidad natural, pero contenido en el Estado y subordinado al mismo en la Nación sola y única. La reacción absolutista anuló por dos veces, en 1814 y 1823, la obra legislativa de los hombres de Cádiz, que volvería a triunfar tras la muerte de Fernando VII. La labor de aquellas Cortes de Cádiz sirvió de base a las reformas político-administrativas posteriores en la España del siglo XIX.
Uno de los pilares para esta reforma de la administración municipal emanó del Real Decreto de 23 de Julio de 1835, promulgado por la reina gobernadora María Cristina, que trataba todo lo relativo a la formación y constitución de los nuevos ayuntamientos municipales y provinciales, con toda la problemática que planteaban los puntos de vista tan distintos entre el ala moderada  y el ala progresista del liberalismo. En el decreto las normas dictadas son recogidas en tres capítulos, y se establecen dos categorías de electores, los censitarios formados por los propietarios de fincas rústicas, urbanas, fábricas, comercios, etc. y la otra categoría estaba formada por aquellos otros en los que no influía su situación de propiedad como contribuyentes, tales como arrendatarios de fincas, colonos, etc. siempre que sus ocupaciones  les permitieran vivir con independencia económica. La composición de los nuevos Ayuntamientos quedó integrada por las siguientes figuras: Alcalde, Teniente de Alcalde, Regidores y Procurador Síndico, con la condición de que debían de residir en el Municipio donde ejercían sus funciones  y ser mayores de veinticinco años.
En cuanto a la aplicación de este Real Decreto en nuestro pueblo supondría pasar de un ambiente de normalidad en tiempo de paz a un ambiente de manifiesta intranquilidad por el contexto en que se desarrollo esta novedad legislativa. En el contexto de una guerra civil que fue la guerra carlista, apareció el Real Decreto de 23 de julio de 1835, para el arreglo provisional de los Ayuntamientos, un clima poco favorable para llevar a cabo una reforma administrativa.
El proceso a seguir era que el Gobernador Civil, comunicaba el Decreto a la Diputación Provincial y ésta al Ayuntamiento, quien en pueblos como la Higuera cerca de Arjona, empezó a poner lentamente en marcha la maquinaria electoral. Digo lentamente, porque hasta finales del mes de octubre no se harían las elecciones y quedaría constituido el nuevo Ayuntamiento Constitucional el día 10 de noviembre tal como queda reflejado en la siguiente acta. Suponemos que la aplicación de esta radical reforma en la composición de los ayuntamientos, con personas elegidas libremente y distintas a las del anterior Cabildo Municipal, nos permite suponer una gran repercusión en la vida cotidiana de la villa, pero esto no deja de ser una aproximación o una mera suposición, que no podemos corroborar con algún documento. Supongo que el nuevo hecho provocaría cierta expectación en el pueblo poco acostumbrado, por novedoso en eso del juego electoral. Las actas del nuevo ayuntamiento se limitaron a recoger de forma puntual los nombramientos de cargos, sin conocer datos de votantes elegibles y elegidos.
Puede que la expectación en un periodo tan convulso, no fuese muy grande entre los higuereños, ante este nuevo derecho otorgado a los propietarios y colonos de tierras arrendadas que les brindaba la ocasión de elegir y ser elegidos, entre una participación ciudadana tan reducida, por la escasa posibilidad de ejercer el derecho del voto entre un núcleo de ciudadanos más amplio, pero perteneciente al mismo sector social de la clase media; mientras los jornaleros campesinos quedaban al margen. El nuevo Cabildo de la Higuera cerca de Arjona había sido elegido libremente por los Higuereños en unos momentos de tensión política, con la sustitución en el mes de septiembre del Conde de Toreno por Juan Álvarez Mendizábal. Imagino que la gente sencilla del pueblo, preocupada por el duro vivir diario de su trabajo, no se preocupara por la constitución de la Junta Suprema de Andalucía en Andujar, bastante tenía con satisfacer sus necesidades en un periodo de escasa cosechas. Por otra parte, es de suponer que los paisanos que componían la nueva Corporación Municipal, en unos momentos en que los electores habían tenido la oportunidad de elegir a los componentes del gobierno municipal de su villa, se produciría una clarificación ideológica entre los electores propiciando la elección de los elegibles de sus mismas ideas y que fuesen los que velaran por sus intereses, lo cual provocaría cierta ruptura con los anteriores regidores; algo totalmente diferente del pensamiento de los componentes del Ayuntamiento del Antiguo Régimen. El nuevo Ayuntamiento se encargaría, tal como estaba legislado, de nombrar las distintas comisiones encargadas de la gestión municipal.
En un pueblo como el nuestro, predominantemente agrícola, es de suponer que los elegidos como capitulares del Ayuntamiento fuera propietarios agrícolas y quizá algún ganadero o comerciante de la misma clase media. La vigencia de este Real Decreto duró aproximadamente un año, ya que en 1836 sufrió modificaciones, a éstas modificaciones seguirían otras, era la consecuencia de la inestabilidad política del momento que estamos comentando.
Después los ayuntamientos siguieron eligiendo mecánicamente a sus regidores, evidenciándose, una vez más, la falta de formación administrativa de sus componentes.

 
ACTA DE LA SESIÓN DEL AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA CERCA DE ARJONA DE FECHA 10 DE NOVIEMBRE DE 1835 PARA LA TOMA DE POSESIÓN DEL NUEVO AYUNTAMIENTO.

“Acta de 10 de Noviembre posesión del nuevo Ayuntº…
“En la villa de la Higuera cerca de Arjona en diez días del mes de Noviembre de mil ochocientos treinta y cinco, reunidos los Sres. del Ilustre Ayuntamiento en su sala capitular como lo an de costumbre en virtud de citación y con asistencia de mí el Secretario para dar posesión a los Individuos que por Elección popular an de componer el nuevo Ayuntamiento se procedió por dichos SS. a darles posesión de sus destinos a pesar de que a D. Salbador Martínez procurador del común no se allaba presente acordando que los nuevos nombrados se la den luego que se presente y en su virtud habiendo entregado la vara el Sr. Presidente a el nuevo Alcalde D. Pedro de Fuentes se les recibió el juramento a los SS Regidores y Alcalde bajo la fórmula prevenida por la ley aceptando por este acto cada uno su destino y así mismo acordaron que en el día de mañana se publique por Edicto en la forma acostumbrada. Así lo acordaron dichos SS. y con el Sr. Presidente firmaron los nuevos elegidos de que yo el Secretario de Ayuntamiento doy fe.=
Aparecen las rúbricas de los Sres. siguientes:
Diego Ruano. Pedro de Fuentes.  Francisco Mercado.  Bartolomé Mercado.  
Ante mí Sebastián Pérez.”

ACTA DE LA REUNIÓN DE AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA CERCA DE ARJONA DE FECHA 12 DE NOVIEMBRE DE 1835 PARA DAR POSESIÓN AL PROCURADOR.

Posesión al Procurador del Común…
“En la villa de la Higuera cerca de Arjona en doce días del mes de Novre.  de mil ochocientos treinta y cinco hallándose reunidos los SS. del Ayuntamiento de ella a saber D. Pedro de Fuentes Alcalde Presidente, D. Francisco Mercado Regidor 1º y D. Francisco M digo D. Bartolomé Mercado Regidor 2º con asistencia de mí el Secretario se le hizo tomar asiento a D. Salbador Martínez Procurador del Común, y Smd por ante mí le cesivieron el juramento vajo la fórmula prevenida por la Ley y echo que se le hizo saber quedava en posesión de su empleo y que se sacase testimonio de ello para remitirlo al Governador Civil de la Provincia. Así lo acordaron y firmaron de que yo el Secretario de Ayuntamiento doy fe.=
Aparecen las rúbricas de los Sres. siguientes:
Pedro de Fuentes.  Francisco Mercado.  Bartolomé Mercado.  Salvador Martínez.  
Ante mí Sebastián Pérez. “

ACTA DEL ACUERDO DE NOMBRAMIENTO DEL SECRETARIO DE AYUNTAMIENTO DON SEBASTIÁN PÉREZ EN FECHA 12 DE NOVIEMBRE DE 1835.
“En la villa de la Higuera cerca de Arjona en doce días del mes de Novre. de mil ochocientos treinta y cinco, reunidos los SS. del Ayuntamiento a saber D. Pedro de Fuentes Alcalde Presidente, D. Francisco Mercado Regidor 1º, D. Salbador Martínez Procurador del Común y D. Bartolomé Mercado Regidor 2º junto en su sala Capitular se vio la  ley de Ayuntamientos de Veinte y tres de Julio último y su artículo 62 sovre el nombramiento de Secretario de Ayuntamiento y en su los dichos SS. acordaron nombrar a D. Sebastián Pérez que a desempeñado estas Esnias (Puede ser abreviatura de Escribanías) autorizándolo para que actúe en todos los negocios del Ayuntamiento y de la villa haciendo que sus Escritos cuanto quepa en derecho y mandándole que autorice esta acta en prueba de su aceptación. Así lo acordaron y firmaron de que yo como presente que fui para el autorizamiento firmo en prueba de mi aceptación con los SS. Presidente y Procurador arreglándose a la ley.
Aparecen las rúbricas de los Sres. siguientes:
Pedro de Fuentes.  El Procurador Común: Salvador Martínez.
Acepto y Juro este nombramiento: Sebastián Pérez.

ACTA DE LA REUNIÓN DEL AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA CERCA DE ARJONA DE FECHA 12 DE NOVIEMBRE DE 1835, PARA PROGRAMAR SESIÓN CADA MARTES EN CUMPLIMIENTO DE LA LEY DE AYUNTAMIENTOS.

“Acuerdo…
En la villa de la Higuera cerca de Arjona en doce días del mes de Novre de mil ochocientos treinta y cinco reunidos los SS. del Ayuntamiento en la sala que sirve de capitular con asistencia de mí el Secretario acordaron que con arreglo al artículo C2 del título 9 de la Ley de Ayuntamientos se celevre los martes de cada semana sesión ordinaria para los negocios pendientes, así lo acordaron el Sr. Presidente D. Pedro de Fuentes, D. Francisco Mercado Regidor 1º, D. Salbador Martínez Procurador del Común y D. Bartolomé Mercado Regidor 2º de que yo el Secretario de Ayuntamiento doy fe.=
Aparecen las rúbricas de los Sres. siguientes:
Pedro de Fuentes.  Salvador Martínez. 
Ante mí Sebastián Pérez".

ACTA DE LA SESIÓN DEL AYUNTAMIENTO DE LA HIGUERA CERCA DE ARJONA DE FECHA 17 DE NOVIEMBRE DE 1835 PARA TRATAR LA RESPUESTA AL SR. SUBDELEGADO DE RENTAS DEL PARTIDO Y AL SR. INTENDENTE.

“Acuerdo de 17 de Novre. …
En la villa de la Higuera cerca de Arjona en diez y siete días del mes de Novre. de mil ochocientos treinta y cinco, reunidos los SS. del Ayuntamiento a saber D. Pedro Fuentes Alcalde Presidente, D. Francisco Mercado Regidor 1º, D. Salbador Martínez Procurador del Común y D. Bartolomé Mercado Regidor 2º, con asistencia de mí el Secretario , por el Sr. Presidente se mandaron leer los Boletines oficiales de 14 y 11 de Mes corriente y acordaron su cumplimiento asimismo se leyó el oficio del Sr. Subdelegado de Rentas de este partido que trata sobre la cobranza de las contribuciones y se acordó contestar a dicho Sr. Subdelegado que este Ayuntamiento tomó posesión de su empleo en diez del corriente desde cuyo día podrá hacérsele cargo de la cobranza de las contrivuciones que comprende el 4º trimestre y asimismo al Sr. Subdelegado al Sr. Intendente al acusar el recibo de la circular de 11 del presente se le haga igual contestación: también acordaron se le haga saber al Ayuntamiento cesante por medio de su presidente active x la reorganizar sus descubiertos y liquide en tesorería sus años; igualmente se espida un cargareme contra el Depositario de los fondos de propios para que de los sobrantes que allen en su poder tenga a disposición del Ayuntamiento la cantidad  de doscientos E un para atender a los gatos de la quinta que se está practicando. Así lo acordaron y firmaran de que yo el Secretario de Ayuntamiento doy fe.=
Aparecen las rúbricas de los Sres. siguientes:
Pedro de Fuentes.  Salvador Martínez.  Ante mí Sebastián Pérez.
Notas… Los Acuerdos sobre quintas se allan en el Espediente formado al efecto Higuera cerca de Arjona siete de Divre. De mil chocientos treinta y cinco.=
Rúbrica del Secretario: Pérez.”

ACTA DE LA SESIÓN CELEBRADA EN LA HIGUERA CERCA DE ARJONA DE FECHA 7 DE DICIEMBRE DE 1835 PARA CONOCER EL ESTADO DE LOS ESTABLECIMIENTOS DE PROPIOS Y DEL POSITO Y COBRO DE CONTRIBUCIONES.

“Acuerdo…
En la villa de la Higuera cerca de Arjona en siete días del mes de Divre. De mil ochocientos treinta y cinco, reunidos los SS. del Ayuntamiento a saber D. Pedro Fuentes Alcalde y Presidente, D. Francisco Mercado Regidor 1º, D. Salbador Martínez Procurador del Común y D. Bartolomé Mercado Regidor 2º, con asistencia de mí el Secretario en la sala capitular como lo tienen de costumbre para celebrar sesión ordinaria, por el Sr. Presidente se hizo presente era necesario saber el estado delos establecimientos de Propios, y del Pósito manejados por el Ayuntamiento como igualmente el covro de Las contribuciones y oído a los SS. del Ayuntamiento cesante para que comparezcan en estas Salas Capitulares y el presente Secretario les haga saber: 1º que en razón al Estado del pósito en el término del tercero día de la notificación presenten un estado demostrativo de ellos por medio de la Junta que lo a manejado; 2º que en razón a los fondos de propios en el mismo término presenten por medio de su respectiva junta cuenta circunstanciada de los fondos de que constan, cantidades pagadas y por pagar y su inversión legítima: y 3º que para el día veinte y cinco del corriente presenten  las cartas de pago de haver cubierto en tesorería los atrasos de contribuciones por todos conceptos asta el día que cesaron, y de observarse en ello omisión se les hiciese saber quedaba su presidente en reclusión asta verificarlo. Asimismo se dio cuenta de los boletines oficiales y órdenes que contienen y se acordó su cumplimiento, como igualmente para cobrar el 4º trimestre de contribuciones que está a cargo del Ayuntamiento.
Se acordó nombrar a Pedro Navarro Barragán digo García quedando la Secretaría en estender los cendulones para proceder a su cobranza: y en cuanto al oficio del Sr. Intendente para que se pague el trigo que S. M. repartió a los Lavradores necesitados de esta villa. Se le haga representación a S. M. rogándole por medio del mismo Sr. Intendente se sirva esperar a esta corporación por las sesenta fanegas  de trigo asta la cosecha venidera pues ya se a repartido a los mismos y otros que se allavan aún más necesitados. Así lo acordaron y firmaran de que yo el Secretario de Ayuntamiento doy fe.=
Aparecen las rúbricas de los Sres.:
 Pedro de Fuentes.  Salvador Martínez. 
Ante mi Sebastián Pérez.”

No debemos concluir esta retrospectiva de nuestro pueblo sin acudir de nuevo a ensamblarla en la marcha de la política nacional: Las fuerzas de la reacción carlista dejaron sentir su presencia tras el arranque de la primera guerra carlista. A lo largo de este año de 1835, con independencia de que un año antes algunas partidas rurales hubieran penetrado en Córdoba desde la Mancha, se produjeron fugaces y débiles levantamientos espontáneos en Jaén, Tarifa, Motril y Málaga y la célebre conspiración del brigadier Malavilla en Sevilla. Más adelante, entre junio y diciembre de 1836, la fracasada expedición del general carlista Miguel Gómez por el territorio de Sevilla, Cádiz, Málaga, Jaén y Córdoba será el correlato de otros levantamientos fundamentalmente instigados por un estamento eclesiástico que estaba disconforme con las leyes desamortizadoras de Mendizábal, pero incapaz de obtener respaldo popular para su causa. Los movimientos auspiciados por los dominicos en Jerez o los exhortados por el obispo de Guadix en su diócesis constituirán en este sentido, los ejemplos más notables de una íntima movilización carlista, que nunca en nuestra tierra allegó fuerzas relevantes a la causa nacional y que acabó refugiada, bajo la forma de movimiento guerrillero, entre las cumbres de la serranía de Ronda y Sierra Morena.
El Jefe Carlista General Miguel Gómez, natural de Torredonjimeno.

El predominio de la nueva clase burguesa acaparadora de tierras, que junto a la pervivencia de la antigua nobleza latifundista favorecen la consolidación de un modelo de propiedad agrícola socialmente injusta, acabará dando al traste con cualquier posibilidad de progreso de las clases sociales más débiles, a las que irremisiblemente se les relega a situaciones de pobreza cuando no de marginalidad extremas. De entre estos estratos más pobres de la sociedad rural, vinculados por necesidad al trabajo en el campo en régimen de jornaleros, surgen las personas, que forzadas en un momento determinado por una situación especialmente adversa, deciden marchar al campo para vivir “al margen de la ley”. Se organizan  en partidas, más o menos numerosas, bajo el liderazgo de un jefe carismático,  procurando actuar casi siempre en defensa de los más débiles de la zona en la que operan, a los que conocen y ayudan económicamente, a cambio de obtener su complicidad en los momentos que la  necesiten cuando se trate de eludir la acción de la justicia.
No es extraño por ello, que con el tiempo, aflorase también cierta complicidad entre las partidas de bandoleros más famosas de Andalucía y los movimientos liberales progresistas del XIX, con cuya causa de libertad y justicia se verían más identificados, los sectores populares del campo andaluz. Jefes de importantes partidas como la del célebre José María Hinojosa “El Tempranillo”,  Juan Caballero o “Botija” de Torre del Campo ayudaron, en los años de mayor actividad  bandolera, de 1827 a 1832, al triunfo de las intentonas liberales para desbancar del poder a los gobiernos fernandinos proclives a la consolidación de las viejas estructuras políticas y sociales del Antiguo Régimen y remisos a favorecer procesos políticos de signo liberal-democrático.
En un periodo tan convulso como el de la Primera Guerra Carlista entre los partidarios del liberalismo y los deseosos de mantener las esencias de la monarquía absolutista, eran frecuentes acciones bélicas y de saqueo en muchos pueblos de  España y de Andalucía, añadieron miseria y desolación a los sectores sociales más débiles. Estas acciones bélicas y de saqueo fueron especialmente frecuentes y temidas en toda la comarca de las poblaciones limítrofes con Sierra Morena, por el cobijo que proporcionaba una tierra abundante en vegetación y apartada del paso de la civilización, muy especialmente fueron frecuentes las acciones  llevadas a cabo por partidas de  carlistas rebeldes de “Los Palillos” (los hermanos Vicente y Francisco Rugero); Miguel Gómez, Mariscal de Campo de  Don Carlos; Antonio García de la Parra, el tristemente famoso “Orejita” (otras veces “Orejitas”), y José Peñuelas. Curiosamente gran número de estos cabecillas carlistas procedían de Ciudad Real y desde allí extendieron sus actividades hacia la provincia de Jaén y Córdoba amparándose en los intrincados laberintos  montañosos de Sierra Morena.
Muchos de los guerrilleros que habían combatido contra la invasión francesa, volvieron a las armas en apoyo de don Carlos el Pretendiente al Trono de España, fuertemente respaldados y aun alentados por el clero, en defensa de un modelo de sociedad que parecía amenazada en sus fundamentos por los principios del régimen liberal tras la muerte de Fernando VII. A este factor religioso y, sobre todo, clerical del carlismo manchego,  hay  que  añadirle  para  su  comprensión,  la defensa   de  las  tradicionales formas de propiedad, tanto de la eclesiástica como de la comunal de cada pueblo, ambas objetivo de las medidas desamortizadoras del nuevo Estado liberal. Sus militantes son partidas de campesinos, de artesanos y de jornaleros, enardecidos por los párrocos de los pueblos, que actuaban como expertos conocedores del terreno y de la táctica de la guerrilla. En nombre de Carlos V (Don Carlos) levantaban partidas de 100  ó 200 hombres y su primera operación era apresar a los más pudientes de un pueblo, exigirles grandes cantidades y repetir tales hazañas a su paso por los pueblos de su ruta. De ahí que el propio Pirala concluyese que la guerra de La Mancha lo era de vandalismo y surgían diariamente nuevos partidarios que, obrando por su cuenta cada uno, se oponían a toda unión que llevara consigo la subordinación a un jefe carlista. Era el suyo el típico talante guerrillero. Muchos de los hombres de aquella lucha habían sido héroes populares de la Independencia: “El Locho”, Isidoro Mir, “Chaleco”, “Chambergo”, Peco, Doroteo, “La Diosa”, Revenga, Paulino, Zamarra, “El Rubio”, “El Presentado”, “Palillos”, “Orejita”.
Este crecido número de guerrilleros, con su individualismo, su personal sentido de la lucha, su improvisación y su indisciplina, explica en parte los continuos tropiezos de la causa carlista en La Mancha y Andalucía, en último término, su fracaso y su carácter de lucha marginal. Esta era la causa de que todo quedara en acciones muy puntuales, seguidas de retirada de los pueblos a los seguros refugios de las sierras, ese laberinto impenetrable con mansiones subterráneas, con despejadas y naturales atalayas, donde puede acampar un batallón en el mismo terreno en  que otro esté oculto con toda seguridad.
En general podemos afirmar que la mayoría de los voluntarios carlistas, al margen de la disciplina de sus jefes, camparon de forma autónoma por amplias zonas del país dedicados al bandidaje y contrabando infundiendo el miedo e inseguridad entre los vecinos de aldeas, villas, y ciudades en su afán de proveerse de medios de subsistencia para su partida.
Los guerrilleros carlistas representaron, sin embargo, un fenómeno a la inversa con unos fines políticos claramente contrarios a la evolución histórica demandada por las clases populares del país. Raramente despertaron las simpatías de los pueblos del valle del Guadalquivir pues su motivación política quedaba lejana de las preocupaciones de la gente común de nuestros pueblos, y sus acciones resultaron ser de puro saqueo, ya que actuaban sin distinción de clases sociales en sus acciones de rapiña, y siendo, en muchos casos, especialmente crueles. Aunque sus objetivos estaban basados en una ideología concreta, la misma que sustentaba unos principios políticos en regiones de fuertes sentimientos forales o nacionalistas como el País Vasco, Cataluña, Navarra o Galicia, donde recaudarían grandes adhesiones. Sin embargo en nuestra región Andaluza, de tradición más liberal, no obtendría ese eco deseado, y por tanto, su fin último  acabó siendo el robo y saqueo de las poblaciones cercanas a Sierra Morena, desde donde actuaron y en donde encontraron seguro refugio tras sus acciones.
El carlismo obtuvo, no obstante,  algunos adeptos en la provincia de Jaén en sectores vinculados a la iglesia como el obispo Diego Martínez Cartón desterrado por los liberales en 1836 al ser considerado carlista. Este tipo de conflictos  entre Iglesia y Estado fueron frecuentes, en tanto y cuanto la Iglesia se consideraba especialmente perjudicada con la pérdida del patrimonio, que le supuso las desamortizaciones de bienes impulsadas por los gobiernos liberales de mediados del XIX; aunque a decir verdad también hubo otros sectores  del clero secular al frente de las parroquias de pueblos pequeños y también de ciudades medianas, que adoptaron una práctica de apoyo incondicional a la reina Isabel II y su causa liberal. No podemos obviar, ni tampoco olvidar, las consecuencias  sociales  que produjeron en pueblos como el nuestro, las sucesivas leyes  desamortizadoras sobre los bienes de manos muertas como capellanías, hospitales y cofradías  desarrolladas  desde finales del XVIII (1798) por el gobierno de Manuel Godoy, y las promulgadas a lo largo del XIX por gobiernos liberales de signo moderado, sobre los bienes del clero regular impulsada por Mendizábal (1836), y de los municipios, del ministro Pascual Madoz (1855). En la mayoría de los casos supondrían la venta al mejor postor de muchos de estos bienes comunales,  que servían de sostén a los sectores más empobrecidos de la población y que casi siempre pasaron a manos de una nueva clase burguesa acaparadora de tierras.
Estos procesos desamortizadores, arriba enunciados, dejaron configurada definitivamente una estructura de propiedad latifundista en el campo andaluz, con nuevas relaciones laborales que acabaron arrojando al paro y desolación a una ingente masa de campesinos, antaño ocupados en el cultivo de terrenos arrendados a bajos precios a  las órdenes religiosas, así como supuso la pérdida del disfrute de los pastos, leñas,  frutos y cereales de las dehesas de propios y bienes comunales de los municipios.
Las leyes desamortizadoras impulsadas básicamente para sanear la hacienda pública, favorecieron la formación de la numerosa clase jornalera campesina andaluza, que desposeída del acceso a los bienes de producción se vería obligada a mercadear su jornal al mejor postor, planteando por ello continuas luchas reivindicativas  para poder subsistir dignamente. Otras propuestas lanzadas desde sectores del liberalismo progresista y defendidas por el diputado Flórez Estrada frente al decreto desamortizador de Mendizábal, de febrero de 1836, intentaron evitar la venta de estos bienes eclesiásticos a nobles y la burguesía adinerada, proponiendo que las tierras se entregasen en arrendamiento, por cincuenta años,  a los mismos colonos que las estaban trabajando para la Iglesia, con la posibilidad de renovación del contrato al expirar dicho plazo de tiempo, pero dichas iniciativas no tuvieron en el Gobierno el éxito demandado por sus patrocinadores. Esta situación de enquistada  penuria económica y falta de libertades, iba a sufrir a lo largo del siglo, coyunturas de crisis políticas  aún más profundas, que empeorarán la vida ya, de por sí, bastante lastrada, de los jornaleros y pequeños artesanos de las zonas rurales.
En nuestra comarca cabe reseñar, a lo largo del XIX, varios acontecimientos relacionados con el bandidaje aunque de naturaleza bien distinta. Por un lado los constituidos por acciones de militares y voluntarios carlistas, entre ellas las comandadas por los jefes carlistas ya mencionados, que se mezclan en el tiempo y espacio geográfico a otras asociadas a un bandolerismo local o regional, de corte más clásico,  y también asociado al contrabando de productos de importación (dicho sea de paso, muy demandados por las clases pudientes de los pueblos  como lo eran tabaco, café, y otros productos de lujo), al robo,  y a la extorsión sobre propietarios agrícolas adinerados o viajeros de alta alcurnia (nobles, comerciantes, etc.) que transitaban  las vías de comunicación más importantes. Sierra Morena no solo se convierte en paradigma del refugio o escondite seguro, tanto de unos como de otros,  sino que fue tradicionalmente la vía más segura del contrabando que desde Gibraltar transitaba hacia la Meseta Castellana.
El contexto social y económico existente a la llegada de la Reina regente, María Cristina de Borbón, no podía ser más calamitoso. Una pertinaz sequía arrastrada desde el año 1833, derivó en una situación catastrófica en el campo en el verano de 1834. Las cosechas de cereales apenas pudieron recolectarse y los olivares mermaron considerablemente sus frutos. Sin apenas cosechas los jornaleros quedaron sin trabajo avocados a la miseria más absoluta. La falta de pan y demás productos básicos alcanzaron entonces precios elevadísimos y pronto el fantasma del hambre asoló a las familias más humildes. Por si fuera poco  entre el 16 junio y el 28 de julio, se desató una cruel epidemia de cólera morbo llevando a la población a la penuria más extrema. La epidemia se extendió como la pólvora por todos los pueblos de la comarca en donde las víctimas mortales  se contaban por cientos, y los afectados por miles.
conviene recordar que desde la guerra contra el francés, las poblaciones ribereñas del Guadalquivir habían sufrido sobre sus precarias economías fuertes imposiciones tributarias para contribuir al sufragio de los gastos que la contienda bélica generó, y su población masculina se vería sometida a reclutamientos continuos con la consiguiente merma de sus efectivos más  jóvenes y  productivos.
También la epidemia asoló a la ciudad de Andújar produciendo estragos entre todos los estratos sociales, inclusive algunas de sus autoridades municipales, como nos apunta Luis Pedro Pérez en “Andújar y el largo siglo XIX”. 
En sus correrías, carlistas y liberales, reaccionarios y revolucionarios, habían atravesado, por primera vez, una Andalucía en la que los viejos reinos de origen medieval habían dado lugar a las modernas provincias  establecidas por el motrileño Javier de Burgos.
Así, inspirándose en el modelo administrativo liberal que ya se había consolidado en Francia y que puntualmente se había ensayado en la España de José I y en las Cortes de Cádiz, el ministro Javier de Burgos había dividido los cuatro reinos andaluces (Córdoba, Jaén, Granada y Sevilla) en ocho provincias cuyos límites se afanaban por construir nuevos equilibrios territoriales y demográficos y respetar las identidades históricas y comarcales fraguadas durante los últimos siglos.
Javier de Burgos, renovador de la Administración del Reino, nacido en Motril.
Una buena parte de esas identidades, sin duda, había nacido de las herencias culturales del pasado, de la conformación del paisaje y de la evolución del doblamiento, pero no había carecido de importancia la forma en que el territorio había sido jurisdiccionalmente administrado y, sobre todo, el modo desigual en que los recursos se habían distribuido y apropiado. A la altura de los años treinta del siglo XIX, la cuestión agraria, o, lo que es lo mismo, el cuestionamiento del desigual reparto de la propiedad de la tierra, de su amortización y de las lacras sociales que con ello se generaban en el pueblo, constituían heridas abiertas que los ilustrados ya habían diagnosticado y que los liberales se afanarían de cerrar o cauterizar a su estilo, se intentaba mejorar la productividad de la tierra, con la puesta en explotación de nuevas tierras; pero no mejoraban los rendimientos de las mismas. Así se intentaba facilitar la distribución del producto para garantizar el abastecimiento del mercado interior y liberando a la propiedad agraria de sus cargas tradicionales y gravámenes fiscales.
En un primer intento y al regular la abolición del señorío jurisdiccional, las Cortes de Cádiz consiguieron inducir un cierto dinamismo al mercado de la tierra, pero el mantenimiento de los mayorazgos y la conversión del señorío territorial en propiedad efectiva impidieron que pudiera procederse, paralelamente , a una mejor redistribución social de la propiedad. En el decreto de 1813, los gaditanos emprenderían también un primer ataque a los bienes de la Iglesia, concretándose en incautaciones de los bienes  de los conventos suprimidos con motivo de los decretos afrancesados o de dotación escasa, los pertenecientes a la extinguida Inquisición y algunos otros vinculados a las órdenes militares, justificando estas medidas con un argumento, que llegaría a hacerse recurrente en el reformismo liberal decimonónico, y que no era otro que la necesidad de sanear la maltrecha Hacienda Pública. 
Decreto de Abolición de la Inquisición en el año 1834.

