PROLOGO

Se pretende que sea éste un espacio dedicado a entretener y deleitar (... a través de la fotografía fundamentalmente) ... a dar a conocer (...o traer al recuerdo) ciertos monumentos o espacios situados en el término o cercanías de Lahiguera. ...a llamar la atención por el estado de abandono y deterioro de muchos de ellos, ...y si llegara el caso, a remover la conciencia de todos los que somos "herederos" de tales monumentos y espacios, y que con nuestra aportación ayudásemos a la conservación de los mismos.

martes, 8 de noviembre de 2011

La cueva de Santa Clara

La cueva o galería de Santa Clara:

Siempre nos ha intrigado esta cueva, daba un poco de miedo, ¿qué sería? La recuerdo oscura, inaccesible, resguardada su entrada por un gran charco de agua. Había otra cueva algo retirada de esta posición, “La Bocamina”, lindando con el camino viejo de herradura de “Los Corrales”. También muy misteriosa; porque si una tenía una santa, o por lo menos nombre de santa, la otra tenía un duende: “El duende la Mina”, tan travieso que tiraba la carga de los mulos.
Ambas cuevas despertaban la fantasía de los niños, de muchos mayores, sobre todo la de Santa Clara. Se decía que habían entrado y tan profunda era que se volvieron para no perderse. Se decía que la hicieron los moros, que atravesaba la Atalaya, que llegaba hasta Granada. Se decía que era una antigua mina de metales preciosos. Veremos, quizá alguien se defraude, que ninguna de estas cosas que se decían eran correctas. Eran simples galerías escavadas para la captación de agua.


       Con el tiempo han ido apareciendo más cuevas, y con seguridad saldrán más si se sigue erosionando el terreno. Haciendo un recorrido, por la falda de la Atalaya, que parte de “La Bocamina”, la cueva que está más al sur, hasta “El Pozo Nuevo”, nos encontramos con las siguientes. La ya mencionada “Bocamina”, otra hay por encima de la fuente (grifos, abrevadero) de “La Mina”, llegamos a la de “Santa Clara” y, por último, había dos cuevas más junto a los grifos del Pozo Nuevo, cruzando la carretera.


Este tipo de excavaciones datan de época romana. Eran galerías, a veces kilométricas, para recolectar agua, algunas de ellas llegaban hasta las ciudades, como acueductos subterráneos. Muy estudiadas son las de Mérida, con pozos a lo largo de su recorrido para facilitar su mantenimiento, con el tiempo acababan cegándose. Estos pozos había veces que se tapaban con una losa, otros tenían un cerco a modo de brocal. También se utilizaban al construir el túnel, para realizarlo desde distintos tramos que se encontraban; agilizando así la construcción. Uno de estos pozos fue lo que se hundió hace pocos años en la cueva de Santa Clara, por ahí se pudo acceder ya que la entrada estaba tapada. Otro fue el reexcavado en el “Cerro la Mina”, muy cerca de la carretera, en los  años sesenta, por unos jóvenes a iniciativa privada.




Curiosamente todavía, y hace dos mil años que se hicieron estas galerías, estas cuevas de agua nuestras tienen una huerta. Bocamina con el “Huerto el Quiño, la Mina con el “Huerto la Mina", Santa Clara con la "huerta de Santa Clara". Y las dos últimas debieron también tener, quizá con mayor extensión, toda la zona de “El Beato” que es muy rica en agua.
         
De todas estas cuevas la más caudalosa fue la de Santa Clara, hay que tener en cuenta que era una época mucho más lluviosa que la actual. De ella se abastecía de agua la villa romana de “El Pozo Nuevo”, para eso se hizo. Dicho sea de paso un yacimiento que debió pertenecer a un personaje muy importante, dada su extensión y por los restos de cerámica de lujo que se encuentran. 




Más adelante aquel caudal sirvió de abrevadero hasta tiempos cercanos y conocidos.
En los libros de historia, cuando hablan de nuestro pueblo, se afirma que había dos ermitas. En 1768 D. Juan Antonio de Estrada en su libro “Población General de España”. En 1826 D. Sebastián de Miñano en su “Diccionario Geográfico Estadístico de España y Portugal”.   No dicen nombres pero con seguridad una era la de “El Santo”, otra la de Santa Clara.
Recuerdo a un anciano, ya octogenario, contaba que a una antepasada suya la engañó un hombre de Andújar y la dejó embarazada.
-“Ya no vio más, de día, las tejas del pueblo” -decía con orgullo y tristeza. -”Su padre no la dejó nunca salir. Sólo iba a oír misa a Santa Clara, una misa que había de madrugada”.
Por tanto, en Santa Clara se decía misa, por lo menos la que en pasados tiempos llamaban la de “reír del alba”. Si era un lugar de culto también debería haber una ermita.
Especulando con la historia, no sé de fuentes escritas, pero por lo ocurrido en otros lugares, Santa Clara entronca directamente con las leyendas ligadas a un nacimiento de agua. Veamos lo que pudo haber ocurrido. Vuelvo a decir especulando, sin afirmar nada.
Tras la floreciente etapa romana llega una pobre Edad Media (árabe) a nuestra tierra, los pocos restos arqueológicos así lo atestiguan, apenas hay población. Con el regreso de los cristianos llegan repobladores de Andújar. Hay un manantial de agua del que hay que aprovecharse. 