Anulada la obra legisladora gaditana tras el regreso al poder de Fernando VII, los posibles efectos de estas medidas en el campo andaluz apenas fueron perceptibles, y tampoco lo fue la recuperación de una parte de este ordenamiento durante los años del Trienio Liberal, salvo algunos indicios fragmentarios. La propiedad estaba muy mal repartida y masas de campesinos (en Extremadura, Castilla y Andalucía) trabajaban  recibiendo bajos salarios en los  grandes latifundios de propietarios absentistas, los campesinos andaluces permanecían desempleados en la miseria buscando un jornal o decidiendo  emigrar para escapar  de esa situación de pobreza.
 
 
Video breve sobre las Desamortizaciones tomado del enlace:

Habrá que esperar a la promulgación de los famosos decretos desamortizadores de Mendizábal, para que los efectos de este proceso de desvinculación jurídica, puedan hacerse perceptibles y nos revelen la enorme heterogeneidad de respuestas, que la región andaluza proporcionó.    
El 19 de febrero de 1836 empieza el proceso desamortizador promovido por el primer ministro Juan Álvarez Mendizábal. En el momento de su  llegada al poder, el año 1835, dos son los graves problemas que tiene ante sí. El estado tiene una enorme deuda pública y la guerra entre carlista e isabelinos. Para la solución de ambos se necesitan enormes cantidades de dinero y una de las soluciones fue precisamente la de la desamortización. Esta contempla, entre otras medidas, la disolución de las congregaciones religiosas y el paso de todos sus bienes al patrimonio del estado, para una venta posterior en subasta pública. Con estas ventas se pretende que se compre deuda pública para el pago de estos bienes y disminución de la deuda y por otra parte  dinero para el pago de la  movilización de nuevos soldados para terminar la guerra. La medida no dio los resultados esperados, la deuda continuó siendo enorme, se reclutaron nuevas quintas y la guerra no finalizó.
En el caso de las propiedades nobiliarias afectadas por la ley de 26 de agosto de 1837, las provincias de Sevilla, Cádiz y Huelva presentaron una evidente reactivación de las ventas, que permitió a las grandes familias propietarias hacerse con una liquidez económica, que las protegió frente a la crisis económica originada en 1834-1836 y que les ayudó a diversificar ocasionalmente sus nichos de inversión. Sin embargo, el contrapunto, lo encontramos en Córdoba, donde algunos grandes apellidos aprovecharon la coyuntura, que se les presentaba para reajustar y depurar su propiedad de forma especulativa, es decir, deshaciéndose de sus tierras más improductivas para ir acumulando, en cambio, las tierras de secano, que garantizaban una renta razonablemente estable, o las fincas de olivar, que gozaban de expectativas muy halagüeñas; o, incluso, como en Puente Genil, empleadas para ampliar sustantivamente sus posesiones. Toda esta variedad de circunstancias, actitudes y orientaciones multiplica la disparidad de los resultados obtenidos, pues aunque es cierto que el mercado de la tierra y la propiedad se movió muy intensamente en Sevilla a partir de 1835, no lo fue menos el hecho de que la venta de grandes lotes derivó en un incremento de muchas fortunas de los grandes terratenientes.
Hemos de entrar en la cuenta de que las cifras globales esconden realidades muy distintas. En provincias como Sevilla, Granada, Jaén o Córdoba, la tierra perteneciente al clero secular no solo era abundante, sino también rica, y llegó a venderse en proporciones superiores al 70%; mientras en Huelva, Cádiz, Málaga y Almería el escaso patrimonio puesto a la venta y su menor valor dificultó el proceso ralentizándolo aún más y dejando sin comprador a una buena parte del patrimonio expropiado. En Jaén, Granada, Huelva y Sevilla, puede afirmarse que la incidencia de la desamortización eclesiástica fue prácticamente nula, en cuanto a mejorar el reparto de la propiedad y generar un segmento notable de mediana propiedad; en Córdoba, algunas comarcas vieron reforzada su tendencia latifundista, mientras que en otras comarcas como Montilla consolidaron un minifundio de larga raigambre, y en Almería el predominio del minifundismo tampoco sufrió menoscabo digno de mención.




















Desamortizadores Mendizábal en 1836 y Espartero en 1841
Las desamortizaciones acometidas por Mendizábal en 1836 y por Espartero en 1841, alimentadas con los precedentes referidos antes, asestaron un último y decisivo golpe a la propiedad eclesiástica, englobando a la totalidad de los bienes conventuales y de las órdenes religiosas, así como la mayoría de los bienes del clero secular. En general, aunque la información disponible es muy fragmentada, podríamos afirmar que tuvieron un ritmo muy retardado, y que pocas veces alcanzaron todo lo expropiado, especialmente en el caso de los bienes seculares.
En el año 1845 ya se habían vendido 20.000 fincas y con un alto valor de remate, pero quedaban por vender más de 16.000 y este proceso se prolongó hasta diluirse en la desamortización general decretada por Madoz en 1855, desamortización ésta en la que la reestructuración de la propiedad agraria tuvo una nueva oportunidad y, así, la presión social, que comenzaba a ejercer un campesinado mayoritariamente analfabeto y dependiente del capital, pudiera aliviarse.
La mayoría de los estudios realizados hasta ahora muestran como los beneficiarios directos de la desamortización fueron; en primer lugar un grupo de especuladores o profesionales de la subasta; en segundo lugar los grupos típicamente burgueses de comerciantes, funcionarios, industriales y políticos. Junto a ellos también compraron bienes desamortizados las clases medias rurales y los hacendados, persistiendo algunos compradores nobles y clérigos progresistas. Aunque también un reducido grupo de trabajadores pudo llegar a ser propietario aunque esta no fuese la tónica general.
Tomás y Valiente afirma que sí existió una revolución burguesa:”Frente a quienes niegan la existencia de una revolución burguesa en España, pienso que ésta se produjo, si bien no como un acontecimiento catastrófico y fulgurante, sino como un proceso intermitente, incompleto e incluso desviado o atípico respecto a cualquier posible y foráneo modelo” (Tomas y Valiente, 1978:15).
Richard Herr considera que la desamortización española, a pesar de que estuvo de acuerdo con la doctrina económica del liberalismo, no formó parte de una inexistente revolución burguesa. Herr afirma que “El liberalismo clásico no tenía signo de clase social, sino que servía de provecho a cualquier grupo que pudiera beneficiarse del libre empleo de los factores de producción. En un país agrario, éstos no eran tanto los comerciantes y fabricantes como los que ya tenían interés en la tierra” (Herr, 1974: 86) Este autor deja entrever que aquellos cuya fortuna procedía del campo no eran burgueses. Aquí se encuentra el punto de mayor controversia con el resto de autores. La dificultad estriba en que no existe un criterio común entre los historiadores para llegar a delimitar quienes eran los burgueses. Herr ha planteado la cuestión aplicándola al caso concreto de los compradores de la desamortización. Mantiene que, si por burgueses se entienden aquellas personas cuya fortuna procede del comercio o la industria, la mayor parte de los compradores de bienes desamortizados no pueden considerarse sino propietarios antiguos de tierras. Herr ha encontrado otra clase como la impulsora del proceso desamortizador, la llamada “élite hidalga” y en ella incluye al clero secular consideración que supone toda una innovación. Por otra parte, la afirmación de que estos hidalgos fueron los grandes beneficiarios de la desamortización de Carlos IV tal vez tenga validez para los estudios que Herr realizó sobre la desamortización de Salamanca y Jaén. Sin embargo habría que estudiar si tal afirmación puede generalizarse al resto de las provincias y también incluso si en las provincias citadas el proceso desamortizador tuvo esa tónica todos los años. 
Para contrastar su hipótesis Herr se basa en los estudios realizados por Lazo Díaz en la provincia de Sevilla, de Vicente Cámara Urraca y Domingo Sánchez Zurro en los alrededores de Valladolid y por último de José Extramiana en la provincia de Álava.
No debemos de olvidar, que el pago de los bienes se hizo, en su mayor parte, con títulos de  deuda pública y los tenedores de éstos títulos, no cabe identificarlos con los terratenientes rurales, tal como hace Herr, sino más bien con comerciantes o profesionales típicamente burgueses e incipientes capitalistas. Aun así, aunque los adquirientes de bienes desamortizados fuesen, como es la hipótesis de Herr, antiguos propietarios de la misma zona en donde se desamortizaron las tierras, al pasar estas de manos muertas a los nuevos compradores, se creó una propiedad agraria nueva: la propiedad burguesa. De este modo quienes adquirieron tierras desamortizadas comenzaban a ser burgueses.
Técnicamente el programa desamortizador consistía en entregar las tierras en arrendamientos enfitéuticos por un plazo de cincuenta años a las mismas personas que trabajaban las tierras a la Iglesia, con la posibilidad de renovar el contrato. Así todas las familias de clase proletaria pasarían a ser dueños del dominio útil de la tierra que cultivasen.
Tomás y Valiente, sin perjuicio de reconocer la originalidad de las proposiciones de Herr, no parece estar de acuerdo con las mismas, al olvidar que en la España del siglo XIX había núcleos burgueses y afirmar que las personas con capital disponible para comprar tierras eran los propietarios rurales, ello implica una simplificación difícilmente admisible. 
 Para Tomás y Valiente, el modelo de desamortización de Mendizábal en Salamanca muestra como los beneficiarios de la desamortización no fueron otros que los poseedores de títulos de deuda, o mejor, aquellos capaces de adquirirlos en el mercado de deuda, es decir la burguesía  o la nobleza, que invirtió su dinero mediante operaciones que no siempre estaban dentro de la ley. El ejemplo es esclarecedor, porque muestra como incluso a quienes no tenían títulos en su poder, les convenía realizar el pago aparentemente en títulos, aunque en realidad lo hiciesen en dinero, y no por la cuantía del precio de remate sino en cantidad suficiente para comprar títulos. La hipótesis de Tomás y Valiente  se repite en la mayor parte de los trabajos sobre la desamortización; en Navarra Donézar aporta gran cantidad de datos de los que se extrae la conclusión de que los principales beneficiarios  fueron las clases medias y altas. La mayoría de los compradores fueron navarros, siendo el 90% de los mismos electores, es decir, pertenecientes a una minoría selecta dentro de la sociedad, con 81 que eran altos cargos militares, nobles, titulares de cargos provinciales o municipales o máximos contribuyentes navarros.
Simón Segura hizo el estudio de la desamortización en Madrid, donde hubo un gran número de pequeños  compradores, 578, que adquirieron una o dos fincas. Entre los adquirentes destacaron 79 que compraron el 58% de la superficie de las tierras. Estos compradores eran en su mayoría personas con profesiones liberales o bien terratenientes, clase media y burguesía, que con la desamortización, y debido a que las fincas con el transcurso de los años se revalorizaron, atravesaron una coyuntura favorable, que les afirmó definitivamente en su posición y les permitió situarse en posiciones superiores. Merino Navarro efectuó el análisis de la desamortización de Mendizábal en Extremadura y según éste como fenómeno general compraron las personas que ya tenían posición. María José Gimeno Pascual destaca el relevante papel que ejerció la burguesía en la provincia de Segovia como primer grupo comprador, en el que comerciantes y fabricantes fueron los verdaderos protagonistas, a sus manos fueron a parar las tierras de mejor calidad, mientras que los labradores compraron tierras más baratas haciendo unos remates más ajustados a las tasaciones.
En Málaga se vendieron un total de 518 fincas urbanas que fueron adquiridas por 183 compradores. Cabría pensar que existió dispersión en las compras entre un elevado número de compradores; pero la realidad no fue esa, ya que un 14,7% de los compradores adquirieron el 47,8% de las fincas. En este caso existió una concentración de las compras en un reducido número de adquisidores, lo que parece indicar que su motivación esencial no fue otra que la de utilizar estas fincas con fines comerciales, un hecho que queda contrastado a la vista de las profesiones de los compradores. La burguesía comercial e industrial malagueña fue quien desembolsó un porcentaje mayor al del resto de los compradores, ya que a pesar de tener estos compradores otra ocupación principal no desdeñaron la construcción como negocio complementario o para disfrute personal. De todos los compradores malagueños de bienes nacionales fue Manuel Larios Herreros el que más dinero invirtió, provocando una revolución del suelo urbano de tal forma que la burguesía que había tenido puestos los ojos en el campo, puso la vista en le explotación de las propiedades urbanas bien para usarlas como almacenes, lugares donde comenzar un nuevo negocio o para el arriendo. En Málaga las propiedades urbanas que el clero poseía no eran tan importantes en número como en valor, por cuanto gozaban de excelente situación los edificios y eran de gran calidad su arquitectura. En cambio las viviendas en propiedad eran casi inexistentes para la clase menos pudiente.

 
Desde su establecimiento en 1833, el régimen liberal había optado por una opción doctrinaria, que esencialmente, se tradujo en la implantación del sufragio censitario, es decir, en la concesión del voto únicamente a aquellos individuos o ciudadanos varones que acreditasen disponer de unos elevados niveles de renta, por lo que desde un punto de vista político, la posible presión política de una sociedad predominantemente campesina, había sido obviada por la ley y los políticos de turno. Con el sufragio censitario y con mayor o menor rigor, los requerimientos económicos y capacitarios, exigidos a los futuros votantes, dejaron fuera de la participación política a un altísimo número de andaluces, limitando la posibilidad de expresarse políticamente, pues sólo alcanzó el voto a un estrecho segmento de la población que osciló entre el 0,7 y el 2,2% de la población de nuestros pueblos. Los severos requerimientos impuestos a los futuros electores y elegibles hicieron que sólo las oligarquías andaluzas  y un cierto número de otros profesionales, como prósperos industriales o comerciantes pudieran alcanzar escaños parlamentarios. La clave era que todos los instrumentos del Estado, fueron dispuestos a su disposición para que, solamente pudieran ostentar la representación política individuos extraídos de las élites, líderes teóricamente independientes y supuestamente personas a las que, en exclusiva, se les atribuía la capacidad (de ahí lo de capacitarios) de conducir a la sociedad hacia un progreso paulatino y ordenado. A ellos les correspondía la defensa de valores incuestionables como la familia, la propiedad o la autoridad, hasta el punto que la cultura política generada en torno a los mecanismos  de representación política llegó a legitimar el recurso sistemático de los electores y elegibles al fraude electoral, y también la intervención estatal en los comicios, y el uso generalizado del clientelismo para garantizar las victorias electorales de los grupos asentados en el poder.  Quiere decirse con esto que ya en estos años, y de una forma profusa en su uso, Andalucía y sus pueblos vivieron la expansión del caciquismo gubernamental, maniobrado por jefes políticos o gobernadores civiles, y la generalización de las prácticas caciquiles y clientelares entre los notables de cada pueblo y provincia estuvieron a la orden del día.
El poder del cacique sirvió para definir, con un matiz indudablemente peyorativo a las elites políticas locales que no solamente ejercieron un poder político con carácter dirigente, sino abusivo y monopolístico. El poder del cacique pudo nacer de varias fuentes: indudablemente la economía en una de las más fuertes para su toma de fuerza, pero también lo es el ejercer con sus representados un cierto patronazgo que convierte a los demás en clientes. El modelo del cacique es, ante todo, el de dispensador de favores que abarcan una amplia gama que va desde la simple recomendación para el puesto de cartero rural, hasta la construcción de una carretera para el distrito que el cacique representa, pasando por los nombramientos de los cargos políticos, administrativos, judiciales e incluso eclesiásticos. El clientelismo es incompatible con la movilización política de las masas sociales. El carácter clientilistico de la política a nivel local en los pueblos deriva el hecho de la corrupción, la corrupción se convierte así en la esencia del sistema clientelar no es una desviación del camino. El tipo de política clientelista ha existido siempre pero lo verdaderamente característico del sistema caciquil español es que estaba tan arraigado que llegaba a impregnar toda la vida pública y de la perdida de la ideología de la población a nivel local, dándose por tanto la realidad de que los partidos políticos no existían de hecho los partidos políticos existentes no eran solamente partidos de masas, sino tampoco eran partidos de notables, con  lo que los partidos conservadores y liberales de este tiempo se convertían en grupos de “tertulias caciquiles”. El desarrollo de los partidos en el marco de este sistema dio lugar a un tipo de “partidos de turno”, cuyos representantes más claros y netos fueron el Partido Conservador y el Partido Liberal (Tuñon de Lara, M.: (1976).    
El sistema caciquil, como sistema de vida política española de comienzos del siglo XX, hay que entenderlo, como advierte acertadamente Tussell, no como una creación de la Restauración, sino más bien una herencia del pasado y , además , una herencia que se adaptaba perfectamente a la base social de la política existente en España desde 1876 hasta 1900” El sistema caciquil tiene, por lo tanto, que ser considerado, a comienzos del siglo XX, como un residuo difícil de extinguir, pero ya en crisis, mucho más que como productor de la voluntad de los creadores del sistema político de la Restauración, pensamos al respecto que no sólo es una herencia del pasado, sino que su permanencia en el tiempo corresponde perfectamente con las condiciones existentes de base.
Granada 12 de Enero de 2015.
Pedro Galán Galán.
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191 comentarios:

Rafael Martínez dijo...

No fueron pocos en el Reino de Jaén, los que a iniciativa propia y juntando partidarios, se echaron al monte. Fueron muchos los que destacaron. Se conservan sus nombres en los bandos que una y otra vez se hacían públicos en los pueblos, con el propósito de capturarlos: "Vivos o muertos". Todavía podemos recordar a José de la Cruz Méndez, apodado "Abilés", que actuaba también por los pueblos de Córdoba; Antonio Monzón "El valenciano"; Ramón Rodríguez Cano, alias "La Diosa"; Pedro Muñoz, que era conocido como "Pedro el de los Frailes"; Agustín Lara "El Pellejero"; Perfecto Sánchez; Maza; Morillas; Antonio Jódar; Antonio García de la Parra alias "Orejita"; Manuel Adamé "El Locho" y José Fernández "Parrón". La zona más caliente estaba en las inmediaciones de la capital de la provincia por la zona de La Manchuela (actual Mancha Real) y la zona de la provincia de Jaén colindante con Córdoba, en uno de cuyos pueblos, Torredonjimeno, había nacido Miguel Gómez Damas. Todos hacían la guerra de guerrillas, hostigando a los ejércitos del Gobierno cristino y, también digámoslo así, asaltando los caminos. Algunos fueron abatidos en el monte. Otros apresados y muchos de ellos aprovecharon el paso de la Expedición Gómez para incorporarse a ella y partir hacia el Norte, continuando la guerra encuadrados en las filas carlistas hasta la traición de Maroto en el “Abrazo de Vergara”.
Rafael Martínez.

Francisco de Paula Hernández dijo...

La desamortización española fue un largo proceso histórico, económico y social iniciado a finales del siglo XVIII con la denominada «Desamortización de Godoy», aunque hubo un antecedente en el reinado de Carlos III de España, y cerrado bien entrado el siglo XX. Consistió en poner en el mercado, previa expropiación forzosa y mediante una subasta pública, las tierras y bienes que hasta entonces no se podían enajenar y que se encontraban en poder de las llamadas «manos muertas», es decir, la Iglesia Católica y las órdenes religiosas, que los habían acumulado como habituales beneficiarias de donaciones, testamentos y abintestatos, y los llamados baldíos y las tierras comunales de los municipios, que servían de complemento para la precaria economía de los campesinos. Dicho con las palabras de Francisco Tomás y Valiente, la desamortización española presentó "las características siguientes: apropiación por parte del Estado y por decisión unilateral suya de bienes inmuebles pertenecientes a «manos muertas»; venta de los mismos y asignación del importe obtenido con las ventas a la amortización de los títulos de la deuda".
Francisco de Paula Hernández.

Javier Extremera dijo...

Si bien el carlismo histórico tuvo sus feudos en las provincias vascongadas, en el reino de Navarra y en el Maestrazgo, ha pasado desapercibido para la historia oficialista que muchas otras zonas de España fueron canteras carlistas sin explotar. Todas las expediciones de la primera guerra carlista, fuera de los bastiones tradicionalistas, tuvieron como finalidad estratégica la de allegar voluntarios a la Causa que con tanta fe y sufrimiento llevaban los carlistas del Norte. Aquellas incursiones pretendieron sumar voluntades, sumar provincias, alzándolas al grito de Dios, Patria y Rey. Una de las expediciones más sonadas de aquella primera guerra fue la protagonizada por el general andaluz D. Miguel Gómez Damas. He aquí un carlista y andaluz, que al mando de los bravos vascones y navarros logró por seis meses hacer que se tambaleara el gobierno cristino y los intereses de la banca extranjera.
Javier Extremera.

Manuel Mérida dijo...

Miguel Sancho Gómez Damas, el general carlista que se cita en el artículo, nació el día 5 de Junio de 1785, en el domicilio de su abuelo materno, sito en la antigua calle San Juan que hoy lleva el nombre de calle General Gómez de la villa de Torredonjimeno, hijo del matrimonio tosiriano (tosirianos son llamados los nativos de Torredonjimeno) formado por Juan Francisco Gómez Gómez y Juana José de Damas Hermoso. Era Torredonjimeno en aquellos entonces una de las villas que formaban parte de la encomienda de Martos de la Orden de Calatrava.
Manuel Mérida.

Manuel Ángel Pérez dijo...

El siglo XIX español presenta unas características socioeconómicas y políticas tan diversas que lo convierten en uno de los periodos más convulsos de la historia. De forma paralela a estos acontecimientos históricos se producen las diferentes desamortizaciones eclesiásticas, diversas leyes decretadas durante distintos gobiernos que provocan una pérdida en los bienes inmuebles y muebles eclesiásticos sin precedentes.
Si bien el fin principal de estas políticas desamortizadoras era sanear la deuda de la hacienda pública y financiar gastos de las sucesivas guerras y conflictos, el resultado final fue la pérdida de un ingente patrimonio artístico en toda la Península.
Manuel Ángel Pérez.

Julia Aguilera dijo...

Cuando se analiza este periodo histórico, de inicio del segundo tercio del siglo XIX, con frecuencia se olvida que el siglo XVIII en España finaliza en medio de una crisis política y económica, agravada por las sucesivas guerras en las que está inmerso el país. El primer tercio del siglo XIX sigue prolongando esta fase decadente, sucediéndose diversos sucesos internos como la Guerra de la Independencia, la Restauración Fernandina, el Trienio Liberal, la Década Ominosa y las Guerras Carlistas. Del exterior se habían independizado algunas colonias americanas, con las consecuentes perdidas del comercio y la subordinación a las políticas de las nuevas potencias europeas. Este país presentaba un aspecto decadente, deprimido, que se refleja en la continua confrontación entre el Antiguo Régimen y la Revolución, entre la creación de un estado liberal fundamentado en la Constitución y, por otra parte, la liberalización de las relaciones económicas para eliminar los obstáculos que impedían el crecimiento de la población.
Julia Aguilera.

Juan Luis Palacios dijo...

Andalucía en el primer tercio del siglo XIX, tendrá una importante significación política, y sufrirá directamente las dificultades económicas. Políticamente destaca el decisivo papel de las Cortes de Cádiz y los liberales andaluces en el proceso de la revolución burguesa. En el ámbito socio-económico, Andalucía atraviesa en este primer tercio del siglo una época de epidemias diversas como la fiebre amarilla, malas cosechas y hambrunas, todo lo provocaría una gran mortandad, afectando a su población y a la actividad económica de sus pueblos y ciudades.
Por otro lado las guerras y conflictos internos, dificultan la recuperación económica de la región. Todo en conjunto resultó un fracaso en la agricultura y en su impulso industrializador, desbaratando la estructura comercial.
Juan Luis Palacios.

Carmen dijo...

Muchas gracias Pedro, me alegro del trabajo que realizas sobre tu pueblo y me parece muy bien:saludos
Carmen Calero.

Francisco José García dijo...

Según ha escrito Nadal, desde 1833 en adelante el empresario andaluz Heredia es, por encima de todo el más destacado empresario de la Península. Por la complejidad de sus negocios, por el volumen de la producción de sus fábricas, por el número de trabajadores empleados, que de él dependían, por su presencia y éxito en todos los frentes, Heredia figura a la cabeza de los hombres de empresa de la Península. Las ferrerías malagueñas, una vez superados los obstáculos y dificultades iniciales, y beneficiándose de la paralización impuesta a las fábricas de Vizcaya por las guerras carlistas, conocieron su mejor época. La producción no dejó de incrementarse hasta el punto de que los hierros andaluces llegaron a suplantar a los del norte en el mercado nacional. En el año 1840 Manuel Agustín de Heredia se había convertido en el primer ferretero español.
Francisco José García.

Daniel González dijo...

Como bien refleja Pedro en esta nueva entrega en el blog, durante esta etapa se suceden varias desamortizaciones, pudiéndose considerar como la primera de ellas la efectuada en el patrimonio de los jesuitas a raíz de la Pragmática Sanción de Carlos III (1767), que supuso la expulsión de los religiosos de los territorios hispánicos, pasando su patrimonio a manos de la Corona. A pesar de ello, se puede decir que hasta 1808 el patrimonio español se había mantenido prácticamente intacto; no obstante, la Guerra de la Independencia supuso el cierre de la Real Academia de San Fernando, por estar vinculada a la monarquía exiliada, y no quedó, por tanto, personal competente para defender los bienes culturales del Reino.
Daniel González.

Carmen Montoro dijo...

La Guerra de la Independencia y el cierre de la Real Academia de San Fernando, propició la pérdida de numeroso patrimonio artístico de la Iglesia en España, con lo que podemos decir que el primer patrimonio afectado fue el eclesiástico. Las medidas anticlericales tomadas por José I Bonaparte en 1809 supondrían una desamortización sin precedentes: conventos e iglesias fueron suprimidas, monasterios exclaustrados y los bienes enajenados. Era una medida simbólica, se deseaba acabar con uno de los emblemas del Antiguo Régimen, pero sobre todo, era una medida económica: traspasar recursos humanos y bienes inmuebles de la Iglesia, especialmente edificios y solares al Estado. Era un paso político importante, que abría camino a cualquier otra reforma posterior. Por tal motivo, muchos ilustrados colaboraron con el nuevo gobierno, creándose incluso un Ministerio de Asuntos Eclesiásticos para dirigir el proceso. Sin embargo, este organismo cedió al Ministerio de Interior el destino de los fondos bibliográficos, artísticos y científicos de los establecimientos clausurados.
Carmen Montoro.

Mateo Pareja dijo...

Miguel Sancho Gómez Damas, siendo mozo marchó a Granada para estudiar Derecho, pero cuando en mayo de 1808 el pueblo de Madrid se levanta en armas contra las tropas invasoras de Napoleón, Miguel Gómez Damas abandona sus estudios y es el primero en presentarse ante el Duque de Montemar con el objeto de servir a la Religión, a la Patria y al Rey. Tiene 23 años de edad. El día 9 de junio de 1808 ingresa como subteniente, teniendo el honor de participar en la gloriosa Batalla de Bailén. En el curso de la Guerra de la Independencia servirá a España en el empleo de primer Ayudante en el Regimiento de Infantería Ligera de Tiradores de Sigüenza, tomando parte en varias acciones bélicas hasta que el 21 de julio de 1812 es capturado por los franceses en Castalla. Prisionero del enemigo es conducido a Francia y confinado en el depósito de prisioneros de Autum de donde logra evadirse para, una vez en España, presentarse ante D. Francisco Javier de Elío, general en jefe del 2º Ejército, y pedir nuevamente un puesto en primera línea de combate. En septiembre de 1812 se gradúa como capitán, retirándose del servicio activo el 8 de mayo de 1816.
Mateo Pareja.

Carlos Peña dijo...

Con la exclaustración de los conventos comienza el expolio y el caos para tan rico patrimonio cultural español: los bienes fueron incautados, los objetos eran robados en los traslados o sufrían desperfectos; el Ministerio del Interior incluso agravó más la pérdida documental al utilizar pergaminos y libros en la fabricación de piezas de artillería. Se denunció la inutilidad de redactar inventarios de los bienes (aunque sí fueron útiles para poder calcular el patrimonio perdido durante la Guerra de la Independencia). La desamortización no fue más que una empresa con fines financieros.
Carlos Peña.

Silvia Navarro dijo...

El gobierno autoritario de Fernando VII y la grave situación económica provocaron una revolución liberal en 1820, así como una nueva desamortización para nacionalizar los bienes de la Iglesia y paliar la deuda pública del Estado. El decreto de 1 de octubre de 1820 suprimía, con alguna excepción, todos los conventos con menos de 24 religiosos y prohibía que una misma población tuviera dos conventos de la misma orden. Se expropiaron los bienes de las congregaciones suprimidas y se ordenó a los jefes políticos provinciales realizar un inventario de los bienes (pero, al igual que sucedió durante la época del gobierno francés, no se tuvo en cuenta los bienes inmuebles).
Silvia Navarro.

Emilio José Lara dijo...

Durante el Trienio Liberal fueron nacionalizadas en Andalucía 7222 fincas, con un valor de tasación de 194.934.041 reales, que rentaban anualmente 4.085.593 reales. Se trató de una desamortización eminentemente eclesiástica.
En la Década Ominosa uno de los pocos gabinetes académicos con actividad fue el Gabinete de Antigüedades. En 1830 realiza un proyecto que pretendía reunir en el edificio de la Academia de la Historia todas las piezas arqueológicas dispersas en Madrid para formar el primer Museo Español de Antigüedades. El fin del absolutismo acabó con estos propósitos.
Emilio José Lara.

Ramón Carreño dijo...

La I Guerra Carlista (entre 1832 y 1839) acrecienta aún más el deterioro de la nación, y ello afecto, como no, a numerosos edificios históricos. Con el fallecimiento de Fernando VII en 1833 retornan a España una generación de jóvenes liberales que aportan las ideas del Romanticismo, movimiento con el que habían contactado durante el exilio de la mayoría en Francia. Entre las nuevas ideas que aporta el Romanticismo se exigía liberar la historia y el arte, para convertirlos en el motor que cambiarían las estructuras tradicionales. Durante los años 1833 y 1844 en que los liberales construían un nuevo estado español, la gestión del patrimonio histórico y artístico se fue incorporando al sistema, en un proceso inspirado en el que Francia había pasado durante los últimos cuarenta años.
Ramón Carreño.

Simeón Rayo dijo...

El liberal Francisco Martínez de la Rosa dimite de su cargo como presidente del gobierno en 1835 durante la regencia de María Cristina, por las presiones populares y las escasas victorias militares en las guerras carlistas; fue sustituido por José María Queipo de Llano, Conde de Toreno.
Toreno nombra al político liberal gaditano Juan Álvarez de Mendizábal como Ministro de Hacienda en junio de 1835. Y apenas un mes más tarde de tomar el cargo, suprime la orden jesuita el 4 de julio (que había sido restaurada en tiempos de Fernando VII), y traspasa sus bienes al estado. El 25 de julio de 1835, Toreno decreta una ley marco inspirada en el Trienio Liberal, con la que quedan suprimidos todos los conventos y monasterios con una ocupación inferior a doce religiosos, y que afectaría a 900 centros religiosos aproximadamente. Esta ley es ratificada por una nueva de 8 de marzo de 1836, que define en sus cincuenta y cinco artículos como se llevaría dicha supresión.
Saludos.
Simeón Rayo.

Rafael Araujo dijo...

Manuel Agustín de Heredia poco antes había iniciado su expansión hacia otro ramo de la metalurgia, la industria del plomo, comprando en 1837 la fundición de plomo llamada San Andrés en Adra, cuyas bases había puesto la Casa Rein y Cía. del comercio de Málaga y posteriormente había pasado a manos de Collman, Lambert and Co. de Londres. En poco tiempo, la fundición de Adra se convirtió, igualmente, en un establecimiento modelo entre los españoles de su clase.
Por las mismas fechas es dueño Heredia también de dos fábricas de jabón situadas en el barrio malagueño del Perchel y, en 1841, se presenta como propietario de doce buques entre fragatas y bergantines que hacen la carrera de las Américas hasta el océano Pacífico.
Rafael Araujo.

Agustín Gutiérrez dijo...

Un manifiesto del 1 de septiembre de 1835 no reconoce la autoridad del Conde de Toreno. Ante el levantamiento de las juntas andaluzas, Toreno las disuelve calificándolas de usurpadoras del poder real y declarándolas ilegales. Las juntas, mediante documento firmados por representantes de todos los estamentos, deciden rebelarse como respuesta y desafío al decreto de Toreno al considerarlo culpable de todos los males que aquejaban a la nación. En los primeros días de septiembre de 1835 se constituye en Andújar el cuartel general militar de las tropas insurrectas. Ese decreto tuvo como único efecto la intensificación del movimiento revolucionario en toda España. En Cádiz se declara a Toreno " reo de alta traición".
Agustín Gutiérrez.

Elías Osorio dijo...

Miguel Gómez (1785-1850) nació en 1785 en Torredonjimeno en (Jaén), fue militar de carrera, durante la Guerra de la Independencia, hecho prisionero y conducido al Norte de Europa donde estuvo hasta que finalizó el conflicto. Fue recompensado con el grado de teniente, con el que sirvió en el regimiento de infantería de Saboya.
Durante el Trienio liberal se sublevó y se unió a Zumalacárregui en Navarra, alcanzando junto a él el grado de capitán.
Al estallar la Primera Guerra Carlista volvió a unirse al de Ormaiztegi, que lo nombró jefe de su Estado Mayor. Participó junto a él en los combates de Nazar y Asarta, Vitoria y Alsasua, entre otros. En 1834 escoltó a Don Carlos hasta que fue nombrado Comandante General de Vizcaya. Paso luego a ocupar el mismo cargo en Guipúzcoa, siendo ascendido a Mariscal de Campo por su comportamiento en Guernica y la toma de Tolosa.
Elías Osorio.

Jimena Montero dijo...

En los últimos años de su primera etapa militar, Gómez se había hospedado en Huete, en casa de Doña Mercedes de la Encina, viuda de D. Diego de Parada. Su anfitriona concibió esperanzas matrimoniales con el joven y apuesto oficial, pero éste había puesto sus ojos en la hija de ésta, doña Vicenta de Parada, con quien se desposará en diciembre de 1815 en la madrileña iglesia de San Martín.
Una vez licenciado, el 3 de febrero de 1818 don Miguel y doña Vicenta están en Torredonjimeno y comparecen ante don José García y Perales, prior de la Iglesia de Santa María de la Concepción de la villa, para verificar su velación y bendición en la patria natal de D. Miguel.
El matrimonio se afinca en la ciudad de Jaén en donde D. Miguel Gómez desempeñará el puesto de administrador de bulas. Pero la paz dura poco. El liberal Rafael del Riego se subleva contra la monarquía absolutista de Fernando VII, y se instaura el llamado Trienio Liberal (1820-1823). El tosiriano, convencido defensor de la causa absolutista, pasa a actuar en la sombra conspirando contra el sistema liberal desde abril de 1822.
Jimena Montero.

Lucas Villegas dijo...

Miguel Gómez Damas, que según refiere Rahden, era rubio y tenía los ojos azules, el joven, tal como se ha dicho, comenzó a estudiar Derecho en Granada, pero abandonó los estudios tras el alzamiento español contra la ocupación francesa de 1808. El 9 de junio de 1808 ingresa como subteniente en el ejército y participa en la batalla de Bailén. Toma parte en otras acciones bélicas hasta que el 21 de julio de 1812 es capturado por los franceses en Castalla. Es enviado prisionero a Autun (Francia) pero logra escaparse y vuelve a incorporarse al ejército. En septiembre de 1812 ya es capitán. Se casó en Madrid con Vicenta de Parada en 1815. Poco después se retira del servicio activo el (8 de mayo de 1816).
Lucas Villegas.

Paco Almendros dijo...

Con Manuel Agustín de Heredia estamos ante uno de los personajes sin duda más destacados en el proceso industrializador andaluz durante la primera mitad del siglo XIX. Conviene darlo a conocer como parte de la deuda contraída con hombres que dedicaron toda su capacidad empresarial a dinamizar procesos creadores de riqueza, en los ámbitos geográficos en los que el destino quiso que quedaran enraizados
Solo las ferrerías de la Concepción y de la Constancia de Manuel Agustín de Heredia, proporcionaban trabajo a casi 2000 personas a principios de los años cuarenta y a unas 2500 personas a fines de la misma década. Si a estas cifras añadimos el número de operarios que trabajaban en la fundición de Adra, en las fábricas de jabón, casa de comercio, etc. comprenderemos con exactitud las palabras de Heredia cuando en 1841 presumió de ocupar el mayor número de brazos que alimentara jamás un particular en estas provincias.
Saludos para todos los lectores.
Paco Almendros.

Laura Castaño dijo...

El día 14 del mes de septiembre de 1835, Mendizábal se hace con la presidencia del gobierno, profundizando aún más sus políticas. La constitución del gabinete de Mendizábal apaciguaba Andalucía, pues su ejército se había puesto a disposición del gobierno para erradicar el carlismo e instaurar un régimen liberal adecuado a los intereses de la burguesía nacional. La Junta Suprema de Andújar se disuelve el 18 de octubre de 1835.
Una nueva desamortización da comienzo con el decreto del 11 de octubre de 1835 y que supondría reducir el número de conventos que aún permanecían abiertos. Quedaban suprimidos conventos y congregaciones religiosas, exclaustrando a sus miembros sin más motivos, y negando la prestación de servicio de auxilio social como era el cuidado de enfermos o la enseñanza a los pobres. De este decreto quedaban exceptuadas órdenes como la de San Juan de Dios y los Misioneros Filipinos, al ser tenidos como útiles en sus funciones por la ideología liberal como servicios estatales de beneficencia.
Laura Castaño.

Marcos Ibáñez dijo...

Miguel Gómez, defensor acérrimo de las ideas absolutistas, comienza a conspirar contra el gobierno liberal. Intenta sublevar al regimiento provincial de Jaén pero no lo consigue. Como consecuencia de este acto, tiene que abandonar Jaén. Gómez intenta por todos los medios sublevar al regimiento provincial de Jaén, pero no lo consigue. Habiéndose percatado de que está bajo vigilancia decide salir sigilosamente de la capital de la provincia antes que dejarse apresar por el enemigo bajo la acusación de maquinar contra el gobierno liberal. Para su escapatoria malvende su hacienda y tiene que dejar a su esposa al cuidado de la parentela residente en Torredonjimeno. Doña Vicenta será acogida en la casa de los padres de Gómez hasta que pueda reencontrarse con su marido en mejores circunstancias.
Marcos Ibáñez.

Manuel Jesús Castillo dijo...

La industrialización llegó a España como un fenómeno tardío y con escasa intensidad. Es menos sabido que en los comienzos de la Edad contemporánea parecía que Andalucía estaba presta para ocupar un lugar muy honorable en la transformación económica de España. Cádiz trataba de compensar su decadencia comercial con variadas actividades industriales. Sevilla seguía teniendo industrias estatales importantes y Granada no había olvidado su tradición textil basada en la seda y en el cáñamo, Pero eran las industrias minero- metalúrgicas las que parecían más prometedoras. Cuando se desató la fiebre de las prospecciones mineras, a los antiguos yacimientos, hasta entonces muy mal explotados, se unieron otros muy prometedores como los de plomo de Gádor y Linares, las de cobre de Huelva, el carbón de Peñarroya, el hiero de Alquife y otros muchos yacimientos suscitaron una actividad desusada. De forma que en las Bolsas europeas los valores mineros andaluces figuraron durante largo tiempo entre los más cotizados del mercado bursátil. También hubo incluso intentos de crear una siderurgia en Sevilla y Málaga.
Saludos.
Manuel Jesús Castillo.

Juan Miguel Pastrana dijo...

El nuevo régimen de la propiedad se hizo para debilitar las bases económicas de los enemigos de la revolución liberal y, paradójicamente, la nobleza se mostraba ajena al carlismo como consecuencia de la desvinculación, de la abolición de los señoríos y la desamortizaciones del trienio liberal 1820-23, que se consuman con la Regencia; la revolución liberal se hizo en perjuicio de las fuerzas sociales antiguas y poderosas que pasaran a formar parte de la contrarrevolución desde fechas tempranas del siglo XIX. Se dio la circunstancia de un trasvase de la riqueza e influencia en detrimento de la Iglesia. Mientras la nobleza veía sus bienes desvinculados, lo que aumentaba su valor, la Iglesia perdía una gran masa de riqueza. Por eso, el clero regular fue la principal victima y el principal enemigo de la revolución, siguiéndole como perjudicado el privilegiado clero del cabildo catedralicio. Por eso, por lo menos a partir de 1830, es indudable la existencia de una opinión pública favorable a Don Carlos, entre los niveles altos de los políticos fernandinos, del ejército, la Iglesia y otros estratos de la jerarquía social.
Juan Miguel Pastrana.

José Alfonso Vásquez dijo...

Los primeros meses de 1836, Mendizábal prioriza las necesidades del estado, la ley de desamortización y una nueva ley electoral. Sin embargo, la marcha de la guerra y las alianzas políticas, junto a la presión de los moderados, colocan al gobierno en una situación difícil. En mayo de 1836, Mendizábal es destituido y ocupa su lugar Francisco Javier de Istúriz. Con las nuevas revueltas y cambios políticos, regresa en agosto de ese mismo año a regentar el Ministerio de Hacienda.
El proyecto que trazaba Mendizábal con los decretos desamortizadores tenía un solo fin, el económico: amortizar el capital de la tremenda deuda pública y contar con los máximos recursos posibles para armar y abastecer un nuevo ejército de cien mil hombres que pusiera fin a la guerra civil contra los ejércitos carlistas, vivificar una riqueza en “manos muertas” y conseguir adeptos para sostener el trono.
José Alfonso Vásquez.

Germán Castro dijo...

La disolución de los señoríos y los abusos a que dio lugar, así como las sucesivas medidas legislativas que dispusieron la desamortización de bienes comunales y del clero, tuvieron como resultado el despojo de una gran mayoría de los campesinos, que habían venido siendo colonos desde hacía años en esas tierras, verdaderos dueños de las tierras en la práctica; sin embargo se produjo el deterioro de su condición por el endurecimiento de los arrendamientos que practicó la nueva burguesía a precios más elevados, mientras que por otra parte los simples jornaleros resultaron desprovistos de aprovechamientos tradicionales de tierras del común o de servidumbres colectivas sobre las tierras particulares. Los efectos de la desamortización fueron desastrosos para los campesinos, ya que la inmensa mayoría del campesinado se perjudicaba al perder la posesión de sus arrendamientos, aparcerías y tercerías; apenas algunos pequeños notables rurales podían reacomodarse y, por otra parte, se produce una masa no pequeña de desocupados procedentes de la milicia hipertrofiada.
Germán Castro.

Juan Villegas Megías dijo...

La nueva ley de Desamortización del 8 de marzo de 1836 definió en sus cincuenta y cinco artículos como se llevaría a cabo la desamortización. Estos artículos estaban divididos a su vez en siete bloques según sus contenidos:
1. Los conventos de religiosos varones (Art. 1-3).
2. Los conventos de monjas (Art. 4-10).
3. Consecuencias jurídicas supresión de conventos (Art. 11-19).
4. Destino de los bienes (Art. 20-26).
5. Pensiones (Art. 27-38).
6. Colocaciones de exclaustrados y secularizados (Art. 39-46).
7. Juntas Diocesanas (Art. 47-55).
De todos ellos destaca el bloque cuarto, que estaba dedicado al destino de los bienes. En sus artículos 20 al 26 se señalaban qué sucedería con los bienes muebles y cuál sería su aplicación. Todos los bienes se aplicaban a la Caja de Amortización, salvo los muebles de las casas abiertas que se quedarían en ellas para su uso, haciéndose el correspondiente inventario (Art. 20). La excepción también afectó a los bienes y rentas de los Colegios de Misiones y la Obra Pía de los Santos lugares, objetos de hospitalidad, beneficencia e instrucción pública (Art. 21).
Juan Villegas Megías.

Josue Godina dijo...