La Mesta era una poderosa organización de ganaderos. Atalaya, atalayuela, dehesa, cañada, cuarterones son topónimos de la misma. Estos nombres bien nos recuerdan lugares de nuestro campo. Hemos conocido el agua de Santa Clara que cruzaba el camino de Los Cuarterones, cuando se juntara con la del Arroyo las Cañas, se formaba un pequeño riachuelo de agua dulce apropiado para abrevar el ganado.
A veces, en la Historia, nos encontramos con un buscavidas dispuesto a dar testimonio de algún hecho milagroso, para sacar provecho. Y siempre los demás están ávidos por creérselo. Una vez aceptado el portentoso prodigio, alguien se queda con la propiedad del agua, con derecho a venderla, a pastores, al que quiera disfrutarla. Algo debió ocurrir, o decir que ocurrió, en aquella cueva, algo relacionado con la santa.
¿Por qué Santa Clara? Si seguimos descartando hechos milagrosos y nos basamos en cosas terrenales, tendremos en cuenta que Lahiguera se llamaba Higuera de Anduxar, es una aldea perteneciente a esta localidad. En Andújar había un convento de monjas de mucho prestigio, tanto que en este convento era donde pernoctaba la reina Isabel la Católica cuando estas tierras visitaba; le otorgó muchos privilegios. Precisamente era el convento de Santa Clara, situado en el lugar que ahora se conoce como “los Poyos de Santa Clara”.

Con la desamortización de Mendizábal los terrenos pasarían al poder de algún cacique, eran los únicos que podían comprar. El sentido religioso de la ermita se fue perdiendo, y por tanto la misma construcción, hasta desaparecer.
Hace años el antiguo propietario ganó un pleito al municipio mediante el cual tenía derecho a cegar el manantial, así lo hizo, nadie entendió las razones. El juicio lo ganó porque hubo dos personas, los ancianos de más edad del pueblo. Ambos confirmaron que en Santa Clara se vendía agua antiguamente, “a perrilla el cántaro y media perrilla el cantarillo”; por tanto el agua era de propiedad privada. 

Y siempre, cuando voy por la carretera de Villanueva, al pasar por Santa Clara, me viene el recuerdo de una mujer, a la que un hombre engañó, que tantas veces arrastró su pena por las noches oscuras de esta senda, todo por llevar el milagro de la vida dentro, un milagro verdadero  que todos repudiaban. Al reír el alba.


Lahiguera a 8 de noviembre del 2011.
Manuel Jiménez Barragán.
Tras esta aportación de Manuel, no quisiera concluir esta publicación sin exponer también mis recuerdos de cuando hace unos años, por iniciativa privada de algunos intrigados por estos secretos de las profundidades de nuestra tierra, descubrieron de nuevo la parte próxima a la entrada de la cueva.
 

Como otro más de los que siempre le han gustado todo este tipo de cosas por descubrir, por sacar a la luz en la actualidad, también estuve, en compañía de mi amigo Miguel y nuestras respectivas mujeres …alguna noche recuerdo que también nos acompañó Juan M. Mercado, explorando la galería. “Lástima” que por aquellos entonces no existieran estos teléfonos móviles que hoy en día nos permiten realizar fotografías por doquier. Aún no estoy seguro si llegamos a filmar algo de aquello con la cámara de video (…tendré que escarbar, como ya lo hicimos en la galería del agua, pero ahora entre las cintas guardadas hace años por si hubiera algún testimonio visual de lo que allí había: no cabe duda de que si lo encontrara lo publicaré).


Los comentarios que se escuchaban en “el pueblecillo” aquellos días eran aterradores: “…hay un montón de agua,…y hay zonas donde hacen falta las botellas de oxigeno para continuar por partes que se pasa cubriéndote la cabeza…”. Escuchar esto fue desalentador…eran los rumores que pasaban de boca en boca. Dada esta intriga…había que pasar a la acción y comprobar qué había ahí abajo; así que al anochecer, para no llamar la atención ni que nos la llamasen, nos dispusimos a bajar allá abajo “armados” con nuestras linternas. Pudimos comprobar que no era tan drástica la situación; fue más nuestra fascinación y admiración por lo que allí, años…muchos años atrás, se construyó con unos medios bastante rústicos y elementales; poder comprobar que sin tanta tecnología eran capaces de llenar de venas/galerías todo este cerro de la atalaya. El propósito de las mismas ya lo hemos leído en el documento de Manuel.