Después de la restauración absolutista, propiciada por la intervención militar de los Cien Mil Hijos de San Luis (1823), Miguel Gómez regresa a Andalucía. En Cádiz logró frenar un levantamiento y consiguió la comandancia de Algeciras, cargo del que será depuesto durante la regencia de María Cristina de Borbón por sus ideas absolutistas.
Estando en Madrid estalla la Primera Guerra Carlista. Pronto se encamina hacia Navarra para ponerse a las órdenes del general carlista Tomás de Zumalacárregui. Fue nombrado jefe de su Estado Mayor y participó en los combates de Asarta, Acción de Alegría de Álava, Acción de la Venta de Echavarri y Alsasua. En 1834 acompañó a don Carlos y fue nombrado Comandante General de Vizcaya. Posteriormente, pasó a ser Comandante General de Guipúzcoa y tras la acción de Guernica y la toma de Tolosa alcanzó el grado de Mariscal de Campo. En 1834 recibió el título de marqués de Orbaiceta.
Josue Godina.

Verónica Chamorro dijo...

Los obispados diocesanos, tras la aprobación del Gobierno, destinaban para parroquias aquellas iglesias de los conventos suprimidos más convenientes (Art. 22). Igualmente dispusieron de vasos sagrados, ornamentos y demás objetos pertenecientes al culto para destinarlos a las parroquias más pobres de los distintos obispados, se excluyeron los ornamentos u objetos que, por su rareza o mérito artístico, debían conservarse cuidadosamente y los que por su elevado valor no correspondiese a la pobreza de esas iglesias (Art. 23). El Gobierno también podía destinar los conventos suprimidos a establecimientos de utilidad pública (Art. 24). Por su parte, se remitían los archivos, cuadros, libros y objetos de ciencias y bellas artes a los museos, bibliotecas provinciales, academias y otros establecimientos de instrucción pública (Art. 25). También los religiosos podían llevar consigo muebles, ropas, libros, etc. de uso particular (Art. 26).
Verónica Chamorro.

Julio Arranz Corrales dijo...

Dentro de este contexto de fiebre empresarial de la primera mitad del siglo XIX aparece la figura de Manuel Agustín de Heredia, instalado en Málaga, de forma que las etapas de su vida sirven para marcar las fases de la evolución económica de toda la región malagueña. Málaga había visto renacer su economía a finales del siglo XVIII con la apertura del comercio libre con América; pero este renacer quedó truncado con la rebelión de las colonias americanas. Heredia salvará este inconveniente comprando y vendiendo en aquellas tierras por medio de fletes en barcos extranjeros. A pesar de esos inconvenientes Heredia nunca abandonó esta actividad de naviero, en la que encontró una base sólida para su fortuna y en la que llegó a ser una primera firma. A su muerte, además de comerciar con los puertos americanos, mantenía relaciones comerciales con San Petersburgo, Hamburgo, Londres, Rotterdam, Lille, El Havre, Newport, Lisboa, Marsella, Odessa, etc.
Julio Arranz Corrales.

Luis Rocamora dijo...

Bruno Villarreal comandante supremo del ejército carlista en el país vasco-navarro, organizó una expedición para que marchase a "...Asturias y Galicia para fijando allí la guerra, llamase la atención del enemigo por aquella parte y desahogase al ejército de estas provincias,", entregando el mando a Miguel Gómez. Su objetivo principal era dominar Asturias ya que se tenía noticias, aunque no eran ciertas, de que allí existía una importante base para poder realizar un alzamiento carlista y que debería marchar a Galicia tanto si había logrado realizar el objetivo asturiano como si habiendo fracasado en ello, se refugiase allí, intentando realizar de nuevo un alzamiento. Fracasando en ambas regiones, en vez de retirarse al país vasco-navarro, emprendió un sorprendente recorrido en una expedición hasta el sur de la Península.
Luis Rocamora.

Jaime Blanco Román dijo...

Como es sabido, la tirantez de los propios carlistas entre los partidarios de conquistar Vitoria y las llanadas alavesas (Zumalacárregui) y los de dar un prestigioso ataque a Bilbao (los de la corte de don Carlos), se decanta por estos últimos y Zumalacárregui tiene que sitiar esta ciudad, dónde es herido, para posteriormente morir en Cegama en junio de 1835. Le sucede el general Eguía que reorganiza las tropas y, considerando que no podían reducir su acción a defender los reductos del norte, ensayan una nueva modalidad de guerra a base de penetraciones profundas en el territorio adversario por medio de columnas ligeras dotadas de gran movilidad, pretendiendo, al mismo tiempo, provocar el alzamiento de nuevos focos de lucha en la retaguardia adversaria.
Jaime Blanco Román.

Elena García dijo...

Los bienes desamortizados se clasificaron en dos grupos: bienes cultuales (de culto) y bienes culturales: de ahí que los bienes que se considerasen destinados al culto permanecerían en los templos, como así sucedió con los objetos litúrgicos y que fueron entregados al diocesano del lugar; los que tuviesen un marcado valor artístico o cultural pasaban a formar parte de los museos, bibliotecas, academias o establecimientos de instrucción pública.
Elena García.

José María Segovia dijo...

Los negocios de Manuel Agustín de Heredia, instalado en Málaga, se ensancharon durante la década de 1820 a 1830, década en la que tiene lugar la aparición de las primeras figuras de empresarios españoles. Manuel Agustín de Heredia interviene en todo lo que pudo producir ganancia: contrató el suministro de tabaco, abasteciendo a los presidios y guarniciones españolas de África, comenzó la fabricación de azúcar… Pero su gran aventura fue el establecimiento de las siderurgias La Concepción (1826), en Marbella, y La Constancia (1833), en Málaga, para aprovechar los minerales férreos de Sierra Blanca. Un empeño ambicioso que convirtió por unas décadas a Andalucía en la primera región siderúrgica de la Península.
José María Segovia.

Juan Pedro Navajas dijo...

La abundancia de aceite de oliva en nuestra región convirtió a Málaga en un lugar preeminente para la fabricación de jabones, empresa que muy pronto interesó a Heredia. En 1841, en exposición dirigida al Secretario de Estado y del Despacho de Hacienda, se considera como “el que fabrica mayor cantidad de jabón de la Península “, al mismo tiempo que se lamenta de las dificultades que experimenta esta industria debido a la “competencia de los jabones de Marsella introducidos clandestinamente en las Antillas por barcos mallorquines y a los elevados derechos impuestos a la salida de los nuestros”.
Juan Pedro Navajas.

Juan José Ramírez dijo...

Uno de estos ensayos es el protagonizado por el General Gómez, que sale de Orduña con 4.000 hombres. Llega a Oviedo, y Santiago de Compostela, vuelve por Asturias hasta Aragón y se descuelga hasta Albacete. Luego alcanza Úbeda, Baeza, Bailén, Andujar, Alcaudete y los más importantes pueblos de Córdoba y Guadalupe, donde es bloqueado por los ejércitos liberales de Alaix, Rodil y Narváez. Logra escapar del cerco y vuelve al sur, llegando a Écija el 13 de noviembre y, después de invadir la serranía de Ronda, se desplaza a San Roque y Algeciras, pasando por Gaucin. Desde Algeciras, desiste de su empeño y vuelve al Norte, llegando a Oña en diciembre de 1836 con mas efectivos de los que partió y con el orgullo de señales victorias.
Juan José Ramírez.

Julia Aguilera dijo...

La desamortización supone la incautación estatal de bienes raíces de propiedad colectiva, bien eclesiástica o bien civil, que, tras la correspondiente nacionalización y posterior venta en subasta, pasan a formar una propiedad nueva, privada, con plena libertad de uso y disposición.
Los Ilustrados ya mostraron preocupación por la gran extensión de propiedades y terreno en poder de las llamadas “manos muertas”, fundamentalmente Iglesia y órdenes religiosas, y el gran atraso que sufría la agricultura española. Eran tierras improductivas, mal trabajadas, que no se podían enajenar ni tributaban a hacienda. El Conde de Floridablanca ya se quejaba en un escrito al rey Carlos III en 1787 de los problemas que suponían estos bienes. Durante el reinado de Carlos IV se produce la desamortización de Godoy en 1798 que afecta a propiedades agrícolas y forestales.
Julia Aguilera.

Manuel Jiménez Barragán dijo...

Parece que en las actas de Lahiguera no hay ninguna mención al Movimiento Juntero; yo esperaba, ilusionado, alguna referencia.
Recientemente el profesor D. Miguel Ángel Chamocho ha abordado esta parte de nuestra historia, esperemos a su publicación.

El protagonismo será siempre para la clase acomodada, tomarán partido para ser todavía más ricos . También hay otro protagonismo para los pobres: el de los bandoleros.

Andrés Rosales dijo...

La llamada Expedición Gómez comenzó en junio de 1836, y su tropa estaba compuesta por los batallones 2º, 4º, 5º y 6º de Castilla, un pelotón de granaderos de la Guardia Real pasados del bando isabelino y dos escuadrones, en total, unos 2.700 infantes y 180 jinetes. Partió en dirección a Asturias y Galicia. Salió de Amurrio y tomó Riaño, Oviedo, Lugo, La Coruña y Santiago de Compostela. Desde aquí, decidió hacer una incursión que le llevaría hasta Andalucía. De forma efímera conquistó León, Palencia, Valladolid, Sigüenza, Utiel, Requena, Albacete, Villarrobledo, Baeza, Córdoba, Pozoblanco, Almadén, Cáceres, Alcántara, Écija, Osuna, Ronda, Arcos de la Frontera, Pedro Muñoz y El Burgo de Osma. Acabó la expedición en diciembre de 1836.
Andrés Rosales.

María Victoria Sánchez dijo...

La desamortización de Mendizábal despertó una persecución religiosa y un vandalismo revolucionario de una brutalidad no vista antes. Numerosas juntas de gobierno aprovecharon la extinción de órdenes religiosas y, presionados por los exaltados, iniciaron revueltas populares contra conventos y religiosos. En Cataluña se dieron las revueltas más violentas, con desastrosas consecuencias como en el caso del Panteón de los Reyes de Aragón en Poblet (Tarragona) que quedó destruido. A estos desmanes populares se le unen los movimientos carlistas que impidieron hasta 1835 aplicar los decretos de la desamortización en varias provincias. Para entonces ya muchos edificios habían sido abandonados o expoliados.

Mari-Luz Luceño dijo...

Por la importancia de sus negocios, el nombre de Manuel Agustín de Heredia aparece vinculado a la creación de sociedades de seguros. A partir de los seguros marítimos, donde confluían los intereses de numerosas casas de comercio de Málaga dedicadas a la exportación, en 1838, participó en la fundación de la Unión Malagueña, sociedad anónima de seguros marítimos y terrestres. Dos años más tarde, nació la Sociedad de Seguros Mutuos contra incendios de edificios de Málaga.

Mari Nieves Agramunt Lara dijo...

El día 11 de octubre de 1835 se eleva a ley el decreto de la desamortización, ley conocida popularmente como la Ley de Exclaustración. En noviembre quedan suprimidos todas las órdenes monacales y sus conventos, excepto los de gran valor histórico como Monserrat, Guadalupe, San Basilio de Sevilla, El Escorial, San Benito de Valladolid, Poblet y alguna escasa excepción más.
En 1836 se suprimen definitivamente las órdenes monásticas al nacionalizar todas las propiedades. Ante la preocupación de conservar los bienes artísticos de las órdenes suprimidas, una vez que son convertidos en Bienes Nacionales se constituye mediante una Real Orden de fecha 13 de enero de 1836, una junta que se hiciera cargo de dichos bienes. En esta iniciativa juega un importante papel la reina regente María Cristina de Borbón y la Real Academia de San Fernando, que recibe el encargo de enviar comisiones de incautación.

Mari Carmen Martín dijo...

La reforma arancelaria de 1841 generó una honda preocupación en los ferreteros andaluces que, en sendos escritos a la administración, manifestaron sus inclinaciones claramente proteccionistas. Sin ese derecho protector destinado a nivelar los valores diferenciales que existen entre el combustible del país y el de Inglaterra y el mayor costo de la mano de obra, sería imposible la fabricación. Apostilla Nadal que “Contra todas las apariencias, la siderurgia de Andalucía recibió, una herida de muerte en su momento más brillante. Manuel Agustín de Heredia no se desalentó por ello.

Pepe Vergara dijo...

La guerra carlista se desarrollaba en tres territorios, el vasco, el catalán y el aragonés. Los carlistas trataron de extenderla al resto de la península para lo que organizaron una serie de expediciones militares entre las que destacó la dirigida por Gómez. La Expedición de Gómez partió en junio de 1836 con unos 3.000 hombres con dirección a Asturias y Galicia. Durante seis meses esta expedición recorrió gran parte de la península perseguido por las tropas liberales. Gómez conquistó Oviedo, Santiago de Compostela, León, Palencia, Albacete, Córdoba, Almadén, Cáceres y Algeciras, pero tan pronto abandonaba las ciudades conquistadas, los liberales recuperaban el control sobre ellas, por lo que fracasó en su objetivo de extender la guerra.
Pepe Vergara.

Esther Torres dijo...

Manuel Agustín de Heredia proyecta la creación de un Banco en Málaga, en plena euforia financiera de la que surge el Banco de Isabel II. Esta creación de banco era una idea ampliamente acariciada por la clase mercantil e industrial de la ciudad a medida que la expansión económica hizo sentir más y más su necesidad. Sin embargo, todos los intentos fueron vanos en vida de nuestro personaje, puesto que hasta 1856 no pudo contar Málaga con la entidad bancaria que tanto había deseado.

Ana Isabel Núñez dijo...

El decreto del 19 de febrero de 1836 declara en venta todos los bienes pertenecientes a las comunidades religiosas suprimidas o que lo fueran próximamente. Los bienes de las comunidades serían subastados, excepto los inmuebles de gran valor histórico para que quedaran como memoria de la historia nacional.
El decreto de Mendizábal del 8 de marzo de 1836 suprimía todos los conventos, monasterios, colegios, congregaciones y demás casas de comunidad, incluido el clero recular y las cuatro órdenes militares. Los conventos femeninos eran suprimidos con menos de 20 religiosas y se prohibía la existencia en una misma población de más de un convento de la misma orden.

María Aurora Rojas dijo...

Los orígenes de la industrialización andaluza se remontan a la primera guerra carlista (1833-1839) que, al paralizar las forjas pirenaicas y cantábricas, estableció las condiciones necesarias para el surgimiento de la industria siderúrgica en el sur de la Península. En 1833 se encendieron los primeros altos hornos en Marbella, próximos a los excelentes criaderos de hierro magnético de Ojen, y se montaron las primeras forjas de afinación en Málaga. El montaje fue acometido por Manuel Agustín de Heredia, cuya fortuna procedía de la extracción de grafito de la serranía de Ronda durante la Guerra de la Independencia, en sus fábricas de “La Concepción (Marbella) y La Constancia en Málaga; posteriormente en 1837, Heredia adquirió la fundición de plomo llamada San Andrés en Adra, convirtiéndose en 1840 en el principal ferretero español.

Laura Castaño dijo...

Los conventos de monjas fueron las instituciones que salieron menos perjudicadas por la desamortización de Mendizábal, tanto en cantidad de fincas perdidas como por el dinero que estas proporcionaron a las arcas del tesoro. Por el contrario, los conventos de frailes sí fueron bastante más perjudicados, y para muchos supuso la ruina y desaparición.
Con los decretos del 19 de febrero de 1836 y la ley del 8 de marzo del mismo año, que ratificaba la ley marco del 25 de julio de 1835, se accedía a una gran cantidad de bienes, propiedades y tierras improductivas que estaban en poder de la Iglesia y de las órdenes religiosas y que no se podían enajenar. Así se permitía que fueran adquiridas por la clase burguesa, en un intento de conseguir liquidez para hacer frente a los gastos de la guerra y sanear la deuda pública.

Francisco Montijano dijo...

Durante seis meses Gómez se enfrentó a diversos militares liberales. Derrotó a Tello y López en Baranda y Matilla, mientras que Alaix y Espartero le obligaron a retirarse en Escaro y Villarrobledo. Los generales Rodil y Narváez también le persiguieron infructuosamente. Consiguió movilizar a 25.000 liberales tras sus 6.000 hombres, teniendo en cuenta a los que se le unieron a lo largo de su recorrido, Cabrera entre otros, pero fueron incapaces de parar la expedición, que regresó al territorio vasco con unos pocos hombres más que con los que partió.
Francisco Montijano.

Antonio Ocaña dijo...

La Batalla o Acción de Villarrobledo tuvo como fecha el día 20 de septiembre de 1836 en el paraje llamado Vega de San Cristóbal, contiguo a la Ermita homónima, y situado inmediatamente al sur y extramuros de esta localidad castellano-manchega. Los bandos contendientes fueron los Carlistas comandados por el militar español, Miguel Gómez Damas y los Liberales por su par Diego de León y Navarrete. La victoria se la llevó el bando liberal. Constituyó el mayor revés que sufrió el General Don Miguel Gómez en su expedición, pues a las enormes bajas hay que sumar la pérdida casi completa de su caballería, 2000 fusiles y bastante munición. No se registraron bajas civiles a pesar de que las murallas que, por entonces, aun tenía la ciudad se vieron seriamente afectadas.
Antonio Ocaña.

Marcelo Navarrete dijo...

En esta enajenación publica se evita que las propiedades pasen al pueblo, por lo que las propiedades fueron subastadas en lotes muy grandes, indivisibles, por lo que los pequeños propietarios no pudieron asumir el coste y, por tanto, no tuvieron apenas opción de adquirir nuevas propiedades al ser inasumibles los precios. El resultado de la desamortización no alcanzó las previsiones previstas: los beneficios financieros obtenidos por las ventas fueron escasos por la corrupción en la tasación de los bienes, con valores inferiores a causa de las comisiones; también se debió a los arreglos entre los subasteros para repartirse las propiedades al mejor precio y la forma del pago, y a que los plazos diferidos fueron difíciles de cobrar. Y como colofón, los resultados apenas redujeron la deuda pública.

Eva Escudero dijo...

El ejemplo del industrial Manuel Agustín de Heredia cundió en Málaga, de forma que en 1841 Juan Giró creó la ferretería El Ángel, con altos hornos en Marbella y talleres de afinación en Málaga. En 1856, Orueta funda en la Garrucha la fábrica de San Ramón, dedicada a la fundición de hierro y bronce, construcción y reparación de maquinaria y fabricación de clavos. También en Sevilla, por los años de 1833 y 1834, se instalan altos hornos en El Pedroso y, posteriormente, los talleres de construcciones mecánicas Portilla Hnos. and White.

Juan Villar dijo...

Durante el recorrido de la expedición Gómez logró formar un ejército de hasta 6.000 hombres gracias a los carlistas que se le unieron en el camino (como Ramón Cabrera) y se enfrentó a los generales liberales en varias ocasiones: venció a Tello en Baranda y a López en Matilla; fue derrotado por Espartero en Escaro y por Alaix en Villarrobledo. Además, los generales Rodil y Narváez lo persiguieron infructuosamente (batalla del Majaceite), llegando a movilizar tras de sí, en el momento culmen, a casi 25.000 soldados liberales. Su empeño por provocar y consolidar levantamientos carlistas en los territorios que atravesaba le fueron imposibles de realizar ya que no podía permanecer largo tiempo en ninguna población, debido a la permanente persecución a la que era sometido por las tropas isabelinas. "Las poblaciones habían visto aparecer a Gómez en silencio y en silencio aguardaban, no tomando apenas parte en la contienda y contentándose con tener dos ayuntamientos, uno para recibir las tropas carlistas y otro para las de la Reina".
Juan Villar.

Eulogio Suárez Blanco dijo...

Los grandes beneficiados de la desamortización fueron los nobles y burgueses, cediendo la Iglesia su lugar a los nuevos propietarios terratenientes; de nuevo, los grandes perjudicados fueron los campesinos, que no sólo no podían adquirir nuevos bienes, sino que también vieron un aumento de los impuestos que debían pagar a los nuevos propietarios. La burguesía aplicó unos elevados cobros de renta a los campesinos, incrementado al alza los alquileres. Sin un plan de reforma agraria, el atraso en el campo no se resolvió con la medida.
Sin embargo, el fracaso económico que supuso la desamortización fue un éxito político: el número de simpatizantes al liberalismo se amplia y aparece un nuevo grupo de propietarios unidos al nuevo régimen liberal isabelino. Un giro en la guerra y el triunfo de los carlistas podría suponer la devolución de lo expropiado a la Iglesia. Se constituye un programa básico para fortalecer el régimen liberal y la transformación socioeconómica de España.

José Luis González dijo...

En este periodo de tiempo la minería tuvo una gran importancia, un buen ejemplo de ello lo constituye la minería del plomo desarrollada durante el siglo XVIII. La primacía de obtención de plomo la ostentó el yacimiento de Arrayanes en Linares, pero posteriormente se desarrollaron las minas en las provincias de Granada, Almería y Murcia que pasaron a ocupar un primer lugar con las minas de Gádor, Almagrera y Cartagena. Posteriormente desde 1868 y hasta finales del siglo XIX, el relevo en explotaciones mineras lo efectúan las provincias de Jaén, Córdoba y Badajoz.
José Luis González.

Natalia Espinosa dijo...

Los bienes eclesiásticos incautados se vendieron en subasta pública, pasando los beneficios a las arcas del estado. Según una ley de 1837, las tierras se podían adquirir mediante dos formas: en metálico o con título con cargo a la deuda pública. Así, los bienes desamortizados fueron a parar a los que tenían mayor capacidad económica -la nueva clase media alta- y los labradores de medianos recursos se vieron desplazados. Además se pretendía sanear el estado, buscar nuevos recursos al transferir la propiedad eclesiástica (bienes en manos muertas) a manos vivas, individuales que crearan nuevos propietarios ligados al nuevo régimen por esos intereses. Mendizábal, entre sus primeros decretos del 7 de octubre de 1835, excluía expresamente que los obispos ordenaran religiosos «...por ser excesivos y desproporcionados».

Juan José Alaminos dijo...

Del famoso general Miguel Gómez nacido en Torredonjimeno (Jaén), se dice que "Unía al valor y al talento esa agilidad mental que dan las tierras soleadas de Andalucía". Alistado en el regimiento de Zumalacárregui, tomó parte por Don Carlos, siendo famoso por su audacia y valentía, a la vez que un talento militar poco corriente. La más famosa de sus hazañas fue la correría que hizo por el Centro de la península y Andalucía, causando seria preocupación en el gobierno, al que obligó a emplearse con toda la energía y poder con que era capaz. El 27 de septiembre de 1836 cruzó el Guadalquivir por Andújar y el primero de octubre se apoderó de Córdoba. La resonancia de la victoria fue enorme. El éxito se acrecentó más aún con la adhesión a la causa de varias e importantes plazas de la provincia de Córdoba.
Juan José Alaminos.

José Manuel Rico dijo...

Muerto el carismático Zumalacárregui, la causa carlista se desvaneció entre sus sucesores. Había muerto el mejor general del carlismo y un caudillo nato, y lo peor de todo, había muerto sin que hubiese un sucesor claro a su puesto. Su genio militar y a su ascendencia sobre las tropas que comandaba era muy difícil de igualar. “El tío Tomás” fue irrepetible, y en esa su genialidad estriba gran parte del ocaso de la causa por la que luchaba.
José Manuel Rico.

Paco Luis Hernández dijo...

La expansión de la actividad minera se encuentra vinculada estrechamente al establecimiento de la libertad de comercio y trabajo en las minas de principios del siglo XIX., hecho que originó una intensa explotación de las minas de plomo, considerado por entonces el segundo mineral en importancia, después del hierro, requerido intensamente el plomo por el sistema fabril y también para la realización de las conducciones de agua exigidas por las crecientes tasas de urbanización de las ciudades y pueblos. A partir de 1820, se formaron los primeros hornos de fundición de plomo en Adra, que fueron el punto de partida de la fábrica denominada de San Andrés.

Rosario Cruz dijo...

Mendizábal califica en otros decretos de «bienes nacionales» a propiedades de conventos y comunidades suprimidas. El decreto del 19 de febrero de 1836 permite la venta en lotes de los bienes confiscados por subasta pública de bienes raíces. Un programa oculto de propósitos exultantes, que abarcaban un abanico de objetivos diversos para ir desmantelando el poder económico de la Iglesia, uno de los pilares del Antiguo Régimen. Las medidas se completan el 29 de julio de 1837 expropiando los bienes del clero secular y confiscando el pago de los diezmos eclesiásticos hasta febrero de 1838.

José Manuel Sánchez dijo...

La campaña de Gómez fue una extraña campaña, sin objetivos claros, que puso de relieve el talento del General Gómez para huir de la persecución, pero que también ponía en evidencia la incapacidad de sumar nuevas fuerzas al carlismo.
De todas formas fue la más importante de las expediciones, si se exceptúa la expedición real, por su larga y atrevida carrera lo que supone una época de las de más interés de la historia de la guerra civil.

José Manuel Guardia dijo...

En 1836 Gómez encabeza la Expedición que ha pasado a la Historia con su nombre: la Expedición Gómez. En principio todo estaba pensado por el alto mando carlista para que las tropas vascuences de alaveses y guipuzcoanos que conducía el tosiriano alentaran los focos carlistas de la franja norte de la península. Pero Gómez improvisó y, desacatando las órdenes del alto mando, se desvía de los objetivos originarios, emprendiendo una fascinante incursión. Después de llegar a Santiago de Compostela inicia una expedición que recorrerá la península ibérica de norte a sur y de sur a norte. El romántico Mariano José de Larra mencionará las proezas del tosiriano en sus crónicas periodísticas. Tiembla la España cristina y liberal ante el avance de las tropas de Gómez que llegan a producir el pánico en Madrid, entran victoriosas en Córdoba y conquistan las minas de Almadén, poniendo en un severo apuro a la banca Rothschild que se lucra de las minas españolas.
José Manuel Guardia.

Blanca Borrego dijo...

Los bienes muebles no se pudieron catalogar, tasar ni vender y fueron esquilmados por compradores furtivos. Muchos cuadros y libros de monasterios fueron vendidos a precios bajos y acabaron en otros países, aunque gran parte de los libros fueron a engrosar los fondos de las bibliotecas públicas o universidades. Quedaron abandonados numerosos edificios de interés artístico (iglesias, monasterios, conventos…) con la subsecuente ruina de los mismos; otros, en cambio, se transformaron en edificios públicos y fueron conservados para museos u otras instituciones.

Ana Isabel Núñez dijo...

El proceso industrializador en Andalucía, no sólo se extendió a los sectores del hierro y el plomo, sino que abarcó diversas actividades industriales, como lo prueban las estadísticas de la administración de la contribución industrial y de comercio de 1856, año en que Málaga ocupaba el segundo lugar del país detrás de Barcelona, seguidas de cerca de Sevilla y Cádiz que ocupaban , respectivamente, el puesto cuarto y noveno en el listado de la clasificación provincial española, eso si excluidas las provincias vascas con Navarra, que todavía en esta época no habían alcanzado su desarrollo industrial como ocurrió posteriormente.

María Luisa Cerezo dijo...

La revolución liberal burguesa de los inicios del XIX perseguía alumbrar un nuevo modelo de sociedad y, por contra, los movimientos contrarrevolucionarios fueron expresión de la resistencia al cambio de las viejas estructuras ligadas siempre a los intereses de las antiguas clases dominantes.
Los movimientos carlistas se caracterizan por su desconcentración geográfica, localizados en el norte de España, y sólo a veces las sublevaciones eran masivas, pues lo general en el resto de España no superaban el nivel de las partidas, restos de las disuelta después de la guerra de la independencia y apoyadas, a veces, en la latente tendencia al bandolerismo.

Adela Delgado dijo...

Para que estas nuevas instituciones surgidas de la desamortización funcionaran se necesitaba personal adecuado. En julio de 1835, Mendizábal ordena que en las provincias se creasen unas comisiones de enajenación encargadas de los bienes, libros y manuscritos de los conventos expropiados. Su actividad fue escasa, pues los gobernadores provinciales rechazaron de forma despectiva toda orden de recolección e inventario de bienes culturales desamortizados. A las juntas se les otorgó autoridad para poder elegir los edificios que podrían declararse monumento nacional, un nuevo concepto de la figura jurídica dedicada a valorar y clasificar el patrimonio. Se adelantó a su tiempo pero no se hizo real hasta 1844, con la declaración de la Catedral de León.
Adela Delgado.

Juan Ignacio Cárdenas dijo...

Podemos realizar una valoración industrial por sectores de la industria en Andalucía en aquellos años, y en ella Málaga ocupaba el primer lugar en las fábricas de jabón y cola y aguardientes según los datos de contribuciones. Ocupaba el segundo puesto en las listas de los productos químicos; el tercero en las de fundiciones de menas de hierro y otros metales, y en las de hierro y acero y talleres de construcción de maquinaria; el quinto en la de tejidos e hilados, tintes y blanqueos y el sexto en las de loza, cristal, vidrio, vasijería, yeso y cal.

Jesús Fernández Gil dijo...

En Andalucía, los carlistas consiguieron importantes contingentes de tropas, aunque los cabecillas no consiguieran estabilizarse, como sucedió con el Brigadier Malavilla que no obtuvo progresos notables. Posteriormente, en 1935, el ejército carlista aceptó una nueva organización que le dividía en tres divisiones, al mando de los mariscales Iturralde, Villareal y Gómez. A este le hizo mucho daño el progreso de los leales en Aragón y ordenó al ejército de Cabrera que se uniese a los sublevados del Sur. El objetivo general de la expedición de Gómez fue la ayuda a aquellos territorios en los que se suponía la existencia de una opinión adicta y en los que la falta de recursos o de dirigentes impedía el progreso de la guerra.

Virginia Martos dijo...

En mayo de 1837 se organizaron unas comisiones científicas y artísticas con mayores responsabilidades, entre ellas la de cumplir la normativa de marzo de 1836 sobre la constitución de museos y bibliotecas provinciales. En su mayoría, estas comisiones también fracasaron debido al escaso personal, con apenas preparación y sin información sobre la cantidad de conventos desaparecidos, teniendo que trabajar en un ambiente de guerra y revolución lo que suponía aún más dificultades. Excepcionalmente, algunas comisiones sí trataron de abarcar todos los conventos de su respectiva provincia: una Real Orden del 31 de diciembre de 1837 dispuso que se constituyese un Museo Nacional con las obras incautadas. Y, siguiendo con el ejemplo de modelos franceses, se establece crear museos provinciales para poner a pública disposición las obras de arte que tenían los conventos: las obras de arte y otros bienes pasarían a conservarse en museos, archivos o bibliotecas de nueva creación (surgiendo así muchos de los museos y archivos provinciales, como es el caso de Jaén).

María de los Ángeles Mora dijo...

Sevilla ocupaba el primer lugar de la producción nacional en el sector de loza, cristal, vidrio, vasijería, yeso y cal; el cuarto puesto en las fábricas de jabón y cola y en las de hierro y acero y talleres de construcción de maquinaría; el sexto lugar en las de tejidos e hilados, tintes y blanqueos y el octavo puesto nacional en las fábricas de curtidos y aguardientes.

Rosalía Burgos dijo...

Pedro, me abruma tanto dato, sobre todo, las Actas. Me ha resultado interesante la parte de la "desamortización" y el vídeo insertado.
Sigue adelante. A la gente de tu pueblo creo que le estará interesando tu información.
Un abrazo.

Sebastián Cuadros dijo...

El Museo de la Trinidad en Madrid, con sede en el desamortizado Convento de la Trinidad Calzada, sería uno de los pocos de nueva creación y, no obstante, resultaría un fracaso: por su carácter central y situado en un lugar estratégico junto al Prado, teóricamente iba a ser uno de los principales y más importantes museos del país; se hizo una selección de pinturas y oficialmente se abrió el 24 de julio de 1838, siendo José de Madrazo su director y su cuñado Pedro Kuntz el restaurador de las obras. Su existencia abarca desde 1837 a 1872, año último en que es disuelto y sus fondos adscritos al Museo del Prado.
El problema no era sólo que había que recurrir al voluntariado por falta de personal y recursos en un país empobrecido, sino también que no había conciencia del valor de esculturas y pinturas entre una población mayoritaria analfabeta.

Illa Fernández dijo...

Pedro no dejes de trabajar en investigación, que estas haciendo un gran trabajo. Un abrazo.
Illa Fernández.

Marcos Ibáñez dijo...

También surgen en Andalucía los primeros establecimientos de la industria algodonera. En la provincia de Cádiz figuran los empresarios Carceller y Cía, en el año 1842, como propietarios de una fábrica de tejidos de algodón ubicada en Algeciras y, entre 1847 y 1869, se halla en funcionamiento la importante Fábrica Gaditana de Hilados y Tejidos de algodón al vapor. El 23 de abril de 1847 se escrituraba la Industria Malagueña, S.A., sólo tres meses después de que se hubiera realizado la escritura de la primera sociedad anónima algodonera”La España Industrial de Barcelona”. Si bien no podemos dejar de destacar que la empresa malagueña empezó a funcionar en septiembre de 1846, con anterioridad a la barcelonesa antes citada. Comenzó con los capitales aportados por las familias Heredia y Larios. En el año 1858 se creó la empresa Aurora, vinculada a la familia Larios.

Julio Merino dijo...

Tan sólo los intelectuales románticos que habían regresado de su exilio en el extranjero mostraron su rechazo ante la masiva destrucción de patrimonio producido por la desamortización, y para difundir sus protestas utilizaron un nuevo medio de comunicación: las revistas. A imitación del modelo francés que conocían, una de las primeras revistas sería El Artista, que no era más que la versión española de la importante L’Artiste, Revue de l’Art Contemporain. A pesar de su corta duración, se publicó durante algo más de un año, El Artista es considerada una de las más importantes de su estilo, tanto por su tipografía como por la calidad de sus contenidos de arte.

Daniel Álvarez dijo...

En Gaucín, municipio de la provincia de Málaga, eran pocas las simpatías de que gozaban los liberales, por lo que el apoyo a los carlistas estaría, mas que soterrado, puesto de manifiesto, como había sucedido en 1831 con Manzanares y sus compañeros. El Alcalde de Casares, Gregorio García, con realistas persiguió a Manzanares y dio aviso a Genalguacil y Gaucín y a las doce de la noche del día 2 de marzo salieron 100 hombres del Regimiento de Alcanzar de San Juan y Voluntarios realistas de Gaucín y Casares. Por la niebla, 17 liberales escaparon por el Puerto de las Palomas, siendo capturados 14 en la Fuente del Encinar al pie de la Sierra Crestellina, por realistas de Casares y Gaucín. Según un escrito, del 28 de marzo del 31, del alcalde de Gaucín, Francisco de Gálvez y Fernández, eleva el número de prisioneros a 3.

María Dolores Trigueros dijo...

El 17 de junio de 1834, Federico de Madrazo y Eugenio Ochoa solicitaron a la reina regente María Cristiana la publicación de la revista El Artista «cuyo objeto no será otro no será otro que el de popularizar, si nos es posible, entre los españoles la afición de las bellas artes, para lo cual contendrán todos sus números retratos y biografías de hombres célebres, como también descripciones de monumentos y trozos de amena literatura».
Otras publicaciones contaron con más éxito, como es el caso del Seminario Pintoresco Español, fundado en 1836 por Mesonero Romano, también a imitación de otra revista francesa como era Magazin Pittoresque. El contenido de estas revistas era muy diverso, pues trataban de literatura, bellas artes, viajes, costumbres y escritos críticos sobre la desaparición de monumentos y denuncias por diversos autores sobre los excesos que la exclaustración causó sobre edificios y objetos artísticos.

María Teresa Jurado dijo...

Cádiz ocupaba el cuarto lugar en las fábricas de curtidos, el quinto en las de productos químicos y el séptimo en las de aguardientes y en las fábricas de hierro y acero y talleres de construcción de maquinaria. Las restantes provincias de Andalucía ocupaban lugares destacados en las fábricas de fundición de mena de hierro y otros minerales en las provincias de Almería, Jaén y Granada, en los productos químicos destacaba Córdoba, Granada en jabón y cola, siendo Granada también buena productora de papel.

Rafael Alarcón dijo...

El cinco de marzo del año 1831, a las ocho de la noche, en el paraje de los Baños de la Fuensanta, de Sierra Bermeja, una partida dispersa de los de Manzanares se encontró con fuerzas realistas del batallón de Ronda, al mando de Juan Avilés (de Benarrabá), resultando éste herido y cuatro liberales muertos. A las once salio de Estepona una columna de Voluntarios y relata su Alcalde, Masegosa, el mismo día 8 que se encontró en el paraje de la Romera a las partidas de Igualeja y Junquera que conducían ya muerto a Manzanares y diez y seis prisioneros (que fueron fusilados, según consta en la Gaceta de Madrid, del 24 de marzo de 1931). El Capitán General de Granada, Conde de los Andes, tomo parte en la batida y se situó en el Puerto de los Guardas, en Los Reales, retirándose a Gaucín cuando se enteró de los de la Romera.
Rafael Alarcón.

Mario Pareja dijo...

El Pretendiente Carlos había albergado esperanzas en la sublevación de Andalucía, antes de la expedición de Gómez en 1836. En una comunicación, fechada en 10 de enero de 1835, dirigida al Brigadier Don Salvador Malavilla, y para llevar a cabo el levantamiento general de Andalucía, ante el ofrecimiento de dos mil hombres del comisionado real D. Pedro Arpe y de 5.000 duros facilitados por el contador del Tribunal Mayor de Cuentas D. Pedro Pulgar, le eligió como jefe para ponerse al frente de este cuerpo de ejercito. En esta notable comunicación se le hacían a Malavilla las recomendaciones sobre disciplina, la evitación de excesos y tropelías y se le recomendaba que "se esmere en convencer a los pueblos que la religión sacrosanta que profesamos, nuestras veneradas leyes, la justicia, el orden y sus mas caros intereses, dependen del triunfo de las armas de Carlos V, nuestro legítimo rey". Descubiertos los planes, Malavilla fue ajusticiado en Sevilla y fue nombrado en junio al mariscal de campo don Pedro Fermín de Iriberri para que se pusiera a la cabeza de sus fieles vasallos en Andalucía.
Mario Pareja.

Alejandro Melgarejo dijo...

Uno de los acontecimientos importantes de la primera guerra carlista fue la expedición del general Miguel Gómez Damas, jefe del estado mayor del general carlista Zumalacárregui, quien, como ya he reseñado, al servicio del pretendiente don Carlos, recorrió entre los meses de junio y diciembre de 1836 el territorio comprendido entre Vizcaya y Galicia y después hasta Algeciras, con el propósito de propagar los ideales carlistas y reclutar adeptos para el ejército.
Saludos y muchas gracias.
Alejandro Melgarejo.

Emilio Alvarado dijo...

El día 4 de noviembre de 1836 Gómez sale de Extremadura y llego a Guadalcanal el día 8 donde descansó y supo que los contrarios, desorientados de su paradero, se habían retrasado, deteniéndose hasta saber sus intenciones, que lo mismo podían ser ir sobre Sevilla o sobre Córdoba. Aprovechando esta indecisión, se decidió Gómez a encaminarse a la Serranía de Ronda, país que ofrecía ventajas naturales, logrando fortificar algunos puntos y donde pensaba que podría fijarse la guerra.
Emilio Alvarado.

Sebastián Torres dijo...

En Sevilla la sociedad formada por Calzada, Munilla y Storp figuraba en 1849, con una elevada capacidad de producción. De todas maneras, la primera empresa malagueña fue con mucho la más importante, por lo que, a principios de la década de los setenta (1870), Málaga ocupaba la segunda posición en la industria textil. Desde 1857 a 1884, la industria entró en una época de expansión vinculada a la euforia agrícola, consecuencia de las nuevas rotulaciones de tierras que siguieron a las desamortizaciones y que sin lugar a dudas ampliaron el mercado del sector.
Sebastián Torres.

Francisco Pedrajas dijo...

Las publicaciones que surgieron por aquel entonces, comenzaron a crear una conciencia sobre patrimonio y a plantear soluciones prácticas. Entre los diversos autores de estas revistas se encuentra Mariano José de Larra que, en un debate de 1835, recordaba la presencia en España de compradores extranjeros que se aprovechaban del caos de las leyes desamortizadoras para adquirir bienes de manera no muy lícita. Sin embargo lo más interesante fueron sus propuestas para tomar medidas de protección del patrimonio con la creación de organismos competentes y no por unas juntas improvisadas. De forma paralela a la publicación de revistas, también se editan libros de viajes como la colección en tres tomos de España artística y monumental, vistas y descripciones de los sitios y monumentos más notables, publicado entre 1842 y 1850 con textos e ilustraciones de Genaro Pérez Villamil (unas 144 litografías según acuarelas originales, con escenas costumbristas y de algunos de los monumentos históricos más representativos de España).
Francisco Pedrajas.

Enrique Aguirre dijo...

Gómez y su ejército carlista se movieron el día 9 de noviembre de 1836 hacia Alanís, a Constantina y Palma del Río, pasando el día 10 el río Guadalquivir, la Infantería, por las barcas y un puente de barcos, y la caballería por un vado. Después de varias escaramuzas, llegó a Ecija, descansando en la ciudad el día 12 y siguiendo el 13 a Osuna y, por Marchena y Olvera, a Ronda, que había sido evacuada por Ordóñez, donde llegó el día 16 de noviembre con el propósito de descansar.
Saludos.
Enrique Aguirre.

Elisa Muñoz dijo...

Quizás lo más destacado que realiza el movimiento romántico por el patrimonio español sería tomar el control de la Real Academia de San Fernando, que pasaría a la dirección de José de Madrazo. El ingreso de su hijo Pedro de Madrazo en 1836 en la Academia tras una larga estancia en Francia reactivaría el papel de la institución como defensora de los monumentos, realizando las gestiones oportunas ante los gobernadores o enviando informes a la reina regente, y consiguiendo importantes resultados como fue la devolución de siete cuadros de Zurbarán pertenecientes al convento de San Buenaventura de Sevilla o impedir la demolición de varios edificios, denunciando las subastas que se realizaban sin beneficio alguno ni para el Gobierno estatal.
Elisa Muñoz.

Cecilia Hidalgo dijo...

Se podría decir que el declive económico de Andalucía, tras los prometedores inicios del segundo tercio del siglo XIX, se debieron, por un lado, a la rotura del equilibrio de la sociedad tradicional en el sector agrario y a la política de liberación económica llevada a cabo de forma paralela a la consolidación del mercado nacional. La rotura del equilibrio de la sociedad agraria andaluza estuvo estrechamente vinculada a las sucesivas desamortizaciones realizadas ante las dificultades de la Hacienda Publica, aunque estuvo de modo muy especial unida a la desamortización civil.
Cecilia Hidalgo.

Felipe Munuera dijo...

Las desamortizaciones eclesiásticas y civiles, principalmente la de Mendizábal en 1836 y la de Madoz en 1855, supusieron para Andalucía un gran impacto, con un 24% sobre el valor final de las ventas forzosas de bienes amortizado. Aunque en principio se plantea como un proceso para liberar tierras, impulsar la economía agraria y distribuir correctamente la propiedad de las tierras, oficialmente funcionó para solventar el déficit económico estatal.
Felipe Munuera.

Daniel Lindes dijo...

El General Gómez y su ejército solo pudieron descansar los días 17 y 18 de 1836 en Ronda, ya que se presentaron algunas personas afectas y con influjo en la Serranía, ofreciendo sus servicios, por lo que fueron autorizados formalmente para levantar partidas, se les distribuyeron 2.000 fusiles y municiones, nombrándose un comandante general de la Serranía para la unidad de las operaciones, aunque se pone de relieve que la Serranía se encontraba sin jefes que pudieran ponerse a la cabeza, aunque se citan numerosos guerrilleros. Entre los principales guerrilleros andaluces de las guerras carlistas, en Ronda se citan a "Pantisco", Francisco Limón, Francisco Gallegos, "El Romano" y "El Cura Feo"; y, en la Serranía de Ronda, a "El Cura de Olvera", "Don Antonio" ,José Ignacio Garmendía, Antonio Díaz "El Morito" , Miguel Borjes, "Duarte", "Borre", "Santalla" e Isidoro Ruiz "Jamilla", sin que pueda precisar si alguno era oriundo de Gaucín. Pirala cita asimismo a otros sin dar sus nombres, como el de Alcalá, el Piquete, el de Medina, el de Tarifa, el Cojo, otro de su misma clase con su panza....
Daniel Lindes.

Leonardo Mera dijo...

Es de suponer que, en su descenso desde Córdoba a Algeciras, pasase Gómez por Gaucín. Pero no nos consta quienes fuesen sus enlaces en el pueblo, aunque debió tenerlos, ya que la contrarrevolución debió prosperar en el cultivo absolutista de la época posterior a la guerra de la independencia.
Lo cierto es que había mucha gente comprometida en la Serranía de Ronda, aunque los principales agentes de D. Carlos estaban en Gibraltar, donde se gestionó un empréstito en Londres. Si bien es cierto que no era Andalucía país para los carlistas, como sabemos por el episodio de Malavilla, aunque dominaba esta opinión en la Serranía de Ronda.
Saludos.
Leonardo Mera.

José Manuel Alcalde dijo...

En Andalucía la clave de la riqueza era la producción de la tierra. Dos procesos serán claves en la transformación del régimen de propiedad: la disolución de los señoríos en 1837 (que convirtió a los feudales en propietarios capitalistas, así como la drástica reducción de bienes del común y propios) y, por otra parte, las leyes desamortizadoras de 1835 y 1836 (que consolidan el latifundismo y la gran propiedad, con lo que queda fijada la estructura agraria andaluza). Resultado de ello sería la modificación del paisaje agrario, el favorecimiento de las expansiones de tierras de cultivo del olivar y cereal, y la reducción de superficie forestal y de pasto. Jaén destaca como tierra de latifundios con más de 750 fincas de una extensión superior a las 500 hectáreas, existiendo incluso fincas superiores a las 5.000 hectáreas.
José Manuel Alcalde.

M. de los Ángeles Nájera dijo...

El terror que infundía la expedición de Gómez era tal, que las jóvenes principales que no habían huido de Ronda, se refugiaron en los conventos, y tuvo Gómez que invitarlas a regresar a su casa con todo género de seguridades.
En Ronda, se reorganizó el ejército expedicionario, formándose dos divisiones, siendo confiado el mando de la Serranía al Brigadier Ordóñez. Este se retiró a Casares con su columna, formada por 1.500 hombres entre tropa y guardias nacionales.
Fulgosio, con dos batallones salió de Ronda hacia Gaucín con objeto de observarle. Llegado que fue a este punto, halló defendido el Castillo por dos compañías. El comandante del Castillo mandó un parlamentario, indicándole que no les hostilizarían en la ocupación del pueblo, situado bajo tiro de fusil, si por su parte le respetaba, a lo que accedió Fulgosio y se alojó en Gaucín, desierto casi completamente.
M. de los Ángeles Nájera.

Pepe Caballero dijo...

En las ciudades tuvo especial importancia la desamortización de los bienes eclesiásticos, fundamento de transformaciones y reformas urbanas. Los bienes religiosos del clero secular y regular, conventos e iglesias heredados del Antiguo Régimen ocupaban una gran extensión en las ciudades; el suelo liberado permitió modificar el crecimiento interior de las ciudades históricas. Las expropiaciones dieron lugar a operaciones especulativas sobre el suelo liberado y dando lugar a la modernización de la trama urbana, definiendo las ciudades actuales, liberando edificios que se reconvertían con nuevas funciones, o demoliendo grandes conventos en los centros urbanos de las ciudades que dieron lugar a nuevas vías urbanas o espacios públicos, tal como sucede en Málaga al derribar el Convento de San Bernardo o en Granada con la demolición del convento de San Agustín.
Pepe Caballero.

Juan Sebastián Beltrán dijo...

En términos generales, la producción agrícola bruta aumentó por la roturación de nuevas tierras; aunque en muchos casos, las roturaciones fueron acertadas; en otros, sólo tuvieron por efecto obtener algunas cosechas sobre suelos forestales que luego fueron abandonados a la erosión. Por lo que respecta a los aspectos sociales de las desamortizaciones hay que distinguir entre las zonas montañosas en las que se creó mucha pequeña propiedad y las fértiles tierras de la campiña andaluza, que atrajeron la atención de los grandes compradores, muchos de ellos especuladores y absentistas. En unos casos, las tierras fueron a parar a labradores ricos y, en otros, a elementos urbanos, como financieros y altos burócratas, a gente que con papel de la Deuda Pública muy depreciada compraron fincas valiosísimas. Volviéndose a un fenómeno muy antiguo cual fue la dependencia de los rurales hacia los propietarios urbanos, nuevos propietarios de las tierras, que recibió un impulso decisivo.
Juan Sebastián Beltrán.

Marcos Viedma dijo...

La desamortización civil destacó especialmente de las otras desamortizaciones porque acabó con las prácticas colectivas que permitían los terrenos comunales y acentuó la aparición de grandes latifundios. También la desamortización redujo a los colonos anteriores de tierras a la condición de asalariados, desposeídos y privados de las tierras, leñas y pastos que antes disfrutaban gratuitamente. Además la pérdida de la propiedad o administración comunal afectó a las disponibilidades financieras de los municipios que tuvo como consecuencia la degradación de las condiciones de enseñanza y sanidad de los pueblos y ciudades.
Marcos Viedma.

Manoli Peñalver dijo...

En los pueblos andaluces, el expolio y las perdidas fueron aún más considerables. Se procuraba el trasladar los objetos, libros, enseres y cualquier material procedente de la enajenación de las instituciones religiosas para su clasificación a la capital de la provincia correspondiente y su almacenamiento en depósitos o en alguno de los museos que se comenzaban a crear. Un ejemplo de la desorganización de estos depósitos se puede leer en un informe sobre en qué estado se encontraba el 1 de diciembre de 1835, el situado en el convento de la orden Capuchina de Córdoba: «…solo desorden y confusión presentaba aquel depósito. Porción de cuadros que se veían diseminados aun por los rincones más ocultos, cuadros que se encontraban entre muebles destrozados, a veces detrás de los escaparates y no pocos entre leña. En no menos desorden se hallaron los pocos libros que había en aquel deposito, hacinados todos los volúmenes, era forzoso arbitrar un medio para proceder con claridad alguna al examen y separación tanto de los libros como de los demás enseres objetos de la comisión».
Manoli Peñalver.