La cavidad era estrecha (…de unos 70cm a lo sumo). Su altura era variable: en algunos sitios podía llegar a medir unos 3 mts. Sí recuerdo que, a media altura, existían unas pequeñas cavidades en las paredes como para servir de apoyo para los pies: no sé si para poder andar por la misma librando el agua, o bien soportes para las lucernas que alumbraran durante la labor de excavación (…son suposiciones). Claro está que cuando se llegara a los túneles no les serviría de nada, …si fuera para caminar. Llamo túneles a las construcciones de mampostería y losas de piedra, que estaban realizadas allí donde se supone (…y doy por cierto)  estuvieron los pozos que sirvieron para extraer la tierra de la galería que iba siendo excavada. Con estos pozos evitaban el tener que portear la tierra (albero en este caso) a lo largo de todo el trayecto de la galería, que cuanto más ahondaban se iba haciendo mayor. Estos pozos se taponaron, pero no sin antes construir estos pequeños túneles que menciono, y que evitarían el hundimiento de la tierra de relleno de tales cilindros. No recuerdo exactamente qué distancia había entre túnel y túnel: posiblemente unos 30/35 mts. (he de reconocer que ahí dentro las distancias no se perciben lo mismo). El tercero de los túneles se encontraba hundido, posiblemente por lo que Manuel menciona en su escrito. También he de mencionar que no era muy aconsejable pasar a través de ellos si se padeciese claustrofobia (por algunas partes pasábamos realmente apretados, a gatas, y con el agua pegando a la barbilla). Estuvimos apartando piedras del mismo durante algunos días del fin de semana (en sus noches…claro está) con el fin de encontrar la cavidad a la otra parte de las mismas. La situación empezó a ponerse peligrosa cuando ya nos encontrábamos quitando piedras debajo de las que estaban encima de nosotros: existía la posibilidad de derrumbe. Aquí quedo “nuestra aventura”, dado que una noche que llegamos al siguiente fin de semana, ya nos encontramos la entrada taponada de nuevo, como años atrás había estado.


Posterior a todo esto que relato, parece ser que han habido varios intentos de dar con la galería desde la zona donde se calculaba el derrumbe. Dado el desnivel del terreno en el exterior, y que la galería iba en descenso hacia “El cerro de la atalaya”, no se llegó a dar ni por asomo ni tan siquiera con el pozo de extracción de tierra. Queda pues la incógnita de hasta dónde irá a parar realmente, …a qué zona del cerro de la atalaya llegará. Posiblemente algún día se nos otorgue satisfacer la curiosidad.


Me ocurre, que cada vez que paso por el lugar, me quedo mirando por si se hubiera abierto otra vez la oquedad. ¡…A lo mejor un día se me hace realidad!.

                  Juan José Mercado.


5 comentarios:

Jose Mª Calero Mena dijo...

Una vez mas, me sorprende entrar en el blog, y encontrar un tema interesante a la vez que curioso de nuestro pueblo, tambien ligado a la dejadez de monumentos tales como son nuestras fuentes públicas de antaño. Leyendo el articulo me han venido recuerdos de la infancia de esa ultima vez que estuvo la cueva de santa clara abierta al lado de la carretera de villanueva. Un saludo.

crisprocol dijo...

fantastico este nuevo tema que nos haces llegar a todos los que quieran entrar en este blog. tus aportes a este documento, estupendos. ya estuvimos mas gente de la que puedes pensar dentro de esa galeria cuando se hizo el agujero. es una pena que estas fuentes hayan caido en tan precaria sutuacion. felicidades por este gran trabajo desinteresado que estas llevando a cabo.

Lahiguera dijo...

Me alegra que tengamos testimonios presenciales de tal cueva. Gracias por vuestros comentarios. Un saludo.

PEDRO GALÁN GALÁN dijo...

Cuanto misterio,elucubraciones y comentarios ocupaban las "bocaminas" del perímetro circular alrededor de la Atalaya, en nuestras mentes infantiles y juveniles .¡Cuantos proyectos fallidos de "espeleólogos" aficionados para internarse en ellas! Estoy seguro de que al igual que Juanjo y Miguel otros lo intentaron. El misterio sigue latente, por ello se podría contactar con algún grupo de espeleólogos, provistos del material necesario, para que se descubriera esa red hídrica, que recorre nuestro subsuelo, o tal vez algo insospechado, ¿Por qué no?, ¿Quién sabe?. La fantasía y el misterio puede continuar, nadie las ha recorrido. Retomar el tema, con apertura y acondicionamiento de entradas con rejas que den salida al agua, aire a sus galerias y vida a la fauna que se hubiera acomodado a ese microclima, sería una buena meta para el futuro. Nadie sabe si hay algo mas, y si no lo hubiese, su conservación ya es motivo suficiente para la satisfacción del pueblo, beneficio del entorno natural y legado a nuestros descendientes.
Cordiales saludos

manuel mercadozafra dijo...

amigo las personas que estuvieron haciendo la escavacion fueron el LUIS del tio la luz y los hermanos FEDERICO Y PATRICIO hijos de tomequiere ahondaron 16 mtr,en lo que ahora es la puerta de la nave que tiene RAMON el de las vacas LUIS con quien estuve hablando pocos meses antes de morir me dio todo detalles del tema,tengo ganas de juntarme contigo y ponerte al dia de todo