Jesús María Bravo dijo...

El grueso de los carlistas abandonó precipitadamente Ronda el día 19 de noviembre de 1836 a las cuatro de la tarde y en Atajate se alojaron aquella noche el Cuartel general y algunos cuerpos, haciendo el resto en pueblecillos inmediatos.
El general isabelino Ribero había llegado cerca de Ronda, procedente de Marchena, contactando con Alaix, que se hallaba en Antequera, y con Narváez que estaba en Posadas, escribiendo al Gobierno pidiendo instrucciones para atacar. Al no recibir contestación, Ribero decidió escribir a los dos generales cual habría de ser el plan de ataque, indicando que seria conveniente enviar comisionados a la serranía para que reanimasen el abatido espíritu del país.
Jesús María Bravo.

Francisco Criado dijo...

Ribero le indico a Narváez que el enemigo Gómez se había detenido en la serranía de Ronda y permanecía allí sublevándola, y el hecho de haber establecido su cuartel general en Gaucín, lo hacia creer que trataban de hacer la guerra en el territorio, aprovechando su aspereza y dificultades y el espíritu de gran parte de sus habitantes, aguardando para maniobrar a que llegase Narváez con su división a la altura conveniente, y esperando que Alaix presionase por la izquierda.
Francisco Criado.

Pablo Amaro dijo...

El 31 de agosto de 1836 se exclaustraban los conventos de Jaén. La ley de la exclaustración supuso la desaparición de muchos conventos en la capital y la provincia. Algunos de los edificios religiosos fueron demolidos, abandonados o cambiaron su actividad para otros fines laicos o militares. Parte de los cuadros y enseres que atesoraba se salvaron pasando al Museo Provincial, otros se enajenaron y perdieron. En total, en la provincia de Jaén fueron desamortizados 254 bienes inmuebles, de los cuales 241 eran casas y el resto fincas urbanas de diferente tipología como conventos, almacenes, molinos aceiteros, harineros, etc.
Pablo Amaro.

Manolo Vargas dijo...

La rotura del equilibrio de la sociedad tradicional agrícola dio lugar a la conversión de los antiguos colonos en mano de obra disponible que, en parte, se empleo en las tareas agrícolas y, en parte, en las actividades mineras, la construcción de ferrocarriles y otras actividades. Sin embargo, éstas no fueron suficientes a largo plazo para evitar la degradación de las condiciones laborales del campesinado, a así vino el paro y, posteriormente, la emigración.
Manolo Vargas.

Felipe Onieva dijo...

En Gaucín, Gómez decidió, según su costumbre, no enfrentarse abiertamente con el enemigo. Para distraer a Ribero, simulo una salida hacia el campo de San Roque, contramarchando sobre la derecha a buscar la salida por Arcos, mientras él, desde Atajate, continuaba hacia Algeciras.
Siguiendo este plan, Gómez salió el día 20 de Atajate hacia Gaucín. Aquí se incorporó con los batallones de Fulgosio, y tratando de aprovechar la retirada que de Casares acababa de verificar Ordóñez, destacó Gómez un batallón con los prisioneros, la brigada y el hospital, acompañada del comandante de ingenieros, con el fin de acabar las fortificaciones, en lo que calculó que se tardarían cinco o seis días para quedar bajo un pie de defensa.
Saludos y gracias.
Felipe Onieva.

Alonso Donaire dijo...

Estaba Gómez en las tareas de fortificación y saneamiento que habían propuesto, desaguando las cisternas, emporcadas de pólvora por los constitucionales al dejarlas, y comenzaba el acopio de víveres, cuando los isabelinos cayeron sobre Gaucín a los dos días, teniendo que abandonar los carlistas, tanto Gaucin como Casares, con grave pesar de Gómez, donde tanto había adelantado, y cuya sublevación general de la serranía habría podido formalizar en pocos días. Gómez había llegado a lisonjearse de poder sostenerse el invierno en un país que tantos recursos y esperanzas le ofrecía.
Alonso Donaire.

Marcial Mudarra dijo...

La Comisión de Monumentos Giennense fue creada durante esta etapa revolucionaria y tenía como finalidad solventar la deuda pública con la venta de parte de los bienes de la Iglesia. Las consecuencias de esta política sobre el patrimonio histórico giennense no se hicieron esperar, pues la exclaustración provocó la demolición, el abandono o el cambio de uso de muchos edificios religiosos.
Marcial Mudarra.

Lorenzo Escudero dijo...

La política liberizadora aduanera llevada a cabo en algunos sectores y la progresiva, aunque lenta, consolidación del mercado nacional, influyeron en distinto grado en el declive económico de Andalucía y en el fracaso del proceso industrializador. La competencia internacional, resultado de las bajas tasas aduaneras en algunos sectores, influyó en sus posibilidades de expansión. Así, en el sector siderúrgico, las bajas tasas aduaneras a la entrada de productos influyeron en los escasos efectos industrializadotes del tendido de las líneas férreas. Cabe preguntarse ¿Cómo hubiera podido la industria andaluza luchar contra la competencia de los productos ingleses o franceses que pasaban la frontera sin tener que pagar derechos de aduanas y que provenían de empresas infinitamente más poderosas y más avanzadas tecnológicamente?
Lorenzo Escudero.

Ramiro Valverde dijo...

Ribero, en la creencia de que les habían llegado las comunicaciones a los jefes Alaix y Narváez, dispuso marchar al siguiente día 22 hacia Gaucín, avisando a los dos citados, y marchando al amanecer. Sabía que el enemigo tenia descubiertas de caballería en el camino que iba directamente a Gaucín, y tomo uno extraviado, andando todo el día y llegando al anochecer: los carlistas no tuvieron noticias de esta jornada del general isabelino, y habría sido sorprendido un batallón que se encontraba en Gaucín si la casualidad no hubiese hecho que observasen la aproximación de las tropas tres paisanos, que al momento les pusieron sobre aviso, con lo cual tuvieron tiempo de comenzar a salir; sin embargo las compañías de cazadores se echaron encima, batieron a las que se opusieron, cortaron a una que se dispersó por los montes, mataron a 11 carlistas y cogieron algunos prisioneros. También se apoderaron de algunos carlitas los nacionales de los pueblos, alentados con la presencia del ejército.
Ramiro Valverde.

Juan Andrés Rueda dijo...

La Comisión de Monumentos de Jaén (a través de Agustín Álvarez Sotomayor, jefe político de Jaén) tan sólo inventaría una mínima parte de los bienes muebles. En los inventarios, fechados el 21 de julio de 1842, tan sólo se mencionaba el tema de las pinturas y el número de cuadros que había por cada tema. En la actualidad, en la Academia de Bellas Artes de San Fernando se conservan algunos de esos inventarios, que generalmente no abarcan todos los conventos de la provincia (en el caso de Andújar, tan sólo existen los inventarios referentes a Santa Clara, San Francisco y Capuchinos).

Manolo Corbacho dijo...

A la competencia industrial extranjera se añadía la progresiva consolidación del mercado nacional para algunos productos y sectores productivos, gracias a las mejoras de transporte y de las comunicaciones que representó el sucesivo tendido de las líneas férreas, estableciéndose una mayor competencia con otras zonas más industrializadas o con recursos naturales disponibles y más adecuados para apoyar la expansión de los sectores básicos en el proceso de industrialización de la época. Es común el pensamiento de los historiadores al considerar el escaso efecto industrializador de las explotaciones mineras durante el siglo XIX

Pepe Moya dijo...

Los ásperos y estrechos desfiladeros de la Serranía de Ronda, que tuvo que atravesar todo el día la división de Ribero, no permitieron llegar a la retaguardia hasta la medianoche. Gaucín presentaba el aspecto mas triste; incendiadas muchas de sus casas, habían sido saqueadas las demás y destrozadas sus puertas y ventanas, alcanzando éstos males a los soldados de la reina, que no pudieron racionarse. La expedición dejo el 21 de noviembre Gaucín, dirigiéndose a San Roque, no sin dejar allí el segundo batallón de la brigada valenciana, a las ordenes del jefe de las mismas, el coronel Llorens de Villareal, que permaneció bloqueando el fuerte, sin hacer fuego, hasta que llegando Ribero al día siguiente, sostuvo, como se le había prevenido, desde la cuatro de la tarde hasta las once de la noche, su excelente retirada, protegiendo de esta manera la del grueso de los suyos, en cuyo tiempo sufrió también el fuego del castillo, incorporándose a la expedición.
Saludos y muchas gracias por este interesante blog.
Pepe Moya.

Juan Jesús Millán dijo...

A través de la Real Orden de 13 de junio de 1844 se constituyen las Comisiones de Monumentos Histórico-Artísticos para proteger tanto los edificios como los objetos que habían pasado mediante la desamortización a ser propiedad del Estado. A estas comisiones se les encomendaría, aparte de la custodia de las obras, la tutela y el estudio del patrimonio artístico español. La Comisión de Monumentos de Jaén, como el resto de comisiones provinciales y la misma Comisión Central, estaba formada por tres secciones: Formación de Bibliotecas y Archivos, Inspección de Museos de Pintura y Escultura, y Promoción de excavaciones y conservación de los edificios de mayor valor histórico. Entre 1836 y 1845 se vendieron un 83% de las propiedades pertenecientes a las comunidades religiosas y un 40% de las del clero diocesano de toda España.

Jesús Crespo dijo...

Las posibilidades de industrialización de Andalucía podían fácilmente sustentarse en su riqueza minera y fueron también absorbidas por su dependencia de los capitales extranjeros. La escasez de capitales sólo se suplía en parte con inversiones extranjeras y esta no era la solución más adecuada el que capitales británicos y franceses explotaran las minas de Riotinto y Peñarroya, eso por citar sólo dos ejemplos más sobresalientes del caso. La mayoría de las compañías extranjeras se limitaron a extraer y exportar el mineral en bruto, con lo que el beneficio para Andalucía fue muy escaso y sin guardar ninguna proporción con las pérdidas naturales que tales extracciones suponían. Por otra parte, los bajos niveles de retribución salarial que permitía el exceso de oferta en el mercado de trabajo hacían que la mayor parte del valor añadido que podía aportar la minería, salía fuera de Andalucía en forma de beneficios repatriados.

Sebastián Salas dijo...

La expedición de Gómez llego a la Línea sin entrar en Gibraltar ante la advertencia del gobernador y el día 22 siguió hasta Algeciras, caminando en parte por la playa para hacerse visibles a los habitantes de la Roca, como si fuera una marcha triunfal. Después de un oscuro incidente, en donde se propuso salvar a los de la Junta de Córdoba exiliándose en Gibraltar, con la mediación del cónsul francés, y ante el fracaso de esta maniobra, el resto de la expedición empezó su regreso al norte, dirigiendo su acantonamiento hacia Alcalá de los Gazules.

Rosa Medina dijo...

En la capital jiennense, los diversos conventos de religiosos y religiosas corrieron diferentes suertes con la Desamortización: la Merced pasó a ser un criadero de seda, mientras que el Convento de Jesús de frailes carmelitas y el Priorato de San Benito se convirtieron en viviendas. Por su parte, La Coronada, Santa Ana, La Trinidad y Capuchinos fueron demolidos. El resto de instituciones, dependiendo de si eran órdenes de religiosos o religiosas tuvieron un uso distinto: en cuanto a los conventos de la rama masculina, Santo Domingo fue convertido en hospicio masculino, San Francisco reutilizado para oficinas de Hacienda e Intendencia (aprovechando parte de la huerta y su claustro para construir el Palacio de la Diputación Provincial, así como un mercado de abastos), el Convento de San Agustín fue usado como cuartel de la Milicia Nacional y residencia de fuerzas regulares, mientras que la Compañía de Jesús fue reconvertido en instituto, museo y biblioteca; por su parte, los conventos de religiosas no sufrieron desamortización, pasando a depender del obispo de la Diócesis.
Rosa Medina.

Diego Jiménez dijo...

El problema que se presentó para la incipiente industria andaluza fue que tampoco los capitales andaluces procedentes de las rentas rústicas de la región se canalizaran masivamente hacia la inversión industrial de nuestra tierra. La concentración de la propiedad de la tierra en Andalucía tuvo efectos importantes sobre la concentración de las rentas rústicas, creando una mentalidad bastante pasiva y tradicional siempre ajena a los esfuerzos industrializadotes y a la misma racionalización productiva del campo. La canalización de la mayoría de las rentas agrarias hacia el consumo suntuario, la propiedad inmobiliaria o su inversión en valores o en otras zonas más industrializadas del país, fueron, muy a menudo, los canales a través de los cuales se desvió la acumulación de capital andaluz hacia otros destinos distintos a lo que debería haber sido la de su inversión industrial en Andalucía. De esta manera se imposibilitó la formación de una burguesía industrial en Andalucía que hubiera podido abordar las tareas de industrialización tan necesarias para el desarrollo económico de Andalucía.

Juan Molinero dijo...

Mientras, Ribero estaba en Jimena, había bajado a San Roque y después a Los Barrios, siempre en persecución del escurridizo Gómez, hasta llegar a la Venta del castaño en la noche del 24. Alaix que estaba en Manilva, había recibido la orden de perseguir a los carlistas que permanecía en Casares y cuando estos huyeron hacia San Roque, marcho a Ronda y por Ardales, Atajate y Ubrique, donde llegó el día 25, para continuar el cerco de Gómez.
Saludos.
Juan Molinero.

Beatriz Ceacero dijo...

Algo parecido a lo ocurrido en la capital de Jaén, sucedió en otras ciudades como Baeza: los Conventos de San Francisco y de la Victoria pasaron a propiedad particular; el Convento de la Trinidad mantuvo abierta su iglesia al culto como ayuda de la parroquia de San Andrés, arruinándose las estructuras conventuales por abandono; el Ayuntamiento adquirió el Convento de los Carmelitas y de la Compañía, instalando un hospital y el cuartel de caballería en sus instalaciones. Gran parte de los conventos de religiosas fueron demolidos o desaparecieron por abandono y ruina, como el convento de Santa Clara o de la Santa María de la Gracia.

Manuel Morales dijo...

Narváez, que desde Posadas se descolgó por Osuna, Morón, Montellano y Bornos, donde llegó el día 24, para salir el 25 hacia los Arcos y se halló con Gómez, no lejos de Guadalete (testigo en otros tiempos de la derrota de los godos por la media luna), la conocida como acción de Majaceite, donde los carlistas sufrieron un grave revés, muriendo mas de 100 carlistas, hechos prisioneros 115 y produciendo su dispersión y el comienzo del fin de la expedición, que se batió en continua retirada hasta Oña, donde llego en diciembre de aquel año de 1836. La expedición fracasa porque no tiene apoyo, ni logístico, ni social, ni sociológico. El intento de Gómez no tiene otra explicación que su deseo de sublevar las tierras de Andalucía, su tierra de origen.
Saludos.
Manuel Morales.

Benito Hervas dijo...

A su vuelta, nada más llegar Gómez a su zona, es encarcelado en Urquiola por sus mismos correligionarios. El motivo no es otro que haber desatendido las órdenes originarias del alto mando carlista. Miguel Gómez Damas no dará su brazo a torcer cuando Maroto pacte bajo cuerda con Espartero, rindiendo la causa tradicionalista por la mezquina conservación de los rangos y soldadas de la oficialidad carlista. Sin doblegarse Gómez emprende el camino del destierro a Francia. Allí vivirá hasta su muerte, manteniéndose con los honorarios que le granjean sus lecciones de español y siempre acompañado de su fiel esposa, doña Vicenta de Parada. El general prusiano al servicio de la causa carlista, barón Wilhelm von Rahden, nos describirá a nuestro héroe con estas palabras:
"La imagen exterior de Gómez contradecía del todo su origen; cabello de cabeza rubio y fino, ojos azules, configuración de cara algo ancha, más bien corriente, barba sólo escasa; la expresión de bonachón y la corpulencia aparente de la constitución muy carnosa más bien daban la impresión de que se trataba de un alemán y no del español con tez sureña, más bien delgado, pero fuerte y huesudo."
Benito Hervas.

Raúl Fuentes dijo...

En la ciudad de Úbeda, muchos de los conventos fueron derribados como la Merced, San Antonio, San Nicasio o La Coronada (utilizándose el solar de estos dos últimos para construir la plaza de toros y el mercado de abastos); otros se reutilizaron para otros fines, como La Compañía (que pasó a ser escuela y después casino), San Andrés (que funcionó como alhóndiga, pescadería y cuartel) o la Santísima Trinidad (utilizándose su iglesia como auxiliar de la parroquia de San Nicolás, mientras el resto de las instalaciones pasaron a sede de la Junta de Beneficencia, cuartel, escuelas primarias, etc.); finalmente, otros fueron reconvertidos en casas de vecindad y establecimientos hoteleros, como La Victoria o San Juan de Dios.

Ignacio Jurado dijo...

Las industrias férricas de Málaga y Sevilla conservaron su primacía hasta el quinquenio de 1861-1865, momento en el que entró en competencia con los establecimientos de Mieres y La Felguera, alimentaos con carbón de coke. Las dificultades de obtención de coke a un precio de coste razonable, colocaron a la industria siderúrgica andaluza en situaciones de inferioridad tecnológica. Esta circunstancia y el hecho de la creciente competencia con ellos, tanto en el plano nacional como internacional, debida a los bajos precios aduaneros en éste último caso, determinaron de forma sucesiva el cierra de los establecimientos. En el año 1862 se cerró San Ramón y El ángel; en 1865, los altos hornos y, en 1891, las forjas de afinación de La Constancia. Ya en 1888, tres años antes se había cerrado El Pedroso.

Rubén Morcillo dijo...

La explotación de la minería del plomo tuvo efectos importantes, y supuso la primacía española en su suministro durante muchos años, quizá desde 1868 a 1898, que tuvo su caída de precios en los mercados internacionales, la modificación de la estructura española del comercio exterior, el impulso de la industria minera en general y una fuerte atracción demográfica. Dado que el plomo era uno de los pocos minerales que se beneficiaban en el país, el impulso de su metalurgia influyó posteriormente poderosamente en la de otros metales.

Juan Alberto Caño dijo...

El Arciprestazgo de Andújar agrupaba en 1511 las iglesias y ermitas de Andújar, Lahiguera, Marmolejo y Villanueva. La ciudad es un claro ejemplo de la rapidez con la que las órdenes religiosas establecieron sus fundaciones desde finales del siglo XV hasta principios del XVII en toda Andalucía, con numerosas órdenes religiosas femeninas y masculinas: a las órdenes ya existentes desde la conquista cristiana, como serían las Clarisas y los Trinitarios, se les sumarían los mínimos, Franciscanos, Carmelitas, Hospitalarios, Jesuitas y Capuchinos.
En definitiva, los conventos fundados en Andújar durante la Edad Media y Moderna serían los siguientes:
- Convento de Santa Clara (h. 1225/1450), de las Clarisas.
- Convento de San Eufrasio (1244), de los Trinitarios.
- Convento de Santa Elena o de La Victoria (1495), de las Mínimos.
- Convento de San Francisco o Santa Ana (1514), de los Franciscanos.
- Convento de Inmaculada Concepción de Nuestra Señora (1587), de las Trinitarias.
- Convento de San José o de Nuestra Señora del Carmen (1590), de los Carmelitas Descalzos.
- Convento de San Ignacio de Loyola (1606/1617), de los Jesuitas.
- Convento de La Divina Pastora (1645), de los Capuchinos.
- Convento de Jesús, María y José (1682), de las Capuchinas.
- Convento de Nuestra Señora de la Caridad (1624), de los Hospitalarios de San Juan de Dios.

Miguel Arnedo dijo...

Gómez volvió al país vasco-navarro del que había salido con 3.000 soldados, aunque no todos eran los mismos que habían partido, sino que las bajas habían sido cubiertas con hombres que encontró en el recorrido, y que incorporó a su tropa, los unos lo hicieron voluntariamente, los otros fueron obligados. A pesar de lo asombrosa que resultó la expedición, Gómez fue detenido y juzgado por los propios carlistas acusado de no haber cumplido las órdenes encomendadas. Tras la rendición de Rafael Maroto (1839), Miguel Gómez decide exiliarse, junto con su esposa, en Francia y volvió a España durante la Segunda Guerra Carlista (1846-1849), siendo Comandante General de Andalucía, pero tras el nuevo fracaso carlista, volvió al exilio francés, a Burdeos, donde falleció poco después, siendo enterrado en Burdeos.

José Luis Muñoz dijo...

A pesar de su éxito militar, a las autoridades carlistas no les gustó nada la forma de proceder de Gómez, pues se saltó las órdenes recibidas. Así que fue procesado en Orduña y encarcelado por insubordinación, pero no fue condenado, porque se acabó la guerra antes de realizar el juicio.
Aunque nunca se ha dado mucha importancia en España a esta marcha, parece ser que aún se habla de ella en algunas academias militares extranjeras. Se dice que hasta el mismo zar Nicolás I se interesó por su gesta.
Según Stendhal, los españoles no eran ni carlistas ni liberales, porque si hubieran sido carlistas, todas esas ciudades hubieran seguido en su poder y, si fueran liberales, no habrían permitido que los carlistas entraran tan fácilmente en sus ciudades.

Tomás Lorite dijo...

Uno de las consecuencias de los beneficios conseguidos con el auge de la metalurgia del plomo en Andalucía, fue la considerable acumulación de capitales que aquel impulso produjo, aunque se desvió en su mayor parte hacia el incremento del consumo y de las propiedades inmobiliarias, debido al minifundismo de las explotaciones, que originó una acumulación per capita reducida, la cual también favoreció la canalización del capital hacia la inversión. El minifundismo industrial, los sistemas de las venas más superficiales, la bajada de los precios internacionales del plomo, todo ello unido al incremento de los costes de producción, colocaron a la minería del plomo en una situación propicia para ser absorbida por el capital extranjero, abandonando así su carácter de industria exclusivamente nacional.

Jesús Arenas dijo...

En 1640 se pone veto en Andújar a la proliferación de fundaciones religiosas, las cuales no cesan provocando la multiplicación de grandes construcciones que constriñen su trama urbana. A finales del siglo XVIII la ciudad tiene «…un vecindario de 14.000 personas, con cinco parroquias, cuatro conventos de frailes y otros tantos de monjas, hospital de San Juan de Dios de Peregrinos y otras casas de piedad».
A finales del siglo XVIII se ponen en práctica algunas de las ideas de la Ilustración. Así, se traza un nuevo viario de calles rectas como la Corredera de Capuchinos, siguiendo el trazado del Camino Real de Madrid a Cádiz, y con el simbólico Arco de Capuchinos (obra de Manuel Salgado, creado en 1762 como acceso de entrada a la ciudad).

Manuel Antonio Palomino dijo...

Miguel Gómez vivió los últimos años de su vida en el exilio por negarse a aceptar la legitimidad de Isabel II, hija de Fernando VII y María Cristina. Pero, a su muerte, en un gesto sublime de amor a su esposa que honra al hombre íntegro, que no hay que confundir jamás con un fanático, aceptó a Isabel II como Reina de España, con la única intención de hacerle más llevadera la vida a su esposa, compañera de sus desventuras que quedaba en la más desoladora de las viudedades. Sus restos mortales reposan en un cementerio de Burdeos.
Manuel Antonio Palomino.

Juan María de la Torre dijo...

El siglo XIX empezaba con un evento que sería de gran importancia económica para Andújar y su comarca: en septiembre de 1802 se inauguraba la feria de compra-venta de ganados que había sido autorizada el 10 de octubre de 1801 por Real Despacho del Supremo Consejo de Castilla. Sin embargo, el estallido de la Guerra de la Independencia desbarataba este proyecto fundamental para la economía local. La estratégica ubicación de Andújar iba a situarla en el centro de atención del ejército napoleónico, siendo una de las principales plazas durante la ocupación: en 1808 bajo el mando del mariscal Dupont, Andújar seria sede del cuartel general francés. Tras la derrota en Bailén de las tropas francesas, el 22 de julio de 1808 se firma en Andújar la capitulación en el Palacio de los Condes de Gracia Real ante el general en mando del ejército andaluz Castaños (aunque en 1810 volvería a ser ocupada la ciudad por el ejército francés hasta 1812, año en que las tropas de Carlos Porta liberan la plaza). Todos estos sucesos supusieron para el patrimonio artístico e inmueble de la ciudad un gravísimo quebranto, con pérdidas irrecuperables.

Timoteo Barón dijo...

Algo parecido a lo ocurrido en el caso de la metalurgia del plomo, se volvió a repetir con las restantes explotaciones mineras en Andalucía, teniendo unos procesos evolutivos muy similares. Así sucedió con el carbón de Peñarroya-Pueblo Nuevo en la provincia de Córdoba, al que la competencia y la concurrencia al mercado de carbones extranjeros se superior calidad fueron determinando su progresivo declive.

José María Moreno dijo...

La Industria algodonera con la mejora de las comunicaciones, que ayudó a incrementar la competencia de los cereales americanos y rusos, hizo entrar en crisis también al sector agrícola andaluz, endureciendo el mercado interior de los productos textiles, por otra parte , el aumento de la competencia exterior y el sucesivo recorte de los mercados coloniales se sumó a la crisis agrícola para determinar la crisis de sobreproducción del sector, desacelerezándose el crecimiento de la industria textil algodonera catalana y disminuyendo rápidamente la malagueña.
Muy agradecido a todos por la riqueza de sus comentarios.
Saludos.
José María Moreno.

Raúl Escribano dijo...

En el año 1839. Las tropas carlistas estaban exhaustas. Estaban reducidas a los bastiones más norteños de la península, pero aún defendían la legitimidad de Carlos V como heredero al trono de España.
Los isabelinos, comandados por el sanguinario general Espartero, acorralaban a las fuerzas en liza. Mientras tanto, se urdía a las espaldas de los carlistas la traición. Espías y embajadores se desplegaban por las cortes europeas y cortaban toda esperanza de que progresase la causa legitimista. En las cortes europeas, se cundía el rumor del pronto ocaso de la tentativa española de recuperar el trono de España por parte del pretendiente, y por lo tanto, la causa de Carlos V se veía privada de ingresos con los que sufragar a sus tropas y pagar a sus hombres. No todo estaba perdido, pues en el corazón de los generales carlistas aún ardía el deseo de recuperar algunas zonas y volver a plantar batalla, más el líder de los Carlistas, el general Maroto, no estaba por la labor.

Carolina Montavez dijo...

La distinta trayectoria seguida por las industrias pudo deberse al endurecimiento más grave del mercado interior andaluz, como resultado de la regresión demográfica provocada por las epidemias de cólera en 1885, la temprana invasión de la filoxera en Málaga desde 1879, las dificultades de la caña de azúcar debidas a la competencia de la remolacha, el colapso de la siderurgia, etc. A todos estos factores cabe añadir una mayor competencia exterior a través de los puertos andaluces y una menor familiarización con el mercado antillano. Fracasado el proceso industrializador en Andalucía y roto el equilibrio de la sociedad tradicional, fue aumentando el desequilibrio y la inestabilidad económica y social. De esta manera Andalucía entraba en el siglo XX en una situación que podemos considerar como de deterioro económico y social que iba a condicionar de forma decisiva su evolución posterior.
Carolina Montavez.

Javier Mejías dijo...

La Constitución de Cádiz es asumida por su élite ilustrada. El primer ayuntamiento liberal de Andújar se constituye el 14 de octubre de 1812 bajo la presidencia de José Francisco de Tavira y Velluti, Marqués del Cerro de la Virgen. El regreso de Fernando VII en 1824 y la restauración del absolutismo acaban con esta etapa. Será durante la regencia de la reina María Cristiana cuando se produzca en Andújar uno de los principales acontecimientos históricos, no sólo a nivel local: el 2 de octubre 1835 se constituye la Junta Suprema de Andújar que, durante los días de su vigencia, supondría aunar los anhelos revolucionarios andaluces, con su apoyo firme a la Constitución gaditana de 1812 y el apoyo a la princesa Isabel frente el pretendiente Carlos María Isidro de Borbón.

José Liébana dijo...

El mismo Zar de Rusia seguirá de cerca la evolución de los expedicionarios que comanda el tosiriano Miguel Gómez. Toda Europa asiste boquiabierta a esa aventura que acaudilla un andaluz secundado por vascos, además de los castellanos, aragoneses y valencianos que se adhieren a su mesnada en aquella trepidante correría.
Gómez pasa cerca de su pueblo natal Torredonjimeno, y visita su casa de incógnito, burlando el control gubernamental, sólo para besar y abrazar a sus familiares, parientes y amigos. Y después de una larga cabalgada llega a Amurrio en diciembre de 1836. Ha sido una fatigosa marcha en la que habían sido perseguidos y hostigados por las tropas del Gobierno cristino a lo largo y ancho de todo el territorio nacional.
José Liébana.

Esperanza Rosales dijo...

José Amador de los Ríos, en su viaje realizado hacia 1841, relata que la ciudad de Andújar aún contaba con las cinco parroquias: Santa María, Santa Marina, San Bartolomé, San Miguel y Santiago, las cuales en su opinión, apenas tenían piezas de mérito (detalla principalmente los bienes de la parroquia de Santa María y Santa Marina).
El Diccionario de Madoz (1845) señala una población de 23.831 habitantes en todo el partido judicial de Andújar, incluyendo su comarca, y unos 13.907 en su centro urbano. Esto es lo que nos dice sobre las casas de oración en la ciudad:
«También hubo en esta ciudad antes de la exclaustración, 5 conventos de frailes: trinitarios calzados; mínimos de San Francisco de Paula, menores observantes, carmelitas descalzos, y capuchinos. El de trinitarios calzados fue fundado en 1244, trasladado después al que ocuparon los carmelitas descalzos, y últimamente en 1569 á la corredera de San Lázaro, cuya iglesia estuvo dedicada a San Eufrasio, Obispo y Mártir, patrón de la ciudad y de todo el obispado de Jaén.
Un saludo con afecto.
Esperanza Rosales.

Paula Risquez dijo...

El general Maroto no era tan apreciado por las tropas como “Zuma”. Maroto era más un general de componendas; un hombre que prefería el pacto en desventaja, aún perdiendo prestigio y honor, antes que el enfrentamiento bélico a la vieja ultranza, donde a buen seguro, sus escasas dotes militares, serían vapuleadas por el sanguinario Espartero y sus “belchas” o “negros”, soldados a sueldo, mercenarios sin honor, que en los combates en los que participaban, arriesgaban hasta la última bala y arrasaban con toda vida, sin respetar heridos, ni ancianos ni mujeres ni niños. Ellos se sabían sabedores de que los carlistas no harían de ellos sus prisioneros, pues su causa no era la Isabel ni la de Carlos, ni la de España, sino la del dinero, que todo lo compra y todo lo corrompe.

Juan de Dios Olmedo dijo...

El convento de mínimos de San Francisco de Paula, ó Ntra. Sra. de la Victoria de Andújar, bajo la advocación de Santa Elena, es el segundo que en España se fundó de esta orden, viviendo aun su fundador San Francisco, en el año 1495: estuvo situado extramuros de la población en el punto que llaman la Victoria Vieja, desde donde fue trasladado en 1678 por el padre Fr. Francisco Navarro, general de la orden, a la plazuela llamada la Victoria, sitio que en el día ocupa. La iglesia es muy mediana, aunque de buena planta, y tiene en el alzado muchos defectos; también los tiene el retablo principal; pero no se le puede calificar de malo, como lo son los restantes; en el lado del evangelio, en una especie de relicario, hay dos bustos de santos mártires de bastante mérito. El convento de menores observantes de San Francisco, se fundó en el año 1514 con bula del Pontífice, en el beaterío de terceras de la misma orden, quienes espontáneamente se unieron al de monjas de Santa Clara, con sus rentas, dejando el convento que estaba situado en la ermita de Santa. Ana y casas contiguas, hoy del mencionado conde de la Quintería, a los religiosos que le habitaron basta su traslado a la calle llamada de San Francisco.

Andrés Peragón dijo...

El general don Miguel Gómez Damas fue uno de los muchos militares carlistas que no aceptó el “Abrazo de Vergara”, y junto con otros mandos y militares carlistas, se decidió disolverse y refugiarse en otros países, donde el legitimismo también estaba en liza y le servía de escapatoria. Este es el caso del vecino Portugal, quien padecía una situación sucesoria en su corona muy parecida a la que se sufría en España.
En Portugal, los partidarios del legitimismo eran llamados “miguelistas”, por ser su pretendiente, D. Miguel I, en detrimento de María II de Portugal, hija de Pedro I de Brasil y IV de Portugal, que reinó sólo durante unos pocos días y abdicó en su hija. Portugal hubo de padecer también su propia guerra civil por este motivo, ello ocurrió durante los años 1828 al 1834. Acabada la contienda, quedó en la sociedad portuguesa una profunda división, donde se podía entrever a los partidarios de unos, los radicales liberales y de otros los absolutistas o miguelistas.
Andrés Peragón.

María Moragas dijo...

El convento de los carmelitas descalzos de Andújar, que antes fue de trinitarios, se fundó en el año 1590. El de capuchinos erigido en 1645, estuvo situado al extremo de la Corredera de San Lázaro, en la ermita de este santo: la iglesia continúa abierta, como capilla de los establecimientos de beneficencia. Contaba con 4 conventos de monjas: el de Santa Clara, inmediato a la parroquia de Santiago, fundado bajo la advocación de Santa. Inés, y regla de terceras de San Francisco en el año de 1225, hasta que en el de 1450 se erigió en convento de Santa. Clara, adoptando las constituciones de esta misma Santa.: en 1514 se agregaron á él, como queda dicho, las beatas, de Santa. Ana: sirvió de hospedaje por algunos días á la Reina Católica Doña Isabel I; y fue suprimido en mayo de 1836.

Enrique Vallejo dijo...

El General Miguel Gómez vivió los últimos años de su vida en el exilio por negarse a aceptar la legitimidad de Isabel II, hija de Fernando VII y María Cristina. Pero, a su muerte, en un gesto sublime de amor a su esposa que honra al hombre íntegro, que no hay que confundir jamás con un fanático, aceptó a Isabel II como Reina de España, con la única intención de hacerle más llevadera la vida a su esposa, compañera de sus desventuras que quedaba en la más desoladora de las viudedades. El gobierno liberal no mostró clemencia con la viuda.
Enrique Vallejo.

Luisa Alfaro dijo...

El convento de las mínimas de San Francisco de Paula, titulado de Jesús María, en la calle de este nombre, único de religiosas que existía a la muerte del santo fundador, fue erigido convento en el año de 1405, bajo la regla que aquel les dio. El de la Concepción de Ntra. Sra., de religiosas trinitarias calzadas, se estableció en 1587, y se halla en la calle de Granados, el de Jesús, María y José, de religiosas capuchinas, fue fundado en 1682, extramuros, en la ermita llamada del Dulce Jesús, y en 1685 se trasladó a la calle Calancha donde se conserva actualmente. Ni por su arquitectura, ni por otras bellezas artísticas, llama la atención ninguno de estos conventos. Existió también en esta ciudad un colegio de Jesuitas, fundado en 1615, en la calle del Juego de Pelota, desde donde se trasladó a la calle llamada de la Compañía: se enseñaba en él primeras letras, y latinidad; y a la supresión de los Jesuitas en 1767, se pusieron las escuelas bajo la dirección de preceptores seculares, con cargo a las temporalidades de aquellos: pero habiéndose desentendido de tal gravamen, poco después de la guerra de la Independencia, los que sucedieron a los Jesuitas en el disfrute de sus bienes, hubo de cargar la municipalidad con esta atención , concretándose a la primera enseñanza.

Santiago Luque dijo...

En varias ocasiones intentó Miguel Gómez volver a Torredonjimeno para vivir en paz con su familia y con los suyos, a los que añoró en su destierro. No pudo ser. La lealtad lo llevó a arriesgar repetidamente su vida, viviéndola peligrosamente, aventura tras aventura, para morir a la postre más allá de Despeñaperros, allende los Pirineos, lejos de su suelo natal.
Sus restos mortales reposan en un cementerio de Burdeos, donde nadie le ha puesto una flor desde hace siglo y medio. Lejos de la sepultura de sus padres, lejos de los olivares patrios, lejos de las torres campanario de su villa y lejos, muy lejos de los rincones de su infancia... Pero, presente está su nombre en Torredonjimeno, en esa antigua calle San Juan que le vio corretear de niño y que hoy lleva su nombre afamado, limpio y honrado, sinónimo de lealtad y entrega a una causa.

Estela Parra dijo...

Tras la desamortización, las clausuras andujeñas tuvieron diversa suerte: los conventos de Trinitarios Descalzos, Nuestra Señora de la Victoria o el de Santa Clara fueron demolidos; también fue demolida la iglesia del convento de los Carmelitas Descalzos, utilizándose las demás estancias como casas de vecinos. Por su parte, el Convento de Capuchinos mantuvo su iglesia abierta, que fue utilizada para fines de Beneficencia, hospital e inclusa. Una de las principales consecuencias de la desamortización se hizo patente en el espacio urbano de la ciudad, donde surgirían enormes solares tras la desaparición de los conventos. Prueba de ello sería la calle San Francisco, que toma su nombre del desaparecido monasterio franciscano, y que se convierte en el centro neurálgico comercial al crearse en su solar una plaza de toros con función también de plaza de abastos.

Javier Contreras dijo...

El 11 de junio de 1864 Miguel Gómez dirigió un escrito a Isabel II en el que la reconocía como reina de España, solicitando ser reintegrado en el ejército con los grados y empleos que había recibido de don Carlos. El ministerio de la Guerra desestimó el 14 de febrero de 1865 la demanda, "en razón a haber terminado los plazos marcados para esta clase de reclamaciones." Los legitimistas franceses ayudaban económicamente a Gómez y posteriormente a su viuda pero cuando se enteraron del escrito en el que el general reconocía a la reina, retiraron el apoyo económico a la viuda, la cual escribió el 27 de abril de 1865 a Isabel II sobre su penosa situación económica, pidiendo la "revalidación de los empleos obtenidos por su marido con anterioridad al convenio de Vergara...y se le señale la consiguiente pensión de viudedad para poder subsistir en sus ancianos días." Al no recibir contestación, presentó de nuevo la petición al cónsul de España en Burdeos, el cual la cursó, acompañando a su vez un escrito al Ministro de la Guerra en el que decía que los legitimistas "...han retirado a la viuda la corta pensión que la tenían señalada, dejándola en su avanzada edad en el último grado de mísera."

Bárbara Solórzano dijo...

La expedición del general carlista Gómez, es toda una lección histórica del verdadero sentir de pueblo español, y del minoritario apoyo popular al bando liberal. Cabe recordar que ya el propio Luis de Evans (militar británico que lucho durante la primera guerra carlista en el bando liberal) nos dejo dicho en su libro “Memoria de la Guerra de Navarra y las Provincias” que “ El grito de viva Carlos encontraba simpatías tanto más enérgicas cuanto más reprimidas habían estado en el pecho oprimido, y gruesas turbas de jóvenes engrosaban las filas usurpadoras [...] en vano la fogosa pluma de las Diputaciones y Juntas de armamento llena de todo el ardor del clima, ofrecía inmortalidad al pueblo que resistiera al torrente enemigo; semejantes ecos no resonaron en el pecho del proletario, confundiéndose en silencio entre la multitud vacilante en lo que debía obrar”. De igual forma en otro pasaje de la misma obra Evans nos apunta:”los ojos del pueblo siempre están abiertos para quien quiere defenderle; y a este debió Gómez su salvación, pues de lo contrario la victoria sobre nosotros, o su exterminio hubiera sido el resultado”, es decir no era la superioridad militar del General Gómez, sino el apoyo del pueblo, lo que permitió la invicta expedición a lo largo y ancho de la Península.

José Alejandro Maroto dijo...

Las tropas carlistas pudieron recorrer sin problemas toda España debido al gran apoyo popular de su causa, mientras que los liberales encontraron numerosos problemas en mantener una persecución por tierras supuestamente adictas pero realmente desafectas. La vinculación del carlismo y Andalucía, que alcanzó resonancias heroicas en la guerra civil del 36 al 39, gracias a los esfuerzos de Fal Conde, tiene un claro antecedente en la presencia de numerosos defensores de la legitimidad durante la primera carlista.
José Alejandro Maroto.

Jacinto Montero dijo...

En la prensa decimonónica de 1849, se podía leer:
“De la frontera de Portugal escriben lo siguiente sobre el cabecilla carlista Gómez, de cuya prisión en el vecino reino nos ocupamos pocos días hace:
«El día 4 del corriente fue preso en Portugal en el reino del Algarve el célebre Gómez, caudillo carlista que en 1836 corrió como un rayo toda la España. Este aventurero se presentó en Lisboa como mejicano, pudo disfrazarse, de modo que obtuvo pasaporte para el Algarve, para desde allí principiar sus trabajos en favor de don Miguel y de don Carlos, y poder con más facilidad introducirse en España. Le acompañaba un tal don Manuel Rodríguez, que se decía boliviano. Antes que estos había llegado al Algarve otro español, López Caracuel, bien conocido como jefe carlista. La llegada de estos extranjeros activó mas la vigilancia del benemérito gobernador civil del Algarve don Antonio Muria Gomairo, que luego previno á su gobierno y observó tan de cerca los pasos de estos viajantes, que al momento de recibir orden del gobierno para prenderlos, sabedor de que se hallaban en la villa inmediata de Loulé dentro de dos horas fueron capturados. Grande fue el servicio que hizo dicho señor Gomeiro a nuestra España y á Portugal, y grande desengaño deben tener estos agentes revolucionarios viendo el ningún apoyo que hallaron en Portugal, y sabiendo que los otros cabecillas carlistas han sido batidos en todas partes. También anunciamos con satisfacción que nuestro cónsul en el Algarve, don Manuel Gómez Roldan, expidió las mas acertadas órdenes á los vicecónsules de su dependencia tan luego como el señor gobernador civil le comunicó la aparición de personas tan sospechosas.»”
Jacinto Montero

Jesús Moragas dijo...

En el año 1848 todavía quedaban en Portugal partidarios del legitimismo, y no sería extraño que viejos soldados carlistas buscasen en estos “hermanos de causa” fondos o ayudas económicas para su causa de entre los seguidores del miguelismo. La vigilancia y la presión de los liberales, hizo que en esta ocasión Gómez viese frustrada sus expectativas y cayese prisionero. De todas formas, no terminarían ahí las peripecias del más famoso general que haya dado Torredonjimeno en todos los tiempos, pues los últimos días de su vida, viejo y achacoso, los pasó exiliado en Burdeos, Francia, donde existía una gran colonia de refugiados carlistas de toda España los cuales malvivían y pasaban su existencia entre añoranzas de un pasado mejor y las esperanzas de poder regresar a su patria algún día.

Carolina Estremera dijo...

A los pocos años, en los años 70 del siglo XIX, el entonces pretendiente de la causa carlista llamó a filas a Manuel López Caracuel, que bajo el grado de Brigadier aceptó luchar por el pretendiente. Su misión consistía en levantar a las tropas en Andalucía, pero le fue imposible, pues estaba bajo vigilancia. Optó por huir a Sierra Morena, pero al poco fue capturado y hecho prisionero. Manuel López Caracuel logró burlar la vigilancia y escapar de la cárcel, huyendo al norte, donde pasaría el resto de la contienda.

Juan Pedro Guardia dijo...

Otro de los apellidos mencionados en el texto de la noticia de la prensa del año 1849, es el de López Caracuel, que bien puede ser uno de los hermanos, o José María o Manuel López Caracuel, aunque por edad optamos por Manuel, ya que José María, que llegó a ser Mariscal del Ejército Carlista y uno de los miembros que asistió a la asamblea de Vevey, en Suiza, donde se diseñó el plan para apoyar la adhesión del Carlos VII, moriría en 1872.
Dichos hermanos eran unos ricos hacendados oriundos de la vecina localidad cordobesa de Priego, desde el principio aceptaron la causa carlista, siguiendo las vicisitudes de éste. Una vez concluida la contienda, se exiliaron con toda su familia, y pasaron largos años fuera de sus propiedades, hasta que regresaron a su localidad natal allá por el año 1864. Fueron recibidos con alegría por sus convecinos, incluso por los contrarios a su causa.

María Jesús Tudela dijo...

Miguel Gómez era un hombre culto, no olvidemos que la Guerra de la Independencia le sorprendió cuando cursaba sus estudios de Derecho en Granada, estudios que abandonó para ponerse al servicio de la Patria. Culto y leal a sus convicciones: la Santa Religión, la Patria y el Rey.
El carlismo no fue un bloque compacto, sino que reunía bajo sus banderas diversas familias ideológicas. Por desgracia ha prevalecido una imagen distorsionada del carlismo, semejándolo a un fundamentalismo religioso anclado en el pasado. Pero, a diferencia de esa imagen negra del carlismo, había corrientes internas que merecen nuestra atención.

Pablo Aceituno dijo...

El General Miguel Gómez era considerado como perteneciente a la familia ideológica carlista más sensata. Según un documento del Archivo General de Palacio que lleva el título de "Memoria histórica sobre el partido carlista" existían tres fracciones en el seno del carlismo: una fracción "apostólica", una fracción "realista pura", desengañada del pretendiente Carlos María Isidro de Borbón, y otra más, la constituida por los llamados "transaccionistas".
En su mayor parte los "transaccionistas" eran militares profesionales que pretendían casar al hijo mayor del pretendiente Carlos con la Reina Isabel II, para acabar así con el dramático y lacerante conflicto fratricida. Entre los de esta cuadrilla figuraba Miguel Gómez. Pero los esfuerzos de estos carlistas, leales y sensatos, fueron traicionados miserablemente por la persona que designaron como su representante, el traidor Maroto.

Carlos Andrés Calvin dijo...

Si el criterio de la línea transaccionista se hubiera impuesto en el campo carlista y a la vez hubiera sido atendida por sus adversarios, tal vez España no se hubiera desangrado en tres largas guerras carlistas y el nacionalismo vasco y catalán jamás hubieran levantado cabeza. Zaratiegui, el Conde del Prado, Arjona, Pavía y Gómez, entre otros, encabezaban esta propuesta que hubiera zanjado, decimos, el problema dinástico a cambio de aceptar una constitucionalización de España, contra la que estos carlistas no tenían ninguna objeción siempre y cuando se respetaran los principios fundamentales de la Tradición: Dios, Patria y Rey.
Carlos Andrés Calvin.

Daniel Tobaruela dijo...

Prueba de su moderación, humanidad y caballerosidad de Miguel Gómez Damas es el cumplimiento estricto de las cláusulas del Convenio Elliot que observó impecablemente, llevándole incluso a romper con los más feroces cabecillas que le acompañaban, Cabrera y el Serrador, partidarios del exterminio en masa de prisioneros. Como Cabrera y Serrador hablaban catalán, Gómez los despachó de sus filas cuando ideaban una masacre de prisioneros haciendo uso de la misma lengua vernácula de ambos guerrilleros: "Vosotres sols!" (¡Vosotros solos!). Así fue como Cabrera y el Serrador se vieron impelidos a abandonar la expedición, bajo amenaza de ser expeditivamente fusilados por Gómez que ese día salvó la vida de muchos soldados del ejército gubernamental que habían caído en las manos de las mesnadas de Miguel Gómez.

Jesús Bermúdez dijo...

Sólo desde ese espíritu humanitario podemos entender la Proclama que Gómez hizo en Santiago de Compostela, a 18 de Julio de 1836, diciendo a sus enemigos, los milicianos gubernamentales, lo siguiente: "Y en cuanto a los urbanos (los milicianos), que temerosos por la aproximación de las tropas de mi mando, hayan abandonado sus hogares, pueden volver a ellos seguros de que no serán molestados por razón de opiniones, de cuya verdad ya tienen repetidos ejemplos con los que se han presentado en la ciudad de Oviedo, fuera de lo notoria que es la conducta que hemos observado con los demás del reino".

Miguel Damas dijo...

En unas reflexiones que el mismo Gómez hizo de los éxitos transitorios de su expedición, ya en el exilio francés, el general de Torredonjimeno, con la conciencia tranquila, declara: "Muy lisonjero es sin duda oír que se atribuye este fenómeno a mi capacidad militar; pero no me ciega el amor propio hasta el punto de no conocer que esta explicación es una nueva red tendida por el liberalismo. Quisiera ésta dar una idea falsa de la verdadera conclusión de la historia de mi correría, la cual debe parecer, en efecto, una novela o una especie de milagro para todos los que intenten explicarla por las simples reglas de la estrategia. No, no es mi habilidad, ni tampoco a la inacción ni a la ignorancia de los generales enemigos, a quienes debe atribuirse la felicidad de mis marchas, sino principalmente a aquella benevolencia oficiosa, que adivina las necesidades de un amigo, y vuela para socorrerle..."
Miguel Damas.

Juan María Herrera dijo...

La humildad, y la altura moral, de este hombre nos conmueven a través de estas palabras suyas. Miguel Gómez aclara, más abajo de este párrafo que reproduzco, que los pueblos sometidos por el despotismo liberal se alzaban en armas cuando tenían noticia de la proximidad de las tropas que él lideraba, lo mejor de España hubiera secundado los sagrados principios de la Causa, pero él sabía que, perseguido por tropas superiores a las suyas, no podía detenerse ni hacerse fuerte en ningún sitio, por lo que recomendaba a esos españoles, que en los pueblos se querían adherir a él que reconsideraran su intención y quedasen en la vivienda tranquila, para evitar que estas poblaciones fuesen represaliados por las tropas gubernamentales, pues, como él mismo escribió: "...yo sabía muy bien que al cabo de algunas horas, el enemigo hubiera correspondido a ellas con el incendio y la muerte".

Roque Tobaruela dijo...

Gracias a D. Juan Antonio Zaratiegui, camarada de armas de Gómez, se ha podido tener conocimiento de una carta escrita por su puño y letra. La carta a la sazón está fechada en Burdeos, a 22 de enero de 1842. Por ser fidedigna traslación de su letra podemos hacernos una idea del vocabulario de Gómez, un léxico arcaizante que conserva arcaísmos como "priesa" por "prisa".
A la postre, cuando uno contempla aquella página gloriosa que escribió aquel recio andaluz, siente la impotencia que se experimenta ante esa roca inamovible que es la Historia, y uno se pregunta si no hubiera sido lo mejor para España que hombres como Gómez hubieran vencido o convencido para evitar las sangrías que depararon aquellas guerras.
Roque Tobaruela.

Julia Cárdenas dijo...

La última reflexión de Gómez que quiero transcribir es triste, dice así: "La guerra de España es la de una nación [el pueblo] contra un ejército [el gubernamental], y si aquélla pudiese sucumbir en la lucha, sería necesario que, a la máxima de que "Un pueblo no necesita para ser libre más que quererlo", sustituyésemos esta otra: "El tirano más odioso, con tal que una vez invada el poder, puede mantenerse en él contra todos los esfuerzos del pueblo tiranizado". Estos son extractos del raro y curioso libro titulado "Examen crítico de las revoluciones de España de 1820 a 1823 y de 1836", París, en la librería de Delaunay, 1837, t. II, pp. 294-295.
Julia Cárdenas.

María Luisa Hernández dijo...

Gómez no es el único carlista andaluz. No puede considerársele un caso aislado y excéntrico, muchos andaluces sintieron la llamada de la contra-revolución en aquella época, cuando España dejaba de ser la brava nación, campeona del catolicismo, la Católica España que hoy es triste sombra de lo que fue ayer.

Antonio Checa dijo...

Miguel Sancho Gómez Damas fue un militar español, y puede decirse que fue posiblemente uno de los militares con más pericia de su época.
Tal pericia militar le hizo merecedor del marquesado de Orbaiceta en recuerdo de la conquista de la Real Fábrica de Armas por las tropas carlistas en 1834 y donde se distinguió valerosamente. En el libro "Títulos del reino concedidos por los monarcas carlistas" escrito por el Rey de Armas D. Vicente de Cadenas y Vicent se describe el escudo nobiliario del siguiente modo:
Marqués de Orbaiceta, titulo dado por Don Carlos V, en 1834, a don Miguel Gómez, Coronel y Jefe de Estado Mayor del Ejército Real de Navarra.
Armas: En Plata, cinco escudetes de azur, cargados de una flor de lis, de plata, cada uno.
Antonio Checa.

Rosario Cañas dijo...

Alfonso Bullón de Mendoza en su libro " La Expedición del General Gómez" duda de la existencia de tal título ya que Gómez nunca hizo uso de él atribuyendo el marquesado a un error de Vicente de Cadenas al creer "que don Carlos pensase otorgar el título a Gómez y luego no lo hiciese debido a las circunstancias bélicas" extrañándose que Gómez no lo utilizase al menos entre 1834 y 1836.
Rosario Cañas.

Emilio Arroyo dijo...

Hay opiniones que difieren sobre el otorgamiento del título al General Gómez al creer que el título no fue expedido en 1834 sino en los últimos meses de 1836, sin señalar día ni mes, como recoge Vicente de Cadenas en el Índice Cronológico con el que cierra el libro haciéndome suponer que Gómez no tuvo conocimiento cierto del nombramiento nobiliario ya que se encontraba en su famosa campaña muy alejado de la Corte carlista. El inexplicable proceso que se le siguió a Gómez inmediatamente a la llegada de su Expedición le aparejó el alejamiento de todos sus cargos y honores en el ejército carlista unido a las consecuencias del Abrazo de Vergara y al largo exilio francés hicieron que Gómez no hiciese uso el título en vida pero tampoco su título fue anulado porque nunca hubo sentencia en su proceso.
Emilio Arroyo.

Mauricio Chica dijo...

La promulgación en 1947 de la Ley de Sucesión de la Jefatura del Estado, hizo que España se convirtiera de nuevo en Reino y el Jefe del Estado el general Francisco Franco se atribuyera el derecho a reconocer y conceder títulos nobiliarios.
La Ley de 4 de mayo y el Decreto de 4 de junio del mismo año permitieron el restablecimiento de la legislación nobiliaria que había sido derogada por la Segunda República. La aportación más interesante es el reconocimiento de los títulos concedidos por los reyes carlistas.
En los años cincuenta del siglo XX el Ministerio de Justicia se dirigió a los herederos de D. Fernando Gómez Arrabal, sus hijos D. Jaime, Dª Asunción, Dª Beatriz, D. Fernando y Dª Eva Gómez Moya, todos ellos nacidos y residentes en Torredonjimeno, como sucesores por derecho genealógico al referido título nobiliario cuyo expediente se encontraba en el Ministerio de Justicia para que quien de ellos se considerase con mayor derecho pudiese rehabilitar el marquesado. Ninguno de ellos lo hizo.

Santiago Lozano dijo...

Hace unos años se hicieron gestiones en el Ministerio de Justicia para probar la existencia del título y tras exponer la petición a la funcionaria que atendió se estuvo esperando algo más de dos horas hasta que terminó de revisarse el expediente, sobre la existencia del título concedido a Gómez. Se comunicó que el expediente del título se hallaba en el Archivo de Títulos Nobiliarios y que debía ser rehabilitado por quien le correspondiese para poder ser ostentado, lo que prueba que dicho título fue creado y concedido al general Gómez, por lo que claramente se deduce que aunque él no pudo utilizarlo sus descendientes si podían llegar a hacerlo.

Ramiro Valenzuela dijo...

Yo creo que todos tenemos la idea bastante fija de que el movimiento carlista fue un fenómeno prácticamente circunscrito al País Vasco, Navarra, Cataluña y, si acaso, el norte de Castellón. Eso es, más o menos, lo que nos han enseñado a todos, pero no fue así, porque los pretendientes carlistas tuvieron partidarios en toda España. Lo que ocurrió es que se concentraron en esas zonas, porque es donde hubo más y porque eran zonas más montañosas e inaccesibles para el Ejército.
Ramiro Valenzuela.

Felix Carpio dijo...

Miguel Sancho Gómez Damas fue un militar carlista, que no nació en el norte, sino en Torredonjimeno, Jaén, en 1785. Se va a Madrid y allí le pilla el comienzo de la I Guerra Carlista. Se dirige hacia Navarra y se pone a las órdenes del famoso general Zumalacárregui, el cual le nombra jefe de su Estado Mayor.
En 1834 acompañó a D. Carlos en su visita por las provincias del norte y fue nombrado comandante general de Vizcaya y, posteriormente, también de Guipúzcoa.
Tras las acciones de Guernica y de Tolosa fue ascendido al máximo rango de mariscal de campo. También le otorgó el pretendiente el título de marqués de Orbaiceta.

Eusebio Segovia dijo...

Pío Baroja le dedica Miguel Gómez uno de sus escritos, incluso hizo su recorrido en coche, y George Borrow, aquel que se dedicó a vender Biblias protestantes por toda España a todos los que se le pusieron por delante, incluidos los clérigos, afirmó que lo había conocido en uno de sus viajes y nos hizo un retrato del personaje.
En 1839, tras la rendición de Maroto, fue puesto en libertad y decidió exiliarse en Francia, pues tampoco se fiaba de los liberales.
En 1846, al comienzo de la II Guerra Carlista, regresó a España y fue nombrado comandante general de Andalucía, pero no tuvo mucho éxito y volvió a exiliarse en Francia. Poco antes de morir, en 1864, envió un escrito a Isabel II, donde la reconocía como su reina y le pedía que le dejaran reintegrarse en el Ejército con el grado que ostentó en el bando carlista. Aunque suene un poco raro, esto se le permitió a muchos mandos carlistas, pero a él le contestaron del Ministerio de la Guerra desestimando su petición, por haber pasado ya el plazo para hacer esas reclamaciones.

Antonio Ocaña dijo...

Los legitimistas franceses, les habían ayudado económicamente a Gómez y familia, para poder residir en Francia, pero, cuando tuvieron noticias del escrito enviado a Madrid, dejaron de hacerlo.
En 1865, ya fallecido el general Gómez, se tiene constancia de que su viuda envió varios escritos a Isabel II para que le otorgara una pensión, reconociéndole el grado militar de su esposo. Parece ser que no recibió respuesta y volvió a intentarlo a través del consulado de España en Burdeos, informando al Gobierno español que los legitimistas franceses le habían retirado su ayuda y que vivía en la miseria total. Triste final para la familia de un héroe.

Justa Vilches dijo...

Parece ser que los esclavistas cubanos fueron unos de los principales financieros del movimiento carlista. Recuerdo que el presidente del banco de La Habana era el hermano de Canovas del Castillo. Casualmente, cuando Alfonso XII llegó al poder, dejaron de financiarles y la guerra se acabó cuando acabaron las finanzas.
Como verás, la Historia está llena de "muchas casualidades".
Saludos y muchas gracias.

Francisco Criado dijo...

El carlismo es un movimiento político sumamente propenso a la mitificación. Mitificación, tanto de sus defensores, como de sus enemigos. El carlismo fue un movimiento que sólo apareció en las Provincias Vascas, en Navarra, y en algunas zonas del levante. Aunque la evolución del tradicionalismo desde los inicios del movimiento en 1833; nos cuenta como algunos hombres y haciendas andaluzas decidieron de forma valiente, defender el derecho de D. Carlos María Isidro a la corona española.
Hay que destacar el gran acontecimiento político, militar y social que supuso la presencia del General Gómez en tierras andaluzas. Toda su marcha militar de norte a sur, y de oeste a este de la península, no fue un milagro, sino que fue la consecuencia lógica de una situación política y social que no se decantaba claramente a favor del gobierno liberal.

María Luisa Hernández dijo...

Pues yo creo que no, porque los mandos carlistas que quisieron incorporarse al Ejército de Isabel II, pudieron hacerlo sin problemas y les respetaron sus grados.
Además, entre las familias carlistas había muchos que unos estaban en un bando y los otros en el otro. Eso pasó, por ejemplo, en el caso del general O'Donnell. Este conocido general militó en el bando isabelino, sin embargo, su padre, que fue capitán general de Canarias, y sus hermanos lucharon en el bando carlista.
También es preciso tener en cuenta que entre los carlistas no había buenas relaciones. El mismo general Maroto, antes del famoso Abrazo de Vergara, descubrió que se estaba tramando una conspiración de sus oficiales contra él y no dudó lo más mínimo en fusilar a los cabecillas del hecho. Eso no se lo perdonaron nunca. A lo mejor, por eso, aunque le reconocieron su grado, se fue a vivir a Chile y allí murió.
Saludos.

Marcos Viedma dijo...

"Usted, que debe conservar todos los antecedentes, se reirá de tanta maldad, y en su tiempo pondrá en movimiento la parte que le toque en estos folletos que ya son despreciados por todo hombre sensato, porque ellos mismos manifiestan el objeto para que están escritos y la clase a que corresponden sus autores. Deseo que se conserve uste bueno y que disponga como debe de su afectísimo amigo. -Miguel Gómez". (Tomado de la carta de finales de enero de 1842 del General D. Miguel Gómez Damas a D. Juan Antonio de Zaratiegui y Celigüeta, ayudante y secretario de D. Tomás de Zumalacárregui.)
D. Juan Antonio de Zaratiegui y Celigüeta, nació el año 1804 y falleció en 1872. El fragmento pertenece a una carta en que Gómez explica ciertos sucesos contra lo que los folletos contrarios a la Causa estaban propalando, mintiendo para perjudicar a los carlistas.

José Liébana dijo...

Otra muestra de la personalidad del General Gómez a través de sus escritos lo tenemos en el siguiente texto:
"La guerra de España es la de una nación contra un ejército, y si aquella pudiese sucumbir en la lucha, sería necesario que, a la máxima de que "Un pueblo no necesita para ser libre más que quererlo", sustituyésemos esta otra: "El tirano más odioso, con tal que una vez invada el poder, puede mantenerse en él contra todos los esfuerzos del pueblo tiranizado".Escrito por D. Miguel Gómez Damas y citado en "Examen crítico de las revoluciones de España de 1820 a 1823 y de 1836", París, Librería de Dalaunay, 1837.

Manuel Bermejo dijo...

Cuenta el barón Wilhelm von Rahden, prusiano que sirvió a la Santa Causa, que cuando sus ayudantes le preguntaban a Gómez:
-¿Desea uste algo, mi general?
-No. -decía Gómez- Tengo lo que necesito. -y mostraba la hoja de papel de fumar que tenía entre los dedos.

Marcelo Navarrete dijo...

Serafín María de Sutton (1793-1862), III Conde de Clonard y V Marqués de la Granada, escribió en su "Historia orgánica de la Infantería y Caballería", estas palabras sobre el General Gómez:
"A Gómez precedíale la reputación de hombre enérgico, pero humanitario y severo, observador de la disciplina".

Javier Mejías dijo...

"Sabemos que no cesa en Jaén la presentación de miserables que han pertenecido a la facción Gómez, y que el resto de ella sigue precipitándose hasta más allá de Espeñaperros (sic), que se ignora cual será su dirección desde dicho punto".
Extracto de la Comunicación del Alcalde Constitucional de Priego de Córdoba, José María de Gancía, el Juez de 1ª Instancia Manuel Amonariz y Mora y el Comandante de Armas Antonio Canamel a D. Ramón Narváez, General Jefe de Avanzada del Ejército del Norte. A las 10 de la noche del 4 de diciembre de 1836.
Así se expresaban los colaboracionistas del ejército cipayo del gobierno liberal. En efecto, la calificación de "miserables" para todos aquellos que se enrolaban con la columna Gómez, es toda una muestra de su acerbo odio a los carlistas.

Miguel Arnedo dijo...

Don Camilo José Cela (1916-2002), Nobel de Literatura en 1989, Premio Cervantes de 1995 y Príncipe de Asturias de 1987, fue un escritor que no a todos les merecerá el mismo juicio. Por su amistad con Pío Baroja, Cela pudo conocer la historia de D. Miguel Gómez Damas, y cuando en su viaje andaluz pasa por Torredonjimeno, así lo refiere.
"En Torredonjimeno nació el cabecilla carlista Miguel Gómez, que en el 1836 salió de Álava con tres mil hombres, se llegó a Asturias y Galicia, pasó a León, se metió en la Mancha, tomó Córdoba, se paseó por Extremadura, acampó en Ronda, volvió grupas y se plantó en Burgos, y llegó a su cuartel de Orduña con un botín cuantioso y más hombres de los que mandaba al partir. Y todo en seis meses y con Espartero y Narváez pisándole los talones".
Recogido por Don Camilo José Cela, en su libro:"Primer viaje andaluz".

Luis Juárez dijo...

Benito Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria, 10 de mayo de 1843 - Madrid, 4 de enero de 1920); siendo, como fue, el cronista novelesco del siglo XIX, no podía dejar de pintarnos siquiera en un esbozo el personaje de nuestro general carlista. Así lo hizo:
"Por este tiempo, y hallándose el Cuarte Real y el Ejército en el valle de Araquil, tuvo Fago ocasión de tratar a Gómez, que mandaba dos batallones; mozo despierto y valentísimo, a quien, andando el tiempo, había de hacer famoso la audaz expedición o correría que en la Historia lleva su nombre. Por un cambalache de caballos entraron en relaciones, y comieron juntos y merendaron más de una vez. Era Gómez franco y decidor; Fago, taciturno; por esta diferencia quizás simpatizaron". Episodios Nacionales, Zumalacárregui, Cap. IX.

Marcial López dijo...

Así se expresaba Mariano José de Larra, en un artículo. De ideas liberales, satirizó la empresa baldía de cuantos generales liberales perseguían al General carlista, en una de sus crónicas, diciendo así en este pasaje:
"Quiero dar una idea de esta melancolía; un hombre que cree en la amistad y llega a verla por dentro, un inexperto que se ha enamorado de una mujer, un heredero cuyo tío indiano muere de repente sin testar, un tenedor de bonos de Cortes, una viuda que tiene asignada pensión sobre el tesoro español, un diputado elegido en las penúltimas elecciones, un militar que ha perdido una pierna por el Estatuto, y se ha quedado sin pierna y sin Estatuto, un grande que fue liberal por ser prócer, y que se ha quedado sólo liberal, un general constitucional que persigue a Gómez, imagen fiel del hombre corriendo siempre tras la felicidad sin encontrarla en ninguna parte, un redactor del
Mundo en la cárcel en virtud de la libertad de imprenta, un ministro de España y un rey, en fin, constitucional, son todos seres alegres y bulliciosos, comparada su
melancolía con aquella que a mí me acosaba, me oprimía y me abrumaba en el momento de que voy hablando." "El día de Difuntos de 1836. Fígaro en el cementerio". Publicado en El Español, n. º 368, 2 de noviembre de 1836. Mariano José de Larra

Santiago Centeno dijo...

La información de Pérez Galdós contradice un poco lo que sabemos de Gómez. Llamarle "mozo" a la edad en que militaba con el gran Zumalacárregui no deja de ser un anacronismo. Gómez era por ese entonces un hombre maduro, no un mozo cualquiera. Sobre su natural "decidor", tal vez haya que suponer que su origen andaluz marcara el estereotipo que nos pinta Galdós. Galdós pudo estudiar las maniobras militares y los mapas, pero en cuanto a Gómez se informó poco. Otros testimonios nos lo hacen melancólico y, como tal, lacónico.

José Liébana dijo...

El que fuera en 1836 Alcalde Constitucional de Jamilena, Juan Jiménez, reunido con los regidores de su Ayuntamiento: Manuel Bueno, Justo Colmenero, Antonio Gutiérrez Arrabal y Lucas Pérez en las Salas Capitulares del Ayuntamiento de Jamilena, en fecha 22 de octubre de 1837. Deja anotado en las actas de su Ayuntamiento el siguiente texto:
"Que a consecuencia del tránsito por la inmediación de este Pueblo de los facciosos en el año pasado de 1836 y de la incursión que algunos hicieron en él, comunicaron a Bernardo Palacios, de este domicilio, único Maestro Herrador en ésta, petición de herraje para las caballerías que traían, librándole de ello recibo de ciento ochenta reales, que él aceptó para evitar su exposición y la del vecindario, lo que comunicó a la Diputación para su pago y ésa manda al Ayuntamiento lo haga. Y acuerdan darle un celemín de tierra en el sitio de Meseguer, tierras del Común que sirven de descansadero a los animales..."

Juan Rodríguez dijo...

Así dice la Proclama dictada por D. Miguel Gómez Damas, en Santiago de Compostela, el 18 de julio de 1836.

"...Y en cuanto a los urbanos, que temerosos por la aproximación de las tropas de mi mando, hayan abandonado sus hogares, pueden volver a ellos seguros de que no serán molestados por razón de opiniones, de cuya verdad ya tienen repetidos ejemplos con los que se han presentado en la Ciudad de Oviedo, fuera de lo notoria que es la conducta que hemos observado con los demás del reino".
Urbanos: Bajo el Gobierno de la Regencia de María Cristina y hasta el Motín de la Granja, vino a restablecerse, bajo el nombre de Milicia Urbana, lo que antes había sido la Milicia Nacional (formada por los elementos liberales de las localidades).
En la proclama que emite Gómez en Santiago de Compostela se muestra la magnanimidad del Caudillo carlista que, en vez de permitir la revancha, hace votos de asegurar la tranquilidad de los milicianos liberales, prometiéndoles no ajustar cuentas ni tampoco molestarlos por razón de sus opiniones políticas.

Javier Rojas dijo...

Miguel de Unamuno y Jugo, pese a sus mutaciones ideológicas, escribió una novela -"Paz en la guerra"- que relata con una poesía sublime el Sitio de Bilbao en la última Guerra Carlista del siglo XIX. A través de sus personajes podemos participar de las esperanzas, sacrificios y frustraciones de aquellos carlistas vascos que, fieles a la llamada, se echaban al monte con el zurrón, la boina y la carabina. Unamuno cita al General Gómez en esta novela:
"Recordaba sobre todo, que una noche oyeron él y Juan José a Gambelu el relato de la expedición del jefe carlista Gómez, en aquella guerra de los Siete Años. Ellos no conocían entonces, ni aún de nombre, aquellos pueblos, Santiago, León, Albacete, Córdoba, Cáceres, Algeciras, pero sacaron en limpio que el hombre solo, con un puñado de bravos, recogiéndolos y perdiéndolos en el camino, a marchas forzadas unas veces, descansando otras, en carros no pocas, por áridos parameros e intrincadas sierras, zafándose de dos o tres ejércitos que a la vez le perseguían pisándole los talones, vencedor ahora y luego vencido, entrando sin resistencia en grandes ciudades, recorrió media España, volviendo al medio año al punto de partido. Y cuando llegó el primer domingo después de oído este relato, fuéronse ellos, los chicuelos, al monte, de escapatoria, a recorrer los repliegues de sus faldas en busca de chicuelos aldeanos con quienes tramar pelea."
Tomado de Miguel de Unamuno, "Paz en la Guerra".

José Manuel Damas dijo...

El juicio de Pío Baroja sobre la supuesta bravura de Espartero queda puesto en tela de juicio, a la luz del análisis que Balmes realiza del comportamiento oportunista de Espartero con ocasión de la Expedición de nuestro General Miguel Gómez.
Leemos en Balmes:
"Una de las principales operaciones que se encomendaron a Espartero antes de obtener el mando en jefe fue la persecución de Gómez; pero Gómez atravesó el reino de Asturias, penetró en Galicia, ocupó poblaciones importantes, revolvió sobre Castilla, y cuando acabábamos de leer pomposos partes en que se suponía que la división expedicionaria había sufrido fuertes descalabros, la vimos internarse hasta el corazón de España, destruir completamente la columna de López en Jadraque, marchar en dirección de Valencia, y con aliento bastante para pasearse por Andalucía y Extremadura, a pesar del desastre de Villarrobledo. El general Espartero había a la sazón caído enfermo, y entregado el mando a Alaix; pero los resultados de la campaña indicaban que no fue muy bien principiada. Ignoramos si la enfermedad sería muy grave; pero lo cierto es que vino muy a tiempo. Con ella logró Espartero dos objetos: precaver los peligros de mala fortuna que afligió a otros generales durante las correrías de la expedición carlista, y hallarse a las inmediaciones del cuartel general para ocupar el mando que dejaba vacante el malogrado Córdoba." Tomado de "Espartero", Jaime Balmes. Estudio biográfico publicado en "La Sociedad" (1843-1844).
Que Espartero se pusiera malito, justo cuando más falta hacía para enfrentarse a Gómez y su expedición, es tan sospechoso como caer enfermo el día del examen que se supone no se desea realizar, porque no se puede pasar…

Eduardo Lendínez dijo...

Pío Baroja y Nessi nacido en San Sebastián en el año 1872. Fue el prolífico novelista de la llamada Generación del 98, y uno de los escritores españoles más obsesionados por la Expedición Gómez. La estudió, al igual que estudió todo el fenómeno del carlismo, e incluso recorrió en coche los caminos por los que pasó Don Miguel Gómez Damas... 100 años antes para saber qué recuerdos quedaban. Mucho escribió Baroja de Gómez, pero esto sintetiza el juicio del escritor vasco sobre la personalidad del paisano de Torredonjimeno:
"En la guerra civil primera, donde Zumalacárregui dejó una nota de genialidad; Oraá y Córdova, una lección de claridad y de inteligencia; Cabrera, una manifestación de ímpetu extraordinario y fiero, y Espartero, Narváez y León, la bravura de buenos oficiales, Miguel Gómez dejó un rastro de sindéresis y de ingenio andaluz".
(Pío Baroja en "Gómez y su expedición", publicado en "Siluetas románticas y otras historias de pillos y de extravagantes", 1934)

Daniela Cano dijo...

Es una época fascinante y bastante movida de la Historia de España que, al mismo tiempo, se conoce muy poco. Me sabe mal que no le concedieran la pensión a la viuda, da la impresión que por dejadez de las autoridades o para darse a la administración una importancia indebida por el cumplimiento de los plazos de reclamación. La administración debió haber atendido el derecho de la viuda del General Gómez, y no escudarse en los plazos para denegarlo.
Por otra parte, desconocía que el presidente del Banco de La Habana fuera hermano de Canovas: de lo que tiene que enterarse una...

IOHAN dijo...

El coronel Ossorio, que mandaba la columna que propagò el nuevo movimiento en Andalucìa y que entrò en Sevilla, donde fuè contestado por las autoridades, es el mismo que se pronunciò en Villamartin en 1820, a favor de la Constituciòn y que con los años serà un personaje clave en la historia de España en la primera mitad del siglo XIX, existen dos litografias y un òleo de este personaje.

consejo dijo...
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